viernes, mayo 13, 2011

"El intercambio se presenta así, en el fondo, como un proceso de gasto sobre el que se desarrolló un proceso de adquisición. La economía clásica creyó que el intercambio primitivo se producía bajo la forma de trueque, pues no tenía, en efecto, ninguna razón para suponer que un medio de adquisición como el intercambio hubiera podido tener como origen, no la necesidad de adquirir sino la necesidad contraria de destrucción y de pérdida.
La concepción tradicional de los orígenes de la economía no ha sido arruinada más que en fecha reciente, incluso muy reciente, por lo que un gran número de economistas sigue considerando
arbitrariamente el trueque como el ancestro del comercio. Opuesta a la noción artificiál de trueque, la forma arcaica del intercambio ha sido identificada por Mauss con el nombre de potlach tomado de los indios del noroeste americano, que practican el tipo más conocido. Instituciones análogas al potlatch indio o rastros de ellas han sido halladas con mucha frecuencia... El potlatch excluye todo regateo y, en general, está constituido por un don considerable de riquezas que se ofrecen ostensiblemente con el objeto de humillar, de desafiar y de obligar a un rival. El carácter de intercambio del don resulta del hecho de que el donatario, para evitar la humillación y aceptar el desafío, debe cumplir con la obligación contraída por él al aceptarlo respondiendo más tarde con un don más importante; es decir, que debe devolver con usura.
(...)
Las consecuencias en el orden de la adquisición no son más que el resultado no querido —al menos en la medida en que los impulsos que rigen la operación sigan siendo primitivos— de un proceso dirigido en un sentido contrario. "El ideal, indica Mauss, sería dar un potlatch y que no fuera devuelto". Este ideal es realizado por ciertas destrucciones en las cuales la costumbre consiste en que no tengan contrapartidas posibles."
(La parte maldita. Georges Bataille)

Se da para que no pueda ser devuelto.
El que más tiene puede dar más y aquellos que están obligados a devolver no pueden responder con algo de mayor valor.
La autoridad del que más tiene se pone de manifiesto en el gasto de esa riqueza que se posee ante los ojos de la comunidad.
El primer intercambio se basaba en un proceso ritual de gasto, en absoluto se intercambiaba para acumular sino para todo lo contrario. La vergüenza era tener que acumular, porque, si se acumulaba, era porque no se había podido corresponder con una dádiva mayor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario