viernes, enero 18, 2008



















GALLARDÓN

Me descubro ante tu maquiavélico talento.

Sabes que lo tienes complicado y no quieres esperar más.

Has hecho tu jugada y, ahora mismo, las cosas están donde quieres que estén.

Astutamente le pides a tus enemigos declarados que te incluyan en un lugar destacado de sus listas. Les pides a aquellos contra quienes te has significado con constantes guiños al centro que en líneas generales (y por encima de vacías declaraciones de inquebrantable adhesión) contradecían su política... Les pides que te incluyan en sus listas, cosa que por supuesto no van a hacer porque no te has trabajado el clientelismo que nuestra política de partidos exige.

Casando homosexuales, apareciendo en tertulias de la SER, ... Siempre la calculada y oportuna discrepancia. El gesto concebido como una de las bellas artes. La significación a través de la diferencia. Siempre intentando ocupar un nicho que sabes -y no te equivocas- que los populares necesitan colonizar para tener alguna oportunidad en esta España que sociológicamente aún no ha dejado de ser de centro-izquierda.

Como dijo Alfonso Guerra, el que se mueva no sale en la foto y tú te has movido todo lo que has querido.

No podían incluirte. No querían... y lo sabías.

Otros merecen ese puesto que reclamas. Se lo han ganado diciendo lo que hay que decir y opinando lo que hay que opinar.

Les hiciste una demanda que sabías no podían concederte y, claro, te declaras derrotado... Y si te declaras derrotado, tiene que haber un vencedor... Y ese vencedor puede ganar o perder las elecciones próximas... Y si las pierte llegará el momento de hablar, de exigir, de demandar, de postularte en definitiva como despreciada alternativa a una propuesta que no ha funcionado.

Estas donde quieres, como quieres.

Eres la víctima y tenías que quemar ese cartucho porque si Rajoy gana tendrás que esperar un par de legislaturas, otros ocho años más como mínimo y lo minimo es la próxima victoria y la derrota siguiente... Demasiado tarde y quizás estás cansado de esperar.

Pero si pierde... Tendrás tu oportunidad mucho antes.

Ya se te ocurrirá algo para aparecer como aglutinador de las derrotadas tropas en torno a una bandera, como la última esperanza blanca y posible de la derecha para conquistar los suficientes espacios en el centro como para garantizar la posibilidad de una victoria.

Lo tienes complicado, pero estoy convencido de que lo vas a intentar... Y además siempre te quedará Madrid.

¿Quién va a atreverse a quitártela?

Has quemado las naves e iniciado la carrera para la sucesión de Rajoy de la mejor manera posible, eliminando toda posibilidad de mancharte con una derrota.

Y todas tus oportunidades pasan por esa derrota.

Automáticamente todos tus rivales pasarán a convertirse en más de lo mismo. Sólo tú, el defenestrado, podrás aparecer puro e intacto, lleno de despreciada verdad.

Te has cansado de esperar, sabes que lo tienes difícil y has decidido pelear

¿Why not?

El poder de la mayoría absoluta en Madrid te ampara y quizás no vuelvas a estar en otra posición tan buena, tan democraticamente respaldada.

Podrá salirte mal, pero tienes un plan.

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