Y llega el segundo capítulo...
Dejamos a nuestro futuro líder atrincherado en la modestia del justo, reconociendo la necesidad de un cambio pero respetando las decisiones del colectivo y por supuesto declarándose al servicio de esa misma colectividad si llegara a pedirle el favor de ejercer el liderazgo.
¿Qué es lo siguiente?
La constatación de su necesidad y para fundamentarla nada mejor que una encuesta adecuada, una encuesta bien cocinada que le compare con cosas relativamente incomparables: políticos que pertenecen a fuerzas políticas menores o a fuerzas políticas autonómicas y menores o a colectivos que no tienen general penetración en nuestra sociedad o directamente desconocidos pertenecientes a formaciones del mismo nivel que la socialista... todos ellos, por supuesto, no han sido "vendidos" al público que es universo de la encuesta como Madina, es decir, como alternativas de liderazgo y de hecho los partidos y organizaciones de las que forman parte nunca van a estar en condiciones de gobernar como el Partido Socialista al que Madina pertenece. Por lo tanto es muy complicado que el entrevistado los vea al mismo nivel... de hecho ya va a ser difícil que los vea simplemente.
Y por supuesto las opciones del Partido Popular con las que se compara a Madina también tienen como he comentado su trampa: son falsos jóvenes que sacan a Madina como mínimo diez años y alguno de ellos directamente es un desconocido para la gran mayoría...
El resultado es que, y según como haya sido formulada la pregunta, Madina siempre será el que tenga más probabilidades de ser el mejor valorado
Pero el objetivo de la encuesta sabiamente cocinada es el buscado: como mínimo la constatación de una potencialidad y como máximo la constatación de una aclamación.
El líder ya no puede negarse. Ya hay pruebas, una encuesta que científicamente le acredita como el que no está seguro de ser. Debe salir de las sombras y asumir esa condición que él se niega investido de la modestia de los justos pero que el rebaño le reconoce, los animalillos somos así... Le agradecemos la duda, sabemos que es un privilegio y una gran responsabilidad gobernarnos, pero le necesitamos y él ya tiene una prueba evidente de nuestro amor, la constatación de su carismática condición.
Ahora debe bajar de los cielos y hacernos suyo para cumplir con su sagrada misión... de ganar las elecciones.
Dejamos a nuestro futuro líder atrincherado en la modestia del justo, reconociendo la necesidad de un cambio pero respetando las decisiones del colectivo y por supuesto declarándose al servicio de esa misma colectividad si llegara a pedirle el favor de ejercer el liderazgo.
¿Qué es lo siguiente?
La constatación de su necesidad y para fundamentarla nada mejor que una encuesta adecuada, una encuesta bien cocinada que le compare con cosas relativamente incomparables: políticos que pertenecen a fuerzas políticas menores o a fuerzas políticas autonómicas y menores o a colectivos que no tienen general penetración en nuestra sociedad o directamente desconocidos pertenecientes a formaciones del mismo nivel que la socialista... todos ellos, por supuesto, no han sido "vendidos" al público que es universo de la encuesta como Madina, es decir, como alternativas de liderazgo y de hecho los partidos y organizaciones de las que forman parte nunca van a estar en condiciones de gobernar como el Partido Socialista al que Madina pertenece. Por lo tanto es muy complicado que el entrevistado los vea al mismo nivel... de hecho ya va a ser difícil que los vea simplemente.
Y por supuesto las opciones del Partido Popular con las que se compara a Madina también tienen como he comentado su trampa: son falsos jóvenes que sacan a Madina como mínimo diez años y alguno de ellos directamente es un desconocido para la gran mayoría...
El resultado es que, y según como haya sido formulada la pregunta, Madina siempre será el que tenga más probabilidades de ser el mejor valorado
Pero el objetivo de la encuesta sabiamente cocinada es el buscado: como mínimo la constatación de una potencialidad y como máximo la constatación de una aclamación.
El líder ya no puede negarse. Ya hay pruebas, una encuesta que científicamente le acredita como el que no está seguro de ser. Debe salir de las sombras y asumir esa condición que él se niega investido de la modestia de los justos pero que el rebaño le reconoce, los animalillos somos así... Le agradecemos la duda, sabemos que es un privilegio y una gran responsabilidad gobernarnos, pero le necesitamos y él ya tiene una prueba evidente de nuestro amor, la constatación de su carismática condición.
Ahora debe bajar de los cielos y hacernos suyo para cumplir con su sagrada misión... de ganar las elecciones.