viernes, julio 11, 2008
jueves, julio 10, 2008
Las páginas del libro se han convertido en un indeseable espejo que inflexiblemente refleja sus pensamientos.
La lectura entre líneas es él mismo, sus dudas y desconfianzas, todos los fantasmas de las navidades pasadas, presentes y futuras se enredan en los punzantes filos de las letras, difuminan las palabras con sus alargadas sombras transparentes.
No puede escapar tan fácilmente.
miércoles, julio 09, 2008
Esta película póstuma de Anthony Minghella podría considerarse, dentro de su filmografía, como un film menor. Carente de la grandiosidad de superproducciones como "El paciente inglés" o "Cold Mountain", "Braking and entering" sucede en un Londres cotidiano, muy alejado de las postales para turistas para contarnos una historia intimista de preguntas que no tienen respuesta.
Si por algo se reconoce el cine de Minghella, además de por el pulido y perfecto acabado de todos sus trabajos, es por las emociones. Las películas de Minghella rebosan de sentimientos vehiculados através de palabras y miradas captadas en el momento preciso y en este sentido "Breaking and entering" ofrece al espectador el mismo emocionante y palpitante corazón de trabajos anteriores... sólo que carente del grandilocuente envoltorio de superproducción al que minghella parecía abonado desde "El paciente inglés" (salvo la excepción que supuso "Play" en el 2000).
En este sentido, hay algo del fantasma de David Lean en la capacidad de Anthony Minghella para pasar del espacio "micro" de las emociones individuales al escenario "macro" de los grandes momentos, propios de las grandes historias. La capacidad de Minghella para insertar los sentimientos en una exhuberante retórica cinemascópica y hacerlos destacar es una cualidad similar a la, en mayor medida, poseída por el cineasta británico.
"Breaking and Entering" nos cuenta un conflicto casi geométrico. Las trayectorias que los humanos trazamos en el espacio de nuestra vida práctica (familia, trabajo, relaciones,....) no siempre coinciden con las que puede trazar nuestro corazón, sobre ese mismo espacio, si le permitimos tomar el control. El resultado será siempre el conflicto, el melodrama, las preguntas sin respuesta y las decisiones entre opciones, por diferentes motivos, igualmente dolorosas.
Seguramente llega un momento en nuestras vidas, en las de todos y cada uno, en que dejarse llevar por los sentimientos se convierte en una pura y absoluta heterodoxia, una acción tanática y destructiva que socava los en mayor o menor medida firmes cimientos del edificio de nuestra vida... nuestro trabajo real de cada día, que no es otro que tener una vida sobre cuyos brazos confortables descansar cada noche.
A veces, el corazón nos susurra constantemente al oído que no estamos contentos, que algo nos falta, que hay otros mundos y que debemos salir como piratas, banderas al viento, a abordar la belleza que envidiamos en algunos de ellos y éso es lo que Will Francis (Jude Law), su protagonista, termina haciendo casi y de alguna forma rechazado por determinados aspectos de su propia vida que le resultan insatisfactorios, especialmente el cerrado núcleo que forman su pareja (Robin Wright Penn) y su hija autista.
Persiguiendo a un ladrón adolescente terminará encontrando en su madre (Juliette Binoche) aquello que cree le falta para ser feliz... pero las cosas nunca son tan fáciles.
Eternamente instisfechos, porque hemos nacido para desear, siempre perseguimos fantasmas que nos miran desde el otro lado del espejo en el que desesperadamente nos reflejamos.
Esa es parte de nuestra conflictiva naturaleza.
Transferimos a lo que deseamos un valor de realidad que no se corresponde con el justo valor de aquella cosa o persona a la que nos acercamos o, lo que es lo mismo, nos queremos por lo que no somos y nos dejamos por lo que en realidad somos, porque, y hasta cierto punto, caminamos por la vida como sonámbulos viviendo el sueño de nuestro deseo.
De todo ésto creo que habla "Breaking and entering" y por eso, también creo, se trata de una espléndida película.
Hecharemos de menos el talento de Minghella para construir y contar historias sobre las rojas tinieblas del humano corazón.
martes, julio 08, 2008
domingo, julio 06, 2008
"Te estoy haciendo partícipe del secreto de los secretos. Los espejos son puertas a través de las que la muerte va y viene. Te diré más.. Si durante toda tu vida te miras en un espejo verás a la muerte trabajar del mismo modo que verías a unas abejas trabajar en una colmena de cristal"
(Heurtebise)
Para muestra el botón de la frase con que comienzo este post.
Rebosando inteligencia, sensibilidad, imaginación, el "Orfeo" de Cocteau es una absoluta obra maestra.
Especialmente fascinante es su visión de la muerte como un kafkiano ministerio en el que las órdenes llegan desde arriba y desde muy lejos, de un lugar que quizá siquiera exista o el imaginativo sentido visual con que Cocteau expresa lo fantástico: personajes que atraviesan espejos o que flotan en el aire o la visión del sueño como vigilia donde suceden cosas o el asombro que siente la muerte (magnificamente interpretada por María Casares) cuando se descubre esperando o sintiendo, aspectos esencialmente mortales... Por todo ésto y por todo lo demás, absolutamente recomendable.
El titulo de la película hace referencia a los sentimientos que su protagonista experimenta tras la accidental perdida de su mujer.
Estupendamente interpretada por Nanni Moretti, poco dado a trabajar en proyectos que no estén bajo su directa responsabilidad, "Caos calmo" es un drama sobre las consecuencias que esta desaparición tiene sobre la vida de un alto ejecutivo de una cadena privada de televisión italiana... lo cual no deja de tener su gracia si uno tiene en cuenta que Moretti es una de las pocas voces críticas contra Berlusconi que nos llegan a España desde el pais transalpino.
La película quizá se haga un poco larga, pero en general es un emocionante relato sobre los esfuerzos de un hombre por buscarse a sí mismo, sentado en el parque que hay en frente del colegio de su hija.
También es una película de personajes (y, por lo tanto, de actores) que tiene un punto de relato coral con todas esas trayectorias que se cruzan en ese parque alrededor de su protagonista quién, por una razón u otra, termina por convertirse en una suerte de referente para todos ellos.
Me ha gustado mucho la sinceridad y la sencillez con que "Caos calmo" habla del corazón del ser humano.
La materia volátil por excelencia.
La materia de la que están hechos todos nuestros sueños y fracasos.
(Por cierto, el único lunar que tiene la película es una escena de sexo injustificadamente larga ¡jajajajjajjaja! Hacía mucho tiempo que no veía sexo innecesario en el cine.)
sábado, julio 05, 2008
"Det. James 'Jimmy' McNulty: I got to ask you. If every time Snotboogie would grab the money and run away, why'd you even let him in the game?
Witness: What?
Det. James 'Jimmy' McNulty: If Snotboogie always stole the money, why'd you let him play?
Witness: You got to, this is America, man."
(Introducción. Primera Temporada. Primer capítulo. The wire)
En "In tratment" todos los pacientes tienen una primera ola de expresión en la que manifiestan un discurso sobre sí mismos que en absoluto es la verdad sobre ellos... "su" verdad.
Es maravilloso el trabajo de algunos actores, porque puedes ver que hay algo más en el final de su mirada.
El terapeuta también lo sabe, también lo ve.
Aguanta estólido ese primer embate en el que se intenta mantener el control de la situación y según pasa su mirada entrenada descubre las fracturas, las grietas de ese discurso racionalizador, pacificador y se agarra a ellas para empezar a romper y rasgar haciendo con precisión quirúrgica la pregunta perfecta.
Nadie escapa a su propia verdad si habla el tiempo suficiente, si es escuchado el tiempo necesario.
Termina saliendo sóla.
Como siguiendo las leyes inexorables de una desconocida física de las emociones.
miércoles, julio 02, 2008
Sólo llevo un par de capítulos, pero creo que estoy ante una serie maravillosa, intensa y terrible como todas esas emociones que nos hacen arrastrarnos por el sucio pavimento de nuestra tristeza.
"In treatment" es una joya.
Apenas un único escenario, la consulta de un pasicoanalista maravilosamente interpretado por Gabriel Byrne y la intensidad de las emociones vehiculadas por sus pacientes mediante palabras ardientes desmentidas por unas miradas apunto de reventar en lágrimas.
La propia verdad siempre un poco más allá de la última y más atrevida de las palabras pronunciadas.
Afrontarse, confrontarse en busca de un cierto acuerdo satisfactorio para las dos partes, la luminosa y la oscura.
Un paciente cada día, uno cada capítulo y cada capítulo una única sesión.... Ésto de Lunes a Jueves, porque los Viernes es el propio Byrne quién acude al psicoanalista para enfrentar los demonios que las consultas le despiertan.
Maravillosa... No tengo palabras.
The Wire, Deadwood, The Shield y ahora In tratment.
La televisión puede con el cine como fábrica de ficción para adultos. No descubro nada.