martes, diciembre 08, 2009

DEATHPROOF

Como su propio nombre indica el "exploit" es un género cinematográfico que busca explotar en sus argumentos una serie de aspectos que, como la violencia o el sexo, están más allá de línea que traza la moral entre lo aceptado y aquello que no lo está. El principal atractivo del exploit es convertirse en correa de transmisión de ese inconfesable alimento para los más salvajes instintos. Así, los argumentos no importan tanto por sí mismos como por el grado en que sirven de vehículo de ese alimento para la mirada hambrienta.

En "Deathproof", Quentin Tarantino se permite hacer un homenaje a las películas de este género y, en concreto, a un tipo específico llamado "muscle cars" que vehiculizaba el sexo y la violencia a través de persecuciones automovilisticas a gran velocidad.

La película consta de dos partes. En la primera de ellas, el cazador -un especialista llamado Mike (Kurt Russell)- persigue y elimina a un grupo de cinco chicas usando su coche como arma homicida. En la segunda, el cazador es cazado por otro grupo de chicas y recibe un, como no podía ser de otra forma, sangriento y violento merecido.

Argumentalmente no hay nada más. Chicas y violencia. Puro exploit. Pero Tarantino añade un plus a esta estructura básica dando lo mejor de sí mismo, que es mucho, a la hora de construir una sucesión de secuencias llenas de monólogos y diálogos brillantes, vacilones y sabrosos que son siempre marca de la casa.

En alguna ocasión ya he escrito que, para mi gusto, el principal talento de Tarantino descansa en la dramaturgia de los diálogos y "Deathproof" es una buena prueba de ello.

Lo que se dice es tan importante como lo que sucede e incluso, a veces, más importante.

"Deathproof" es una sucesión en dos partes de brillantes secuencias basadas en diálogos y monólogos "made in" Tarantino, cada una de las cuales culmina en una no menos brillante secuencia de acción, destacando especialmente la larga y tremenda persecución final en la que el cazador termina resultando cazado.

No creo que Tarantino sea el genio que algunos dicen ser. Su talento es muy limitado, muy local. De algún modo se limita a hacer las películas que ha visto y que le gustaría seguir viendo. Pero carece de reflexión, de distanciamiento... No hay trascendencia en Tarantino, sólo inmediatez. Le importa más bien poco el sentido de la violencia o del sexo que muestra, posicionarse desde un determinado punto de vista que no sea el del simple espectador que unicamente se limita a reproducir y, como máximo, a destilar la esencia del cine que disfruta y admira. Nunca podrá hacer algo parecido a "Grupo Salvaje", pero ésto no quiere decir que no sepa hacer bien lo que sabe hacer... cuando lo hace. Ser un "moviegoer's digest" que sabe hacer diálogos. Y es que, después de cien años de cine, hay tantas películas y tantas imágenes que al espectador le viene bien un intermediario que filtre y consolide, que destile las esencias de los géneros y que los combine, dioses menores en el Olimpo de los creadores.

Y en este sentido, "Deathproof" es Tarantino en estado puro, en su mejor versión, sin conservantes ni aditivos.

Interesante.

domingo, diciembre 06, 2009

THE DIVINE COMEDY

Gin soaked boy


"I'm the genius in the gene
I'm the beauty in the beast..."
















AVATAR

La palabra "avatar" procede del sánscrito y significa "una manifestación de una misma e inalterable mismidad". Esencialmente se emplea en la religión hindú para designar a las diferentes manifestaciones, encarnaciones, de la divinidad, Vishnú, que regresa a la tierra para guiar a la humanidad.

A lo largo de la historia de la humanidad, Vishnú ha adoptado diferentes avatares. Los diez más importantes se denominan Desavatara y se ordenan en orden creciente según la antigüedad. El penúltimo más moderno es Buda y luego, después del décimo la cosa se desmanda y los avatares son innumerables.

Este concepto no debería ser extraño para nosotros puesto que el Jesucristo de nuestra tradición judeo-cristiana no es otra cosa que una versión complicada del concepto de avatar. Inicialmente es el hijo de dios, pero, y a través del concepto de Santisima Trinidad, son una y la misma persona. Es decir, su palabra es la palabra de Dios y todos sabemos, permitaseme la herejía, que un verdadero hijo siempre se define en contra de su padre.

Asimismo, la teoría platónica de las ideas convierte a las cosas tangibles en manifestaciones de las ideas que permanecen intocables y perfectas en algún lugar más allá del espacio y del tiempo. De algún modo, cada cosa es una especie de pequeño avatar que contiene, en una determinada proporción, la esencia que se manifiesta en ella, en su existir.

Y escribo todo ésto porque una cosa es la voluntad del pueblo español de ser soberano y organizarse en democracia y otra muy diferente la plasmación de esa voluntad en la Constitución de 1978 que hoy, 6 de diciembre, volvemos a conmemorar, de un tiempo a esta parte, con renovada desilusión.

Lo realmente válido, lo divino e ideal, es esa voluntad del pueblo español de dotarse a sí mismo de un sentido y un orden.

Lo finito y mutable es la manifestación de esa voluntad aprobada y sancionada un 6 de diciembre de 1978.

Es evidente que las cosas han cambiado. El paso del tiempo está mostrando el desgaste y las costuras de una Constitución que cumplió eficazmente su función y que, a la luz de la historia, y para mi gusto, tuvo un esencial carácter transitorio y contemporizador en un momento complicado de nuestra historia.

Y no me extraña que sean nuestros políticos quienes principalmente se opongan a ese cambio. Por un lado, este avatar de 1978 les ha permitido erigirse en una aristocracia que no ha dudado en forzar los límites de esa constitución una y otra vez, siempre que ha chocado con sus intereses cortoplacistas de permanecer en el poder y por otro ese reto, el de encarnar verdaderamente a la voluntad popular, está por encima claramente de sus posibilidades.

Supongo que es mucho más fácil mantener la constitución de 1978 como un intocable icono congelado, representativo de la voluntad popular, y generar por debajo de él, poco a poco, un aparato de leyes orgánicas que la contradicen presionando al Tribunal Constitucional u ocupándolo políticamente. Y por supuesto negar esa evidencia cada vez que se ponga de manifiesto recurriendo a la responsabilidad y buscando una sesuda legitimación en una versión reducida y con ilustraciones de "El Principe" de Maquiavelo.

Supongo que es mucho más fácil... para ellos, que para parecerse a Obama se pintan la cara de negro y para ser como Fidel Castro se dejan barba y fingen que fuman un enorme veguero.

Pero si hay algo verdadero por encima de la recurrente mentira de nuestra realidad virtual es la certeza del cambio. El cambio existe. Las sociedades evolucionan. Se mueven. Los regímenes envejecen y mueren, como murieron los dioses griegos. Es ley de vida. Las obras del hombre reciben, al ser creadas, la propia maldición de su creador: la finitud. Pero, y si hay algo que debe morir en último lugar, es la voluntad de los pueblos que sólo desaparece cuando desaparecen estos.

Y el cambio es necesario porque implica la mejora, el haber aprendido de los errores al someter a la prueba del tiempo las decisiones tomadas en el pasado. Es inevitable si esa voluntad es una voluntad libre que reflexiona sobre sus actos y su validez en el tiempo... porque no hay decisiones que duren 100 años y mucho menos en textos tan exhaustivos y largos.

Y no me extraña que nuestros partidos políticos se muestren unánimes -como siempre que se tocan sus intereses como grupo- a la hora de descartar el cambio constitucional.

Después de todo, y por sus acciones y omisiones, ellos empiezan a aparecerse como otro de los errores a corregir en un nuevo y futuro avatar. Porque, y en buena parte, son ellos los responsables de ese desgaste con su total y completa falta de responsabilidad, principalmente expresada en la no existencia de un sentido de estado que les haga pasar de simple político al grado superior de estadista.

Si algo caracteriza a los políticos de la transición con respecto a los actuales es su sentido del estado, su carácter de estadistas, seguramente forzado por las circunstancias pero puesto de manifiesto en el consenso y en una importante capacidad para el pacto basada en la no menos importante capacidad de reconocer aspectos que deben permanecer al margen de la batalla política, zonas de acuerdo y estabilidad que con su verdad tangible generan la legitimidad de un régimen que ahora basa su legitimidad en el desconocimiento, la dejadez y el olvido por parte de la soberanía popular.

Y cada vez que se conmemora la constitución también se recuerda éso, su espíritu dialogante, transversal e integrador. No sólo de palabra. Esencialmente, de facto.















EL TESTAMENTO DE ORFEO

Es difícil explicar el contenido de esta película de Jean Cocteau.

De forma evidente es un viaje por las obsesiones de Cocteau como creador, las tensiones internas que dan lugar a su obra, los temores y las fascinaciones que la producen siempre en relación directa con las propias quimeras que su imaginar creador produce. A través de esos sucesivos encuentros que forman este viaje de Cocteau en busca de sí mismo, el autor entra en una especie de coloquio interior que pone en evidencia su propio e intransferible misterio, matriz ignota e inabarcable de la que surgen las palabras y las imágenes que conectadas las unas con las otras componen la acabada obra.

"El testamento de Orfeo" nos narra la constatación de un misterio que no es otro que el del propio Jean Cocteau como autor.

Sólo hay lugar para las preguntas... y también para fascinantes y bellas imágenes, para inteligentes y hermosas palabras que hacen de "El testamento de Orfeo" un hermoso camino que el espectador sigue sin que le importe demasiado el lugar a donde lleva. Las preguntas se bastan por si solas para interesar. No necesitan de respuestas satisfactorias y convenientes para justificar su existencia. Es suficiente con escuchar y ver el modo en que Cocteau las formula convertido en una suerte de maestro de ceremonias que nos acerca hasta su propio asombro, mostrándonos su dudar con el absoluto convencimiento que da el saber que lo alegórico y lo simbólico es la única herramienta que tenemos para expresar nuestras más profundas verdades. Lanzas arrojadas hacia una colosal oscuridad inmensa.



Imprescindible.




sábado, diciembre 05, 2009

THE DIVINE COMEDY

Tonight we fly...



TRAFALGAR

"Trafalgar" es la novela que abre los "Episodios Nacionales", un conjunto de 46 novelas históricas con la que su autor, Benito Pérez Galdós, pretendió contar de forma dramatizada los principales hitos históricos del siglo XIX español.

Los episodios se dividen en cinco series, la primera de las cuales narra todo lo relacionado con la Guerra de la Independencia y que comienza con la narración de lo sucedido en la importante batalla naval de Trafalgar, que nada tiene que ver con la mencionada guerra, a través de lo que su protagonista, Gabriel Araceli, puede ver y escuchar como testigo de primera mano de la historia.

Con relación al propósito de la primera serie de novelas de los Episodios, "Trafalgar" supone una extraña introducción que sólo sirve para presentarnos a Gabriel Araceli, protagonista de esa serie de novelas, y relatarnos, con maneras de la mejor novela de aventuras, la crónica de la derrota de la flota combinada hispano-francesa.

Y por encima de todo "Trafalgar" es una novela de aventuras que sucede en un trágico paisaje de decadencia que augura como inevitable el resultado final de la batalla. La desastrosa alianza con Francia, el estado de la flota, la resignada y obediente tristeza de los mandos... De todo modo se respira en el aire aventado por las páginas de esta novela la decadencia del barroco español, la tristeza por el irremediable desmoronamiento de una posición hegemónica de España como primera potencia mundial; un irremediable desmoronamiento del cual la propia alianza con Francia es un hito más.

Así, Galdós utiliza la narración de la derrota de Trafalgar para entroncar sus episodios nacionales en el barroco suelo de decadencia que ha venido sucediéndose, y agravándose, durante todo el siglo anterior. Toda esa decadencia culmina con una desastrosa, para los intereses españoles, alianza con la Francia napoleónica que tendrá en la batalla naval de Trafalgar otro momento más. No es casual por tanto que Galdos empiece su serie de novelas históricas allí. Además de ser un atractivo evento histórico, Trafalgar es la perfecta puerta para entrar en el siglo diecinueve español.

Son especialmente memorables los capítulos en que la "Santisima Trinidad", la nave más grande que por aquel entonces surcaba los mares, y que de todo modo encarna en su descomunal tamaño toda la pasada grandeza de la historia de España, es rodeada y asediada hasta la rendición por un número superior de barcos ingleses.

También destacan los pasajes que Galdos dedica a la noche posterior a la batalla, en la que se desencadena una terrible tormenta que convierte a españoles, franceses e ingleses en aliados ante un enemigo superior y que el novelista utiliza, desde su pensar progresista, para minimizar hasta el absurdo la recién sucedida batalla.

Merece la pena leer "Trafalgar"


viernes, diciembre 04, 2009

THE DIVINE COMEDY

National express ...



Retiran la palabra a un joven en el Congreso por criticar a los sindicatos...
THE PACIFIC


Tiene que parar.
Siente la asfixia, la falta de aire.
Su corazón no puede procesar el loco esfuerzo.
Hasta en éso se ha hecho viejo.
Ya no puede correr y correr,
el cansancio es ahora un severo enemigo
que constantemente le mide,
que hace que la distancia cuente,
que no se marcha,
que se queda
como si ya formara parte de su ser,
como si en algún desprevenido momento de su pasado
hubiera llegado para quedarse,
para agrandarle los espacios,
para reducirle el tiempo.

jueves, diciembre 03, 2009

ARETHA FRANKLIN

Share your love with me...




miércoles, diciembre 02, 2009













THE ANDERSON TAPES

Las películas de atracos perfectos son uno de mis géneros favoritos.

En este género un grupo de tipos, especializado cada uno de ellos en una parte esencial del trabajo que compone el perfecto plan, son reunidos por el cerebro organizador, a quién corresponde la autoria del plan, para conseguir el objetivo, siempre complicado, a veces imposible, de dar el gran golpe, el "big heist" como dicen los americanos.

En algunos casos, el gran golpe es la línea recta, la distancia más corta que separa a los ladrones de sus sueños y deseos personales, en otros casos se trata de un nuevo reto profesional para el plantel de expertos, en otros es una pura y simple venganza, pero siempre, y en todos ellos, se desarrolla la liturgia del plan perfecto, su definición y desarrollo siguiendo siempre una sincronización y un "timing" justos pero también delicados.

De algún modo, ese plan perfecto es el órdago que el genio racional y calculador del ser humano plantea a la irracionalidad caótica de la vida. Las películas de "big heist" oponen el orden racional del plan al azaroso caos de la vida cotidiana y forma parte del suspense de la propia historia el modo en que ese orden se mide constantemente contra ese caos.

Y siempre esa capacidad de ordenación y control, esa voluntad organizadora encuentra un límite que convierte a ese plan en imperfeto. Siempre sucede un imprevisto, algo falla en el minuto siguiente. Adelantos, retrasos, apariciones, desapariciones suceden para complicar un suspense que inicialmente está basado en el ritmo y el timing.

Y casi nunca hay planes perfectos y no precisamente porque el criminal merezca un castigo. El problema no es de orden moral sino de orden metafísico... El plan perfecto es imposible porque el intelecto humano es incapaz de procesar las infinitas variables que constituyen el futuro. El plan perfecto siempre es una predicción con mayor o menor porcentaje de error, pero, y sin embargo, por nuestra naturaleza, necesitamos planear, definir un objetivo, organizar nuestras conductas y habilidades, dividir el trabajo, conseguir las mayores garantías para la consecución de esa finalidad... y esperar siempre lo inesperado mientras la sombra del fracaso se alarga y alarga hasta amenazar con rozarnos.

De esta tensión esencial extrae este género la riqueza de su atractivo. El mejor de los hombres, ese "criminal mastermind" que es todo inteligencia, intuición y racionalidad, se ve sometido a las más grandes de las pruebas: el control del futuro, su conversión progresiva en un presente deseado y esperado bajo la forma del objetivo conseguido.

Y es un héroe siempre... idealizado y apolíneo cuando triunfa, humano y trágico cuando fracasa... porque, y de algún modo, su propósito es un imposible extremo, la dramatización de una tendencia esencial y propia de la naturaleza humana: controlar el presente y el futuro, dominar la realidad y someterla al dictado de la propia voluntad, del deseado propósito.

Rodada en 1971 y dirigida por Sidney Lumet, "The anderson tapes" es un magnífico ejemplo de este género.

En ella y recien salido de la cárcel, , Duke Anderson (Sean Connery) planea el más ambicioso de sus golpes: desvalijar el lujoso edificio de apartamentos neoyorkino donde vive su novia (Dyan Cannon) .

He leído en la crítica que Roger Ebbert hizo a la película que el libro de Lawrence Sanders en que se basa estructuraba la narración en el uso de diferentes grabaciones y filmaciones tomadas a los implicados de forma fragmentaria, en diferentes investigaciones de las que eran objeto, para construir la trama como un puzzle tal y como refleja el propio titulo de la película. Sin duda este aspecto no se refleja bien en una historia que constantemente hace referencias al espionaje electrónico sin que en ningún momento se le de sentido dentro del relato. Así, resulta una presencia incomprensible e injustificada (si uno no conoce la novela) que perjudica el desarrollo de la historia de una forma innecesaria.

No obstante, y pese a esta fallida traslación, "The anderson tapes" resulta una película de atracos interesante y atractiva, probablemente de las mejores y más representativas del género, que se sigue en todo momento con atención.

A destacar que supone el debut ante las cámaras del fantástico Christopher Walken.

Estupenda.
INOLVIDABLE

Breakfast at Tiffany's....



martes, diciembre 01, 2009

Era consciente de que la gota que colmaba su vaso era cada vez más pequeña.
Era consciente de que la distancia que le separaba de los otros crecía y crecía,
de que cada vez era mayor haciéndole más y más incomprensible...
pero no podía evitarlo.

Simplemente, la gota caía.
Simplemente, el vaso rebosaba

lunes, noviembre 30, 2009

INOLVIDABLE

La pantera rosa....


CELDA 211

Tengo que reconocer que no soy un fiel seguidor del cine español. Por éso, probablemente, mi impresión sea equivocada, pero considero que lo más interesante que se hace últimamente tiene que ver con el cine de género... "La noche de los girasoles", "Rec", "La caja Kovak"... "Celda 211" está en la línea de ese cine español que se dedica a contar historias y nada más.

Es algo que nos falta y creo que se trata de una cuestión generacional que, a medio plazo, hará que la comunidad del cine español se libere de ese corsé ideológico que llena de presuntos Ken Loach las salas oscuras y que la ha alejado de la realidad de la sociedad española, confundiéndola en el espejismo de una propia visión ideológica alimentado infinitamente en el circuito cerrado de las subvenciones...

Creo... Cruzo los dedos... pero éste no es el tema.

"Celda 211" nos narra la dramática situación en que un funcionario de prisiones, recién llegado a su nuevo trabajo en la cárcel de Zamora. Accidentalmente, Juan Oliver (Alejandro Ammann) se verá inmerso en un motín provocado por los presos más violentos encabezados por el peligroso Mala Madre (Luis Tosar). La necesidad de sobrevivir le llevará a confundirse con los presos y encontrar un destino absolutamente inesperado.

Sin duda alguna, lo mejor tiene "Celda 211" es un planteamiento inicial que consigue atrapar el espectador con un ritmo y una dosificación de la tensión bien medidas. La angustia de Juan Oliver ante el infierno que se desencadena a su alrededor y el descubrimiento del fascinante Mala Madre en el apogeo de su bestialidad.

La historia atrapa e interesa en el enfrentamiento de los dos personajes protagonistas, rodeados de un interesante paisaje zoológico de secundarios llenos de personalidad e interés, pero empieza a perder fuerza cuando surgen diferentes líneas argumentales paralelas, algunas de ellas no del todo necesarias teniendo en cuenta el peso que se les da, que terminan por sepultar lo más interesante de la película en un intrincado laberinto de dimes y diretes, idas y venidas, que tienen una desproporcionada presencia.

Hay distracción (personajes como el primer negociador que tienen más peso del que debieran) y confusión, situaciones inverosímiles y forzadas (como la imposible acción del vigilante Antonio Resines en la manifestación), que complican y apartan la historia de su esencia, desnaturalizándola.

No era necesaria tanta enrevesada trama para desencadenar la situación final... o quizá la historia debiera haber dejado respirar toda esa complejidad en una duración mayor que evitara la importante sensación de montaña rusa que "Celda 211" transmite en el nudo de su trama.

Afortunadamente, "Celda 211" termina bien e importa muy poco quién hacia esta o aquella cosa o qué hacía tal o cual personaje, algunos de los cuales como el rehén tomado por los presos al inicio del motín queda directamente olvidado.

Y por encima de todo brilla el talento de Luis Tosar en la impecable composición de un personaje tan terrible como Mala Madre. La película también respira a través de él, de su talento capaz de oscurecer las complejidades y contradicciones de una historia que quizá hubiera necesitado una vuelta más para alisarla y aligerarla de polvo y paja.

Sin su arrolladora presencia, las costuras mal terminadas de la historia serían insoportables y evidentes.

No tan buena como se dice, pero entretenida a pesar de sus defectos.
"El Defensor del Pueblo, Enrique Múgica, ha asegurado que el Gobierno de Zapatero "está haciendo lo que debe hacer" en el caso de la saharaui Aminatu Haidar y ha subrayado que los intereses generales del país "no pueden ser subordinados a querencias individuales o grupales, por muy legítimas que sean"."

En este caso los intereses generales no pueden subordinar a los intereses particulares, pero, y para el caso del Alakrana, los intereses particulares del armador y los tripulantes primaron sobre los intereses generales.

Seguro que hay una diferencia y lo peor es que, si se lo preguntamos, nos lo van a explicar... aunque lo más probable es que se esté haciendo una interpretación restrictiva del concepto "interés general" para referirlo a los intereses de ellos, como gobierno... Es decir, se está haciendo lo que se puede dentro de lo que más conviene a los intereses de nuestro gobierno en lo que atañe al mantenimiento de sus puestos de trabajo.
ANTHONY NEWLEY

Who can i turn to...


SHORTBUS

No cabe la menor duda de que "Shortbus" es la película que más ha mostrado sexo explícito fuera de lo pornográfico, pero sería un error dejar la película en éso, en una propuesta llena de impostura que busca escandalizar. Porque "Shortbus" es mucho más. Tras los árboles del sexo explícito, de las penetraciones y las eyaculaciones tanto hetero como homosexuales se esconde un terrible y oscuro bosque donde casi todos los personajes que la protagonizan vagan buscando de una forma desesperada encontrarse en la verdad de sí mismos.

En un momento determinado el depresivo James lamenta amargamente haber dejado de ser el adolescente que fue, ha perdido esa identidad en la que sabía qué es lo que debía hacer y todo estaba claro y en su lugar ha quedado una desorientación y vacío que le aplasta y le puede. De algún modo, la desorientación de James es la misma desorientación que viven la mayor parte de los personajes que protagonizan "Shortbus".

Y todos ellos coinciden en un lugar llamado "Shortbus", un espacio utópico (valga la contradicción) en donde gozan de una total libertad para intentar conocerse y explorar. El sexo forma parte de esa exploración, pero no es el único camino a seguir. En muchos casos, se trata de sentarse y esperar a que algo diferente y distinto suceda. Y ese especial encuentro sólo puede suceder en un espacio como "Shortbus" que, de algún modo, llama a esos espíritus inquietos y los reúne... y casi siempre con sexo de por medio ¿Es más divertido, no?

Sólo el que siente la necesidad de buscar, puede encontrar y "Shortbus" procura la posibilidad del encuentro a todos aquellos que sienten la necesidad de buscar, de rebelarse contra su propio "establishment" personal haciendo una revolución que pretende situar al yo más cerca de una autenticidad tan inalcanzable como el propio horizonte.

Esto es lo más interesante de "Shortbus"... La insatisfacción metafísica sentida y la posibilidad de una cura que sólo es posible través de los otros, que actúan como agentes catalizadores, en una suerte de mercado de cuerpos y almas donde los afines se reconocen... para siempre mientras dure.

Muy interesante.



Y cito...

"La abogada de la activista ha explicado que Haidar ha rechazado la propuesta del Ministerio de Exteriores de concederle la ciudadanía española para regresar al Sáhara porque no quiere "ser extranjera en su propia casa". Añadió que Haidar está "muy decepcionada" y lamenta "mucho" la propuesta del Gobierno de España de ofrecerle la nacionalidad española, así como las otras opciones, que, si bien las ha agradecido, insiste en que "jamás esperaba que un Gobierno democrático donde el Estado de Derecho debe cumplirse pudiera actuar de esta manera"."

Han encontrado la horma de su zapato... alguien ajeno totalmente a sus planteamientos en los que el fin justifica los medios. La nobleza moral de la activista saharaui Haidar será un incomprensible misterio para ellos y por eso nuestro ministro de Asuntos Exteriores se sorprende de que no quiera formar parte de la mascarada...
Hay cosas que no son negociables, planteamientos esenciales y finales que no se juzgan por su valor de cambio en un mercado persa donde todo tiene un precio y nada se toma realmente en serio salvo el propio hecho del intercambio.
Haidar es una mujer que real y firmemente cree en algo... hasta el punto de poner su vida en riesgo en su defensa.
Haidar será siempre un interlocutor difícil y complicado para todos aquellos que no creen en nada.

domingo, noviembre 29, 2009

INOLVIDABLE

The damned united...


AMELIA

Por encima de todo "Amelia" es una película correcta. Ni te entusiasma ni la detestas... Todo lo contrario. Pasa ante tus ojos sin llamar la atención, pero tampoco sin producirte aburrimiento o rechazo, como una conversación casual que te ayuda a pasar el tiempo.

Entretiene, pero ni fascina ni enamora.

El principal atractivo de "Amelia" es Hillary Swank, actriz que pone todo su talento al servicio de la construcción de este personaje, que fue exitosa pionera en un mundo que hasta aquel entonces sólo estaba reservado a los hombres. La película se mantiene gracias a su talento y también a un magnífico diseño de producción que recrea de una forma convincente la época en que sucedió su fama mundial.

Pero todo lo demás resulta débil, neblinoso y transparente, sin sustancia y parece existir sólo para dar oportuna réplica al personaje protagonista en su afán por volar.

Falta entidad dramática en el paisaje que rodea a Amelia y la película se resiente. Literalmente, ilustra una trayectoria vital en la que todo parece suceder de forma inevitable, pero se queda en el exterior de ese esfuerzo. Sabemos que hay oposición, que las cosas no han sido fáciles para Amelia, pero no lo sentimos lo suficiente.

El conflicto dramático brilla por su ausencia y por eso la historia no termina de enganchar, de prender en el público provocando algún tipo de respuesta emocional en la intimidad de la sala oscura.

Correcta.



viernes, noviembre 27, 2009

OPERACIÓN SHYLOCK

No me entusiasma "Operación Shylock".

Sobre el papel, el planteamiento es interesante. El escritor Phillip Roth descubre que hay otro Phillip Roth suplantándole en Israel, empeñando su nombre en el estrafalario propio de sacar a los judíos de Israel y devolverlos, en camino de vuelta, a sus lugares de origen.

Irritado con ese "yo paralelo", Roth viaja a Israel para verse introducido en una confusa trama de intereses que no es otra cosa que el preciso reflejo de la propia situación confusa que vive el estado de Israel como realidad y como concepto.

Sobre la apariencia de un relato de intriga y misterio en el transcurso de cuyas páginas el verdadero Roth intentará descifrar descubrir los responsables del extraño juego que se está jugando con él, el escritor Roth despliega una interesante y heterodoxa reflexión sobre lo que ha acabado significando el estado de Israel.

Pero en el resultado es, a mi entender, patente que la trama y los personajes son una percha sobre la que Roth cuelga diferentes perspectivas, argumentos y planteamientos que le ayudan a componer el preciso retrato de la idea que el escritor quiere transmitir al lector. Un efecto colateral de este planteamiento es el carácter excesivamente discursivo que tienen algunas situaciones y personajes hasta el punto de que esta realidad termina, en ciertos capítulos, lastrando y haciendo farragoso el relato sumiendo al lector a un bombardeo de ideas ocultas tras interminables narraciones o reflexiones en primera persona.

A mi entender, el principal defecto de "Operación Shylock" es la descompensación evidente entre las proporciones de novela y ensayo que Roth añade a lo largo del relato. Un perfecto ejemplo de ese desequilibrio es ese Roth falso que de pronto desaparece de Israel del mismo modo inesperado en que apareció, como si el escritor no supiera muy bien qué hacer con él una vez que ha dicho su parte dentro del entramado de discursos que componen la intención conceptual del escritor.

La sensación final es evidente. Lo meramente narrativo se sacrifica en favor de lo discursivo. Los personajes aparecen por casualidad, de forma injustificada, dicen sus textos y vuelven a desaparecer.

Todos cuentan su historia. Se convierten en vehículo de la idea que representan y sólo parecen tener ese interés para el escritor, que los quita y los pone, que los trae y los lleva; un escritor que nos había propuesto al principio de la novela un interesante misterio por resolver, el de su alter ego, olvidando en favor del más importante misterio de Israel satisfacer las expectativas del lector con una planteamiento narrativo más interesante.

Y todo culmina en un último capítulo imposible en el que al autor parece haberse dado cuenta de que hay una narración que debe tener un final e intenta desesperadamente dar un sentido a la historia y a la propia novela, volviendo a jugar con realidad y ficción, en un ejercicio de prestidigitación que no funciona en absoluto y que no es más que otro largo e interminable discurso más.

Decepcionante y fallida.

jueves, noviembre 26, 2009

INOLVIDABLE

La eternidad y un dia...


No están ahí para que sean como nosotros y hagan ostentación de ello.

Están ahí porque son los mejores de nosotros y, en principio, esa calidad que se les presume les debería permitir tomar decisiones que van más allá de los impulsos y razones que inspiran a las personas normales y corrientes. Esa capacidad debería, precisamente, distinguirles como mejores.

Están ahí para entender que no se debe pagar a unos secuestradores en virtud de razones que afectan al interés general, para tener una visión global de las cosas y no dar rienda suelta a los impulsos, para subordinar el egoísmo de lo particular a la generosidad de lo general, para gestionar nuestras emociones y protegerlas, para ser racionales o, por lo menos, intentarlo. La mayoría de nosotros pagaríamos o, por lo menos, intentaríamos hacerlo. No pesarían sobre nosotros las abstracciones del derecho, la moral o la historia. Después de todo no somos los representantes de una colectividad, de generaciones y generaciones de éxitos y fracasos que se han venido sucediendo.

Una vuelta de tuerca más en la vileza de nuestros políticos es hacernos creer que son personas como nosotros, y que esa condición es la que más pesa a la hora de tomar decisiones que nos afectan a todos, en el desempeño de su cargo. Y no es así. No son como nosotros porque todos y cada uno de nosotros no asumimos la responsabilidad de representar a todo un pueblo ante la historia y frente a sí mismo.

Y en el caso de los piratas, hay cosas tan importantes como garantizar la seguridad de los secuestrados... por ejemplo, garantizar la seguridad de todos aquellos que pueden resultar perjudicados en función de las decisiones que se tomen y resulta increíble que se nos quiera vender (porque esa es palabra) que pagar es la mejor solución para resolver un problema producido por unos señores cuyo principal objetivo al plantear ese problema es precisamente ese... que les paguen.

¿Cómo podemos pensar que esos señores no van a volver a intentarlo por lo menos una vez a la vista del éxito conseguido?

Pero no se trata de éso... Es mucho peor. Se trata de conservar el puesto de trabajo el mayor tiempo posible y si hay que pagar a unos piratas se les paga y si hay que deslegitimar al poder judicial como institución responsable de decidir qué es legal o no, se hará.

Nada que se oponga a la lógica del presente puede sobrevivir y el principal elemento animador de esa lógica es el mantenimiento de la situación actual, del propio puesto de trabajo.

Todo lo demás no importa.

El fin justifica los medios y, lo que es peor, la distancia más corta entre dos puntos es la línea recta y no hay línea más recta que la que conecta con las tripas de todos y cada uno de nosotros.

Así, las decisiones se toman para congraciarnos con nuestras tripas.

La nueva ley del aborto se hace para que las mujeres no vayan a la cárcel, se paga a los piratas para salvar las vidas de los marineros, se respalda la constitucionalidad del estatuto de Cataluña en el hecho de que ha sido aprobado por los catalanes y le parlamento español... Todo lo demás, la molestia de las preguntas que requieren esforzarse en encontrar una respuesta convincente sobra. El descosido de las consecuencias empañando el flamante corte a medida del traje de domingo que todo el día, constantemente, quieren llevar puesto. Nunca me equivoco. Siempre hago lo correcto. Se tomó la mejor decisión de las posibles...

Lo importante es apelar a la masa, convertirnos en ella y hacer de la política un partido de fútbol, un derby entre el Madrid y el Barcelona.

¿Quién quiere que las mujeres vayan a la cárcel? ¿Quién quiere que los marineros mueran? ¿Quién quiere que los catalanes no puedan decidir lo que quieren ser como nación?

Sólo unos desalmados pueden contradecirnos.

Es increíble la violencia que encierra esta actitud, violencia que esgrimen personas que se definen como concordantes y dialogantes... siempre que se les de la razón ¡Claro!

La vileza del espectáculo es total.

Terribles monstruos habitan el laberinto donde la izquierda vaga perdida y sin rumbo.
"Los adoradores de Dionisos reaccionan contra la prudencia. En la embriaguez física o espiritual recobran una intensidad de sentimiento que la prudencia ha destruido. Encuentran el mundo lleno de delicia y belleza, y su fantasía se libera de repente de la prisión de las preocupaciones cotidianas. El rito báquico producía lo que se llama entusiasmo, lo cual quiere decir, etimológicamente, que el dios entraba en la persona que le veneraba, y que ésta entonces se creía una con el dios. Muchas cosas admirables de las obras humanas llevan en sí un elemento de embriaguez, donde la prudencia es barrida por la pasión. Sin el elemento báquico, la vida carecería de interés; con él, es peligrosa. La prudencia contra la pasión: este conflicto se extiende por toda la historia."
(Historia de la filosofía, Bertrand Russell)

miércoles, noviembre 25, 2009

INOLVIDABLE

RocknRolla...



"A real rocknrolla wants the fuckin' lot..."

lunes, noviembre 23, 2009

AGORA

Esta última película de Alejandro Amenábar entra dentro de la categoría de las películas que me producen rechazo no por lo que son sino por lo que hubiera podido ser.

"Agora" sucede en la multicultural Alejandría del siglo V después de Cristo y nos muestra el modo en que el boyante cristianismo se abre paso, por lo civil y lo penal, dentro de la ciudad para convertirse en la religión única y dominante. En este sentido, Hypathia se convierte en una mártir de la libertad de pensamiento frente al control idiológico que como parte de esa estrategia de dominación impone el cristianismo.

A este respecto el planteamiento de "Agora", además de no mostrar nada nuevo (salvo la reconstrucción de la ciudad mediante efectos digitales) ni estimulante desde un punto de vista intelectual carece de la suficiente entidad como para estar a la altura del propósito inicial, que se le presume, de condena del fanatismo y de alabanza del pensamiento libre.

La película tiene punto de vista, intención, pero carece de en su desarrollo de la suficientemente sabiduría como para mostrarse a sus espectadores de una manera diferente y especial que la convierta en una experiencia distinta, que el espectador se lleve a casa porque le ha dado materia para pensar.

Todos los personajes hacen lo que se espera de ellos para que, al final, el destino de Hypathia esté servido. No hay profundidad en las motivaciones sino mucha superficialidad de acciones y reacciones.

Huérfana de un soporte literario que la de mayor enjundia, "Agora" se convierte en un aceptable melodrama sobre el imposible amor que un esclavo siente por su señora y es en este perfil donde la película funciona en mayor medida, quedando el fanatismo como agente reactivo y catalizador de los mecanismos del género... aunque como melodrama resulte también una experiencia convencional y un tanto previsible.

"Agora" resulta una película fría, timorata, que no se atreve a mirar cara a cara a la sangre que mana de las heridas de los personajes y que exige demasiado al espectador puesto que, descansando en el convencionalismo intelectual y emocional que muestra, espera que aquel ponga el resto y complete el dibujo uniendo los puntos que Amenabar dibuja sobre la pantalla.

Además, y no conociendo mucho la historia de Hypathia, tengo la impresión que el entendimiento que el autor hace de la misma es incompleto. Después de todo, la tragedia de Hypathia no es sólo la tragedia del libre pensamiento frente al fanatismo sino también, y sobre todo, la tragedia de toda una cultura que agoniza en la playa del tiempo arrasada por una nueva época con sus propias ideas y planteamientos.

Amenábar se centra en el cómo y olvida el qué.

El cristianismo se abre paso a sangre y fuego, pero lo hace sobre una cultura agotada y en decadencia cuyos dioses están dejando de ser creídos y empiezan a ser olvidados. La cultura helenística centrada en Alejandría es el último estertor de la cultura clásica de raíces griegas y romanas y el tiempo de ese modo de vida ha pasado.

En este sentido, Hypathia se convierte en un personaje elegíaco y trágico que es metáfora de ese cambio de guardia en la historia de la humanidad.

"Agora" no tiene esa visión global de lo que, en realidad, Alejandría es... El teatro donde se escenifica ese espectáculo producido por el inevitable desgaste que sobre las cosas produce el inevitable paso del tiempo.

Mientras veía la película, a mi memoria regresaba ese viejo poema de Luis Cernuda sobre las estatuas de los dioses olvidados que descansan rotas, perdidas y semienterradas en una playa y es aquí donde "Agora" podría haber encontrado esa entidad intelectual de la que carece y que impide que sea algo más que un previsible entretenimiento tanto en lo narrativo como en lo intelectual.

Hypathia podría haber significado toda esa profunda hondura poética que encierra lo que irreparablemente tiene que perderse porque su tiempo ha pasado.

El destino de Hypathia no puede ser otro que el mismo destino que sigue la cultura, de la que anímica e intelectualmente ella se convierte en símbolo, frente a los oscuros nuevos tiempos que representa el cristianismo: la desaparición.

El alma que "Agora" no tiene está ahí y, de haberla tenido, podría haberla convertido, siempre para mi gusto, en una película inolvidable y mejor.

Vulgar.
HELENA: No he pisado jamás Troya. Era sólo un espectro.
SIRVIENTE: ¿Cómo? ¿Dice que solo estuvimos muriendo por una quimera ?”
("Helena", Eurípides)
"A la hora en que los sueños se vuelven verdad
al despuntar el día
vi los labios abrirse
pétalo a pétalo.

En el cielo brillaba una delgada hoz.
Temí que los segara."
(Yorgos Seferis)
BLACK STROBE

Me and Madonna...

















El barco aún quedaba lejos.
El singular evento de su figura recién se había desprendido de la monotonía rectilínea del horizonte.
Su vibrante textura aún era la de un espejismo... y bien podía ser éso, el volátil fruto de su imaginación ansiosa, pero algo le decía que se trataba de una realidad que empezaría a cuajar lentamente ante su mirar.
La blancura de su vela era una cuestión de tiempo.
Luego, la oscura presencia de su casco no tardaría en cobrar precaria solidez entre las dos inmensidades, la del cielo y la del mar, y lo haría de forma inevitable, con las mismas formas desconsideradas con que se producía el mismísimo tiempo ante su estar resignado. Y de algún modo aquel barco que lentamente se acercaba era la encarnación de ese inevitable pasar, pero también representaba la inevitabilidad de su propio destino.
Aquella vela siempre se las arreglaría para encontrarle.
Aquel casco no dejaría jamás de perseguirle.
Por eso había decidido pararse.
Hilar la brisa.
Afilar su espada.
Hacer una ofrenda a los callados dioses.
Y esperar con su silencio la insaciable ira de los aqueos.

jueves, noviembre 19, 2009

"Ojos de perro azul es la historia de un hombre y una mujer que se encuentran en sueños. Se aman con un amor extraño, justamente, de lógica únicamente onírica. Pero fallan en encontrarse en el mundo real, o incluso en averiguar si todo el acontecimiento es real, porque él, al despertar, siempre olvida los sueños. Estos encuentros desesperados parecen ser lo único que los va salvando día a día de una vida que, por lo demás, parece hacerse dura y demasiado insignificante; pero su incapacidad de realizar este deseo los persigue también entonces, pues pese a compartir el sueño, su realización está siempre lejos, en el terreno de lo imposible. Pero si fuera sólo un cuento de un amor imposible, sería difícilmente el gran cuento que es. Ojos de perro azul no es sólo la idea de lo inalcanzable, sino la idea de vivir una vida aparte, con una lógica creada en torno a algo que, quizás, ni siquiera es real. No es una historia de amor, sino de deseo. Y no es una historia siquiera, probablemente sería mucho mejor definir este cuento únicamente como un sueño. Y he ahí el doble giro de ironía y maravilla que escapa de esta obra: la idea de que aquello que puede salvarnos la vida, hacer la gran diferencia, puede terminar escapando a nuestras posibilidades por una simple cuestión de olvido. Que algunas cosas, por importantes que puedan ser, y aunque podrían incluso haber terminado salvándonos; las perdemos todos los días como si fueran monedas qué regalar, casi sin darnos cuenta."

Más

Perfecto...

SAMMY DAVIS Jr.

Mr. Bojangles...



"Dijiste hace años: En el fondo soy un asunto de luz. Y ahora todavía al apoyarte en la ancha espalda del sueño, aun cuando te hunden en el pecho aletargado del pronto, buscas rincones donde el negro se ha gastado y no resiste, buscas a tientas la daga destinada a perforar tu corazón y abrirlo a la luz."
(Yorgos Séferis)
SAMMY DAVIS JR.

Wichita Lineman...

JOHNNY CASH

Wichita lineman....


ALAKRANA

¿Qué será lo siguiente?

No me atrevo a aventurar ningún planteamiento, porque en este descenso a las profundidades abisales que nuestros gobernantes están realizando para mantener su puesto de trabajo todo es ya posible.

Esencialmente, me inquietan unos gobernantes que, constantemente, y por sus actos, nos muestran que el fin justifica los medios... incluso lo comentan orgullosos comparándose con el misterioso príncipe al que Maquiavelo le dedicó su obra... porque, insisto, su principal misión es mantener el puesto de trabajo.

No se si hay muchos estados que hayan cedido al chantaje de unos criminales sin de alguna forma u otra cobrarse su deuda, pero, lo que si tengo claro es que el estado español es el primero que lo hace de forma pública y notoria, sin pudor, argumentando que las situaciones difíciles requieren soluciones complicadas, pero olvidando que, precisamente, lo complicado de esa solución no es la naturaleza de la misma sino mantener el secreto de su existencia.

Todos los estados tienen alcantarillas y sólo hay un modo de resolver las cosas en ellas: el secreto imprescindible y necesario para una actividad basada en ese viejo adagio que afirma la necesidad de romper huevos como paso previo para la producción de una tortilla.

Y aún mucho más perverso que el reconocimiento de la necesidad de ese mundo oscuro es dar luz y taquigrafo asumiendo con la mayor de las naturalidades la perversión del estado de derecho. Todos hemos leído a John Le Carré y, si mal no recuerdo, Smiley jamás fue titular en la primera página de los periódicos.

Si por pragmatismo se decide la subversión del estado de derecho haciendo que éste se incline ante la voluntad de unos piratas, lo complicado no es la toma de esa decisión ni tampoco la realización de la misma. Lo difícil es tener en cuenta sus repercusiones y consecuencias, manteniendo lo que no debe ver la luz en la oscuridad a la que ese acto por naturaleza pertenece.

Y todo por mantener el puesto de trabajo.

El estado pagando rescate a unos piratas, el estado colaborando con banda armada, conversaciones privadas publicadas en los periódicos... Confieso que no se qué será lo siguiente... y si de verdad se puede caer más bajo y puede haber algo peor.

Es complicado decir estas cosas en un país donde se es de izquierdas o de derechas como se es del Barcelona o del Real Madrid, pero empieza a ser necesaria una regeneración. Hay demasiada vileza y, lo que es peor, una vileza manifestada con la impunidad que implica reconocerla como parte de un cierto estado de las cosas definidor del ser de nuestro tiempo.

Intolerable.

martes, noviembre 17, 2009

GIORGIO MORODER & PAT BENATAR

Here's my heart...



"Adam Smith mantuvo que el hombre, dejándose llevar por sus instintos contribuye al bien común. Sus discípulos empezaron a darse cuenta de que para alcanzar ese fin es indispensable someter los instintos a la razón"
(Evolución del pensamiento económico, Miguel Angel Martínez Echevarría)

Y vivimos en un mundo cuya máxima obsesión es desatar los instintos buscando monetizarlos. Y del mismo modo que la política se ha irracionalizado en un continuo intercambio táctico de imágenes, gestos y consignas, el mercado ha sucumbido a la irracionalidad de los agujeros virtuales, a las tácticas oportunistas de ganancias inmensas y rápidas.
La racionalidad, la responsabilidad individual con respecto a lo colectivo, es un tema personal... y no únicamente un abstracto tema social que se nos imponga desde arriba mediante un sistema legislativo. No hay ley que funcione si parte de ella no está ya dentro de las personas que deben respetarla y seguirla.
El egoísta sentido de no responsabilidad que es signo de nuestros tiempos forma parte de esa irracionalidad que nos convierte en sujetos deseantes y centros absolutos de un universo que es el nuestro, encerrados en la inmensidad de nuestros propios deseos y ambiciones, sin sentirnos obligados a dar explicaciones a nadie.
Así no hay sistema político y económico que resista los embates de los desatados perros del infinito deseo.
Lo social no es posible sin un cierto sentido altruista basado en la racionalidad, en la cesión voluntaria y el consecuente control que evita que el pan de hoy se convierta en el hambre de mañana.
Y ese altruismo es el garante y sustentador de un orden establecido. Su desaparición significa un claro síntoma de descomposición y decadencia. Nadie está dispuesto a ceder ni a esperar a un mañana cuya existencia garantiza el propio cumplimiento de ese orden y cuyo sentido se desvanece con las constantes impaciencias e incumplimientos.
No hay tiempo que perder.
De pronto, el mañana se ha vuelto incierto y lo único que cuenta es lo que se puede hacer hoy.

INOLVIDABLE

The great race...


Throw more brandy!


2012

Y, por lo visto, estábamos advertidos.

Este último desastre global, género en el que el alemán Roland Emmerich parece haberse especializado, se inspira en el hecho real de que el calendario de los mayas no va más allá del año 2012 de nuestra era... (aunque probablemente dejaran para mañana la engorrosa tarea de tallar más piedras con los datos del 2012 hacia delante mientras tranquilamente se extinguían).

Rápidamente... La tormenta solar más potente de la historia convierte al sol en un potente emisor de neutrinos, en un enorme horno microondas, para que nos entendamos, que calienta el interior de la tierra hasta el punto de que las placas superiores pierden el sólido anclaje con las derretidas inferiores y comienzan a desplazarse provocando brutales y tremendos cataclismos que a punto están de llevarse por delante a nuestra especie y, lo que es mucho más grande, su ego.

Si uno se pone a pensar seriamente en todo lo que sucede durante las casi tres horas de metraje que componen esta mastodóntica 2012, no encuentra apenas un lugar donde agarrarse (y eso que lo que abunda son precisamente escombros).

Las cosas suceden porque sí, las casualidades inverosímiles y los planteamientos pasmosos ocurren sin apenas dar un respiro al espectador. Suceden porque tienen que suceder, para que acompañemos/espiemos a los protagonistas hasta el final de su viaje que, como no podía ser de otra forma y al tratarse de los héroes, coincide con el final de la historia... Pero el mundo que nos abre ésta 2012 es otro. Porque, y a pesar de ese inverosímil todo, la película de Emmerich es un perfecto producto de entretenimiento que funciona de principio a fin, llevando al espectador de asombro en asombro en una especie de rutilante opera desastrosa en donde lo más increíble sucede con verosimilitud, aspecto más que suficiente para que las historias mantengan la atención del espectador y consigan el deseado efecto de funcionar.

El supervolcán de Yellowstone reventando, el estado de California hundiéndose en el oceano, un enorme tsunami de 1500 metros de altura, la basílica de San Pedro del Vaticano por los suelos... y nuestros héroes escapando por los pelos mientras el suelo no cesa de abrirse bajo sus pies hasta llegar a descubrir el secreto mejor guardado, la puerta de escape tecnológica que la humanidad se ha fabricado para sobrevivir.

En cualquier caso, y como escribo, 2012 es un auténtico espectáculo.

Por el momento, la madre de todas las superproducciones de acción que Hollywood ha venido produciendo con mayor o menor acierto desde que el cine como producto se ha digitalizado para vehiculizar de forma espectacular la acción... aunque yo sigo prefiriendo "La Aventura del Poseidón", la verdadera madre de un género cinematográfico nacido sociologicamente en una época de crisis, la de las inflacionarias economías keynesianas en la década de los setentas del siglo pasado y causada por el alza de los precios del petróleo como arma política para equilibrar el conflicto árabe-israelita.

Ahora vivimos otra crisis y quizá sea otro buen momento para este género que, y aunque parezca mentira, es principalmente un cine intimista, de personajes, que utiliza la catástrofe como elemento catárquico que se aplica como reactivo sobre una serie de personajes que son también diferentes personalidades capaces de dar diferentes respuestas a la misma situación desesperada.

El cine de catastrofes es un cine de rostros y de decisiones, una cine sobre el qué hacer y el cómo reaccionar ante el desastre inminente, ante la amenaza que supone la catástrofe para los destinos de los personajes. En "La aventura del Poseidón" no importa tanto el evento singular del barco vuelto del revés bajo las aguas como lo que éste evento provoca en el grupo de protagonistas, el eterno conflicto entre el hastío y la esperanza, entre la voluntad por continuar hacia delante y la desesperación que les lleva a dudar, a desconfiar del camino elegido... La vida misma.

En realidad asistimos al espectáculo del ser humano sometido a la presión de una situación extrema, un filmado experimento de laboratorio en que las grandezas y debilidades del hombre, su peso o su levedad, son puestas de manifiesto en la catástrofe como prueba que, para sobrevivir, el animal humano debe superar y 2012 también tiene ese lado humano. No lo tiene en forma abundante, pero si en la suficiente proporción como para que la película tenga carne en lugar de plástico y exista un lugar para una emoción no sólo basada en el riesgo ante lo material sino también en el conflicto emocional.

No falta de nada en 2012.

Impactante y entretenida.

domingo, noviembre 15, 2009

GIORGIO MORODER

Blood from a stone....



LOS ORÍGENES DEL SIGLO XXI

Si el mundo relativista del Renacimiento, lleno de razones y puntos de vista diferentes que tan bien nos enseña a respetar Michel de Montaigne, culmina en Descartes y su necesidad de encontrar un modo de pensar (método) que nos lleve a una verdad única e incontrovertible, que evite el relativismo y los conflictos que asolaban la Europa barroca; el mundo moderno que inaugura Descartes, basado en al confianza absoluta en los poderes de la razón, tiene su culminación en el siglo XX terminado hace nueve años.

La modernidad de la industrialización, del mercado, de los derechos del hombre y de la democracia culmina en una centuria en la que, paradojicamente, el sueño de la razón genera dos modos diferentes y casi antagónicos de concebir el mundo y las cosas, mundos que en su enfrentamiento generaron sus propios monstruos (fascismo y comunismo) totalitarios y brutales, expertos en aplicar los métodos industriales de producción a la nada innovadora tarea de exterminar a las personas.

Buena parte del siglo XX, por no decir toda, es la historia de ese enfrentamiento que Descartes quiso evitar, y que -por características de la propia naturaleza humana- resulta quizá inevitable.

"Los orígenes del siglo XXI" no es otra cosa que un repaso rápido y ajustado de la historia del pasado siglo, con especial énfasis en lo económico y social.

Y a este nivel divulgativo el libro funciona. Se lee rápido y bien, pese a su extensión en número de páginas, y el lector, al terminarlo, lo hace con una idea clara del estado de las cosas durante el pasado siglo... o por lo menos éso es lo que me ha sucedido a mi. Por lo que, me parece, es una lectura bastante recomendable para tener una visión clara y relativamente rápida de lo acontecido en los últimos cien años de la humanidad.

El libro resulta más una crónica divulgativa que el ensayo que pretende ser y que pone de manifiesto en su subtítulo: "Un ensayo de historia social y económica contemporánea".

El espacio dedicado al ensayo son las últimas páginas y en ellas Tortella plantea, como consecuencia de todo lo relatado, un panorama nada optimista para el siglo XXI centrado en el control del crecimiento y la siniestra paradoja que ese crecimiento plantea a la humanidad: Extender ese crecimiento tendrá consecuencias negativas en lo que respecta a la sostenibilidad medioambiental, pero no extenderlo supondrá mantener a miles de millones de personas en la pobreza, una pobreza que pone en entredicho la naturaleza humana de la humanidad.

Para Gabriel Tortella, economista e historiador, el siglo XXI nace enfrentado a una disyuntiva que parece irresoluble y cuya imposible solución nos aguarda en el inagotable despliegue de nuestro esfuerzo como especie en los años venideros.

Lo único cierto es que aún no hemos despejado las incógnitas de la ecuación del crecimiento armónico y sostenido.

Y estoy de acuerdo con Tortella en que ese puede ser el principal reto del ser humano en el presente siglo del que ya hemos descontado casi diez años... además de los obvios, los de siempre y viene con nuestro peculiar carácter.

Interesante.


THE LENINGRAD COWBOYS

Eloise




sábado, noviembre 14, 2009

ESPERA


viernes, noviembre 13, 2009

"Dios envió a Hitler porque está loco. El judío conoce a Dios y sabe cómo opera. El judío conoce a Dios y sabe que, desde el mismo día en que lo creó, Él se pasa el día encolerizándose con el hombre, desde que amanece hasta que se pone el sol. Eso es lo que hay que entender, cuando se dice que los judíos son el pueblo elegido. Los gentiles sonríen: Dios es bueno, Dios es misericordioso, Dios nos ama. Los judíos no sonríen: ellos no conocen a Dios como los gentiles, por ensoñaciones diurnas, sino porque llevan toda la vida con un Dios que no para un momento, ni un momento, de pensar y razonar y usar Su cabeza contra Sus amados hijos. Ser judío es invocar a un padre desquiciado y colérico y así estamos los judíos, desde hace tres mil años, igual de desquiciados."
(Operación Shylock, Phillip Roth)


















EL VACÍO Y LA NADA

El físico español Álvaro de Rújula, integrante del famoso Laboratorio de Física de Partículas, más conocido como CERN, dió en la Fundación Areces una interesante y entretenida conferencia a este respecto.

El objetivo de la intervención fue presentar el panorama de las investigaciones físicas actual haciendo patentes los límites de la misma y allí es dónde aparece el concepto de vacío que para Rújula en absoluto es la nada.

Por lo visto, ciertas partículas obtienen su masa de la fricción con eso que llamamos vacío. Así, el vacío no es la nada sino algo contra lo que las partículas chocan produciendo una energía que, no me preguntéis cómo, se convierte en masa.

Interesante.

Vaya por delante que solamente soy simpatizante de la física y que mi relación con la misma es similar a la que mantengo con la poesía. La leo, sin entenderlo todo, a la espera de hallazgos que me lleguen y en la conferencia de Rújula hubo material suficiente para sentir un par de esos deslumbramientos.

Es curioso pero, tanto hacia arriba como hacia abajo, en el espacio de las galaxias y en el espacio de las partículas, siempre hay un algo indeterminado cuya sombra se intuye para responder las preguntas que nos suscita la última respuesta encontrada y es éste el principal atractivo que la exposición de Rújula tuvo para mi.

Y es aún más curioso que, a mi entender, los últimos avances de la física tengan mucho que ver con las primeras respuestas que el ser humano se dio cuando empezó la interminable y sisífica tarea de comprender el mundo que le rodea.

En la antigua Grecia, los albores del conocimiento tanto desde el punto de vista filosófico como el directamente científico, se inician con los llamados filósofos presocráticos ciudadanos de polis situadas en las costas egeas de Asia Menor como Mileto o en la Magna Grecia (lo que hoy es la peninsula italiana) como Elea... pero curiosamente no en la Grecia continental.

Tales, Anaximandro o Anaximenes en Mileto, Zenón en Elea, Pitágora en la isla de Samos o Heráclito en Éfeso (también en las costas egeas de Asia Menor) buscaban la explicación de todas las cosas en un "algo" que llamaban Arjé... el primer principio de todas las cosas.

Para algunos era el fuego, para otros el agua, para otros el aire y, lo que es más interesante, para Anaximandro, el arjé es una abstracción que él llama Apeirón, lo indeterminado, lo ilimitado. Siempre he pensado que ese concepto de Anaximandro es la abstracción y condensación en una sola palabra de la problemática de la ciencia. Es decir, siempre hay una indeterminación fundamentando y explicando aquello que acabamos de conocer o, lo que es lo mismo, la habitación cuyo interruptor de la luz acabamos de encontrar siempre nos conduce a otra habitación que permanece a oscuras para nosotros.

Ese vacío que pensamos que está vacío en realidad no lo está. Simplemente, aún no hemos descubierto lo que hay, ese Apeiron momentáneo que explica la masa de ciertas partículas elementales.

La verdad está en los presocráticos, una verdad interesante en el sentido de que el principio último que explica las cosas siempre estará oculto convirtiendo a la ciencia en un interminable proceso asintótico de aproximación imposible a ese final... porque quizá, y para tener ese conocimiento total y absoluto de las cosas, sea necesario estar fuera de ellas... cosa imposible de todo punto porque estamos presos en el espacio y en el tiempo que son a prioris que fundamentan nuestra propia experiencia de las cosas como bien escribía Kant en su "Crítica de la razón pura".

Sabemos mucho... bastante en lo que se refiere a poder utilizar el mundo y sus cosas para nuestros fines, bastante poco en lo que respecta a lo que existe más arriba en el espacio y más abajo en la materia.

Las preguntas nunca terminan y el vacío es el lugar donde nacen, la madre de todas las placentas, y por eso el vacío nunca jamás será la nada... siempre habrá un algo ahí esperando a que seamos capaces de verlo.




jueves, noviembre 12, 2009

NINA SIMONE

Here comes the sun...




miércoles, noviembre 11, 2009














EL IMAGINARIO DEL DOCTOR PARNASSUS

Locos y vagabundos suelen ser los héroes de Terry Gilliam. A veces, incluso, en un mismo personaje se acumulan esas dos cualidades de una forma sobrevenida... El caso es que para Gilliam los sucios y movedizos extremos de la sociedad en que vivimos se convierten en lugares de verdad, intactos y puros santuarios de verdades ideales y rutilantes, casi objetivas, que en general tienen que ver con lo humano del ser humano, lugares cuya existencia transcurre paralela y oculta a un mundo convencional de adultos responsables entregados al cotidiano riego del árbol de su propia vida.

Los personajes de Gilliam siempre acaban enloquecidos y de algún modo destruidos por una realidad que creían poseer y dominar. Y la raíz de su locura y perdición siempre está en un impulso demasiado humano que entra en contradicción con la gris mecánica de un sistema y una vida que se mueve bajo otros intereses. Ejemplo paradigmatico de ésto es el Sam Lowry (Jonathan Pryce) que protagoniza la maravillosa "Brazil" o el Jack Lucas (Jeff Bridges) de "El rey pescador", personajes que pasan de estar arriba a estar abajo, y en contacto con ese mundo de esencias custodiado por personajes como Archibald Tuttle (Robert de Niro) o Parry (Robin Williams), repectivamente.

En el cine de Gilliam hay siempre una crítica de la economía sentimental del mundo en que vivimos, un mundo materialista y vacío que poco a poco expulsa hacia sus extremos a todos aquellos que no pueden soportar sus duras exigencias cotidianas. Quebrados por su punto de ruptura los personajes enloquecen o se derraigan y para Gilliam hay humanidad y grandeza en esos humillados y ofendidos.

Desprestigiados en apariencia, sin embargo son ellos los guardianes de una humanidad que poco a poco se está desvaneciendo y lo hacen a su manera refugiándose en un mundo alternativo y fantasioso donde nada ni nadie puede tocarles.

Y además Gilliam disfruta mostrandoles en el más ruinoso y mugriento de sus esplendores, obligando al público a verles como formalmente son vistos, para lentamente hacernos recorrer la distancia que nos separa de ellos y mostrarnos la belleza diferencial que encierran.

Y además no suelen salir victoriosos. Los finales felices no abundan en el cine de Gilliam, por lo menos en lo que respecta al destino de sus protagonistas que casi siempre terminan tan perdidos como en un principio estaban aunque llenos de verdad, una verdad aplastada por una lógica que sólo sabe de cantidades y que es incapaz de reconocer su calidad.

Hay mucha poesía en el cine de Gilliam.

"El imaginario del doctor Parnaso" supone una sublimación absoluta de esa extremada poética de los extremos que Gilliam procesa en cada una de sus películas. Nada menos que ese vagabundo ridículo con su atracción pasada de moda llamado doctor Parnassus (un estupendo Christopher Plummer) libra una eterna lucha contra el mismísimo y tentador demonio (un maravilloso Tom Waits en un papel que le va como anillo al dedo) .

Como si se tratara de un Jesucristo una y otra vez tentado en el desierto, el vagabundo Parnassus libra un eterna lucha de insinuaciones, apuestas y tentaciones contra el mal que parece moverse a sus anchas por la restante realidad y que sólo parece encontrar una némesis a su auténtica medida en Parnassus, un andrajoso y viejo vagabundo siempre intentando ganar almas para el bien... aunque, y como astutamente plantea Gilliam, suele ser una batalla perdida de antemano.

Sobre esta base Gilliam construye su nueva locura, una de las mejores, en la que, y como siempre, la arrolladora imagineria acaba desembocando en momentos de desbordante lírica desesperada y romántica en los que el dinero, la muerte y el tiempo jamás son un obstáculo, y por supuesto en absoluto lo más importante.

Mención especial tengo que hacer para un formidable Tom Waits que con talento compone un diablo cínico y burlón que, de todo modo, recuerda a ese diablo fascinado por la entereza del amor que Margarita siente por su maestro en la obra de Bulgákov. Un diablo que por encima de todo es un embaucador y un vividor y que, de algún modo, parece superado por la maldad del mundo cuya realidad hace que él no tenga que ir a las personas sino que sean las propias personas las que se tiran en sus brazos. Un diablo aburrido que encuentra en Parnassus al mejor compañero de juegos para toda la eternidad con la tranquilidad de saber que es el propio mundo quién hace su trabajo.

Extraordinaria.

lunes, noviembre 09, 2009

IGGY POP

Living on the edge of the night




OFF THE BLACK

Es algo que nos asusta cuando lo pensamos, pero las cosas pueden irnos mal o, como mínimo, no tan bien como habíamos imaginado.

Con el paso del tiempo sobre nuestros cuerpos y nuestros espíritus, la vida (que no es otra cosa que ese pasar) pone en valor nuestras aspiraciones e intenciones iniciales. En algunas ocasiones la comparación entre esa juventud donde todo era posible y nada resultaba estar lo suficientemente lejos de nuestro poderoso brazo y la realidad del reflejo que nos devuelve el mejor de nuestros espejos un día cualquiera resulta insoportablemente odiosa.

"Off the black" nos habla de las consecuencias de haber visto ese reflejo y lo hace de una manera emocionante y tranquila, sin grandilocuencias melodramáticas, aspecto que es uno de sus principales atractivos ya que la historia muy fácilmente podría haber caído por las desencajadas pendientes del melodrama al uso.

Ray Cook (un Nick Nolte sobrado) es un amargado y desencantado árbitro de beisbol cuya solitaria vida se cruza con la de David Tibbel (Trevor Morgan), un adolescente jugador de beisbol que se cree perjudicado gravemente por una decisión de Cook. Las circunstancias harán que Cook le pida a Tibbel que se haga pasar por su hijo en una reunión anual de antiguos alumnos.

Poco a poco Tibbel conocerá y comprenderá el fracaso de Cook y verá en él un posible retrato futuro de su triste y depresivo padre (un desgarrador Timothy Hutton) cuyo corazón está roto tras divorciarse de su madre.

"Off the black" es suave, melancólica y agridulce como un buen bossanova, uno de esos que no queda más remedio que escuchar cuando llega la mañana, el carnaval ha terminado y la vida nos apremia con su mil y una exigencias y facturas.

La historia nos habla de todos aquellos que tiran la toalla y se abrazan a su fracaso porque es la única sonrisa que encuentran al levantarse por las mañanas. Y se sitúa al borde de esa línea de sombra que, de cuando en cuando, algunas vidas cruzan para no regresar nunca más. Nos abre un agujero para que, con la mirada de Tibbel, podamos asomarnos al abismo de la abandonada y terminada vida de Ray Cook y podamos sacar una conclusión sobre las causas de su catástrofe que, como no puede ser de otra forma, tienen que ver con él, con su modo de vivir la vida.

No siempre es el triunfo quién nos aguarda.

No siempre es hermoso el rostro de nuestro destino cuando se nos revela.

Emocionante.