jueves, diciembre 31, 2009

KAKA DE LUXE

El hospital... Alguno ya tiene el alta.

















Ha muerto Iván Zulueta y, ahora mismo, recuerdo que lo mejor que se podía decir en los ochentas de "Arrebato", su magnífica obra cumbre, es que no parecía española.

Por encima de sus problemas con las drogas, la figura de Zulueta es la reivindicación de un personaje imposible en este país, la del creador libre y sólo fiel a sí mismo en un país que constantemente pide ponerse las cadenas de las dos españas (siempre con minúscula). Un miembro más de ese territorio leve y frágil que es la república de la tercera españa (la buena) que, y parafraseando al poeta Blas de Otero, vive siempre con el corazón helado.

Coherente con su esencia, "Arrebato" sigue ahí, al margen pero vigente con su contenido provocador y brillante que es una continúa y estimulante fuente de ideas y discursos sobre el ser humano y la relación con las imágenes que produce.

Mezcla de formatos, mezcla de géneros, reflexión poética y semiótica sobre la verdadera naturaleza de las imágenes... Han pasado casi treinta años y, para "Arrebato" sigue siendo hoy.

La inquietud que transmite es eterna.
















MAL DÍA PARA PESCAR

Durante una época de mi vida leí mucho a Onetti, casi todo y nunca demasiado. Me acompañó durante la adolescencia con su romántico pesimismo ante el sinsentido de la vida, que era el sinsentido de Santa María, su especial región, el kantiano a priori espacio-temporal donde sucedían todas sus historias, largas y cortas, en las que, curiosamente, todo estaba escrito.

Los días pasan y unos escritores reemplazan a otros en el tiempo del lector, pero los importantes siempre permanecen en el recuerdo como viejos amores... Conrad, Sheppard, Greene, Dostoyevsky, Capote, Scott Fitzgerald, García Márquez... y Onetti, por supuesto.

"Mal día para pescar" se basa en uno de sus cuentos cortos. En ella dos estafadores llegan a Santa María dispuestos a organizar un combate amañado de lucha libre entre el campeón del mundo Jacob van Oppen (Jouko Ahola) y algún valiente local. El Príncipe Orsini (Gary Piquer), manager de van Oppen y organizador, se encargará como siempre que la victoria de su luchador se produzca, pero en Santa María las cosas no le resultarán tan fáciles.

Y es una película correcta, pero incapaz de transmitir en toda su intensidad lo descarnado de la situación que la historia plantea.

"Mal día para pescar" resulta demasiado fría y confía demasiado en las capacidades de Gary Piquer como actor, que son limitadas y en absoluto le colocan en disposición de cargar con la película a sus espaldas. Su interpretación resulta demasiado débil y transparente, plana y sin matices, siempre en el mismo registro "yo soy Orsini" y como confiando demasiado en la apariencia física a la hora de componer un personaje que exige más trabajo y verdad en su constante ejercicio de la mentira.

La película se resiente porque descansa sobre un Orsini sin carne ni sangre, que no siempre resulta creíble en su confusión de interpretación con figuración y que siempre resulta patético incluso cuando le miran aquellos a los que quiere engañar.

No basta con parecerse al personaje para interpretarlo. Hay que entenderlo. Vivirlo. Y el Orsini al que Piquer presta voz y apariencia con corrección, pero sin talento, carece del magnetismo que merece y que es necesario para que la historia prenda verdaderamente porque a través de él, en la interacción, suceden los restantes personajes.

Aceptable.


lunes, diciembre 28, 2009

¿Alguna duda?


Son los rostros, los gestos, las miradas los que traspasan...
SILVIO RODRIGUEZ

Casiopea...



domingo, diciembre 27, 2009

















LITTLE DEE

Toda una delicia.

Ternura, inteligencia, humor... No soy un ávido lector de comics, pero "Little Dee" tiene la capacidad de atraparme.

Creada en 2004 por Chris Baldwin y publicada únicamente online, "Little Dee"reproduce en internet el formato de tira cómica tan propio de la prensa norteamericana para contarnos las peripecias de la pequeña Dee y de sus amigos animales Ted (un oso), Vachel (un buitre) y Blake (un perro).

Ted encuentra a Dee perdida en el bosque y junto con sus amigos Vachel y Blake asumirá la doble tarea de cuidar a la niña y devolverla junto a sus padres. Esta situación permite a su autor, Chris Baldwin, hacer gala de un raro y precioso sentido del humor, basado en la empatía, la inteligencia y la sensibilidad, que casi siempre resulta brillante y que busca la sonrisa con su precisa finura muy alejada de la desconsiderada brutalidad del trazo grueso.

En "Little Dee" coinciden la blancura del relato infantil con la carga moral de la fábula para generar una arcadia donde nada malo puede suceder, un pequeño teatro de los sueños donde el misterio de lo humano se pone en valor encarnado por tres animales y su esfuerzo por hacerse cargo de la traviesa Dee.

Imprescindible.


KIKO VENENO

El lince Ramón...



STREET KINGS

Ya casi al final de la historia, el detective Ton Ludlow (Keanu Reeves) le pregunta a su amigo el capitán Jack Wander (Forest Whitaker) por el verdadero sentido de lo que el considera la esencia de su trabajo como policía. Le pregunta qué ha sido de aquella vieja idea de que los chicos buenos meten en la cárcel a los malos. La contestación de Wander es rotunda y clara. Le contesta que todos ellos son malos.

Ésta es la esencia que en todo momento muestra "Street kings", la esencia del gran James Ellroy, escritor y guionista de este "thriller" policial en el que casi todos los personajes, buenos y malos, son miembros del departamento de policía de la ciudad de Los Ángeles.

El descarnado pesimismo de Ellroy está ahí y es prácticamente lo único diferencial que ofrece esta vibrante historia de policías corruptos que dirige David Ayer, el guionista de Training Day.

"Street Kings" no ofrece nada nuevo pero lo ofrece con corrección y esa mirada oscura de Ellroy sobre las personas y las cosas confiere a la historia la personalidad justa como para que no resulte del todo rutinaria e insustancial, un ladrillo más en el muro del "thriller" sobre policías corruptos.

Las tribulaciones del detective Tom Ludlow intentando desentrañar el intrincado ovillo en el que él mismo se encuentra metido hasta el cuello resultan entretenidas y con la estolidez propia de los últimos héroes de acción del cine norteamericano Ludlow es encarnado con corrección por la estrella Keanu Reeves quién lleva sin ningún problema el peso de la película sobre sus espaldas... que no es demasiado grande como digo.

Entretenida.

sábado, diciembre 26, 2009

LOU REED

September song...




ANTES QUE EL DIABLO SEPA QUE HAS MUERTO

... Y venga a buscarte y te devuelva al lugar donde debes estar.

A veces, no siempre, hay grandes películas que tienen un gran titulo que las resume y éste es el caso de esta historia que combina de forma magistral el "thriller" con el drama psicológico y familiar.

Andy y Hank son dos hermanos que, por diferentes circunstancias que tienen que ver con errores personales en el modo de vivir, se ven obligados a conspirar para robar la joyería de sus padres. Las cosas no saldrán de acuerdo con lo previsto y el fracaso del golpe hará salir a la luz los trapos sucios de la familia Hanson.

"Antes que el diablo sepa que has muerto" es una película oscura y terrible cuyos personajes se encuentran al borde del principio -cuando no cayendo-, una historia sobre la desesperación y el fracaso que el veterano Lumet dirige con su habitual pulso descarnado para el drama.

En torno al incidente del atraco, se construye una espiral narrativa que, de forma ordenada y sin despistar al espectador, va avanzando y retrocediendo en el tiempo mostrando cada vez más rango del desolado panorama que pretende describir. Y en este sentido, la película resulta atractiva en el modo puzzle en que se presenta al espectador.

Poco a poco vamos conociendo las raíces de la desesperación que lleva a los dos hermanos a planear el robo a la joyería de sus padres, raíces que se clavan en un baldío terreno de sueños rotos y evidentes fracasos personales de cuya alargada sombra ambos intentan escapar. Poco a poco vamos conociendo el asfixiante entramado de envidias y reproches sobre el que ambos hermanos edifican una relación que es puesta a prueba por el fracaso del robo... Y con maneras shakesperianas todo revienta en mil pedazos.

Imprescindible.

jueves, diciembre 24, 2009

KIKO VENENO

Superhéroes de barrio...





No dejes que el coste de la vida te atrape... Vuela, vuela, vuela tú no dejes de volar, vuela por la mañana, vuela hasta Portugal....







AVATAR

No sería justo con "Avatar" si dijera lo que me pide el cuerpo, que por detrás del circense espectáculo tecnológico de Avatar apenas hay nada que la sustente. Lo cual es cierto, pero no sería entender la verdadera esencia de esta película que es precisamente el modo espectacular en que cuenta y en este sentido "Avatar" es un arrolladora presencia visual que secuestra la mirada del espectador de principio a fin... pero sólo eso.
En este sentido, y aunque parezca ridículo, "Avatar" guarda un cierto parecido con "Spanish Movie" porque lo mejor que se puede decir de ella es también lo peor, porque "Avatar" se olvida pronto. El soporte argumental es demasiado esquemático y endeble, su alma es demasiado leve como para permanecer el suficiente tiempo en la retina del espectador e impresionarle con algo más que la propia retórica superficial de las imágenes. Así, "Avatar" se me aparece como una enorme, carísima y espectacular demo de una nueva tecnología, de un nuevo modo de contar historias que, paradójicamente, vehiculiza una narración endeble e insustancial. Algo parecido a aquella película de 1952 llamada "Esto es cinerama", documental en el que se nos mostraba las virtudes de ese formato brutal para la época que ampliaba la experiencia del espectador en una pantalla envolvente de 146 grados y que anticipaba al IMAX y en el que todo lo que se contaba aparecía porque permitía mostrar las espectaculares posibilidades de la nueva tecnología.
El protagonismo no lo tiene la historia sino la tecnología y en este sentido, y dentro de la filmografía de James Cameron que, como Robert Zemeckis, se caracteriza por el alto componente tecnológico que tienen sus trabajos, "Avatar" es con mucho la película donde el desequilibrio entre lo tecnológico y lo narrativo, en favor del primero, es mayor... y, personalmente, creo que se nota para mal.
"Avatar" deja demasiado frío y además, otra cosa que me incomoda, visualmente se parece demasiado a un videojuego sellando la dependencia de este tipo de cine, y del cine como tal, con respecto a la nueva forma de ocio predominante en nuestro tiempo. Y eso tampoco me gusta. Porque por el exceso de tecnología el cine está perdiendo identidad en un desesperado intento por recuperar el terreno perdido como negocio. Y ese no creo que sea el camino porque la diferencia nunca ha estado en la forma, en el modo de contar historias, sino en el fondo, en lo que se cuenta, en las historias.
La única capacidad de interacción que tiene el cine es la de poder llegar a tocar el corazón del espectador haciéndose inolvidable.
A lo largo de su historia, las tecnologías han pasado, pero la única capacidad de trascendencia del séptimo arte ha estado en la potencia de sus historias. Confiar en lo tecnológico ha sido, es y será construir las casa por el tejado, aunque y como he dicho al principio de todo, "Avatar" resulte una casa espectacular.

Impactante.

La audiencia provincial considera como falsedad calumniosa las acusaciones que una conocida actriz había vertido contra su ex-marido buscando, por medio de su propia hija, conseguir la separación. En su momento se habló de abusos sexuales y así salió en todas las televisiones de ese país haciendo un daño irreparable a la imagen de este señor que, y para más inri, ni siquiera era una figura pública.
¿Y ahora qué?
La violencia de género y la demonización de todos los hombres está siendo utilizado como moneda de cambio en litigios de familia buscando la razonable y amoral ventaja que da la ley, intentando debilitar la posición de una parte pero, y para ello, penetrando en complicados territorios que, para mi gusto, implican consecuencias más graves de destrucción del otro por la búsqueda del propio beneficio a toda costa.
Desde luego es monstruoso ejercer la violencia contra una mujer pero estas conductas ventajistas no se quedan muy atrás.
En un mundo perfecto, la fiscalía actuaría de oficio y pondría a cada uno en su lugar.
Todos tenemos derecho a equivocarnos. Incluso podría tener todo el sentido que, en estos momentos de crisis, un empresario con problemas intentará conducir a los suyos en esta travesía del desierto... Pero ésto es una cosa y otra muy diferente que un empresario que lleva sin pagar la nómina a sus empleados desde agosto sea la cara del cartel de la CEOE. Como siempre una cosa es una cosa y otra, otra; pero, y por interés, los protagonistas consideran que todo es lo mismo, que todo vale con tal de permanecer en el puesto.
Cualquier persona que hubiera accedido a ese cargo (y a cualquiera) para servir y no para servirse de él tendría que entender lo mismo si el sentido común no fuera el menos común de los sentidos, porque, y con independencia de la buena voluntad (que me cuesta mucho presumir), existen efectos colaterales incontrolables de imagen pública del colectivo por no hablar de, en una situación potencialmente conflictiva como ésta que vivimos, los posibles discursos cuestionantes, críticos y deslegitimadores que otros colectivos y agentes sociales pueden construir, de necesitarlos, contra los empresarios a costa de vergonzantes realidades que en cualquier momento se pueden producir... por ejemplo, la persona que demanda abaratar el despido no paga a sus empleados... ¿y encima quiere despedirlos de una forma más rápida y barata?.
Por no hablar de otra cuestión de aún mayor sentido común... que una persona que personalmente tiene tantos problemas en su casa tenga el suficiente tiempo y capacidad para resolver al mismo tiempo los suyos y los de los demás.
Pero Diaz Ferrán también quiere mantener ese puesto de trabajo que ha generado el clientelista aparato político-social-administrativo perversamente parido de la bien intencionada Constitución de 1978.
Parafraseando a McLuhan cuando decía que el medio era el mensaje, en este caso, el cargo es el mensaje
¿Qué tendrá cuando sólo muy pocos se atreven a dejarlo?

miércoles, diciembre 23, 2009

PAUL ROBESON

Old man river...



lunes, diciembre 21, 2009

"He visto hombres luchando con las cartas, conscientes de que el juego les era desfavorable, perdiendo una baza tras otra, pidiendo prestado más dinero, y perderlo también. Sabiendo todo el tiempo que no podían ganar"
(Warlock, Oakley Hall)

APPALOOSA

La revisión de este western dirigido e interpretado por Ed Harris me ha llevado al mismo sentimiento de decepción que experimenté tras terminar de verla por primera vez. "Appaloosa" es una película que va perdiendo fuerza conforme avanza. Como si fuera disolviéndose en sí misma, en su propio impulso hasta llegar exánime a un final que debiera emocionar mucho más de lo que emociona.

La sublime decisión de Everett Hitch que quizá implique su perdición, el último acto de amistad realizado hacia su compañero Virgil Cole tiene bastante del sacrificio altruista de Ethan Edwards en "Centauros del desierto"... El sacrificio de los que se saben estrellados para con los que, a su entender, tienen estrella... Pero "Appaloosa" resulta demasiado fría, carente de la poética minimal de "Sin perdón" o "Centauros del desierto".

Los personajes no llegan, se quedan dentro de sí mismos, mientras la película se fragmenta y se desvanece a su alrededor en una dinámica acelerada que no está a la altura de lo que "Appaloosa" promete (y da) durante buena parte de su metraje.

La película no llega hasta su final. Aguanta perfectamente hasta el tiroteo con los Shelton en que Everett y Virgil resultan heridos. Después se descontrola. No hay pausa ni introspección para que los personajes respiren, se expliquen mediante gestos precisos y palabras adecuadas.

No se molesta en explicarse y termina por resultar antipática en su atropellada confusión por terminar.

Decepcionante.
La paradoja irresoluble, por el momento, del cambio climático descansa en el comportamiento neurótico del mundo desarrollado... Por un lado, el discurso evidente de la necesidad de salvar al planeta de la voracidad de la raza humana y, por otro, las limitaciones evidentes que el intento de poner en obra ese discurso trae consigo en lo que respecta a llegar a acuerdos que materialicen de forma real esa intencionalidad puesta de manifiesto en el virtual nivel de lo discursivo.
La imposible cuadratura del circulo de conciliar los actuales niveles de desarrollo y de producción de los países desarrollados con la profecías apocalípticas del cambio climático lleva a la demonización de los países en desarrollo a los que, y reconociendo implícitamente la culpabilidad, se les intenta negar desde el mundo desarrollado la capacidad de contaminar que el mundo industrializado ya tiene con lo que ello implica de alcanzar los niveles de desarrollo y consumo de las sociedades más opulentas.
Como no podía ser de otra forma, el problema son los otros... En este caso, China... país que no es tan problemático a la hora de comprar deuda pública norteamericana como si fueran cromos y mantener el chiringuito del dólar.
Seguramente, a medio y largo plazo, el ser humano, mediante la investigación científica, la innovación y el desarrollo, encontrará modos menos drásticos que añadan de forma endógena tecnología e innovación a los procesos de producción o que, de forma exógena, actúen sobre el C02 una vez ha sido producido, pero el problema es el corto plazo, un corto plazo en el que sólo hay un modo de producción y de vida altamente contaminante al que sólo se le puede combatir mediante medidas como las cuotas.
Se hace necesario llegar a acuerdos, aportar soluciones, aunque sólo sea por la radicalidad de los discursos con los que los propios políticos se producen buscando, en el nuevo filón que han encontrado para seducir a sus electores, aparecerse como personas responsables y fiables en las que el ciudadano contaminante depositará la confianza de su voto.
El debate se ha situado en el límite de lo irreversible, pero, y para los políticos que participaron en la cumbre de Copenhague, es claro que, a la hora de la verdad que siempre suele ser la hora del compromiso, habían cosas más importantes que el fin del mundo. De lo que, considero, se pueden deducir dos cosas: O bien las cosas no están tan mal como se nos cuenta, o bien aquellos que nos cuentan que las cosas están tan mal son peores personas de lo que ya nos imaginamos y lo que verdaderamente pertenece al viento son sus palabras.
El sentido común empieza a ser subversivo

viernes, diciembre 18, 2009

LA CORTE DE CARLOS IV

El segundo capítulo de la primera serie de los Episodios Nacionales nos sitúa a Gabriel, su protagonista, unos años después de la derrota de Trafalgar, en el Madrid castizo y al servicio Pepita, una famosa actriz de los escenarios de la capital.

A través de su circulo íntimo de amistades, muchos de ellos cortesanos de palacio, Gabriel tendrá la oportunidad de conocer de primera mano los sucesos que llevaron a la detención, ordenada por Carlos IV, de su propio hijo, el príncipe heredero Fernando, como responsable de un intento de conspiración contra los reyes y su primer ministro, Godoy.


El principal atractivo que para mi gusto tiene "La corte de Carlos IV" es la interesante descripción que Galdós hace del intrigante y decadente ambiente cortesano que rodeaba a los reyes borbones. Resultan memorables los pasajes en los que algunos personajes, como la cortesana Amaranta, desacreditan el mérito en favor de la clientela como principal modo de ascenso social en un entorno lleno de intereses y dobleces.

Hay un poder dar que directamente faculta al que lo tiene con la capacidad de poder pedir... si es que se desea recibir algo a cambio. Asi, la corte del rey se convierte en un pomposo y atildado mercado persa en el que constantemente se intercambian dones por favores, en una engrasada maquinaria de intereses que, por su propia condición ambiciosa, siempre resultan contrapuestos a otros; tan contrapuestos que incluso llegan a enfrentar a padres con hijos en el propio seno de la familia real y que plantean un escenario de descomposición y debilidad, ya apuntado en "Trafalgar", que hará inevitables desastres posteriores.

Como otros tantos, el joven e inexperto Gabriel se verá tentado por el dulce sabor de la tentación las dulces promesas de prebendas y concesiones y, como consecuencia de ello, un episodio de la historia de la España del siglo XIX sucederá a su alrededor.
"La tierra no pertenece a nadie, salvo al viento"

Es hermoso ¿no?.
¿Y el mar? ¿Pertenece también al viento?
No estoy seguro, lo que tengo absolutamente claro es que si algo pertenece al viento son esas palabras que nuestro inefable presidente pronunció con mística rotundidad... aunque con una enorme e invisible nariz de payaso roja que le sentaba como un guante.
Me sorprende que no nos recordara que madre sólo hay una buscando una difícil, complicada y poco vista analogía entre la madre humana y la madre terrestre... Seguramente, cuando revisaba el discurso, no escuchaba la canción de Disney adecuada.

Yo, para mi gusto, prefiero una frase de Obama, ese estadista al que nuestro presidente quiere parecerse pintándose la cara de negro... "El mundo debe llegar a un acuerdo, aunque sea imperfecto"... También tiene poesía... una poesía adulta basada en el esfuerzo humano en superar las limitaciones y que es evocadora porque conecta con una realidad clara y evidente; una poesía minimal y sin adornos en el que el significado es puro protagonista y que pone en primer lugar la necesidad de actuar, no de hablar.

La frase de Obama es la que cualquier hombre podría pronunciar, sabiendo las circunstancias de sus interlocutores y de la situación en la que se encuentra, mientras que la de Zapatero es la de un adolescente que, con la voz frágil y granos en la cara, clama por el amor verdadero en medio de la carnal orgía de la Conferencia de Copenhague.

Y lo más relevante de la frase de Zapatero es que le retrata con todas sus vergüenzas, como ese poeta adolescente que nada sabe de la vida salvo lo que su inexperiencia curricular le permite intuir y que le lleva a pronunciar sin el menor sonrojo diálogos de western de serie B.

jueves, diciembre 17, 2009

CUARTETO DE NOS

Natural...




44 INCH CHEST











CÓMO ROBAR UN MILLÓN Y...

Nicole (Audrey Hepburn) tiene un padre cuya principal hobby es la falsificación de obras de arte, que de cuando en cuando dan salida en el mercado. El stock de obras falsas que la familia almacena en su palacete falsifica a su vez a su familia como importantes coleccionistas de arte. Esta fama atrae a Simon (Peter O'toole), un ladrón de guante blanco a quién Nicole sorprende una noche dentro de su casa... Además de esto, la familia de Nicole, en un incomprensible alarde de locura, cede su falsa Venus de Cellini para una importante exposición. Una consecuencia colateral de esa cesión es la inspección de la estatua por un famoso profesor especializado en autenticidades y falsedades... Buscando evitar la desgracia para su familia, la desesperada Nicole recurrirá a las artes de Simon pidiéndole que planee el robo de la estatua valorada en un millón de dólares.

"Cómo robar un millón y..." está en la línea de las comedias románticas que en la década de los sesentas del siglo pasado rodaron con gran éxito directores como Blake Edwards, Stanley Donen o Richard Quine.

Todas comparten un mismo tronco argumental... Como consecuencia de una determinada situación, en muchos casos criminal ("Charada"), un hombre y una mujer entran en contacto de forma azarosa, viéndose por algún ardid del destino impelidos a resolver esa situación de forma conjunta. Durante ese proceso, emergerá en paralelo una segunda línea argumental basada en la relación romántica que se establece entre ellos.

"Cómo robar un millón y..." está claramente en esa línea si bien uno tiene la sensación de que la historia podía dar más de sí resulta evidente. La película no es ni demasiado graciosa ni demasiado romántica ni demasiado emocionante. En todo momento resulta poco enérgica, como anémica y termina pasando con más pena que gloria ante los ojos del espectador confundiendo estilo con sosería.

Seguramente su director, William Wyler, uno de los grandes directores clásicos de Hollywood, no se sentía cómodo dentro de la comedia... y lo demuestra desaprovechando las grandes posibilidades argumentales y empleándolas para narrar una historia que no traspasa, que no llega, que se queda en ese limbo de historias perdidas que se abre entre la pantalla y el espectador.

Seguramente su protagonista, Peter O'toole, en el apogeo de su carrera, se sentía más cómodo protagonizando tragedias y dramas... y lo demuestra resultando demasiado frío, desaprovechando una y otra vez las mágicas sonrisas y miradas de Audrey Hepburn, que como siempre se mueve como pez en el agua en este terreno de la comedia romántica. Cada vez que aparece O'toole tengo al impresión de que está deseando que acabe la toma para irse a tomar unas cervezas con Oliver Reed y acabar durmiendo la mona en cualquier mesa de billar.

En cualquier caso, algo falla.

La historia lo tiene todo, incluido un sorprendente giro final, pero hay algo rutinario y funcionarial en el modo de entenderla y plasmarla que la perjudica, como si la simple combinación de una buena historia y los talentos de Wyler, O'toole y Hepburn se bastarán para obrar el milagro con su mera presencia mágica y catalizadora. Y no es así. La película, desde luego, se ve con agrado pero le falta ese algo especial que la convierte en la materia de la que están hechos nuestros sueños.

Desaprovechada.

miércoles, diciembre 16, 2009

"Haidar lamentó que las potencias mundiales ejerzan sobre ella múltiples presiones para concluir su huelga de hambre "que deberían ejercer sobre Marruecos", al tiempo que se mostró determinada a continuar su protesta.

"Mi resolución es firme. Me he dado cuenta desde que he comenzado esta huelga del predominio de los intereses económicos. Éstos últimos son decididamente superiores a los ideales sagrados de los derechos humanos", dijo, aunque añadió que mantiene una "total confianza" en la solidaridad internacional."

Las verdaderas victimas en este mundo nuestro son las que nada pueden poner sobre la mesa en una negociación en que sólo importa lo que se puede recibir, lo que se puede ofrecer. Ante éso, presuntas verdades basadas en derechos e integridades nada tienen qué hacer. Mientras los saharauis no encuentren petróleo o la cura contra el cáncer o el mismo cuerno de la abundancia, su causa será siempre una causa perdida. No tendrán nada que ofrecer, con lo que interesar a un mundo en el que, se diga lo que se diga, sólo importa lo material y que sostiene su complicado equilibrio en una intrincada trama de intereses creados o por crear.

Las ideas y las palabras que las vehiculizan siempre vienen luego, después del banquete, cuando los estómagos están llenos y con los mismos efectos calmantes y tranquilizadores de un gran puro o una copa de cognac, sostenernos civilizados en nuestra animal digestión de todo lo devorado.

Las cosas no han cambiado en lo que para algunos era el fin de la historia. Al cambio, un ideal moral que se vive como una incontrovertible verdad sigue valiendo bien poco comparado con

Es triste comprobar que la verdadera lógica que sostiene el funcionamiento de las cosas puesta en evidencia por gestos extremos como el de Haidar sigue siendo la misma de siempre, la de los intereses creados, y también me resulta mucho mas triste comprobar que personajes tan presuntamente románticos como Haidar acaban igual de desesperados con su destino de perdedores, lo suficientemente desesperados como para poner sobre la inflexible balanza de transa el pesado hierro de su propia vida.
BRIAN FERRY

September song...




martes, diciembre 15, 2009

Lo peor de la arriesgada intervención de Esperanza Aguirre en favor del intolerablemente agredido Hermann Tertsch es que, de forma indirecta (pero evidente) , se constata la corta línea recta que separa a la Presidente de la Comunidad Madrileña del presentador del informativo de la noche de la cadena autonómica.
La presidenta en un gesto que la deshonra no ha podido esperar a que las primeras diligencias judiciales se sustanciaran... y quizá, si sus terminales mediáticas no consiguen enmierdarlo todo con el ruido y la furia de opiniones y declaraciones, tenga que arrepentirse de haber corrido antes de tiempo en socorro de uno de sus más fieles y nocturnos servidores.
Esperanza Aguirre está incondicionalmente con los suyos y, a humo de pajas, ha supuesto que lo que está en juego es la libertad de expresión. Con afilado colmillo ha aprovechado la oportunidad para continuar la interminable y sordamente violenta partida de poder entre los suyos y los de ellos.
La arriesgada, poco escrupulosa y muy poco respetuosa parodia que La Sexta hizo de Tertsch se ve contestada con la conversión de un incidente nocturno en un episodio de la eterna lucha entre los justos y los injustos.
Es evidente.
La intervención de la presidenta refleja hasta qué punto un destacado miembro de los servicios informativos de la cadena autonómica es uno de los suyos con todas las consecuencias que los directamente implicados siempre niegan, aunque todos aquellos que, desde hace tiempo,venimos teniendo ojos y oídos críticos perfectamente sabemos.
La reina corre apresurada y un tanto románticamente fuera de control en socorro de su malherido peón, el campeón de sus campeones herido a traición por un malvado en un piano-bar de la calle Almirante, pero no nos equivoquemos su jugada es tan arriesgada, poco escrupulosa y muy poco respetuosa como su jugada predecesora en el tablero del pequeño juego de los intereses creados de nuestra política. Ganará quién logre parece víctima antes, de forma convincente y más tiempo
Los suyos, los de ellos y el nombre de la libertad una vez más usado en vano por todos.
Más de lo mismo en el otro lado, el de la supuesta alternativa.

lunes, diciembre 14, 2009

Sobre la Gripe A...

domingo, diciembre 13, 2009













Definitivamente, este frente de aire siberiano que ha entrado este domingo como una invasión bárbara desde su Norte natal se ha llevado del Atlético de Madrid lo poco que le quedaba de credibilidad como equipo.

El equipo está roto, sin capacidad de respuesta y sólo cuenta para mantenerse a flote con el talento inmenso de Agüero... que no es la primera vez que se las arregla para ganar un partido para su equipo interviniendo en todos los goles, bien fabricándolos, bien haciéndolos.

Desgraciadamente, no hay nada más.

Hay una nada inmensa en ese vestuario que el nuevo entrenador está intentando manejar, pero va a ser complicado. A un punto de los puestos de descenso, y con el frío que he pasado en la tribuna aún sin abandonarme el cuerpo, me cuesta creer que los equipos que están por debajo de la tabla jueguen peor que el Atlético de Madrid. No puedo imaginarlo. Y si me lo aseguraran tendría que verlo para creerlo.


SPANISH MOVIE

Precedida de una importante e inteligente campaña de Marketing en diferentes medios y canales, "Spanish movie" ha conseguido el objetivo nada fácil de ser la película más taquillera en el fin de semana de su estreno.

Me quedo con este aspecto, porque no es nada común dentro de un cine español que, de forma genérica, se ha quedado atrás en el modo de dirigirse a su público potencial; un público potencial que, salvo excepciones, sistemáticamente ignora y al que, de no ignorarle, probablemente no sabría cómo dirigirse.

En general, el cine español primero busca la subvención y luego, si acaso, y si no se compromete la integridad del "autor",busca a su público que, generalmente, está en el cine norteamericano o europeo.

En este sentido, "Spanish movie" con su astuta y eficaz campaña de marketing viral en Internet o el planteamiento imaginativo del material promocional se convierte en precedente y promotora de un modo de comercializar el producto aspirando, con éxito, a convertirlo en el evento que ha sido.

Muchas cosas se pueden aprender de "Spanish movie", pero, y tengo que decirlo, la mayoría de ellas no está en el producto en sí.

Lo mejor que se puede decir de "Spanish movie" es que en nada tiene que envidiar de sus referentes norteamericanos... "Aterriza como puedas" o "Hot chots" o "Top secret"... Metahistorias que se cosntruyen con pedazos de otras buscando el humor y la parodia. En este aspecto, "Spanish movie" consigue amalgamar pedazos de películas que han tenido importante repercusión dentro de los últimos años del cine español y con un humor (llamemoslo así) directo, básico y nada elaborado (de acuerdo con las exigencias de este subgénero) fabricar un relato bufo en el que los referentes resultan patentes.

Pero esta cualidad también es su principal defecto, porque no hay nada más que éso... y, personalmente, no disfruto con este humor de trazo grueso y me es imposible apreciarla. Lo que si puedo apreciar es el talento que sus productores han tenido para llevarla hasta el público español y venderla. Siendo éste el principal valor que tiene "Spanish movie", convirtiéndose en un ejemplo a seguir dentro de un sector demasiado conservador en el modo de entender su relación con el público.





INOLVIDABLE

Orfeo negro... Mañana de carnaval..


sábado, diciembre 12, 2009

SNATCH

No descubro nada cuando digo que el cine de Guy Ritchie es un cine de alto voltaje, adrenalínico, frenético.

Los descensos que Ritchie hace a los bajos fondos de Londres, con sus peculiares personajes que hablan el inglés con extraños e incomprensibles acentos, son descensos en una montaña rusa que Ritchie sabe pilotar a la perfección.

El ritmo que Ritchie impone es el de los rigores de la vida moderna en la ciudad... impaciente, exigente, impactante. La vida en la jungla no es un tranquilo paseo por el parque y el propósito de Ritchie es recordarnoslo tanto en fondo como en forma.

Cada día me gusta revisar las películas de Ritchie y entre las joyas de su corona eléctrica se encuentra "Snatch".

En su complicada trama en torno a un diamante y un combate de boxeo que debe ser amañado convergen una serie de líneas argumentales protagonizadas por diferentes personajes, a cual más interesante, generando con sus acciones, acertadas o torpes, una complicada trama sincopada que envuelve y enreda al espectador que asiste de asombro en asombro al desarrollo de una historia en la que cualquier cosa puede suceder... porque de hecho cualquier cosa es lo que está sucediendo.

Ritchie tiene talento para narrar y, lo que es más interesante, para hacerlo de una forma nueva añadiendo velocidad a la historia con montajes rápidos que describen situaciones... por ejemplo, el modo en que cuenta el vuelo de Avi desde Nueva York o Londres.

Ritchie tiene talento para construir historias complicadas y llenarlas de la suficiente energía como para que el espectador, con la verosimilitud que genera ese energía, no cuestione la azarosa locura que a veces nos muestra.

Ritchie tiene talento para pensar personajes interesantes, diferentes y para hacerlos creíbles con unos diálogos que destilan gracia y genio.

Son demasiados talentos que hacen de "Snatch" una película que siempre apetece ver.

Brillante.


La ciudad está llena de oficinistas
que suspiran en el filo de la hora en punto
antes de estrellar su reloj contra el helado suelo,
que se agarran al quicio de la corbata para no caer,
que prefieren la asfixia como la distancia más corta
entre los dos puntos de siempre
antes de caer en el injusto limbo del suelo
y clavarse como punzantes astillas
las manecillas que marcaban las muertas horas de ayer,
que caminan sobre ellas como quién anda sobre brasas,
contando obsesivamente cada llaga despertada,
cada gota de sangre aventada,
anotando concienzudamente su incomprensión de cada dolor
en una interminable cuenta muy larga
mientras se prenden la mancha nueva de cada día en la solapa.

La ciudad está llena de oficinistas
que se miden constantemente la altura y el peso,
que a toda prisa revisan la predicción del tiempo
para un hoy que ya se les escapa
mientras incansablemente se vigilan
el reflejo que les devuelven los espejos
con el detenimiento de quién se toma la tensión,
mientras con desconfianza se espían el latir del pecho
experimentando una vaga y persistente sensación de transparencia,
de progresivo desvanecimiento.


OASIS

Fuckin' in the bushes...




viernes, diciembre 11, 2009

"La señora Haidar entró en España conforme a la ley, teniendo en cuenta que tiene un permiso de residencia por razones humanitarias que le permite entrar en España. No hay ninguna autoridad política que esté en el día a día dedicada a establecer autorizaciones o denegaciones de lo que es simplemente la aplicación de la ley que corresponde a las autoridades administrativas que tienen encomendada esa gestión", aseguró tras ser preguntado por la autoridad política que autorizó la entrada de la activista en territorio español.

Siniestra separación entre responsabilidades administrativas y políticas que, en definitiva, intenta poner el foco sobre el subordinado. Haidar está en España en cumplimiento de una legislación que las autoridades administrativas tienen que hacer cumplir.
Esto tiene todo el sentido... aunque uno podría pensar que en estas palabras se deja espacio para lavarse las manos afirmando que no se comparte esa ley que los funcionarios ejecutan.. aunque es la que hay.
Esto tiene todo el sentido... aunque no sabe ni huele bien del todo... pero lo peor son las palabras de nuestro presidente:

Por su parte, José Luis Rodríguez Zapatero ha afirmado que "no hay ninguna autoridad política" que en el momento de la llegada de Haidar tuviera que decidir si se le permitía entrar en España porque para eso ya hay unas "autoridades administrativas que tienen encomendada esa misión".

¿Qué quiere decir? ¿Por qué se subraya esté hecho que es obvio y que se deduce del planteamiento anterior?
Básicamente, para dejar claro que ellos no estaban allí, sino que fueron otros los que dieron la autorización en cumplimiento de una ley aprobada por el parlamento y este hecho parece algo que nada tiene que ver con lo político, como si se tratara de la aplicación de una ley aprobada por otros que unos administrativos que no son ellos se encargan de hacer cumplir.
Y lo que es peor, para que, quizá, algunos puedan pensar, si quieren, que si ellos hubieran estado allí, quizá, se pudiera haber hecho otra cosa en plan alianza de civilizaciones.

El progreso ya está aquí y forma parte de él el poder diferenciar entre lo político y lo administrativo del estado... cuando las cosas no van bien... y si ya la administración ejecuta una legislación que no se comparte porque se cree manifiestamente mejorable ni te cuento... Igual esa es su siguiente bala... Responsabilizarse políticamente sólo de las leyes que son suyas. Nada de legislaciones heredadas que para nada entienden la levedad del espíritu de los nuevos tiempos.

Pero cuando las cosas van bien, gobierno y administración, cabeza y brazo ejecutor actúan con coordinada perfección, demostrando el único cuerpo que son.

Ya no es que eche en falta verdades, es que me faltan mentiras que parezcan verdades, mentiras de buenos políticos, de esas auténticamente falsas como Holly Golighly.

El nivel es ínfimo y se exhibe con pomposa impunidad... No se qué es peor.

Y lo dicho... Cualquier cosa con tal de no perder el puesto de trabajo.
LEONERA

Ojalá todas las películas de Ken Loach fueran como esta película dirigida por el interesante director argentino Pablo Trapero y escribo ésto porque, esencialmente, y recordando "Looking for Eric", "Leonera" tiene todo lo bueno que veo en las películas del director británico.

"Leonera" cuenta la historia de Julia Zárate (fantástica Martina Gusman), una estudiante que primero es acusada y luego declara culpable del asesinato de su pareja. Julia está embarazada y deberá afrontar el embarazo, el parto y la cría de su hijo Tomás entre rejas.

De algún modo, y sin serlo del todo, Julia es uno de esos "working class heroes" de Loach que encuentran fuerzas dentro de sí mismo para salir adelante y encontrar su camino en un mundo que no parece hecho para ellos. Y lo que "Leonera" nos cuenta fundamentalmente es ese trayecto vital en el que Julia lucha para encontrar un destino para ella y su hijo, un destino cuyo principio comienza en un maravilloso y esperanzado final que no se por qué me recuerda al mejor Renoir, el antropológico e inevitable optimismo de continuar adelante que sus personajes sienten pese a lo complicado de las circunstancias... Recuerdo ahora mismo "La gran ilusión".

Paradójicamente, la cárcel será el lugar donde Julia se encuentre. En ese lugar donde, en teoría, todos se pierden, Julia endereza su camino, En esa Leonera llena de mujeres como ella encontrará con el paso de los años un espacio donde ser ella misma y forjar un carácter que le llevará a tomar la sublime y arriesgada decisión que es el principio del fin de la historia.

Lo mejor del cine de Loach es la integridad de sus protagonistas que les lleva a forjarse un destino contra todo y casi todos y el camino de Julia es el de la forja de esa integridad, de ese destino. Si en un principio, se nos presenta a Julia como un pelele utilizado por su novio y por su amigo, un pelele que al final acabará pagando por los dos, poco a poco, la mujer irá encontrando en su interior esa mismidad incuestionable sobre la que apoyarse e impulsarse hacia delante, hacia una vida auténtica o que, por lo menos, ella concluye que no puede ser de otro modo.

Y el director de "Leonera", Pablo Trapero, nos cuenta la historia con talento, consigue crear verdad y como consecuencia de ello emocionar al espectador con la trayectoria casi nunca agradable de Julia.

Absolutamente recomendable.
ROBERT MITCHUM

Matilda...



































EL BUEN ALEMÁN

Tras la revisión de esta película de Steven Sodervergh, mi punto de vista no ha cambiado.

Como explicarlo... Ver "El buen alemán" me provoca las mismas sensaciones que escuchar a un guitarrista flamenco japonés arrancándose por seguidillas. Virtuosismo técnico, perfecta repetición de las notas en el ritmo y medida requeridos, pero sin encanto y duende.

"El buen alemán" consigue reproducir las maneras de un melodrama postbélico de la década de los 40 o 50 del siglo pasado, pero se queda en esa mera reproducción, en la pura forma, como un imitador que es capaz de reproducir la voz del poeta pero, y como no podía ser de otra forma, es incapaz de componer un verso nuevo.

Una vez superado el efecto sorpresa que genera la perfecta imitación, el espectador se queda a solas con la historia y ésta se muestra incapaz de interesar al espectador por sí misma.

Y el argumento resulta demasiado esquemático, a veces confuso y atropellado y uno tiene la impresión de que su desarrollo no está a la altura de los propósitos iniciales: un relato cruel supervivencia en la que las necesidades materiales y básicas no dejan lugar a otros planteamientos sentimentales o personales que palidecen ante la necesidad de continuar sobreviviendo.

En este sentido, la historia dibuja el enrevesado camino que el corresponsal de guerra, Jakob Geismar (George Clooney), realiza en busca de la mujer que ama, Lena Brandt (Cate Blanchett), y de algo que resultará más importante: su verdad de superviviente.

La carne y la sangre de la historia está ahí. Y la película se demora demasiado en llegar hasta esas causas ultimas por lo que termina primando en la mirada del espectador el frío ejercicio de imitación sobre las emociones que Lena puede vehiculizar con su mirada cansada y su fumar abstraído.

El novelista Graham Greene era un maestro en acceder a esas esencias recurriendo a estructuras relativamente complejas de búsqueda e investigación y está claro que los autores de "El buen alemán" no tienen el talento de Greene.

Sin tener claro cuál es su objetivo, "El Buen Alemán" quiere contar demasiadas cosas. Ofrece demasiadas perspectivas y en demasiadas ocasiones lo que debiera ser el fondo de la trama, la compleja realidad política de Berlín en plena Conferencia de Postdam, pasa a primer plano para convertirse en protagonista. Como si la pelicula vampirizar el contexto para adquirir una justificación y una trascendencia que, creo, no necesita.

Fallida.

jueves, diciembre 10, 2009

INOLVIDABLE

Local hero... going home...


"Mill, que siguió siendo un ardiente defensor de la economía de mercado, no dejó por ello de reconocer que el sistema económico no puede abandonarse totalmente el arbitrio de sus propias fuerzas. Es decir, al ciego determinismo de unas supuestas leyes naturales. Adam Smith interpretó que la libertad de iniciativa privada no es contraria al bien común, porque existe una mano invisible, una mano impersonal, que impone una armonización entre los intereses particulares y el general. Mill empezó a tomar conciencia de que el ejercicio de la libertad no es irresponsable, y que el hombre debe emplear sus facultades racionales en el intento de armonizar sus intereses particulares con los de la sociedad. Cada vez era más evidente que no existe fuerza natural que libere al hombre de la libertad de sus decisiones."
(Evolución del pensamiento económico, Miguel A. Martínez-Echevarría)

La libertad no es sólo un derecho sino un derecho que debe ejercerse con responsabilidad. No es gratuita sino que debe obedecer a alguna razón.
La libertad no es un valor en sí mismo, siempre se es libre para hacer o sentir "algo".
La libertad es el medio de los medios. La absoluta capacidad de poder dentro de los términos de la propia razón.
Siempre se es libre para algo.
Y tener una libertad que no se usa es lo mismo que no tener nada.
"El placer es breve y fugaz. Conviene aprovechar las dulzuras de la vida hasta que el horrible hastío las amargue."
(La Corte de Carlos V, Benito Pérez Galdós)

THE FLYING BURRITO BROTHERS

The older guy...


PLANET TERROR

La otra película que compone el proyecto Grindhouse de Quentin Tarantino y Robert Rodriguez es "Planet Terror", que dirige el segundo con su habitual vigor y sentido del ritmo... No obstante, confieso que tengo una limitación que me impide disfrutarla: Casi nada me hace gracia cuando hay sangre y vísceras de por medio. Por eso habitualmente me pierdo ese humor que los aficionados a este tipo de películas dicen disfrutar cuando las visceras fluyen y las cabezas revientan; un humor directo y básico, que apela a los instintos buscando hacer reír al animal humano que todos llevamos dentro y que trivializa -quizá demasiado- tanto la vida como la muerte.

No obstante, y bajándome del púlpito para dejárselo a profesionales como Hazel Motes, tengo que confesar que la película tiene un punto muy interesante en su comienzo, en el planteamiento de la epidemia bacteriológica que convierte en sanguinarios zombies hambrientos a los pacíficos ciudadanos de lo que parece una tranquila comunidad del Medio Oeste.

Extrañas erupciones en la piel, pacientes que se descomponen, cadáveres que desaparecen, imposibles diagnósticos médicos, doctores que parecen necesitar un psiquiatra contribuyen a componer un realmente divertido ambiente insano, que siempre sólo puede ir a peor, en un lugar especialmente construido para sanar.

Seguramente, y para mi gusto, se trata de lo mejor de una película que enseguida se convierte en un enloquecido "shooter" montado sobre una montaña rusa. A partir de ahí, la película se convierte en una película de acción no muy diferente de otras tantas, pero que sigue resultando entretenida (y quizá divertida) en su ilimitada capacidad para enloquecer de una forma verosimil.

Entretenida.

miércoles, diciembre 09, 2009










LOOKING FOR ERIC

No soy muy fan del cine de Ken Loach. En muchas ocasiones, he encontrado sus planteamientos políticos y sociales demasiado maniqueos y en la trinchera, muchas veces lindando con la simplicidad arrojadiza y propagandística de la consigna y el slogan.

No obstante, y dicho lo anterior, considero que, de siempre, desde el primer momento, lo que más me ha atraído de su cine, es la entereza moral de muchos de sus protagonistas. "Working class heroes" que siempre encuentran una manera de salvarse de la injusta situación de explotación en que se encuentran.

Eric Bishop (Steve Evets), el protagonista de "Looking for Eric", es un buen ejemplo de esos héroes heridos que siempre encuentran el modo de sobreponerse a sus grandes y pequeñas tragedias cotidianas. Y las de Bishop no son pocas... Abandonado por su segunda mujer y conviviendo con los hijos de aquella cuyas vidas lindan con lo marginal y, por circunstancias de la vida, enfrentado al reencuentro de la primera, Lily (Stephanie Bishop), el gran amor de su vida, a la que abandonó, circunstancia que no ha dejado de reprocharse en ningún momento.

El primer frustrado encuentro con ella hará tocar fondo a Eric y es en ese momento cuando aparece Cantona, como una oportuna solución, que Eric utilizará para encauzar las cosas e intentar poner en orden una vida que lleva mucho tiempo desordenada.

Y de todo modo, el Cantona que Eric ve es una proyección de lo mejor de él mismo, apareciéndose bajo la forma y la palabra del ídolo deportivo que Bishop admira más que a nada o nadie en el mundo.

Así, "Looking for Eric" es una película optimista que, desde el realismo, utiliza lo irreal como artificio narrativo desencadenante de una redención, de un cambio para mejor que el propio Bishop se proporciona a sí mismo a través de una figura poética, la de Eric Cantona que despierta y canaliza, como agente catalizador, lo mejor de Bishop, sus instintos más constructivos y positivos, que harán de él un campeón en el terreno de juego de la vida.

Fantástica.


martes, diciembre 08, 2009

INOLVIDABLE

Tous les matins du monde...


"Si creéis que asesinando a los hombres podéis evitar que se os censure por vuestras maldades, estáis en un error; no es éste el modo posible ni honrado de evadirse; la manera más noble y fácil no es eliminar a los demás sino ser mejores vosotros mismos."
(Apología, Platón)

DEATHPROOF

Como su propio nombre indica el "exploit" es un género cinematográfico que busca explotar en sus argumentos una serie de aspectos que, como la violencia o el sexo, están más allá de línea que traza la moral entre lo aceptado y aquello que no lo está. El principal atractivo del exploit es convertirse en correa de transmisión de ese inconfesable alimento para los más salvajes instintos. Así, los argumentos no importan tanto por sí mismos como por el grado en que sirven de vehículo de ese alimento para la mirada hambrienta.

En "Deathproof", Quentin Tarantino se permite hacer un homenaje a las películas de este género y, en concreto, a un tipo específico llamado "muscle cars" que vehiculizaba el sexo y la violencia a través de persecuciones automovilisticas a gran velocidad.

La película consta de dos partes. En la primera de ellas, el cazador -un especialista llamado Mike (Kurt Russell)- persigue y elimina a un grupo de cinco chicas usando su coche como arma homicida. En la segunda, el cazador es cazado por otro grupo de chicas y recibe un, como no podía ser de otra forma, sangriento y violento merecido.

Argumentalmente no hay nada más. Chicas y violencia. Puro exploit. Pero Tarantino añade un plus a esta estructura básica dando lo mejor de sí mismo, que es mucho, a la hora de construir una sucesión de secuencias llenas de monólogos y diálogos brillantes, vacilones y sabrosos que son siempre marca de la casa.

En alguna ocasión ya he escrito que, para mi gusto, el principal talento de Tarantino descansa en la dramaturgia de los diálogos y "Deathproof" es una buena prueba de ello.

Lo que se dice es tan importante como lo que sucede e incluso, a veces, más importante.

"Deathproof" es una sucesión en dos partes de brillantes secuencias basadas en diálogos y monólogos "made in" Tarantino, cada una de las cuales culmina en una no menos brillante secuencia de acción, destacando especialmente la larga y tremenda persecución final en la que el cazador termina resultando cazado.

No creo que Tarantino sea el genio que algunos dicen ser. Su talento es muy limitado, muy local. De algún modo se limita a hacer las películas que ha visto y que le gustaría seguir viendo. Pero carece de reflexión, de distanciamiento... No hay trascendencia en Tarantino, sólo inmediatez. Le importa más bien poco el sentido de la violencia o del sexo que muestra, posicionarse desde un determinado punto de vista que no sea el del simple espectador que unicamente se limita a reproducir y, como máximo, a destilar la esencia del cine que disfruta y admira. Nunca podrá hacer algo parecido a "Grupo Salvaje", pero ésto no quiere decir que no sepa hacer bien lo que sabe hacer... cuando lo hace. Ser un "moviegoer's digest" que sabe hacer diálogos. Y es que, después de cien años de cine, hay tantas películas y tantas imágenes que al espectador le viene bien un intermediario que filtre y consolide, que destile las esencias de los géneros y que los combine, dioses menores en el Olimpo de los creadores.

Y en este sentido, "Deathproof" es Tarantino en estado puro, en su mejor versión, sin conservantes ni aditivos.

Interesante.

domingo, diciembre 06, 2009

THE DIVINE COMEDY

Gin soaked boy


"I'm the genius in the gene
I'm the beauty in the beast..."
















AVATAR

La palabra "avatar" procede del sánscrito y significa "una manifestación de una misma e inalterable mismidad". Esencialmente se emplea en la religión hindú para designar a las diferentes manifestaciones, encarnaciones, de la divinidad, Vishnú, que regresa a la tierra para guiar a la humanidad.

A lo largo de la historia de la humanidad, Vishnú ha adoptado diferentes avatares. Los diez más importantes se denominan Desavatara y se ordenan en orden creciente según la antigüedad. El penúltimo más moderno es Buda y luego, después del décimo la cosa se desmanda y los avatares son innumerables.

Este concepto no debería ser extraño para nosotros puesto que el Jesucristo de nuestra tradición judeo-cristiana no es otra cosa que una versión complicada del concepto de avatar. Inicialmente es el hijo de dios, pero, y a través del concepto de Santisima Trinidad, son una y la misma persona. Es decir, su palabra es la palabra de Dios y todos sabemos, permitaseme la herejía, que un verdadero hijo siempre se define en contra de su padre.

Asimismo, la teoría platónica de las ideas convierte a las cosas tangibles en manifestaciones de las ideas que permanecen intocables y perfectas en algún lugar más allá del espacio y del tiempo. De algún modo, cada cosa es una especie de pequeño avatar que contiene, en una determinada proporción, la esencia que se manifiesta en ella, en su existir.

Y escribo todo ésto porque una cosa es la voluntad del pueblo español de ser soberano y organizarse en democracia y otra muy diferente la plasmación de esa voluntad en la Constitución de 1978 que hoy, 6 de diciembre, volvemos a conmemorar, de un tiempo a esta parte, con renovada desilusión.

Lo realmente válido, lo divino e ideal, es esa voluntad del pueblo español de dotarse a sí mismo de un sentido y un orden.

Lo finito y mutable es la manifestación de esa voluntad aprobada y sancionada un 6 de diciembre de 1978.

Es evidente que las cosas han cambiado. El paso del tiempo está mostrando el desgaste y las costuras de una Constitución que cumplió eficazmente su función y que, a la luz de la historia, y para mi gusto, tuvo un esencial carácter transitorio y contemporizador en un momento complicado de nuestra historia.

Y no me extraña que sean nuestros políticos quienes principalmente se opongan a ese cambio. Por un lado, este avatar de 1978 les ha permitido erigirse en una aristocracia que no ha dudado en forzar los límites de esa constitución una y otra vez, siempre que ha chocado con sus intereses cortoplacistas de permanecer en el poder y por otro ese reto, el de encarnar verdaderamente a la voluntad popular, está por encima claramente de sus posibilidades.

Supongo que es mucho más fácil mantener la constitución de 1978 como un intocable icono congelado, representativo de la voluntad popular, y generar por debajo de él, poco a poco, un aparato de leyes orgánicas que la contradicen presionando al Tribunal Constitucional u ocupándolo políticamente. Y por supuesto negar esa evidencia cada vez que se ponga de manifiesto recurriendo a la responsabilidad y buscando una sesuda legitimación en una versión reducida y con ilustraciones de "El Principe" de Maquiavelo.

Supongo que es mucho más fácil... para ellos, que para parecerse a Obama se pintan la cara de negro y para ser como Fidel Castro se dejan barba y fingen que fuman un enorme veguero.

Pero si hay algo verdadero por encima de la recurrente mentira de nuestra realidad virtual es la certeza del cambio. El cambio existe. Las sociedades evolucionan. Se mueven. Los regímenes envejecen y mueren, como murieron los dioses griegos. Es ley de vida. Las obras del hombre reciben, al ser creadas, la propia maldición de su creador: la finitud. Pero, y si hay algo que debe morir en último lugar, es la voluntad de los pueblos que sólo desaparece cuando desaparecen estos.

Y el cambio es necesario porque implica la mejora, el haber aprendido de los errores al someter a la prueba del tiempo las decisiones tomadas en el pasado. Es inevitable si esa voluntad es una voluntad libre que reflexiona sobre sus actos y su validez en el tiempo... porque no hay decisiones que duren 100 años y mucho menos en textos tan exhaustivos y largos.

Y no me extraña que nuestros partidos políticos se muestren unánimes -como siempre que se tocan sus intereses como grupo- a la hora de descartar el cambio constitucional.

Después de todo, y por sus acciones y omisiones, ellos empiezan a aparecerse como otro de los errores a corregir en un nuevo y futuro avatar. Porque, y en buena parte, son ellos los responsables de ese desgaste con su total y completa falta de responsabilidad, principalmente expresada en la no existencia de un sentido de estado que les haga pasar de simple político al grado superior de estadista.

Si algo caracteriza a los políticos de la transición con respecto a los actuales es su sentido del estado, su carácter de estadistas, seguramente forzado por las circunstancias pero puesto de manifiesto en el consenso y en una importante capacidad para el pacto basada en la no menos importante capacidad de reconocer aspectos que deben permanecer al margen de la batalla política, zonas de acuerdo y estabilidad que con su verdad tangible generan la legitimidad de un régimen que ahora basa su legitimidad en el desconocimiento, la dejadez y el olvido por parte de la soberanía popular.

Y cada vez que se conmemora la constitución también se recuerda éso, su espíritu dialogante, transversal e integrador. No sólo de palabra. Esencialmente, de facto.















EL TESTAMENTO DE ORFEO

Es difícil explicar el contenido de esta película de Jean Cocteau.

De forma evidente es un viaje por las obsesiones de Cocteau como creador, las tensiones internas que dan lugar a su obra, los temores y las fascinaciones que la producen siempre en relación directa con las propias quimeras que su imaginar creador produce. A través de esos sucesivos encuentros que forman este viaje de Cocteau en busca de sí mismo, el autor entra en una especie de coloquio interior que pone en evidencia su propio e intransferible misterio, matriz ignota e inabarcable de la que surgen las palabras y las imágenes que conectadas las unas con las otras componen la acabada obra.

"El testamento de Orfeo" nos narra la constatación de un misterio que no es otro que el del propio Jean Cocteau como autor.

Sólo hay lugar para las preguntas... y también para fascinantes y bellas imágenes, para inteligentes y hermosas palabras que hacen de "El testamento de Orfeo" un hermoso camino que el espectador sigue sin que le importe demasiado el lugar a donde lleva. Las preguntas se bastan por si solas para interesar. No necesitan de respuestas satisfactorias y convenientes para justificar su existencia. Es suficiente con escuchar y ver el modo en que Cocteau las formula convertido en una suerte de maestro de ceremonias que nos acerca hasta su propio asombro, mostrándonos su dudar con el absoluto convencimiento que da el saber que lo alegórico y lo simbólico es la única herramienta que tenemos para expresar nuestras más profundas verdades. Lanzas arrojadas hacia una colosal oscuridad inmensa.



Imprescindible.




sábado, diciembre 05, 2009

THE DIVINE COMEDY

Tonight we fly...



TRAFALGAR

"Trafalgar" es la novela que abre los "Episodios Nacionales", un conjunto de 46 novelas históricas con la que su autor, Benito Pérez Galdós, pretendió contar de forma dramatizada los principales hitos históricos del siglo XIX español.

Los episodios se dividen en cinco series, la primera de las cuales narra todo lo relacionado con la Guerra de la Independencia y que comienza con la narración de lo sucedido en la importante batalla naval de Trafalgar, que nada tiene que ver con la mencionada guerra, a través de lo que su protagonista, Gabriel Araceli, puede ver y escuchar como testigo de primera mano de la historia.

Con relación al propósito de la primera serie de novelas de los Episodios, "Trafalgar" supone una extraña introducción que sólo sirve para presentarnos a Gabriel Araceli, protagonista de esa serie de novelas, y relatarnos, con maneras de la mejor novela de aventuras, la crónica de la derrota de la flota combinada hispano-francesa.

Y por encima de todo "Trafalgar" es una novela de aventuras que sucede en un trágico paisaje de decadencia que augura como inevitable el resultado final de la batalla. La desastrosa alianza con Francia, el estado de la flota, la resignada y obediente tristeza de los mandos... De todo modo se respira en el aire aventado por las páginas de esta novela la decadencia del barroco español, la tristeza por el irremediable desmoronamiento de una posición hegemónica de España como primera potencia mundial; un irremediable desmoronamiento del cual la propia alianza con Francia es un hito más.

Así, Galdós utiliza la narración de la derrota de Trafalgar para entroncar sus episodios nacionales en el barroco suelo de decadencia que ha venido sucediéndose, y agravándose, durante todo el siglo anterior. Toda esa decadencia culmina con una desastrosa, para los intereses españoles, alianza con la Francia napoleónica que tendrá en la batalla naval de Trafalgar otro momento más. No es casual por tanto que Galdos empiece su serie de novelas históricas allí. Además de ser un atractivo evento histórico, Trafalgar es la perfecta puerta para entrar en el siglo diecinueve español.

Son especialmente memorables los capítulos en que la "Santisima Trinidad", la nave más grande que por aquel entonces surcaba los mares, y que de todo modo encarna en su descomunal tamaño toda la pasada grandeza de la historia de España, es rodeada y asediada hasta la rendición por un número superior de barcos ingleses.

También destacan los pasajes que Galdos dedica a la noche posterior a la batalla, en la que se desencadena una terrible tormenta que convierte a españoles, franceses e ingleses en aliados ante un enemigo superior y que el novelista utiliza, desde su pensar progresista, para minimizar hasta el absurdo la recién sucedida batalla.

Merece la pena leer "Trafalgar"