A diferencia de alguna crítica que he leído sobre esta película, "Ruby Sparks" es una película que tengo la sensación de haber visto ya antes.
"Ruby Sparks" cuenta la historia de Calvin Weir-Fields (Paul Dano), un escritor joven cuya primera novela había tenido un gran éxito. Desde entonces Calvin, encerrado en su propio laberinto, sufre un sistemático bloqueo creativo. En sus intentos de continuar escribiendo, Calvin poduce un relato en el que describe a una mujer con la que sueña y para su sorpresa este personaje, Ruby Sparks (Zoe Kazan), acaba materializándose en los términos en que ha sido escrita.
Por encima de todo "Ruby Sparks" es una comedia romántica bastante eficaz que se las arregla para disimular la repetición bajo una superficial capa de diferencia que funciona de manera relativa.
Hay en terreno en la historia para un planteamiento de mayor calado pero "Ruby Spàrks" es un producto hecho para ser consumido, no para ser pensado, en la línea de ese llamado cine independiente americano que ha hecho de las emociones y las historias el efecto especial.
Podría hablar de la seducción, realizar un discurso relativamente culto sobre el egoísmo del creador y la aparición del otro como espejo pero no estamos ante una obra de arte sino de un producto. En algún momento se sugieren estas posibilidades pero la historia no va por allí, prefiriendo mantenerse dentro de la obsolescencia planificada de la fórmula de la comedia romántica: encuentro-desencuentro-encuentro. Convirtiendo la posibilidad de lo memorable y el recuerdo en mera espoleta para desencadenar este proceso casi dialéctico de acuerdos y desacuerdos entre los amantes.
En este sentido, y con independencia de que Ruby sea real o no lo sea, "Ruby Sparks" es una historia que he visto cientos de veces y que no me interesa demasiado una vez que, de manera decepcionante, se disipan todas las posibilidades que presentaba en su propuesta.
Parafraseando al gatopardiano Principe de Salina, "Ruby Sparks" es una comedia romántica que cambia todas las claves del género pero para que todo siga igual. No obstante se las arregla con solvencia para reproducir fielmente el relato que los aficionados a la comedia romántica una y otra vez desean ver y escuchar.
Entretenida.
"Ruby Sparks" cuenta la historia de Calvin Weir-Fields (Paul Dano), un escritor joven cuya primera novela había tenido un gran éxito. Desde entonces Calvin, encerrado en su propio laberinto, sufre un sistemático bloqueo creativo. En sus intentos de continuar escribiendo, Calvin poduce un relato en el que describe a una mujer con la que sueña y para su sorpresa este personaje, Ruby Sparks (Zoe Kazan), acaba materializándose en los términos en que ha sido escrita.
Por encima de todo "Ruby Sparks" es una comedia romántica bastante eficaz que se las arregla para disimular la repetición bajo una superficial capa de diferencia que funciona de manera relativa.
Hay en terreno en la historia para un planteamiento de mayor calado pero "Ruby Spàrks" es un producto hecho para ser consumido, no para ser pensado, en la línea de ese llamado cine independiente americano que ha hecho de las emociones y las historias el efecto especial.
Podría hablar de la seducción, realizar un discurso relativamente culto sobre el egoísmo del creador y la aparición del otro como espejo pero no estamos ante una obra de arte sino de un producto. En algún momento se sugieren estas posibilidades pero la historia no va por allí, prefiriendo mantenerse dentro de la obsolescencia planificada de la fórmula de la comedia romántica: encuentro-desencuentro-encuentro. Convirtiendo la posibilidad de lo memorable y el recuerdo en mera espoleta para desencadenar este proceso casi dialéctico de acuerdos y desacuerdos entre los amantes.
En este sentido, y con independencia de que Ruby sea real o no lo sea, "Ruby Sparks" es una historia que he visto cientos de veces y que no me interesa demasiado una vez que, de manera decepcionante, se disipan todas las posibilidades que presentaba en su propuesta.
Parafraseando al gatopardiano Principe de Salina, "Ruby Sparks" es una comedia romántica que cambia todas las claves del género pero para que todo siga igual. No obstante se las arregla con solvencia para reproducir fielmente el relato que los aficionados a la comedia romántica una y otra vez desean ver y escuchar.
Entretenida.