Tengo que confesar que pertenezco a esa minoría que en absoluto está interesado en conocer a las personas que se encuentran detrás de los genios.
Al final, la naturaleza humana es siempre a misma y las personas cultas también tienen sus revistas de cotilleos y sus "salvame de luxes", "Mr. Turner" es un buen ejemplo.
Bajo la conseguida apariencia de una película culta, se esconde la más absoluta frivolidad.
A mi entender no hay ninguna diferencia en la evidente obsesión de "Mr Turner" en describir de manera minuciosa y sensacionalista la personalidad del genio, destacando por supuesto los aspectos más escabrosos de una personalidad que sin duda fue compleja y acentuando ese estereotipo de novelita romántica del artista encerrado en el laberinto de sus propias obsesiones... Como escribo, no hay en realidad ninguna diferencia entre este tratamiento de Turner, que tan decepcionantemente hace un tipo tan interesante como Mike Leigh, con el tratamiento que Jorge Javier Vazquez da a la vida de Belen Esteban.
Pero ninguna.
La diferencia sólo está en el ego del que mira.
Y lo que es más importante, la narración en ningún momento muestra una conexión entre esa personalidad y su obra, aspecto que justificaría contar la mayoría de las cosas que se cuentan.
En absoluto.
"Mr. Turner" ofrece al espectador el morbo de descubrir el monstruo que se esconde tras el genio envolviéndolo en el papel celofán de una magnífica recreación de época, en el que incluyo además el estupendo acabado de algunas imágenes que directamente recuerdan a algunos cuadros de Turner.
Y precisamente este es para mi el aspecto más bárbaro de una película que, aunque no lo parece, es bastante bárbara.
Porque es como si esos colores estuvieran ya allí y el bueno de Turner sólo hubiera tenido el talento de reproducirlos como si se tratase de un "ploter" humano, obviando la capacidad transformadora de la subjetividad del artista, aspecto que una película tan bárbara como ésta en absoluto se atreve a cubrir.
Y en esto le arrebata a Turner su principal valor como precedente de una diferente manera de pintar. Lo cual resulta curioso ya que en definitiva se trata de una película que gira alrededor de un pintor al que, por contra, caricaturiza y desnaturaliza.
Decepcionante.
Al final, la naturaleza humana es siempre a misma y las personas cultas también tienen sus revistas de cotilleos y sus "salvame de luxes", "Mr. Turner" es un buen ejemplo.
Bajo la conseguida apariencia de una película culta, se esconde la más absoluta frivolidad.
A mi entender no hay ninguna diferencia en la evidente obsesión de "Mr Turner" en describir de manera minuciosa y sensacionalista la personalidad del genio, destacando por supuesto los aspectos más escabrosos de una personalidad que sin duda fue compleja y acentuando ese estereotipo de novelita romántica del artista encerrado en el laberinto de sus propias obsesiones... Como escribo, no hay en realidad ninguna diferencia entre este tratamiento de Turner, que tan decepcionantemente hace un tipo tan interesante como Mike Leigh, con el tratamiento que Jorge Javier Vazquez da a la vida de Belen Esteban.
Pero ninguna.
La diferencia sólo está en el ego del que mira.
Y lo que es más importante, la narración en ningún momento muestra una conexión entre esa personalidad y su obra, aspecto que justificaría contar la mayoría de las cosas que se cuentan.
En absoluto.
"Mr. Turner" ofrece al espectador el morbo de descubrir el monstruo que se esconde tras el genio envolviéndolo en el papel celofán de una magnífica recreación de época, en el que incluyo además el estupendo acabado de algunas imágenes que directamente recuerdan a algunos cuadros de Turner.
Y precisamente este es para mi el aspecto más bárbaro de una película que, aunque no lo parece, es bastante bárbara.
Porque es como si esos colores estuvieran ya allí y el bueno de Turner sólo hubiera tenido el talento de reproducirlos como si se tratase de un "ploter" humano, obviando la capacidad transformadora de la subjetividad del artista, aspecto que una película tan bárbara como ésta en absoluto se atreve a cubrir.
Y en esto le arrebata a Turner su principal valor como precedente de una diferente manera de pintar. Lo cual resulta curioso ya que en definitiva se trata de una película que gira alrededor de un pintor al que, por contra, caricaturiza y desnaturaliza.
Decepcionante.