Aguas de março
miércoles, mayo 12, 2010
CONTROL
Las causas últimas que motivan las conductas casi siempre son un misterio... y el propósito de "Control" es mostrarnos uno de esos misterios, el de Ian Curtis, cantante y alma mater de Joy Division, grupo de referencia en la música británica de los 80.
Lo que más me gusta de "Control" es ese enfoque no participativo. La historia describe y en ningún momento se detiene a valorar, a modificar el espectáculo sombrío de la realidad de Curtis con conclusiones o valoraciones.
"Control" retrata el conjunto, lo bueno y lo malo, los pros y los contras y en este sentido tiene mucho que ver el hecho de que Anton Corbijn, su director, sea fotógrafo... porque "Control" retrata, busca profundidad mostrando superficie... Y las conclusiones, si llegan, suceden detrás de la mirada de cada espectador.
Yo, por mi parte y como siempre en estos casos, prefiero creer la leyenda.
Veo un Curtis reventado y reventando, víctima de su hipersensibilidad, sin poder procesar del todo las contradicciones de su propia vida, el daño que hace y el daño que recibe, en un insostenible equilibrio que le lleva a tener un pie en su vieja vida de trabajador casado y otro en su nueva vida de estrella musical, sin poder decidirse de una vez pero decidiendo constantemente en los detalles del día a día.
Explosiva volatilidad que encuentra terreno abonado para prender en su hipersensibilidad, que está justo en el centro de dos fuerzas que parten en direcciones opuestas buscando arrastrarle.
La personalidad convertida en un campo de batalla donde se acumulan las derrotas.
Pura vida.
domingo, mayo 09, 2010
Y llega un día extraño.
De pronto existe el tiempo.
Su desvanecida materia se concreta
y como por arte de inevitable magia
cuaja en asombroso peso,
una incómoda gravedad que se siente de forma súbita
al abrir y cerrar los ojos,
respirando,
contando las olas
o señalando las nubes con el dedo;
en todo caso vistiendo
los más modestos actos de la propia existencia
con un escaso y ceñido traje de apremio.
De pronto existe el tiempo.
Su desvanecida materia se concreta
y como por arte de inevitable magia
cuaja en asombroso peso,
una incómoda gravedad que se siente de forma súbita
al abrir y cerrar los ojos,
respirando,
contando las olas
o señalando las nubes con el dedo;
en todo caso vistiendo
los más modestos actos de la propia existencia
con un escaso y ceñido traje de apremio.
FRINGE
En esta segunda temporada resulta más que evidente.
J.J. Abrams, el creador de esta serie, ha encontrado un filón para sus historias en el campo de la física moderna. Ya resultaba patente en el modo de concebir la historia y algunas líneas narrativas de "Lost", su gran obra, y también se puso de manifiesto en su revisión juvenil de la saga Star Trek... Universos paralelos, idas y venidas en el tiempo, descomposición y fragmentación de la realidad y de las propias historias que suceden en ella.
Es interesante su planteamiento.
De algún modo en los relatos convencionales, la linealidad de la narración se empareja con la causalidad de forma que la aventura se convierte en un proceso lógico y racional en el que sucesivas causas producen efectos que, a su vez, se convierten en causas. Y este constante avanzar, casi cartesiano, debe llevar al héroe a la causa última de su aventura que se convierte en final.
La narración se adapta a las convenciones espacio-temporales de nuestro mundo euclidiano, el que perciben nuestros sentidos y cuya comprensión nos es suficiente para apropiarnos del mundo.
Hay un punto de vista, hay una historia y hay un sujeto-narrador que nos la narra.
El sentido es la propia historia y no hay sentido sin deducción, sin avanzar en las causas que se convierten en hitos/capítulos que componen la historia, pero también es la superficie misma sobre la que la historia se asienta y que la hace posible funcionando como kantiano a priori de la percepción.
Siempre hay un orden mecánico de convenciones que sustentan todas las historias, una suerte de estructura estable que soporta la creatividad de la narración permitiendo la tranquilidad en la percepción del público. Y ese orden siempre viene de la estabilidad de la mirada del sujeto que narra. Y siempre hay un narrador tras cada historia, un narrador que desde su posición de sujeto transmite un sentido no sólo en la propia historia, sino también a través de la propia historia.
La descripción que Newton hace del funcionamiento del mundo con su mecánica es la narración que funda la posibilidad del espacio euclidiano. Y del mismo modo que Newton nos narra el funcionamiento de nuestro mundo mediante la lógica científica de causas y efectos en cada narración que escuchamos no sólo hay la transmisión de una realidad sino la definición de una realidad sobre cuyo entramado se asienta la realidad narrada.
El texto siempre vehicula un propio contexto que lo hace posible.
Pero, y desde principios del siglo pasado, la física ha venido cuestionando la narración newtoniana del mundo. Tanto por arriba (relatividad) como por abajo (cuántica) es entorno estable sobre el que sucedían tranquilamente todas nuestras vidas, todas nuestras historias, se ha revelado mucho más tumultuoso, turbio y complejo.
Y de algún modo quiero intuir en obras como "Lost" la irrupción en el tranquilo y apacible mundo newtoniano de la narración de historias de esa otra realidad fragmentaria a cuya luz las certezas que hacen posible la estabilidad de una percepción o de una historia se revelan como puros actos de intención del propio sujeto y, en absoluto, realidades tranquilizadoras y objetivas.
El suspense se convierte en una parte constitutiva de la propia realidad, porque su estructura es volátil e inestable.
Y si en "Lost" el principal acento se pone en el modo en que afecta a los sujetos un entorno cuántico y fractal como la isla en donde el espacio y el tiempo no son realidades sobre las que uno pueda descansar con tranquilidad, en "Fringe" se incide en ese cuestionamiento de la realidad tal y como la percibimos convirtiendo los casos extraordinarios que la agente Dunham y su equipo investigan en puntos de fuga, abisales puertas abiertas a lo desconocido que, al mismo tiempo, son interrogantes que cuestionan los fundamentos de esa realidad.
En este sentido, entiendo que Abrams se haya decantado por una serie de este tipo. No obstante, creo que los resultados no están en el nivel de excelencia que exhibe "Lost".
En su segunda temporada "Fringe" continua amagando sin terminar de dar, especialmente en la línea narrativa de mundos paralelos que estructura la sucesión de capítulos (que es la que más me atrae) y ofreciendo además capítulos con tramas de contenido e interés desigual casi siempre resueltas de forma demasiado mecánica.
Entretenida como máximo... y por ahora.
Si no fuera por la gélida presencia de la agente Dunham...
sábado, mayo 08, 2010
"Un número incalculable de soldados ha muerto, de más o menos buen grado, no por su país, honor, religión u otro bien abstracto, sino porque sabían que si abandonaban su puesto y se salvaban a sí mismos, sus camaradas estarían expuestos a un mayor peligro"
(Guerreros, reflexiones del hombre en la batalla. J. Glenn Gray)
(Guerreros, reflexiones del hombre en la batalla. J. Glenn Gray)
"Cada niño emprende el necesario proceso de desarrollo de su ego en la atmósfera psicológica creada por sus padres, parientes, tutores y otras fuentes importantes de amor y aprobación. La adaptación del ser humano a la sociedad requiere la creación de un ego -un «yo»- que sirva como principio organizador del desarrollo de la conciencia. De este modo, la creación de nuestra personalidad tiene lugar gracias a las influencias que recibimos del exterior, influencias que nos permiten identificamos con lo que nuestro entorno refuerza como «bueno» y reprimir lo que considera «equivocado», lo que es «malo».
El proceso de creación del ego es también, al mismo tiempo, el proceso de creación de la sombra. De este modo, el Yo enajenado es un subproducto natural del proceso de construcción del ego que termina convirtiéndose en una imagen especular opuesta a él ya que enajenamos aquello que no concuerda con la imagen que tenemos de nosotros mismos. La necesaria unilateralidad del proceso de desarrollo de nuestra personalidad va desterrando a nuestro psiquismo inconsciente aquellas cualidades inaceptables que negamos y rechazamos hasta que éstas terminan agrupándose y configurando una especie de personalidad inferior, una subpersonalidad, nuestra sombra personal."
(Encuentro con la sombra, Connie Downing y Jeremy Abrahams)
El proceso de creación del ego es también, al mismo tiempo, el proceso de creación de la sombra. De este modo, el Yo enajenado es un subproducto natural del proceso de construcción del ego que termina convirtiéndose en una imagen especular opuesta a él ya que enajenamos aquello que no concuerda con la imagen que tenemos de nosotros mismos. La necesaria unilateralidad del proceso de desarrollo de nuestra personalidad va desterrando a nuestro psiquismo inconsciente aquellas cualidades inaceptables que negamos y rechazamos hasta que éstas terminan agrupándose y configurando una especie de personalidad inferior, una subpersonalidad, nuestra sombra personal."
(Encuentro con la sombra, Connie Downing y Jeremy Abrahams)
martes, mayo 04, 2010
TREME
Uffff!
No pensaba escribir tan pronto sobre "Treme".
Ayer vi el primer episodio y las ideas, las emociones, todavía no han dejado de bailar en mi cabeza como humo de cigarrillo. Su caprichosa danza aún no ha cuajado en formas claras, inteligibles y, por lo tanto, susceptibles de ser encerradas en palabras. Pero la maravillosa sensación que sentí descubriendo las ruinas de Nueva Orleans, tomando contacto con los personajes, me lleva a pensar que esta serie merece mucho más que el anémico y desganado artículo que David Trueba ha dedicado a Treme en El País.
Seguramente aún no ha superado la pérdida de Ariadna Gil (y estoy seguro que echa de menos a la mujer, no a la actriz -si es que existe-), pero Treme no tiene la culpa...
Ha empezado con suavidad y calma, como empiezan todas las series de Simon y Mills. Encontrando a gente que llega, localizando a gente que está, moviéndose lentamente por las calles de una ciudad que se despereza, que se aleja de su desgracia con cada nuevo día que llega y pasa con pausadas y elegantes maneras de pantera.
Poco a poco se que iré introduciéndome en la vida de la ciudad, en las vidas de sus protagonistas y que conseguiré emocionarme. Porque tengo la impresión de que Treme nos va a hablar de vida, de voluntad de continuar adelante como si nada hubiera sucedido y de música, la maravillosa música de Nueva Orleans.
Si The wire es la constatación pesimista de una compleja realidad que mata la esperanza con su destructiva lógica de intereses creados, Treme va a ser la constatación esperanzada de otra realidad mucho más luminosa, la del individuo como fuerza de voluntad empeñada en una constante y eterna construcción de sí mismo y de su vida.
Lo que el huracán Katrina se llevó fue esa red/wire perversa dejando a las personas solas, abandonadas en medio de la devastación y creo que en Treme asistiremos al maravilloso milagro de la vida sucediendo sin esa red, de una esperanza pese a todo que encontrará en la música un instrumento esencial para su contagio y transmisión.
Intuyo mucha esperanza bajo el cansancio y la tristeza en Treme.
Ya me gusta, pero me va a gustar mucho más.
Ufff!
lunes, mayo 03, 2010
"Nosotros, como Dorian Gray, optamos por mantener ocultas nuestras cualidades negativas -en la esperanza de que nadie descubrirá su existencia- mientras mostramos un rostro inocente al mundo (la persona); creemos que es posible vencer a la sombra, despojarnos de la ambigüedad moral, expiar el pecado de Adán y -de nuevo Uno con Dios retornar al Jardín del Paraíso. Por ello inventamos Utopías, Eldorados o Shangrilas -lugares en los que la maldad es desconocida- por ello nos consolamos con la fábula marxista o rousseauniana de que el mal no se aloja en nuestro interior sino que es fruto de una sociedad «corrupta» que nos mantiene encadenados y que basta con cambiar a la sociedad para erradicar el mal definitivamente de la faz de la Tierra."
(Encuentro con la sombra. Connie Downing y Jeremy Abrahams)
(Encuentro con la sombra. Connie Downing y Jeremy Abrahams)
domingo, mayo 02, 2010
"Luchar por ser bueno no es más que una pose, una forma de engañarse uno mismo. De este modo se desarrolla la persona, la máscara de bondad tras la que intentamos encubrir a nuestro ego. El Dr. Jekyll, por ejemplo, tenía una personalidad muy amable y creía en ella a pies juntillas pero, en realidad, jamás fue una buena persona. Jekyll anhelaba en secreto ser Hyde pero nunca quiso desprenderse de la máscara social con la que se había ocultado de la sociedad y de sí mismo. Cuando el brebaje le transformó en su sombra y permitió que ésta saliera a la superficie creyó haber encontrado la respuesta perfecta a su problema pero entonces era tarde porque su deseo de ser Hyde era ya más fuerte que él."
(Encuentro con la sombra, Connie Zweig y Jeremy Abrahams)
(Encuentro con la sombra, Connie Zweig y Jeremy Abrahams)
"Y Espinoza dice, en el tratado teológico-político, que es este el lazo profundo entre el déspota y el sacerdote, tienen necesidad de la tristeza de sus sujetos. Aquí, ustedes comprenden que él no toma la tristeza en un sentido vago, toma la tristeza en el riguroso sentido que él ha sabido darle: la tristeza es el afecto en tanto que envuelve la disminución de la potencia de actuar."
(Curso sobre Spinoza, Gilles Deleuze)
(Curso sobre Spinoza, Gilles Deleuze)
THE CORNER
Es el final del camino.
Las difíciles vidas de todos los personajes que pululan y trapichean alrededor de la mugrienta y destartalada esquina que da nombre a la serie componen una crónica de las tinieblas más exteriores de nuestra sociedad. No en vano uno de los protagonistas principales culmina su confesa imposibilidad de salir de la terminal situación en que se encuentra diciendo que hay una esquina en todas partes.
Porque, y aunque centrada en una esquina de los suburbios de Baltimore, "The corner" tiene una vocación de globalidad, de científica disección del corazón de las tinieblas.
Pero "The corner" es sólo un nodo de la red, un entramado de deseos e intereses cuya constatación justifica a esa obra maestra de la televisión llamada "The wire", un viaje a las abisales profundidades de nuestra sociedad desde la esquina donde los personajes que protagonizan "The corner" se compran y venden droga hasta los más grandes despachos revestidos de las más caras maderas nobles.
Y la conclusión más pasmosa que se desprende de una visión comparativa de las dos series es que, en el fondo, no hay mucha diferencia entre la esforzada vida diaria de esos drogadictos y las otras esforzadas vidas de cualquiera otro de los personajes que protagonizan "The wire". Todos persiguen la escurridiza sombra de un deseo que adopta diferente forma pero cuya inalcanzable esencia esencia es la misma... El policia quiere hacer cumplir la ley, el periodista busca informar la verdad, el político pretende servir a su comunidad, el sindicalista ayudar a los suyos y el drogadicto el colocón perfecto... pero ninguno termina de conseguir nunca lo que busca. Siempre hay un frustrante abismo entre realidad y deseo en cuyo cada vez más ancho seno crece la ciudad con sus ineludibles prescripciones y necesidades a la que todos tarde o temprano, voluntariamente o no terminan plegándose.
Si algo tiene este magno esfuerzo creativo de David Simon, David Mills y Ed Burns es iluminar con talento esa oscuridad que forma parte inseprable de nosotros y de nuestro mundo, esas sombras que no es olvidan de nosotros aunque nosotros nos olvidemos de ellas al abordar el relato sobre cada uno de nosotros y la sociedad en que vivimos.
Como escribe Jung:
"Cada uno de nosotros proyecta una sombra tanto más oscura y compacta cuanto menos encarnada se halle en nuestra vida consciente. Esta sombra constituye, a todos los efectos, un impedimento inconsciente que malogra nuestras mejores intenciones."
Y es así... Tanto en "The Corner" como en "The wire" hay una crónica melancólica de esas mejores intenciones sentidas por todos los personajes como un paraíso perdido al que constantemente su memoria se remite.
Algún día, y si ésto no revienta en mil pedazos, las mentes que quieran comprendernos tendrán suficiente con ver "The wire" y "The Corner" para entender la verdad de nuestro tiempo, un tiempo que para esos ojos, estoy seguro, no será tan maravilloso como lo sienten quienes ahora lo viven ignorando su alargada sombra.
sábado, mayo 01, 2010
"Tocó Forlán el balón y las imágenes mostraron que, para asegurarse de que entraba, detrás del pie de Forlán entraba, como un tren de mercancías, Adelardo Rodríguez Sánchez, el histórico jugador del Atleti que no pasa un buen momento. Nadie sabe de dónde salió ese hombre, nadie se lo esperaba, pero ahí estaba, no había duda, las imágenes son claras y nítidas. No es un truco, no es un montaje, no sabemos de dónde sale, decía un ingeniero con bata blanca y acento alemán, que hace más gracia. Pasadas a menor resolución se veía sin lugar a dudas que el balón entraba y que inmediatamente después entraba en la portería Adelardo. Y no sólo eso. A velocidad aún menor se distinguía perfectamente, tras Adelardo, el corpachón de Arteche que también entraba cargando, para asegurarse de que el gol era gol. A su lado, más fino pero igual de mortal, Gárate..."
(Crónica de un gol que pareció ser de Forlán, El rojo y el blanco)
(Crónica de un gol que pareció ser de Forlán, El rojo y el blanco)
Maravilloso blog... aunque no te guste el fútbol.
Maravilloso partido, y no sólo por el hecho de que el Atlético de Madrid vuelva a estar en una final europea veintitantos años después (que también), sino porque esas dos horas fueron un tiempo lleno de vida... de desilusión, de fe, de tristeza, de alegría... Con independencia de toda la oscuridad material que le rodea, el deporte sigue conservando esa fuerza que le capacita para vehiculizar emociones que apenas tienen lugar en la mayoría de los días de nuestra vida cotidiana.
Hay tormento y éxtasis en su parcial virtualidad complementaria.
La alegría y tristeza que provoca son puras.
La materia que constituye lo que es inolvidable.
1
"En la antigüedad los seres humanos conocían las diversas dimensiones de la sombra: la personal, la colectiva, la familiar y la biológica. En los dinteles de piedra del hoy derruido templo de Apolo en Delfos -construido sobre una de las laderas del monte Parnaso- los sacerdotes grabaron dos inscripciones, dos preceptos, que han terminado siendo muy fa mosos y siguen conservando en la actualidad todo su sentido. En el primero de ellos, «Conócete a ti mismo», los sacerdotes del dios de la luz aconsejaban algo que nos incumbe muy directamente: conócelo todo sobre ti mismo, lo cual podría traducirse como conoce especialmente tu lado oscuro.
Nosotros somos herederos directos de la mentalidad griega pero preferimos ignorar a la sombra, ese elemento que perturba nuestra personalidad. La religión griega, que comprendía perfectamente este problema, reconocía y respetaba también el lado oscuro de la vida y celebraba anualmente -en la misma ladera de la montaña- las famosas bacanales, orgías en las que se honraba la presencia contundente y creativa de Dionisos, el dios de la naturaleza, entre los seres humanos.
Hoy en día Dionisos perdura entre nosotros en forma degradada en la figura de Satán, el diablo, la personificación del mal, que ha dejado de ser un dios a quien debemos respeto y tributo para convertirse en una criatura con pezuñas desterrada al mundo de los ángeles caídos."
(Encuentro con la sombra, Connie Zweig)
2
"Hemos olvidado in genuamente que bajo el mundo de la razón descansa otro mundo. Ignoro lo que la humanidad deberá soportar todavía antes de que se atreva a admitirlo"
(Carl Gustav Jung)
"En la antigüedad los seres humanos conocían las diversas dimensiones de la sombra: la personal, la colectiva, la familiar y la biológica. En los dinteles de piedra del hoy derruido templo de Apolo en Delfos -construido sobre una de las laderas del monte Parnaso- los sacerdotes grabaron dos inscripciones, dos preceptos, que han terminado siendo muy fa mosos y siguen conservando en la actualidad todo su sentido. En el primero de ellos, «Conócete a ti mismo», los sacerdotes del dios de la luz aconsejaban algo que nos incumbe muy directamente: conócelo todo sobre ti mismo, lo cual podría traducirse como conoce especialmente tu lado oscuro.
Nosotros somos herederos directos de la mentalidad griega pero preferimos ignorar a la sombra, ese elemento que perturba nuestra personalidad. La religión griega, que comprendía perfectamente este problema, reconocía y respetaba también el lado oscuro de la vida y celebraba anualmente -en la misma ladera de la montaña- las famosas bacanales, orgías en las que se honraba la presencia contundente y creativa de Dionisos, el dios de la naturaleza, entre los seres humanos.
Hoy en día Dionisos perdura entre nosotros en forma degradada en la figura de Satán, el diablo, la personificación del mal, que ha dejado de ser un dios a quien debemos respeto y tributo para convertirse en una criatura con pezuñas desterrada al mundo de los ángeles caídos."
(Encuentro con la sombra, Connie Zweig)
2
"Hemos olvidado in genuamente que bajo el mundo de la razón descansa otro mundo. Ignoro lo que la humanidad deberá soportar todavía antes de que se atreva a admitirlo"
(Carl Gustav Jung)
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