EL OTRO LADO DEL ESPEJO
miércoles, noviembre 09, 2011
martes, noviembre 08, 2011
PÁJAROS DE PAPEL
Combinando una serie de lugares comunes del cine español (cómicos, guerra civil, franquismo y exilio) e inspirándose en el lacrimógeno espíritu del cine de Giuseppe Tornatore, "Pájaros de papel" es un melodrama de corte clásico bastante aceptable.
La historia que se nos cuenta es la del huérfano Miguel y la de sus dos padres adoptivos, Jorge (Imanol Arias) y Enrique (Lluis Homar), artistas de vodevil que luchan por sobrevivir en la España de la década de los cuarentas, recién terminada la guerra civil. Ambos tienen cualidades, activismo político y homosexualidad respectivamente, que les convierten en proscritos en una España en la que el músculo de los vencedores está bien afinado. Los dos acogerán a Miguel como una manera de diversificar su oferta profesional buscando mejores oportunidades en un momento en el que estas escasean..
"Pájaros de papel" no es nada del otro mundo y en muchas ocasiones resultan evidentes los costurones del frankenstein narrativo que el director y guionista, Emilio Aragón, construye con razonable acierto. Y lo hace buscando inscribir su historia dentro de la seguridad de las claves del género al que la historia apunta. Olvidando la política y centrándose en ciertas ocasiones emocionante un relato de superación, esfuerzo y salvación que entrará por los ojos del niño Miguel, convirtiéndose en ejemplo inspirador de su vida posterior.
Los fantasmas de clásicos como "Cómicos", "El viaje a ninguna parte" o "Cinema paradiso" se transparentan a lo largo de su transcurrir convirtiéndose en puntos de apoyo intertextuales sobre los que la historia, bastante convencional, se apoya y extrae la energía suficiente como para sobrevivir en los ojos del espectador.
Y supongo que la falta de pretensiones e imposturas, la naturalidad y la respetuosa evocación de esquemas y formas narrativas hace que uno no encuentre nada demasiado malo en la coincidencia.
Aceptable.
Combinando una serie de lugares comunes del cine español (cómicos, guerra civil, franquismo y exilio) e inspirándose en el lacrimógeno espíritu del cine de Giuseppe Tornatore, "Pájaros de papel" es un melodrama de corte clásico bastante aceptable.
La historia que se nos cuenta es la del huérfano Miguel y la de sus dos padres adoptivos, Jorge (Imanol Arias) y Enrique (Lluis Homar), artistas de vodevil que luchan por sobrevivir en la España de la década de los cuarentas, recién terminada la guerra civil. Ambos tienen cualidades, activismo político y homosexualidad respectivamente, que les convierten en proscritos en una España en la que el músculo de los vencedores está bien afinado. Los dos acogerán a Miguel como una manera de diversificar su oferta profesional buscando mejores oportunidades en un momento en el que estas escasean..
"Pájaros de papel" no es nada del otro mundo y en muchas ocasiones resultan evidentes los costurones del frankenstein narrativo que el director y guionista, Emilio Aragón, construye con razonable acierto. Y lo hace buscando inscribir su historia dentro de la seguridad de las claves del género al que la historia apunta. Olvidando la política y centrándose en ciertas ocasiones emocionante un relato de superación, esfuerzo y salvación que entrará por los ojos del niño Miguel, convirtiéndose en ejemplo inspirador de su vida posterior.
Los fantasmas de clásicos como "Cómicos", "El viaje a ninguna parte" o "Cinema paradiso" se transparentan a lo largo de su transcurrir convirtiéndose en puntos de apoyo intertextuales sobre los que la historia, bastante convencional, se apoya y extrae la energía suficiente como para sobrevivir en los ojos del espectador.
Y supongo que la falta de pretensiones e imposturas, la naturalidad y la respetuosa evocación de esquemas y formas narrativas hace que uno no encuentre nada demasiado malo en la coincidencia.
Aceptable.
Tenía razón Cela.
El que resiste vence.
Y Mariano Rajoy es otro buen ejemplo del grado de verdad de semejante aforismo. Porque si algo queda claro del debate sostenido anoche entre los dos aspirantes de la silla eléctrica de la Moncloa es que los dos, de una manera u otra, han coincidido en su pronóstico acerca del ganador. Y por fin, el señor Rajoy conseguirá el puesto para el que tanto y con tanto esfuerzo ha opositado.
He tenido que venir una de las peores crisis de la historia de España y ha tenido que pasar uno de los peores presidentes de la joven historia de la democracia española... tampoco hay tantos. Pero Rajoy ha aguantado hasta prácticamente quedar únicamente él, como única opción posible/viable, para este erial en crisis llamado España.
Sin dar la cara demasiado, ni siquiera lo justo, la victoria será su premio.
Y las cosas volverán a su cauce, al 10 de Marzo, cuando todo estaba preparado para que heredase la tierra que le había prometido José María Aznar
Lo que debió ser, por fin es.
Esperemos que no lo haya dado todo en este esfuerzo de 8 años por conseguir aquello que le fue arrebatado de las manos.
El que resiste vence.
Y Mariano Rajoy es otro buen ejemplo del grado de verdad de semejante aforismo. Porque si algo queda claro del debate sostenido anoche entre los dos aspirantes de la silla eléctrica de la Moncloa es que los dos, de una manera u otra, han coincidido en su pronóstico acerca del ganador. Y por fin, el señor Rajoy conseguirá el puesto para el que tanto y con tanto esfuerzo ha opositado.
He tenido que venir una de las peores crisis de la historia de España y ha tenido que pasar uno de los peores presidentes de la joven historia de la democracia española... tampoco hay tantos. Pero Rajoy ha aguantado hasta prácticamente quedar únicamente él, como única opción posible/viable, para este erial en crisis llamado España.
Sin dar la cara demasiado, ni siquiera lo justo, la victoria será su premio.
Y las cosas volverán a su cauce, al 10 de Marzo, cuando todo estaba preparado para que heredase la tierra que le había prometido José María Aznar
Lo que debió ser, por fin es.
Esperemos que no lo haya dado todo en este esfuerzo de 8 años por conseguir aquello que le fue arrebatado de las manos.
THRILLA IN MANILA
Uno de los mejores combates de todos los tiempos... en memoria del legendario Joe Frazier, feo y duro como pocos.
"Es conocida la historia de aquella noche del 1 de octubre de 1975, pues se ha contado en mil ocasiones. Era el tercer Ali-Frazier, auspiciado por el presidente Ferdinand Marcos y rodeado de un boato hoy inimaginable para un combate de boxeo. Lo narró Norman Mailer, lo fotografió en primera línea Frank Sinatra. A más de 40 insoportables grados, 14 asaltos estremecedores que resumió Ali con más prosa que poesía: "Fue lo más cerca de morir que he estado". Repasar las imágenes le dan la razón: el combate de Manila la última frontera del boxeo. Y tal vez, el límite del deporte."
(Leer más)
Uno de los mejores combates de todos los tiempos... en memoria del legendario Joe Frazier, feo y duro como pocos.
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lunes, noviembre 07, 2011
domingo, noviembre 06, 2011
THE PERFECT HOST
Tiene sus buenos momentos "The perfect host".
Tampoco muchos, porque conforme la película avanza la sensación de ya haber estado allí en algún otro momento, en alguna otra película se hace cada vez más intensa desnudando a "The perfect host" de cualquier otro calificativo más allá de "entretenida".
La película abunda, sin profundizar ni aportar nada distinto, en el estilo de un subgénero, el de los predadores predados que tan buenas historias han sugerido a directores como Roman Polanski y Joseph Losey.
El subgénero siempre presenta un sadomaqoquista duelo de personalidades en el que el aparentemente fuerte termina siendo devorado por el aparentemente débil que, poco a poco, ha ido bailando una siniestra danza de siete velos en el que ha ido desvistiéndose de sus ropajes de cordero para mostrar su verdadera cualidad de lobo. Y en este sentido, "The perfect host" es una buena muestra divulgadora de las cualidades y el estilema de este subgénero.
Además, y para empeorar las cosas, esta trama de primeros planos y grandes actores envueltos en una demoledora esgrima psicológica a muerte aparece envuelta en toda una sucesión de giros pirotécnicos, de vueltas y revueltas narrativas que en lugar de beneficiar al relato principal lo contaminan con una cierta e innecesaria abundancia de eventos asociados a tramas narrativas complementarias que reducen la pureza de la principal sustancia narrativa, diluyéndola en una adolescente sucesión de inverosímiles coincidencias encadenadas.
"The perfect host" exhibe con impudicia un innecesario exceso de carga narrativo que perjudica y despista con respecto de sus mejores cualidades. Y sus ganas de sorprender al espectador, por repetitivas, llegan a estragar convirtiendo tanto "twitch", tanto giro en una loca arritmia que en nada beneficia a la película.
Tan pronto como la historia abandona el siniestro ágape que mantienen torturador y torturado la película naufraga en un estúpido, irritante y manido acantilado de sustos narrativos en el que nada es lo que parece y cuyo resultado es la nada misma.
No obstante, y como he escrito al principio, la película tiene sus momentos, especialmente todos los que protagoniza David Hyde Pierce que compone con talento el inolvidable retrato de uno de esas personalidades que viven a diez mil kilómetros de la línea que separa la cordura de la locura.
Entretenida.
Tiene sus buenos momentos "The perfect host".
Tampoco muchos, porque conforme la película avanza la sensación de ya haber estado allí en algún otro momento, en alguna otra película se hace cada vez más intensa desnudando a "The perfect host" de cualquier otro calificativo más allá de "entretenida".
La película abunda, sin profundizar ni aportar nada distinto, en el estilo de un subgénero, el de los predadores predados que tan buenas historias han sugerido a directores como Roman Polanski y Joseph Losey.
El subgénero siempre presenta un sadomaqoquista duelo de personalidades en el que el aparentemente fuerte termina siendo devorado por el aparentemente débil que, poco a poco, ha ido bailando una siniestra danza de siete velos en el que ha ido desvistiéndose de sus ropajes de cordero para mostrar su verdadera cualidad de lobo. Y en este sentido, "The perfect host" es una buena muestra divulgadora de las cualidades y el estilema de este subgénero.
Además, y para empeorar las cosas, esta trama de primeros planos y grandes actores envueltos en una demoledora esgrima psicológica a muerte aparece envuelta en toda una sucesión de giros pirotécnicos, de vueltas y revueltas narrativas que en lugar de beneficiar al relato principal lo contaminan con una cierta e innecesaria abundancia de eventos asociados a tramas narrativas complementarias que reducen la pureza de la principal sustancia narrativa, diluyéndola en una adolescente sucesión de inverosímiles coincidencias encadenadas.
"The perfect host" exhibe con impudicia un innecesario exceso de carga narrativo que perjudica y despista con respecto de sus mejores cualidades. Y sus ganas de sorprender al espectador, por repetitivas, llegan a estragar convirtiendo tanto "twitch", tanto giro en una loca arritmia que en nada beneficia a la película.
Tan pronto como la historia abandona el siniestro ágape que mantienen torturador y torturado la película naufraga en un estúpido, irritante y manido acantilado de sustos narrativos en el que nada es lo que parece y cuyo resultado es la nada misma.
No obstante, y como he escrito al principio, la película tiene sus momentos, especialmente todos los que protagoniza David Hyde Pierce que compone con talento el inolvidable retrato de uno de esas personalidades que viven a diez mil kilómetros de la línea que separa la cordura de la locura.
Entretenida.
sábado, noviembre 05, 2011
LAS AVENTURAS DE TINTIN
Como casi siempre que el cine opta única y exclusivamente por lo tecnológico, el resultado es decepcionante.
Una vez que el espectador supera la sorpresa de verse dentro de un comic de Hergé, lo cual no deja de tener su mérito, y se queda a solas con la historia, en la oscuridad de la sala, descubre, tras el aburrimiento que empieza a sentir, que debajo del reto tecnológico superado no hay nada que lo sustente.
Y esto es lo que sucede con "Tintin", que no hay nada bajo la atractiva superficie de ver el mundo de Hergé animado en tres dimensiones.
Como casi siempre que el cine intenta hacer que la tecnología deje de ser un medio para convertirse en un fin en sí misma, se convierte en un espectáculo vacío, cuyo único atractivo consiste en la infinita repetición de un artificio hasta que la mirada se habitúa a la sorpresa y ésta desaparece. Y superado el efecto sorpresa, la película cae y se hace añicos, resultando morosa, aburrida, incluso rutinaria en ciertos momentos.
Me sobra este Tintin que consigue hacer aburrido al personaje de Hergé.
Como casi siempre que el cine opta única y exclusivamente por lo tecnológico, el resultado es decepcionante.
Una vez que el espectador supera la sorpresa de verse dentro de un comic de Hergé, lo cual no deja de tener su mérito, y se queda a solas con la historia, en la oscuridad de la sala, descubre, tras el aburrimiento que empieza a sentir, que debajo del reto tecnológico superado no hay nada que lo sustente.
Y esto es lo que sucede con "Tintin", que no hay nada bajo la atractiva superficie de ver el mundo de Hergé animado en tres dimensiones.
Como casi siempre que el cine intenta hacer que la tecnología deje de ser un medio para convertirse en un fin en sí misma, se convierte en un espectáculo vacío, cuyo único atractivo consiste en la infinita repetición de un artificio hasta que la mirada se habitúa a la sorpresa y ésta desaparece. Y superado el efecto sorpresa, la película cae y se hace añicos, resultando morosa, aburrida, incluso rutinaria en ciertos momentos.
Me sobra este Tintin que consigue hacer aburrido al personaje de Hergé.
viernes, noviembre 04, 2011
El CIS ha publicado su nuevo barómetro y en él le augura una tremenda derrota al PSOE, 195 escaños frente a 121.
Hasta aquí nada sorprendente.
Lo curioso es la valoración que merece a los mismos entrevistados tanto el Partido Popular como su líder. Tampoco es nada nuevo, pero no deja de resultar sorprendente:
- Pregunta 6, el 62,5% de los entrevistados consideran que el Partido Popular lo habría hecho igual o peor de haber estado en el gobierno,
- Pregunta 7, el 49% considera que la actuación de la oposición ha sido mala o muy mala mientras otro 33% considera que ha sido regular,
- Pregunta 17, Rajoy esta valorado en la misma medida que el candidato socialista, 4,43 por 4,54,
- Pregunta 19, al 71,7% de los entrevistados Mariano Rajoy le merece poca o ninguna confianza.
Unos números espectaculares para nuestro próximo líder que, como mínimo, no le definen como una personalidad de consenso y generadora de confianza.
Hasta aquí nada sorprendente.
Lo curioso es la valoración que merece a los mismos entrevistados tanto el Partido Popular como su líder. Tampoco es nada nuevo, pero no deja de resultar sorprendente:
- Pregunta 6, el 62,5% de los entrevistados consideran que el Partido Popular lo habría hecho igual o peor de haber estado en el gobierno,
- Pregunta 7, el 49% considera que la actuación de la oposición ha sido mala o muy mala mientras otro 33% considera que ha sido regular,
- Pregunta 17, Rajoy esta valorado en la misma medida que el candidato socialista, 4,43 por 4,54,
- Pregunta 19, al 71,7% de los entrevistados Mariano Rajoy le merece poca o ninguna confianza.
Unos números espectaculares para nuestro próximo líder que, como mínimo, no le definen como una personalidad de consenso y generadora de confianza.
miércoles, noviembre 02, 2011
martes, noviembre 01, 2011
CELUI QUI DOIT MOURIR
Basada en la novela "Cristo de nuevo crucificado" del escritor griego Nicos Kazantzakis, "Celui qui doit mourir" sucede en la Grecia ocupada por los turcos a principios del pasado siglo XX.
Un grupo de refugiados encabezados por el padre Fotis (Jean Servais) llegan a un pequeño pueblo que se prepara para celebrar una representación anual de la pasión. La llegada de los forasteros, su necesidad imperiosa de encontrar alimento y cobijo, alterará la paz de la comunidad.
Las fuerzas vivas de la localidad encabezadas por el padre Grigoris (Fernand Ledoux) se opondrán a dar cualquier clase de ayuda a los recién llegados por temor a ser arrastrados a la pobreza y a la desgracia que los forasteros parecen traer consigo. Y esta actitud práctica del sacerdote chocará con su discurso de amor y caridad cristianas... que parece no regir para los forasteros
Un pastor iletrado y misántropo llamado Manolis (Pierre Vaneck) que ha sido elegido para desempeñar a Jesucristo en el drama de la pasión por el propio padre Grigoris se convertirá poco a poco en un trasunto de la figura del propio Cristo enfrentándose a todo lo que significa la actitud del padre Grigoris representando en este drama rural un papel similar al del personaje que le ha tocado representar.
Dirigida por el represaliado por el macartismo Jules Dassin con dinero francés, "Celui qui doit mourir" es una película extraordinaria de un director olvidado y que nunca defrauda cuando se le descubre.
Enraizada en el cristianismo social y en la sensibilidad revolucionaria, "Celui qui doit mourir" es un drama intenso que pone el acento en la solidaridad y el altruismo como decisión de vida, que recuerda que el corazón de la religiosidad cristiana no late de manera muy distinta al modo en que late el corazón del pensamiento revolucionario.
En los polvorientos paisajes de la Grecia rural se convierten en incomparable escenario para representar un nuevo capítulo del drama que enfrenta a las fuerzas de la luz contra las de la oscuridad. Y digan lo que digan no cabe la menor duda de parte de quién está en realidad ese Jesucristo con el que tanto cuentan, del que tanto hablan todas esas sombras que habitan el lado oscuro...
De existir, Jesucristo y su padre celestial, claro. Pero esa es otra historia.
Extraordinaria.
Basada en la novela "Cristo de nuevo crucificado" del escritor griego Nicos Kazantzakis, "Celui qui doit mourir" sucede en la Grecia ocupada por los turcos a principios del pasado siglo XX.
Un grupo de refugiados encabezados por el padre Fotis (Jean Servais) llegan a un pequeño pueblo que se prepara para celebrar una representación anual de la pasión. La llegada de los forasteros, su necesidad imperiosa de encontrar alimento y cobijo, alterará la paz de la comunidad.
Las fuerzas vivas de la localidad encabezadas por el padre Grigoris (Fernand Ledoux) se opondrán a dar cualquier clase de ayuda a los recién llegados por temor a ser arrastrados a la pobreza y a la desgracia que los forasteros parecen traer consigo. Y esta actitud práctica del sacerdote chocará con su discurso de amor y caridad cristianas... que parece no regir para los forasteros
Un pastor iletrado y misántropo llamado Manolis (Pierre Vaneck) que ha sido elegido para desempeñar a Jesucristo en el drama de la pasión por el propio padre Grigoris se convertirá poco a poco en un trasunto de la figura del propio Cristo enfrentándose a todo lo que significa la actitud del padre Grigoris representando en este drama rural un papel similar al del personaje que le ha tocado representar.
Dirigida por el represaliado por el macartismo Jules Dassin con dinero francés, "Celui qui doit mourir" es una película extraordinaria de un director olvidado y que nunca defrauda cuando se le descubre.
Enraizada en el cristianismo social y en la sensibilidad revolucionaria, "Celui qui doit mourir" es un drama intenso que pone el acento en la solidaridad y el altruismo como decisión de vida, que recuerda que el corazón de la religiosidad cristiana no late de manera muy distinta al modo en que late el corazón del pensamiento revolucionario.
En los polvorientos paisajes de la Grecia rural se convierten en incomparable escenario para representar un nuevo capítulo del drama que enfrenta a las fuerzas de la luz contra las de la oscuridad. Y digan lo que digan no cabe la menor duda de parte de quién está en realidad ese Jesucristo con el que tanto cuentan, del que tanto hablan todas esas sombras que habitan el lado oscuro...
De existir, Jesucristo y su padre celestial, claro. Pero esa es otra historia.
Extraordinaria.
lunes, octubre 31, 2011
"Y nos enseña una lección al resto de nosotros: el sufrimiento al que se enfrentan tantos de nuestros ciudadanos es innecesario. Si esta es una época de increíble dolor y de una sociedad mucho más dura, ha sido por elección. No tenía, ni tiene, por qué ser de esta manera."
(Islandia, el camino que no tomamos. Paul Krugman)
(Islandia, el camino que no tomamos. Paul Krugman)
domingo, octubre 30, 2011
TOKYO SONATA
Kiyoshi Kurosawa es uno de los nombres de referencia de esa renovación de la presencia del cine japonés en el panorama global a través de géneros como el thriller y el terror.
En su hasta el momento última película, "Tokyo sonata", Kurosawa se aparta, al menos de forma aparente, de ese territorio conocido para presentarnos el drama de la descomposición de una familia japonesa como consecuencia de la situación de desempleo al que el cabeza de familia se ve abocado.
Y digo que se aparta al menos de forma aparente porque "Tokyo sonata" sucede en la hora bruja en que se aparecen todos los monstruos y fantasmas.
Las películas nos describe la grieta que se abre en la normalidad de una familia cualquiera y por la que asoman sus alargados tentáculos y sus afiladas fauces los diablos de la irracionalidad, una irracionalidad que acabará apoderándose de todos y cada uno de los miembros de la familia quienes, a su manera, deberán afrontar un trance de descomposición de esa superficie de creencias, ideas y valores sobre la que se asentaba la tranquilidad de su normal vida cotidiana.
Y esto es el principal punto de "Tokyo sonata" la descripción de otro terror, el de la propensión al desorden y el caos que amenaza constantemente "eso" que llamamos normalidad.
Una serie de pequeños eventos distorsionantes y la manera por la que, en su repetición por iteración, multiplican su peso terminando por convertirse en desequilibrantes.
Pura física de la no linealidad trasladada desde las pizarras y los circuitos de los ordenadores de cálculo a lo psicológico y a lo social:
"Las ecuaciones no lineales son como una versión matemática de la frontera entre dos mundos. Quienes se aventuran por un paisaje matemático aparentemente normal de pronto se pueden hallar en una realidad alternativa. En una ecuación no lineal, un pequeño cambio en una variable puede surtir un efecto desproporcionado y aun catastrófico en otras variables. Las correlaciones entre los elementos de un sistema en evolución permanecen relativamente constantes para una amplia gama de valores, pero en un punto crítico se dividen y la ecuación que describe el sistema se lanza hacia una nueva conducta."
(Espejo y reflejo, John Briggs, F. David Peat)
"Tokyo sonata" es una película que tarda en arrancar, pero sólo aparentemente. Porque en lo que parece ser la precisa descripción de una aburrida normalidad, Kurosawa realiza un fenomenal trabajo de narración, acumulando detalles distorsionantes que en su sucesión incremental a lo largo del metraje de la película van trasladando la historia del orden al desorden. Al mismo tiempo que la narración incrementa la velocidad de su distorsión en el sentido de situaciones y eventos que se van sucediendo, que se van acumulando hasta que los personajes no pueden más y terminan siendo arrastrados por esa dinámica de caos.
Y ese horroroso y bestial caos siempre es generador de un orden nuevo, insospechado para quienes lo sobreviven, con banda sonora de Debussy.
Muy, muy brillante.
Kiyoshi Kurosawa es uno de los nombres de referencia de esa renovación de la presencia del cine japonés en el panorama global a través de géneros como el thriller y el terror.
En su hasta el momento última película, "Tokyo sonata", Kurosawa se aparta, al menos de forma aparente, de ese territorio conocido para presentarnos el drama de la descomposición de una familia japonesa como consecuencia de la situación de desempleo al que el cabeza de familia se ve abocado.
Y digo que se aparta al menos de forma aparente porque "Tokyo sonata" sucede en la hora bruja en que se aparecen todos los monstruos y fantasmas.
Las películas nos describe la grieta que se abre en la normalidad de una familia cualquiera y por la que asoman sus alargados tentáculos y sus afiladas fauces los diablos de la irracionalidad, una irracionalidad que acabará apoderándose de todos y cada uno de los miembros de la familia quienes, a su manera, deberán afrontar un trance de descomposición de esa superficie de creencias, ideas y valores sobre la que se asentaba la tranquilidad de su normal vida cotidiana.
Y esto es el principal punto de "Tokyo sonata" la descripción de otro terror, el de la propensión al desorden y el caos que amenaza constantemente "eso" que llamamos normalidad.
Una serie de pequeños eventos distorsionantes y la manera por la que, en su repetición por iteración, multiplican su peso terminando por convertirse en desequilibrantes.
Pura física de la no linealidad trasladada desde las pizarras y los circuitos de los ordenadores de cálculo a lo psicológico y a lo social:
"Las ecuaciones no lineales son como una versión matemática de la frontera entre dos mundos. Quienes se aventuran por un paisaje matemático aparentemente normal de pronto se pueden hallar en una realidad alternativa. En una ecuación no lineal, un pequeño cambio en una variable puede surtir un efecto desproporcionado y aun catastrófico en otras variables. Las correlaciones entre los elementos de un sistema en evolución permanecen relativamente constantes para una amplia gama de valores, pero en un punto crítico se dividen y la ecuación que describe el sistema se lanza hacia una nueva conducta."
(Espejo y reflejo, John Briggs, F. David Peat)
"Tokyo sonata" es una película que tarda en arrancar, pero sólo aparentemente. Porque en lo que parece ser la precisa descripción de una aburrida normalidad, Kurosawa realiza un fenomenal trabajo de narración, acumulando detalles distorsionantes que en su sucesión incremental a lo largo del metraje de la película van trasladando la historia del orden al desorden. Al mismo tiempo que la narración incrementa la velocidad de su distorsión en el sentido de situaciones y eventos que se van sucediendo, que se van acumulando hasta que los personajes no pueden más y terminan siendo arrastrados por esa dinámica de caos.
Y ese horroroso y bestial caos siempre es generador de un orden nuevo, insospechado para quienes lo sobreviven, con banda sonora de Debussy.
Muy, muy brillante.
sábado, octubre 29, 2011
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