“Su reacción inicial fue insistir en que el capitalismo, aunque pudiera parecer que representaba una finalidad universal de la historia, en realidad estaba destruyendo cualquier finalidad posible, puesto que no encarnaba ningún valor más elevado que el de la mera seguridad fáctica. «El capital no tiene necesidad de legitimación alguna, no prescribe nada, en el sentido estricto de obligación, ni tiene ninguna regla normativa que decretar. Está presente en todas partes, pero como necesidad y no como finalidad.”
sábado, diciembre 19, 2015
viernes, diciembre 18, 2015
The Assassin
Y llega Hou Hsiao Hsien para convertirse en el Sergio Leone del wuxia, genero de artes marciales que sucede en la época medieval china.
Porque si algo hay en "The Assassin" es pausa y esteticismo.
Las imágenes que con gusto y talento construye Hsien son sencillamente prodigiosas, desde el puro blanco y negro inicial hasta ese color vago y onirico entreverado con las gasas y visillos que caracteriza de manera brillante y novedosa casi todas las escenas de interior en los palacios.
Otra cosa es que "The Assassin" se entienda.
Y ahí no paso lista.
Cada uno decide donde poner su línea.
Pero en lo que a mi me atañe que es por supuesto mi caso tengo que decir que no termino de entender quién es cada personaje y a qué dedican el tiempo libre.
En este sentido, "The Assassin" es una de esas películas encantadas de sí mismas, en las que la forma predomina sobre el fondo, dedicado fundamentalmente a convertirse en la necesaria percha sobre la que vertebrar el virtuosismo a la hora de construir imágenes.
Y ahí, mi mirada obsesiva-compulsiva encuentra un molesto desequilibrio que me acompaña a lo largo de una película en la que, en algunos momentos, no se de qué diablos hablan algunos de los personajes... cuando los reconozco, especialmente los hombres.
En cualquier caso, visualmente atractiva lo es y un rato.
La nada magníficamente envuelta en seda. niebla y celofán.
Porque si algo hay en "The Assassin" es pausa y esteticismo.
Las imágenes que con gusto y talento construye Hsien son sencillamente prodigiosas, desde el puro blanco y negro inicial hasta ese color vago y onirico entreverado con las gasas y visillos que caracteriza de manera brillante y novedosa casi todas las escenas de interior en los palacios.
Otra cosa es que "The Assassin" se entienda.
Y ahí no paso lista.
Cada uno decide donde poner su línea.
Pero en lo que a mi me atañe que es por supuesto mi caso tengo que decir que no termino de entender quién es cada personaje y a qué dedican el tiempo libre.
En este sentido, "The Assassin" es una de esas películas encantadas de sí mismas, en las que la forma predomina sobre el fondo, dedicado fundamentalmente a convertirse en la necesaria percha sobre la que vertebrar el virtuosismo a la hora de construir imágenes.
Y ahí, mi mirada obsesiva-compulsiva encuentra un molesto desequilibrio que me acompaña a lo largo de una película en la que, en algunos momentos, no se de qué diablos hablan algunos de los personajes... cuando los reconozco, especialmente los hombres.
En cualquier caso, visualmente atractiva lo es y un rato.
La nada magníficamente envuelta en seda. niebla y celofán.
Avatar
Al final, si te descuidas
acabas muriendo en tierra extraña,
lejos de ti,
enterrado bajo el peso de mil murallas;
confinado dentro de una forma
que a sólo a duras penas,
y tras mucho esfuerzo,
dices ser tú;
esperando que fieles,
como un espejo,
los otros te devuelvan el artificio
que envuelve con mayor o menor destreza
tu esencial dudar
convertido en el aéreo volar
de una incontrovertible certeza
que te hace ser visible,
estar presente,
contar.
acabas muriendo en tierra extraña,
lejos de ti,
enterrado bajo el peso de mil murallas;
confinado dentro de una forma
que a sólo a duras penas,
y tras mucho esfuerzo,
dices ser tú;
esperando que fieles,
como un espejo,
los otros te devuelvan el artificio
que envuelve con mayor o menor destreza
tu esencial dudar
convertido en el aéreo volar
de una incontrovertible certeza
que te hace ser visible,
estar presente,
contar.
domingo, diciembre 13, 2015
Tesis sobre la historia y otros fragmentos. Walter Benjamin
El gran error...
"Es la tradición de los oprimidos, en la cual la clase trabajadora se presenta como la última clase avasallada, como la clase vengadora, la clase liberadora. De esta conciencia se deshizo la socialdemocracia desde un principio. Le atribuyó a la clase trabajadora el papel de redentora de generaciones venideras. Con ello le cercenó el tendón de su fuerza. En esta escuela, la clase desaprendió lo mismo el odio que la capacidad de sacrificio. Ya que éstos se nutren más de la imagen verdadera de los antecesores sometidos que de la imagen ideal de los descendientes liberados. En los inicios de la Revolución Rusa estaba viva una conciencia de esto. Si la consigna “ni gloria para el vencedor ni piedad para el vencido” es tan conmovedora, lo es porque expresa antes una solidaridad con los hermanos muertos que con los hermanos por venir. "
"Es la tradición de los oprimidos, en la cual la clase trabajadora se presenta como la última clase avasallada, como la clase vengadora, la clase liberadora. De esta conciencia se deshizo la socialdemocracia desde un principio. Le atribuyó a la clase trabajadora el papel de redentora de generaciones venideras. Con ello le cercenó el tendón de su fuerza. En esta escuela, la clase desaprendió lo mismo el odio que la capacidad de sacrificio. Ya que éstos se nutren más de la imagen verdadera de los antecesores sometidos que de la imagen ideal de los descendientes liberados. En los inicios de la Revolución Rusa estaba viva una conciencia de esto. Si la consigna “ni gloria para el vencedor ni piedad para el vencido” es tan conmovedora, lo es porque expresa antes una solidaridad con los hermanos muertos que con los hermanos por venir. "
Indecisos
Con motivo de estas próximas elecciones del 20 de Diciembre en las que, y en el mejor de los casos, va a cambiar todo para que todo siga igual y, en el peor, todo seguirá igual, los medios de comunicación han encontrado en el porcentaje de indecisos un punto de novedad con el que llenar los minutos de radio y televisión con un contenido diferencial, distinto a las mentiras y medias verdades que se lanzan los candidatos entre sí.
No obstante, y si bien es cierto que ese dato de indecisión existe en la encuesta del CIS también no es menos cierto que en la propia encuesta a los entrevistados se les pregunta a quién votarían si las elecciones se celebrasen mañana y sus respuestas van en una diferente dirección.
Solo el 19,1% contestan que no tienen decidido su voto.
Esta diferencia en los datos debería hacernos pensar, como mínimo, que existe toda una escala de grises dentro de la indecisión y que en ese porcentaje por encima del 40% no hay tanto margen para el cambio como se cree sino la mera formalidad de decidir pronunciarse o no ante la pregunta formulada.
En cualquier caso, no voy a seguir por este derrotero porque entre otras cosas, creo que en una sociedad que no fomenta el criterio entre sus miembros el peso de la demoscopia tal y como la conocemos irá decreciendo con el tiempo enfrentado a una masa que elige su opción con el sentido de la responsabilidad de quien elige los productos cuando pasa con el carrito por los lineales del supermercado.
Lo que me interesa es el gran peso que en los medios se está dando a este dato.
Y sin duda tiene que ver con la necesidad de generar un espectáculo que pone su centro en la escenificación de lo que al menos formalmente se nos dice que es esta democracia de mercado en la que vivimos.
Y parecería que con ese 41% de indecisos es el pueblo español el que todavía tiene en sus manos la palabra para decidir su destino.
En estas elecciones el objetivo es escenificar el protagonismo de la masa a la que se halagará acudiendo como un mantra a ese porcentaje de indecisos.
Habla pueblo habla... siempre que digas lo que se espera que debes decir. La auténtica base real de nuestras democracias.
Ahora sólo falta que tú vayas y te lo creas.
Se un buen chico. Se una buena chica.
Haz tu parte.
No obstante, y si bien es cierto que ese dato de indecisión existe en la encuesta del CIS también no es menos cierto que en la propia encuesta a los entrevistados se les pregunta a quién votarían si las elecciones se celebrasen mañana y sus respuestas van en una diferente dirección.
Solo el 19,1% contestan que no tienen decidido su voto.
Esta diferencia en los datos debería hacernos pensar, como mínimo, que existe toda una escala de grises dentro de la indecisión y que en ese porcentaje por encima del 40% no hay tanto margen para el cambio como se cree sino la mera formalidad de decidir pronunciarse o no ante la pregunta formulada.
En cualquier caso, no voy a seguir por este derrotero porque entre otras cosas, creo que en una sociedad que no fomenta el criterio entre sus miembros el peso de la demoscopia tal y como la conocemos irá decreciendo con el tiempo enfrentado a una masa que elige su opción con el sentido de la responsabilidad de quien elige los productos cuando pasa con el carrito por los lineales del supermercado.
Lo que me interesa es el gran peso que en los medios se está dando a este dato.
Y sin duda tiene que ver con la necesidad de generar un espectáculo que pone su centro en la escenificación de lo que al menos formalmente se nos dice que es esta democracia de mercado en la que vivimos.
Y parecería que con ese 41% de indecisos es el pueblo español el que todavía tiene en sus manos la palabra para decidir su destino.
En estas elecciones el objetivo es escenificar el protagonismo de la masa a la que se halagará acudiendo como un mantra a ese porcentaje de indecisos.
Habla pueblo habla... siempre que digas lo que se espera que debes decir. La auténtica base real de nuestras democracias.
Ahora sólo falta que tú vayas y te lo creas.
Se un buen chico. Se una buena chica.
Haz tu parte.
Asombro
Al final fue mucho más que un sueño.
Pura realidad tangible
trazando en el espacio de su asombro
la vertiginosa trayectoria
de una precisa cuchillada;
entrando y saliendo de su pecho
para no regresar jamás;
removiéndole sin miramientos
el polvoriento orden milenario
de su carne y sangre;
agotando la posibilidad de cualquier palabra;
conminándole al silencio;
revelandole la continuidad
de un impenetrable misterio;
dejándole fuera para siempre
de todo aquello que hasta ese mismo instante
con gran esfuerzo había venido siendo.
El cuento de los cuentos
Aparentemente "El cuento de los cuentos" parece no tener nada que ver con las últimas películas del napolitano Matteo Garone, la sobrevalorada "Gomorra" y la espectacular e ignorada "Reality", pero este análisis sería superficial a mi entender.
"El cuento de los cuentos" es la adaptación cinematográfica de algunos de los cuentos incluidos en el "Pentameron", recopilación de historias de tradición oral y carácter popular realizada en el siglo XVII por el napolitano Giambattista Basile.
Así pues Napoles está presente de manera general pero también ese gusto refinado que Garrone exhibe a la hora de contraponer los extremos, lo sublime y lo ridiculo, lo sucio y lo elevado , que Garrone muestra de manera desbordante en su fantástica "Reality".
Y si algo caracteriza a "El cuento de los cuentos" es ese constante contraste entre lo delicado y lo brutal, lo hermoso y lo terrible que confiere a la película de un cierto atractivo perverso que me gusta.
No obstante, "El cuento de los cuentos" es una de esas películas en las que la idea que la inspira no termina de ser puesta en práctica de una manera adecuada en modo y forma.
Porque algo falla en la película de Garrone pues termina resultando demasiado pesada y difícil de digerir, arruinando las expectativas que genera en su primera mitad convirtiéndose en poco más que una acumulación ordenada de acontecimientos y situaciones que uno acaba deseando que termine de una vez.
En general, el planteamiento no está a la altura del desenlace.
"El cuento de los cuentos" deja de sorprender y termina cansando.
Y no se yo si ayuda mucho a la película que las tres historias que no tienen nada que ver entre si se entremezclen
Un mal mix para cualquier obra de entretenimiento.
No obstante, esa constante pulsión que va de lo sublime a lo terrible está ahí, presente a lo largo de "El cuento de los cuentos".
Aspecto que nos recuerda que la vida no sólo orden deviniendo a caos, pura entropía, sino que buena parte de ese caos eternamente haciendose y deshaciendose tiene su fuente en el contraste entre los opuestos.
"El cuento de los cuentos" es la adaptación cinematográfica de algunos de los cuentos incluidos en el "Pentameron", recopilación de historias de tradición oral y carácter popular realizada en el siglo XVII por el napolitano Giambattista Basile.
Así pues Napoles está presente de manera general pero también ese gusto refinado que Garrone exhibe a la hora de contraponer los extremos, lo sublime y lo ridiculo, lo sucio y lo elevado , que Garrone muestra de manera desbordante en su fantástica "Reality".
Y si algo caracteriza a "El cuento de los cuentos" es ese constante contraste entre lo delicado y lo brutal, lo hermoso y lo terrible que confiere a la película de un cierto atractivo perverso que me gusta.
No obstante, "El cuento de los cuentos" es una de esas películas en las que la idea que la inspira no termina de ser puesta en práctica de una manera adecuada en modo y forma.
Porque algo falla en la película de Garrone pues termina resultando demasiado pesada y difícil de digerir, arruinando las expectativas que genera en su primera mitad convirtiéndose en poco más que una acumulación ordenada de acontecimientos y situaciones que uno acaba deseando que termine de una vez.
En general, el planteamiento no está a la altura del desenlace.
"El cuento de los cuentos" deja de sorprender y termina cansando.
Y no se yo si ayuda mucho a la película que las tres historias que no tienen nada que ver entre si se entremezclen
Un mal mix para cualquier obra de entretenimiento.
No obstante, esa constante pulsión que va de lo sublime a lo terrible está ahí, presente a lo largo de "El cuento de los cuentos".
Aspecto que nos recuerda que la vida no sólo orden deviniendo a caos, pura entropía, sino que buena parte de ese caos eternamente haciendose y deshaciendose tiene su fuente en el contraste entre los opuestos.
Que todo quedaba por vivir
No era para ellos ningún secreto.
Ante su interminable abrazo
se extendía la aspera aritmética
de los días y las noches
materializándose incansable
en el severo y puntual
crepitar de los relojes
Pero su esfuerzo por mostrarse cierta
Resultaba triste y vano.
Toda aquella inexorable lógica
les quedaba ya demasiado lejos,
perdida en un limbo de banalidades
sucesivamente reveladas y desechadas
a golpe de saberlas demasiado lejos
de lo que verdaderamente era cierto.
Después la puerta se cerró tras sus pasos
espesándose aun más ese incómodo silencio
que siempre destilan las cosas
cuando la oscuridad las alcanza
y son irremediablemente abandonadas
por los que aman a su fría suerte de espectros.
martes, diciembre 08, 2015
Capitalismo Global. Jeffry A. Frieden
“Muchos banqueros internacionales estadounidenses creían que el periodo de entreguerras había demostrado que la fragmentación política y económica de Europa era insostenible. Como dijo Dulles en 1941: el restablecimiento de alrededor de 25 estados soberanos totalmente independientes en Europa sería una insensatez política. Estados Unidos debía fomentar la reorganización política de la Europa continental como federación. Los líderes políticos y empresariales estadounidenses creían que unos Estados Unidos de Europa serían esenciales para la prosperidad y estabilidad del continente, así como para los intereses estadounidenses en Europa.
Era natural que el principal protagonista de un mercado común de Europa occidental estuviera bien relacionado con los círculos empresariales y políticos estadounidenses, y no por las razones que esgrimían algunos gaullistas, que veían a Monnet como un instrumento del imperialismo estadounidense. Él creía que el nuevo capitalismo industrial tendría como modelo al de Estados Unidos y que la fragmentación económica y política de Europa paralizaba su capacidad para aprovechar el nuevo consumo y producción en masa. El industrialismo de tipo estadounidense requería un mercado del tamaño del estadounidense, corporaciones tan grandes como las estadounidenses, mercados financieros tan diversificados como Wall Street…”
Era natural que el principal protagonista de un mercado común de Europa occidental estuviera bien relacionado con los círculos empresariales y políticos estadounidenses, y no por las razones que esgrimían algunos gaullistas, que veían a Monnet como un instrumento del imperialismo estadounidense. Él creía que el nuevo capitalismo industrial tendría como modelo al de Estados Unidos y que la fragmentación económica y política de Europa paralizaba su capacidad para aprovechar el nuevo consumo y producción en masa. El industrialismo de tipo estadounidense requería un mercado del tamaño del estadounidense, corporaciones tan grandes como las estadounidenses, mercados financieros tan diversificados como Wall Street…”
L'argent
Filmada en 1983, "L'argent" fue la última película del entonces octogenario Robert Bresson.
Para mi gusto es además una de las más ambiciosas pues lo que se propone contarnos es el proceso de destrucción de una persona como consecuencia del desierto espiritual social que le rodea.
Pero Bresson va mucho más allá porque esa destrucción implica a su vez la destrucción de toda posibilidad de esperanza, aspecto que se materializará en el crimen final que corona de oscuridad la historia.
No es precisamente una película optimista "L'argent".
Todo lo contrario.
Estamos ante el testamento cinematográfico y espiritual de un hombre viejo que no está conforme con lo que ve, con la dirección que está tomando el mundo en el que vive y que muy pronto por inexorable ley de vida dejará.
"L'argent" se estructura en dos partes.
En una primera Bresson nos muestra a una serie de personas unidas en torno a unos billetes falsos, una especie de "ronde" de la abyección en la que todos intentan (y consiguen) engañar a todos y de la que, Yvon, el protagonista, es quien sale más directamente perjudicado.
Como todos Yvon recibe los billetes falsos e intenta deshacerse de ellos siendo atrapado intentando pagar la cuenta de un restaurante.
Como consecuencia de ello, el proceso de caída de Yvon empezará a producirse perdiendo su trabajo y aceptando participar como conductor en el robo de un banco, suceso que hará que termine en la cárcel.
Poco a poco, la película va centrándose en Yvon conforme este va convirtiéndose en un criminal desalmado al que sólo mueve la necesidad de dinero para seguir viviendo.
En este proceso de progresivo inmersión en las sombras hasta definitivamente acabar perdido, Yvon rechazará la ayuda de todos aquellos que desde la luz le tienden una mano y terminará convirtiéndose en el asesino que, a su vez, matará la esperanza para los otros en el horrendo crimen final.
El mal tiene su origen en la perdida del amor y de la esperanza y genera sus propias condiciones de permanencia en un mundo que parece echo a su medida porque su medida es el dinero.
"L'argent" es una obra maestra.
domingo, diciembre 06, 2015
La élite del poder. C. Wright Mills
“La inmoralidad mayor no puede reducirse a la esfera política ni achacarse tan solo a la existencia de hombres corrompidos en instituciones fundamentalmente sanas. La corrupción política es uno de los aspectos de una inmoralidad más general; el nivel de sensibilidad moral que prevalece ahora no procede sólo de la corrupción humana.' La inmoralidad mayor es un rasgo sistemático de la élite norteamericana; su aceptación general constituye la característica esencial de una sociedad de masas”.
Capitalismo global. Jeffry A. Frieden
“Los miembros del flamante bloque soviético y la propia Unión Soviética se recuperaron muy rápidamente de los daños de la guerra. En 1950 la producción industrial soviética era casi el doble que en 1945 y estaba muy por encima de los niveles de preguerra. Pese a los serios problemas agrícolas, el nivel de vida parecía haber recuperado la cota perdida durante la guerra y la reconstrucción. Lo mismo se podía decir de Europa Oriental, donde la producción industrial de todos y cada uno de los países superaba en 1949 los niveles de entreguerras.
La planificación centralizada ya no era una extraña peculiaridad soviética sino una alternativa a escala mundial al capitalismo de mercado… Ahora cientos de millones de habitantes de las colonias y naciones recientemente independizadas como la India podian examinar las diferencias entre el socialismo centralmente planificado y el capitalismo de mercado para ver cuál se adecuaba mejor a su situación.
Hasta entonces la división principal del mundo había sido la que existía entre países industrializados ricos y países agrarios pobres. Ahora había una segunda dimensión y dos vías posibles hacia el industrialismo avanzado: la capitalista y la comunista. La parte comunista del mundo constituía un nuevo polo económico. Por primera vez existía una opción diferente para la gente, partidos y países insatisfechos con las desigualdades e impredicibilidad del capitalismo.
El socialismo de estilo soviético parecía proporcionar un rápido crecimiento, igualitarismo y mejoras sociales… el ascenso y consolidación de un mundo socialista formado por los países dirigidos por partidos comunistas ofreció a millones de personas la esperanza de que había efectivamente una forma de evitar la inhumanidad de las fuerzas del mercado en el capitalismo y su tendencia a perjudicar los intereses de los pobres privados de poder.”
La planificación centralizada ya no era una extraña peculiaridad soviética sino una alternativa a escala mundial al capitalismo de mercado… Ahora cientos de millones de habitantes de las colonias y naciones recientemente independizadas como la India podian examinar las diferencias entre el socialismo centralmente planificado y el capitalismo de mercado para ver cuál se adecuaba mejor a su situación.
Hasta entonces la división principal del mundo había sido la que existía entre países industrializados ricos y países agrarios pobres. Ahora había una segunda dimensión y dos vías posibles hacia el industrialismo avanzado: la capitalista y la comunista. La parte comunista del mundo constituía un nuevo polo económico. Por primera vez existía una opción diferente para la gente, partidos y países insatisfechos con las desigualdades e impredicibilidad del capitalismo.
El socialismo de estilo soviético parecía proporcionar un rápido crecimiento, igualitarismo y mejoras sociales… el ascenso y consolidación de un mundo socialista formado por los países dirigidos por partidos comunistas ofreció a millones de personas la esperanza de que había efectivamente una forma de evitar la inhumanidad de las fuerzas del mercado en el capitalismo y su tendencia a perjudicar los intereses de los pobres privados de poder.”
El puente de los espías
A estas alturas de la película ya nadie puede discutir a Steven Spielberg la maestría a la hora de contar una historia con imágenes.
No obstante, y si alguien albergara la menor de las dudas, aquí está "El puente de los espías" para acreditarlo de manera fehaciente.
Firmemente asentada sobre un magnífico guión escrito por los hermanos Coen, "El puente de los espías" es una magnífica película que tiene el espionaje y la guerra fría como fondo.
No obstante, sobre ese fondo destacan los personajes de los dos protagonistas: Rudolf Abel, el espía y James Donovan, su abogado. Magnifica y respectivamente interpretados por Mark Rylance y Tom Hanks, ambos personajes desbordan una entereza moral que Spielberg (y los Coen) están muy interesados en glosar.
En este sentido, "El puente de los espías" no está demasiado lejos de la anterior "Lincoln", centrada en glosar la personalidad del homónimo y esencial presidente de los Estados Unidos.
Todos estos personajes se miden por el valor que emplean para hacer lo que ellos consideran que hay que hacer.
Contratado para defender al espía Abel, Donovan se enfrentará a sus propios compatriotas al poner al servicio de su cliente todo los mecanismos del estado de derecho. Esto le convertirá en un personaje impopular aun cuando precisamente esté poniendo en valor la superior moralidad de los valores que dieron lugar a la democracia americana.
Pero, y al mismo tiempo, esta posición sombría le permitirá desempeñar un papel esencial en los bajos fondos de las relaciones entre las dos grandes potencias negociando un intercambio de rehenes.
"El puente de los espías" nos muestra a James Donovan encarnando lo mejor de las ideas de derechos y libertades sobre los que se asienta el sueño de nuestra modernidad occidental.
La historia conjuga un héroe, un espejo en el que todos deberíamos mirarnos, pero un héroe tranquilo cuya heroicidad se limita a llevar al extremo la teoría que ampara nuestro mundo de derechos y libertades.
En cierto momento, a Mahatma Ghandi se le preguntó por la civilización occidental y este, haciendo gala de un magnífico y sublimemente irónico understatment, contestó que sería una magnífica idea.
Pues Donovan encarna por enésima vez esa magnífica idea que casi siempre ha sido una mera coartada con la que embellecer la criminal acumulación de riqueza por el resto del mundo.
Héroes como Donovan son ese mentiroso cielo azul que nos protege de la verdadera oscuridad que en realidad somos.
El deber ser que casi nunca es, aunque alguna vez sea y casi siempre pueda serlo.
Occidente como tribu también tiene sus héroes y sus mitos, personajes que encarnan la teoría mientras la realidad y la práctica van por otro lado.
Y precisamente el atractivo que tiene Donovan es el de hacer coincidir teoría en práctica en su conducta cueste lo que cueste.
Conectando con esos personajes enteros y profundamente morales con los que el cine de fRANK Capra ponía rostro a la filosofía demócrata y bastante izquierdista del New Deal, Steven Spielberg nos presenta en su "El puente de los espías" un nuevo caballero sin espada.
Frente al ejecutivo de Wall Street que resume el ideal conservador neoliberal, la progresía norteamericana presenta a sus héroes, a sus candidatos, a sus James Donovan.
Muy interesante.
No obstante, y si alguien albergara la menor de las dudas, aquí está "El puente de los espías" para acreditarlo de manera fehaciente.
Firmemente asentada sobre un magnífico guión escrito por los hermanos Coen, "El puente de los espías" es una magnífica película que tiene el espionaje y la guerra fría como fondo.
No obstante, sobre ese fondo destacan los personajes de los dos protagonistas: Rudolf Abel, el espía y James Donovan, su abogado. Magnifica y respectivamente interpretados por Mark Rylance y Tom Hanks, ambos personajes desbordan una entereza moral que Spielberg (y los Coen) están muy interesados en glosar.
En este sentido, "El puente de los espías" no está demasiado lejos de la anterior "Lincoln", centrada en glosar la personalidad del homónimo y esencial presidente de los Estados Unidos.
Todos estos personajes se miden por el valor que emplean para hacer lo que ellos consideran que hay que hacer.
Contratado para defender al espía Abel, Donovan se enfrentará a sus propios compatriotas al poner al servicio de su cliente todo los mecanismos del estado de derecho. Esto le convertirá en un personaje impopular aun cuando precisamente esté poniendo en valor la superior moralidad de los valores que dieron lugar a la democracia americana.
Pero, y al mismo tiempo, esta posición sombría le permitirá desempeñar un papel esencial en los bajos fondos de las relaciones entre las dos grandes potencias negociando un intercambio de rehenes.
"El puente de los espías" nos muestra a James Donovan encarnando lo mejor de las ideas de derechos y libertades sobre los que se asienta el sueño de nuestra modernidad occidental.
La historia conjuga un héroe, un espejo en el que todos deberíamos mirarnos, pero un héroe tranquilo cuya heroicidad se limita a llevar al extremo la teoría que ampara nuestro mundo de derechos y libertades.
En cierto momento, a Mahatma Ghandi se le preguntó por la civilización occidental y este, haciendo gala de un magnífico y sublimemente irónico understatment, contestó que sería una magnífica idea.
Pues Donovan encarna por enésima vez esa magnífica idea que casi siempre ha sido una mera coartada con la que embellecer la criminal acumulación de riqueza por el resto del mundo.
Héroes como Donovan son ese mentiroso cielo azul que nos protege de la verdadera oscuridad que en realidad somos.
El deber ser que casi nunca es, aunque alguna vez sea y casi siempre pueda serlo.
Occidente como tribu también tiene sus héroes y sus mitos, personajes que encarnan la teoría mientras la realidad y la práctica van por otro lado.
Y precisamente el atractivo que tiene Donovan es el de hacer coincidir teoría en práctica en su conducta cueste lo que cueste.
Conectando con esos personajes enteros y profundamente morales con los que el cine de fRANK Capra ponía rostro a la filosofía demócrata y bastante izquierdista del New Deal, Steven Spielberg nos presenta en su "El puente de los espías" un nuevo caballero sin espada.
Frente al ejecutivo de Wall Street que resume el ideal conservador neoliberal, la progresía norteamericana presenta a sus héroes, a sus candidatos, a sus James Donovan.
Muy interesante.
sábado, diciembre 05, 2015
La élite del poder. C. Wright Mills
“La idea de una sociedad de masas sugiere la idea de una élite de poder. En contraste, la idea de público sugiere la tradición liberal de una sociedad sin élite de poder, o en cualquier caso de élites transitorias, sin importancia soberana. Pues si un público auténtico es soberano, no necesita dueño; pero las masas, en su pleno desarrollo, son únicamente soberanas en algún momento de adulación plebiscitaria a una minoría como celebridad autoritaria. La estructura política de un Estado democrático requiere público; y el hombre democrático, en su retórica, debe afirmar que dicho público es la sede misma de la soberanía.”
Código del Hampa
Ernest Hemingway escribió el relato corto "The Killers" en 1927.
Curiosamente la adaptación cinematográficamente de esta historia en la que dos asesinos se presentan en un pueblo de Illinois para matar a un boxeador de origen sueco ha dado lugar a dos grandes películas.
La primera de ellas dirigida en 1946 por Robert Siodmak y la segunda dirigida por Don Siegel en 1964.
Lo curioso es que mientras el relato se centra en la sorpresa que al verdadero protagonista del relato le produce la inexplicable pasividad del boxeador ante el destino que le definen sus dos asesinos las dos películas toman este hecho como punto de partida para reconstruir mediante una brillante estructura de flashbacks la investigación sobre las razones de semejante actitud.
En la película de Siodmak, "Forajidos", es un desconfiado investigador de seguros interpretado por Edmond O`Brian quién protagoniza esa investigación mientras que en la segunda, "Código del Hampa", es uno de los asesinos interpretado por Lee Marvin quien quiere saber.
Y es esta elección del personaje la que marca el espíritu de cada una de las películas.
La película de Siodmak toma un derrotero entre melancólico y fatalista, siempre romántico en el amplio sentido de la palabra, que configura una joya total del cine negro mientras que la de Siegel explora un camino mucho más violento y directo, más animal y básico por así decirlo.
"Código del Hampa" carece de la sutil pausa, del poder atmosférico de lo que no se dice que está presente de una manera magnética en "Forajidos", flotando pendiente y atrapado entre los grises de la magnifica fotografía en blanco y negro de Elwood Bredell.
"Código del Hampa" saca a la luz toda la primaria animalidad que anida en el relato y lo hace con un comienzo brutal en el que los dos asesinos irrumpen con cajas destempladas en la escuela donde su victima les espera.
Y nadie mejor para expresar esa brutalidad que un Lee Marvin en estado de gracia, capaz de dar vida con talento a un personaje repulsivo que sin embargo se convierte en el hilo conductor que va desvelando una trama que conduce hasta Sheila, paradigmática recreación de la mujer fatal hasta el exceso de conducir a la perdición a todos los hombres que se cruzan en el camino de su belleza convertida en un arma de dominación y conquista.
Si en "Forajidos" se nos muestra la cara poética, en "Código del Hampa" el espectador puede entrar en contacto con la cara descarnada y dura de esa misma historia.
Y la verdad es que no se con cual quedarme.
Excepcional.
Curiosamente la adaptación cinematográficamente de esta historia en la que dos asesinos se presentan en un pueblo de Illinois para matar a un boxeador de origen sueco ha dado lugar a dos grandes películas.
La primera de ellas dirigida en 1946 por Robert Siodmak y la segunda dirigida por Don Siegel en 1964.
Lo curioso es que mientras el relato se centra en la sorpresa que al verdadero protagonista del relato le produce la inexplicable pasividad del boxeador ante el destino que le definen sus dos asesinos las dos películas toman este hecho como punto de partida para reconstruir mediante una brillante estructura de flashbacks la investigación sobre las razones de semejante actitud.
En la película de Siodmak, "Forajidos", es un desconfiado investigador de seguros interpretado por Edmond O`Brian quién protagoniza esa investigación mientras que en la segunda, "Código del Hampa", es uno de los asesinos interpretado por Lee Marvin quien quiere saber.
Y es esta elección del personaje la que marca el espíritu de cada una de las películas.
La película de Siodmak toma un derrotero entre melancólico y fatalista, siempre romántico en el amplio sentido de la palabra, que configura una joya total del cine negro mientras que la de Siegel explora un camino mucho más violento y directo, más animal y básico por así decirlo.
"Código del Hampa" carece de la sutil pausa, del poder atmosférico de lo que no se dice que está presente de una manera magnética en "Forajidos", flotando pendiente y atrapado entre los grises de la magnifica fotografía en blanco y negro de Elwood Bredell.
"Código del Hampa" saca a la luz toda la primaria animalidad que anida en el relato y lo hace con un comienzo brutal en el que los dos asesinos irrumpen con cajas destempladas en la escuela donde su victima les espera.
Y nadie mejor para expresar esa brutalidad que un Lee Marvin en estado de gracia, capaz de dar vida con talento a un personaje repulsivo que sin embargo se convierte en el hilo conductor que va desvelando una trama que conduce hasta Sheila, paradigmática recreación de la mujer fatal hasta el exceso de conducir a la perdición a todos los hombres que se cruzan en el camino de su belleza convertida en un arma de dominación y conquista.
Si en "Forajidos" se nos muestra la cara poética, en "Código del Hampa" el espectador puede entrar en contacto con la cara descarnada y dura de esa misma historia.
Y la verdad es que no se con cual quedarme.
Excepcional.
domingo, noviembre 29, 2015
Salvajes
Tiene gracia que quienes presumimos de ocupar un lugar esencial dentro de la historia de la humanidad, casi en un sentido hegeliano de culminación de eso que el filósofo aleman llamaba espíritu, los herederos de la ilustración, la modernidad y la razón, en realidad la usemos tan poco y, a todos los efectos, nos comportemos como una de esas tribus o civilizaciones de salvajes que miramos siempre por encima del hombro.
En este sentido, el occidente neurótico al que pertenecemos recurre siempre a esa imagen ideal de sí mismo cuando la realidad le pone contra la pared.
Nosotros somos los civilizados y ellos, los que nos matan, son los bárbaros.
Y somos muy buenos buscando la paja en el ojo ajeno. Se nos da realmente bien utilizar la razón para sacar las vergüenzas a los otros buscando demostrarles y demostrarnos que ellos son los que están equivocados.
Pero no lo somos tanto para buscar la viga en el nuestro, para preguntarnos sobre ese odio que generamos en el mundo, para indagar sobre las consecuencias de nuestros actos siempre orientados al beneficio propio y a la destrucción del otro si este no quiere obediente ocupar el lugar que nosotros, desde la cima del mundo, les tenemos asignado.
No somos tontos.
No estamos demasiado interesados en mirar a la cara a nuestros demonios por si descubrimos el interesado imperialismo destructor con el que llevamos siglos relacionándonos con el resto del mundo. Por debajo del discurso, siempre más teórico que práctico, de la civilización, la libertad y la democracia, funciona otro discurso, el imperialista y descarnado del interés económico.
Tampoco estamos demasiado interesados si las armas con las que el terrorismo musulmán nos mata en nuestras casas han sido fabricadas a doscientos kilómetros de nuestras casas o si el dinero con el que las compran procede del mismo banco que nos financia la hipoteca.
Como los salvajes que creemos no ser, preferimos fijarnos en la superficie, en el rostro y la procedencia del asesino que nos mata.
Como los salvajes que creemos no ser, confundimos los efectos con las causas y nos arrodillamos ante el primer prestidigitador que nos habla al vientre y no al intelecto.
Se vive mejor dentro de ese relato de buenos y malos en el que por supuesto nosotros somos los buenos.
Se vive mejor pensando que, si alguien todas las mañanas se levanta odiándonos, no es porque nosotros hayamos hecho algo mal sino porque ellos culturalmente son malvados.
E, insisto, somos realmente buenos en eso, en no hacernos ciertas preguntas mientras nos refugiamos, como Narciso, en el reflejo de luces, derechos y libertades que nos devuelve el espejo.
Un reflejo que, curiosamente, y de ser cierto, nos obligaría a nosotros, precisamente a nosotros, los depositarios de la modernidad y la razón, a hacernos todas esas incómodas preguntas que a nuestra espalda claman al cielo.
Si somos quienes decimos que somos, estamos obligados, precisamente por nuestra tradición, a ir mucho más lejos.
Pero no lo hacemos.
No somos quienes creemos ser.
Y además somos muy buenos disimulando todo lo salvajes que somos.
Hemos convertido nuestra civilización en una coartada, en una máscara que disfraza y legitima a la bestia que llevamos dentro, una bestia que sobre la tecnología y el dinero, las armas y los bancos, ha hecho un sayo de la capa del resto del mundo.
Mejor, como los salvajes que no creemos ser, un relato de buenos y malos junto a la crepitante hoguera dela televisión.
Mejor borrar a todos aquellos malvados que atentan contra nuestra sagrada vida sin plantearnos por qué se levantan cada mañana deseando hacernos daño.
Es demasiado complejo.... y además es black friday.
En este sentido, el occidente neurótico al que pertenecemos recurre siempre a esa imagen ideal de sí mismo cuando la realidad le pone contra la pared.
Nosotros somos los civilizados y ellos, los que nos matan, son los bárbaros.
Y somos muy buenos buscando la paja en el ojo ajeno. Se nos da realmente bien utilizar la razón para sacar las vergüenzas a los otros buscando demostrarles y demostrarnos que ellos son los que están equivocados.
Pero no lo somos tanto para buscar la viga en el nuestro, para preguntarnos sobre ese odio que generamos en el mundo, para indagar sobre las consecuencias de nuestros actos siempre orientados al beneficio propio y a la destrucción del otro si este no quiere obediente ocupar el lugar que nosotros, desde la cima del mundo, les tenemos asignado.
No somos tontos.
No estamos demasiado interesados en mirar a la cara a nuestros demonios por si descubrimos el interesado imperialismo destructor con el que llevamos siglos relacionándonos con el resto del mundo. Por debajo del discurso, siempre más teórico que práctico, de la civilización, la libertad y la democracia, funciona otro discurso, el imperialista y descarnado del interés económico.
Tampoco estamos demasiado interesados si las armas con las que el terrorismo musulmán nos mata en nuestras casas han sido fabricadas a doscientos kilómetros de nuestras casas o si el dinero con el que las compran procede del mismo banco que nos financia la hipoteca.
Como los salvajes que creemos no ser, preferimos fijarnos en la superficie, en el rostro y la procedencia del asesino que nos mata.
Como los salvajes que creemos no ser, confundimos los efectos con las causas y nos arrodillamos ante el primer prestidigitador que nos habla al vientre y no al intelecto.
Se vive mejor dentro de ese relato de buenos y malos en el que por supuesto nosotros somos los buenos.
Se vive mejor pensando que, si alguien todas las mañanas se levanta odiándonos, no es porque nosotros hayamos hecho algo mal sino porque ellos culturalmente son malvados.
E, insisto, somos realmente buenos en eso, en no hacernos ciertas preguntas mientras nos refugiamos, como Narciso, en el reflejo de luces, derechos y libertades que nos devuelve el espejo.
Un reflejo que, curiosamente, y de ser cierto, nos obligaría a nosotros, precisamente a nosotros, los depositarios de la modernidad y la razón, a hacernos todas esas incómodas preguntas que a nuestra espalda claman al cielo.
Si somos quienes decimos que somos, estamos obligados, precisamente por nuestra tradición, a ir mucho más lejos.
Pero no lo hacemos.
No somos quienes creemos ser.
Y además somos muy buenos disimulando todo lo salvajes que somos.
Hemos convertido nuestra civilización en una coartada, en una máscara que disfraza y legitima a la bestia que llevamos dentro, una bestia que sobre la tecnología y el dinero, las armas y los bancos, ha hecho un sayo de la capa del resto del mundo.
Mejor, como los salvajes que no creemos ser, un relato de buenos y malos junto a la crepitante hoguera dela televisión.
Mejor borrar a todos aquellos malvados que atentan contra nuestra sagrada vida sin plantearnos por qué se levantan cada mañana deseando hacernos daño.
Es demasiado complejo.... y además es black friday.
Sense8
Dentro de la cabeza tenemos en realidad tres cerebros... Y eso aunque pensemos que alguno no tiene ninguno.
Esos tres cerebros son:
Este concepto viene a explicar la intima conexión emocional que se produce entre las personas aunque estén separadas.
Sobre este concepto los hermanos Wachowski han construido la historia con la que hacen su aparición en el mundo de la televisión.
"Sense8" se llama la serie y cuenta la historia de 8 personas que viviendo en diferentes lugares del mundo se encuentran intimamente conectados por la resonancia límbica.
Lo que la serie nos contará es la manera en que esas personas se ayudan las unas a las otras a resolver los diferentes problemas que componen sus diferentes vidas.
Y lo primero que diré que la resonancia límbica es un concepto muy, por así decirlo, Wachowski. Enlaza directamente con ese universo cultural alternativo y new age que los hermanos pretenden vehicular a través de sus historias para intentar "despertarnos" de esta matrix en la que tan tranquilamente vivimos saltando de black friday en black friday.
Porque al final si el nuevo paradigma de civilización que debe construirse sobre las ruinas del paradigma industrial basado en la energía del petróleo es el paradigma de la sociedad en red basado en la inagotable energía del hidrógeno.... y aquí es cuando todo el mundo debería empezar a leer a Jeremy Rifkin (si es que no lo ha hecho ya) para descubrir que hay un futuro.... Retomo el hilo... Porque si al final el nuevo paradigma es el de la sociedad en red, el que proporciona internet como mecanismo, la resonancia límbica no es otra cosa que el internet emocional que conecta a las personas para construir desde lo fisiológico la utopía perdida de comunidad.
Es por esto que no me sorprende que los Wachowski fundamenten su aparición en televisión, y gracias a Netflix, con la resonancia límbica.
Otra cosa es que la serie no les haya quedado redonda del todo.
Y menos mal que los dos últimos capítulos son los mejores porque, y aunque Sense8 empieza bien, por en medio lo que se nos cuenta resulta desigual, incluso a veces aburrido.
Sorprende al principio la idea que los Wachowski nos quieren contar mediante acciones paralelas que suceden en diferentes lugares en el mundo donde poco a poco vamos conociendo a los 8 protagonistas y sus circunstancias, circunstancias que de pronto resultan vinculadas por el suicidio de una misteriosa mujer que todos creen soñar.
La sorpresa dura cuatro capítulos y luego la historia cae en una montaña rusa en que el interés pasa al desinterés y viceversa.
No todo lo que sucede tiene el mismo gancho sumiendo al espectador en una travesía del desierto que conduce a los dos últimos capítulos muy emocionantes (y no en el sentido de la acción).
En cualquier caso el balance es bueno y cuando menos "Sense8" ofrece a la mirada del espectador algo nuevo y eso se agradece,
Veremos si hay una segunda temporada.
Esos tres cerebros son:
- el reptiliano, que es el más antiguo y que sin pensar ni sentir controla el funcionamiento del cuerpo y el mantenimiento de sus necesidades básicas
- el límbico que es el lugar donde sentimos y recordamos.. es interesante que el recuerdo esté gobernado en la misma zona donde se regulan los sentimientos. Por eso seguramente uno recuerda el pasado según le va la feria del presente (pero eso es otra historia)
- el neocortex, que es el ultimo, el más nuevo y el que ocupa más espacio y volumen dentro de nuestra cabeza para producir cosas tan complejas como la conciencia y el pensamiento
Este concepto viene a explicar la intima conexión emocional que se produce entre las personas aunque estén separadas.
Sobre este concepto los hermanos Wachowski han construido la historia con la que hacen su aparición en el mundo de la televisión.
"Sense8" se llama la serie y cuenta la historia de 8 personas que viviendo en diferentes lugares del mundo se encuentran intimamente conectados por la resonancia límbica.
Lo que la serie nos contará es la manera en que esas personas se ayudan las unas a las otras a resolver los diferentes problemas que componen sus diferentes vidas.
Y lo primero que diré que la resonancia límbica es un concepto muy, por así decirlo, Wachowski. Enlaza directamente con ese universo cultural alternativo y new age que los hermanos pretenden vehicular a través de sus historias para intentar "despertarnos" de esta matrix en la que tan tranquilamente vivimos saltando de black friday en black friday.
Porque al final si el nuevo paradigma de civilización que debe construirse sobre las ruinas del paradigma industrial basado en la energía del petróleo es el paradigma de la sociedad en red basado en la inagotable energía del hidrógeno.... y aquí es cuando todo el mundo debería empezar a leer a Jeremy Rifkin (si es que no lo ha hecho ya) para descubrir que hay un futuro.... Retomo el hilo... Porque si al final el nuevo paradigma es el de la sociedad en red, el que proporciona internet como mecanismo, la resonancia límbica no es otra cosa que el internet emocional que conecta a las personas para construir desde lo fisiológico la utopía perdida de comunidad.
Es por esto que no me sorprende que los Wachowski fundamenten su aparición en televisión, y gracias a Netflix, con la resonancia límbica.
Otra cosa es que la serie no les haya quedado redonda del todo.
Y menos mal que los dos últimos capítulos son los mejores porque, y aunque Sense8 empieza bien, por en medio lo que se nos cuenta resulta desigual, incluso a veces aburrido.
Sorprende al principio la idea que los Wachowski nos quieren contar mediante acciones paralelas que suceden en diferentes lugares en el mundo donde poco a poco vamos conociendo a los 8 protagonistas y sus circunstancias, circunstancias que de pronto resultan vinculadas por el suicidio de una misteriosa mujer que todos creen soñar.
La sorpresa dura cuatro capítulos y luego la historia cae en una montaña rusa en que el interés pasa al desinterés y viceversa.
No todo lo que sucede tiene el mismo gancho sumiendo al espectador en una travesía del desierto que conduce a los dos últimos capítulos muy emocionantes (y no en el sentido de la acción).
En cualquier caso el balance es bueno y cuando menos "Sense8" ofrece a la mirada del espectador algo nuevo y eso se agradece,
Veremos si hay una segunda temporada.
La élite del poder.- C. Wright Mills
“En la sociedad de públicos democrática, se suponía que antes de tomar una medida de consecuencias públicas, se llevaría a cabo una discusión racional entre individuos, la cual determinaría la acción subsiguiente y que, entonces, la opinión pública resultante sería la voz infalible de la razón. Pero esto ha sido puesto en entredicho no sólo: 1) por la necesidad, ya confirmada, de expertos que resuelvan situaciones difíciles e intrincadas, sino también por: 2) el descubrimiento -que hizo Freud- de la irracionalidad del hombre de la calle, y del descubrimiento -por Marx- de la naturaleza socialmente condicionada de lo que en un tiempo se consideró como razón autónoma.”
sábado, noviembre 28, 2015
Bone Tomahawk
Es una película curiosa "Bone Tomahawk".
Sobre la clásica y sólida base que proporciona el western como género poco a poco va construyéndose una película de terror con alguna sorprendente y brutal extensión "gore".
La película cuenta la historia de una partida de ciudadanos de la pequeña ciudad de Bright Hope. Comandados por el sheriff Hunt el pequeño grupo se interna en territorio indio en busca de la mujer de uno de esos ciudadanos que ha sido secuestrada.
Pero lo que los hombres blancos descubrirán es que no andan tras la pista de una partida de indios cualquiera.
Y el principal atractivo de "Bone Tomahawk" es ese inesperado giro brutal que se construye sobre lo que viene siendo una áspera y dura historia de búsqueda en un territorio peligroso y salvaje, basada en una bien construida confrontación psicológica entre los diferentes personajes que componen la partida.
En "Bone Tomahawk", el peligro que el espectador ha presenciado de pronto se multiplica por mil cuando los perseguidores se topan con una tribu sin nombre entre los suyos que más parece la familia de "La matanza de Texas" que una tribu de indios al uso.
Porque una cosa es que el salvaje Oeste pueda matarte y otra muy diferente que pueda devorarte despiadadamente.
Exactamente de éso va "Bone Tomahawk".
Eneste sentido estamos ante una de esas modestas películas que pasarán de puntillas, casi desapercibidas por las pantallas para acto seguido convertirse en una de esas películas de culto que uno siempre gusta de ver las tardes de domingo.
Brillante.
Sobre la clásica y sólida base que proporciona el western como género poco a poco va construyéndose una película de terror con alguna sorprendente y brutal extensión "gore".
La película cuenta la historia de una partida de ciudadanos de la pequeña ciudad de Bright Hope. Comandados por el sheriff Hunt el pequeño grupo se interna en territorio indio en busca de la mujer de uno de esos ciudadanos que ha sido secuestrada.
Pero lo que los hombres blancos descubrirán es que no andan tras la pista de una partida de indios cualquiera.
Y el principal atractivo de "Bone Tomahawk" es ese inesperado giro brutal que se construye sobre lo que viene siendo una áspera y dura historia de búsqueda en un territorio peligroso y salvaje, basada en una bien construida confrontación psicológica entre los diferentes personajes que componen la partida.
En "Bone Tomahawk", el peligro que el espectador ha presenciado de pronto se multiplica por mil cuando los perseguidores se topan con una tribu sin nombre entre los suyos que más parece la familia de "La matanza de Texas" que una tribu de indios al uso.
Porque una cosa es que el salvaje Oeste pueda matarte y otra muy diferente que pueda devorarte despiadadamente.
Exactamente de éso va "Bone Tomahawk".
Eneste sentido estamos ante una de esas modestas películas que pasarán de puntillas, casi desapercibidas por las pantallas para acto seguido convertirse en una de esas películas de culto que uno siempre gusta de ver las tardes de domingo.
Brillante.
lunes, noviembre 23, 2015
Jodorowsky's Dune
Hoy en día puede parecer estrafalario que un cineasta off de casi todo como Alejandro Jodorowsky le pidiera 15 millones de dólares a Hollywood para realizar una de sus visiones, pero si en algún momento eso fue posible precisamente en la década de los setentas del pasado siglo.
En aquella época la industria, buscando una renovación generacional y por lo tanto de negocio, se puso en manos de toda una nueva generación de directores que dieron a sus películas un marcado carácter social y artístico como nunca Hollywood volverá a mostrar.
El pistoletazo de salida lo dio la "Easy Ryder" de Dennis Hopper que bastante escasa de presupuesto fue todo un éxito de taquilla tanto en términos absolutos como relativos.
Viendo los beneficios obtenidos la industria concedió a lo contracultural la oportunidad de hacerse visible de manera general a cambio de conseguir público, vender entradas y obtener los beneficios para mantener la industria en marcha.
Puede ser extraño pero fue así,
Peter Biskind lo cuenta muy bien en su imprescindible "Moteros tranquilos, toros salvajes".
Y lo cierto es que en esa década se produjeron grandes películas de autor, pero también se generó un conflicto entre el director, convertido en un creador, y las necesidades de la industria.
Algunos grandes proyectos como "Carga Maldita" de William Friedkin, "New York New York" de Martin Scorsese o el emblemático ejemplo de fracaso que para siempre será "La puerta del cielo" de Michael Cimino fueron grandes proyectos faraónicos que a punto estuvieron de dar al traste con los estudios que las produjeron... si es que no lo hicieron.
El caso es que cuando Jodorowsky's, casi como si se tratara de una performance, se planta en Hollywood para pedir 15 millones de dólares de la época para producir su visión cinematográfica de más de 15 horas duración basada en "Dune", la novela esencial de Frank Herbert, el horno ya no estaba para muchos bollos.
Precisamente esos grandes fracasos se estaban produciendo o estaban por producirse y los tiburones de Hollywood ya tenían mucho cuidado de confiar su dinero a según qué directores.
Estoy convencido de que se trata de una cuestión de timing.
Mientras Jodorowsky rodaba "El Topo" y "La montaña sagrada", principios de la década de los setentas, su oportunidad de haber encontrado financiación para hacer "Dune" sucedía... Por ejemplo, a Dennis Hopper le dieron un millón de dólares para rodar en Perú su misteriosa y difícil "The last picture".
Pero, y a partir de 1975, los magnates de Hollywood, ya esperaban a Lucas y Spielberg y la vuelta a lo mainstream y al redil de los géneros que ambos siempre han representado.
Era imposible y lo que cuenta este documental es precisamente el proceso de construcción de esa radical imposibilidad, una radical imposibilidad que por otro lado resulta del todo fascinante hasta el punto de que estoy de acuerdo con la afirmación de uno de los participantes en el documental: la Dune de Jodorowsky es una de las más grandes películas no hechas.
No sé lo que daría por poder leer ese libro en el que plano a plano, Jodorowsky utilizó al fantastico Moebius como cámara.
Y lo cierto es que lo que se ve es el Jodorowsky cineasta en estado puro: imágenes poderosas, cuando no poéticas y una ensordecedora abundancia de un indiscriminado sentido, que no distingue entre luces y sombras, construida desde una imaginería escandalosamente atractiva.
Una lástima.
Ojalá editen ese libro alguna vez.
En aquella época la industria, buscando una renovación generacional y por lo tanto de negocio, se puso en manos de toda una nueva generación de directores que dieron a sus películas un marcado carácter social y artístico como nunca Hollywood volverá a mostrar.
El pistoletazo de salida lo dio la "Easy Ryder" de Dennis Hopper que bastante escasa de presupuesto fue todo un éxito de taquilla tanto en términos absolutos como relativos.
Viendo los beneficios obtenidos la industria concedió a lo contracultural la oportunidad de hacerse visible de manera general a cambio de conseguir público, vender entradas y obtener los beneficios para mantener la industria en marcha.
Puede ser extraño pero fue así,
Peter Biskind lo cuenta muy bien en su imprescindible "Moteros tranquilos, toros salvajes".
Y lo cierto es que en esa década se produjeron grandes películas de autor, pero también se generó un conflicto entre el director, convertido en un creador, y las necesidades de la industria.
Algunos grandes proyectos como "Carga Maldita" de William Friedkin, "New York New York" de Martin Scorsese o el emblemático ejemplo de fracaso que para siempre será "La puerta del cielo" de Michael Cimino fueron grandes proyectos faraónicos que a punto estuvieron de dar al traste con los estudios que las produjeron... si es que no lo hicieron.
El caso es que cuando Jodorowsky's, casi como si se tratara de una performance, se planta en Hollywood para pedir 15 millones de dólares de la época para producir su visión cinematográfica de más de 15 horas duración basada en "Dune", la novela esencial de Frank Herbert, el horno ya no estaba para muchos bollos.
Precisamente esos grandes fracasos se estaban produciendo o estaban por producirse y los tiburones de Hollywood ya tenían mucho cuidado de confiar su dinero a según qué directores.
Estoy convencido de que se trata de una cuestión de timing.
Mientras Jodorowsky rodaba "El Topo" y "La montaña sagrada", principios de la década de los setentas, su oportunidad de haber encontrado financiación para hacer "Dune" sucedía... Por ejemplo, a Dennis Hopper le dieron un millón de dólares para rodar en Perú su misteriosa y difícil "The last picture".
Pero, y a partir de 1975, los magnates de Hollywood, ya esperaban a Lucas y Spielberg y la vuelta a lo mainstream y al redil de los géneros que ambos siempre han representado.
Era imposible y lo que cuenta este documental es precisamente el proceso de construcción de esa radical imposibilidad, una radical imposibilidad que por otro lado resulta del todo fascinante hasta el punto de que estoy de acuerdo con la afirmación de uno de los participantes en el documental: la Dune de Jodorowsky es una de las más grandes películas no hechas.
No sé lo que daría por poder leer ese libro en el que plano a plano, Jodorowsky utilizó al fantastico Moebius como cámara.
Y lo cierto es que lo que se ve es el Jodorowsky cineasta en estado puro: imágenes poderosas, cuando no poéticas y una ensordecedora abundancia de un indiscriminado sentido, que no distingue entre luces y sombras, construida desde una imaginería escandalosamente atractiva.
Una lástima.
Ojalá editen ese libro alguna vez.
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