Por este tipo de cosas es por las que más me preocupa estar en lo cierto.
lunes, mayo 11, 2009
Por este tipo de cosas es por las que más me preocupa estar en lo cierto.
Hay una lectura gótica del espacio profundo... Una inmensa e interminable extensión de oscuridad por la que vagar como un holandés errante en busca de la redención.
En este sentido, el espacio es como el mar. Un lugar en el que desaparecer sin dejar rastro con la personal e intransferible carga de la propia maldición, pero también un lugar donde, de cuando en cuando, topar con aquellos que han decidido desaparecer.
Pero, y también por su propia condición de inabarcable, el espacio también es el perfecto lugar para topar con lo extraordinario, con lo inexplicable y misterioso. En su insondable profundidad precisamente hay lugar para todo, incluso para aquello que va más allá de la propia imaginación.
Ese era el principal atractivo de Star Trek como serie.
Para Gene Roddenberry, su creador, el espacio era la última frontera, un mágico lugar donde convergen las sombras de lo gótico con el destello vital de la aventura, William Hope Hodgson o H. P. Lovecraft con Emilio Salgari o Zane Grey... Y ahora, el genio televisivo J.J. Abrams, responsable de la revisión y tuneado de la interminable saga, intenta enlazar con ese espíritu de la aventura romántica en toda la extensión de la palabra.
En este sentido, el comienzo de la película resulta fascinante. La nave romulana emergiendo del vórtice espacio temporal como un enorme kraken que extiende sus tentáculos como un aviso de peligro para la nave de la federación y un villano, el capitán Nero, que la gobierna recordándonos a perdidos personajes de Josepn Conrad o Robert Louis Stevenson o Julio Verne que vagan perdidos en su propio laberinto y en busca de la liberación por las interminable extensión del continuo espacio temporal.
La propuesta es fantástica, pero, y en cuanto aparecen los adolescentes Kirk y Spock, uno se encuentra de pronto sumido en la decepción ante una historia que abandona lo mejor de si misma para darnos una convencional e iniciática trama de personajes adolescentes en busca de sí mismos, de su sentido, resultando todo demasiado convencional, oliendo a cientos de historias parecidas en la que el joven nos demuestra lo equivocado que está el mundo con respecto a él. Kirk y Spock se convierten en rebeldes que tienen una causa que en un principio no resulta tan aparente para los adultos que les rodean... El mismo rollo de siempre...
No obstante, la película resulta entretenida... si uno consigue superar esa decepción. Abrams tiene talento para contar historias y la película muestra en todo momento el dinero que ha costado. Resulta espectacular en alguna de sus escenas, pero, eso sí, un espectáculo desprovisto de la oscura magia que prometía mostrarnos.
Aunque, y pese a todo, mi voto personal es claro: la nave insignia de la flota estelar no debería estar en manos de un adolescente...
domingo, mayo 10, 2009
viernes, mayo 08, 2009
Producida por tres grandes del moderno cine mejicano, Alfonso Cuarón, Alejándro González Iñárritu y Guillero del Toro, y dirigida por Carlos Cuarón ("Y tu mamá también"), "Rudo y Cursi" es la tragicomedia del ascenso y caída de dos "pelados" con el fútbol como telón de fondo.
Gael García Bernal y Diego Luna interpretan respectivamente a los hermanos Tato y Beto Verdusco, dos trabajadores de una hacienda platanera cuya suerte un día cambia al ser descubiertos en sus talentos futbolísticos por un pícaro representante de origen argentino.
El viaje de Tato y Beto a la gran ciudad no sólo tiene interés por sí mismo sino también por el paisaje donde sucede, la sociedad mejicana que se nos muestra en toda su rica y contradictoria complejidad exhuberante desde los lugares más bajos hasta los más altos de la misma. En ella, hay lugar para el drama del Indio Fernández, para los plastificados sentimientos de las telenovelas, para el blanco simplismo del Chavo del Ocho, la loca violencia de Robert Rodriguez o el lujo hortera de Galavisión y todos esos mundos se nos van apareciendo por separado o de forma conjunta, muchas veces sin solución de continuidad en lo que termina resultando un fascinante retablo de las maravillas en el que Tato y Beto intentan encontrar un lugar.
Quizá la parte más floja sea aquella en la que el futbol se convierte en clave desde la que se deduce el sentido del destino de los dos hermanos Verdusco. Para mi gusto, no termina de cumplir su cometido, de enlazar con el core emocional de la historia convirtiéndose en metáfora. En algunos momentos, las reflexiones en off del pícaro representante son demasiado colaterales, podían haber dado más de sí, conociendo a los argentinos y su manera de enlazar el discurso del fútbol con el discurso de la vida, pero tampoco estorban demasiado.
En definitiva, Tato y Beto se convierten en una magnífica ocasión para generar negocio, para generar dinero en todo el codicioso y corrupto entorno que surje a su alrededor y así sucede mientras dura, y las desestructuradas aspiraciones de los dos hermanos no terminan por comprometerlo todo. De algún modo, y convertidos en una suerte de pacomartinezsorias mejicanos, la ciudad no termina de ser para ellos. Sólo son el enésimo alimento para una mquinaria que constantemente necesita nueva carne fresca para perpetuarse.
Tiene su gracia "Rudo y Cursi".
jueves, mayo 07, 2009
Leo en Internet que en el 2010 un tercio de la humanidad podría resultar infectada y que el virus podría mutar a una variante mucho más feroz... o no. Como otros tantos organismos potencialmente peligrosos siempre puede darse el caso de que pueda mutar para mal. En este caso, el virus de la gripe porcina no es muy diferente a otros tantos como por ejemplo el anthrax. Pero lo importante no es la peligrosa posibilidad de mutación que siempre está ahí, como un siniestro euromillón que se juega cada segundo.
Lo importante es la posibilidad de ese titular y la necesidad de su catastrofista orientación.
Tenemos que estar informados. Es cierto. Pero, y fundamentalmente, tenemos que estar informados de todo lo malo que nos puede pasar. A la hora del viajar importa tanto la idoneidad del lugar como los riesgos que corremos, como si la humanidad entera sufriera una melancólica tentación por el apocalipsis de cuya existencia los titulares de los medios de comunicación son inequívoco sintoma.
Siempre puede pasar lo peor. Debemos estar preparados para la más desastrosa de las posibilidades.
Tentación del apocalipsis.
Depresiva delectación por la desgracia revestida siempre en preocupación por todos los riesgos. Los mayores espacios de información siempre dedicados a la peor de las consecuencias.
Nunca es noticia que el virus de la gripe porcina o de la gripe aviar puedan dejar de mutar. Sólo es noticia la amenaza, la posibilidad de que puedan hacerlo, como si no pudiéramos vivir demasiado alejados de la sombra de una siniestra amenaza.
Como los psicópatas, que desean siempre ser atrapados por el resultado de sus obras, quizá la humanidad, de forma inconsciente, reflejara en esa constante tentación del apocalipsis un sentimiento de culpabilidad cuya carga emocional, por desplazamiento, se muestra en forma de sensación de inseguridad ante una continua amenaza que jamás cesa.
Los medios se convierten en el mecanismo que vehicula ese sintoma.
¿Cómo es posible que la ira de todos esos cielos, de todos esos dioses, en los que creemos (o no) aún no haya caído sobre nosotros?
El animal que llevamos dentro y que es mucho más viejo que nuestra parte consciente y racional echa de menos la némesis encarnada en un predador. Siempre lo busca en todas las partes y en todas las situaciones, acechando, dispuesto a devorarlo cuando menos lo espera. No puede vivir sin él.
SEMIFINAL
Los grandes entrenadores también deben saber motivar a sus jugadores.
No soy antropólogo, pero, seguramente, en el origen del deporte está la canalización de la violencia intrínseca a toda sociedad por mecanismos y caminos que permitieran continuar con la altruista construcción de ese grupo vehiculizando los inevitables roces y fricciones entre egoismos. Por eso, el deporte y la violencia siempre están demasiado cerca. Todos los que hacemos deporte a un nivel u otro sabemos que siempre hay un componente de lucha, de enfrentamiento con el otro en busca de su superación y de la consiguiente victoria. Juegues a lo que juegues, siempre encontrarás enfrente de ti a un rival al que debes superar por fuerza, habilidad y carácter, o por una combinación exitosa de cualquiera de esos tres aspectos.
Y para la lucha siempre es importante la motivación, la arenga del general a sus soldados como la oración funebre que Pericles dedicó a los atenienses caídos que el historiador Tucidides decidió contarnos en su "Historia de la Guerra del Peloponeso". Salvando las distancias, un entrenador tiene ese componente aglutinador y motivador de las voluntades tanto por sus acciones como por sus palabras. Y en ese sentido, el futbol está lleno de grandes entrenadores con grandes discursos en el momento de la arenga final.
Las palabras de Guardiola a sus chicos antes de comenzar la segunda parte de una semifinal que perdían por un gol pasará a la historía, por lo menos a la mía.
Tenemos que ser fieles a nosotros mismos. Tenemos que seguir jugando, tocando, asociándonos, ... Si no ganamos es que no estaba escrito que hoy debiéramos ganar. Pero si lo hacemos, lo habremos hecho porque hemos creído en nosotros mismos hasta el final....
Guardiola es un gran tipo.
Siempre tiene grandes palabras y éso es porque tiene grandes cosas en la cabeza.
No hay más que ver a su equipo sobre el campo.
Los pequeños siguieron tocando y tocando, asociándose y asociándose, intentando escalar el Himalaya muscular de los jugadores del Chelsea. Parecía que no... pero, en el último minuto del último instante, el trallazo de Iniesta.
El gol soñado entrando imparable por la escuadra.
El éxtasis del gol, de haber podido... La magia emergiendo como la espuma de un oceáno de sudor, voluntad y esfuerzo.
Pero también la lección moral, el ejemplo para la vida, que tan grande hace al deporte.
Enhorabuena Barcelona!
miércoles, mayo 06, 2009
No he hablado mucho de The Shield... y eso que puntualmente he devorado sus seis temporadas en cuanto he tenido la menor ocasión.
La serie cuenta las historias de los policias destinados en The Barn, una de las comisarías mas conflictivas de la ciudad de Los Angeles. Pero sobre todo ha acabado centrada en las peripecias, no siempre muy decentes, del Grupo de Asalto comandado por el duro y ambivalente Vic Mackey.
El Grupo de Asalto es una unidad especial que combate la violencia entre bandas y los hombres de Mackey siempre están metidos hasta el cuello en incidentes violentos entre grupos rivales. Esa continua lucha ha hecho que para los policias del Grupo de Asalto la línea que separa el bien del mal se difumine.
Los dos pies de Mackie nunca están en el mismo lado de la línea. En algunas ocasiones porque, para Mackie, el fin justifica los medios y está dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de resolver un problema... y las que garantizan una solución rápida y eficaz no siempre son muy legales. En otras, porque la humana condición de Mackie no está libre de tentaciones y mucho menos de caer en ellas.
El resultado es una trama de causas, azares y deudas que ha acabado con el Grupo de Asalto mucho más lejos, y desde el lado del mal, de la línea que separa a los buenos de los malos. Y en la sexta temporada las cosas empiezan a ser insostenibles.
The Shield es un de las mejores series de policías que se han hecho nunca. Su estilo es directo, casi documental, casi siempre con encuadres apurados, vibrantes, rápidos y su fondo está a la altura de la forma.
No hay retórica ni rodeos en The Shield.
Las calles que pisan Mackey y sus hombres respiran un presente acuciante y escaso que puede terminar en cualquier momento.
martes, mayo 05, 2009
EL DÍA QUE CAMBIÓ LA HISTORIA
... del fútbol.
"Los funerales por el mejor equipo que ha visto Italia y uno de los mejores que ha visto el mundo congregaron a un millón de personas en Turín. En ese momento, a falta de cuatro jornadas, el Gran Torino llevaba cuatro puntos de ventaja al Inter. Los demás equipos decidieron alinear a los juveniles, como se vio obligado a hacer el Torino, el resto de la temporada. Ése fue el scudetto póstumo."
(Enric González)
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Un clavo saca otro clavo.
Un agente de la interpol (Clive Owen) y una agente de la oficina del fiscal de Nueva York (Naomi Watts) se enfrentan al inmenso poder omnímodo de un banco internacional cuyo alargado brazo alcanza los más apartados lugares de las alcantarillas mundiales.
"The international" es un thriller con todas las de la ley. Trama interesante, secuencias de acción bien resueltas, buenas interpretaciones, un cierto suspense, algún que otro giro inesperado, .... Una de esas películas que no decepciona y que siempre apetece ver.
Además, aporta una cierta originalidad que está llena de interés. En este tipo de historias siempre hay un héroe individual que se enfrenta a solas al poder de esa organización. La necesidad de hacer justicia le impulsa. Se convierte en un medio, un fin o las dos cosas. Pero en "The International" esa justicia ya no es posible por la acción única del héroe. Ahora, en el siglo XXI hacen falta aliados cuyos intereses puedan servirse de la misión en que se encuentra el protagonista. Ambos salen beneficiados, el aliado elimina a un competidor y el héroe hace la justicia que tanto ha buscado.
El mensaje de "The international" es cinico y nihilista.
Si alguna vez lo ha sido, ahora, menos que nunca, la justicia ya no es posible por si misma, sino como parte de un juego de intereses mayor en el que la moral es sólo una variable más a considerar... y no precisamente de las más relevantes, aunque para nuestro héroe sea la principal razón de su existir como personaje en una trama que sólo y siempre le ha necesitado únicamente como peón.
En ese aspecto, me recuerda a los policías de "The wire" constantemente enfrentados a una realidad infraestructural que rige la vida de la ciudad. Una realidad que nada tiene que ver con los discursos superestructurales basados en la moralidad y la justicia y que está basada en la costante fricción de los intereses, en el conflicto y la asociación en busca del mayor beneficio posible sin mirar hacia arriba (al mundo perfecto de las ideas), sin mirar hacia atrás (a los humillados y los ofendidos).
Los garantes de esa moralidad y esa justicia que, sin embargo, todas las mañanas hay que publicar para que la sociedad siga en marcha, de algún modo, como nuestro héroe al final de la película, siempre se sienten burlados.
Un clavo saca otro clavo.
Interesante.
lunes, mayo 04, 2009
domingo, mayo 03, 2009
"En 1986, ya con 32 años, Maradona exigió que su ídolo fuera convocado. Y Bilardo dejó que Bochini jugara los últimos cinco minutos contra Bélgica. Cuando El Bocha saltó al césped, El Pelusa le rindió honores. Hay dos versiones de la frase con que le dio la bienvenida. Según una, Maradona dijo: "Dibuje, maestro". Según otra, Maradona dijo: "Pase, maestro; estábamos esperándole". Ése fue el final de la carrera internacional de Bochini, que en 1976 marcó a Peñarol un gol muy parecido al célebre gol que Maradona marcó a Inglaterra."
(Enric González)
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Amen!
Es una pena que ya no pueda volver a ver por primera vez ninguna de sus cinco temporadas...