lunes, octubre 24, 2011

MARC COHN

Silver Thunderbird...




"Sólo los seres humanos han llegado a un punto donde ya no saben por qué existen. No emplean el cerebro y han olvidado el conocimiento secreto del cuerpo, de los sentidos y de los sueños. No utilizan el conocimiento que el espíritu ha puesto en cada uno de ellos; ni siquiera son conscientes de ello y por eso avanzan a trompicones por el camino de la nada: una carretera pavimentada que ellos mismos nivelan y alisan para
llegar más deprisa al gran agujero vacío que encontrarán al final, esperando para tragárselos. Es una autopista rápida y cómoda, pero yo sé adónde conduce. Lo he visto. He estado allí en mi visión y tiemblo al pensarlo."
CIERVO COJO, chamán lakota
DESENTERRAR EL SOL

El colectivo de teatro social "Los últimos" inauguraba refugio en las mil y una calles del madrileño barrio de Usera y presentaba también un nuevo espectáculo, "Desenterrar el sol", con la prostitución en el punto de mira.

Me gustó mucho su apuesta por la voz y la danza para expresar tensiones que tienen que ver con algo tan físico como el propio cuerpo que es lo que se compra y vende en esta clase de transacciones.. Con la danza el cuerpo llega a lugares que la voz no alcanza y expresa directamente mensajes más directos y totales, menos racionales y más emocionales.

Una buena idea desarrollada con acierto.

Por otro lado, también encontré muy interesante el énfasis que el espectáculo pone en el endeudamiento como causa principal de la situación de explotación que viven esas mujeres convirtiendo la prostitución en una especie de metáfora de los modos y maneras mediante los que el sistema se apodera de las personas y las convierte en piezas funcionales de su maquinaria.

La ballena blanca de las deudas es la que nunca puede ser satisfecha del todo.

Buen espectáculo que demuestra que los medios no son tan importantes cuando hay ideas y verdad de por medio.



domingo, octubre 23, 2011

INOLVIDABLE

Mr. Lonely...



THE CONSPIRATOR

La última película de Robert Redford como director es un drama histórico de corte clásico.

"The Conspirator" cuenta la infructuosa defensa que Frederick Aitken, abogado y fundador de "The Washington Post", llevó a cabo de su defendida, Mary Surratt en el juicio que encausaba a los conspiradores del asesinato de Lincoln.

Mary Surratt, interpretada con talento por una espléndida Robin Wright, regentaba la pensión donde se reunieron los conspiradores, entre los que se encontraba su propio hijo, John. Una vez consumado el magnicidio, Surratt fue detenida, juzgada, declarada culpable y condenada a muerte por ahorcamiento convirtiéndose en la primera mujer ejecutada en los Estados Unidos.

La película cuenta los esfuerzos de Aitken por proteger a su detenido de lo que parece ser más un linchamiento que un acto de justicia.

Recién terminada la Guerra Civil, el juicio por el asesinato de Lincoln se convierte en un medio por el que la razón de Estado decide formularse expresando mediante un castigo ejemplar su firme voluntad de imponerse a todos aquellos confederados que aún no acepta la derrota.

Incriminada por pruebas circunstanciales, Surratt es presentada por Redford como una víctima de la razón de estado. No obstante, y para el director norteamericano que acredita toda una vida de lucha por los derechos civiles que le ha convertido en un demócrata prototípico, la principal víctima es el estado de derecho, la separación de poderes y, finalmente, la propia constitución que los reconoce y ampara.

Y aquí es donde reside el principal interés de una película contada con corrección y oficio, en el discurso crítico que se vierte sobre el discurso ideológico que fundamenta el sentido de las democracias modernas.

Es fácil ser demócrata cuando todo el mundo está de acuerdo, cuando el debate se produce dentro de los límites del campo de juego que todos jugamos, pero qué sucede cuando ese discurso de planteamientos globales y universales es puesto a prueba por la particularidad molesta de la verdadera diferencia, por los heterodoxos que conspiran contra ella como interfaz ideológica de una realidad política y administrativa.

Ese es el momento en que esos ideales deben ser puestos en práctica, en que ese derecho a juicio justo que se pretende universal suceda realmente y la civilización se imponga al mundo bestial del linchamiento en el que las voluntades luchan y se imponen unas sobre otras amparadas en su mayor o menor fuerza, impulsadas por sus propios intereses y necesidades.

Y en este sentido, se lee entre líneas a lo largo de "The conspirator" la puesta por obra de una verdad, la de la existencia de ese oscuro mundo de intereses oculto tras el cielo azul de un relato que establece un orden y una seguridad para tranquilidad de sus administrados, un orden y una seguridad que de nada valen cuando al otro lado de la balanza pesan los intereses creados de los que verdaderamente pueden perseguirlos y respaldarlos.

El verdadero poder se hace visible por un instante, convertido en razón de estado o en impunidad legal, agrandando la figura de auténticos héroes civiles como Frederick Aitken cuya principal heroicidad consiste en llevar hasta el extremo la mitología democrática de la igualdad y seguridad jurídica, hasta un extremo donde se abre ese abismo negro donde reinan los que verdaderamente pueden.

Por unos momentos brilla aterradora la oscuridad, pero enseguida, y del mismo modo en que se cierra una herida, vuelve la tranquila visión de ese cielo azul que nos cobija.

Y bajo su luz dulce brillan como atractivos espejismos de palacios dorados las cadenas que cada día nos atrapan.

Interesante.

sábado, octubre 22, 2011

EL TURISTA ACCIDENTAL


Gustave Flaubert escribió en una de las cartas que envió a su amante Louise Colet que Madame Bovary era él.

Sintiendo la contradicción entre su vida oficial y la oculta que vivía con su amante, el sentir del genial escritor francés no podía albergar un sentimiento distinto de esa contradicción eterna entre lo arriesgado y lo prudente, la comodidad del hogar y la arriesgada persecución del taimado horizonte.

Y en este sentido, y con independencia de los aspectos estrictamente femeninos que acentúan el drama del personaje, todos somos en algún momento de nuestras vidas Madame Bovary.

En algún momento el mundo se nos vuelve áspero haciéndonos notar un "pequeño" inconveniente: lo que nos gusta y lo que necesitamos, a veces, superpuestos,  no coinciden.

Esta dialéctica dramática que aparece en el romanticismo, cuando el sentimiento toma carta de naturaleza frente al cálculo racional en las relaciones sociales y personales ha perdurado hasta nuestros días manifestándose en las modalidades artísticas de expresión correspondientes a cada momento histórico.

Y por lo que respecta al cine, "El turista accidental" es una buena muestra de la enésima repetición de ese relato mítico que funda el yo romántico sobre el que se asienta buena parte de nuestra cultura.

Macon Leary se gana la vida escribiendo guías para ayudar a todos aquellos que prefiriendo el calor del hogar han de vérselas con el taimado horizonte. Guías de viaje para aquellos que no quieren viajar y desde el momento de la partida ya están pensando en volver... Y puede hacerlo porque es precisamente experto en no ir a ninguna parte.

Lo adocenado de su expresión y, por extensión, de su estar en general, magníficamente encarnados en el rostro de William Hurt, son expresión metonímica de su propia vida, circunstancia agravada por el drama de la muerte de su hijo pequeño, que ha tenido el devastador efecto de convertir ese aburrimiento vital en tristeza y depresión.

Pero, y hasta el momento, no hay drama.

Sólo el aburrido mecanismo de una vida basada en la meticulosa repetición de lo familiar, que se circunscribe al quimérico contenido de una maleta sentimental que Leary porta desde que se levanta hasta que se acuesta, una maleta tan medida como la que lleva a todos y cada uno de sus viajes.

El drama aparecerá cuando en la vida de Leary se cruce Muriel (Geena Davis) y encontrará su razón de existir en los sentimientos que poco a poco, como brotes verdes zapateriles, el protagonista irá descubriendo no sin cierta sorpresa.

Será Muriel quién provoque la tensión con su demanda de un amor que, por muchas razones, resulta imposible ya que, en apariencia, el espectador puede ver que hay un millón de circunstancias que les separan. Y este aspecto es uno de los principales puentes fuertes de la película. La acertada descripción de dos entornos de vida, de dos modos de ser absolutamente contrapuestos que sin embargo, y por esas cosas que tiene la vida, coinciden en un momento determinado del espacio y el tiempo. En este sentido destaca especialmente el ambiente aséptico y administrativo, casi eduardiano de los "tranquilos" hermanos de Leary.

Y Leary también será Bovary teniendo que tomar una decisión entre lo que en cada momento cree necesitar y lo que en cada momento cree querer.

¿Qué decidirá?

Brillante.

viernes, octubre 21, 2011

LENINGRAD COWBOYS

Eloise...



martes, octubre 18, 2011

EDDIE HARRIS

I don't want nobody




Some sweet & (a bit of) experimental symphonic soul music!

lunes, octubre 17, 2011

FOUR LIONS

Está claro que Chris Morris, el autor de esta locura kamikaze, no comparte la definición de humor de Woody Allen.

Mientras que para el director neoyorquino, convertido ya en una factoría cinematográfica que no hace otra cosa que replicar con mayor o menor talento la propia marca, el humor es el sencillo resultado de la suma de una tragedia y el paso del tiempo, para Chris Morris no es necesario que pase el tiempo... Es suficiente con la tragedia por que "Four lions" es una increíble, por divertida, sátira vitriólica sobre el terrorismo islámico suicida.

Nos cuenta la historia de cuatro musulmanes británicos dispuestos a hacer lo posible y lo imposible por inmolarse en una guerra santa cuyo principal enemigo es la propia estupidez e incompetencia de los protagonistas.

Las situaciones en su mayor parte hilarantes consiguen que la historia se sitúe equidistante entre el humor negro y el absurdo, presentando un retrato fascinante de unos "hooligans" del islamismo.

Un salvaje grupo de tarados que en un momento desgraciado de su vida decidieron ser islamistas en lugar de hacerse supporters del Manchester United y cuya inmensa estupidez les llevará finalmente a convertirse en esa amenaza que durante toda la historia de una manera infructuosamente divertida se han propuesto ser.

Brillante.

domingo, octubre 16, 2011

LA NOCHE DEL URO


Ni siquiera llega a la condición de obra incompleta.

“La noche del Uro” es poco más que una carpeta llena de notas, recortes, cartas, bocetos y ocho capítulos que se corresponden con la infancia de Grieben, el protagonista. Una carpeta en la que Dalton Trumbo fue acumulando mimbres de lo que siempre pretendió fuera la más ambiciosa de sus obras.

Hurgando en la carpeta se descubren cartas que tienen párrafos donde el autor presiente la importancia del texto cuyas sombras se le escapan de entre las manos, mientras continúa con el día a día de su existencia como escritor de guiones para el cine.

Casi dos décadas hasta su muerte acaecida en 1976 estuvo Trumbo viviendo la imposible persecución de ese texto.

Como escritor de películas Trumbo gozó de un reconocido prestigio en su tiempo hasta la llegada del macartismo. Entonces Trumbo fue represaliado  e incluso llegó a pasar un año en la cárcel. Su carrera se vió afectada tuviéndo que firmar guiones con seudónimo y necesitando de ayuda de amigos de verdad como Otto Preminger que decidieron contar con su talento sin tener en cuenta las posibles consecuencias.

Esta circunstancia dramática le redujo a niveles casi de supervivencia, lo que perjudicó su continuidad como escritor para tareas que no fueran más allá de la necesidad de escribir para vivir. Aspecto que confiesa a amigos editores en alguna de esas cartas que se caen de la carpeta y que, Trumbo también reconoce, afectó a la escritura de  “La noche del Uro”.

¡Áspero mundo!

No obstante, "La noche del Uro" también fue un proyecto que exigió de él, como víctima que fue, un gran esfuerzo. Trumbo también verbaliza en sus cartas y notas las constantes dudas que le generaba el texto al exigirle ver las cosas desde la mirada sin remordimientos del verdugo.

En cualquier caso, "La noche del Uro"  fue un proyecto obsesivo que llenó los tiempos muertos entre película y película y, posteriormente entre enfermedad y enfermedad, convertido en un inmenso e interminable crucigrama, al que Trumbo dedicaba el poco tiempo libre del que fue disponiendo en una especie de relación de amor-odio que el escritor sentía hacia el texto, su personaje y la necesidad que sentía de contar la historia de una manera que se le antojaba imprescindible para comprender y comprendernos. Prueba de ello es el hecho curioso de que el Grieben, el protagonista, padezca y muera de la misma enfermedad que terminó acabando con la vida de Trumbo, como si las identidades de autor y protagonista terminarán confundidas a fuerza de pensarse juntas en el tiempo.

“La noche del Uro” es una obra ambiciosa cuyo tema se desplaza sobre el peligroso filo de la navaja moral.

Cuenta la historia de un monstruo cuyo nombre es Grieben, asesino de judíos y carcelero en Auschwitz, buscando presentarle precisamente no como un loco o una bestia sino como un ser humano que, desde el mal, tiene también sus razones.

En alguna de las cartas, Trumbo muestra su incomodidad con el hecho de considerar como locos y bestias a esos asesinos, renunciando a asomarse al oscuro abismo de esa naturaleza humana que es capaz de lo mejor pero también de lo peor. Para Trumbo negarles la humanidad es lo fácil, lo difícil es aceptar el lado oscuro de nuestra naturaleza que necesariamente implica la existencia en todos y cada uno de nosotros la posibilidad de convertirnos en un monstruo para otros.

Lo difícil como escribió Jung es aceptar nuestra sombra. 

Y es una lástima que Trumbo no consiguiera terminar una historia que aborda un asunto tan complicado como esencial, una historia cuya lectura quizá hubiera aportado más información para ayudarnos a todos a entender el convulso y violento siglo XX de las utopías, cuya última etapa, la del neoconservadurismo, estamos viviendo.

En cualquier caso, y desde una lectura fragmentaria, merece la pena enfrentarse a  “La Noche del Uro”. Un texto duro, sin concesiones, en el que brilla la luz negra de Grieben, abandonado a sus deseos, pensamientos y emociones con la heterodoxa naturalidad de un salvaje. Un texto difícil de olvidar una vez se ha probado su veneno y en el que se puede intuir el confuso sonar de los perdidos pasos de una gran obra.


sábado, octubre 15, 2011

EL ILUSIONISTA

Tiene bastante de culminación y cierre dentro de la obra de Tati esta historia alegremente triste que el francés Sylvain Chomet ha llevado a la pantalla.

A veces hay proyectos, ideas, que acompañan a sus creadores durante toda su vida, protagonizando los momentos entre proyecto y proyecto, apareciéndose dentro de los mismos proyectos, como uno de esos amores malditos e imposibles de los que hablan las novelas, sin poder encontrar el momento y la oportunidad para realizarse.

Nacido como artista en el ya desaparecido "music hall" y habiendo asistido a su desaparición durante la segunda mitad del siglo pasado, a su reemplazo por modos de entretenimiento más acordes con las necesidades e intereses de los tiempos, "El ilusionista" fue un proyecto que acompañó a Tati durante bastantes años de los últimos de su vida.

El protagonista es un mago, un artista del music hall que busca donde actuar en una forma de entretenimiento que agoniza. Ese continuo vagar cada vez más extremo le conducirá a un perdido pueblo de Escocia donde conocerá a una niña que creerá a pies juntillas la magia que el mago representa, convirtiéndose en su mejor y más fiel espectadora cuando precisamente son los espectadores lo que escasea.

Entre ellos se establecerá una hermosa relación paterno filial basada en la necesidad que ambos tienen de la magia.

Jacques Tati creó y encarnó a Monsieur Hulot, un personaje estirado y curioso que a lo largo de toda la filmografía del creador y cómico francés se desplaza por la pantalla en constante conflicto con el nuevo mundo moderno y tecnológico de la postguerra mundial.

Seguramente, el enfrentamiento que el protagonista de "Mon oncle" tiene con la moderna y avant garde casa de sus hijos resuma un poco ese eterno conflicto de Hulot con las cosas que parecen pasar de elementos constitutivos del entorno a verdaderos protagonistas, como así sucede en la dialéctica de la sociedad de consumo y el propio Tati presenta también en la absurdamente taylorista organización de la fábrica de coches en "Trafic"

En "El Ilusionista" esas cosas parecen vencer al dibujo que miméticamente representa al milímetro al propio Tati en un prodigio de encarnación o, mejor dicho, "endibujación".

Porque no es que pase el tiempo y el mago y su número hayan envejecido, sino que además se han vuelto obsoletos.

No es que los tiempos les hayan superado... mucho peor, es que ya no los necesitan.

Y en este sentido "El ilusionista" se convierte en un melancólico relato triste sobre la aceptación de un destino que llega impuesto desde fuera, un destino que es aceptado con el protagonista con la misma naturalidad y profesionalidad con que es aplaudido o abucheado por su público.

Seguramente porque ese "no servir" que la obsolescencia implica no supone un "no valer" o un "no ser" para el personaje quién, a diferencia de otros que terminan perdidos en la primaveral Edimburgo donde sucede casi toda la película, parece tener siempre un lugar al que volver, ese lugar sin límites que es el seguir más adelante en el camino.

Extraordinaria.


viernes, octubre 14, 2011

"En una de sus muchas conferencias dirigidas a empresarios iraquíes, Michael Fleischer explicó que los negocios protegidos nunca llegan a ser competitivos. Parecía olvidar la ironía de que Halliburton, Bechtel, Parsons, KPMG, RTI, Blackwater y el resto de empresas estadounidenses que estaban en Irak para aprovecharse de la reconstrucción formaban parte de un enorme chanchullo proteccionista y que el gobierno de los Estados Unidos había creado sus mercados con una guerra, había impedido toda posibilidad de participación a sus competidores para pagarles después por hacer el trabajo al tiempo que les garantizaba los beneficios. Y todo a costa del contribuyente. La cruzada de la Escuela de Chicago había alcanzado la cima. Fue una forma de privatización más sencilla y reducida al mínimo: ni siquiera fue muy necesario transferir activos muy grandes, solo dejaron que las empresas se atiborrasen con las arcas del Estado. Ni inversiones ni responsabilidad: sólo beneficios astronómicos."
(La doctrina del shock, Naomi Klein)

jueves, octubre 13, 2011

DAVID RUFFIN

My whole world ended...




Sweet soul music....

miércoles, octubre 12, 2011

"De noche duermo
abrazado a las sombras estivales
de mi vida"
(Poemas japoneses a la muerte, Yoel Hoffmann)

lunes, octubre 10, 2011

TEMPLARIO

Las enemistades entre conquistadores normandos y conquistados sajones en Inglaterra que tanto juego han dado a la literatura romántica con personajes como "Ivanhoe" o "Robin Hood" culminan con la Carta Magna.

En un momento de debilidad y derrota, el rey Juan Sin Tierra se ve obligado a aceptar esta carta como demanda de los nobles y comerciantes sajones que durante lustros había sido explotados con desconsideradas decisiones del monarca absoluto.

En la Carta Magna el rey por la gracia de Dios se ve sometido y controlado por la voluntad de los hombres, comprometiéndose por escrito y en documento legal a no realizar más comportamientos abusivos, no pudiendo imponer ningún impuesto sin el consentimiento de quienes deben sufragarlo ni tampoco enviar a ningún hombre libre a ninguna cárcel sin seguir los procedimientos habituales de justicia.

La Carta Magna es un antecedente de sistemas políticos más modernos y no es el único. Hay unos cuantos a lo largo de la Baja Edad Media, prueba de que las cosas nunca pasan porque sí, sino tras un largo proceso en el que las contradicciones del viejo mundo son resueltas con soluciones que ofrecen un retrato fragmentario de un futuro todavía lejano.

Marx tenía razón en eso... pero esa es otra historia.

"Templario" sucede en plena venganza del rey Juan Sin Tierra (magníficamente interpretado por Paul Giamatti), en su intento por restaurar el respeto perdido a la monarquía absoluta con esa Carta Magna.

Un grupo de valientes se encerrarán en el castillo de Rochester, que controla el acceso a la capital, Londres, desde las costas del sureste de Ingaterra e intentarán ganar tiempo en tanto la nobleza inglesa, sorprendida por el gesto del rey, se despereza y prepara una respuesta.

Por encima de todo, "Templario" es una película de acción que ofrece un retrato horroroso y sangriento de un enfrentamiento medieval.

La brutalidad y la casquería "gore" del combate cuerpo a cuerpo protagonizan gran parte de la película presentando un retrato de los lances medievales que está en las antípodas de atildados héroes en leotardos como "Robin Hood" o "Ivanhoe".

No hay otra cosa que violencia animal en "Templario", que resulta entretenida pese a una estructura dramática bastante convencional que sale adelante por el talento de actores como el mencionado Giamatti o Brian Cox, James Purefoy o Derek Jacobi, que consiguen que la película no se venga abajo entre combate y combate.

Los de la matanza de Texas eran unos blandos.

Entretenida.

CARLA AZAR

Tomorrow never nows...






"The change is possible. So, what do we consider today possible? Just follow the media. On the one hand in technology and sexuality everything seems to be possible. You can travel to the moon. You can become immortal by biogenetics. You can have sex with animals or whatever. But look at the fields of society and economy. There almost everything is considered impossible. You want to raise taxes a little bit for the rich, they tell you it’s impossible, we lose competitivitiy. You want more money for healthcare: they tell you impossible, this means a totalitarian state. There is something wrong in the world where you are promised to be immortal but cannot spend a little bit more for health care..."
(Fragmento del discurso de Slavoj Zizek, Liberty Plaza)

domingo, octubre 09, 2011

Occupy Wall Street


PARIS, JE T'AIME


18 directores fueron invitados a imaginar, escribir y rodar 18 historias sobre el amor y las relaciones entre las personas con la ciudad de París como fondo.

El resultado es "Paris, je t'aime", una película extraordinaria llena de momentos difíciles de olvidar.

No recuerdo qué escritor decía que escribir un cuento era mucho más difícil que escribir una novela. Creo que la cosa está entre Bioy Casares y Borges, pero no estoy seguro.

De lo que sí estoy seguro es que la relación que mantienen el cuento y la novela es la misma que mantienen el corto y el largometraje. En ambos casos, no es fácil saber expresar el todo mencionando una pequeña parte, en un pequeño instante de tiempo... "Paris, Je t'aime" ensambla 18 cortos en un alarde difícil de igualar de talento.

Algunos como los dirigidos por Gurinder Chadha, Walter Salles, Nobuhiro Suwa o Sylvain Chomet son directamente obras maestras que demuestran que había verdad en aquella frase del poeta César Vallejo para el que nada había más profundo que la propia piel... o en gestos tan aparentemente inanes y cotidianos como una nana a un recién nacido o invitar a alguien a pasear.

Obra maestra.



jueves, octubre 06, 2011

"El problema central de la teoría de la globalización es que se enfrenta al estudio de epifenómenos, como la expansión exterior de las corporaciones nacionales hacia muchas regiones, sin tener en cuenta sus lazos con los centros estratégicos de estas corporaciones. Las corporaciones multinacionales compran y venden globalmente pero sus decisiones estratégicas sobre tecnología e inversión son controladas desde sus cuarteles generales en el estado imperial. Por su forma son multinacionales, pero su esencia es nacional. Esta máxima es especialmente clarificadora cuando analizamos los lazos estrechos entre los centros de las corporaciones multinacionales y sus directores principales en el estado imperial." (Escritos, James Petras)