jueves, octubre 18, 2012
"El asunto es que. debido a que los ataques especulativos pueden
justificarse a si mismos, el hecho de seguir una política económica que
tenga sentido en términos de los elementos básicos no es suficiente para
asegurar la confianza del mercado. De hecho. la necesidad de ganarse esa
confianza puede, en efecto, impedir que un país siga políticas sensatas y
obligarlo a adoptar unas que normalmente se considerarían perversas."
(De vuelta a la economía de la Gran Depresión y la crisis 2008-2009, Paul Krugman)
“Déjenme repetirlo: existe una enorme y creciente brecha entre nuestra concepción de individuos de jure y nuestras posibilidades de transformarnos en individuos de facto –o sea, de tomar el control de nuestro destino y hacer las elecciones que verdaderamente deseamos hacer-. Es de las profundidades de ese abismo que emanan los efluvios venenosos que emponzoñan la vida de los individuos contemporáneos. Esa brecha, sin embargo, no puede ser zanjada por el esfuerzo individual únicamente: no con los recursos y medios disponibles en las políticas de vida autogestionadas. Zanjar esa brecha es asunto de la Política con P mayúscula. Puede suponerse que la brecha en cuestión se ha abierto y ensanchado justamente a causa del vaciamiento del espacio público, y en particular del ágora, ese espacio intermediario público/privado donde las políticas de vida se encuentran con la Política con mayúsculas, donde los problemas privados son traducidos al lenguaje de la cosa pública y donde se buscan, negocian y acuerdan soluciones públicas para los problemas privados…
… Y por lo tanto, en el espacio público hay cada vez menos temas públicos. Fracasa a la hora de cumplir su pasado rol de lugar de encuentro y diálogo entre problemas privados y asuntos públicos. Víctimas de las presiones individualizadoras, los individuos están siendo progresiva pero sistemáticamente despojados de la armadura protectora de su ciudadanía u expropiados de su habilidad e interés de ciudadanos. En estas circunstancias, las perspectivas de que el individuo de jure se transforme en un individuo de facto (o sea, aquel que controla los recursos indispensables de una genuina autodeterminación) son cada vez más remotas.
El individuo de jure no puede transformarse en un individuo de facto sin primero convertirse en ciudadano. No hay individuos autónomos sin una sociedad autónoma, y la autonomía de la sociedad exige una autoconstitución deliberada y reflexiva, algo que sólo puede ser alcanzado por el conjunto de sus miembros”
(La modernidad Líquida, Zygmunt Bauman)
miércoles, octubre 17, 2012
Esto también forma parte de esa realidad de la que tanto hablan...
"Según el New York Times, esta práctica es muy común entre las grandes familias, las grandes empresas y la gran banca. El fraude fiscal en estos sectores es enorme. Según la propia Agencia Tributaria española, el 74% del fraude fiscal se centra en estos grupos, con un total de 44.000 millones de euros que el Estado español (incluido el central y los autonómicos) no ingresa. Esta cantidad, por cierto, casi alcanza la cifra del déficit de gasto público social de España respecto la media de la UE-15 (66.000 millones de euros), es decir, el gasto que España debería gastarse en su Estado del Bienestar (sanidad, educación, escuelas de infancia, servicios a personas con dependencia, y otros) por el nivel de desarrollo económico que tiene y que no se gasta porque el Estado no recoge tales fondos. Y una de las causas de que no se recojan es precisamente el fraude fiscal realizado por estos colectivos citados en el New York Times. El resultado de su influencia es que el Estado no se atreve a recogerlos.
En realidad, la gran mayoría de investigaciones de fraude fiscal de la Agencia Tributaria se centra en los autónomos y profesionales liberales, cuyo fraude fiscal representa –según los técnicos de la Agencia Tributaria del Estado español- sólo el 8% del fraude fiscal total."
(El New YorK Times destapa a los grandes defraudadores españoles)
"Según el New York Times, esta práctica es muy común entre las grandes familias, las grandes empresas y la gran banca. El fraude fiscal en estos sectores es enorme. Según la propia Agencia Tributaria española, el 74% del fraude fiscal se centra en estos grupos, con un total de 44.000 millones de euros que el Estado español (incluido el central y los autonómicos) no ingresa. Esta cantidad, por cierto, casi alcanza la cifra del déficit de gasto público social de España respecto la media de la UE-15 (66.000 millones de euros), es decir, el gasto que España debería gastarse en su Estado del Bienestar (sanidad, educación, escuelas de infancia, servicios a personas con dependencia, y otros) por el nivel de desarrollo económico que tiene y que no se gasta porque el Estado no recoge tales fondos. Y una de las causas de que no se recojan es precisamente el fraude fiscal realizado por estos colectivos citados en el New York Times. El resultado de su influencia es que el Estado no se atreve a recogerlos.
En realidad, la gran mayoría de investigaciones de fraude fiscal de la Agencia Tributaria se centra en los autónomos y profesionales liberales, cuyo fraude fiscal representa –según los técnicos de la Agencia Tributaria del Estado español- sólo el 8% del fraude fiscal total."
(El New YorK Times destapa a los grandes defraudadores españoles)
Votar será ese poderoso sacramento de ciudadanía que los lobos y los colaboracionistas de los lobos dicen que es cuando se den las condiciones para que puedan suceder dos cosas:
- Que los políticos no puedan hacer lo que les de la gana una vez que han conseguido tu voto. No debería ser un eximente el desconocimiento de una realidad, la del poder, contemplada desde la oposición sino un agravante porque cuál es el valor de un político que no sabe de lo que habla.
- Que los ciudadanos puedan responsabilizarse de perseguir y exigir responsabilidades a los políticos que traicionen su confianza, que demuestren las razones de su ignorancia y las razones de su sorpresa.
Mientras tanto votar será una actividad infantil en la que no existe la responsabilidad ni la obligación para ninguna de las partes.
martes, octubre 16, 2012
La ciudad está llena de oficinistas
que,
definitivamente perdidos para la suerte
de su propia e inadvertida causa,
algunas veces y sin querer,
alzan los ojos, por alzar algo,
presintiendo, por presentir algo,
que la posibilidad de la lluvia
es una realidad más que cierta,
casi tan cierta, y sólo por creer en algo,
como la convenida suma
del total de sus gestos,
del total de sus pasos.
La ciudad está llena de oficinistas
unánimemente devorados por ese poder
que nunca termina de saciarse
puntualmente con sus entrañas,
que no deja de hacer posible el afilado rigor
en las ocho en punto de cada mañana,
consiguiendo que cada vez sean más los días
que escuálidos atienden al nombre de Lunes
con todo lo que ello implica
de condiciones climáticas desfavorables
para navegar a ojos abiertos
la convenida intemperie suya de cada día.
definitivamente perdidos para la suerte
de su propia e inadvertida causa,
algunas veces y sin querer,
alzan los ojos, por alzar algo,
presintiendo, por presentir algo,
que la posibilidad de la lluvia
es una realidad más que cierta,
casi tan cierta, y sólo por creer en algo,
como la convenida suma
del total de sus gestos,
del total de sus pasos.
La ciudad está llena de oficinistas
unánimemente devorados por ese poder
que nunca termina de saciarse
puntualmente con sus entrañas,
que no deja de hacer posible el afilado rigor
en las ocho en punto de cada mañana,
consiguiendo que cada vez sean más los días
que escuálidos atienden al nombre de Lunes
con todo lo que ello implica
de condiciones climáticas desfavorables
para navegar a ojos abiertos
la convenida intemperie suya de cada día.
lunes, octubre 15, 2012
Por si algún colaboracionista quiere contaros una película...
Dos datos:
- Por un lado, la mayoria de la deuda de las familias son de las que tienen un nivel de renta más elevado. La mayor parte del gasto es inmobiliario y de carácter especulativo, segundas y tercras viviendas
- Por otro lado el porcentaje de deuda total española que ocupa la deuda de las familias es solo del 20,6% frente al 57,3% de deuda que acaparan las grandes empresas y bancos.
No dejéis que los colaboracionistas os mientan a la cara...
Dos datos:
- Por un lado, la mayoria de la deuda de las familias son de las que tienen un nivel de renta más elevado. La mayor parte del gasto es inmobiliario y de carácter especulativo, segundas y tercras viviendas
- Por otro lado el porcentaje de deuda total española que ocupa la deuda de las familias es solo del 20,6% frente al 57,3% de deuda que acaparan las grandes empresas y bancos.
No dejéis que los colaboracionistas os mientan a la cara...
“Y además existe otro problema: tal y como lo sospechaba De Tocqueville, liberar a la gente puede volverla indiferente. El individuo es el enemigo número uno del ciudadano, sugería De Tocqueville. El ciudadano es una persona inclinada a procurar su propio bienestar a través del bienestar de su ciudad –mientras que el individuo tiende a la pasividad, al escepticismo, a la desconfianza hacia la causa común, el bien común, la sociedad buena o la sociedad justa ¿Qué significa bien común sino dejar que cada uno se satisfaga a su modo?”
Zygmunt Bauman, La modernidad líquida
“La capacidad autoafirmativa de hombres y mujeres individualizados en general no alcanza los requerimientos de una genuina autoconstitución. Como observa Leo Strauss, la otra cara de la libertad sin frenos es la insignificancia de la elección, y ambas caras se condicionan mutuamente: ¿por qué prohibirse lo que no tiene, en definitiva, mayores consecuencias? Un observador cínico podría decir que la libertad llega cuando ya no importa. Existe una desagradable mosca de impotencia en la sabrosa copa de la libertad, cocida en la olla de la individualización; ésa impotencia resulta tanto más odiosa, molesta y ofensiva en vistas del poder que la libertad nos debería conferir”
(Zygmunt Bauman, La modernidad líquida)
domingo, octubre 14, 2012
viernes, octubre 12, 2012
domingo, octubre 07, 2012
Todo es insostenible si el aparato productivo se para.
No hay dinero para nada si en absoluto hay dinero.
Y en este sentido el acreedor ha adoptado una posición rentista. Es más... se le ha permitido.
No se ha abordado la deuda pública desde el crecimiento económico y de la generación de riqueza, sino desde el trasvase de la poca riqueza que queda de una mano a otra-
No es una solución inteligente, pero queda para la historia.
Se ha olvidado lo obvio.
Y es ahí donde está la estafa.
El olvido existe desde una posición ideológica con el objetivo de generar una crisis de la que obtener un beneficio y una ventaja.
El olvido olvida las consecuencias sociales y casi biológicas que su propia existencia produce... porque el principal requisito para pagar una deuda es existir y estar vivo.
El sinsentido alcanza este nivel.
No es un tema de pagar o no la deuda, sino de cómo hacerlo... y no hay una única manera. Se ha hecho una elección a la luz de cuyas consecuencias esa opción será juzgada.
No hay dinero para nada si en absoluto hay dinero.
Y en este sentido el acreedor ha adoptado una posición rentista. Es más... se le ha permitido.
No se ha abordado la deuda pública desde el crecimiento económico y de la generación de riqueza, sino desde el trasvase de la poca riqueza que queda de una mano a otra-
No es una solución inteligente, pero queda para la historia.
Se ha olvidado lo obvio.
Y es ahí donde está la estafa.
El olvido existe desde una posición ideológica con el objetivo de generar una crisis de la que obtener un beneficio y una ventaja.
El olvido olvida las consecuencias sociales y casi biológicas que su propia existencia produce... porque el principal requisito para pagar una deuda es existir y estar vivo.
El sinsentido alcanza este nivel.
No es un tema de pagar o no la deuda, sino de cómo hacerlo... y no hay una única manera. Se ha hecho una elección a la luz de cuyas consecuencias esa opción será juzgada.
martes, octubre 02, 2012
Lo mejor que te puede pasar en esta sociedad es fracasar según sus estándares...
Es la única manera de ser libre.
Fracasad!
Daros prisa.
Emplead todo vuestro tiempo en hacerlo....
No tengáis miedo.
Fracasad.
Fracasad cuanto antes.
No hay otra opción.
Que no sepan qué hacer con vosotros,
que no sepan cómo utilizaros.
Fracasemos todos,
de una vez,
ya,
ahora mismo
Es la única manera de ser libre.
Fracasad!
Daros prisa.
Emplead todo vuestro tiempo en hacerlo....
No tengáis miedo.
Fracasad.
Fracasad cuanto antes.
No hay otra opción.
Que no sepan qué hacer con vosotros,
que no sepan cómo utilizaros.
Fracasemos todos,
de una vez,
ya,
ahora mismo
domingo, septiembre 30, 2012
Vanishing point
En realidad, "Vanishing point" es un western.
Kowalski, un misterioso bala perdida cuya desafortunada vida el espectador va conociendo a lo largo de la película, decide convertir su forma de vivir en una apuesta, aspecto que se revelará esencial a la hora de entender al personaje y su trayectoria vital en los flashbacks que la historia va mostrando.
Kowalsky apostará con un colega que entregará el coche que debe llevar desde Denver a San Francisco antes de que el fin de semana que comienza termine.
Esta decisión aparentemente caprichosa y loca, pero que el espectador atento entenderá como justificada una vez conoce al protagonista es el detonante de una enloquecida cabalgada por las carreteras interminables de los Estados Unidos camino del océano Pacífico.
"Vanishing point" es una película sobre los límites.
El territorio está lleno de límites, ya no es posible cabalgar hacia donde uno quiere y como uno quiere.
Alrededor del héroe y su voluntad de existir se han ido construyendo como una telaraña una serie de constricciones que hacen imposible la verdadera libertad y así la cabalgada de Kowalski a doscientos kilómetros por ahora se convierte en una espectacular huida hacia delante que certifica el final del horizonte como posibilidad de escape que una vez fue la idea esencial que hizo posible a los Estados Unidos como territorio para la esperanza.
Conforme el bólido avanza, Kowalski, el último cowboy, el último beatnik, arrastra tras de si todas las barreras visibles e invisibles que atraviesa, unas barreras que se convierten en una sombra cada vez más alargada y pesada de la que no podrá librarse, una sombra que de alguna forma también es la oscura nube de su pasado.
Ya no es posible escapar.
La esperanza no es posible.
Hasta el espacio y el tiempo tienen dueño, una manera de ver que esa manera de entender los Estados Unidos claramente ha muerto y la heroicidad de Kowalski consiste precisamente en demostrarlo con cada control de policía que esquiva o salta.
Esa carrera le conducirá al desierto convertido en una abandonada playa donde los rechazados como él por esa estructura llena de límites han sido conducidos en su afán de buscar como Kowalsky una posibilidad de escape entre el cielo y la tierra.
"Vanishing point" es una película hermosa, llena de poesía sobre los límites, la imposibilidad de escapar y del autenticamente humano instinto de continuar intentándolo aunque ya no haya lugar a donde ir.
Obra maestra.
Kowalski, un misterioso bala perdida cuya desafortunada vida el espectador va conociendo a lo largo de la película, decide convertir su forma de vivir en una apuesta, aspecto que se revelará esencial a la hora de entender al personaje y su trayectoria vital en los flashbacks que la historia va mostrando.
Kowalsky apostará con un colega que entregará el coche que debe llevar desde Denver a San Francisco antes de que el fin de semana que comienza termine.
Esta decisión aparentemente caprichosa y loca, pero que el espectador atento entenderá como justificada una vez conoce al protagonista es el detonante de una enloquecida cabalgada por las carreteras interminables de los Estados Unidos camino del océano Pacífico.
"Vanishing point" es una película sobre los límites.
El territorio está lleno de límites, ya no es posible cabalgar hacia donde uno quiere y como uno quiere.
Alrededor del héroe y su voluntad de existir se han ido construyendo como una telaraña una serie de constricciones que hacen imposible la verdadera libertad y así la cabalgada de Kowalski a doscientos kilómetros por ahora se convierte en una espectacular huida hacia delante que certifica el final del horizonte como posibilidad de escape que una vez fue la idea esencial que hizo posible a los Estados Unidos como territorio para la esperanza.
Conforme el bólido avanza, Kowalski, el último cowboy, el último beatnik, arrastra tras de si todas las barreras visibles e invisibles que atraviesa, unas barreras que se convierten en una sombra cada vez más alargada y pesada de la que no podrá librarse, una sombra que de alguna forma también es la oscura nube de su pasado.
Ya no es posible escapar.
La esperanza no es posible.
Hasta el espacio y el tiempo tienen dueño, una manera de ver que esa manera de entender los Estados Unidos claramente ha muerto y la heroicidad de Kowalski consiste precisamente en demostrarlo con cada control de policía que esquiva o salta.
Esa carrera le conducirá al desierto convertido en una abandonada playa donde los rechazados como él por esa estructura llena de límites han sido conducidos en su afán de buscar como Kowalsky una posibilidad de escape entre el cielo y la tierra.
"Vanishing point" es una película hermosa, llena de poesía sobre los límites, la imposibilidad de escapar y del autenticamente humano instinto de continuar intentándolo aunque ya no haya lugar a donde ir.
Obra maestra.
sábado, septiembre 29, 2012
Boss
Me lamo y me relamo... y sólo llevo tres capítulos de la primera temporada.
"Boss" es sencillamente fantástica.
Continuando la línea iniciada por "The Wire, en la que se nos mostraba una descripción agria de la ciudad como un sistema amoral del que el bien y el mal formaban parte de manera necesaria y en el que la justicia no siempre era posible cuando entraban en juego la trama de intereses que verdaderamente detentaban el verdadero poder, "Boss" nos ofrece una descripción de esa trama de intereses que funciona bajo la apariencia de las sociedades democráticas.
La serie se centra en Tom Kane, alcalde de Chicago, magnificamente interpretado por el brillante Kelsey Grammer. El es el boss al que todos se deben y que da titulo a la serie.
En torno a él se despliegan una serie de líneas narrativas que tienen que ver con su propia vida, la gestión de la ciudad y la gestión de la política del estado.
"Boss" nos muestra esos despachos y rincones discretos donde la mecánica de los intereses se lleva a cabo y lo hace de una manera descarnada y dura, ofreciéndonos un retrato de la política como espacio para la gestión de los intereses privados bajo la bandera de lo público que bien puede servir como retrato de las maneras hipócritas neoliberales de hacer.
El dinero es una cosa muy seria, los errores se pagan, uno vale la última fortuna que ha ganado, cada día se empieza de cero y nadie anda con tonterías.
"Boss" es una crónica talentosa y muy verosimil de lo que sucede en las copas de los arboles de la jungla de asfalto.
Sólo llevo tres capítulos para ya me es imprescindible.
Por derecho ya está en mi panteón de series ilustres.
"Boss" es sencillamente fantástica.
Continuando la línea iniciada por "The Wire, en la que se nos mostraba una descripción agria de la ciudad como un sistema amoral del que el bien y el mal formaban parte de manera necesaria y en el que la justicia no siempre era posible cuando entraban en juego la trama de intereses que verdaderamente detentaban el verdadero poder, "Boss" nos ofrece una descripción de esa trama de intereses que funciona bajo la apariencia de las sociedades democráticas.
La serie se centra en Tom Kane, alcalde de Chicago, magnificamente interpretado por el brillante Kelsey Grammer. El es el boss al que todos se deben y que da titulo a la serie.
En torno a él se despliegan una serie de líneas narrativas que tienen que ver con su propia vida, la gestión de la ciudad y la gestión de la política del estado.
"Boss" nos muestra esos despachos y rincones discretos donde la mecánica de los intereses se lleva a cabo y lo hace de una manera descarnada y dura, ofreciéndonos un retrato de la política como espacio para la gestión de los intereses privados bajo la bandera de lo público que bien puede servir como retrato de las maneras hipócritas neoliberales de hacer.
El dinero es una cosa muy seria, los errores se pagan, uno vale la última fortuna que ha ganado, cada día se empieza de cero y nadie anda con tonterías.
"Boss" es una crónica talentosa y muy verosimil de lo que sucede en las copas de los arboles de la jungla de asfalto.
Sólo llevo tres capítulos para ya me es imprescindible.
Por derecho ya está en mi panteón de series ilustres.
jueves, septiembre 27, 2012
Film Socialisme
Godard nunca ha sido un director fácil.
Su cine no está hecho para espectadores diletantes, que busquen el mero entretenimiento, porque el cine de Godard produce imágenes y significados salvajes, planteamientos nada dóciles que constantemente interpelan la mirada del espectador.
Uno no se limita a ver una película de Godard, la enfrenta y se encuentra además frente a un narrador poderoso e implacable, que para complicar las cosas aún más nunca ha tenido el menor pudor a la hora de mostrar la diferencia ni la menor preocupación por pasar por loco o farsante.
El cine de Godard siempre fue otra cosa y es precisamente eso, otra cosa, lo que es su nuevo experimento visual y narrativo.
El espectador que se enfrente a "Film Socialisme" asistirá a una hoguera de imágenes y significados en la que de manera fragmentaria crepitan y desaparecen en la oscuridad sentidos dispersos que como consignas son proferidos uno detras de otro, sin aparente conexión pero que terminan por configurar una espesa cortina de significado
"Film Socialisme" no es una película, es una interpelación al espectador, una interferencia que le avisa, que le muestra pedazos de una pregunta que por el momento no tiene respuesta.... porque es demasiado pronto tener conciencia clara de lo que significa la pregunta.
No apta para los que no van al cine a escuchar.
Su cine no está hecho para espectadores diletantes, que busquen el mero entretenimiento, porque el cine de Godard produce imágenes y significados salvajes, planteamientos nada dóciles que constantemente interpelan la mirada del espectador.
Uno no se limita a ver una película de Godard, la enfrenta y se encuentra además frente a un narrador poderoso e implacable, que para complicar las cosas aún más nunca ha tenido el menor pudor a la hora de mostrar la diferencia ni la menor preocupación por pasar por loco o farsante.
El cine de Godard siempre fue otra cosa y es precisamente eso, otra cosa, lo que es su nuevo experimento visual y narrativo.
El espectador que se enfrente a "Film Socialisme" asistirá a una hoguera de imágenes y significados en la que de manera fragmentaria crepitan y desaparecen en la oscuridad sentidos dispersos que como consignas son proferidos uno detras de otro, sin aparente conexión pero que terminan por configurar una espesa cortina de significado
"Film Socialisme" no es una película, es una interpelación al espectador, una interferencia que le avisa, que le muestra pedazos de una pregunta que por el momento no tiene respuesta.... porque es demasiado pronto tener conciencia clara de lo que significa la pregunta.
No apta para los que no van al cine a escuchar.
The newsroom
Me ha gustado mucho la nueva propuesta de Aaron Sorkin. Esperaré con ansiedad la segunda temporada que está prevista para el año 2013.
Todo lo que escribí en mi primer post sobre esta serie tras sólo la visión del primer capítulo sigue siendo vigente una vez vista la temporada completa.
Del mismo modo que en "El ala Oeste de la Casa Blanca", donde hacía un retrato inteligente y talentoso del ideal de la gestión política, en "The newsroom" Sorkin presenta un retrato brillante de la gestión perfecta del oficio del periodismo.
Sorkin realiza una suerte de platonismo, de elaboración de arquetipos ideales de gestión de los poderes de los estados democráticos occidentales. Modelos contra los que medirse y a los que admirar desde la bondad de los ideales y las intenciones que inspiran a sus protagonistas. Probablemente nunca estemos a la altura de su Presidente Josiah Bartlet o de su periodista Will Mc Avoy, pero se trata de modelos, de vidas ejemplares civiles que marcan un ritmo, una pauta y también una frontera entre la ética y la conveniencia absolutamente contracorriente en una época en que Gordon Gecko de la "Wall Street" de Oliver Stone parece ser el referente de conducta.
Se trata de ofrecer ejemplos desde el lado luminoso y en este sentido la propuesta de Sorkin recuerda a la propuesta moral que se encontraba soportando todo el cine del norteamericano Frank Capra, un cine que a su vez suministraba la base ideológica del New Deal del Presidente Roosevelt.
Se necesitan ejemplos de lo bueno que fundamenten una didáctica ciudadana en democracia que increíblemente brillan por su ausencia en unos medios donde prima el mensaje cínico y adaptativo a una realidad sobre la que nadie parece tener control.
Es cierto que es naif y sentimental, pero lo increible es que no es menos cierto que lo que más necesitamos son esos grandes tontos (ver el último capítulo para entender) para poner un poco de criterio en este desconcierto de intereses, creados o no y de necesidades, reales o no, que desde fuera suena tan desafinado. Y Sorkin pone su granito de arena, ejemplos de tontos que son capaces de arriesgar donde los listos no se la juegan.
Brillante.
Todo lo que escribí en mi primer post sobre esta serie tras sólo la visión del primer capítulo sigue siendo vigente una vez vista la temporada completa.
Del mismo modo que en "El ala Oeste de la Casa Blanca", donde hacía un retrato inteligente y talentoso del ideal de la gestión política, en "The newsroom" Sorkin presenta un retrato brillante de la gestión perfecta del oficio del periodismo.
Sorkin realiza una suerte de platonismo, de elaboración de arquetipos ideales de gestión de los poderes de los estados democráticos occidentales. Modelos contra los que medirse y a los que admirar desde la bondad de los ideales y las intenciones que inspiran a sus protagonistas. Probablemente nunca estemos a la altura de su Presidente Josiah Bartlet o de su periodista Will Mc Avoy, pero se trata de modelos, de vidas ejemplares civiles que marcan un ritmo, una pauta y también una frontera entre la ética y la conveniencia absolutamente contracorriente en una época en que Gordon Gecko de la "Wall Street" de Oliver Stone parece ser el referente de conducta.
Se trata de ofrecer ejemplos desde el lado luminoso y en este sentido la propuesta de Sorkin recuerda a la propuesta moral que se encontraba soportando todo el cine del norteamericano Frank Capra, un cine que a su vez suministraba la base ideológica del New Deal del Presidente Roosevelt.
Se necesitan ejemplos de lo bueno que fundamenten una didáctica ciudadana en democracia que increíblemente brillan por su ausencia en unos medios donde prima el mensaje cínico y adaptativo a una realidad sobre la que nadie parece tener control.
Es cierto que es naif y sentimental, pero lo increible es que no es menos cierto que lo que más necesitamos son esos grandes tontos (ver el último capítulo para entender) para poner un poco de criterio en este desconcierto de intereses, creados o no y de necesidades, reales o no, que desde fuera suena tan desafinado. Y Sorkin pone su granito de arena, ejemplos de tontos que son capaces de arriesgar donde los listos no se la juegan.
Brillante.
Los mercados sancionan la falta de definición del gobierno español al respecto del rescate financiero y lo hacen incrementando la prima de riesgo mientras el presidente del gobierno de España hace depender su decisión sobre si tomar el rescate o no al nivel que alcance la prima de riesgo...
Voy a ponerme la nariz de payaso...
miércoles, septiembre 26, 2012
Mapa para entender una democracia blanda
1.- Sobre una estructura superficial de derechos y libertades funciona una estructura profunda de intereses... La primera es democrática y la segunda no. La primera está compuesta por una lógica mecánica de trabajo y consumo y la segunda está animada por la lógica del poder
2.- Nada interrumpe el buen y regular funcionamiento de la estructura superficial que es real. Somos libres dentro de una realidad con sus cosas buenas y sus cosas malas.
3.- Por debajo de ese buen y regular funcionamiento de la estructura superficial sucede de manera interconectada el magmático juego de poder de esos intereses cuyos miembros van y vienen de un nivel a otro.
4.- Hay una relación simbiótica entre ambos niveles, pero existe una oculta relación jerárquica que subordina la realidad del nivel superficial a los intereses del nivel oculto
5.- Nada sucede mientras ambas realidades son compatibles.
6.- Nada interrumple el funcionamiento del democrático mundo de derechos y libertades.
7.- No obstante, esa compatibilidad no es siempre posible. Se producen puntos de fuga y ruptura en los que los intereses entran en colisión con la lógica de desenvolvimiento de la superficie.
8.- Esos puntos son lugares en el espacio de la estructura superficial o momento en el tiempo, en el desenvolvimiento de esa estructura en el tiempo.
9.- Son espacio para el conflicto en los que se suspende la realidad de nivel superficial y se imponen los criterios del nivel profundo de la manera que sea y a cualquier coste
10.- Para legitimar su acción el nivel profundo dispone de la realidad democrática que existe libre, sin sus interferencias y lo hacen remitiéndose a la incontrovertible realidad de esa libertad, negando intereses ocultos y apuntando al bien común con la ayuda de la estructura oficial de los medios de comunicación.
Se trata de interferencias, de lugares y momentos en los que es inevitable la intervención de ese orden implicado de realidad.
Uno es libre en tanto en cuanto su libertad no afecte a los intereses de ese orden implicado. Si esa libertad les afecta enseguida es corregida y reconducida.
El objetivo de ese orden implicado es reducir al minimo esos puntos de ruptura.
Su objetivo es transparentarse en un orden superficial basado en un mito de derechos y libertades pero que tiende a convertirse en un orden maquinal de trabajo y ocio
1.- Sobre una estructura superficial de derechos y libertades funciona una estructura profunda de intereses... La primera es democrática y la segunda no. La primera está compuesta por una lógica mecánica de trabajo y consumo y la segunda está animada por la lógica del poder
2.- Nada interrumpe el buen y regular funcionamiento de la estructura superficial que es real. Somos libres dentro de una realidad con sus cosas buenas y sus cosas malas.
3.- Por debajo de ese buen y regular funcionamiento de la estructura superficial sucede de manera interconectada el magmático juego de poder de esos intereses cuyos miembros van y vienen de un nivel a otro.
4.- Hay una relación simbiótica entre ambos niveles, pero existe una oculta relación jerárquica que subordina la realidad del nivel superficial a los intereses del nivel oculto
5.- Nada sucede mientras ambas realidades son compatibles.
6.- Nada interrumple el funcionamiento del democrático mundo de derechos y libertades.
7.- No obstante, esa compatibilidad no es siempre posible. Se producen puntos de fuga y ruptura en los que los intereses entran en colisión con la lógica de desenvolvimiento de la superficie.
8.- Esos puntos son lugares en el espacio de la estructura superficial o momento en el tiempo, en el desenvolvimiento de esa estructura en el tiempo.
9.- Son espacio para el conflicto en los que se suspende la realidad de nivel superficial y se imponen los criterios del nivel profundo de la manera que sea y a cualquier coste
10.- Para legitimar su acción el nivel profundo dispone de la realidad democrática que existe libre, sin sus interferencias y lo hacen remitiéndose a la incontrovertible realidad de esa libertad, negando intereses ocultos y apuntando al bien común con la ayuda de la estructura oficial de los medios de comunicación.
Se trata de interferencias, de lugares y momentos en los que es inevitable la intervención de ese orden implicado de realidad.
Uno es libre en tanto en cuanto su libertad no afecte a los intereses de ese orden implicado. Si esa libertad les afecta enseguida es corregida y reconducida.
El objetivo de ese orden implicado es reducir al minimo esos puntos de ruptura.
Su objetivo es transparentarse en un orden superficial basado en un mito de derechos y libertades pero que tiende a convertirse en un orden maquinal de trabajo y ocio
Del mismo modo que existen unos Presupuestos Generales del Estado con valor de Ley Orgánica deberían existir unas Proposiciones Generales de Proyecto de Estado con el mismo valor de ley.
Los programas electorales deberían tener valor de ley unas vez que el partido que gana las elecciones obtiene el gobierno.
Los programas deberían convertirse en Proposición General de Proyecto de Estado en base a la cual elaborar la correspondiente ley de presupuestos.
Los programas electorales deberían ser ley.
Pondrían en valor las campañas electorales evitando que se conviertan en una subasta de buenas palabras y malas intenciones.
Controlarían el valor político de quienes se presentan obligándoles a presentar un planteamiento ajustado, político y serio de su proyecto político.
Evitarían las tentaciones totalitarias de hacer exactamente lo contrario a lo que han prometido o, como mínimo, habría un control de la gestión de los cambios especialmente en casos de mayoría absoluta como el que nos ocupa.
La soberanía reside en el pueblo y no en sus representantes, que la detentan temporalmente sin que ésto sea una especie de sacerdocio que les habilita como propietarios y exégetas de la misma.
La representación existe por motivos prácticos... y por nada más. Y cuantas más medidas se adopten para que quién es verdaderamente soberano tenga más control de su destino más fuerte será la democracia.
Es necesario controlar a los representantes. Habría que profundizar en la división de poderes de Montesquieu y el legislativo también debería tener su propia división de poderes evitando el mandato plenipotenciario de los representantes cada cuatro años.
Los programas electorales deberían tener valor de ley unas vez que el partido que gana las elecciones obtiene el gobierno.
Los programas deberían convertirse en Proposición General de Proyecto de Estado en base a la cual elaborar la correspondiente ley de presupuestos.
Los programas electorales deberían ser ley.
Pondrían en valor las campañas electorales evitando que se conviertan en una subasta de buenas palabras y malas intenciones.
Controlarían el valor político de quienes se presentan obligándoles a presentar un planteamiento ajustado, político y serio de su proyecto político.
Evitarían las tentaciones totalitarias de hacer exactamente lo contrario a lo que han prometido o, como mínimo, habría un control de la gestión de los cambios especialmente en casos de mayoría absoluta como el que nos ocupa.
La soberanía reside en el pueblo y no en sus representantes, que la detentan temporalmente sin que ésto sea una especie de sacerdocio que les habilita como propietarios y exégetas de la misma.
La representación existe por motivos prácticos... y por nada más. Y cuantas más medidas se adopten para que quién es verdaderamente soberano tenga más control de su destino más fuerte será la democracia.
Es necesario controlar a los representantes. Habría que profundizar en la división de poderes de Montesquieu y el legislativo también debería tener su propia división de poderes evitando el mandato plenipotenciario de los representantes cada cuatro años.
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