Es una peli curiosa esta "Monsters".
Combina la ciencia ficción con una road movie romántica con aceptables resultados.
En un futuro cercano, una sonda que porta muestras de vida alienígena se estrella en el Norte de Méjico. Esa vida proliferará generando una zona contaminada y un esfuerzo militar por descontaminarla.
En este contexto, una fotógrafo freelance deberá llevar sana y salva a la hija de su jefe de vuelta a los Estados Unidos. Las circunstancias les serán adversas y deberán atravesar esa zona contaminada para llegar a la frontera.
"Monsters" muestra al espectador ese viaje de los dos protagonistas por la misteriosa zona contaminada, un viaje en el que irá creciendo la atracción entre ellos al mismo tiempo que la fascinación por las extrañas criaturas alienígenas que han hecho del planeta tierra su obligado hogar.
Firmada en 2010, la película es la opera prima de su director, el británico Gareth Edwards quién aprovecha su experiencia como director de efectos especiales en el género documental para, con no demasiados medios, producir un creíble contexto de ciencia ficción en el que insertar el viaje de sus dos personajes protagonistas.
La propuesta es interesante, pero, y para mi gusto, falla en lo esencial: en la descripción de la evolución de la relación que mantienen los dos personajes protagonistas interpretados por actores no demasiado conocidos y tampoco demasiado prometedores.
En general el vinculo entre los dos protagonistas es bastante insulso y demasiado previsible, casi sin elaboración, puro cliché.
Así de manera inevitable la historia pierde pie en su fondo, anulando buena parte del poder que pudiera conferirle su genuina mixtura de asuntos.
No obstante, se las arregla para mantenerse a flote precisamente porque funciona todo lo demás, ese contexto de invasión alienígena que, sin embargo y por contraste, Edwards resuelve con suficiencia, generando el suficiente interés como para que el espectador tenga curiosidad por los secretos y misterios de esa invasión.
El resultado es en cualquier caso, y pese a los evidentes defectos, aceptable y entretenido.
Combina la ciencia ficción con una road movie romántica con aceptables resultados.
En un futuro cercano, una sonda que porta muestras de vida alienígena se estrella en el Norte de Méjico. Esa vida proliferará generando una zona contaminada y un esfuerzo militar por descontaminarla.
En este contexto, una fotógrafo freelance deberá llevar sana y salva a la hija de su jefe de vuelta a los Estados Unidos. Las circunstancias les serán adversas y deberán atravesar esa zona contaminada para llegar a la frontera.
"Monsters" muestra al espectador ese viaje de los dos protagonistas por la misteriosa zona contaminada, un viaje en el que irá creciendo la atracción entre ellos al mismo tiempo que la fascinación por las extrañas criaturas alienígenas que han hecho del planeta tierra su obligado hogar.
Firmada en 2010, la película es la opera prima de su director, el británico Gareth Edwards quién aprovecha su experiencia como director de efectos especiales en el género documental para, con no demasiados medios, producir un creíble contexto de ciencia ficción en el que insertar el viaje de sus dos personajes protagonistas.
La propuesta es interesante, pero, y para mi gusto, falla en lo esencial: en la descripción de la evolución de la relación que mantienen los dos personajes protagonistas interpretados por actores no demasiado conocidos y tampoco demasiado prometedores.
En general el vinculo entre los dos protagonistas es bastante insulso y demasiado previsible, casi sin elaboración, puro cliché.
Así de manera inevitable la historia pierde pie en su fondo, anulando buena parte del poder que pudiera conferirle su genuina mixtura de asuntos.
No obstante, se las arregla para mantenerse a flote precisamente porque funciona todo lo demás, ese contexto de invasión alienígena que, sin embargo y por contraste, Edwards resuelve con suficiencia, generando el suficiente interés como para que el espectador tenga curiosidad por los secretos y misterios de esa invasión.
El resultado es en cualquier caso, y pese a los evidentes defectos, aceptable y entretenido.