jueves, julio 09, 2015

IKER CASILLAS

Dice Ángel Cappa que el dinero le ha quitado el fútbol a la gente y no le falta razón.

Pero también el dinero ha arrebatado a este deporte su verdadero corazón, ese corazón que enlazaba el fútbol que se jugaba fuera de los estadios con el que se jugaba dentro de los estadios.

Ahora ya solo queda la histeria en la victoria y la histeria en la derrota.

Ya no hay lugar en el fútbol para el romanticismo.

No hay espacio en este deporte para cosas tan innecesarias como jugadores que llevan toda la vida en un club, que se hacen viejos vistiendo una camiseta, que dejan de ser lo que fueron y que sin embargo todavía retienen en la gloria de su pasado el vinculo con la historia, con la tradición de un club.

Todavía Casillas ha seguido salvando puntos a su equipo en esta temporada, pero ya solo contaban sus errores que por supuesto han existido en un espectáculo depravado y deleznable que reducía al jugador a un mero fusible que puede ser quemado en cualquier momento por mor de las necesidades del éxito.

Desgraciadamente, cada vez queda menos de ese fútbol concebido como juego y deporte.

Desgraciadamente, cada vez hay más de este fútbol concebido como un espectáculo de masas y que en realidad es una máquina de acumular dinero.

Y en este sentido, el fútbol no es un fenómeno social diferente.

El dinero y la relación directa que este mantiene con el resultado, como fuente de éxito y notoriedad y por consiguiente de dinero está pudriendo el fútbol del mismo modo obtuso y perverso en que lo está pudriendo todo.

Prima el eterno presente de la máquina de picar carne y de esto el Real Madrid se ha convertido en un magnífico estandarte por el modo tan despreciable en que durante los últimos años se ha conducido con el último jugador legendario que le queda de una manera de entender el fútbol que ya está muerta.

Y es una pena que el que se tiene por el mejor equipo de la historia trate a un deportista que seguramente no volverá a tener, un futbolista que no ha necesitado comprar, que ha nacido en el seno de su cultura y tradición. Esa historia de la que tanto presumen, cuando en realidad lo único que les importa es el presente que les puede proporcionar la "pasta".

Si Iker Casillas no merece un trato especial, el cuidadoso y cariñoso respeto de aquellos a quienes  les hizo felices parando algún penalty en unos cuartos de final o deteniendo un imposible uno contra uno en la final de un mundial, entonces nadie lo merece.

Y es así.

Nadie lo merece.

Vivimos dentro de un monstruo en el que nadie tiene más crédito del necesario, en el que es necesario funcionar y el ser con el estar bien se confunden de manera interesada.

Un mundo de hombres-máquina en el que si alguna vez lo paraste todo debes seguir haciéndolo porque eso es lo único que cuenta.

Un mundo más totalitario de lo que cree en el que la debilidad y el paso del tiempo no se perdonan.

El fusible simplemente se ha quemado y con él van a la basura veinticinco años de historia.

Triste y lamentable.

Si esta sociedad trata así a sus ídolos, triste es el destino que nos espera al resto.  Un destino que no es otro que la agotadora e imprescindible obligación de justificar cada día la necesidad de nuestra vida y de nuestra existencia.

Nos han quitado el fútbol y están muy cerca de quitárnoslo todo.

Ese momento de júbilo y gloria en el que Iker levanta la copa está amortizado. Ya no cuenta.

El puto paraíso en la tierra.

martes, julio 07, 2015

Medios y Política

Ya lo hemos visto.

El NO arrasa en Grecia y sin embargo en los medios de comunicación mainstream y tradicionales ha predominado una tendencia inconfesable hacia el  SI.

Y si alguna lección podemos sacar del referendum griego es el interesante posicionamiento de parte de los medios, un posicionamiento que de manera infame se enmascara desde las buenas y bellas palabras como libertad de prensa.

Pero lo cierto es que, de manera general, los medios de comunicación han hecho un sucio trabajo de parte, un sucio trabajo en favor del SI, o como mínimo, buscando descalificar el NO.

La unanimidad de posicionamiento ya resultaba sospechosa antes, pero lo es mucho más ahora, en que se descubre lo poco alineada que está la posición de los medios de comunicación con respecto a la opinión de una sociedad de la que se supone son portavoces.

¿Y cuál es la conclusión?

Pues que se puede hacer política desde la prensa, amparando tras ideas y apariencias de objetividad discursos de parte y clase.

Así, y a partir de ahora, no nos debiera resultar difícil entender las complejas y difíciles relaciones que los gobiernos populistas latinoamericanos tienen con los medios de comunicación privados, voces de sus amos antes que voces de la sociedad, y no exactamente igual que en Europa, sino mucho peor.

Porque se hace prensa de parte, aqui y allí, y cuando surgen las criticas, se recurre a la libertad de prensa y de expresión como zona de seguridad a la que regresar tras las más o menos arriesgadas salidas a la opinión pública.

Delgadas líneas rojas sobre las que muchos periodistas, convertidos en terminales mediáticas de los poderes económicos, se mueven con la habilidad de un funambulista y, por supuesto, siempre dispuestos a sentirse indignados cuando se cuestiona su sacrosanta misión de cuarto poder al servicio de las libertades de la comunidad.

Tengámoslo claro.

El capitalismo oculta su diente torcido tras los grandes conceptos y las bellas palabras.

La democracia siempre pierde cuando hay algún interés creado de por medio, intereses que por otra parte se ocultan tras el bello mito de nuestros derechos y libertades.

En este sentido, la prensa es un buen ejemplo.

El interés de parte se oculta bajo el concepto de información como servicio público. Y bajo ese disfraz aspira a ser eficiente e invulnerable pues quién critica a un periodista ataca los mismos fundamentos del sistema de libertades.

domingo, julio 05, 2015

Y Grecia dijo NO

Y resulta que ha salido el NO.

Escribo este comentario de emergencia sólo para decir que cómo mínimo este NO va a servir para mostrar al resto de europeos de qué está hecha su Europa.

¿Hasta dónde llega esa democracia de la que tanto se presume?

¿Qué va primero: el dinero o las personas?

Hoy es un día histórico, uno de esos días en los que el tiempo revela su verdadera condición de eterno movimiento.

Hay un antes y un después del día de hoy y siento verdadera envidia de toda esa gente que ahora mismo se agrupa en la plaza Syntagma.

Como mínimo, este referendum va a servir para descubrir la verdad que se oculta tras los bellos discursos y las bellas palabras.

La contradicción se pone de manifiesto.

Grecia es un pueblo arrasado, que ya no tiene nada que perder como Leonidas en las Termópilas.

VIVA GRECIA!

Referendum

Escribe "El Pais" en su espantoso y terrorífico editorial de hoy lo siguiente:

"El referéndum es un recurso legítimo, pero no la panacea de la democracia. Y menos aún lo que distingue una democracia auténtica de otra bastarda. Solo las elecciones libres son distintivo exclusivo de la democracia."

Y aparentemente podría tener un pase en cualquier seminario de una facultad de políticas, pero lo cierto es que esta afirmación no tiene en cuenta la realidad de la vida política en los últimos años.

Resulta evidente que la vampirización de la democracia por parte de las estrategias totalitarias, avaras y economicistas del neoliberalismo tienen su punto principal en el concepto de las elecciones libres y tiene todo su sentido porque, con vistas a controlar una dinámica, siempre es mejor reducir el número de puntos de conflicto y reducirlos a uno es lo óptimo.

Así, democracia es votar cada cuatro años en unas elecciones libres.

Pero lo interesante es preguntarnos qué queremos decir cuando utilizamos la palabra "libres", porque precisamente en nuestro país existe un debate en el que se ha puesto en tela de juicio la libertad en esas elecciones.

Después de todo, el partido de gobierno y sus terminales mediáticas han relativizado el valor de verdad de esas elecciones en el sentido de relativizar las promesas y compromisos que se ponen en circulación durante una campaña electoral y que además tiene ese valor tan capital de resumir el concepto de democracia que soporta a nuestra sociedad.

En este sentido, habría que poner en tela de juicio el valor absoluto y relativo de esa libertad en un escenario donde en 15 días se compite por el voto con mensajes sobre los que sus emisores no adquieren ninguna responsabilidad.

Así, el sistema encuentra su legitimidad en unas elecciones presuntamente libres en las que el que promete no adquiere ninguna responsabilidad sobre lo que promete en su programa convirtiendo la campaña electoral en un concurso de trileros que pelean por la firma de un cheque en blanco.

La política más que en ningún otro lugar que en las elecciones, precisamente el lugar en el que obtiene su legitimidad, muestra su carácter de mascarada superestructural que oculta el juego de otros intereses más estructurales que, siendo bienintencionados, son precisamente quienes dificultan el cumplimiento de esos programas y promesas.

Lógicamente, en este escenario totalitario, el referendum no tiene ningún lugar.

Este escenario no precisa de puntos de fuga o de control.

Todo lo contrario.

Es por esto que en los medios y en la política mainstream se cuestione la buena práctica: me eligen por un programa, no puedo cumplirlo y pido la opinión de la ciudadanía.

Sin embargo predomina la obviedad de la mala práctica: No puedo cumplir el programa por el que me han elegido, me encojo de hombros y me dedico a hacer lo contrario de lo que pensaba en el momento de la campaña electoral.

En este escenario, la opinión del que se dice que es soberano es una molestía innecesaria que además pondría de manifiesto una desconexión entre representantes y representados que sería el hilo suelto por el que se podría empezar a tirar para descubrir todo un "amable" sistema de dominación.

El concepto de representación no debe verse comprometido generando oportunidades que pongan de manifiesto desconexiones y deslegitimaciones.

Importa más no deslegitimar la posición de la política como capataz que gestiona la plantación que hacer lo que en verdad los representados desean hacer.

Y por todo ésto lo mejor es no consultarle.

Está demasiado ocupado intentando sobrevivir a las políticas económicas que estoy imponiendo.

El político debe gobernar, debe decidir.

La política es tomar decisiones... aunque esas decisiones dejen en mal lugar el valor de verdad del sujeto que las toma.

Y en todo este muy loco y muy perverso sentido, tiene gracia que el único político que lleva al extremo el relato europeo de la democracia sea un apestado.

Seguimos en el siglo XX.

El capitalismo es el último y más cruel de sus "ismos" políticos y económicos.

Ni el fascismo ni el comunismo pueden competir con cifras como los 30.000 niños que mueren de hambre cada día en el mundo... y que llevan muriendo desde hace décadas.

Ha aprendido de sus predecesores y se oculta detrás de la libertad y de la democracia y desde la caída de las dictaduras comunistas no hace otra que mostrarnos su verdadera cara.

Tú mismo.

Inside Llewyn Davis

La bohemia y los bohemios ha venido siendo un tema transversal en las diferentes manifestaciones artísticas de nuestra cultura occidental desde que empezó a ser predominantemente burguesa.

Al fin y al cabo, el bohemio es otro tipo de alteridad. de otro al que mirar con curiosidad, pero también con un ánimo moralizante precisamente por ser de los otros y no uno de los nuestros.... y eso nunca puede ser bueno.

Aunque vivamos en sociedades industriales el espíritu de la tribu nunca ha callado y parte de su voz ininterrumpida es el relato de las consecuencias negativas que precisamente trae consigo el hecho de querer ser un otro diferente en el reino de la igualdad y la repetición de los nuestros.

El concepto surge en el siglo XIX, en el romanticismo francés, haciendo referencia a los gitanos, los bohemios que llevan otro tipo de vida diferente a la expresada en los canones de la vida burguesa, posteriormente esa vida en la que conceptos como trabajo, familia y patria (en los términos en los la burguesía los entiende: salario, hogar y responsabilidades) están ausentes se extiende a los propios extremos de la vida burguesa.

Extremos que si bien terminan siendo encarnados por los artistas e intelectuales, también incluían modalidades alternativas de vida propias del campo y de la clase obrera en su naufragio en la playa de la ciudad industrial. Una playa que configura un espacio específico: las afueras, los arrabales. Zona fronteriza donde los más valientes y mas desesperados intentan vivir de otra manera, recurriendo al idealismo político y/o artistico como vehiculo sobre el que asentar una vida diferente, alejada de los cánones definidos por el mundo capitalista y burgués y que, como mínimo, está condenada a la tragedia del enfrentamiento casi siempre cruento (si no hay locura de por medio) con una realidad que siempre tiene dueño.

Llewyn Davis es un heredero directo de esa actitud bohemia.

Sin oficio ni beneficio, durmiendo en casas de amigos y conocidos, Davis pone el arte que supone su música entre su mirada y esa realidad a la que su entorno intenta adaptarse convirtiéndose por ejemplo en músicos de sesión.

En este sentido, y a principios de la década de los sesentas. Davis supone un puente entre la cultura beatnik de los cincuentas y la cultura alternativa y hippy que está a punto de llegar.

Y con mucho lo más poderoso del personaje es su esfuerzo por mantener su propia visión de la realidad frente a los embates de una realidad mayor, más colectiva, de adaptación a un mundo que reclama menos diferencia y más repetición.

Resistencia que conduce directamente a la leyenda romántica que sustenta el mito de la bohemia y que se basa en el empeño casi siempre suicida por hacer prevalecer el propio punto de vista. Empeño que convierte al bohemio en una presencia ambivalente que puede servir como moraleja andante de los riesgos de intentar ser diferente, pero también de lo contrario, como mítico héroe trágico, capaz de poner toda la carne del asador en el empeño por prevalecer desde la diferencia.

Pero no nos engañemos: la voz de la tribu convierte al bohemio en una figura trágica, condenada al fracaso y como máximo a un relato que glosa la sublime belleza en ese fracaso.

Está bien la bohemia como metodología, luchar hasta la extenuación y el delirio para ser uno mismo, pero para ser uno más, porque, y después de todo, el que se excluye debe seguir el mismo destino de aquellos que ya están excluidos.

Hay sueños que se pueden perseguir y otros que son demasiado peligrosos.

Hay una delgada línea que separa el esfuerzo del fracaso y uno debe saber lo suficientemente inteligente para no cruzarla, pues la oportunidad de disfrutar las bondades de una sociedad les serán negadas.

Los bohemios como Icaro no tienen ningún problema en rebasarla.

Y Llewyn Davis seguramente la rebasó hace mucho tiempo.

"Iinside Llewyn Davis" reproduce con mucho acierto el tránsito patético de esa figura clásica y transversal del bohemio, y lo hace en el Village neoyorkino, en un blanco y negro excepcional, helado y áspero que contribuye a generar ese trágico contexto de fracaso que acompaña al bohemio como último héroe verdaderamente romántico.

Para mi gusto, una de las mejores películas dentro de la filmografía de los Hermanos Coen, lo cual es decir mucho, y que cuenta con la riqueza del talento de Oscar Isaac encarnando como mesura y sin excesos, el triste tránsito hacia el olvido de Llewyn Davis,

La puntual crónica del día a día de su marginalidad, de su fracaso en términos sociales.

La completa disonancia del uno frente al resto que intenta tocar esa rapsodia azul de cada día.

Magnifica.

sábado, julio 04, 2015

Es una lástima que el capitalismo ya no funcione tan bien como antes.

Es una pena también que nos esté obligando a nosotros, los sahibs europeos, a elegir entre nosotros. Porque no podemos salvarnos todos.

Están los malvados que deben y los justos que reclaman y lo están sin ningún análisis histórico, clavados como mariposas de un alfiler al cartón de un eficaz y eficiente relato de buenos y malos.

Ya no importa que Grecia lleve décadas siendo así, irresponsable, caótica y descuidada. Tampoco tiene importancia que se hayan tolerado sus cuentas falsas o que quienes tenían el dinero no quieran asumir el riesgo de haber lanzado su valioso dinero al abismo negro de la economia griega.

Mucho mejor la representación que la realidad.

Jugar ahora, que seguramente ya es demasiado tarde, el papel de justo y severo y exigir al débil la asunción de las propias responsabilidades... pero también la asunción de las responsabilidades del fuerte, del que ha prestado a ciegas durante años.

Y en medias de todo ésto, la gente de Grecia.

La gente que no tiene dinero para tratarse, la que se queda sin trabajo, la que se queda sin una ventana desde la que lanzarse... porque hay competencia en los periódicos europeos por sacar a griegos desesperados esperando sacar dinero de los cajeros, la imagen que más puede funcionar para despertar el miedo en los países de destino de esas imágenes, pero no hay tanto interés por hablar de los millones de griegos que ya no pueden ir a un cajero,

Esa gente es la que menos importa, lo cual no deja de ser curioso si tenemos en cuenta los valores que rigen Europa, valores que parecen haber quedado para que nuestros desalmados políticos para alicatar hasta el techo sus discursos con palabras hermosas.

Porque si algo queda claro en el turbulento escenario europeo de estos últimos años es que los Europeos nos quedamos con la pasta.

Todo lo demás es muy bonito, está muy bien... si puedes pagartelo.

Y el que no se lo puede pagar pues... algo habrá hecho.

En el referendum que se celebra mañana en Grecia se decide algo muy importante. El SI y el NO transparentan dos maneras de ver las cosas tan antagónicas como las que crearon el telón de acero: el dinero como fin en si mismo o el dinero como medio.

Porque hay un mundo delirante, psicópata y enloquecido compuesto por personas bien vestidas, que hablan con ecuanimidad y mesura, que cuidadosamente disimulan lo que son: pura barbarie.

La Europa que quieren construir es un infierno, la del bárbaro y genocida capitalismo global frente al que las últimas generaciones ilustradas y cultivadas de europeos son la última línea de resistencia y es lógico que sea Grecia quién encabece esta lucha contra el nuevo imperio bárbaro que esta vez viene del Oeste.

Votar NO es votar en favor de todo lo humano que hay en nosotros, defectos incluídos.

Votar SI es votar a favor de la máquina de valer y gastar.

Mañana no se ventilan únicamente temas económicos.

Nosotros mismos estamos en juego.

Porque votar NO es poner en evidencia la incompatibilidad entre el dinero y la democracia.

Ojalá pudiese ser griego para poder votar mañana que NO.

Mañana se decide algo tan importante como si las personas están por delante de las cosas o, al revés. las cosas por delante de las personas.

Como puedes ver, un asunto de capital importancia que trasluce la clase de personas que somos y, como consecuencia, la clase de mundo en que queremos vivir.

No es ninguna tontería.


San Andres

Tiene de todo.

Terremotos, tsunamis, terremotos más grandes... Su alcance es más modesto que la de su predecesora más próxima. "2012", que describía un escenario de destrucción global como consecuencia de un desplazamiento a lo loco de las placas tectónicas.

"San Andrés" describe ese gran acontecimiento sísmico que los expertos en sismología esperan para la costa Oeste de los Estados Unidos.

Y no hay mal que por bien no venga porque la total destrucción del estado de California por lo menos sirve para que la familia disfuncional que protagoniza la película vuelva a descubrir que es funcional.

No se yo si un cataclismo global puede ser la medida del amor, pero siempre se me han antojado excesivas esas parejas que necesitan del cataclismo para descubrir que el amor aún no se ha apagado entre ellos. Siempre me las imagino empezando a discutir en el día uno o dos de la reconstrucción... aunque ese polvo post-catastrofe seguro que es inolvidable.

En fin... "San Andrés" no cuenta nada que no hayamos escuchado antes, pero se esfuerza por mostrárnoslo como nunca se nos había mostrado merced a las nuevas tendenciass y avances en los efectos especiales digitales.

Y en este sentido, tiene sus momentos, pero no mucho más.

Lo suficiente para tener entretenida la mirada durante un par de horas... sin imaginar demasiado, como los niños pequeños que ven la misma película una y otra vez.

Imagino que el año que viene tocará meteorito... o quizá invasión chunga extraterrestre.




domingo, junio 28, 2015

The Salvation

La pregunta es clara: ¿Puede merecer a pena un western danés. rodado en sudáfrica y dirigido por un director procedente del Movimiento Dogma?

Parece muy loco, pero la respuesta es afirmativa.

"The Salvation" merece la pena.

De hecho es una película más sorprendente que narra una historia de venganza discurriendo sobre los carriles de representación de la versión estilizada del Western que produjera el italiano Sergio Leone con su spaghetti western.

Los destinos de Jon (Mads Mikelsen) y el hacendado Delarue (Jeffrey Dean Morgan) se cruzarán en un contexto de posesión como consecuencia de la presión que Delarue hace sobre los pequeños propietarios de la comunidad a la que Jon pertenece buscando hacerse con sus tierras.

Jon dará muerte al hermano de Delarue por matar a su mujer y a su hijo colocando a los habitantes de la comunidad en la tesitura de entregarle o no a Delarue.

Se trata de un esquema clásico de violencia y venganza en el que el aparentemente pequeño demostrará no serlo tanto frente a un grande que terminará enfrentándose a su pequeñez.

Dirigida por el ex-Dogma Kristian Lievring, "The Salvation" es una película breve y concisa, en absoluto disgresora, que tiene claro lo que quiere contar y lo cuenta con una necesaria solvencia claramente inspirada en el universo de Sergio Leone.

En "The Salvation" la violencia es presentada como un elemento consustancial al mundo que se nos muestra en imágenes, una violencia estilizada pero al mismo tiempo descarnada y dura, pura lucha por la supervivencia, por la prevalencia en un mundo caracterizado por la aspereza y la escasez.

En este sentido, la violencia se convierte en el acontecimiento esencial y es tratado como tal.

La narración se convierte así en un ambito monumental y sublime en donde se celebra la sagrada y enésima consagración del fuerte sobre el débil. Todos los western de Leone en realidad describen enfrentamientos, los estilizan, subrayan y consagran. Nada se cuenta que no sea superfluo y todo lo que no tenga que ver con esa lucha lo es.

"The Salvation" reproduce con mucho acierto esa lógica claustrofóbica que, en lugar de escapar hacia las panorámicas de los grandes paisajes como sucede en los western de Ford o Aanthony Mann, sólo tiene una fuga hacia el interior, en los primeros planos de los personajes y a través de sus gestos y miradas hacia el interior de lo mismos configurando un circuito cerrado de creciente tensión.

En "The Salvation" las dos voluntades que colisionan y se enfrentan son la de Delarue inspirada por la codicia y la de Jon, inspirada por la venganza.

Los pasos del mal una vez más se cruzan con los del bien.

Interesante.


sábado, junio 27, 2015

Discurso de Tsipras

Discurso pronunciado por el primer ministro griego Alexis Tsipras a través de la televisión pública de Grecia el 27 de junio de 2015 a las 01:00 horas.

"Hemos librado un combate en condiciones de asfixia financiera inauditas para lograr un acuerdo viable que llevara a buen término el mandato que nosotros recibimos del pueblo. Se nos ha pedido aplicar las políticas de los memorandos como lo habían hecho nuestros predecesores.
Después de cinco meses de negociaciones, nuestros socios nos han dado un ultimátum que contraviene los principios de la Unión Europea y socava el relanzamiento de la sociedad y la economía griegas.
Estas propuestas violan absolutamente los principios europeos. Su objetivo es la humillación de todo un pueblo, y manifiestan sobre todo la obsesión del Fondo Monetario Internacional por una política de extrema-austeridad. El objetivo hoy es poner fin a la crisis griega de la deuda pública.
Nuestra responsabilidad en la afirmación de la democracia y la soberanía nacional es histórica en este día, y esta responsabilidad nos obliga a responder al ultimátum basándonos en la voluntad del pueblo griego. Yo he propuesto al Consejo de Ministros la organización de un referéndum y esta propuesta ha sido adoptada por unanimidad.
La pregunta del referéndum de este próximo domingo será saber si nosotros aceptamos o rechazamos la propuesta de las instituciones europeas. Yo pediré una prolongación del programa durante varios días hasta que el pueblo griego tome su decisión.
Yo os invito a tomar esta decisión soberanamente y con la dignidad que nos enseña la historia de Grecia, que ha visto nacer la democracia y debe enviar un mensaje rotundo de democracia. Yo me comprometo a respetar el resultado, sea cual sea. Grecia es y seguirá siendo una parte indisoluble de Europa. Pero una Europa sin democracia es una Europa que ha perdido su brújula.
Europa es la casa común de nuestros pueblos, una casa que no tiene ni propietarios ni inquilinos. Grecia es una parte indisoluble de Europa, y yo os invito a todos y todas a tomar, en un mismo impulso nacional, las decisiones que conciernen a nuestro pueblo"


Tsipras como Leonidas

"Nuestra responsabilidad en la afirmación de la democracia y la soberanía nacional es histórica en este día, y esta responsabilidad nos obliga a responder al ultimátum basándonos en la voluntad del pueblo griego. Yo he propuesto al Consejo de Ministros la organización de un referéndum y esta propuesta ha sido adoptada por unanimidad"

Destaco estas líneas del emocionante y corto discurso con que Tsipras convoca un referendum entre los griegos,

Y lo peor es que es así.

La democracia está en juego.

Del mismo modo que en otros lugares del mundo, el FMI pretende imponer por la fuerza sus políticas de austeridad, unas políticas que tienen un inmenso coste social, y en contra del representante legalmente elegido por un pueblo que en teoría es soberano.

El gesto de Tsipras es el gesto de un hombre verdaderamente de izquierdas.

Como mínimo pone en valor el absurdo de un mundo que dice una cosa y luego hace otra, que habla de libertades y de democracia mientras al mismo tiempo pone por delante de las personas un avaricioso y enloquecido interés por el dinero que ya directamente resulta bárbaro y animal.

Porque están limpios, visten impecables trajes pero en el fondo todos ellos son unos barbaros, unos animales irracionales que están dispuestos a poner a todo un pueblo entre la espada y la pared.

Unos bárbaros que en absoluto están dispuestos a asumir su responsabilidad en la configuración de la situación en que Grecia actualmente se encuentra: la mentira de la economía griega mantenida mientras todo iba bien, el atrevimiento de permitir prestar dinero a un país que no prestaba las suficientes garantías.

Sólo quieren su dinero para comprarse una piscina más o para volverlo a prestar de manera descuidada.

Y tiene todo sentido que Tsipras como  Leónidas se oponga a lo que parece otro nuevo y aparentemente invencible ejército persa,

Grecia sigue siendo el guardián de la verdadera democracia no de esa cosa de celofán y colores que algunos miserables invocan solamente para ganar más y más dinero amparados en la ignorancia o en la confianza de las personas normales.

Es una fecha histórica la de hoy.

La democracia le hecha un pulso al dinero.

Como Leónidas, Tsipras ha trazado hoy, sobre el suelo de las Termópilas, la delgada línea que separa a los malos de los buenos porque, desengañemonos, ya no podemos vivir juntos en el mismo espacio, en el mismo tiempo.

El discurso de Tsipras es un discurso de estadista, un discurso al que ya no estamos acostumbrados en una Europa cuyos políticos se han convertido en obedientes capataces que gestionan para los intereses del amo a todos los que trabajamos en esta plantación.

El FMI y la europa miserable de la austeridad no sólo quiere un qué, quiere también imponer un cómo aunque ello implique saltarse la voluntad de todo un pueblo soberano.

Y en el fondo, si lo pensáramos un poco, todos los hombres de buena voluntad llegaríamos a la misma conclusión: No está bien... sobre todo si luego se te llena la boca de libertad y democracia buscando cerrar el circulo, queriendo tenerlo todo.

La historia se mueve una vez más con ese no está bien que Tsipras resume en su emocionante discurso de hoy.

Como hace unos cuantos miles de años, la voluntad de un pueblo resumida en el gesto de un hombre se levanta para hacer frente a unos bárbaros que en este caso llegan desde el Oeste.

Por lo menos ten el coraje de reconocerlo.

Reconoce que hay dos europas: la de los hombres y la de los miserables.

¿A cual perteneces tú?


Victimas de primera y de segunda

Francamente, no encuentro sorprendente la diferencia de comportamiento en la fiscalía que pasó por alto en su momento los insultos y descalificaciones a Pilar Manjón cuyo hijo murió en el atentado islamista de Madrid mientras que, ahora, pretende procesar al concejal Guillermo Zapata por hacerse eco de unos chistes execrables.

Una de las cosas que hacen despreciable a la política del régimen constitucional del 78 es el modo tan depravado con el que han sido utilizadas las victimas del terrorismo como parte del juego político.

Al final, a la pereza intelectual que ha caracterizado a nuestro debate político le han venido bien el grupo de víctimas habitual para poner sobre la mesa, generar en los interlocutores el escándalo conveniente y así evitar incómodas posiciones en la discusión de determinados matices que la perspectiva del tiempo ha venido añadiendo a un tema que siempre se ha gestionado tanto desde el PSOE como del PP con el bigotito de Franco.

Y no tanto por las victimas en sí, que merecen todo el respeto, sino por la aparición con el paso del tiempo de otras victimas, diferentes y discrepantes, que en absoluto han sido tratadas de la misma manera.

Esas victimas han ido mostrando que el cuidado que algunos sentían por ellas nunca fue por su condición de victimas, sino por su carácter de victimas en defensa de una propia causa. En definitiva, por el carácter de ser SUS víctimas.

Un ejemplo incuestionable es el de esa mujer valientes y honesta llamada Pilar Manjón, pero también pienso en otros ejemplos: los desaparecidos de la Guerra Civil, los familiares de los niños robados durante el franquismo o los defenestrados por las políticas de austeridad desde las ventanas de sus casas a punto de ser embargadas.

Todos ellos victimas de segunda categoría.

Victimas que al final siguen siendo parte de esas hordas rojas que Franco contuvo en su cruzada, mientras que  todos esos policias y guardias civiles muertos por ETA son victimas de primera categoría, victimas que gozan de tanta predilección en la memoria sentimental de nuestra derecha no tanto por caer defendiendo un orden constitucional sino por caer en primera línea, luchando en la cruzada contra una nueva acometida de las hordas rojas.

Sólo así puede entenderse el contraste entre el fervor que nuestra derecha siente por los asesinados por ETA frente al que siente por cualquier otra clase de caídos.

Unos son sus muertos mientras que los otros desgraciadamente no lo son y sólo merecen la pena de boquita pequeña, una pena alejada de la sublime épica de esos petalos rosas que se lanzaban sobre el paso de la Guardia Civil en los primeros días de las Fuerzas Armadas.

Ahora ya no lo hacen.

Se han cortado.

Se notaría mucho la ausencia de esa respetuosa nieva roja sobre el paso de otros caídos.

Pero siguen sin poder evitar su predilección, llegando incluso a olvidar en una sesión del Congreso en homenaje a las victimas precisamente a las victimas del atentado islamista de Madrid, causado precisamente por los que ellos mismos consideran el presente enemigo.

Pero nuestra derecha es retrógrada hasta en éso.

Sólo así puede entenderse este video:



No se trata de chistes, entrecomillados o no.

El rechazo expresado de alguien que discrepa y ante cuya persona hay alguna cosa más importante que su condición de víctima a la hora de juzgarla.

Lo que piensa Manjón es decisivo a la hora de valorarla porque precisamente no piensa como ellos.

Pero lo peor no son los comentarios que ella lee, porque siempre hay idiotas y desalmados. Lo peor es la reacción institucional.

El silencio de una fiscalía que ahora, con los chistes de Zapata, se muestra preocupada por las victimas del Holocausto, victimas de otro tiempo, victimas siempre convenientes para ejecutar el crimen social de la hipocresía cuando se ventilan temas tan importantes.

Como consecuencia de todo esto, pensar que hay algo podrido, algo que hay que limpiar es inevitable.

Sólo la simple constación de esta miserable injusticia debiera llevarnos también a pensar en la necesidad de una refundación, en dejar paso a las nuevas generaciones que nada saben de hordas azules y rojas para liberar de una vez a este pobre país de las sombras de su pasado. Un pasado de cuya alargada sombra forma parte la Constitución de 1978.

“El totalitarismo nazi y soviético no fueron aberraciones nacidas de personajes nacionales o historias políticas peculiarmente disfuncionales; más bien, eran fenómenos que fueron posibles gracias a una concreta constelación de acontecimientos y tendencias dentro de la historia y la cultura europea moderna. El principal y primero de todos ellos fue el imperialismo de finales del siglo XIX, con su enfoque en la expansión por la expansión y la acumulación ilimitada de riqueza. Esta ilimitada búsqueda de la riqueza y el imperio socavó la estructura autolimitada del estado-nación y prefiguró la totalitaria persecución de la conquista mundial. Además, representaba, a ojos de Arendt, el triunfo del burgués (que deseaba la riqueza y el poder a cualquier precio) sobre el ciudadano (que estaba preocupado por la esfera pública y la preservación de los derechos y las libertades). La disolución de las fronteras estables del mundo público con el fin de ir más allá en la persecución de la ganancia, permitió al imperialismo preparar el escenario para movimientos políticos que ya no estaban interesados en ese mundo auto-limitado y estable de lo público sino en la conquista y la autoafirmación de una identidad nacional (étnica o racial).”

domingo, junio 21, 2015

Jurassic World

La secuela siempre fue el camino más corto para conseguir el éxito en una industria de alta capitalización como el cine donde el retorno de la ganancia es esencial.

En un principio, la estrategia para producir la secuela se redujo al tema, a la repetición de los mismos personajes sometidos a una prolongación de la trama o a los mismos personajes sometidos a una misma situación, pero la tecnología empieza a permitir a la industria una nueva y prometedora variante: hacerlo mejor desde el punto de vista técnico y visual.

En este contexto hay que entender "Jurassic World".

Veinte años después la técnica ha avanzado una barbaridad y es posible hacer mejores y más realistas efectos especiales que enriquezcan un producto que precisamente basó su atractivo en el grado de avance de lo digital

Y si algo se esfuerza en mostrar "Jurassic World" es precisamente éso.

Todo lo demás se mantiene constante.

Porque "Jurassic World" reproduce al pie de la letra ese aroma a película robotizada tan de los noventas, de espectáculo tan confiadamente amparado en el poder encantador de los efectos digitales sobre la mirada del espectador que se podía permitir e lujo de olvidar todo lo demás. especialmente de la historia.

Y si bien es cierto que esa estrategia funcionó durante un tiempo, no es menos verdadero que esa ciega confianza en el poder de lo técnico ha terminado perjudicando a los productos cinematográficos, reduciéndolos a la condición de muy caros y tecnológicos espectáculos de feria.

En este sentido, "Jurassic World" tiene un punto viejuno que no me gusta nada.

Todo resulta demasiado manido y sumario, evidente y mil veces visto.

Después de haber visto blockbusters como "Mad Max" o "Tomorrowland", que buscan dar más de lo mismo pero de una manera diferente, recurriendo a lo estratégico de la historia y no a lo táctico de lo técnico, detecto una diferencia en contra de "Jurassic World".

Detecto el futuro en aquellas y el pasado en ésta.

Me disgusta la pereza que trasluce su argumento, la enésima revisión del ya demasiado visto infantilismo spilberiano basado en los buenos y nobles sentimientos que nacen dentro de esa picadora de carne llamada "familia". Basado también en el juego de roles antediluviano que asignan al hombre y a la mujer los mismos papeles dentro de la historia; ella plantea los problemas y el los resuelve (y sin embargo termina queriéndola)... y unas cuantas cosas más de esta índole empezando por el malvado sin escrúpulos y terminando por el irresponsable potentado.

Todo visto un millón de veces... y lo que es peor contado un millón de veces sin el cariño necesario, convertido en el mero soporte estructural de un vehículo narrativo hecho para otra cosa distinta a la de contar una historia: epatar a golpes de imágenes que ni siquiera son poderosas, que sólo sorprenden una vez porque no hay ninguna energía interna que las justifique.

Por esto mismo, dentro de un par de años, podríamos volver a ver sin ningún problema una nueva copia de "Jurassic World".

Quizá los dinosaurios puedan moverse por entre las butacas.

Lo respeto pero no es mi clase de cine.

Viejuna.

sábado, junio 20, 2015

Los comulgantes

Es muy interesante que una religión como la cristiana haya generado un concepto, el silencio de Dios, para procesar los propios e internos sentimientos de duda de los suyos, de sus creyentes acerca de la propia creencia en ese Dios.

No sé si en el resto de religiones existe un concepto parecido, religiones que abren una válvula de escape a la no creencia en el Dios que soporta esa misma religión.

En cualquier caso, y sobre el silencio de Dios, Ingmar Bergman filma en 1963 "Los Comulgantes", una de sus mejores películas.

El protagonista de "Los Comulgantes" es un pastor protestante llamado Tomas Erickson, magnificamente interpretado por un sobrio Gunnar Björnstrand, uno de los actores clásicos de Bergman.

Como consecuencia de la muerte de su mujer, Erickson ha perdido la fe. No hace otra cosa que escuchar constantemente ese silencio de Dios que, a su vez, no es otra cosa que el sonido de una nada, de un vacío que antes ocupaba ese concepto.

Pero lo peor de "Los Comulgantes" no es que Erickson sea un religioso que ha dejado de creer en Dios, lo más terrible es el efecto distorsionante que esa falta de fe tiene sobre los personajes que le rodean, sobre eso que se define con la palabra "rebaño".

Este efecto destructivo se expresa de manera brutal en la relación que tiene Erickson con el pescador Jonas Person, interpretado por Max von Sydow.

Erickson será incapaz de proporcionar a Person el consuelo que este busca en él a sus dudas. Y mucho más, no mostrará la menor compasión con él, perdido egoístamente en su dolor, aprovechando su debilidad para mostrarle las suyas.

En este sentido, el empeño de Erickson por continuar le muestra al espectador como un ser terrible en su inmenso egoísmo que termina proyectando hacia el exterior el vacío interior que él mismo siente. Un vacío que Bergman expresa de manera metafórica en las ceremonias en templos vacíos que Erickson preside casi mecanicamente.

Porque "Los Comulgantes" es una película cíclica.

Empieza con una misa que Erickson da en una iglesia medio vacía y termina con otra misa en una iglesia completamente vacía, casi a oscuras en la que Erickson completa una vuelta en su espiral de autodestrucción espiritual, en la que se transparente lo poco que le queda a Erickson para aferrarse.

"Los Comulgantes" es una película extraordinaria.

martes, junio 16, 2015

Nosotros, ellos y el humor

Es un tema muy interesante el del humor y también el de los que se ofenden con ese humor.

Y en este aspecto no hay valores absolutos, si acaso son los poderosos los que nos dicen a todos qué es lo que es gracioso y qué es lo que no lo es, que se convierte en una intolerable ofensa.

Y digo esto porque no hace demasiado tiempo todos eramos Charlie Ebdo.

Y no entiendo cómo aquellos mismos que consideraban como un alarde libertad e inteligencia chistes en los que, por ejemplo, aparecía un musulmán intentando protegerse con un Corán de las balas que otro musulmán le dispara (todo ello con motivo de las matanzas en El Cairo) reaccionan agresivamente cuando los muertos sobre los que se hace la gracieta son los nuestros.

¿Dónde está la diferencia?

¿Qué es eso que convierte a uno en un acto de libertad y a otro en un acto vil y reprobable?

Pues la diferencia precisamente está en la distancia que separa al nosotros del ellos.

Sobre ellos, los que no son como nosotros, que no comparten nuestros valores y que viven en las salvajes sombras del error, todo vale, mientras que sobre nosotros, sobre nuestro destino, las bromas tienen que ser las justas.

No hay nada más serio que el nosotros, todo aquello en lo que creemos.

Y lo terrible no es que suceda esto porque es humano, demasiado humano parafraseando a Nieztsche, sino que esa diferencia a nosotros, ciudadanos pretendidamente miembros de una sociedad abierta, no nos haga pensar.

En 1927, Sigmund Freud escribió un pequeño libro dedicado al humor. En él, describe precisamente el origen del humor en la negación de la realidad y del dolor que nos causa. En este sentido, el humor supone el triunfo del principio del placer sobre el principio de realidad.
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El objetivo del humor es negar lo dramático de la realidad elaborando una realidad paralela que tiene un grado de intensidad mínimo, que no supone una desconexión de la misma sino su cuestionamiento,

Reconocer la realidad no es gracioso y aceptarla mucho menos.

Lo gracioso es desafiar sus dictados utilizando la inteligencia para dar la vuelta a las cosas, generando una realidad paralela. Una realidad que por contraste genera el efecto humorístico.

No entraré en más detalles.

Lo que me interesa es nuestra incapacidad para hacer humor sobre lo nuestro, sobre nuestros muertos y no es casualidad que el poder lo fomente, porque no necesita atrapados en el pasado, esclavizados por los dictados y las lecturas de legitimación en torno a nuestros muertos.

Toda la energía emocional que sostienen las ideas y las palabras que legitiman a un régimen parten precisamente de esos muertos con los que jamás podemos establecer otro tipo de relación que no sea la triste y dependiente deuda.

Y de eso se beneficia el poder.

Por eso le preocupan los muertos institucionalizados, las victimas del holocausto o las victimas del terrorismo, pero en absoluto le interesan otras victimas: las de la pobreza, el paro o los desahucios. Contra ellos valen las bromas y la más frecuente de todas es minusvalorarlos.

Hay muertos que legitiman, que siempre están ahí para poner encima de la mesa y zanjar cualquier discusión, cualquier matiz, recurriendo a la irracionalidad de la indignación y el escándalo.

Otra cosa son los muertos de los otros.

Precisamente deben ser tratados de manera opuesta.

Respetarlos significa tener en consideración su causa, hacerla propia, introducir la posibilidad del error de este lado de la trinchera.

Por eso todos pudimos ser Charlie Ebdo aunque la revista haga chistes de personas que mueren buscando un imposible refugio en un libro del Corán.

No hay ningún refugio para ellos,,, ni siquiera los protege el Corán que se presenta para ellos como su último refugio.

Basta la verdad fulminante de nuestras palabras para destruirlos.

Por eso, en aquel momento, no distinguimos entre la barbarie del asesinato de los humoristas de la barbarie que significaba su humor.

Lo metimos todo en el mismo paquete.

No se trataba de nosotros, los formales.


domingo, junio 14, 2015

“Polanyi no cuestionó tanto la legitimidad o justicia del liberalismo económico cuanto su posibilidad misma. Desde su punto de vista, el ideal de mercado autoregulado generalizado es un proyecto utópico y autodestructivo, materialmente incompatible con ninguna de las variedades de la vida social de los seres humanos. El mercado libre nunca ha existido ni puede existir. El desarrollo de una mercantilización generalizada siempre ha requerido de agresivas intervenciones del estado que palíen sus fallos generalizados y quiebren la renuencia de la gente a dejarse arrastrar por el huracán económico.
La especulación financiera, la crisis medioambiental, la precarización, la desigualdad extrema… el capitalismo contemporáneo parece una pesadilla polanyiana.”

Stranger than paradise

El punto de partida de "Stranger than paradise", la segunda película del verdaderamente independiente Jim Jarmusch, es un cortometraje que narraba la llegada a los Estados Unidos de una emigrante húngara que debe parar unos días en Nueva York antes de viajar a Claveland con su tía.

Se titulaba "The New World" y, más o menos, ocupa la primera parte de "Stranger than paradise", justo hasta la marcha a Cleveland.

Jarmusch tenía más ideas, pero le faltaban medios y gracias a la ayuda de Wim Wenders entre otros consiguió rodar esta brillante fantasía beatnik que rebosa de un sentido del humor que linda en algunos momentos con el absurdo como esa visita a ese lago Erie oculto bajo la bruma.

Rodado en un espectacular blanco y negro, "Stranger than paradise" es una crónica beatnik de una generación con vocación de perdida, de marginal. En ella, abunda una inconsciente levedad, un culto al instante que directamente está emparentado con el sentido del humor que destila la historia, un humor fresco, sin complejos, que directamente tiene que ver con el modo en que los personajes se mueven y viven.

La vida ordenada y burguesa, el peso de las cargas y las obligaciones quedan a un lado.

Sólo prima ese desplazarse por la sociedad, descripción que Jack Kerouac aplica a su Sal Paradise/Neal Cassidy la primera vez que le ve.

Nada parece atar a unos personajes que protagonizan una dinámica de completa libertad y que resume como metáfora ese maravilloso final con uno de los personajes camino de Budapest.

¿Por qué no?

Y entre líneas uno puede leer la esencia de ese mensaje beatnik con el que aquella generación cuestionaba la verdad revelada de las sociedades opulentas basadas en la abundancia y el consumo. Una ética del movimiento y de la acción que precisamente impedía aquello que ataba: la excesiva posesión de cosas, pero también de una historia personal, de una vida concebida como escenario para la acumulación de objetos.

En este sentido, los personajes de "Stranger than paradie" no parecen reparar en su indigencia mientras se plantean que harán mañana porque ya les aburre el hoy.

Absolutamente contracultural.

Algo más que una película.




"La principal fuerza desestabilizadora tiene que ver con el hecho de que la tasa de rendimiento del capital en el sector privado, r, puede ser significativamente más alta durante largos períodos de tiempo que la tasa de crecimiento del ingreso y de producción, g.
La desigualdad r> g  implica que la riqueza acumulada en el pasado crece más rápidamente que la producción y los salarios. Esta desigualdad expresa una fundamental contradicción lógica. El empresario tiende inevitablemente a convertirse en una rentista cada vez más dominante sobre los que no poseen más que su fuerza de trabajo. Una vez constituido, el capital se reproduce más rápido que la producción aumenta. El pasado devora el futuro ".

Muy lejos de lo sublime estamos...

"El dominio de las pasiones en nombre de principios, es sublime."

Chistes e intoxicación

El tema de los twits de Guillermo Zapata, nuevo concejal del nuevo equipo de gobierno municipal del gobierno de Madrid, es otro ejemplo de lo importante que es la descontextualización en la guerra sucia en que hoy en día se ha convertido esa esfera de comunicación interesada que antes se decía que ocupaba la información.

¿Y por qué descontextualización?

Porque los mencionados twits forman parte de un contexto, de una conversación en la que se debatían los limites del humor.

Y dentro de ese contexto los chistes van entrecomillados y se presentan como ejemplos precisamente de esos límites del buen sentido que a veces se franquean, pero nada de eso ha importado.

Olvidando los entrecomillados, se han considerado como expresiones propias de Guillermo Zapata y cumplir han cumplido su función, la de ofrecer el clavo ardiendo de un discurso al que los voceros del sistema pueden agarrarse (con gusto además) para enturbiar el maravilloso día de hoy. Un día de alegría en el que las fuerzas populares han ocupado las alcaldías de las más importantes ciudades del país, aspecto que por sí solo muestra a quien quiera verlo quién ha sido el verdadero ganador de las pasada elecciones municipales.

Pero nada de eso ha importado.

Ni siquiera ha importado que Irene Villa, una de las mencionadas en alguno de esos chistes entrecomillados, participase en esa reunión.

Ha brillado por su ausencia la voluntad de informar, sólo ha destacado la necesidad de ofrecer un hueso que roer a aquellos que que quieran roer ese maldito hueso.

Y abundando en este sentido es increíble la interesada falta de rigor en un debate público que si algo demuestra es ese carácter tan fundamentalista y nada democrático de estar ansioso por ofenderse y escandalizarse.

Porque hay personajes que en medios ya se comportan como telepredicadores de su propia desinformación, voceros que claramente definen el bien y el mal según les va en la feria. Personajes siniestros que son verdaderos soldados mercenarios al servicio de la desinformación mientras que, a boca llena, proclaman estar del lado de la verdad,

La guerra sucia continúa.

La nueva izquierda no podía disfrutar tranquilamente de su nuevo éxito sin que el viejo sistema intentase aguarlo mostrando al mismo tiempo su podredumbre, porque al final lo que va a quedar de estas municipales son los nombres y los rostros de las principales ciudades de España, unos nombres y unos rostros que no son los suyos ni los de sus amos y esto hay que evitarlo.

Igual que aquella frase que el futbolista Juanito pronunció sobre lo que suponía jugar en el Bernabeu para los equipos visitantes en las noches europeas, una frase que señalaba lo largos que los noventa minutos que dura un partido podían llegar, lo que traslucen estas noticias claramente malintencionadas e intoxicatorias es lo largos que también pueden llegar a hacerse los cuatro meses que quedan hasta las generales de Noviembre en esta España de ave y pandereta.

Si consideramos la investidura de los nuevos alcaldes como el pitido con el que se da inicio el partido, la primera entrada a la altura de la rodilla ha sido hoy, nada más empezar, contra Guillermo Zapata que como horda roja que es no tiene el menor respeto por los valores de civilización y humanidad que defiende nuestra sociedad,

De ahora en adelante, cualquier cosa les va a valer, sea verdad o mentira y a estas alturas, con el grado de abyección en el que estamos, unas comillas no significan nada,

Y la batalla se va a dar en ti, en tu cabeza, en tu criterio.

Porque la verdad o la mentira han dejado de contar.

Ellos saben que lo que verdaderamente importante es lo que la gente quiere creer, de lo que se trata es de proporcionar argumentos para los que quieren creer sigan creyendo.

Más huesos que roer lanzados a diestro y siniestro.


Vomitivo.