lunes, julio 25, 2011


CIUDAD DE VIDA Y MUERTE

Antes de atacar Pearl Harbor en 1941 y enfrentarse a los Estados Unidos abriendo, el imperialismo japonés desarrolló un expansionismo agresivo hacia Oriente ocupando China y Manchuria en los últimos años de la década de los treintas. Allí llegó a tener casi dos millones de soldados ocupados, incluso cuando los Estados Unidos les acorralaban y derrotaban expulsándoles de una isla del Pacífico detrás de otra.

Los chinos no guardan un buen recuerdo de aquella época y buena parte de la animadversión que sienten por los japoneses viene de entonces, un momento en el que fueron víctimas de un auténtico genocidio en el que los nipones exterminaron a alrededor de diez millones de chinos.

"Ciudad de vida y muerte" sucede en uno de los puntos nodales de aquella guerra genocida de ocupación, en la masacre de Nanking sucedida en diciembre de 1937.

"Ciudad de vida y muerte" es una película coral que narra sin concesiones, con gran dureza y dramatismo los acontecimientos que sucedieron tras la ocupación de la ciudad.

Rodada en un poderoso blanco y negro y con los medios de una superproducción, "Ciudad de vida y muerte" consigue el milagro de que sean los rostros y las miradas quienes protagonicen la historia... o mejor dicho las historias de muerte y dramatismo que afectan a todos los personajes. Por increíble que parezca "Ciudad de vida y muerte" descansa en las expresiones de los personajes.

Los rostros no se pierden en la masa, en el alto nivel del acontecimiento histórico y de ahí, de la importancia del sentir, la película extrae toda su fuerza, una fuerza inmensa que no deja indiferente al espectador ante el bestial espectáculo de la masacre indiscriminada.

Y uno cree poder ver el tremendo y ponzoñoso daño que esa brutal destrucción de cuerpos y vidas ejerce sobre el ser y estar de quienes lo viven, especialmente en el maravilloso personaje que es el soldado japonés Kadokawa cuya mirada pura, poco a poco corrompida por los horrores que ve, casi protagoniza la historia -especialmente el final de la misma-.

Obra maestra.

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