viernes, febrero 22, 2008
Ya no es curioso.
Escucho las fundadas opiniones de los portavoces de los principales periódicos del país acerca del debate que han mantenido Solbes y Pizarro y ninguna se ha salido del guión. En general, todos han encontrado una buena razón para situarse en la trinchera donde se les supone estar.
La diaria pelea entre titulares y cesantes no cesa. La derecha montaraz, la izquierda irreverente y ultramontana.
Deberían verse los unos a los otros.
Con mucho, lo peor de la política española son los periodistas.
Con los políticos, como con las mujeres según decía Bukowsky, ya se sabe... Lo de los periodista estamos empezando a saberlo.
jueves, febrero 21, 2008
Empiezo a entender esa extraña e inexplicable emoción que los atléticos llaman "sentimiento atlético".
No suelo acertar, pero ésta es mi quiniela...
- Mejor película: No country for old men
- Mejor director: Los hermanos Cohen
- Mejor actor: Tommy Lee Jones o Johnny Depp (aquí me juego un doble)
- Mejor actriz: Ellen Page
- Mejor actor secundario: Javier Bardem (temo su discurso)
- Mejor actriz secundaria: Cate Blanchett
--- ¿Es que uno se puede casar con una tía?. --- Preguntó él, asombrado.
--- No sólo se puede --- Le contestó un soldado. --- sino que estamos haciendo esta guerra contra los curas para que uno se pueda casar con su propia madre."
(Cien años de soledad, Gabriel García Márquez)
¡Viva la revolución!
La mayor de las utopías... si uno le da al psicoanálisis.
JUNO
Inteligente, divertida, muy bien dialogada, emocionante y rebosante de buen rollo.
Todos estos aspectos son cualidades de las que rebosa esta película norteamericana que apuesta por una historia y por unos personajes hechos a medida de la misma.
Es el efecto especial del talento el que brilla en esta crónica de las andanzas de una adolescente que descubre que ha quedado embarazada.
Dejando de lado el brillante tono general de una película que hasta cierto punto resulta heterodoxa y diferente tanto por el planteamiento mismo de la historia como por el desarrollo de la misma, un desarrollo que cuando no es directamente divertido es emocionante, lo que más me interesa de Juno es la inteligente contraposición de dos mundos. Por un lado el optimismo y la esperanza de los que empiezan a vivir y por otro el descreimiento escéptico de los adultos que ya llevan unos cuantos años viviendo.
Y todo contemplado de una forma inteligente y positiva.
Merece la pena verla, aunque sólo sea para ver a Ellen Page interpretar su personaje de irónica adolescente viviendo día a dia el milagro de su embarazo.
El buen rollo, y alguna lágrima dulce, están asegurados.
martes, febrero 19, 2008
Lo estoy intentando.
Mis amigos G. y A. siempre han pensado que por trayectoria personal y planteamientos vitales debería ser del Atlético de Madrid y no el maldito madridista que soy. Seguramente tienen razón y por eso lo estoy intentando.
La primera lección es no ver ciertos partidos como los jugados contra el Bolton y el Athletic de Bilbao. Hay una cierta intuición atlética que te aparta de su visión para evitar sufrimientos innecesarios, una intuición que yo no tengo (el Real Madrid suele ganar muchos más partidos) y que, por carecer de él, no me impidió sentarme ante esos dos delitos futbolísticos de primer grado.
Debe doler preparar el partido durante toda la semana y luego salir al campo y que pasen esas cosas tan inexplicables: errores defensivos, expulsiones, penalties no forzados... Imagino que no lo harán a propósito.
Seguramente, en el vestuario del atleti, ese que desde la época de Jesus Gil sigue triturando grandes futbolistas y convirtiéndoles en mediocres, hay un polo energético de magia negra o algo así que ejerce su negativo influjo sobre el entendimiento de los futbolistas que lo habitan.
No se me ocurre otra explicación irracional plausible.
Si algo he aprendido es que lo racional no tiene cabida en el "sentimiento atlético". Cada partido es como una carga de la brigada ligera contra un destino que se empeña en poner las cosas difíciles cuando precisamente parece que se han puesto mejor... Por ejemplo, el equipo está jugando bien, figura en puestos de Copa de Europa y de pronto desaparece.
Una experiencia sadomasoquista en primer grado.
No team for old men.
Seguiré intentándolo.
lunes, febrero 18, 2008
domingo, febrero 17, 2008
Veo un reportaje sobre la nueva edición de ARCO y escucho cómo varios entrevistados valoran las obras que ven en función de si podrían ponerlas en su casa o no.
Y me da que pensar.
Ya no se trata de ponerlas en tu vida, porque te aportan u ofrecen el descubrimiento de una verdad trascendente, sino de ponerlas en tu casa. Que no desentonen con el resto de los objetos, puro valor simbólico, de cambio en el sistema de mis objetos, de las cosas que poseo.
Nada de valor de uso intelectual, inspirador de poderosas verdades eternas.
Un objeto más degradado al efecto de llamar la atención en el bosque de objetos que le rodean y que también buscan llamar la atención.
Reclamo y publicidad.
Puro mercado con una coartada en mayor o menor medida intelectual.
Arte disminuido a la condición de pura mercancía, para poner o para coleccionar.
Sensación, no impresión.
Opinión, no discurso.
Industria.
Palabra efímera que se pretende así porque deben existir muchas más palabras que pronunciar el año que viene.
Con una imaginería de pintura romántica, asistimos al pausado desarrollo de la perfecta metáfora de una decadencia.
La traducción se manifiesta en espacios brumosos, como paralizados en un eterno instante de dejadez.
Rodeada de abandono, aún brilla una luz que poco a poco se apaga.
Plano a plano, el espectador se acerca a ese agonizante brillar.
Llega a tiempo para escuchar de sus labios la lacónica enunciación del misterio que siempre será Kane.
Rosebud.
sábado, febrero 16, 2008
Todo un descubrimiento esta película japonesa del año 1973 que pasa por ser -y quizá lo sea- una de las mejores películas del cine japonés.
La investigación de un aparentemente vulgar asesinato conduce de una forma cuidadosa al descubrimiento de una terrible historia encerrada en el corazón del asesino.
"El castillo de arena" combina lo policial con el melodrama de una forma precisa y sabia, como si las preguntas pertenecieran a un lado y las respuestas al otro.
Y al final el propio destino es lo que uno ha sido, lo que uno es. No hay vuelta de hoja a ese respecto.
La cosa es tan sencilla o tan compleja como queramos verla, pero el melodrama siempre está ahí, en el esfuerzo de las almas que luchan, que se rebelan.
Mucho se ha escrito sobre esta brillante primera película realizada por Orson Welles, pero cada vez que la veo tengo más claro que el personaje de Kane es un trasunto del propio Welles.
Me decanto por esta escuela de pensamiento... si es que existe.
Después de todo, y como se comenta en algún momento de la película, el esfuerzo por conocer la realidad de Kane es un complejo puzzle que quizá jamás tenga resolución. Entre otras cosas, porque no hay un patrón que reproducir y sobre el que colocar las piezas.
Siempre que me acerco a "Ciudadano Kane", el sentimiento que en mayor prendida prende en mi es la sensación de que, siempre, todos somos un misterio los unos para los otros. Nos observamos, sacamos conclusiones, esperamos conductas, suponemos comportamientos, pero la sorpresa siempre existe en las relaciones humanas. Probablemente, porque los primeros en la cola de nuestro propio misterio somos nosotros mismos.
Muchas veces la identidad y la racionalidad son una esforzada muralla contra la que percute todo aquello que dejamos fuera, precisamente para poder construir un interfaz razonable, practicable para los otros... pero lo cierto es que también somos aquello que dejamos fuera y que constantemente intenta manifestarse. El psicoanálisis se construye precisamente sobre ese eterno intento de regreso, sobre sus esporádicas y extrañas manifestaciones en el trillado y medido terreno de la conciencia.
Pero esa es otra historia...
Lo importante es que en "Citizen Kane" asistimos a la investigación de un misterio, el misterio de una persona fascinante y especial a la que las fascistas llaman comunista y los comunistas, fascista.
Todos los personajes que son entrevistados por el periodista se debaten entre la frustración y la impotencia de no haber podido comprender. Charles Foster Kane será siempre como un puñado de arena que inexorablemente se les escapa de las manos.
Y por encima de todo Kane es Welles: Un heterodoxo, un superdotado que constantemente presenta a los demás el desafío de decisiones y actuaciones misteriosas e incomprensibles, un eterno misterio para sí mismo y para los demás porque -y principalmente- la materia con la que está construída su éxito social es su propio fracaso personal.
Y por encima de todo "Citizen Kane" es un sadomasoquista monumento a esa diferencia erigido a mayor gloria del propio Welles, aspecto que por cierto -creo- es una constante en todo su cine:
La reivindicación de si mismo en su diferencia.
En sus propias películas o en las de otros, Welles es una presencia que siempre se pretende brillante, genial; que siempre busca seducirnos con imágenes atractivas y heterodoxas o con interpretaciones suntuosas y "granguiñolescas".
La principal obra de Welles es su personaje cinematográfico, un diletante e inconformista genio como Kane.
La grua final sobrevolando el inmenso desierto de objetos muertos que Kane ha venido acumulando a lo largo de su vida ya terminada es también una vuelta atrás en el tiempo en busca de Rosebud, una especie de respuesta que busca un cierre emocional sobre la superficie ardiente de un trineo.
El guiño final que cierra el cuidadosamente construído círculo de nuestra propia seducción.
viernes, febrero 15, 2008
Son pocos los finos hilos que nos atan a esa ficción compartida que llamamos realidad (mientras de soslayo nos miramos desconfiados los unos a los otros deseando que no surjan heterodoxas disensiones inoportunas).
Es más. Ni siquiera sabemos cuáles.
La respuesta siempre esa posteriori.
Cuando de un preciso parpadeo se cortan en un sólo momento de absurdo.