Lo reconozco.
"Bienvenidos al fin del mundo" es una tontería, pero me gusta.
Reconozco que tiene gracia que el final de la civilización tal y como lo conocemos, abocando a los humanos supervivientes a una dura vida en un apocaliptico mundo madmaxiano, tenga su origen en la ocurrencia de un loser descerebrado, perdido para siempre en la juventud perdida en los ochentas del siglo pasado.
Y esa ocurrencia no es otra cosa que reunir a su vieja pandilla de amigos del instituto para, en un perdido y triste pueblo del campo inglés, terminar algo inacabado por ellos en su momento: una runta por los doce pubs del pueblo, ruta que termina para cerrar el circulo en un pub llamado "El fin del mundo".
Esta es la idea que Gary King, interpretado por el siempre estupendo Simon Pegg, lleva hasta las últimas consecuencias en todos los sentidos de la palabra "últimas".
Lo que King y sus amigos descubrirán en Newton Heaven, lugar donde se encuentra esa milla dorada de doce pubs, será algo que excederá a sus limitadas y progresivamente alcoholizadas expectativas, algo misterioso y siniestro que no es que amenace el destino de la humanidad sino que muy al contrario la tutela.
Como digo, lo reconozco.
Desde "Shaun of the dead" soy muy fan total de los proyectos que en las Islas Británicas lleva a cabo Simon Pegg con la ayuda de su colega Nick Frost.
Sobre un mecanismo tradicional de la parodia, la mezcla de géneros y la profundización en las virtudes y defectos de los planteamientos narrativos de cada uno de ellos, Pegg construye historias que siempre se basan en muy buenas ideas, llenas de gracia e ironía que siempre consigue aprovechar en un correspondiente despliegue narrativo en el que la fina ironía y el humor más grueso y directo conviven en una cierta y a veces increíble armonía.
Memorable especialmente es esa escena en la que el enloquecido y borracho King sella el destino final de la tierra con una torpe y estereotípico discurso tabernario sobre el ser humano y su derecho a la libertad.
Pegg y Frost nunca me decepcionan.
"Bienvenidos al fin del mundo" está en la línea.
Divertida y recomendable.
"Bienvenidos al fin del mundo" es una tontería, pero me gusta.
Reconozco que tiene gracia que el final de la civilización tal y como lo conocemos, abocando a los humanos supervivientes a una dura vida en un apocaliptico mundo madmaxiano, tenga su origen en la ocurrencia de un loser descerebrado, perdido para siempre en la juventud perdida en los ochentas del siglo pasado.
Y esa ocurrencia no es otra cosa que reunir a su vieja pandilla de amigos del instituto para, en un perdido y triste pueblo del campo inglés, terminar algo inacabado por ellos en su momento: una runta por los doce pubs del pueblo, ruta que termina para cerrar el circulo en un pub llamado "El fin del mundo".
Esta es la idea que Gary King, interpretado por el siempre estupendo Simon Pegg, lleva hasta las últimas consecuencias en todos los sentidos de la palabra "últimas".
Lo que King y sus amigos descubrirán en Newton Heaven, lugar donde se encuentra esa milla dorada de doce pubs, será algo que excederá a sus limitadas y progresivamente alcoholizadas expectativas, algo misterioso y siniestro que no es que amenace el destino de la humanidad sino que muy al contrario la tutela.
Como digo, lo reconozco.
Desde "Shaun of the dead" soy muy fan total de los proyectos que en las Islas Británicas lleva a cabo Simon Pegg con la ayuda de su colega Nick Frost.
Sobre un mecanismo tradicional de la parodia, la mezcla de géneros y la profundización en las virtudes y defectos de los planteamientos narrativos de cada uno de ellos, Pegg construye historias que siempre se basan en muy buenas ideas, llenas de gracia e ironía que siempre consigue aprovechar en un correspondiente despliegue narrativo en el que la fina ironía y el humor más grueso y directo conviven en una cierta y a veces increíble armonía.
Memorable especialmente es esa escena en la que el enloquecido y borracho King sella el destino final de la tierra con una torpe y estereotípico discurso tabernario sobre el ser humano y su derecho a la libertad.
Pegg y Frost nunca me decepcionan.
"Bienvenidos al fin del mundo" está en la línea.
Divertida y recomendable.