La verdad es que no me ha interesado demasiado "August".
Este drama familiar con el medio oeste como fondo no termina de ofrecerme una visión diferencial de la consabida disección de un concreto y disfuncional avatar de la sagrada institución familiar. Y quizá sabiendo esa falta de originalidad en el enfoque, Tracy Letts la autora y guionista opta por el volumen, por la acumulación de drama por pixel de imagen en un desesperado intento de buscar el cambio cualitativo desde la acumulación.
La desaparición de Beverly, el patriarca de la familia Weston, fugazmente interpretado por el genial Sam Shepard, convertirá a su mujer, Violet, interpretada com mucho talento por la siempre estupenda Meryl Streep, en la espoleta que hará detonar a la familia como si se tratase de una bomba.
Pero la obra ventila los mismos trapos sucios de casi siempre pareciendo incómodamente el clon de algo que ya hemos visto antes, un algo además desarrollado seguramente con mucho más talento para la captación del horror que puede llegar esconder el ser humano en esa convivencia forzada por la sangre que llamamos familia.
Todo me resulta demasiado previsible en "August" pese a que el magnífico reparto que encabeza Streep acompañada de actores tan interesantes como Chris Cooper, Ewan Mc Gregor Juliette Lewis o Margo Martindale hace un gran esfuerzo por hacer especial la misma historia de siempre.
En cuanto a Julia Roberts, quizá empalidecida al contacto de buenos actores, sin estar mal no consigue imprimir al personaje el necesario carisma que la narración demanda de él, resultando en ocasiones demasiado fría y distante frente a una Meryl Streep que la devora implacablemente.
Al final, queda la reflexión de que el "Salvame Deluxe" tiene muchas caras y una de ellas es esta "August" que opta por el sensacionalismo desde la nimiedad de su propuesta.
El cine plano de efectos especiales empieza a encontrar su homólogo en estos dramas de emociones tan especiales que todos los años completan la cuota de ese cine de calidad que con grandes actores pretende abordar un gran tema a la búsqueda de algún premio... porque, ya se sabe, los premios se dan por los temas serios.
Lo mejor: el show de Meryl Streep.
Decepcionante.
Este drama familiar con el medio oeste como fondo no termina de ofrecerme una visión diferencial de la consabida disección de un concreto y disfuncional avatar de la sagrada institución familiar. Y quizá sabiendo esa falta de originalidad en el enfoque, Tracy Letts la autora y guionista opta por el volumen, por la acumulación de drama por pixel de imagen en un desesperado intento de buscar el cambio cualitativo desde la acumulación.
La desaparición de Beverly, el patriarca de la familia Weston, fugazmente interpretado por el genial Sam Shepard, convertirá a su mujer, Violet, interpretada com mucho talento por la siempre estupenda Meryl Streep, en la espoleta que hará detonar a la familia como si se tratase de una bomba.
Pero la obra ventila los mismos trapos sucios de casi siempre pareciendo incómodamente el clon de algo que ya hemos visto antes, un algo además desarrollado seguramente con mucho más talento para la captación del horror que puede llegar esconder el ser humano en esa convivencia forzada por la sangre que llamamos familia.
Todo me resulta demasiado previsible en "August" pese a que el magnífico reparto que encabeza Streep acompañada de actores tan interesantes como Chris Cooper, Ewan Mc Gregor Juliette Lewis o Margo Martindale hace un gran esfuerzo por hacer especial la misma historia de siempre.
En cuanto a Julia Roberts, quizá empalidecida al contacto de buenos actores, sin estar mal no consigue imprimir al personaje el necesario carisma que la narración demanda de él, resultando en ocasiones demasiado fría y distante frente a una Meryl Streep que la devora implacablemente.
Al final, queda la reflexión de que el "Salvame Deluxe" tiene muchas caras y una de ellas es esta "August" que opta por el sensacionalismo desde la nimiedad de su propuesta.
El cine plano de efectos especiales empieza a encontrar su homólogo en estos dramas de emociones tan especiales que todos los años completan la cuota de ese cine de calidad que con grandes actores pretende abordar un gran tema a la búsqueda de algún premio... porque, ya se sabe, los premios se dan por los temas serios.
Lo mejor: el show de Meryl Streep.
Decepcionante.