jueves, febrero 03, 2011

JAZMINES EN EL PELO

Poco a poco aparecen los discursos que ponen en evidencia nuestra crueldad al contemplar los acontecimientos, la misma y vieja y crueldad de occidente que siempre ha utilizado el resto del mundo en su propio beneficio... y aún no ha dejado de hacerlo, sólo que ahora no sólo lo hace desde lo material sino también desde lo simbólico.

Empezamos a preocuparnos por lo que puede haber detrás, estructurando los motines populares que están sucediendo en algunos países del oriente próximo y medio. Vivimos en un mundo tan profundamente penetrado por los intereses que, primero, no podemos creer que las cosas surjan espontáneamente. Nuestro propio miedo a la verdadera libertad, no a la que nos permite elegir entre Carrefour o Alcampo, nos incapacita para entender y, por contra, nos capacita para sospechar, intuir alargadas sombras que están detrás arrebatando a los individuos capacidades que precisamente generaron el mundo tal y como lo conocemos: quién estaba detrás de la Revolución Francesa o de la Revolución Norteamericana o del Renacimiento.

Se nos olvida que para que algo prenda tiene que tener donde prender. Las ideas no triunfan por si solas. Lo hacen en situaciones que devienen favorables por errores y decadencias de una realidad que es criticada y cuestionada por aquellas. ¿Por qué la revolución socialista solo fue posible en Rusia? ¿Por qué fracasó en Alemania?

Pura proyección.

Se nos olvida también que todo esto empezó porque un frutero tunecino se prendió fuego al chocar contra la violencia arbitraria e injusta que un estado totalitario ejerció contra él cerrándole la única fuente de sustento. A veces, una pequeña chispa es suficiente para que el fuego prenda. Es suficiente si la realidad está empapada de acelerantes como el el paro, la escasez, la inflación; acelerantes de cuya existencia somos directamente responsables nosotros y nuestra crisis financiera basada en la avaricia y el beneficio que ignora las consecuencias.

Se nos olvidan los efectos que esta crisis ha tenido sobre los países menos avanzados, sobre ese resto del mundo que no sube vídeos a youtube o no está pendiente del último gadget de Apple.

Leed esto:

"La Crisis política de Túnez en 2010 y 2011, también conocida como Revolución tunecina o Intifada de Sidi Bouzid, puesto que comenzó en la ciudad de Sidi Bouzid, se inició como una serie de protestas democráticas, con gran presencia de jóvenes, que sentaron un precedente en el mundo árabe y consiguieron derrocar al gobierno autocrático de Ben Ali. Los medios de comunicación han tomado como fecha de inicio el 17 de diciembre de 2010, cuando el joven diplomado informático Mohamed Bouazizi se quemó a lo bonzo para protestar por la acción de la policía que, al confiscarle su puesto callejero de venta de frutas, le había condenado al paro, y continuaron por la reacción de la población con fuertes protestas ante el suceso, así como por el incremento excesivo de los precios en los alimentos básicos, la corrupción, las malas condiciones de vida de los habitantes tunecinos y la falta de oportunidades para superar la crisis económica que sufría el país desde 2008."
(Leer más)

La gente no va quemándose por ahí cuando le cierran el puesto de frutas. Hay una gran desesperación en ese gesto.

¿Por qué no simplificamos las cosas?

¿Por qué no nos imaginamos cada vez que vemos las imágenes de Tunez y Egipto a gente tan desesperada como el frutero tunecino?

Igual nos las creeríamos más y no jugaríamos, desde nuestra aburrida opulencia derrochadora, a ver quién es el más listo pergeñando teorías conspirativas. Y eso que algunas de ellas terminarán siendo verdad, pero simplemente porque se ha creado la oportunidad, un espacio vacío destinado a ser aprovechado por revolucionarios y aventureros.

Pero no lo hacemos. Preferimos el asombro y la sospecha.

No podemos entender que la gente esté harta y salga a las calles o se prenda fuego, seguramente porque es una conducta que ya no concebimos en nosotros cada vez más convertido en ladrillos correctos y formales que se suman al muro de la Torre de Babel que interminablemente se construye en busca del cielo de la imposible satisfacción de todos los deseos.

Tiene que haber una mano invisible, una inteligencia que lo organice todo y olvidamos lo que es una sociedad realmente viva, una sociedad que sale a la calle, que se niega aceptar que las cosas sean de una determinada manera.

Los islamistas no están haciendo otra cosa que frotarse las manos. Somos nosotros, los formales occidentales, quienes les hemos puesto la oportunidad en bandeja de plata.

Porque los motines causados por la escasez han existido siempre, a lo largo de toda la historia de la humanidad. No es necesario que ningún grupo secreto o terrorista los estructure. Y no entiendo como algo tan sencillo y simple no se comprende y se opta por intentar la cuadratura del circulo intentando que esa espontaneidad popular se comporte de acuerdo a lo que nos conviene.

La caja de Pandora está ya abierta y quienes la abrieron tienen ya lo que querían: sus comisiones, indemnizaciones millonarias y piscinas climatizadas. Lo que no podemos pretender es que ademas la gente en Tunez, Egipto o Yemen se muera de hambre sin intentar nada.

No seamos crueles. No les neguemos la capacidad para sentir esa identidad desesperada sin necesidad de ser manipulados y tampoco les neguemos el valor de rebelarse contra esa realidad que les desespera; un valor que, por cierto, nosotros no tenemos.

Quizá arrojarse en brazos de los islamistas con jazmines en pelo sea lo último que en su desesperación les quede.

"David Bohm: Al concentrarnos en este tipo de análisis y dividir constantemente los problemas en distintas áreas especializadas, vamos ignorando el contexto más amplio que da a las cosas su unicidad. De hecho, ese espíritu se está extendiendo ahora más allá de la ciencia, no sólo a la tecnología sino a nuestra visión general de la vida como un todo. Conocer se valora en la actualidad como la posesión de los medios para predecir, controlar y manipular las cosas. Desde Francis Bacon eso ha sido siempre muy importante, pero nunca tan predominante como hoy día.
David Peat: Sí, la ciencia se ha estado desarrollando a ritmo acelerado desde el siglo XIX, y trae con ella un sinfín de cambios tecnológicos. Pero es relativamente reciente el que tanta gente haya comenzado a plantearse si todo este progreso es en realidad beneficioso. Comenzamos a darnos cuenta de que el precio del progreso es cada vez una mayor especialización y fragmentación, hasta el punto de que toda la actividad está perdiendo su significado. Pienso que a la ciencia le ha llegado el momento de detenerse y observar cuidadosamente hacia dónde se dirige."
(Ciencia, orden y creatividad, David Bohm y David Peat)
"En la meditación profunda, la mente permanece totalmente alerta. Además de la percepción asensorial de la realidad, capta también todos los sonidos, imágenes y otras impresiones del entorno, pero no se aferra a las imágenes sensoriales para analizarlas o interpretarlas. No les permite que distraigan su atención. Este estado de consciencia no difiere del estado mental de un guerrero que extremadamente alerta espera un ataque, registrando todo cuanto sucede a su alrededor pero sin permitir que lo distraiga ni un solo instante. El maestro Zen Yasutani Roshi se sirve de esta imagen en su descripción del shikan-taza, la práctica de la meditación Zen:

'Shikan-taza es un elevado estado de consciencia concentrada, en el que no se siente tensión ni prisa, ni por supuesto, pereza. Es la mente de quien se enfrenta a la muerte. Imagina que te ves involucrado en un duelo al estilo de los que tenían lugar antiguamente en Japón. Encaras a tu oponente vigilante, dispuesto y preparado. Si relajases tu vigilancia tan sólo un instante serías instantáneamente segado. Una multitud se agolpa para ver la pelea. Como no eres ciego los ves con el rahillo del ojo, y puesto que no eres sordo. los oyes. Pero ni tan siquiera un momento se ve tu atención atrapada por estas impresiones sensoriales.'

A causa de la similitud existente entre el estado meditativo y el estado mental del guerrero, la imagen del guerrero juega un importante papel en la vida espiritual y cultural de oriente."
(El Tao de la física, Frijot Capra)

"¿Cómo trabajaba usted con los cámaras? Por ejemplo, con Schneidermann?
Bueno, a mí me gusta que las sombras sean negras y la luz del sol blanca. Y me gusta poner algunas sombras en la luz. Hablábamos del asunto y yo decía:
—Aquí mismo, George.
—Está bien, me iré un poco a la derecha —decía él.
—Adelante —le contestaba yo.
Trabajábamos juntos. Nunca he tenido una discusión con un fotógrafo."
(John Ford, Peter Bogdanovich)

miércoles, febrero 02, 2011

"El cine, gracias a las nuevas tecnologías, afortunadamente ya no es el tren eléctrico más caro del mundo, como decía Orson Welles. Otra cosa es que los que quieren hacer cine quizás lo que en realidad quieren es un instante de esplendor en la alfombra roja. Algo pasajero, burbujeante, efímero, banal. Y si me preguntan, muy muy aburrido. Son cosas diferentes y, a menudo, contradictorias... Es nuestro deber saber (o intentarlo al menos) dónde estamos y avanzar, aunque sea a ciegas y con multitud de traspiés, hacia algo que no conocemos aún, pero que nos va a llevar muy lejos de la zona de confort donde estamos instalados. Arriesgar, experimentar, explorar lo desconocido, poner lo mejor de nosotros en lo que hacemos sin tener el ojo puesto en la taquilla, el prestigio o nuestra propia vanidad es el único camino posible que se me ocurre. "
(Si estás muerto, por qué bailas, Isabel Coixet)


martes, febrero 01, 2011

"Las películas de dos rollos se hacían en unos cinco días, seis como mucho. Nos íbamos todos a caballo a los exteriores, rodábamos hasta que oscurecía, y luego acampábamos con sacos de dormir. Nos quedábamos allí hasta que terminábamos la película y luego volvíamos a caballo otra vez."
(John Ford, Peter Bogdanovich)

domingo, enero 30, 2011

SINIESTRO TOTAL

Quiénes somos, de dónde venimos, a dónde vamos?





Maravilloso concierto de los Siniestro en la sala Joy Eslava.
Tras un inicio country rock (el último disco es asi, qué se le va a hacer), que fue de más a menos, llegaron los viejos himnos para recordarnos a todos los que estábamos allí y que pasamos de los 40, ampliamente o no, que todavía somos nuevos.
Y después de todos los peligros que nos acecharon y aun nos acechan como comanches en el Valle de la Muerte, hemos vivido lo suficiente como para llegar esa barra sin saber todavía una maldita respuesta... empezando por las que se plantean en esta inolvidable canción.
¿No es como para estar satisfecho?
Salud a todos!


sábado, enero 29, 2011

BAMBINO

Compasión...



¡Grande!
"Desde cualquier óptica parece una situación absurda y aberrante. Todas las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria las paga el cliente y el banco sale inmaculado gracias a que los ciudadanos responden con todos sus bienes, según la legislación española. Lo que dice la ley -que CIU ha intentado cambiar sin éxito- es que solo el cliente comete errores y paga por ello, pero la entidad (cualquiera que sea, porque la mayoría actúan igual) no tiene ninguna responsabilidad. ¿Alguien puede pensarlo? El oficio de banquero se caracteriza por la prudencia, el conocimiento del mercado y la valoración de los riesgos. Cobran por ello. ¿Se ha actuado correctamente? La negligencia y la codicia son algunas de las razones que explican esta crisis.
El Banco de España alertó de que se estaba calentando el ladrillo desde 2006, pero se quedó ahí. No penalizó los préstamos por el 100% de la tasación, ni los de promotores o hipotecas basura. No cabe duda de que el ciudadano, mayor de edad y responsable de sus actos, debía saber lo que hacía. Pero algo grave ha fallado en el sistema financiero cuando se ha alimentado una burbuja en la que los pisos subían un 100% mientras los sueldos se incrementaban un 25%. Incluso el suelo se revalorizó un 500% entre 1997 y 2007."
(La banca siempre gana, Iñigo Barrón)

Interesante artículo.
Se incide mucho sobre la responsabilidad del individuo que firma la hipoteca y es cierto. Es responsable porque firma. Nadie le obliga... ¿O si?
La base ideológica de nuestras democracias occidentales tiene en el concepto de individuo una de sus bases. El individuo que reflexiona, que decide, que juzga, que valora, que decide la mejor opción para maximizar sus beneficios. El individuo que se organiza en una sociedad civil, que genera la opinión pública...
Y quizá en ningún momento como ahora el verdadero individuo ha estado más lejos de ese concepto que, sin embargo, es uno de los pilares de nuestra sociedad.
El debate sobre esa responsabilidad es capital para analizar los males de nuestro tiempo. La distancia entre deber ser y ser nunca ha sido tanta, especialmente es enorme la distancia que separa al individuo conceptual sobre el que se basa nuestro ordenamientos jurídico, económico y político del individuo real.
¿Y si descubriéramos que los individuos están perdiendo la capacidad para la responsabilidad individual?
Sería interesante investigar por qué las personas firmaron esas hipotecas, las razones o sin razones que les llevaron a hacerlo.
Estoy convencido de que esos resultados nos ofrecerían un retrato nada halagüeño de esta sociedad en la que vivimos que está encantada de conocerse, que vive ahogada en la imagen deformada que tiene de sí misma.
Estoy seguro de que casi siempre fueron sinrazones.

¿Dónde está ese individuo del que se habla?
Yo no lo veo.
Sólo veo masa.
HIGH



"Lo trágico es que no sabemos ser realmente libres: exigimos una libertad que va en detrimento de los demás y no estamos dispuestos a prescindir de algo nuestro en bien de los demás, viendo en ello una disminución de nuestros derechos y libertades personales. A todos nosotros nos caracteriza hoy un egoísmo francamente increíble. Pero ahí no está la libertad. Libertad significa aprender por fin a no exigir nada de la vida o de los demás hombres, sino sólo de nosotros. Libertad: sacrificio hecho en nombre del amor.
Que no se me entienda mal: estoy hablando de la libertad en el más alto sentido ético del término. No estoy queriendo polemizar contra los indiscutibles valores que caracterizan a las democracias occidentales. Pero también bajo las condiciones de esas democracias surge el problema de la falta de espiritualidad y de la soledad de los hombres. A mi me da la impresión de que en la lucha por las, sin duda, importantes libertades políticas, el hombre moderno ha olvidado aquella libertad de que disponían los hombres de todos los tiempos: la libertad de ofrecerse en sacrificio, de darse a sí mismo a su época y a su sociedad"
(Esculpir en el tiempo, Andrei Tarkovski)
LOS LÍMITES DEL CONTROL

Si algo tiene esta última película de Jim Marmusch es que pone a prueba al espectador.

"The limits of control" me recuerda a aquellas películas-idea que "perpetraban" cineastas como Robbe- Grillet o Resnais. No hay argumento. No hay historia. O si existe, sólo es un débil y tenue soporte para el despliegue y expresión de una idea que el director propone a quién quiera escucharla.

La película comienza en un aeropuerto. Dos personas hablan a un hombre que les escucha silencioso, hierático. Le plantean una serie de conceptos que parecen entrecomillados de algún ensayo filosófico y semiótico antes de proponerle un encargo. El hombre callado aceptará la misión y viajará a lo largo de una serie de secuencias que presentarán la misma estructura vista en el aeropuerto. Será una viaje líneal pero cíclico que le llevará desde la civilización parisina a una extraña casa perdida en el desierto de Almería donde le espera el objetivo de la misión.

A lo largo de ese viaje imágenes, palabras y situaciones irán repitiéndose una y otra vez ante la presencia estólida y pétrea del protagonista que parece ajeno a esa extraña y surrealista locura, como encerrado en los límites de su propio control, sin preguntarse ni plantearse nada, sin sentir duda o asombro, convertido en una especie de máquina humana orientada a la consecución de la misión que le ha sido asignada.

Y en este sentido la película parece descifrarse en esa contraposición. Aunque repetido de manera cíclica, el misterio rodea al protagonista a quién parece no importarle, limitándose a jugar el papel asignado en una suerte de coreografía intelectual cuyo sentido parece escapar no sólo al espectador sino a aquellos que participan en el juego quienes parecen formar parte de una realidad enteramente arbitraria, inmotivada.

No en vano uno de los conceptos que se repiten como un mantra a lo largo de la historia es precisamente la caracterización como arbitraria de esa realidad. Idea que para mi es clave puesto que quizá el secreto de la propuesta que Jim Jarmusch presenta con su difícil "The limits of control" radique ahí. En una puesta por obra de la idea del cine como arte que, por su directa relación con la inmediatez física e irracional de las imágenes, es capaz de generar realidad en mayor medida que otros como la literatura, que descansan en la racionalidad simbólica de las palabras.

Quizá "The limits of control" nos muestre precisamente éso: una realidad arbitraria de la que es amo y señor Jim Jarmusch, su creador; una realidad que se muestra al espectador sin tenerle en cuenta, en los términos, medida y forma en que su autor considera que debe mostrarse y trasladando los límites de ese control a la mirada que contempla.

Difícil, casi imposible.



FANTASMA

ANGELUS

viernes, enero 28, 2011

TRAILERS

Beginners...



Tiene buena pinta...
"Precisamente por esa competencia con el cine comercial, el director tiene una especial responsabilidad frente a los espectadores. Pues, por los efectos específicos del cine (esa identificación de cine y vida), la más absurda película comercial puede ejercer sobre un público ingenuo y burdo el mismo efecto mágico que el verdadero arte ejerce sobre un espectador exigente. La diferencia fundamental, trágica, reside en el hecho de que una película artística representa despierta en su público emociones y pensamientos, mientras que el cine de masas -con ese efecto suyo especialmente adormecedor e irresistible- apaga todos los demás reflexiones y sentimientos de su público de forma definitiva e irrecuperable. Aquellas personas que no sienten ninguna necesidad de nada bello, espiritual, utilizan el cine como una botella de Coca-Cola."
(Esculpir en el tiempo, Andrei Tarkovski)

jueves, enero 27, 2011

HEREAFTER

¿Cómo podría describir en pocas palabras la impresión que me ha causado esta última película del maestro Eastwood?

Muy fácil... En el segundo siguiente me estaba llevando las manos a la cabeza... Y ¿por qué? Pues también muy fácil. Porque, y siempre para mi gusto, "Hereafter" es una de las mejores películas que Eastwood haya rodado nunca. No está a la altura de "Sin perdón" o de "Byrd", pero está muy, muy cerca.

En apariencia, "Hereafter" es una película que indaga sobre el tema de la vida después de la muerte. La película engarza tres historias en las que sus protagonistas tienen una relación muy intima con la muerte: una periodista francesa (una preciosa Cécil de France) que permanece muerta durante unos segundos, un medium (Matt Damon) que no está muy contento de serlo y un niño que pierde a su hermano gemelo, interpretados indistintamente por los hermanos Frank y George McLaren. Estas historias terminarán confluyendo en un hermoso y emocionante final que además tiene a los libros como punto de encuentro.

No se por dónde empezar. Me gusta todo en "Hereafter". Tras el ligero traspies que supuso "Invictus", una película no demasiado conseguida, el maestro ha vuelto por sus fueros con una de esas historias que le gustan: suaves, cálidas, intimistas... Porque, y aunque la historia empieza de manera espectacular, con la recreación del tsunami que asoló las playas de las indias orientales, "Hereafter" pronto se muestra como lo que es: una historia sobre la muerte, el modo en que nos enfrentamos a ella, pero también sobre la vida, sobre el modo en que la vivimos. Y es que vida y muerte son dos caras de la misma moneda, algo que queda bien patente a lo largo de la película.

Y retomando el tema del post anterior sobre John Ford, no me cabe la menor duda de que cuando a Eastwood se le califica como legítimo heredero de una forma clásica de entender el cine se tiene siempre en mente no sólo los aspectos estilísticos, su capacidad para la composición de los planos siempre de la forma más eficaz y simple o su talento para situar la cámara donde más precisa se hace, sino también los aspectos de contenido. Porque si algo es Eastwood es un cineasta que busca, como el maestro Ford, producir realidades intensas y emocionantes. Siempre que pueden los personajes de Eastwood se expresan sin palabras o actuando y el director está ahí para filmar la verdad dimanando pura, arrolladora de sus rostros absolutamente penetrables.

Me atrevo a decir que es imposible no emocionarse viendo "Hereafter"... si la película hubiese durado media hora más, el que les escribe se hubiera deshidratado por unos ojos que se la habían convertido en venas abiertas. Una nueva entrada más en mi secreta lista de imposible muertes poéticas.

Y por encima de todo "Hereafter" nos habla de la vida, porque si algo debemos aprender de la muerte es la necesidad de la vida para que aquella sea comprendida. Necesitamos aprender a morir, porque en realidad también necesitamos algo que creemos saber: aprender a vivir.

Y en este sentido los tres protagonistas de la película descubren una vida distinta, mejor, al final de su preocupación por la muerte.

Ojalá Eastwood disfrute de tiempo para seguir haciendo películas, ojalá que como Manoel de Oliveira pueda seguir haciendo películas como ésta hasta los cien años y más allá.

El cine como algo para amar seguirá vivo.

Imprescindible.




PRINT THE LEGEND. LA VIDA Y ÉPOCA DE JOHN FORD

Es curioso.

La lectura del libro "Esculpir en el tiempo" del cineasta ruso Andrei Tarkovski me da el pie para escribir sobre esta extensa y muy interesante biografía de John Ford, uno de los grandes directores de la historia del cine.

Para Tarkovski, "el cine es una realidad emocional y. como tal, el espectador la percibe como una segunda realidad". Y si algo queda claro de la lectura de este libro es que la fuerza del arte de Ford radica precisamente en su capacidad para, constantemente, generar una realidad que por encima de todo es emocional, que prefiere dirigirse a los corazones de los espectadores antes que a las mentes.

Si hay algo que Ford consigue presentar en todas sus películas es una realidad, otra realidad, que consigue emocionar precisamente por el valor de verdad que encierran las imágenes que se presentan.

En este sentido, resulta muy llamativa una anécdota del rodaje de "El Gran Combate" (1964), película en la que un Ford ya decadente entra en contacto con toda una nueva generación de actores procedentes del Actor's Studio (Karl Marlden, Carroll Baker o Sal Mineo), obsesionados con el trabajo y la preparación de los personajes. Sal Mineo interpretaba al impulsivo hijo de un jefe indio y debía enfadarse, saltar a un caballo y marcharse. Ford ordena rodar y Mineo hace lo que se le pide... pero en un momento determinado tropieza. Sucede la escena, Ford ordena cortar y Mineo le pide al director repetir la escena porque ha tropezado. Ford le mira y le dice, con su peculiar humor agresivo y desábrido, que podrá repetir la escena cuantas veces quiera, pero sin película. Mineo no lo entiende y Ford se explica. Le dice que su personaje acababa de tener un enfrentamiento con su padre, estaba tenso y nervioso y ese tropiezo entraba dentro de la situación perfectamente. La toma se quedaría tal y como está.

Ford trabajaba siempre con las primeras tomas. Consideraba que el actor se enfrentaba con más frescura y verdad a ellas y, en este sentido, hacía lo que fuese preciso, incluso torturarles psicológicamente, para que las primeras tomas valieran. No se podía trabajar con Ford si uno no resolvía en las primeras tomas y él siempre se encargaba de dejarlo claro.

Otra factor importante eran los hallazgos que sucedían durante el rodaje.

En la secuencia de la pelea final de "El Hombre tranquilo", y mientras rodaban los planos donde Jon Wayne arrastraba a Maureen O'Hara por los verdes prados irlandeses reparó en una bandada de pájaros posada sobre uno de ellos. Enseguida lo incorporó, cambió el ritmo de rodaje para hacer pasar a Wayney el resto de actores y figurantes por entre los pájaros haciéndoles volar.

Ford siempre estaba tenso y atento y exigía que todo su equipo estuviese en ese mismo estado, bien por lo civil, bien por lo penal (tensando el ambiente con ataques verbales); parecía tener muy claro lo delicado de su trabajo: destilar esa verdad emocional que se escondía entre las páginas del guión componiendo imágenes que apuntaran siempre hacia el lugar donde aquella se esconde.

Y en este sentido, Ford era puro cine, porque esa verdad brilla a través de las imágenes, en los gestos, rostros y miradas de los actores, en esa bandada de pájaros que levanta el vuelo espantada convirtiéndose en metáfora de la ira de Wayne.

Su cine es para mirar, para escuchar con los ojos y ver esa emocionante realidad que Ford quiere mostrarnos, una realidad que además siempre tiene que ver con el ser humano, sus limitaciones, el modo en que este ser relaciona con ellas y el modo en que las lleva consigo para relacionarse con los demás.

Ford no era amigo de las palabras y por eso se esforzaba en componer unas imágenes que hablan por sí mismas, donde se suceden los silencios más expresivos que nunca he visto, quizá porque tenía muy presente que lo verdaderamente esencial en los acontecimientos de la vida casi siempre es inefable aunque siempre esté ahí, presente, para el que quiera y/o pueda verlo.

Por eso me gusta el cine, porque las palabras están sobrevaloradas y a muchos lugares no alcanzan.

Merece la pena leer este libro.

















¡Quiero ser nórdico!

"Se trata de Islandia, donde se hizo dimitir a un gobierno al completo, se nacionalizaron los principales bancos, se decidió no pagar la deuda que estos han creado con Gran Bretaña y Holanda a causa de su execrable política financiera y se acaba de crear una asamblea popular para reescribir su constitución."
(La revolución silenciada)

Y algún banquero fue a la cárcel además... Nosotros, claro, no podemos hacer lo mismo porque aquí todo es más complejo y más grande y más difícil y etc, etc, etc
Cualquier cosa menos plantearnos ser más simples, menos grandes, más sencillos...

miércoles, enero 26, 2011

LA DANZA DE LA REALIDAD

Encuentro fascinante leer sobre los últimos descubrimientos de la Física. Por increíble que parezca realidad y ficción parecen entremezclarse para producir una visión compleja basada en la probabilidad en la que en absoluto las cosas son lo que parecen.

Y lo mejor de todo ya no son los clásicos asombros acerca de la incertidumbre, la función de onda, el hecho de que de la nada pueda siempre surgir algo sino asombros más especiales e intensos. Especialmente los que tienen que ver con la teoría del Bootstrap y el Teorema de Bell, asombros que surgen de planteamientos que hablan de una instancia oculta, generadora de la realidad tal y como intentamos conocerla en algún lugar que se encuentra más allá de las determinaciones espacio-temporales que definen esa creación.

Simplemente está ahí, envolviendo y fundándolo todo, transparentándose a nuestra intuición cuando la deducción hace ya tiempo que no sirve, convertida en una sombra que sólo podemos rozar cuando en la observación experimental estallan como añicos arrancados a su estructura invisible las partículas subatómicas.

En realidad, toda la física cuántica es una suerte de pregunta lanzada contra ese misterio que se intuye insondable y misterioso, un misterio que, por increíble y contradictorio que parezca, necesita de lo espiritual para ser sentido porque lo racional se agota en la inagotable cantidad de mil y un experimentos.

Y ningún libro como "La danza de los maestros" muestra el viaje que ha llevado al ser humano desde las más completas certezas hasta las más oceánicas incertidumbres ante cuyo misterio la razón se agota, revelando algo que la modernidad ha olvidado: el papel que lo espiritual tiene como fuente de conocimiento.

Si hay algo que se deduce de forma evidente del esfuerzo por conocer llevado a cabo por las vanguardias de la física es un increíble agotamiento de la razón ante la arrasadora intuición de la existencia de un algo inefable que la sobrepasa y que parece inalcanzable desde el detalle, desde el sísifico proceso de descomposición que supone lo analítico.

Cuanto más se indaga sobre la estructura de la realidad, lo espiritual y lo sintético se muestran más y más necesarios y relevantes, una espiritualidad laica que intuye un todo compuesto por la interconexión de todo lo existente.

Imprescindible.