martes, febrero 15, 2011

TRUE GRIT

En ocasiones veo muertos y también, en cada nueva película de los Hermanos Cohen, empiezo a percibir una cierta velocidad de crucero, una cierta pereza en el ánimo que confía en el virtuosismo técnico y en los mecanismos del guiñol para conseguir llevar la mirada del espectador hasta el final de la película.

"True grit" participa un poco de esa sensación mecánica, como de franquicia y uno tiene la impresión de que la necesidad de "True Grit" tiene que ver con una necesidad casi administrativa de hacer una película. Y una cosa es vivir para el cine y otra muy distinta vivir del cine. Y cuando se vive del cine se hacen películas como "True Grit"... correctas, pero desaprovechadas. Porque el interés por el corazón que encierra la historia no se improvisa. Hay que sentirlo latir entre las líneas del texto y establecer esa conexión que genera la auténtica diferencia entre lo trascendente y lo intrascedente no es puntual ni siquiera depende del propio lector. Simplemente, sucede o no sucede y ese misterioso ritmo no late sincrónico con los ritmos administrativos de quién cada año se ve en la necesidad de hacer una historia

Los hermanos Cohen hace ya tiempo que son una marca, una factoría, que con puntualidad producen. Hace tiempo que no se detienen a escuchar el viento en busca de una historia. No pueden pararse. Mientras ruedan lo que tienen entre manos, ya están pensando en la próxima película... Y seguro que les preocupa el tema de la piratería.

Viven del cine y ese vinculo material les hace desaprovechar las potencialidades del contenido que encierra "True Grit". Se limitan a ilustrar una historia que, con habilidad empieza y termina con un cierto sabor, pero que por en medio no ofrece ningún misterio de intensidad a la mirada.

En ocasiones veo muertos.

Decepcionante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario