lunes, noviembre 23, 2009

AGORA

Esta última película de Alejandro Amenábar entra dentro de la categoría de las películas que me producen rechazo no por lo que son sino por lo que hubiera podido ser.

"Agora" sucede en la multicultural Alejandría del siglo V después de Cristo y nos muestra el modo en que el boyante cristianismo se abre paso, por lo civil y lo penal, dentro de la ciudad para convertirse en la religión única y dominante. En este sentido, Hypathia se convierte en una mártir de la libertad de pensamiento frente al control idiológico que como parte de esa estrategia de dominación impone el cristianismo.

A este respecto el planteamiento de "Agora", además de no mostrar nada nuevo (salvo la reconstrucción de la ciudad mediante efectos digitales) ni estimulante desde un punto de vista intelectual carece de la suficiente entidad como para estar a la altura del propósito inicial, que se le presume, de condena del fanatismo y de alabanza del pensamiento libre.

La película tiene punto de vista, intención, pero carece de en su desarrollo de la suficientemente sabiduría como para mostrarse a sus espectadores de una manera diferente y especial que la convierta en una experiencia distinta, que el espectador se lleve a casa porque le ha dado materia para pensar.

Todos los personajes hacen lo que se espera de ellos para que, al final, el destino de Hypathia esté servido. No hay profundidad en las motivaciones sino mucha superficialidad de acciones y reacciones.

Huérfana de un soporte literario que la de mayor enjundia, "Agora" se convierte en un aceptable melodrama sobre el imposible amor que un esclavo siente por su señora y es en este perfil donde la película funciona en mayor medida, quedando el fanatismo como agente reactivo y catalizador de los mecanismos del género... aunque como melodrama resulte también una experiencia convencional y un tanto previsible.

"Agora" resulta una película fría, timorata, que no se atreve a mirar cara a cara a la sangre que mana de las heridas de los personajes y que exige demasiado al espectador puesto que, descansando en el convencionalismo intelectual y emocional que muestra, espera que aquel ponga el resto y complete el dibujo uniendo los puntos que Amenabar dibuja sobre la pantalla.

Además, y no conociendo mucho la historia de Hypathia, tengo la impresión que el entendimiento que el autor hace de la misma es incompleto. Después de todo, la tragedia de Hypathia no es sólo la tragedia del libre pensamiento frente al fanatismo sino también, y sobre todo, la tragedia de toda una cultura que agoniza en la playa del tiempo arrasada por una nueva época con sus propias ideas y planteamientos.

Amenábar se centra en el cómo y olvida el qué.

El cristianismo se abre paso a sangre y fuego, pero lo hace sobre una cultura agotada y en decadencia cuyos dioses están dejando de ser creídos y empiezan a ser olvidados. La cultura helenística centrada en Alejandría es el último estertor de la cultura clásica de raíces griegas y romanas y el tiempo de ese modo de vida ha pasado.

En este sentido, Hypathia se convierte en un personaje elegíaco y trágico que es metáfora de ese cambio de guardia en la historia de la humanidad.

"Agora" no tiene esa visión global de lo que, en realidad, Alejandría es... El teatro donde se escenifica ese espectáculo producido por el inevitable desgaste que sobre las cosas produce el inevitable paso del tiempo.

Mientras veía la película, a mi memoria regresaba ese viejo poema de Luis Cernuda sobre las estatuas de los dioses olvidados que descansan rotas, perdidas y semienterradas en una playa y es aquí donde "Agora" podría haber encontrado esa entidad intelectual de la que carece y que impide que sea algo más que un previsible entretenimiento tanto en lo narrativo como en lo intelectual.

Hypathia podría haber significado toda esa profunda hondura poética que encierra lo que irreparablemente tiene que perderse porque su tiempo ha pasado.

El destino de Hypathia no puede ser otro que el mismo destino que sigue la cultura, de la que anímica e intelectualmente ella se convierte en símbolo, frente a los oscuros nuevos tiempos que representa el cristianismo: la desaparición.

El alma que "Agora" no tiene está ahí y, de haberla tenido, podría haberla convertido, siempre para mi gusto, en una película inolvidable y mejor.

Vulgar.
HELENA: No he pisado jamás Troya. Era sólo un espectro.
SIRVIENTE: ¿Cómo? ¿Dice que solo estuvimos muriendo por una quimera ?”
("Helena", Eurípides)
"A la hora en que los sueños se vuelven verdad
al despuntar el día
vi los labios abrirse
pétalo a pétalo.

En el cielo brillaba una delgada hoz.
Temí que los segara."
(Yorgos Seferis)
BLACK STROBE

Me and Madonna...

















El barco aún quedaba lejos.
El singular evento de su figura recién se había desprendido de la monotonía rectilínea del horizonte.
Su vibrante textura aún era la de un espejismo... y bien podía ser éso, el volátil fruto de su imaginación ansiosa, pero algo le decía que se trataba de una realidad que empezaría a cuajar lentamente ante su mirar.
La blancura de su vela era una cuestión de tiempo.
Luego, la oscura presencia de su casco no tardaría en cobrar precaria solidez entre las dos inmensidades, la del cielo y la del mar, y lo haría de forma inevitable, con las mismas formas desconsideradas con que se producía el mismísimo tiempo ante su estar resignado. Y de algún modo aquel barco que lentamente se acercaba era la encarnación de ese inevitable pasar, pero también representaba la inevitabilidad de su propio destino.
Aquella vela siempre se las arreglaría para encontrarle.
Aquel casco no dejaría jamás de perseguirle.
Por eso había decidido pararse.
Hilar la brisa.
Afilar su espada.
Hacer una ofrenda a los callados dioses.
Y esperar con su silencio la insaciable ira de los aqueos.

jueves, noviembre 19, 2009

"Ojos de perro azul es la historia de un hombre y una mujer que se encuentran en sueños. Se aman con un amor extraño, justamente, de lógica únicamente onírica. Pero fallan en encontrarse en el mundo real, o incluso en averiguar si todo el acontecimiento es real, porque él, al despertar, siempre olvida los sueños. Estos encuentros desesperados parecen ser lo único que los va salvando día a día de una vida que, por lo demás, parece hacerse dura y demasiado insignificante; pero su incapacidad de realizar este deseo los persigue también entonces, pues pese a compartir el sueño, su realización está siempre lejos, en el terreno de lo imposible. Pero si fuera sólo un cuento de un amor imposible, sería difícilmente el gran cuento que es. Ojos de perro azul no es sólo la idea de lo inalcanzable, sino la idea de vivir una vida aparte, con una lógica creada en torno a algo que, quizás, ni siquiera es real. No es una historia de amor, sino de deseo. Y no es una historia siquiera, probablemente sería mucho mejor definir este cuento únicamente como un sueño. Y he ahí el doble giro de ironía y maravilla que escapa de esta obra: la idea de que aquello que puede salvarnos la vida, hacer la gran diferencia, puede terminar escapando a nuestras posibilidades por una simple cuestión de olvido. Que algunas cosas, por importantes que puedan ser, y aunque podrían incluso haber terminado salvándonos; las perdemos todos los días como si fueran monedas qué regalar, casi sin darnos cuenta."

Más

Perfecto...

SAMMY DAVIS Jr.

Mr. Bojangles...



"Dijiste hace años: En el fondo soy un asunto de luz. Y ahora todavía al apoyarte en la ancha espalda del sueño, aun cuando te hunden en el pecho aletargado del pronto, buscas rincones donde el negro se ha gastado y no resiste, buscas a tientas la daga destinada a perforar tu corazón y abrirlo a la luz."
(Yorgos Séferis)
SAMMY DAVIS JR.

Wichita Lineman...

JOHNNY CASH

Wichita lineman....


ALAKRANA

¿Qué será lo siguiente?

No me atrevo a aventurar ningún planteamiento, porque en este descenso a las profundidades abisales que nuestros gobernantes están realizando para mantener su puesto de trabajo todo es ya posible.

Esencialmente, me inquietan unos gobernantes que, constantemente, y por sus actos, nos muestran que el fin justifica los medios... incluso lo comentan orgullosos comparándose con el misterioso príncipe al que Maquiavelo le dedicó su obra... porque, insisto, su principal misión es mantener el puesto de trabajo.

No se si hay muchos estados que hayan cedido al chantaje de unos criminales sin de alguna forma u otra cobrarse su deuda, pero, lo que si tengo claro es que el estado español es el primero que lo hace de forma pública y notoria, sin pudor, argumentando que las situaciones difíciles requieren soluciones complicadas, pero olvidando que, precisamente, lo complicado de esa solución no es la naturaleza de la misma sino mantener el secreto de su existencia.

Todos los estados tienen alcantarillas y sólo hay un modo de resolver las cosas en ellas: el secreto imprescindible y necesario para una actividad basada en ese viejo adagio que afirma la necesidad de romper huevos como paso previo para la producción de una tortilla.

Y aún mucho más perverso que el reconocimiento de la necesidad de ese mundo oscuro es dar luz y taquigrafo asumiendo con la mayor de las naturalidades la perversión del estado de derecho. Todos hemos leído a John Le Carré y, si mal no recuerdo, Smiley jamás fue titular en la primera página de los periódicos.

Si por pragmatismo se decide la subversión del estado de derecho haciendo que éste se incline ante la voluntad de unos piratas, lo complicado no es la toma de esa decisión ni tampoco la realización de la misma. Lo difícil es tener en cuenta sus repercusiones y consecuencias, manteniendo lo que no debe ver la luz en la oscuridad a la que ese acto por naturaleza pertenece.

Y todo por mantener el puesto de trabajo.

El estado pagando rescate a unos piratas, el estado colaborando con banda armada, conversaciones privadas publicadas en los periódicos... Confieso que no se qué será lo siguiente... y si de verdad se puede caer más bajo y puede haber algo peor.

Es complicado decir estas cosas en un país donde se es de izquierdas o de derechas como se es del Barcelona o del Real Madrid, pero empieza a ser necesaria una regeneración. Hay demasiada vileza y, lo que es peor, una vileza manifestada con la impunidad que implica reconocerla como parte de un cierto estado de las cosas definidor del ser de nuestro tiempo.

Intolerable.

martes, noviembre 17, 2009

GIORGIO MORODER & PAT BENATAR

Here's my heart...



"Adam Smith mantuvo que el hombre, dejándose llevar por sus instintos contribuye al bien común. Sus discípulos empezaron a darse cuenta de que para alcanzar ese fin es indispensable someter los instintos a la razón"
(Evolución del pensamiento económico, Miguel Angel Martínez Echevarría)

Y vivimos en un mundo cuya máxima obsesión es desatar los instintos buscando monetizarlos. Y del mismo modo que la política se ha irracionalizado en un continuo intercambio táctico de imágenes, gestos y consignas, el mercado ha sucumbido a la irracionalidad de los agujeros virtuales, a las tácticas oportunistas de ganancias inmensas y rápidas.
La racionalidad, la responsabilidad individual con respecto a lo colectivo, es un tema personal... y no únicamente un abstracto tema social que se nos imponga desde arriba mediante un sistema legislativo. No hay ley que funcione si parte de ella no está ya dentro de las personas que deben respetarla y seguirla.
El egoísta sentido de no responsabilidad que es signo de nuestros tiempos forma parte de esa irracionalidad que nos convierte en sujetos deseantes y centros absolutos de un universo que es el nuestro, encerrados en la inmensidad de nuestros propios deseos y ambiciones, sin sentirnos obligados a dar explicaciones a nadie.
Así no hay sistema político y económico que resista los embates de los desatados perros del infinito deseo.
Lo social no es posible sin un cierto sentido altruista basado en la racionalidad, en la cesión voluntaria y el consecuente control que evita que el pan de hoy se convierta en el hambre de mañana.
Y ese altruismo es el garante y sustentador de un orden establecido. Su desaparición significa un claro síntoma de descomposición y decadencia. Nadie está dispuesto a ceder ni a esperar a un mañana cuya existencia garantiza el propio cumplimiento de ese orden y cuyo sentido se desvanece con las constantes impaciencias e incumplimientos.
No hay tiempo que perder.
De pronto, el mañana se ha vuelto incierto y lo único que cuenta es lo que se puede hacer hoy.

INOLVIDABLE

The great race...


Throw more brandy!


2012

Y, por lo visto, estábamos advertidos.

Este último desastre global, género en el que el alemán Roland Emmerich parece haberse especializado, se inspira en el hecho real de que el calendario de los mayas no va más allá del año 2012 de nuestra era... (aunque probablemente dejaran para mañana la engorrosa tarea de tallar más piedras con los datos del 2012 hacia delante mientras tranquilamente se extinguían).

Rápidamente... La tormenta solar más potente de la historia convierte al sol en un potente emisor de neutrinos, en un enorme horno microondas, para que nos entendamos, que calienta el interior de la tierra hasta el punto de que las placas superiores pierden el sólido anclaje con las derretidas inferiores y comienzan a desplazarse provocando brutales y tremendos cataclismos que a punto están de llevarse por delante a nuestra especie y, lo que es mucho más grande, su ego.

Si uno se pone a pensar seriamente en todo lo que sucede durante las casi tres horas de metraje que componen esta mastodóntica 2012, no encuentra apenas un lugar donde agarrarse (y eso que lo que abunda son precisamente escombros).

Las cosas suceden porque sí, las casualidades inverosímiles y los planteamientos pasmosos ocurren sin apenas dar un respiro al espectador. Suceden porque tienen que suceder, para que acompañemos/espiemos a los protagonistas hasta el final de su viaje que, como no podía ser de otra forma y al tratarse de los héroes, coincide con el final de la historia... Pero el mundo que nos abre ésta 2012 es otro. Porque, y a pesar de ese inverosímil todo, la película de Emmerich es un perfecto producto de entretenimiento que funciona de principio a fin, llevando al espectador de asombro en asombro en una especie de rutilante opera desastrosa en donde lo más increíble sucede con verosimilitud, aspecto más que suficiente para que las historias mantengan la atención del espectador y consigan el deseado efecto de funcionar.

El supervolcán de Yellowstone reventando, el estado de California hundiéndose en el oceano, un enorme tsunami de 1500 metros de altura, la basílica de San Pedro del Vaticano por los suelos... y nuestros héroes escapando por los pelos mientras el suelo no cesa de abrirse bajo sus pies hasta llegar a descubrir el secreto mejor guardado, la puerta de escape tecnológica que la humanidad se ha fabricado para sobrevivir.

En cualquier caso, y como escribo, 2012 es un auténtico espectáculo.

Por el momento, la madre de todas las superproducciones de acción que Hollywood ha venido produciendo con mayor o menor acierto desde que el cine como producto se ha digitalizado para vehiculizar de forma espectacular la acción... aunque yo sigo prefiriendo "La Aventura del Poseidón", la verdadera madre de un género cinematográfico nacido sociologicamente en una época de crisis, la de las inflacionarias economías keynesianas en la década de los setentas del siglo pasado y causada por el alza de los precios del petróleo como arma política para equilibrar el conflicto árabe-israelita.

Ahora vivimos otra crisis y quizá sea otro buen momento para este género que, y aunque parezca mentira, es principalmente un cine intimista, de personajes, que utiliza la catástrofe como elemento catárquico que se aplica como reactivo sobre una serie de personajes que son también diferentes personalidades capaces de dar diferentes respuestas a la misma situación desesperada.

El cine de catastrofes es un cine de rostros y de decisiones, una cine sobre el qué hacer y el cómo reaccionar ante el desastre inminente, ante la amenaza que supone la catástrofe para los destinos de los personajes. En "La aventura del Poseidón" no importa tanto el evento singular del barco vuelto del revés bajo las aguas como lo que éste evento provoca en el grupo de protagonistas, el eterno conflicto entre el hastío y la esperanza, entre la voluntad por continuar hacia delante y la desesperación que les lleva a dudar, a desconfiar del camino elegido... La vida misma.

En realidad asistimos al espectáculo del ser humano sometido a la presión de una situación extrema, un filmado experimento de laboratorio en que las grandezas y debilidades del hombre, su peso o su levedad, son puestas de manifiesto en la catástrofe como prueba que, para sobrevivir, el animal humano debe superar y 2012 también tiene ese lado humano. No lo tiene en forma abundante, pero si en la suficiente proporción como para que la película tenga carne en lugar de plástico y exista un lugar para una emoción no sólo basada en el riesgo ante lo material sino también en el conflicto emocional.

No falta de nada en 2012.

Impactante y entretenida.

domingo, noviembre 15, 2009

GIORGIO MORODER

Blood from a stone....



LOS ORÍGENES DEL SIGLO XXI

Si el mundo relativista del Renacimiento, lleno de razones y puntos de vista diferentes que tan bien nos enseña a respetar Michel de Montaigne, culmina en Descartes y su necesidad de encontrar un modo de pensar (método) que nos lleve a una verdad única e incontrovertible, que evite el relativismo y los conflictos que asolaban la Europa barroca; el mundo moderno que inaugura Descartes, basado en al confianza absoluta en los poderes de la razón, tiene su culminación en el siglo XX terminado hace nueve años.

La modernidad de la industrialización, del mercado, de los derechos del hombre y de la democracia culmina en una centuria en la que, paradojicamente, el sueño de la razón genera dos modos diferentes y casi antagónicos de concebir el mundo y las cosas, mundos que en su enfrentamiento generaron sus propios monstruos (fascismo y comunismo) totalitarios y brutales, expertos en aplicar los métodos industriales de producción a la nada innovadora tarea de exterminar a las personas.

Buena parte del siglo XX, por no decir toda, es la historia de ese enfrentamiento que Descartes quiso evitar, y que -por características de la propia naturaleza humana- resulta quizá inevitable.

"Los orígenes del siglo XXI" no es otra cosa que un repaso rápido y ajustado de la historia del pasado siglo, con especial énfasis en lo económico y social.

Y a este nivel divulgativo el libro funciona. Se lee rápido y bien, pese a su extensión en número de páginas, y el lector, al terminarlo, lo hace con una idea clara del estado de las cosas durante el pasado siglo... o por lo menos éso es lo que me ha sucedido a mi. Por lo que, me parece, es una lectura bastante recomendable para tener una visión clara y relativamente rápida de lo acontecido en los últimos cien años de la humanidad.

El libro resulta más una crónica divulgativa que el ensayo que pretende ser y que pone de manifiesto en su subtítulo: "Un ensayo de historia social y económica contemporánea".

El espacio dedicado al ensayo son las últimas páginas y en ellas Tortella plantea, como consecuencia de todo lo relatado, un panorama nada optimista para el siglo XXI centrado en el control del crecimiento y la siniestra paradoja que ese crecimiento plantea a la humanidad: Extender ese crecimiento tendrá consecuencias negativas en lo que respecta a la sostenibilidad medioambiental, pero no extenderlo supondrá mantener a miles de millones de personas en la pobreza, una pobreza que pone en entredicho la naturaleza humana de la humanidad.

Para Gabriel Tortella, economista e historiador, el siglo XXI nace enfrentado a una disyuntiva que parece irresoluble y cuya imposible solución nos aguarda en el inagotable despliegue de nuestro esfuerzo como especie en los años venideros.

Lo único cierto es que aún no hemos despejado las incógnitas de la ecuación del crecimiento armónico y sostenido.

Y estoy de acuerdo con Tortella en que ese puede ser el principal reto del ser humano en el presente siglo del que ya hemos descontado casi diez años... además de los obvios, los de siempre y viene con nuestro peculiar carácter.

Interesante.


THE LENINGRAD COWBOYS

Eloise




sábado, noviembre 14, 2009

ESPERA


viernes, noviembre 13, 2009

"Dios envió a Hitler porque está loco. El judío conoce a Dios y sabe cómo opera. El judío conoce a Dios y sabe que, desde el mismo día en que lo creó, Él se pasa el día encolerizándose con el hombre, desde que amanece hasta que se pone el sol. Eso es lo que hay que entender, cuando se dice que los judíos son el pueblo elegido. Los gentiles sonríen: Dios es bueno, Dios es misericordioso, Dios nos ama. Los judíos no sonríen: ellos no conocen a Dios como los gentiles, por ensoñaciones diurnas, sino porque llevan toda la vida con un Dios que no para un momento, ni un momento, de pensar y razonar y usar Su cabeza contra Sus amados hijos. Ser judío es invocar a un padre desquiciado y colérico y así estamos los judíos, desde hace tres mil años, igual de desquiciados."
(Operación Shylock, Phillip Roth)


















EL VACÍO Y LA NADA

El físico español Álvaro de Rújula, integrante del famoso Laboratorio de Física de Partículas, más conocido como CERN, dió en la Fundación Areces una interesante y entretenida conferencia a este respecto.

El objetivo de la intervención fue presentar el panorama de las investigaciones físicas actual haciendo patentes los límites de la misma y allí es dónde aparece el concepto de vacío que para Rújula en absoluto es la nada.

Por lo visto, ciertas partículas obtienen su masa de la fricción con eso que llamamos vacío. Así, el vacío no es la nada sino algo contra lo que las partículas chocan produciendo una energía que, no me preguntéis cómo, se convierte en masa.

Interesante.

Vaya por delante que solamente soy simpatizante de la física y que mi relación con la misma es similar a la que mantengo con la poesía. La leo, sin entenderlo todo, a la espera de hallazgos que me lleguen y en la conferencia de Rújula hubo material suficiente para sentir un par de esos deslumbramientos.

Es curioso pero, tanto hacia arriba como hacia abajo, en el espacio de las galaxias y en el espacio de las partículas, siempre hay un algo indeterminado cuya sombra se intuye para responder las preguntas que nos suscita la última respuesta encontrada y es éste el principal atractivo que la exposición de Rújula tuvo para mi.

Y es aún más curioso que, a mi entender, los últimos avances de la física tengan mucho que ver con las primeras respuestas que el ser humano se dio cuando empezó la interminable y sisífica tarea de comprender el mundo que le rodea.

En la antigua Grecia, los albores del conocimiento tanto desde el punto de vista filosófico como el directamente científico, se inician con los llamados filósofos presocráticos ciudadanos de polis situadas en las costas egeas de Asia Menor como Mileto o en la Magna Grecia (lo que hoy es la peninsula italiana) como Elea... pero curiosamente no en la Grecia continental.

Tales, Anaximandro o Anaximenes en Mileto, Zenón en Elea, Pitágora en la isla de Samos o Heráclito en Éfeso (también en las costas egeas de Asia Menor) buscaban la explicación de todas las cosas en un "algo" que llamaban Arjé... el primer principio de todas las cosas.

Para algunos era el fuego, para otros el agua, para otros el aire y, lo que es más interesante, para Anaximandro, el arjé es una abstracción que él llama Apeirón, lo indeterminado, lo ilimitado. Siempre he pensado que ese concepto de Anaximandro es la abstracción y condensación en una sola palabra de la problemática de la ciencia. Es decir, siempre hay una indeterminación fundamentando y explicando aquello que acabamos de conocer o, lo que es lo mismo, la habitación cuyo interruptor de la luz acabamos de encontrar siempre nos conduce a otra habitación que permanece a oscuras para nosotros.

Ese vacío que pensamos que está vacío en realidad no lo está. Simplemente, aún no hemos descubierto lo que hay, ese Apeiron momentáneo que explica la masa de ciertas partículas elementales.

La verdad está en los presocráticos, una verdad interesante en el sentido de que el principio último que explica las cosas siempre estará oculto convirtiendo a la ciencia en un interminable proceso asintótico de aproximación imposible a ese final... porque quizá, y para tener ese conocimiento total y absoluto de las cosas, sea necesario estar fuera de ellas... cosa imposible de todo punto porque estamos presos en el espacio y en el tiempo que son a prioris que fundamentan nuestra propia experiencia de las cosas como bien escribía Kant en su "Crítica de la razón pura".

Sabemos mucho... bastante en lo que se refiere a poder utilizar el mundo y sus cosas para nuestros fines, bastante poco en lo que respecta a lo que existe más arriba en el espacio y más abajo en la materia.

Las preguntas nunca terminan y el vacío es el lugar donde nacen, la madre de todas las placentas, y por eso el vacío nunca jamás será la nada... siempre habrá un algo ahí esperando a que seamos capaces de verlo.




jueves, noviembre 12, 2009

NINA SIMONE

Here comes the sun...




miércoles, noviembre 11, 2009














EL IMAGINARIO DEL DOCTOR PARNASSUS

Locos y vagabundos suelen ser los héroes de Terry Gilliam. A veces, incluso, en un mismo personaje se acumulan esas dos cualidades de una forma sobrevenida... El caso es que para Gilliam los sucios y movedizos extremos de la sociedad en que vivimos se convierten en lugares de verdad, intactos y puros santuarios de verdades ideales y rutilantes, casi objetivas, que en general tienen que ver con lo humano del ser humano, lugares cuya existencia transcurre paralela y oculta a un mundo convencional de adultos responsables entregados al cotidiano riego del árbol de su propia vida.

Los personajes de Gilliam siempre acaban enloquecidos y de algún modo destruidos por una realidad que creían poseer y dominar. Y la raíz de su locura y perdición siempre está en un impulso demasiado humano que entra en contradicción con la gris mecánica de un sistema y una vida que se mueve bajo otros intereses. Ejemplo paradigmatico de ésto es el Sam Lowry (Jonathan Pryce) que protagoniza la maravillosa "Brazil" o el Jack Lucas (Jeff Bridges) de "El rey pescador", personajes que pasan de estar arriba a estar abajo, y en contacto con ese mundo de esencias custodiado por personajes como Archibald Tuttle (Robert de Niro) o Parry (Robin Williams), repectivamente.

En el cine de Gilliam hay siempre una crítica de la economía sentimental del mundo en que vivimos, un mundo materialista y vacío que poco a poco expulsa hacia sus extremos a todos aquellos que no pueden soportar sus duras exigencias cotidianas. Quebrados por su punto de ruptura los personajes enloquecen o se derraigan y para Gilliam hay humanidad y grandeza en esos humillados y ofendidos.

Desprestigiados en apariencia, sin embargo son ellos los guardianes de una humanidad que poco a poco se está desvaneciendo y lo hacen a su manera refugiándose en un mundo alternativo y fantasioso donde nada ni nadie puede tocarles.

Y además Gilliam disfruta mostrandoles en el más ruinoso y mugriento de sus esplendores, obligando al público a verles como formalmente son vistos, para lentamente hacernos recorrer la distancia que nos separa de ellos y mostrarnos la belleza diferencial que encierran.

Y además no suelen salir victoriosos. Los finales felices no abundan en el cine de Gilliam, por lo menos en lo que respecta al destino de sus protagonistas que casi siempre terminan tan perdidos como en un principio estaban aunque llenos de verdad, una verdad aplastada por una lógica que sólo sabe de cantidades y que es incapaz de reconocer su calidad.

Hay mucha poesía en el cine de Gilliam.

"El imaginario del doctor Parnaso" supone una sublimación absoluta de esa extremada poética de los extremos que Gilliam procesa en cada una de sus películas. Nada menos que ese vagabundo ridículo con su atracción pasada de moda llamado doctor Parnassus (un estupendo Christopher Plummer) libra una eterna lucha contra el mismísimo y tentador demonio (un maravilloso Tom Waits en un papel que le va como anillo al dedo) .

Como si se tratara de un Jesucristo una y otra vez tentado en el desierto, el vagabundo Parnassus libra un eterna lucha de insinuaciones, apuestas y tentaciones contra el mal que parece moverse a sus anchas por la restante realidad y que sólo parece encontrar una némesis a su auténtica medida en Parnassus, un andrajoso y viejo vagabundo siempre intentando ganar almas para el bien... aunque, y como astutamente plantea Gilliam, suele ser una batalla perdida de antemano.

Sobre esta base Gilliam construye su nueva locura, una de las mejores, en la que, y como siempre, la arrolladora imagineria acaba desembocando en momentos de desbordante lírica desesperada y romántica en los que el dinero, la muerte y el tiempo jamás son un obstáculo, y por supuesto en absoluto lo más importante.

Mención especial tengo que hacer para un formidable Tom Waits que con talento compone un diablo cínico y burlón que, de todo modo, recuerda a ese diablo fascinado por la entereza del amor que Margarita siente por su maestro en la obra de Bulgákov. Un diablo que por encima de todo es un embaucador y un vividor y que, de algún modo, parece superado por la maldad del mundo cuya realidad hace que él no tenga que ir a las personas sino que sean las propias personas las que se tiran en sus brazos. Un diablo aburrido que encuentra en Parnassus al mejor compañero de juegos para toda la eternidad con la tranquilidad de saber que es el propio mundo quién hace su trabajo.

Extraordinaria.

lunes, noviembre 09, 2009

IGGY POP

Living on the edge of the night




OFF THE BLACK

Es algo que nos asusta cuando lo pensamos, pero las cosas pueden irnos mal o, como mínimo, no tan bien como habíamos imaginado.

Con el paso del tiempo sobre nuestros cuerpos y nuestros espíritus, la vida (que no es otra cosa que ese pasar) pone en valor nuestras aspiraciones e intenciones iniciales. En algunas ocasiones la comparación entre esa juventud donde todo era posible y nada resultaba estar lo suficientemente lejos de nuestro poderoso brazo y la realidad del reflejo que nos devuelve el mejor de nuestros espejos un día cualquiera resulta insoportablemente odiosa.

"Off the black" nos habla de las consecuencias de haber visto ese reflejo y lo hace de una manera emocionante y tranquila, sin grandilocuencias melodramáticas, aspecto que es uno de sus principales atractivos ya que la historia muy fácilmente podría haber caído por las desencajadas pendientes del melodrama al uso.

Ray Cook (un Nick Nolte sobrado) es un amargado y desencantado árbitro de beisbol cuya solitaria vida se cruza con la de David Tibbel (Trevor Morgan), un adolescente jugador de beisbol que se cree perjudicado gravemente por una decisión de Cook. Las circunstancias harán que Cook le pida a Tibbel que se haga pasar por su hijo en una reunión anual de antiguos alumnos.

Poco a poco Tibbel conocerá y comprenderá el fracaso de Cook y verá en él un posible retrato futuro de su triste y depresivo padre (un desgarrador Timothy Hutton) cuyo corazón está roto tras divorciarse de su madre.

"Off the black" es suave, melancólica y agridulce como un buen bossanova, uno de esos que no queda más remedio que escuchar cuando llega la mañana, el carnaval ha terminado y la vida nos apremia con su mil y una exigencias y facturas.

La historia nos habla de todos aquellos que tiran la toalla y se abrazan a su fracaso porque es la única sonrisa que encuentran al levantarse por las mañanas. Y se sitúa al borde de esa línea de sombra que, de cuando en cuando, algunas vidas cruzan para no regresar nunca más. Nos abre un agujero para que, con la mirada de Tibbel, podamos asomarnos al abismo de la abandonada y terminada vida de Ray Cook y podamos sacar una conclusión sobre las causas de su catástrofe que, como no puede ser de otra forma, tienen que ver con él, con su modo de vivir la vida.

No siempre es el triunfo quién nos aguarda.

No siempre es hermoso el rostro de nuestro destino cuando se nos revela.

Emocionante.

domingo, noviembre 08, 2009

IGGY POP

The undefeated




KAFKA EN LA ORILLA

De todo modo, hay una contradicción en el alma de esta novela de Murakami.

Por un lado, su planteamiento es claro y sencillo... "Kafka en la orilla nos cuenta de forma paralela, la historia de dos personajes que por circunstancias narrativas se encuentran arrojados en un viaje cuyo destino es el descubrimiento del propio sentido. El joven Kafka Tamura y el viejo Nakata se moverán por caminos paralelos, siempre cerca el uno del otro, sin llegar jamás a encontrarse, pero -de forma curiosa- su destino y su sentido estará de alguna forma relacionado.

Por otro lado, el modo en que Marukami nos relata ese viaje se basa fundamentalmente en la fantástica sorpresa de lo inverosimil. El mundo narrativo en el que Tamura y Nakata se mueven está lleno de imposibles encuentros casuales (como el de Tamura con una hermana que jamás ha conocido en un autobús), sorprendentes situaciones en las que lo onírico y lo real confluyen (el apartamento que el coronel de Kentucky fried chicken reserva al viejo Nakata), gatos que hablan, sucesos inexplicables, apariciones y fantasmas... El resultado es una estructura sólida cuya carne de narración y personajes pone a prueba la capacidad del espectador para convivir con lo imposible.

Uno tiene la impresión de que cualquier cosa es posible y, de algún modo, recurriendo a esta estrategia enloquecida de generación de situaciones y personajes, Murakami consigue un cierto suspense que mantiene a la historia viva en las manos del lector... siempre y cuando este acepte su modo de contar las historias y se deje llevar por el aparente capricho que parece sostenerlo.

Confieso que me ha costado aceptar esa especie de todo vale, especialmente por el hecho de que ninguno de los personajes -creo recordar- en ningún momento se sientan sorprendidos por las estramboticas experiencias que el autor les hace vivir. En algunos momentos se me hizo muy cuesta arriba el camino que Murakami me proponía seguir, una especie de "todo vale" casi siempre injustificado para el que se me exigía una adhesión inquebrantable que no siempre estuve dispuesto a dar porque considero que el capricho es el camino más corto para prostituir lo fantástico.

Otro aspecto que me ha distanciado de la novela han sido los insoportables alardes de erudición que algunos personajes hacen hablando de música, historia o literatura, que parecen directamente copiados de la Enciclopedia Británica y que no se sabe muy bien a qué obedecen en la sistematicidad de su aparición... a no ser que sean pequeñas migas de pan que el autor deja para alimentar las ansias de saber (algo) del incómodo lector.

Aun así, y pese a sus -a mi entender- indudables defectos, lo cierto es que he llegado a terminar el libro y ello no puede tener otra explicación que la existencia de virtudes que, y pese a todo, también resultan indudables.

Para empezar, y como ya he apuntado antes, Murakami es un maestro en el difícil arte de generar misterio e interés en la absoluta suspensión de la realidad que hay en este relato. De algún modo, y con cada nueva sorpresa, consigue que el lector quiera saber qué diablos sucederá.

En este sentido, Murakami es una especie de rey de la verosimilitud a lo Alfred Hitchcock que convierte la novela en una especie de "thriller" en en que sus protagonistas viajan por entre lo sorprendente en busca de lo desconocido.

Hay un punto de la emoción de la buena novela de misterio... pero aplicadas sus sinergias a una trama más literaria y metafísica.

Y para terminar un incontrovertible hecho: el corazón de la historia que Murakami nos cuenta es la bella y enigmática Señora Saeki, la trágica y hermosa historia de amor que arrastra desde su pasado, como la alargada cola de un cometa, por la interminable noche de su presente lleno de recuerdos y sin amor.

Después de todo "Kafka en la orilla" es una canción que ella ha compuesto y también un cuadro en el que ella aparece.

Y uno tiene la impresión que toda la novela entreteje su increíble trama (en sentido literal) en torno a ese corazón pequeño y tierno.

División de opiniones.


"Pike Bishop, like Butch Cassidy, would be a man who refuses to change with the times, a dinosaur who's outlived his day in the sun. Deke Thornton, his nemesis, would be the man who ha changed, the wild stallion now broken, saddled and harnessed by the system; the man who had sacrificed his vitality for the chance to go on living, who would survive physically but spiritually was dead"
(If they move kill them. The life and times of Sam Peckinpah, David Weddle)

sábado, noviembre 07, 2009

MONGOL

La película nos cuenta todo el proceso que, desde su muy difícil infancia, lleva a Temujin a convertirse en el Genghis Khan que pasará a la historia como conquistador de la mitad del mundo conocido, un extenso imperio que, de Este a Oeste, se extendió desde el mar de China hasta el Centro de Europa y, a mi entender, lo hace de un modo fascinante y espectacular que nada tiene que envidiar a los grandes proyectos del cine norteamericano.

Con dinero ruso, kazajo, mongol y alemán, el director Sergei Bodrov compone una historia que no pretende ser biográfica sino que, por encima de todo, busca mostrar el enorme esfuerzo vital que para Temujin supusieron los primeros años de su vida, un esfuerzo tremendo que terminó justificando el carácter excepcional de un caudillo que, por ser precisamente victima de la desunión y el caos de la trashumante sociedad mongola, terminó siendo el adalid y punto de unión de la misma, llevando a los jinetes mongoles muy, muy lejos de sus hogares.

La movilidad de los jinetes mongoles sobre sus pequeños caballos, su disciplina férrea acompañada de la flexibilidad de su disposición en el campo de batalla unidas a su destreza con el arco y la espada siempre en movimiento les convirtieron en una poderosa e irresistible ola que fue arrasando un ejército detrás de otro de forma casi literal en dirección Este, Oeste, Norte y Sur.

Visualmente la película resulta brillante y atractiva siendo éste uno de sus principales puntos de interés junto con la expresión inescrutable y magnética de su protagonista el japonés Tadanobu Asano, que consigue componer una presencia casi escultórica que en algunos momentos recuerda a la impresionante presencia del mejor y maduro del legendario actor japones Toshiro Mifune.

La historia no consigue librarse de un carácter episódico y fragmentario. Asume el riesgo de no enganchar con el espectador en la suerte de navegación por hitos que asume para llevarnos desde Temujin a Genghis. Más a más, si este carácter fragmentario es más que evidente al principio de la película, en la infancia de Temujin, pero, y no obstante, y por lo que a mi respecta, termina por atraparme con la indudable calidad de lo que se muestra tanto en fondo como en forma.

La pétrea expresión de Temujin/Asano en sus años de cautiverio en la ciudad de Tungus se bastan para producir ese efecto absorbente con la fuerza misteriosa que encierra.

Por lo visto, este "Mongol" pretende ser la primera parte de una trilogía que nos cuente la más que interesante historia de este caudillo que mantuvo sojuzgado a buena parte del mundo conocido montado en su caballo, pero la película se basta por si sola para interesar y atraer al espectador.... aunque la segunda película "The great khan" ya se prepara para el año 2010.

Más que interesante.


viernes, noviembre 06, 2009

TRAILER

Lets gets lost....


ALABAMA3

Hello, i'm Johnny Cash...


jueves, noviembre 05, 2009

EL MAESTRO Y MARGARITA

No es fácil hablar de esta obra compleja que se mueve en varios niveles, lo único seguro es que se trata de una obra mayor que se disfruta de principio a fin... Primeramente como una obra satírica, llena de sentido del humor y crítica ácida a la sociedad soviética, que, poco a poco, se convierte en un hermoso y emocionante canto a un amor eterno y verdadero para el que no parece haber lugar en el mundo que el diablo y sus secuaces han puesto patas arriba.

La historia se mueve en tres niveles muy, muy diferentes. Por un lado, el nivel de la visita del diablo y sus secuaces a Moscú y los estropicios que éstos causan en las cosas y las gentes; por otro, la imposible relación de eterno amor que Margarita siente por su Maestro, un escritor a quién los burocráticos medios artísticos de la Rusia Soviética no permiten publicar un relato revisionista sobre las circunstancias que rodean a la crucifixión y muerte de Jesucristo; y finalmente, el propio relato de la crucifixiòn que tiene a Poncio Pilatos como principal protagonista.

Además, y en todo momento, como si formara parte de la atmósfera del relato, existe la presencia de una feroz y lúcida crítica a la sociedad soviética especialmente la última parte dedicada al modo en que la sociedad procesa la reciente visita del diablo.

Parece mucho, pero el talento de Bulgákov lo resuelve con incuestionable acierto. Su talento como narrador convierte todo lo narrado en entretenido, emocionante y siempre verosímil.

El libro se divide en dos partes.

En la primera se nos cuenta la llegada del diablo y sus secuaces a Moscú. No sabemos muy bien el motivo, y tampoco nos termina de importar demasiado, porque lo que se nos cuenta resulta divertido y fascinante.

Voland, que es así como se llama el diablo en este libro, se hace un lugar en Moscú a fuerza de provocar toda clase de desmanes en las personas que se cruzan a su paso.

En la segunda conoceremos a Margarita, a su maestro y sabremos el motivo por el que Voland visita a Moscú. Todos los años se celebra un baile anual al que acuden todas las almas condenadas y que debe presidir una mujer que se llame Margarita.

Esta será la conexión entre las dos líneas argumentales que comparten presente y realidad dentro del tempo de la historia. Voland necesita a Margarita y Margarita se deja utilizar por el demonio sin que sus artes puedan corromperla haciéndola desistir de la pureza de ánimo que la lleva a amar a su maestro.

En "El diablo y Margarita" hay humor, inteligencia y sensibilidad, una maravillosa combinación de posibilidades que hacen de la lectura de esta obra maestra una lectura inolvidable.

Es en esta segunda parte donde, poco a poco, el relato de humor terminará dando paso a la fantasía romántica del amor que siente Margarita por su enloquecido Maestro, un amor que llegará a conmover hasta el mismo diablo... o, por lo menos, a conducirle a la conclusión de que semejante excepcionalidad dentro de un mundo impuro merece ser recompensada.

A lo largo del libro, los desmanes que Voland produce entre las gentes son posibles merced a la impureza que hay en todos ellos: ego, dinero, ambiciones... de todos esos defectos se sirven Voland y su corte para hacer un humorístico mal a quienes se cruzan en su camino y deben ser eliminados para que el baile sea posible.

Margarita será diferente.

Utilizará las artes demoníacas para divertirse y ser feliz, las disfrutará como parte de la vida que le ha tocado vivir, con una directa autenticidad que la hará inmune a toda posible destrucción y semejante excepcionalidad hará impacto sobre un sorprendido Voland.

Por todo, la lectura de "El maestro y margarita" resulta una experiencia maravillosa. El libro se convierte en uno de esos libros difíciles de olvidar por toda la riqueza que aporta.

Fascinante y deliciosa.

Imprescindible.

miércoles, noviembre 04, 2009

La noche se pone para todos
y además es implacable
en su ansia por oscurecer
los colores y las formas,
más el recuerdo de la luz
permanece en ti indeleble.
Nada ni nadie podrá arrebatartelo
de tus manos sedientas
de más días y de más soles.

Tranquilamente aguardas
acompañado de tu invisible corte
de deseos y ausencias,
escuchando la interminable letanía
de sus quejas y demandas,
sentado en tu escaso trono,
apenas sin poder apoyar
tus pies en el frío suelo,
mientras amaina el sueño
y la memoria arrecia.

La noche se pone para todos,
sus designios son inescrutables
y además no espera.
MANIC STREET PREACHERS

Motorcycle emptiness...




Tiene pinta de que El Pais va a prescindir de la inteligencia lúcida de Enric Gonzalez... Para muestra esta entrevista.
Se entiende perfectamente.
La lucidez no interesa.
Esta sociedad va por otros derroteros.
Hay una moneda de oro clavada en todos los mástiles para aquellos que vean la ballena blanca.

martes, noviembre 03, 2009

JOHN LEE HOOKER

Boom, boom, boom..




STATUS QUO

Rockin' all over the world...




Se me agarran a la garganta
estos días grises llenos de luz.
Se me espesa en la boca
su sabor sin sustancia,
la falta de novedad que prometen
mientras con la impaciencia erizada
los paseo sin calma,
atento al fugaz brillo
de la más pequeña de las esperanzas.

lunes, noviembre 02, 2009

TRAICIÓN SIN LIMITE

Confieso que tengo una relación extraña con esta película de Walter Hill... Quiero que me guste, pero nunca termina de gustarme tanto como deseo.

"Traición sin límite" es una historia a la que le falta un par de hervores. Las diferentes lineas argumentales no terminan de cuajar por si mismas ni tampoco ensamblarse en un tono armónico y coherente. Estoy convencido de que, forzado por circunstancias económicas y buscando la viabilidad del proyecto, alguien cortó secuencias con las mismas desconsideradas tijeras de siempre.

Y el resultado es el mismo de siempre cuando se corta y recorta sin consideración... Los personajes no terminan de respirar y las tramas carecen del suficiente espacio narrativo como para desarrollarse mientras el que les escribe siempre intuye la gran historia de violencia, amor y odio que pudo ser. Esos dos amigos separados por la frontera física del Río Grande y por la espiritual que separa lo correcto de lo incorrecto, aunque unidos por el amor a una misma mujer, merecían una historia mejor, más espacio y más tiempo para emocionarnos en su lucha contra un destino que está escrito para los dos.

La realidad es diferente.

La narración resulta deslabazada y episódica. Hay demasiados personajes con cosas qué decir, demasiadas situaciones que se suceden.

Todo resulta igual de importante y exige su lugar en una historia que fácilmente debe durar treinta o cuarenta minutos más.

Desigual y entretenida por momentos.
INVICTUS



"I'm the master of my fate; i'm the captain of my soul"


domingo, noviembre 01, 2009

MUSE

Feeling good...


sábado, octubre 31, 2009

REFLEJOS

Nada nuevo bajo el sol y la obstinación por el eterno retorno de lo mismo.... Peligrosa combinación.

Dentro del género de terror se ha ido desprendiendo un subgénero consistente en la posesión diabólica no de las personas sino de los objetos. Móviles, coches, casas... A través de ellos, el mal se expresa y hace... pues eso... el mal. Cosas chungas que amenazan a un héroe y su entorno, un héroe que además no se suele encontrar muy bien... lo que hará que sea más difícil de creer su ya de por sí imposible relato.

En este caso, y por lo que a "Reflejos" respecta, el problema está en los espejos. A través de ellos, el mal se manifiesta exigiendo a su protagonista, Ben Carson (Kiefer Sutherland), un extraño e incomprensible encargo.

Dentro de lo que cabe no es un mal producto. "Reflejos" resulta entretenida.

El francés Alexandre Aja compone con talento los viejos mimbres de una nueva forma para que todo siga igual y la previsibilidad del relato no resulta tan evidente a una primera vista, lo cual se agradece.

Hay atmósfera y tempo con alguna secuencia realmente "breathtaking" como los paseos por la casa abandonada o la muerte de la hermana del protagonista.

En definitiva, la calidad de "Reflejos" está por encima de la media... aunque ésta no sea muy alta.

Se puede ver... aunque se me ocurren millones de cosas mejores que hacer.

















IRINA PALM

Aparentemente hay sordidez en "Irina Palm". Después de todo, nos cuenta la historia de una abuela que decide prostituir sus manos buscando conseguir el dinero suficiente para que su enfermo nieto pueda ser convenientemente tratado y curado.

Durante ocho semanas, Maggie (interpretada por una estupenda Marianne Faithfull) pasará las noches masturbando a hombres que introducen su sexo por un agujero... Una situación bastante sórdida aunque la película acredite como una de sus grandes virtudes precisas dosis de inteligente sentido del humor.

La situación desesperada y extrema requerirá de Maggie una respuesta extrema y desesperada que hará de ella Irina Palm, la mano más solicitada del Soho londinense. Y es entonces cuando la historia se pone en valor dando un giro inesperado hacia el optimismo y la luz, porque será a partir de ese momento, y en esa situación, cuando Maggie encontrará un sentido a una vida que hasta el momento se mostraba rutinaria y carente de él.

Como escribe Murakami en una de sus novelas, "el azar es verdaderamente pavoroso". Lo inesperado de las sorpresas que a veces nos vienen con el nuevo día descansa en una insospechada mecánica para la que lo peor es, en muchos casos, condición "sine qua non" para que, más tarde y más adelante, suceda lo mejor... o viceversa. Y, de todo modo, "Irina Palm" es una historia sobre las sorpresas que la vida depara a quienes, como Maggie, deciden un día que están dispuestos a vivirla como sea y hasta donde sea.

A veces lo mejor que le puede pasar a uno es caer y lo peor, ascender... aunque nos pasamos la vida deseando lo contrario... que el caer siempre sea para mal y el ascender siempre sea para bien. Pero eso está en nuestras cabezas. La vida es otra cosa... y siempre nos supera con su abundancia de situaciones y momentos que nos están esperando para que hagamos con ellos lo que nos parezca más oportuno y conveniente.

Tras vivir apartada, contando las horas y los días, Maggie ingresa nuevamente en esa dinámica de situaciones y oportunidades con un plan y acaba sorprendida y desbordada, liberada de cadenas autoimpuestas y despertando a otra vida mejor.

Casi siempre el secreto está en estar dispuesto a atreverse.

Estupenda.

miércoles, octubre 28, 2009














"Reality is highly overrated. Most people don’t care if you’re telling them the truth, as long as you’re amusing them. Most people are a combination of truth and fiction. We’re all inventing ourselves in some form or another.”
(Tom Waits)
VOLVIDO: Extraño participio del verbo Volver.
Suele usarse en el especial caso de tener que expresar la acción acabada de regresar a un lugar cuyo recuerdo se ha olvidado por completo.
Casi nunca se usa en su sentido correcto, sólo por error.
Un poco de aire fresco
y espacio para que corra su mirada
enredandose entre los árboles,
deslizándose sobre la blanca superficie de las nubes,
botando y rebotando contra el cielo azul
como una enorme pelota de playa
que rebosa las paredes
y sobrepasa los techos
LEON RUSSELL

Great day...




















Alcorcón 4 - Real Madrid 0

Por este tipo de resultados también el futbol es grande... De cuando en cuando, la épica es posible. Los que tienen menos pueden dejar, sobre el campo, sin nada a los que tienen más.... Cómo decía la canción de Serrat, chupando un palo sentados encima de una calabaza.
El derecho a la victoria que, por decreto, parece pertenecer al poderoso se discute sobre el campo y, de cuando en cuando, va para aquel que sobre el papel está condenado a la derrota.
Y de pronto todo es posible.
Y el deporte nos abre a la vida, a la esperanza.
No todo está de antemano escrito.
La voluntad de los hombres todavía cuenta por encima de la dinámica predestinante de los a prioris.
Y la victoria no se compra, se consigue.
Pertenece a quién más la ha buscado.
No al que por condición parece con derecho a ella.
El talento natural se abre paso y nada ajeno a la pura realidad que se define en el propio campo de juego cuenta.
Como ese imparable Roy Hobbs consiguiendo ese home run final en "The natural".

Grande, Alcorcón!
Grande, fútbol!

martes, octubre 27, 2009

Se acerca lo nuevo de Clint Eastwood... Invictus.
Basado en el libro de John Carlin sobre el partido de rugby que salvó a un pais. Ya hay cartel...

lunes, octubre 26, 2009

JOHNNY CASH

Trouble in mind...




domingo, octubre 25, 2009

INOLVIDABLE















DON'T COME KNOCKING

La obsesión por el nomadismo y el viaje como metáfora de la vida misma es una constante en la cinematografía del alemán Wim Wenders. Desde "En el curso del tiempo" o "Alicia en las ciudades" hasta ésta más que aceptable (brillante teniendo en cuenta obras anteriores de Wenders) "Don't come knocking" la obra del cineasta alemán se erige como un monumento a la metafísica del viaje, al constante impulso al movimiento tanto interno como el externo que lleva a sus adolescentes protagonistas a una tierra de nunca jamás en donde todo es constante y continuamente posible porque el acabamiento, como una especie de muerte, está siempre en el llegar.
Y el viaje para Wenders es una metáfora de la vida misma.
No es de extrañar que le fascinara el libro de relatos y poemas "Crónicas de motel" de Sam Shepard. Después de todo, la desarraigada voz que escribe y que fecha las historias en distintos lugares y distintos tiempos es la voz del eterno y constante viajero.
De ese encuentro que fue casi un flechazo surgió la necesidad de colaborar entre ambos y de esa necesidad surgió la maravillosa "Paris-Texas"... La historia de Travis, alguien que regresa a poner orden a una vida abandonada, pero cuyo regreso no es más que una etapa más de un interminable viaje en el que ya sólo hay lugar para él, un viaje que le conducirá hasta incluso el olvido de sí mismo.
Casi treinta años después, Shepard y Wenders vuelven a colaborar en un proyecto que, si bien carece de la inigualable intensidad poética de "Paris-Texas", encierra suficientes atractivos como para que no resulte desdeñado.
Shepard escribe e interpreta las andanzas de Howard Spence, un desarraigado actor en decadencia que, como Travis, decide regresar a un momento de su pasado buscando una cierta paz.
Sin saber por qué Howard escapa de un rodaje montado en su caballo y esa escapada es el comienzo de un viaje que le llevará a recobrar aspectos de su vida que en su inagotable locura adolescente jamás debió olvidar... una mujer y un hijo olvidados en un perdido pueblo de Montana.
Wenders con su habitual exquisito sentido para la planificación (que a veces resulta demasiado protagonista por su virtuosismo) nos muestra la odisea de este Ulises moderno en busca de un hogar completando y cerrando su metáfora del viaje en el sentido de que no existe el viaje sino hay un lugar al que regresar.
De algún modo, Spence percibe, al final de sus dias, la acuciante necesidad de saberse llegando a alguna parte y construye su Itaca particular en base a una serie de olvidadas fotografías en blanco y negro que su madre le pone ante los ojos en un gran e inmenso acto de amor.
Y hará lo que esté en su mano por intentar recuperarla... aunque las relaciones humanas nunca hayan sido lo suyo.

Me gusta "Don't come knocking".



Wenders y Shepard... dos space cowboys que regresan
EL MUELLE DE LAS BRUMAS

Uno de los más grandes momentos de la historia del cine francés está constituido por la colaboración entre el poeta y guionista Jacques Prévert y el director Marcel Carné.

Mucho antes de que en 1945, Prevert publicase "Paroles", el libro que le convirtió en algo más que un brillante guionista capaz de construir desgarradas historias llenas de tristeza y condenada ilusión, ya había dejado huella de su talento en maravillosas historias como "Le jour se lève", "Les visiteurs du soir" o esta "Le quai des brumes", historias que el cineasta Marcel Carné supo poner en imágenes con el talento suficiente como para que ese mundo traspasara al espectador.

La poesía de Prevert es, por un lado, una poesía de la vida cotidiana, de los rigores de la misma en un mundo popular y proletario en el que todo es difícil y cuesta y, por otro, una poesía de la muchas veces imposible y siempre desesperada felicidad en ese mundo. En Prevert late la tristeza ilusionada del que, no sabe cómo y ante los rigores de la vida, aún no desespera ante la nueva mañana y el nuevo sol.

"Es como yo
decía
un poco triste y un poco alegre
Y después la iluminó una gran sonrisa
y la lluvia comenzó a caer "
(Las nubes, fragmento)

Una especie de optimismo desesperado, frente a las no tan ilusionantes circunstancias del cada día, que es pura fuerza de vida y que siempre intenta continuar sobre el barro y bajo la lluvia sin perder el sentido del humor que en Prevert es una especie de sentido de vida.

En "El muelle de las brumas" todos los personajes se encuentran atrapados en una propia telaraña de emociones y circunstancias personales que les sume en una especie de triste y espesa niebla. Incluso el desertor Jean (Jean Gabin) lo llega a verbalizar al decir que tiene la niebla dentro de la cabeza convirtiéndose en interpretante emocional de todos los personajes cuyos destinos les conducen a ese muelle de las brumas en el que algunos de ellos y, por un instante, no podrán evitar ver el sol.

Maravillosa... y triste.

jueves, octubre 22, 2009

THE IMAGINARIUM OF DOCTOR PARNASSUS


"Hoy parece un engaño que fuésemos felices
al modo inmerecido de los dioses
¡Qué extraña y breve fue la juventud!"
(Los veranos, extracto. El otoño de las rosas, Francisco Brines)

PAUL SIMON

Me and Julio down by the schoolyard....




"And I´m on my way
I dont know where Im going
I´m on my way"

Lalalalaallala...
No puede evitar pensarlo.
Inspira una honda y larga dosis de nicotina de su cigarrillo.
No puede evitar creer que no es una mala persona, que simplemente es su manera de protegerse del dolor que a veces supone estar vivo... más o menos conveniente, pero su solución, la suya propia, como debe ser.
El humo brota lenta e inexorablemente de su boca.
Lo respeta.
Tampoco puede evitar éso.
Quizá debiera tener otra actitud, pero es su solución, la suya propia, más o menos conveniente, como debe ser.

The wire
En alguna parte de las Sagradas Escrituras de cuyo nombre me gustaría acordarme se dice que el mayor triunfo del mal es conseguir que los hombres no crean en su existencia... Tengo la impresión de que la mayor victoria de los totalitarismos y de la falta de libertad es convencer al hombre de que nunca ha sido más libre como ahora, en este momento.

La libertad no es un valor por si mismo.
Uno siempre es libre para algo, para realizar un proyecto... el proyecto que late potencial en su interior. De nada sirve la libertad si uno no se queda quieto, acariciándola como si fuera un gato de angora.
La libertad es un valor por lo que permite conseguir, generando un espacio relativamente limitado para el desarrollo.
Este es uno de los grandes triunfos de la modernidad... permitir la generación de ese espacio en el que el ser humano pudiera conseguir la felicidad de desarrollar ese potencial, de sentirse al final del día justificado.

Teniendo en cuento todo ésto, me pregunto si realmente en el mundo en que vivimos hace honor a la grandeza que encierra el verdadero significado de la libertad. No he dejado de preguntármelo ni un sólo segundo mientras contemplo los rostros de todos los que bailan conmigo el frenético ritmo de la ciudad, de todos los que todas las mañanas sienten un sordo cansancio triste mientras se incorporan a su lugar dentro de la máquina... Y no estoy seguro... Por supuesto que somos libres... pero para adquirir muchas más obligaciones que nos esclavizan con sus puntuales demandas en el principio de cada mes o para elegir donde cumplir nuestra obligación de consumir el salario que hemos generado produciendo los bienes y servicios que tenemos que consumir para que la rueda gire. Y me pregunto si somos lo suficientemente libres como parar y apartarnos al borde del camino el tiempo que necesitemos, el suficiente, sin necesidad de haberlo comprado por anterioridad... como para incluso pensar que podemos parar.

Ahora, y como escribía Sam Shepard, todo tiene una etiqueta, un precio. El espacio y el tiempo también lo tienen ya. Incluso tenemos una etiqueta todos y cada uno de nosotros en la que figura el limite de cielo que podemos alcanzar...

Me pregunto dónde está la verdad era libertad en un mundo de carriles a los que nos vamos incorporando sin pensar.

Me pregunto si hay algún lugar fuera de la máquina.

Y la respuesta es no.

No hay alternativa a la máquina que le pone un precio a todo y en la que todos nos hemos convertido en victimas y verdugos a cambio de muchas más cosas de las que podamos desear.

Si uno no puede parar, no hay tanta libertad.

Todos estamos en peligro.. justo ahora cuando pensamos que nunca hemos estado mejor con nuestra sociedad de consumo. El mal es así de perverso... no sería el mal si fuese de otra forma.

martes, octubre 20, 2009

THE BLIND BOYS OF ALABAMA

If i could help somebody...