Puede que me equivoque, pero creo que la pista del Dinitrotolueno es una vía muerta y lo afirmo porque me parecen razonables los argumentos que tiran de sumario para responder a las páginas de El Mundo:
"Hay que llegar al final del cuarto párrafo para encontrar un dato fundamental en el informe: el misterioso DNT aparece en todas las muestras, incluso –oh, sorpresa– en la Goma 2 Eco que se envió desde la mina asturiana como patrón para que los peritos comparasen si, en efecto, ese explosivo era igual al que se usó en el 11-M. Y sí: la Goma 2 Eco de mina Conchita etiquetada como Goma 2 Eco tiene los mismos ingredientes –incluso el inesperado DNT- que lo que estalló en los trenes y en Leganés, lo que se encontró en la vía del AVE, la mochila de Vallecas y los distintos restos que aparecieron en la furgoneta Kangoo y en la finca donde se prepararon los explosivos. Blanco, en botella, en la nevera y con una vaca pintada en la etiqueta. ¿Será Titadyn?
A partir de este punto, queda el único misterio de saber cómo llegó el DNT a contaminar esa partida de Goma 2 Eco."
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Lo apuntado me convence y la sorpresa con que los técnicos reciben la noticia (y que tanto partido se le extrae para reforzar el propio argumento) sólo puede entenderse desde el punto de vista del desconocimiento de la excepcional cualidad que acompañaba a los explosivos usados en el atentado... Su contaminación. En aquel momento no se conocía el origen de la partida ni mucho menos sus peculiares características químicas... Y en este sentido es lógica la sorpresa de los técnicos, aunque alguno de ellos apunte que esa traza es pequeña y no representativa. En cualquier caso es perfectamente comprensible que en aquel momento se dudara de la naturaleza del explosivo.
Y el valor de ese vídeo dentro del sumario no debe analizarse por si mismo sino en relación con otra serie de informaciones que lo complementan, refuerzan y/o corrigen, que es como deben hacerse las cosas cuando uno quiere saber. No desde la teoría que, sin tener en cuenta las características específicas de la realidad sobre la que se aplica, se aplica de una forma interesada. Y esa realidad implica la excepcionalidad de la contaminación que es el elemento invalidante del contenido principal del vídeo.
Otra cosa sería que se demostrara que en realidad no se dieron las condiciones para la contaminación en el lugar de fabricación o que la procedencia del explosivo no fuera la que se acredita. Por eso y para tener verdadero sentido, el contenido de este vídeo es dependiente de otros que en absoluto son llamados a colación... Pero de eso nada se habla y éso es lo sospechoso porque la perversión está en analizar un hecho por si sólo.
Y desde luego otra cosa también es la incomodidad que pudiera suscitar la presencia del dinitrotulueno y su posible ocultación en un procedimiento que se busca allanar de cualquier manera, para cerrarlo cuanto antes sin tener en cuenta las formas, cercenando con una guillotina los flecos que sobresalen de la forma perfecta que compone el terminado volumen, porque la justicia es una cuestión de fondo, pero también una cuestión de formas. Y para mi esa es la mayor gravedad que se puede desprender del descubrimiento de estos vídeos, el consecutivo y posible descubrimiento de una serie de individuos dispuestos a ponerles las cosas fáciles a sus respectivos amos, deseosos de bailar el son que quieren escuchar y que para sus oídos está siendo tocado. El clientelismo y la chapuza, quizá el abuso de poder. Asuntos también graves pues nada debe ser ocultado ni disimulado en la investigación de un sumario.
Estoy convencido que, en cuestión de máximos, la sentencia del 11-m acierta en la dirección hacia la que dispara. Harían falta otras revelaciones de más enjundia para comprometer ese sentido general y global. De lo que no estoy tan convencido es que se haya acertado en los mínimos y que el tratamiento de ciertos temas y pruebas haya sido el profesionalmente correcto. De estos errores que, sigo manteniendo, estoy seguro aparecen en todos los sumarios de enjundia algunos se alimentan todavía para confundir la consistencia de las contradicciones y defectos con algo mucho más serio.
A fecha de hoy y con la información de la que se dispone, estoy convencido de que la suma de los errores y mentiras que se descubran no alterarán el resultado final del producto.
Y por supuesto aquellos que lo consideren oportuno tienen derecho a exigir que se hagan esos ajustes que depuren responsabilidades y perfeccionen el proceso consiguiendo una tranquilidad que merecen. Estamos en un estado de derecho... aunque escuchando ciertas cosas me conformaría con que viviéramos en un estado del sentido común.