Insisto en lo mismo.
En los procesos de transformación cuentan las trayectorias y no es casualidad que las dos personas con mejor y dilatada trayectoria, Ada y Manuela, hayan conseguido los resultados más relevantes para la nueva sensibilidad transformadora en las elecciones autonómicas y municipales de hoy, 24 de mayo de 2015.
En Grecia, sus ciudadanos no votaron mayoritariamente a Siritza por su discurso, que también, sino por una trayectoria que ineludiblemente implicaba la puesta por obra de lo que en los estrados se dice.
Los grandes cambios requieren tiempo, y también hechos.
Las cosas importantes se hacen esperar precisamente por eso, porque son importantes.
No se compran en un supermercado.
Estamos dentro de un proceso que tenderá a requerir más tiempo que menos y en este sentido echo en falta una pedagogía de esfuerzo, en la línea de las mejores cualidades de lo mejor que nos puede aportar el recuerdo de la clase obrera.
Insisto.
No me gustan los plenteamientos cortoplacistas, orientado a objetivos, tan capitalistas, tan de aquello que se quiere combatir y además creo que es un error porque todos sabemos que es bastante poco habitual que se las cosas se consigan a la primera. Y además creo que son un error. Porque creo que hay que disfrutar del viaje, del camino y además hay que plantear escenarios alternativos de transición que no impliquen una arrolladora victoria.
Hay que hacer pedagogía del esfuerzo, de la espera, del fracaso.
La victoria no debe ser el único criterio para medir las ideas propias.
Y si se llega y se gana, mejor.
Los buenos resultados de Ada y Manuela forman parte de un proceso que será complicado y mucho más difícil de lo que ahora, llenos de euforia, imaginamos porque, y entre otras cosas, el viaje no termina en absoluto con llegar a la Moncloa.
Si algo nos demuestra la victoria de Siritza en Grecia es que alcanzar el gobierno ya no es alcanzar el poder.
Falta pedagogía y falta visión.
Porque las ideas que aporta esta nueva izquierda son estratégicas, buscan definir un nuevo mundo y deben convencer por su propio peso mostrado en la realidad de los hechos. Y en este contexto no tiene sentido la táctica de intentar atraer cuantos más votantes posibles sin recurrir al peso especifico de la propia idea.
Y quiero escribir ésto ahora porque los tácticos se van a sentir reforzados en su propósito con estos resultados.
Y quiero recodar que si algo es el capitalismo es pura táctica, una máquina que se perpetúa en el tiempo.
No se trata de ganar las elecciones cuanto antes.
La política es un efecto. La causa es la educación en una nueva sensibilidad. No hay que utilizar la política para convencer sino que a la política tiene que llegar gente convencida de que las cosas deben hacerse de otra manera: decrecimiento, frugalidad, menos consumismo....
El camino de la educación es más lento, pero es imprescindible porque gobernar desde la nueva sensibilidad, dado que gobernar no va a suponer alcanzar el verdadero poder, sin duda va a implicar consecuencias no siempre positivas en las vidas de los ciudadanos como van a comprobar los griegos que están empezando a descubrir que su voluntad no es tan soberana.
Lo menos importante es ganar.
En cualquier caso, los resultados de estas elecciones autonómicas y municipales suponen un paso adelante. La oportunidad de demostrar que las palabras pueden ir acompañadas de hechos.
Enhorabuena a todos los que tienen el coraje de sobreponerse al sentimiento de conformidad maligna que la política tradicional llama centro político.
En los procesos de transformación cuentan las trayectorias y no es casualidad que las dos personas con mejor y dilatada trayectoria, Ada y Manuela, hayan conseguido los resultados más relevantes para la nueva sensibilidad transformadora en las elecciones autonómicas y municipales de hoy, 24 de mayo de 2015.
En Grecia, sus ciudadanos no votaron mayoritariamente a Siritza por su discurso, que también, sino por una trayectoria que ineludiblemente implicaba la puesta por obra de lo que en los estrados se dice.
Los grandes cambios requieren tiempo, y también hechos.
Las cosas importantes se hacen esperar precisamente por eso, porque son importantes.
No se compran en un supermercado.
Estamos dentro de un proceso que tenderá a requerir más tiempo que menos y en este sentido echo en falta una pedagogía de esfuerzo, en la línea de las mejores cualidades de lo mejor que nos puede aportar el recuerdo de la clase obrera.
Insisto.
No me gustan los plenteamientos cortoplacistas, orientado a objetivos, tan capitalistas, tan de aquello que se quiere combatir y además creo que es un error porque todos sabemos que es bastante poco habitual que se las cosas se consigan a la primera. Y además creo que son un error. Porque creo que hay que disfrutar del viaje, del camino y además hay que plantear escenarios alternativos de transición que no impliquen una arrolladora victoria.
Hay que hacer pedagogía del esfuerzo, de la espera, del fracaso.
La victoria no debe ser el único criterio para medir las ideas propias.
Y si se llega y se gana, mejor.
Los buenos resultados de Ada y Manuela forman parte de un proceso que será complicado y mucho más difícil de lo que ahora, llenos de euforia, imaginamos porque, y entre otras cosas, el viaje no termina en absoluto con llegar a la Moncloa.
Si algo nos demuestra la victoria de Siritza en Grecia es que alcanzar el gobierno ya no es alcanzar el poder.
Falta pedagogía y falta visión.
Porque las ideas que aporta esta nueva izquierda son estratégicas, buscan definir un nuevo mundo y deben convencer por su propio peso mostrado en la realidad de los hechos. Y en este contexto no tiene sentido la táctica de intentar atraer cuantos más votantes posibles sin recurrir al peso especifico de la propia idea.
Y quiero escribir ésto ahora porque los tácticos se van a sentir reforzados en su propósito con estos resultados.
Y quiero recodar que si algo es el capitalismo es pura táctica, una máquina que se perpetúa en el tiempo.
No se trata de ganar las elecciones cuanto antes.
La política es un efecto. La causa es la educación en una nueva sensibilidad. No hay que utilizar la política para convencer sino que a la política tiene que llegar gente convencida de que las cosas deben hacerse de otra manera: decrecimiento, frugalidad, menos consumismo....
El camino de la educación es más lento, pero es imprescindible porque gobernar desde la nueva sensibilidad, dado que gobernar no va a suponer alcanzar el verdadero poder, sin duda va a implicar consecuencias no siempre positivas en las vidas de los ciudadanos como van a comprobar los griegos que están empezando a descubrir que su voluntad no es tan soberana.
Lo menos importante es ganar.
En cualquier caso, los resultados de estas elecciones autonómicas y municipales suponen un paso adelante. La oportunidad de demostrar que las palabras pueden ir acompañadas de hechos.
Enhorabuena a todos los que tienen el coraje de sobreponerse al sentimiento de conformidad maligna que la política tradicional llama centro político.