Las leyes y el ordenamiento legal no son causa sino efecto.
Una de los pensamientos más interesantes que se deducen de la lectura del libro de Hannah Arendt "Eichmann en Jerusalen" es que para muchos alemanes que participaron en la Solución Final. ésta fue un simple cuestión legal y administrativa. Cuando se mataban judíos en realidad se obedecían leyes y se realizaban actos administrativos y esta es una de las razones por las que muy pocos alemanes mostraron contestación. A través del sometimiento a la ley pudieron disfrazar su cobardía o canalizar y posteriormente enmascarar su conformidad con un crimen.
Este es un caso extremo, pero no se debe olvidar que desde los griegos, desde la Atenas de Solón y Pericles está claro un tema de fondo que convierte al sistema legal en la plasmación del espíritu de un pueblo, del espíritu de una época.
Las leyes no surgen de la nada ni están ahí desde siempre. Son la manera en que un pueblo se define y define su convivencia. Y la presunta objetividad de las leyes no es otra cosa que el reconocimiento social de aspectos de la ley natural o en la plasmación por escrito de todo aquello en que lo miembros de un colectivo están de acuerdo.
La leyes y el ordenamiento legal obedecen a un espíritu o a una intención del colectivo de dotarse de unas determinadas reglas de convivencia.
Es falsear el debate terminarlo con la apelación autoritaria al acatamiento de un ordenamiento legal por si mismo. Los ordenamientos legales están hechos para las personas y no las personas para los ordenamientos legales. Y en este sentido, las apelaciones al acatamiento al ordenamiento jurídico que se hacen resultan completamente autoritarias.
Reivindicar la democracia y el derecho a voto en unas elecciones.
Convertirlo en una verdad absoluta debería ponerse en juego con el significado que tienen unas elecciones cuyos programas electorales se incumplen sistemáticamente.
¿Cuál es el valor del derecho al voto si el gobierno votado automáticamente hace lo contrario que estaba en su programa, progrma que fue el origen del voto conseguido?
Ninguno.
El totalitarismo ejerce su dominio de una manera inteligente. Ya no se viste de uniforme como antes. Nos conmina a cumplir las leyes sin dar explicación de la justicia o verdad de las mismas. Se olvida de que las leyes deben tener una razón, un espíritu y un sentido. Se queda con la necesidad de mantener un orden establecido y no hay nada más totlaitario que éso.
El totalitarismo quiere privar a las leyes de su genealogía reduciéndolas a un mero presente eterno de acto administrativo de acatamiento.
Una de los pensamientos más interesantes que se deducen de la lectura del libro de Hannah Arendt "Eichmann en Jerusalen" es que para muchos alemanes que participaron en la Solución Final. ésta fue un simple cuestión legal y administrativa. Cuando se mataban judíos en realidad se obedecían leyes y se realizaban actos administrativos y esta es una de las razones por las que muy pocos alemanes mostraron contestación. A través del sometimiento a la ley pudieron disfrazar su cobardía o canalizar y posteriormente enmascarar su conformidad con un crimen.
Este es un caso extremo, pero no se debe olvidar que desde los griegos, desde la Atenas de Solón y Pericles está claro un tema de fondo que convierte al sistema legal en la plasmación del espíritu de un pueblo, del espíritu de una época.
Las leyes no surgen de la nada ni están ahí desde siempre. Son la manera en que un pueblo se define y define su convivencia. Y la presunta objetividad de las leyes no es otra cosa que el reconocimiento social de aspectos de la ley natural o en la plasmación por escrito de todo aquello en que lo miembros de un colectivo están de acuerdo.
La leyes y el ordenamiento legal obedecen a un espíritu o a una intención del colectivo de dotarse de unas determinadas reglas de convivencia.
Es falsear el debate terminarlo con la apelación autoritaria al acatamiento de un ordenamiento legal por si mismo. Los ordenamientos legales están hechos para las personas y no las personas para los ordenamientos legales. Y en este sentido, las apelaciones al acatamiento al ordenamiento jurídico que se hacen resultan completamente autoritarias.
Reivindicar la democracia y el derecho a voto en unas elecciones.
Convertirlo en una verdad absoluta debería ponerse en juego con el significado que tienen unas elecciones cuyos programas electorales se incumplen sistemáticamente.
¿Cuál es el valor del derecho al voto si el gobierno votado automáticamente hace lo contrario que estaba en su programa, progrma que fue el origen del voto conseguido?
Ninguno.
El totalitarismo ejerce su dominio de una manera inteligente. Ya no se viste de uniforme como antes. Nos conmina a cumplir las leyes sin dar explicación de la justicia o verdad de las mismas. Se olvida de que las leyes deben tener una razón, un espíritu y un sentido. Se queda con la necesidad de mantener un orden establecido y no hay nada más totlaitario que éso.
El totalitarismo quiere privar a las leyes de su genealogía reduciéndolas a un mero presente eterno de acto administrativo de acatamiento.