martes, agosto 07, 2012

Bien.

Tenemos un gobierno que gobierna con políticas que contradicen su programa electoral y ante la denuncia de este hecho los miserables argumentan que las cosas cambian y que uno no debe verse atado a ciertos compromisos a la hora de gobernar.

Ante ésto tres observaciones:

1.- ¿Hasta qué punto no penaliza el desconocimiento de una realidad sobre la que se supone has construido un programa electoral? ¿Hasta qué punto puede una oposición argumentar desconocimiento? ¿Y si ese desconocimiento existe, por qué no se incluye de alguna manera en el programa electoral?

2.- Aceptando ese cambio de rumbo y la necesidad de hacer un cambio copernicano en los planteamientos de gobierno del país, en bastantes casos por imposición, lo cierto es que no se les ve muy afectados por estar haciendo lo contrario de lo que decían creer firmemente cuando estaban en la oposición.
En este sentido, ¿cuándo mienten? ¿antes? ¿ahora? ¿antes y ahora?
¿No es necesaria la escenificación pública de un duelo por ese cambio?

3.- Aceptando todos los argumentos oportunistas que en virtud del presente sacrifican el sentido de la pasada campaña electorial, ¿en qué términos debe ser entendida la próxima? ¿debemos suponer que los partidos conocen la realidad de la que hablan? ¿en qué términos debemos entender todos y cada una de las medidas que prometen y los discursos que profieren?

¿Seguimos huyendo hacia delante?

¿Qué diremos cuando el primer partido populista de extrema derecha o izquierda cuestione el mecanismo de las elecciones democráticas?

No lo se, pero seguro que, como siempre, autocrítica no haremos.

lunes, agosto 06, 2012

Se podrá decir más alto o más bajo, pero no mejor...

"Por las mismas leyes que rigen en la nueva geometría moral de su secta podrida, elitista, homófoba, apoyo de golpistas de toda laya, cada vez que el gobierno del partido de Cotino se disponga a recortar apoyos a la dependencia, reducir la aportación del subsidio de desempleo, empobrecer a las clases más débiles con la subida del IVA, desmantelar el sistema sanitario y de enseñanza pública, hundir a los mineros en el fondo de la mina, o dejar sin paga extra a los funcionarios… antes de que lleven a cabo toda esa cirugía, más sangrienta y dolorosa que cualquier aborto, propongo que obliguen a Cotino y al resto de los miembros del Opus Dei que mariposean por el consejo de ministros a contemplar una ecografía gigante de los ciudadanos españoles, una ecografía de esos hogares en los que entre todos sus componentes no ingresan un duro, donde los hijos pierden su trabajo para poder atender a sus mayores incapacitados, para que vean cómo se retuercen, como fetos, sus compatriotas víctimas de la depresión física y mental provocada por las medidas ultraliberales de sus secuaces meapilas."
(Que vean antes esta otra ecografía)

El problema es que el sufrimiento de "algunos" natos les trae bastante sin cuidado. Solo les preocupa ese no nato tan rosadito, que parece el protagonista de una de esas películas sensibleras de Disney que tanto les gustan.
Lo importante es el derecho a la vida... lo de que sea digna o no es otra historia porque entre otras cosas cuesta dinero.

domingo, agosto 05, 2012

The hour

En 1956, el coronel Nasser, gobernante de Egipto y uno de los personajes más relevantes del llamado Tercer Mundo, decidió nacionalizar el Canal Suez expropiándolo a los gobiernos de Francia e Inglaterra. Esta expropiación significaba no sólo un golpe económico puesto por el canal pasaba buena parte del negocio naviero mundial (incluyendo el petrolífero) sino un golpe a la imagen de dos países que venían teniendo peso en la política mundial desde hacía tres siglos.

Los gobiernos de los dos países europeos reaccionaron y con la ayuda de Israel, que tenía interés en generar un espacio de seguridad entre sus fronteras y las egipcias, crearon una coalición tripartita. Los israelíes ocuparon la península del Sinaí y a espaldas de las tropas egipcias, franceses e ingleses realizaron una operación aerotransportada destinada a ocupar los puntos claves del canal.

La operación fue un éxito militar, pero le crisis del 56 certifica sobre todo la definitiva pérdida de poder real de las más importantes potencias europeas en la política mundial.

Estadounidenses y soviéticos, por diferentes motivos, les obligaron a retirarse.

Buena parte de importancia en la resolución de esta situación tiene la invasión soviética de Hungría, que se realizó prácticamente al mismo tiempo, generando una situación de tensión global bastante similar a la crisis cubana de los misiles.

Los soviéticos amenazaron con intervenir y los Estados Unidos, que no fueron informados por los gobiernos británicos y franceses, decidieron llamar la atención a sus aliados dejando claro quién era el jefe. Un jefe en cuyos planes no entraba un conflicto bélico probablemente mundial en uno de los cuellos de botella del comercio marítimo mundial.

En este contexto turbulento sucede "The Hour".

Una serie de la BBC de seis capítulos de una hora de duración.

La historia se mueve en tres lineas de acción narrativas que se entremezclan en un complejo juego de precisión que consigue interesar desde casi el primer momento.

Por un lado, está el lanzamiento de un pionero programa informativo en directo, "The hour", que da titulo a la serie, en un momento histórico tan relevante; por otro, hay una trama de espionaje a lo John Le Carré que implica a las altas esferas de la política y la sociedad británica seguida por uno de los periodistas del programa; y finalmente, un interesante análisis de las relaciones entre prensa y poder con aun más interesantes derivaciones sobre el concepto y la verdadera realidad de la democracia cuando los intereses y necesidades de los realmente poderosos entran en juego.

Y como siempre en casi todas las series de la BBC hay alguien muy inteligente detrás de esta historia que combina de una manera maestra tres líneas de acción que revelan tres mundos fascinantes y llenos de interés para quién les escribe: la televisión primigenia, el espionaje y la trama tan propia del cine negro de los intereses creados sucediendo invisible pero poderosa por debajo de la superficie de libertades de los sistemas democráticos.

Detrás de los tópicos suele haber una verdad y en el caso de las series de ficción de la BBC, "The hour" es un nuevo y enésimo ejemplo de esa calidad y magnífico acabado que suele ser marca de fábrica de los productos creados por la cadena pública británica.

Además, "The Hour" cuenta con el incomparable atractivo de sus actrices y actores, entre los que destaca la maravillosa Anna Chancellor que hace una auténtica creación de su personaje, Lix Storm, una mujer a lo Katharine Hepburn o Gerda Taro de la que perfectamente podrían haberse enamorado Hemingway o Capa... si es que no lo hicieron.

Merece la pena ver "The hour".

Prometheus

Y yo que pensaba que el mestizaje era bueno!

Estando Brandywine de por medio, la productora de David Giler y Walter Hill que puso en marcha la saga Alien y que aparece en los créditos de todas ellas, no cabe la menor duda de que "Prometheus" es una precuela de la saga (de la que aviso soy fan total). Y en este sentido no entiendo las declaraciones de Ridley Scott previas al estreno en las que no lo reconocía abiertamente y más viendo la película, pero, en fin, los designios del marketing son inextricables.

"Prometheus" fundamenta su guión en algunos planteamientos en los que ha cristalizado todo este negocio de la paraciencia y los extraterrestres, en concreto en la teoría -más bien hipótesis- de los alienígenas ancestrales que sostiene que en algunos momentos del pasado de la humanidad los extraterrestres nos han visitado y no contentandose con eso han contribuido al desarrollo de nuestra civilización con el saber superior que se les supone...

No es un mal punto de partida, porque desde el punto de vista meramente narrativo el tema de los alienígenas ancestrales da para mucho, incluso para una serie de televisión que va por su tercera temporada y que recomiendo aunque sólo sea por lo bien hecha que está, siendo capaz desde la forma de elevar la anécdota a categoría durante el tiempo justo.

En este sentido, "Prometheus" es un relato que despierta el suficiente interés en este espectador que les escribe... Una nave viaja a la otra punta del espacio en busca de un planeta situado en una constelación a la que han hecho referencia diferentes civilizaciones milenarias terrestres. La idea es viajar al encuentro de esos extraterrestres con los que nuestros antepasados parecen haber tenido una relación estrecha.

Una vez en destino, el viaje de la nave "Prometheus" y de sus tripulantes se convierte en un viaje en pos de las sombras de esos seres, de los extraños vestigios que han dejado en las extrañas instalaciones que los recién llegados encuentran en el planeta.

Se despliegan las preguntas de manera ordenada y gradual...

¿Qué diablos querían esos seres? ¿Qué planeta más extraño? ¿Puedes aterrizar ahí? ¿Para qué sirve esa enorme construcción tan rara? ¿Qué oscuro está todo? ¿Qué hay detrás de esa puerta? ¿Y al final de ese oscuro pasillo? ¿Qué diablos querían esos seres?

En definitiva, y como canta el viejo Tom Waits... What's he building? We have the right to know... O para ser más correctos What they built? We have the right to know...

No hay más.

"Prometheus" plantea con corrección las preguntas, pero fracasa completamente en su segunda parte, a la hora de responderlas con una mecánica narrativa de resolución absolutamente delirante en la que se acumulan las imágenes, los gritos, las carreras, las explosiones, en un "crescendo" enloquecido que sin deberse a ningún sentido, se agota en si mismo mientras consume despiadadamente la capacidad del espectador para preguntarse qué diablos le están contando.

Ya decía el director argentino Leopoldo Torre Nilsson que lo difícil no era plantear una historia, lo complicado era estar a la altura y terminarla. Y está claro que "Prometheus" es una muesca más en el revolver de Nilsson... en el que hay bastantes películas suyas por cierto.

Y eso que éste que les escribe desea como nadie, como fan de la saga, amar a esta historia que pretende pavimentar de sentido las anteriores películas que narrativamente sucederán cientos de años después, cuando la empresa Weyland se fusione con la Yutani  y quieran seguir construyendo mundos mejores, pero "Prometheus" me pide que le firme un cheque en blanco.

La sencillamente boba cuarta entrega de la saga acabó con toda mi capacidad de crédito.

Entretenida sin más... pero les recuerdo que soy fan.

Ojo al dato.

sábado, agosto 04, 2012

Bobby Fischer against the world

Tuvo su momento Bobby Fischer.

Su presencia fue más importante de lo que parece en el desenvolvimiento de la Guerra Fria certificando una aplastante victoria sobre un aspecto sobre el que los soviéticos desarrollaban una gran autoestima. Para los soviéticos el ajedrez era mucho más que un juego, por encima de todo era la demostración de la superioridad del hombre soviético y resulta sorprendente la enorme cantidad de recursos que destinaron al ajedrez.

La lucha por la imagen frente al mundo capitalista también se ventilaba en este milenario juego. No sólo en el deporte.

En este sentido, la Unión Soviética desarrolló una superioridad aplastante en el mundo del ajedrez... hasta que llegó Bobby Fischer para humillar totalmentee a Spassky, uno de sus más grandes campeones.

La aparición de Bobby Fischer certifica a nivel simbólico la derrota del ideal del hombre soviético, una derrota escenificada a nivel global en la lucha por el titulo mundial en Islandia. De hecho, Fischer ha sido uno de los pocos campeones mundiales de ajedrez no soviéticos, si no el único... No estoy seguro.

Poco importa que tras Fischer los soviéticos volvieran a dominar con Karpov o Kasparov... El daño moral ya estaba hecho... El mundo capitalista educaba intelectos que eran capaces de derrotar a lo mejor del talento intelectual soviético.

Y éste carácter épico de héroe triunfador en un terreno ignoto, donde nadie antes había triunfado le otorgó a Fischer un carácter de héroe que terminó desequilibrándole. Probablemente Fischer habría tenido un destino similar. En su personalidad se daban las características necesarias para que alguna enfermedad mental se desplegase, pero el interés que las terminales incipientes de la sociedad de la información tuvieron en Fischer suscitaron en él la sensación, bastante real, de ser perseguido que terminó acabando con él. Porque Fischer fue en realidad un paranoico que realmente era perseguido. No desde luego por las mismas razones y de las mismas maneras que él imaginaba, pero desde luego perseguido por una sociedad que quería saber más de él conforme su propio e incontrolable misterio se desplegaba.

Los resultados, la pérdida y la destrucción de su talento ya se conocen, pero la historia de Fischer ha sido la historia de una enfermedad mental mediaticamente transmitida en el tiempo.

Apenas una delgada línea separa la genialidad de la locura y uno puede pisarla casi sin quererlo. Las dos cualidades humanas cruzan la línea y se introducen en la oscuridad de lo nuevo, en ese corazón de las tinieblas del que escribía Conrad y del que no siempre se regresa intacto.

Escribe el poeta portugués Miguel Torga que la razón es "la más presuntuosa y menos fecunda de nuestras facultades. No tiene el don de imaginar ni el coraje para transgredir", pero tampoco tiene los inconvenientes de ir demasiado lejos.

Fischer es un ejemplo más.

jueves, agosto 02, 2012

En los oscuros lugares del saber

Peter Kingsley es un filósofo británico experto en todo el pensamiento filosófico griego que precede a los tres grandes nombres de la filosofía griega clásica: Sócrates, Platón y Aristóteles.

Todo ese conjunto de filósofos y pensadores se engloban bajo el nombre de presocráticos y en ellos se encierra el lento viaje desde el pensamiento mágico, mítico y salvaje del hombre primigenio neolítico, que tan bien describe Levi-Strauss, hasta el pensamiento analítico, científico y racional que caracteriza al hombre moderno.

Dentro de los Presocráticos el papel que ocupan Parmenides (o Parmeneides como le llama Kingsley) y pitagóricos es bastante crucial. En concreto, la obra de Platón y Aristóteles, y en general cualquier filósofo griego posterior, es en extremo deudora de la obra de Parménides.

Del mismo modo que Descartes, con su método analítico-deductivo, Parménides crea por decirlo así un primer método, una primera "via de verdad", que indaga por lo esencial del ser y del ente y que se contrapone a una "via de opinión", centrada en aspectos más físicos y menos metafísicos.

En tanto en cuanto ningún arqueólogo encuentre ninguna nueva inscripción o tablilla, Parménides fue el primero en sentir la necesidad de sistematiza rla manera de conocer las cosas... y, fundamentalmente, lo que hay detrás de ellas.

Y en este sentido Parménides ocupa un lugar central en la historia del pensamiento occidental, pero quizás esta no fuese la principal preocupación y ocupación de Parmenides.

En el modo de abordar está evolución desde lo mágico a lo racional ha primado siempre la puesta del acento en lo racional, caracterizando a todo vestigio o presencia de pensamiento mágico como de impureza distorsionante susceptible de no consideración, cuando no de directa eliminación especialmente en lo que respecta a la configuración del pensar de estos presocráticos.

La heterodoxa aparición de Kingsley viene a invertir esta tendencia, por lo menos a lo que Parménides y a todos los demás filósofos de la ciudad de Elea, llamados Eleatas, incluyendo a Zenón su discípulo y continuador.

En "Los oscuros lugares del saber", Kingsley realiza una génesis de un otro Parménides diferente al Parménides cuya figura nos ha venido definida desde la perspectiva Ateniense, potencia colonial y dominante de la época entre cuyos privilegios se encontró el de poder escribir la historia a medida de sí misma.

A lo largo del libro, Kingsley desarrolla paso a paso una investigación arqueológica que nos descubre a Parménides como un chamán, un sacerdote de un culto místico que se desarrolla bajo la mirada del dios Apolo y cuyo principal mecanismo de conocimiento no era el analítico-racional sino el sintético basado en la intuición de la esencia de las cosas mediante el trance.

En este sentido, Kingsley pone de manifiesto algo que se daba por supuesto, el caldo de cultivo del pensamiento racional que no es otro que un pensamiento religioso-mágico que precisamente buscaba ir más allá de esa realidad que se aparece ante los ojos y que está a disposición de las diferentes capacidades de conocer que tiene el ser humano. Entre ellas se encuentra el modo analítico-racional pero para Parménides, un sacerdote y místico que recurría al trance y a la intuición para conocer, no era la manera esencial de conocer distinguiendo claramente lo que permite conocer para comprender y lo que permite conocer las cosas para poder influir sobre ellas y operar en el mundo.

Pero Kingsley no se queda ahí.

En la última parte del libro dibuja el esfuerzo ateniense por disfrazar y ocultar, cuando no vilipendiar, aspectos esenciales de Parménides para destacar otros, centrados en su perspectiva de conocimiento racional, que sirve de base para los filósofos de la gran ciudad-estado, más centrados en un saber práctico y operativo.

Y en este sentido, Atenas demuestra una vez más la capacidad del poderoso para construirse una realidad a medida dentro de la cual hay un Parménides que no encaja y que queda borrado, especialmente en lo que respecta a la importancia que tiene el otro conocimiento, el que se basa en la intuición y la comprensión global de las cosas y sus misterios. Un conocimiento que precisamente busca conocer y que tanto caracteriza al modo de pensar oriental. Un modo de pensar que no analiza, descompone en partes usando la razón, sino que sintetiza, trata de captar globalidades desde un mínimo de contemplación.

Esta revisión ateniense de Parménides implica no sólo el nacimiento del modo de pensar occidental sino la obvia y consecuente separación con respecto del modo de pensar oriental del que hasta el momento los presocráticos eran parte integrante.

"En los oscuros lugares del saber" es un libro que se lee bien, casi como una historia de detectives en la que prueba a prueba, hallazgo a hallazgo, vamos conociendo tanto la verdadera identidad de una victima, Parmenides, como la identidad de sus asesinos y sus posibles razones, los atenienses.

Interesante.




miércoles, agosto 01, 2012

El mapa y el territorio

Es el primer libro de Huellebecq que leo y puede que sea el último.

Entre el libro como objeto de consumo y la literatura como necesidad que te consume hay un espacio intermedio que de manera voluntaria o involuntariamente ocupan autores como Auster... y ahora, creo, Huellebecq. Ambos tienen el sorprendente talento de producir libros que se parecen mucho a obras literarias, pero que en realidad no lo son... o para ser más precisos, a mi no me parece que lo sean.

Lo peor de "El mapa y el terrritorio" es que me deja frío.

Nada me ha aportado su lectura que no vaya más allá de algún comentario a pie de texto más o menos agudo sobre la realidad francesa o europea que resulta más periodístico que literario. El resto es una amena revisión del tópico del artista desconcertado ante su misterio con algún alarde narrativo, como la de la aparición del propio escritor como personaje, que deviene de gracioso truco a puro e intimo acto masoquista de exhibicionista justicia retributiva consigo mismo.

Desde luego, Huellebecq sabe construir una historia y escribirla, sabe narrar pero lo que el escritor cuenta no pasa de una especie de reportaje superficial demasiado extenso para que se lo incluyeran en las páginas de un dominical. Se le escapan vivos temas como la relación entre arte y negocio (un tema que por el tipo de productos que produce debería conocer muy bien) o la relación entre arte y artista o entre padre e hijo.

"El mapa y el territorio" es una superficie reflectante y plana que refleja su propio vacío sin la menor profundidad, perfecta para el consumidor que quiera verse y definirse como consumidor de literatura con mayúsculas (sin tener que visitar a Tolstoi, Dickens o Conrad) y quizá quiera darse el lujo de mirar por encima del hombro a los lectores de novela histórica o rosa... pero el rey Huellebecq está desnudo.

¿Cómo reconocer a esa clase de libros?

Me he quedado igual que estaba al empezar el libro... Esa es la señal.
Ya se me ha olvidado... Esa es la segunda señal.

Repetid conmigo... eso es contrario a cualquier experiencia del arte y lo esencial. Todo lo contrario. Es una pura experiencia de consumo, que aspira a la rapidez y a lo efímero, al olvido instantáneo que haga posible una nueva necesidad.

Con la de libros de verdad que hay por ahí, esperando ser leídos....

martes, julio 31, 2012


Nostalgia y mar

Desvisteme luz,
desnúdame de tanta noche
y llévame contigo
hacia la espumante puerta
que, conforme avanzas, revelas.

Permiteme que sacie mi hambre
con el reflejo esquivo
de revoloteantes sonrisas
que pacientes esperaban sobre las olas.
Permiteme que riegue mi sed
con el deslumbrante destellar
de todas aquellas miradas
que ahora de nuevo me alcanzan.

Deja que sean desde la oscuridad reveladas,
certezas extraviadas y de nuevo encontradas
al lento paso de tu misterio,
a tu milenaria manera de silencio.

lunes, julio 30, 2012

The best exotic Marigold Hotel

Vaya por delante que es complicado que no encuentre atractivos a una película en la que salen actores como Judy Dench, Tom Wilkinson, Maggie Smith o Billy Nighy... Soy muy fan de los actores ingleses y de los argentinos... no se por qué... pero también tengo que reconocer que "The best exotic Marigold Hotel" es una oportunidad perdida, una historia con posibilidades que pudiendo ahondar en algún que otro tema relevante como la vida, la muerte y la vejez decide permanecer sobrevolando la superficie con maneras de mariposilla de colores.

Un grupo de jubilados británicos (no todos tienen por qué ser ingleses) deciden pasar su jubilación en la India, en un hotel para el que su joven propietario tiene el plan de convertirlo en lugar de retiro de los jubilados de todo el mundo.

Cada uno de esos jubilados arrastra su propia idiosincrasia personal y todos comparten la esperanza o la necesidad de reconducir su vida en un nuevo contexto y paisaje que les desafía con su diferencia radical.

Desde tiempos inmemoriales el cine inglés ha tenido siempre una especial inclinación por el melodrama sentimental en el que la realidad y el deseo se entrelazan para construir historias agridulces para las que lo sentimental se convierte siempre en el interpretante del sentido final.

"The best exotic Marigold Hotel" es la nueva entrega... y en este sentido esta misma historia de siempre no ofrece ni más ni menos que sus avatares anteriores desde las comedias sentimentales de la Ealing en la década de los cincuentas del siglo pasado. Y en este sentido, vestido con los fascinantes colores de la India, no deufradará a los incondicionales (y no tan incondicionales) del género. De eso estoy seguro.

Yo no me encuentro entre ellos... siempre pienso que sus personajes empiezan a reír, a llorar,a pelearse, a abrazarse o a follar un segundo antes de que se produzca la posibilidad de un poco de verdad... pero no me voy a hacer el duro, también reconozco que a nadie (incluído yo) le amarga un dulce.

Aceptable.

domingo, julio 29, 2012

Game of thrones. Temporada 2

Sin duda creo comprender el éxito de la saga de "Juego de tronos"

Por un lado es una historia muy bien escrita tanto en cada una de sus partes, las líneas narrativas que constantemente crecen y se bifurcan, como, y es lo más importante, en la construcción de un todo donde estás líneas suceden y que permite la generación de lo más seductor que un lector puede encontrar: un universo cerrado.

Por otro, y esto es algo que he descubierto en esta segunda temporada, hay momentos de buena literatura... Algún personaje dice algunas cosas interesantes para justificar acciones y posiciones, cosas que podrían pasar por shakesperianas en una noche loca.

Pero sobre todo "Game of thrones" expresa muy bien el espíritu de nuestra época. Esa obsesión por el triunfo a cualquier precio que tiene a todos los personajes moviéndose como hormigas alrededor del trono de hierro... El triunfo por el triunfo y el poder por el poder, el paraíso de la pura táctica en la ausencia de un gran relato que organice esa necesidad que todos tienen de ocupar un trono -o de ayudar y oponerse a ocupar ese trono- cuya necesidad se da por sentada, su sentido nunca se justifica.

No hay nada fuera de ese juego de tronos convertido en una especie de Wall Street en el que todos se afanan por conseguir lo máximo para su parte sin plantearse preguntas de más alto calado.

Y en este sentido mi modo de pensar no se ve modificado en lo esencial... sigo sin entender el encanto magnético de ese trono por el que todos se matan... se que es importante porque se matan por él, pero contar el otro lado es lo que precisamente diferencia a la saga de "Juego de tronos" de "El señor de los anillos" o de cualquier obra mayor.

Lo difícil no es construir la fascinación sino revelar el mecanismo de lo que es fascinante, la fisicidad de esa fascinación que justifica y da sentido a ese deseo que los hombres sienten por ese trono y que les lleva a hacer cualquier cosa por poseerlo. Y aquí la historia me falla. El trono de hierro solo tiene dos dimensiones, careciendo de esa profundidad que lo justifique como objeto deseo.

Y mientras ésto no cambie lo que veo en tanta disputa es una rutina de oficinistas carente de la menor grandeza, una disputa que en nada se diferencia de las disputas por el poder dentro de la familia Ewing en "Dallas". Así, "Juego de tronos" es una buena historia que lo tiene todo menos lo que a mi entender es esencial. No obstante, es posible que ese salto de calidad exista en los libros y no haya traspasado a la serie... tendré que averiguarlo, pero por el momento a este que escribe el muro y lo que hay al otro lado y el personaje de Tyrion, siguen pareciendole lo más interesante de un espectáculo que sólo le resulta...

Entretenido.

El caballero oscuro: la leyenda renace

Debe ser duro ser un critico de cine oficial y tener que escribir de esta tercera entrega de las aventuras de Batman, según Christopher Nolan.

Vaya por delante que "El caballero oscuro: la leyenda renace" es la peor de las tres con diferencia, una completa y compleja fantasmagoría basada en la acumulación de ruido y espectacularidad, y en la que la historia es apenas una alucinada contradicción destinada a justificar la sucesión de escenas espectaculares, que funcionan en sí mismas, pero que en absoluto componen un todo homogéneo y coherente.

Hay un exceso de cajas chinas que se abren para mostrar figuras más grandes o de tamaños y formas diferentes. Nada es lo que parece, todo cambia y puede convertirse en cualquier otra cosa con tal de sorprender al espectador que atado por el talento para componer verosimilitud del director Christopher Nolan y una brillante partitura de Hans Zimmer termina dejándose llevar por un torrente incontenible de imágenes que se le dispara con precisión durante casi tres horas, siempre con la esperanza de terminar arrojado en la playa de un conveniente final feliz.

Estoy convencido que "El caballero oscuro: la leyenda renace" no resiste una segunda visión. Su trampa y su cartón terminará apareciendo a los ojos del espectador una vez que el efecto emocionalmente arrasador de su puesta en escena pierda ese factor sorpresa que reduce al espectador a la condición de animalejo sorprendido por las luces largas de un coche en medio de la noche.

Y en este sentido, y más que una película, "El caballero oscuro" parece más un experimento de laboratorio de psicologia destinado a demostrar que la pura forma convenientemente presentada no necesita del fondo para contar con la aquiescencia del espectador.

Porque todo vale con tal de que la historia avance y cualquier planteamiento es bueno con tal de sorprender al espectador con un nuevo giro argumental que culmina en el absurdo narrativo de la historia del pozo como ejemplo paradigmático de que el narrador cuenta con la falta de memoria del espectador para contar -eso sí, con talento- cualquier cosa de cualquier manera.

Lo que más se parece a "El caballero oscuro" es un centro comercial, una acumulación planificada de imágenes, gestos, diálogos, estímulos desmemoriados cuya una única misión es resultar interesantes por si mismo, en su eterno presente.

No obstante, y entre la espectacularidad de muchas secuencias, la vacilona labilidad de los andares y gestos de Anne Hathaway (los años pasan y uno sigue sin ser de piedra) y el asombro del "pero qué me están contando", la película termina pasando por entre mis ojos sin hacerse pesada, lo cual también tiene su mérito, porque una de las cosas más difíciles del mundo es hacer películas largas que no se hagan largas (sólo David Lean tenía ese talento y quizá Christopher Nolan pueda ser su heredero)

Aceptable.





viernes, julio 27, 2012

Los 47 Ronin

La historia de los 47 Ronin es una de esas hazañas ejemplares que resumen en teoría el canon del carácter de una sociedad. En este caso la sociedad es el Japón anterior a la segunda guerra mundial, el tradicional y no globalizado.

Se trata de una historia compleja pese a su aparente sencillez.

Todo empieza con una disputa entre un señor, Asano, destinado en labores diplomáticas por el shogun Tokugawa en el palacio del emperador y otro señor Kira, experto en la compleja etiqueta de la corte del emperador. De éste, Asano esperaba una formación que Kira pretendía se le compensase económicamente mientras que Asano entendía que no tenía que haber compensación por tratarse de una inevitable consecuencia de la posición.

El pinzamiento entre los dos a la japonesa se prolonga durante un tiempo hasta que Kira toca la tecla adecuada y provoca a Asano de manera definitiva, haciéndole cometer el inmenso delito de desenvainar la katana dentro de palacio. Asano intenta matar a Kira, pero sólo consigue herirle.

La decisión que toma el emperador, a quién seguramente no llegan las disputas personales e internas entre ambos señores, se basa únicamente en la valoración del imperdonable gesto de Asano, lo que le acarrea la muerte física, la indicación de cometer seppuku (abrirse las tripas de izquierda a derecha y luego de arriba hacia abajo si es que a uno le daba tiempo) junto con la muerte social, la desaparición de su casa y propiedades.

Esta noticia cae entre los suyos que conocen mejor que nadie las tensiones con Kira como una bomba.

Tras un proceso contradictorio y pulsional de intenciones, acaba predominando la mesurada visión del chambelán Oishi, quién decide planificar cuidadosamente la venganza. Sabiendo que el código de honor samurai obligaba a tomar venganza inmediatamente y sabiendo que Kira les estaría esperando con superiores fuerzas haciendo imposible el éxito de su venganza, Oishi decide esperar. Los samurais sirvientes de Asano deciden perder el honor y se convierten en ronin.

El problema de ser ronin tiene que ver con el carácter ferreamente estamental de la sociedad japonesa, lo que implicaba para cada estamento una posición con su consiguiente estructura de deberes y obligaciones. Así, un samurai era un guerrero que se debía a su señor. A cambio toda la manutención le venía a través de la casa de su señor, por lo que si un samurai tenía la desgracia de sobrevivir a su señor se convertía en un paria en un doble sentido: porque se veía obligado a preocuparse de su manutención desempeñando oficios o realizando tareas no aceptables para un guerrero y, lo que era más importante, porque seguía vivo y su señor no... un samurai con honor cometería "seppuku" o se haría matar siguiendo a su señor hasta la muerte.

Asi, todos optan por su suicidio social siendo el propio Oishi la sublimación de ese suicidio optando por una vida de alcohol, prostitutas y juego que incluye el abandono de su mujer, hijos y posición.

Y en este sentido, y aunque no sea un ejemplo de comportamiento canónico de samurai según el bushido, la historia de los 47 ronin si muestra un compendio de cualidades que el buen samurai debe poseer, cualidades como la firmeza, la serenidad, la determinación, la fuerza abundan en la actitud de Oishi y los suyos... El objetivo era conseguir que Kira los subestimase y se olvidase de ellos y de su venganza haciendo más fácil el éxito.

Y es aquí donde creo que está el atractivo de un personaje como Oishi. En su conducta también prima el cálculo, cosa que un samurai nunca debe valorar. Lo importante es la ejecución que en cada momento corresponde sin pensar en su resultado final.

Pero Oishi no sigue el bushido cuando en la decisión que toma prima la necesidad de triunfar por encima de todo.

Oishi quiere triunfar, no sólo hacer lo que corresponde según el código de honor, y en este sentido se convierte en un personaje puente entre la tradición Tokugawa con la restauración Meiji, preocupada en conseguir un imposible equilibrio entre la tradición y la industrialización.

Y en este sentido Oishi es el protagonista adecuado para el mito inspirador de una sociedad japonesa abierta a la modernidad, ejecutando la imposible mixtura entre el honor y el cálculo para conseguir un beneficio.

El resultado final del plan del chambelán es el éxito. Un año y medio después Kira ha bajado la guardia haciendo posible el asalto de la casa y la muerte del causante de la desgracia cuya cabeza fue llevada a la tumba de Asano.

Las consecuencias fueron el "seppuku" para los 47 participantes, pero también la rectificación del emperador y la restauración del nombre y propiedades de los Asano.

La elocuencia cristalina del gesto hizo que el propio dios revisase una decisión anterior y la rectificase, convirtiéndose también estor ronins en héroes desde el punto de vista de guardianes de la justicia dentro de un orden divino que parece producir la justicia por si mismo.

En la década de los treintas del siglo pasado, Kenji Mizoguchi era uno de los grandes nombres del cine japonés y ningún director era más adecuado que él en opinión del gobierno militar nacionalista del general Tojo para poner en imágenes este mito en una producción cinematográfica acontecimiento con la que alimentar con sentido a las masas.

Asi, Mizoguchi dirigió en 1941 esta superproducción de casi 4 horas de duración en la que curiosamente apenas hay acción sino una sucesión de tremendas secuencias en que los personajes se expresan, toman postura y deciden.

A Mizoguchi parecen interesarle más lo que hay dentro de los personajes implicados en la historia que sus acciones, que a fin de cuentas no son más que efectos resultado de causas, de formas de pensar y de decisiones que se toman.

En este sentido, "47 ronin" no es una película recomendable si uno no está acostumbrado al ritmo del cine japonés, abundan las palabras (muchas de ellas formando parte de diálogos brillantemente escritos), pero también los silencios.

No obstante, Mizoguchi tiene tiempo para mostrar su talento para la composición casi pictórica de imágenes y la utilización de la grua para componer planos sucesivos en magistrales vuelos de cámara.

Obra maestra.



miércoles, julio 25, 2012

1972, Verano

Hubo un espacio
y también hubo un tiempo...

Transfigurados por la distancia
que apenas abarcan
unos ojos de mirar cuarteado y reseco,
resultan mucho más ciertos
todos aquellos gestos de fugaz paso
por entre el sol
y por debajo del cielo.

En la silenciosa revista
de los espacios y ámbitos
que antes ocuparon
con su inagotable alegría,
a espaldas de las mudanzas y rigores
que tarde o temprano
impone la deuda del tiempo
brillan perdidos, rotundos y eternos.

Invitan,
sonríen,
llaman al agua
desde donde cubre,
desde muy lejos.

En el mar quedaron
y en el mar siguen igual de ciertos.

Importa poco si es una certeza soñada.
Están ahí,
puede escuchar cómo le llaman,
puede ver que necesitan a uno más
para continuar con el juego.

Le legión invencible

John  Ford era un tipo complejo.

Casi todas las películas lo son también. En ellas, suele ser tan importante como la historia que se nos cuenta todas las pequeñas anécdotas y detalles que suceden mientras el gran relato se despliega. En el cine de Ford uno tiene la sensación de que cada personaje, por nimio que sea, tiene su momento y el resultado siempre suele ser la sensación de universo cerrado y completo, de que los ojos del espectador se encuentra ante un pedazo de la vida misma que sucede ante el espectador con asombrosa naturalidad.

En casos como el de "La legión invencible", y si uno se pone a pensar, no se acaba de tener muy claro qué es lo que Ford está contando. En el contexto de las guerras indias de finales del siglo XIX, las campañas contra los sioux y en su peor momento, tras la derrota de Custer en Little Big Horn, Ford se dedica a hacer un retrato costumbrista de la vida en la frontera con la presencia del veterano capitán Nathan Brittles (un magnífico John Wayne que demuestra que cuando quería podía actuar) como elemento vertebrador en torno al que las pequeñas historias, las anécdotas, la interacción entre los personajes suceden de manera cristalina y natural.

Ese es para mi gusto el gran talento de Ford, la capacidad de insuflar vida, autenticidad a las imágenes que con gran cuidado construía en sus legendarios rodajes en los que prácticamente todo el equipo estaba pendiente de sus bipolares cambios de humor de alcohólico y su brillante y pasmosa intuición y capacidad de improvisación.

Los rodajes de Ford eran toda una aventura en la que Ford era el líder indiscutible, un incierto camino de creación en el que hasta el propio guión podía ser sacrificado y en el que todo el equipo trabajaba a la espera de que la inspiración les sorprendiese trabajando... y todo siempre sin salirse del plan de rodaje, porque todo estaba en la cabeza de Ford.

Un ejemplo para la película que nos ocupa son las brutales escenas de la columna de caballería cabalgando por la pradera y una tormenta de gran aparato eléctrico sucediendo en la distancia. Ford en los rodajes, atento como un shamán, esperaba la ocurrencia de ese tipo de detalles que elevaban sus historias por encima de las posibilidades del propio guión.

De aparente sencillez, en el cine de Ford aflora siempre un algo auténtico que brilla con un irresistible valor de verdad y cuya expresión siempre descansaba en los rostros y la expresión de los actores, muchas de esas imágenes que Ford perseguía tenían que ver con los primeros planos de los actores y para su perfecta ocurrencia el director planificaba cuidadosamente cada escena .

Para Ford los rostros y las miradas eran esenciales, la distancia corta en la que la historia se jugaba el todo por el todo de ese complicado y volátil entramado de verdad que en cada rodaje quería construir.

Quizá se esté quedando un poco antiguo buena parte de su cine, especialmente por su pasión por la milicia y por el folklore popular pero sus películas siempre son experiencias emocionantes.

"La legión invencible" es la segunda película de su famosa trilogía de la caballería compuesta además por "Fort Apache" y por "Rio Grande". Quizá sea la más floja de las tres, especialmente por su media hora final en la que Ford abusa de sensiblería (uno de sus grandes defectos) en una sublimada y un poco interminable despedida del héroe Brittles.

Pero Ford es uno de los grandes maestros y la peor de sus películas ocuparía un lugar relevante en la filmografía de cualquier otro director.




martes, julio 24, 2012

Crónica de un complot llamado crisis

Ya se nos ha olvidado cómo empezó todo ésto...

Primero de todo, y tal y como expone Jeremy Rifkin en sus últimos libros, hay un agotamiento del modelo económico basado en la segunda revolución industrial que se manifiesta a partir del último cuarto del pasado siglo. Ésto activa un plan B del sistema consistente en el calentamiento de la economía especulativa y crediticia.. Si ya no se produce tanta riqueza real el objetivo es apoderarse de la riqueza privada acumulada en épocas anteriores mediante los mecanismos del crédito y de la deuda.

Así se matan varios pájaros de un tiro: se mantiene la rueda del capitalismo de consumo permitiendo mediante el crédito obviar el descenso del peso de las rentas salariales y por otro permite poner en juego lo ahorrado por varias generaciones en el tiovivo de la cadena de valor del sistema capitalista de consumo.

Además se produce la caída del bloque socialista y la consiguiente victoria del bloque superviviente, con la consiguiente exacerbación al calor del fuego de la victoria de los postulados del estilo de vida vencedor, lo que entre otras cosas supone el pistoletazo de salida para el neoliberalismo sin complejos.

Una manifestación de esa falta de complejos es la distorsión del mecanismo del crédito y la deuda y su transformación en la dinámica monstruosa de lo especulativo en lo financiero; otra es la necesidad, casi por derecho de conquista, de apoderarse de lo que el sector público controlaba buscando roturar nuevas tierras y disminuir esa crisis de rentabilidad en la explotación de las existentes.

El resultado es un monstruo de cara amable que crece y crece.

Sobre este contexto, y del mismo modo que hizo Greenspan como responsable de la Reserva Federal, máxima autoridad monetaria en los Estados Unidos, se reducen en Europa los tipos de interés (el precio del dinero que se presta) a niveles por debajo de la inflación, como manifestación de ese monstruo especulativo y financiero que busca poseer ese ahorro público y privado.

Esto hace estúpido no endeudarse en un mundo sumido en una dinámica optimista y alcista.

El resultado es que el crédito se tira por los suelos y se produce una cadena de endeudamiento donde las personas piden dinero a los bancos y los bancos piden dinero a otros bancos.

El resultado es un sobrecalentamiento del endeudamiento.

En este proceso nadie guarda la menor tranquilidad y el menor control, tantos deudores como acreedores reciben y prestan dinero sin ton ni son, como si el victorioso capitalismo frente al socialismo necesitase reafirmar su superioridad entre sus filas con una perpetua orgía de consumo sin fin.

En lo que a Europa respecta, Alemania es el mayor propietario de dinero y por tanto el mayor prestador tanto a los clientes de sus propios bancos como a bancos de otros países que acuden a por más dinero.

Al mismo tiempo, y dentro de esta orgía (pero en el entorno más privados de los parquets de las bolsas y los consejos de administración), se dan todos los elementos necesarios que conllevan a la crisis especulativa que afecta a todo el sistema financiero, bancos incluidos.

Este impacto virtual de este evento termina por desequilibrar un sector financiero que ya de por si vivía bastante desequilibrado.

De repente los bancos deben muchísimo más dinero del que tienen y necesitan aportaciones de capital para no quebrar.

Y es aquí cuando el denostado por los neoliberales sector publico acude para socorrer a un sector privado bancario que por su mala cabeza privada se ha metido en un lío enorme.

Los estados se dedican básicamente a echar paladas de riqueza real intentando tapar ese agujero virtual, pero los estados también habían formado parte de esa que se pretendía orgía financiera perpetua.
También tienen su deuda, sus desequilibrios, pero heroicamente asumen su responsabilidad -cosa que los bancos no han hecho- y acuden a resolver la "cagada" de un importante sector de las economías de los países que estructuran. El resultado es un mayor y tremendo desequilibrio de las cuentas públicas a cambio de un saneamiento de las cuentas de los bancos.

Todo sea por el bien general.

¿Qué sucede?

Pues como en todo.

En el caso de Europa, los países más fuertes como Alemania pueden soportar mejor ese impacto que países con economías más débiles como Grecia, Portugal e Irlanda.

Lo cierto es que Alemania ha metido mucho, mucho dinero en sus sistema bancario. La única diferencia es que no se la ha acabado el dinero y no ha necesitado acudir a financiarse a los mercados y si se le acaba es una economía con garantías, pero para los otros, los débiles las fuentes de financiación propias se acaban y deben acudir a los mercados dando comienzo a el baile de los mercados presidido por la prima de riesgo.

Los países más débiles ofrecen mayores dudas que los fuertes y esas dudas se materializan en un incremento del interés que lógicamente se pide por el dinero que se presta. A mayor interés, más desconfianza.

¿Qué sucede?

Dos cosas...

Por un lado, la construcción económica europea es imperfecta: hay moneda única pero no unión fiscal ni un banco central propiamente dicho. Fue realizada desde la superioridad y en años de bonanza. No se pensó en la posibilidad de malos años y se prefirieron evitar los problemas que presentaría una profundización en la unidad económica.

El resultado es un euro vulnerable porque no hay un banco central que respalde la deuda pública de los países de la eurozona. Por lo tanto esos países cuando las cosas vienen mal dadas quedan a merced de las contradicciones de su economía y sometidos al rigor inclemente de los mercados que sólo piensan en el beneficio económico sin pensar en otros efectos como pueden ser los sociales.

La situación de economías como la británica no es mejor que la situación de economías como la española, la única diferencia es que los británicos tienen su propio banco central que garantiza cubrir la deuda pública del país; cosa que los países de la zona euro no tienen.

Por otro, el acreedor entra en pánico y fija al deudor unos imposibles plazos y ritmos para devolver esa deuda que en su momento se generó tan alegremente.

En lo que respecta a Europa, Alemania el acreedor principal solo piensa en sí misma, en recuperar ese dinero perdido lo antes posible y poniendo los intereses de sus bancos por delante de los intereses europeos fija una hoja de ruta asfixiante a los estados sumiéndoles en una política de ajustes que estrangula sus economías y que como efecto irónico final endeuda aun más a Alemania, en contra de su voluntad, porque se generan situaciones dramáticas de salvamento de las economías.

Así van cayendo Grecia, Irlanda, Portugal... España...Italia en una huida hacia delante que no tiene sentido.

Y el problema no es tanto que Alemania adopte esa política egoísta en favor de sus bancos sino la contumacia en el error que la ha llevado ya a poseer ochocientos mil millones de euros en deuda y ayudas a distintos países europeos cuyas economías están colapsadas.

Pero lo peor es que la dureza en los ritmos de adecentamiento de las cuentas públicas de esos estados les obliga a políticas restrictivas de recorte que hacen inviable nada que no sea devolver la deuda, lo que de paso hace inviable cualquier posibilidad de estado de bienestar.

Y esta es la realidad que los miserables y cobardes consideran palabra de Dios.

El resultado de una opción, de un error de cálculo, especialidad en la que los alemanes son unos auténticos maestros teniendo dos guerras mundiales y esta guerra económica a sus espaldas... todas causadas por errores de cálculo y lo que es peor contumacia en el error.

En la primera guerra aceptaron dos frentes porque pensaron que derrotarían a Francia rápidamente, en la segunda Hitler no contempló que Francia e Inglaterra aceptasen el envite y le declarasen la guerra tras la invasión de Polonia y ahora... pues esto, el timing.

El problema es que el timing mismo dificulta el objetivo de devolución de deuda que se pretende. El acreedor no asume la consecuencia de su decisión de regalar el dinero y pretende hacer que el deudor cargue con todo. Y ésto se está mostrando, además de una respetable aspiración, un error estratégico de primer orden porque de mantenerse firme en su error puede llevar a la ruina al propio acreedor... porque, y entre otras cosas, el deudor tiene que existir para poder pagar su deuda.

Y de paso, y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, se desmantela el estado de bienestar porque, y como no puede ser de otra manera, no hay dinero para pagarlo... Y se liberan cientos de hectáreas de economía a la roturación privada.

La duda es si el objetivo es simple, la devolución rápida de la deuda, o doble, la devolución de la deuda y de paso generar en las democracias una situación de shock que haga que los ciudadanos de esas democracias acepten perder el estado del bienestar a cambio de poder seguir viviendo.

No olvidemos que hay mucho neoliberal tras las mesas que están manteniendo con firmeza esta hoja de ruta.

No olvidemos que ya no tienen nada que temer, que ganaron la guerra fría y no hay un estilo de vida alternativo al que proponen. Ahora sólo les queda depurar las propias filas eliminando concesiones como el estado del bienestar mantenidas con el objetivo táctico de evitar la contestación aburguesando trabajadores entre sus propias filas.

Y necesitan extenderse a aspectos que controla el sector público de los estados, aspectos que en bastantes casos implican una demanda cautiva y un negocio seguro.

¿Complot?

A mi me huele bastante mal todo ésto, sobre todo una contumacia en la adopción errónea de una hoja de ruta que no me puedo creer que sea ignorancia.

Lo único cierto es que se va en serio, pasando por encima incluso de sociedades enteras, adoptando decisiones manifiestamente extrañas y cada vez más incomprensibles... quizá porque el futuro de todo un modelo económico basado en el motor de combustión interna, la electricidad y el petróleo está en juego.

lunes, julio 23, 2012

Con independencia de lo complicado de la situación no se han hecho las cosas bien:

"España está sentenciada por los inversores internacionales y la dinámica lleva al rescate completo. La única duda es la fecha del mismo, lo cual es un ejercicio con mucho morbo político pero es irrelevante económicamente. Lo más fácil siempre es buscar un enemigo externo, dentro la herencia recibida y fuera el BCE. La realidad es que en diciembre nuestra prima de riesgo era 200 pb inferior a la italiana y ahora supera los 100 pb y hemos conseguido que nadie hable de Italia, que tiene muchos más problemas que en diciembre. El Gobierno ha gestionado el país mirando al retrovisor hasta estrellarlo contra el muro del rescate.
La afloración del déficit fue surrealista. En primer lugar, cuando un país que quiere ser leal con sus compromisos y con sus socios europeos aflora un déficit mayor de lo esperado, debe inmediatamente sentarse para renegociar el programa de estabilidad y suavizar el ajuste fiscal para que sea creíble. Algo que se ha producido en junio y a propuesta de la Comisión, hecho sin precedentes en la historia comunitaria."
(Leer más)

Y si es cierto que el gobierno presente no tiene toda la responsabilidad en el problema que se intenta resolver, si la tiene completamente en una gestión del mismo que ha redundado en una falta de credibilidad que no nos ha beneficiado en nada con los mercados.

Aspecto que culmina con un ministro de economía del Reino de España, procedente de esos mismos mercados, que se lleva las manos a la cabeza con la irracionalidad de estos que es lo mismo que si un militar se sorprendiera de que una guerra ocasionase muerte y destrucción.

Mal asunto.

THE FRIENDS OF EDDIE COYLE

Dirigida en 1973 por el británico Peter Yates, "The friends of Eddie Coyle" es una de las mejores películas de cine negro de la década de los setentas del siglo pasado.

Localizada en un glacial pero soleado Boston invernal y basada en la novela homónima de George V. Harris un miembro de la carrera fiscal de esa misma ciudad y perfecto conocedor de los bajos fondos de la misma, "The friends of Eddie Coyle" pasa por ser una de las más perfectas descripciones del mundo del hampa, especialmente de ese descarnado y cruel mundo fronterizo que viven delincuentes y policías.

La historia se centra en Eddie Coyle, un soberbio como casi siempre Robert Mitchum, un viejo delincuente que tiene una causa pendiente con la justicia y que saca adelante a su familia con pequeños trapicheos con los pocos conocidos que aún le quedan dentro del hampa de la ciudad.

La necesidad de escapar de ese asunto legal que tiene pendiente  le llevará a frecuentar ese territorio intermedio que habitan policías y delincuentes en busca de la menor oportunidad y en el que impera una economía de trueque basada en el intercambio de información a cambio de favores.

Coyle pensará que puede manejar su situación intercambiando la posibilidad de un tratamiento benevolente por parte de la fiscalía en su caso a cambio de proporcionar información que no afecta al núcleo esencial de sus lealtades personales dentro de los bajos fondos de la ciudad, pero una vez más las cosas no saldrán como piensan para Eddie Coyle resultando la historia, además de esa descripción del mundo del hampa, el patético retrato de un perdedor en toda la regla.

El resultado final es la ajustada descripción de un ecosistema despiadado en el que el débil, en cuanto da muestras de tal condición, no tarda en ser devorado/utilizado por los fuertes, aspecto que se reflejará en un duro, descarnado y nihilista final que deja al espectador sin ninguna duda acerca de la verdadera naturaleza de esos amigos de Eddie Coyle.

"The friends of Eddie Coyle" constituye junto a "Bullit" y "The hot rock" los tres mejores trabajos de su director, el olvidado Peter Yates y se beneficia de la estólida y cascada presencia de un Robert Mitchum siempre dispuesto a cruzar los límites tanto fuera como dentro de la pantalla...


Resumiendo "The friends of Eddie Cole" es una película descarnada, dura y polar sobre la jungla de asfalto.

Brillante.




domingo, julio 22, 2012

Pues claro que hay dinero...

 "Y ahí está el problema más silenciado en los medios y en los debates. Fue una lástima que ninguno de los que participaron en el debate en las Cortes Españolas hiciese las siguientes preguntas al Presidente Rajoy: ¿Por qué el Estado español decidió congelar las pensiones a fin de conseguir 1.200 millones de euros, en lugar de revertir la bajada del impuesto de sucesiones, con lo cual habría obtenido casi el doble de ingresos ( 2.552 millones). O, ¿por qué en lugar de recortar nada menos que 7.000 millones en sanidad, el gobierno no eliminó la reducción del Impuesto de Sociedades a las empresas que facturan más de 150 millones de euros al año, lo que significa menos del 0,12% de todas las empresas, con lo cual hubieran obtenido más de 5.600 millones de euros? O, ¿por qué quiere ahora establecer el copago sanitario en lugar de aumentar los impuestos de los fondos SICAV y las ganancias especulativas? O, ¿por qué quiere aumentar el IVA, en este momento de recesión, que afectará a las clases populares, en lugar de aumentar el impuesto de Sociedades al 35% para empresas que ganen más de un millón de euros al año, con lo cual ingresaría 14.000 millones de euros más? O, ¿por qué quiere destruir puestos de trabajo en los servicios públicos en lugar de establecer un impuesto a las transacciones financieras, con lo cual, tal como ha señalado el sindicato de técnicos del Ministerio de Hacienda, se conseguirían 5.000 millones de euros? O, ¿por qué en lugar de forzar reducciones de los Estados del Bienestar gestionados por las CCAA no reduce la economía sumergida diez puntos, con lo cual aumentaría 38.500 millones de euros?"
 (¡Si que hay dinero!, Vicenç Navarro)

Amor a quemarropa

Los referentes de "Amor a quemarropa" están claros.

La preciosa Gassenhauer del compositor alemán Karl Orff sirve de punto de anclaje entre "Malas tierras", la maravillosa e inolvidable opera prima de Terrence Malick, y esta "Amor a quemarropa" escrita por Quentin Tarantino y digida por Tony Scott.

Del mismo modo que en la película de Malick, esta composición es la verdadera banda sonora que acompaña a los dos protagonistas en su loca cabalgada carretera adelante, persiguiendo la siempre esquiva línea del horizonte.

Las comparaciones son un poco odiosas... mejor dicho, bastante.

"Malas tierras" es la obra maestra de un autor mayor mientras que "Amor a quemarropa" es una de esas copias auténticas, como la Holly Golightly de "Breakfast at Tyffany's", que el sobrevalorado Tarantino tiene la incuestionable capacidad de producir siempre desde un talentosa capacidad de construir brillantes escenas dialogadas que son siempre el centro de sus películas. Tarantino no es un autor, es un divulgador de un género que admira desde su incuestionable talento para el diálogo.

Y las comparaciones terminan ahí.

Mientras Malick construye un relato entre épico y nihilista de unos adolescentes que juegan a ser adultos mientras va creciendo al paso de su loca escapada el inevitable peso de las consecuencias de sus actos en un mundo de adultos, Tarantino construye una historia de menor calado donde ya se detectan los rasgos que definen la personalidad de sus productos: la construcción de las historias desde la sucesión de escenas basadas en duelos físicos o verbales entre los personajes, la inspiración admirada en géneros como el exploit que conlleva la conjugación nada pudorosa de estilemas y elementos narrativos repetidos hasta la saciedad en las catacumbas de este género, siempre centrados en la violencia, la codicia y el sexo.

Desde su talento para componer brillantes diálogos el único honor de Tarantino radica en haber sacado de sus catacumbas los personajes y claves narrativas de un género ínfimo para ofrecerlo con un cierto talento a la luz del día del gran público. Y ésto, hay que reconocerlo, lo hace muy bien siempre amparado en la ignorancia del gran público sobre sus fuentes de inspiración, que en bastantes casos son mucho más que eso... y hasta aquí sigo leyendo.

"Amor a quemarropa" se rueda entre "Reservoir dogs" y "Pulp fiction" y es el único guión de largometraje que Tarantino no ha rodado él mismo.

Como comento, y por encima de todo, destaca en ella el talento de Tarantino para los diálogos como en la maravillosa secuencia que protagonizan Dennis Hopper y Christopher Walken (los sicilianos son negros...), que por si sola justifica toda la película, pero todo dentro de una historia que transcurre entre lo previsible y lo confuso y en la que brilla la presencia maravillosa de Patricia Arquette con la suficiente fuerza como para mantener el interés de esta historia incapaz de volar.



Tampoco resulta beneficioso para "Amor a quemarropa" que la dirija Tony, el hermanísimo de Ridley Scott, quién vuelve a mostrar su legendaria incapacidad para sacar partido a las historias multiplicando por mil el sentido esteticista tan propio en el cine de su hermano, pero que se convierte en el suyo en un acusado exceso que termina deviniendo a defecto.

Aceptable.