Madre del amor hermoso!
Así, a bote pronto, creo que "The Counsellor" es la peor película de Ridley Scott.
Es difícil manejar en estos tiempos el término "pedante". Como el nivel es el que es, pero la autoestima sigue siendo grande cada vez más se emplea esa palabra para designar a aquellos que saben y no les importa demostrarlo.
Es triste pero es así.
Como opinar se ha vuelto más importante que tener la opinión, el pedante de hoy en día es ese que opina con el suficiente criterio como para que los que no lo tienen se tengan que callar, pero en otros tiempos no fue así. Un pedante era aquel que sobrerrepresentaba su saber, que exageraba su respuesta generando un espectáculo desproporcionado y narcisista que más que manifestar un saber estaba dedicado a expresar la distancia que separa al que sabe del que no.
Ahora, desgraciadamente, basta con saber para ser considerado pedante, pero esa es otra historia.
Resumiendo, podríamos considerar pedante al que es artificioso y excesivo en la expresión del saber y es en este sentido en el que encuentro a "The Counsellor" tan irritantemente pedante.
Sobre un guión escrito por un Cormac McCarfthy empeñado en demostrar que puede ser mejor que Quentin Tarantino precisamente en lo que Tarantino es imbatible, "The Counsellor" es una pesada sucesión de monólogos en el que algunas frases interesantes quedan sepultadas por una interminable verborrea más propias de dipsómanos tirados sobre la barra de un bar.
Pero lo peor de "The Counsellor" no es éso, lo peor es que bajo esa exagerada e inmisericorde verborrea... ya uno se imagina lo peor con el increíble y absurdo monólogo del joyero judío que interpreta Bruno Ganz.... lo peor es que bajo esa exagerada e imposible verborrea queda sepultado cualquier posibilidad de acción y de historia, convertida en una mera percha sobre la que cada personaje cuente su filosófico y sabio punto de vista sobre el estado de cosas.
Porque parece que la anécdota, el plumaje verbal que exhiben los diferentes personajes en general con dudoso éxito, es mucho más importante que la categoría y la categoría es una historia que podría tener su interés de no ser por todos esos pesados que se van sucediendo en una suerte de insoportable feria de las vanidades dedicada a saturar el aire de palabras.
El resultado es pesado hasta decir basta, un largo horror lleno de estrellas: Fassbender, Diaz, Cruz, Bardem, Pitt...
Insoportable por encima de cualquier expectativa.
Así, a bote pronto, creo que "The Counsellor" es la peor película de Ridley Scott.
Es difícil manejar en estos tiempos el término "pedante". Como el nivel es el que es, pero la autoestima sigue siendo grande cada vez más se emplea esa palabra para designar a aquellos que saben y no les importa demostrarlo.
Es triste pero es así.
Como opinar se ha vuelto más importante que tener la opinión, el pedante de hoy en día es ese que opina con el suficiente criterio como para que los que no lo tienen se tengan que callar, pero en otros tiempos no fue así. Un pedante era aquel que sobrerrepresentaba su saber, que exageraba su respuesta generando un espectáculo desproporcionado y narcisista que más que manifestar un saber estaba dedicado a expresar la distancia que separa al que sabe del que no.
Ahora, desgraciadamente, basta con saber para ser considerado pedante, pero esa es otra historia.
Sobre un guión escrito por un Cormac McCarfthy empeñado en demostrar que puede ser mejor que Quentin Tarantino precisamente en lo que Tarantino es imbatible, "The Counsellor" es una pesada sucesión de monólogos en el que algunas frases interesantes quedan sepultadas por una interminable verborrea más propias de dipsómanos tirados sobre la barra de un bar.
Pero lo peor de "The Counsellor" no es éso, lo peor es que bajo esa exagerada e inmisericorde verborrea... ya uno se imagina lo peor con el increíble y absurdo monólogo del joyero judío que interpreta Bruno Ganz.... lo peor es que bajo esa exagerada e imposible verborrea queda sepultado cualquier posibilidad de acción y de historia, convertida en una mera percha sobre la que cada personaje cuente su filosófico y sabio punto de vista sobre el estado de cosas.
Porque parece que la anécdota, el plumaje verbal que exhiben los diferentes personajes en general con dudoso éxito, es mucho más importante que la categoría y la categoría es una historia que podría tener su interés de no ser por todos esos pesados que se van sucediendo en una suerte de insoportable feria de las vanidades dedicada a saturar el aire de palabras.
El resultado es pesado hasta decir basta, un largo horror lleno de estrellas: Fassbender, Diaz, Cruz, Bardem, Pitt...
Insoportable por encima de cualquier expectativa.