domingo, marzo 16, 2008
esperar con paciencia la aparición en su conciencia de ese recuerdo.
Pasear aquella playa una vez más,
detenerse junto a aquellas rocas desde las que se divisaba la vieja ciudad,
pequeña y blanca,
como abandonada durante la noche por el silencioso mar de agosto.
Amasar ese recuerdo una y otra vez.
Adivinar el contorno del traslúcido fantasma de otra isla egea apenas insinuándose en el horizonte.
Moldearlo cuidadosamente a imagen y semejanza de un sentimiento de paz y tranquilidad
jamás sentido por su corazón en aquel momento.
Sólo bajo los rigores que imponen las distancias de los espacios y tiempos.
Soñar aquel vino,
volver a beberlo sin prisa,
al milenario ritmo de las olas
que traen en su constante rumor el disuelto polvo de viejos dioses y templos.
(Cien años de soledad, Gabriel García Márquez)
El mundo descrito en Blade Runner es un mundo de máxima incertidumbre.
La tecnología y la genética han alcanzado tales niveles de prefección en sus productos que se hace muy difícil distinguir la vida real de la vida artificial. Así, no existe una clara certeza de que el otro sea el humano que a simple vista parece ser, pero las cosas resultan mucho más complicadas desde el momento en que ya no se trata del otro. También puede tratarse de uno mismo.
En "Blade Runner", la incertidumbre vivie en los otros, pero también anida en el propio yo. No solo nos preguntamos ¿quién es? o ¿quienes son? sino también, y ésto es lo más desasosegador, ¿quién soy?
La obsesión por la realidad y la peligrosa dialéctica que éste concepto tan complicado tiene con la propia percepción es asunto esencial en la obra de Phillip K. Dick, autor del libro "¿Sueñan los androides con las ovejas eléctricas?" en que se basa la película. En la obra de Phillip K. Dick abundan los personajes que, súbitamente, descubren que las cosas no son lo que parecen ser.
Siempre hay un proceso de descubrimiento a través de la percepción de una contradicción que puede ser tan global y absoluta como la propia existencia desencajada del uno mismo.
Habitual experimentador de sustancias enteogénicas, Dick tenía una relación conflictiva con eso que todos llamamos "realidad" y que solemos utilizar para imponernos sobre los otros presentándonos como mejores conocedores de su esencia. Y en este sentido la historia que s enos relata en "Blade Runner" es la puesta por obra llevada al extremo de esta relación conflictiva.
Después de todo, descubrirse siendo en realidad un otro muy diferente, como le sucede al personaje de Rachael, implica un radical cuestionamiento de nuestra capacidad para percibir realmente aquello que podríamos llamar esencia de las cosas
Por otro lado, ni la filosofía (¿empirismo o idealismo?) ni la física (la influencia de la mecánica cuántica en la constitución de nuestro mundo euclidiano) tienen muy claro el concepto de realidad.
Y además, y aunque percibamos la realidad de la botella, no tendremos claro si está medio llena o medio vacía.
jueves, marzo 13, 2008
lunes, marzo 10, 2008
domingo, marzo 09, 2008
Si dejas que la gente decida, tienes que asumirlo con todas sus consecuencias.
Personalmente, no creo que Rodolfo Chikiliquatre sea mucho más absurdo que cualquiera de esos cantantes melódicos que cantan la misma balada de todos los años... o mucho más absurdo que el propio Festival devorado por los nuevos tiempos. Seguro que uestro Chuquilicuatre no será el más absurdo de los participantes. Para empezar, Irlanda enviará una marioneta y los países del Este y Bálticos seguro que no nos decepcionarán.
No obstante, entregarse en brazos de Internet tiene estas cosas.
En alguna parte, alguien que pasaba por experto, ha cometido un gran error... O no. Bien mirado, todo depende de los objetivos que se tuvieran al principio de todo.
Si todo vale, lo cierto es que puede suceder cualquier cosa... y cualquier cosa es lo que ha terminado sucediendo.
Internet es un entorno muy inestable, sujeto a la sobrerepresentación de minorías organizadas. Las votaciones nunca son científicas. Los resultados no suelen representar la voluntad de la mayoría de la población española, sino los resultados de la mayoría que en cada momento concurre... y vaya usted a saber la estructura sociodemográfica de esa muestra.
Normalmente, y como ha sucedido en este caso, Internet es un campo abonado para la sobrerrepresentación de las minorías: siempre más activas, con más capacidad de movilización y que votarán y votarán hasta conseguir sus objetivos... Y, lo que es más importante, es un campo difícil de controlar por un poder que busque la adecuación de un orden establecido, como mínimo, a lo políticamente correcto. En ése caso, tendría que haber decidido Jose Luis Uribarri solito.
Es imposible que España, como tal, elija a su representante en Eurovisión mediante Internet. Las limitaciones prácticas (penetración) y conceptuales (todos los miembros del universo no tienen la misma probailidad de formar parte de la muestra) lo impiden.
Quiero pensar que el Chiquilicuatre de Buenafuente es una bofetada en la cara de todos esos modernos de salón que aplican a discrección las novedades de las últimas tecnologías confundiendo la realidad con su deseo narcisista.
Ni Internet es lo que creen ni el país está a la altura de sus expectativas.
Lo que no vale es quejarse ahora porque no ha salido Mocedades.
sábado, marzo 08, 2008
Habían dejado de matar. Seguramente, no lo hacían porque no podían, pero vivíamos la ausencia de los muertos y se nos olvidó la sangrienta mecánica que gobernaba la trama de este infierno.
Han tenido que coser a balazos a este pobre hombre casi delante de su mujey de su hijo para que volvamos a tener el traumático encuentro con la absurda nada que se esconde tras el argumento de la violencia etarra.
Se nos había olvidado a todos que ese hombre ha sido asesinado por nada, que su muerte será en balde y que su sangre se ha derramado sobre el gris asfalto sólo para recordar a quién corresponda que hay un tema pendiente por resolver. Una especie de brutal "qué hay de lo mío" en esta España de titulares y cesantes.
Se nos había olvidado y por éso otras cosas empezaron a ser importantes: matices, puntos de vista, intereses, ... Y el juego de la política acabó extendiéndose en esta vergonzosa España que tenemos sobre este tema hasta entonces intocable.
Mala cosa es el olvido.
Es cierto que no es el momento de buscar responsabilidades, pero tampoco lo será más adelante. Nadie asumirá errores pasados. Dejará pasar el tiempo y se limitará a esconder sus miserias aireando las del contrario en el momento oportuno.
Mala cosa es que no haya un lugar más allá de la política donde la propia vergüenza lleve a la asunción de los propios errores en temas tan importantes.
(Cien años de soledad, Gabriel García Márquez)
martes, marzo 04, 2008
mil y un secretos imposibles de descubrir,
los fantasmas apresuran sus pasos,
descuidan la solemnidad de su gesto
mientras el gallo canta enronquecido por enésima vez
y el asombro no cesa,
el sueño no está donde esta mañana quedó caliente y desvestido,
guardando la horma de nuestro propio recuerdo,
suavemente mecido
sobre un vidrioso amanecer de media semana.
domingo, marzo 02, 2008
No hay tiempo que perder,
vivamos deprisa,
que nos desborden en la boca los momentos
y nos empapen los instantes la camisa blanca,
que vestimos apresuradamente,
a medio planchar,
en el mismo quicio de la mañana,
sabiendo que ya se nos hace tarde,
mientras todo comienza de nuevo.
Muy pronto, regresaremos.