Sólo hay una manera de hacer las cosas.
El relato aparece en los medios, se repite una y otra vez encontrando apropiado eco en quienes se supone nos representan.
Sólo hay una manera de hacer las cosas, la apropiada y correcta manera que se dicta para hacer las cosas que verdaderamente importa en la gestión del destino de nuestra sociedad.
Pero esto no es una dictadura, Eres libre, como el sol cuando amanece, para decidir sobre todo lo que no importa tanto y, por supuesto, también eres libre para decidir ser sensato y aceptar esa única manera de hacer las cosas... o, como Pedro Sanchez, acabarás siendo pulverizado.
No es que Sánchez sea santo de mi devoción, pero es mucho peor la otra opción, la que se ha repetido una y otra vez porque es hipócrita, porque es mentirosa, porque no tiene lógica,
Abstenerse y favorecer la gobernabilidad de un pais.
Abstenerse para que un partido con cuyas políticas al menos nominalmente no estás de acuerdo pueda intentar ejercerlas.
Abstenerse para favorecer la construcción de un país que en teoría no quieres.
Estaríamos de acuerdo en el hecho de que el mismo que se abstiene en la investidura podría votar negativamente contra las leyes más importantes de la legislatura del partido cuyo gobierno ha permitido, es decir, les impediría gobernar; aquello que precisamente se ha permitido con la abstención.
Pero no se ha hablado de ésto, de tan flagrante contradicción.
Y es imposible que se hable porque no se trata de un debate sustancial, de ideas.
Sólo existe esa apariencia de debate que siempre rodea a estas cosas que sólo pueden hacerse de una sola manera.
Un debate en el que quienes repiten la consigna son escuchados con el respeto de quienes con sensatez comprenden la compleja realidad y quienes la contradicen son vilipendiados.
Pero las posibilidades están ahí, las otras posibilidades que ese discurso único, al ser de parte. no prevé.
¿Alguien se ha planteado cuál será la principal consecuencia de esa abstención que se exige?
¿Alguien e ha planteado como será esa legislatura?
Porque quizá esa presión hacia la abstención podría repetirse cada vez que el PP tuviera que aprobar una ley importante.
No aprobando una ley presupuestaria el PSOE seguiría bloqueando y el partido gobernante bien podría disolver la cámara y convocar esas terceras elecciones.
Si el PSOE efectivamente fuera de izquierdas, el enconamiento de estos meses se trasladaría al interior de la legislatura, cada vez que los votos de Populares y Ciudadanos no fuesen suficientes para consagrar sobre nuestras tumbas este nuevo mundo neoliberal
Quizá esas terceras elecciones que este discurso único convierte en abominables en el fondo sean necesarias, una pura verdad a la que nos aboca la fragmentación del voto que producen los nuevos partidos y la existencia de aspectos en los que no es posible estar de acuerdo.
Quizá esas terceras elecciones son inevitables... si el PSOE efectivamente es un partido de izquierdas.
Y si no lo es, y todo lo permite, acabará emparedado entre Ciudadanos y Podemos aunque sólo sea porque sus dos posiciones, a favor y en contra del sistema, son más naturales y autenticas.
Por lo tanto, y en cualquier caso, el futuro del PSOE es terrible si se abstiene.
Con la espada de Damocles de esa responsabilidad siempre sobre sus cabezas, habiendo mostrado ser los tontos útiles ya una vez y entre la espada y la pared de no poder impedir aparecer más cercanos al PP de lo que en realidad dicen estar, no oponiéndose en buena parte de la acción política de su legislatura, o.por el contrario oponiéndose y, por lo tanto, bloqueando un gobierno que quizá decida disolver la cámara y convocar esas terceras elecciones de las que ahora se huye manteniendo contra el PSOE el ganador discurso de bloqueo.
¿Qué prefieres? ¿Susto o muerte?
El futuro del PSOE es terrible... y merecido.
El relato aparece en los medios, se repite una y otra vez encontrando apropiado eco en quienes se supone nos representan.
Sólo hay una manera de hacer las cosas, la apropiada y correcta manera que se dicta para hacer las cosas que verdaderamente importa en la gestión del destino de nuestra sociedad.
Pero esto no es una dictadura, Eres libre, como el sol cuando amanece, para decidir sobre todo lo que no importa tanto y, por supuesto, también eres libre para decidir ser sensato y aceptar esa única manera de hacer las cosas... o, como Pedro Sanchez, acabarás siendo pulverizado.
No es que Sánchez sea santo de mi devoción, pero es mucho peor la otra opción, la que se ha repetido una y otra vez porque es hipócrita, porque es mentirosa, porque no tiene lógica,
Abstenerse y favorecer la gobernabilidad de un pais.
Abstenerse para que un partido con cuyas políticas al menos nominalmente no estás de acuerdo pueda intentar ejercerlas.
Abstenerse para favorecer la construcción de un país que en teoría no quieres.
Estaríamos de acuerdo en el hecho de que el mismo que se abstiene en la investidura podría votar negativamente contra las leyes más importantes de la legislatura del partido cuyo gobierno ha permitido, es decir, les impediría gobernar; aquello que precisamente se ha permitido con la abstención.
Pero no se ha hablado de ésto, de tan flagrante contradicción.
Y es imposible que se hable porque no se trata de un debate sustancial, de ideas.
Sólo existe esa apariencia de debate que siempre rodea a estas cosas que sólo pueden hacerse de una sola manera.
Un debate en el que quienes repiten la consigna son escuchados con el respeto de quienes con sensatez comprenden la compleja realidad y quienes la contradicen son vilipendiados.
Pero las posibilidades están ahí, las otras posibilidades que ese discurso único, al ser de parte. no prevé.
¿Alguien se ha planteado cuál será la principal consecuencia de esa abstención que se exige?
¿Alguien e ha planteado como será esa legislatura?
Porque quizá esa presión hacia la abstención podría repetirse cada vez que el PP tuviera que aprobar una ley importante.
No aprobando una ley presupuestaria el PSOE seguiría bloqueando y el partido gobernante bien podría disolver la cámara y convocar esas terceras elecciones.
Si el PSOE efectivamente fuera de izquierdas, el enconamiento de estos meses se trasladaría al interior de la legislatura, cada vez que los votos de Populares y Ciudadanos no fuesen suficientes para consagrar sobre nuestras tumbas este nuevo mundo neoliberal
Quizá esas terceras elecciones que este discurso único convierte en abominables en el fondo sean necesarias, una pura verdad a la que nos aboca la fragmentación del voto que producen los nuevos partidos y la existencia de aspectos en los que no es posible estar de acuerdo.
Quizá esas terceras elecciones son inevitables... si el PSOE efectivamente es un partido de izquierdas.
Y si no lo es, y todo lo permite, acabará emparedado entre Ciudadanos y Podemos aunque sólo sea porque sus dos posiciones, a favor y en contra del sistema, son más naturales y autenticas.
Por lo tanto, y en cualquier caso, el futuro del PSOE es terrible si se abstiene.
Con la espada de Damocles de esa responsabilidad siempre sobre sus cabezas, habiendo mostrado ser los tontos útiles ya una vez y entre la espada y la pared de no poder impedir aparecer más cercanos al PP de lo que en realidad dicen estar, no oponiéndose en buena parte de la acción política de su legislatura, o.por el contrario oponiéndose y, por lo tanto, bloqueando un gobierno que quizá decida disolver la cámara y convocar esas terceras elecciones de las que ahora se huye manteniendo contra el PSOE el ganador discurso de bloqueo.
¿Qué prefieres? ¿Susto o muerte?
El futuro del PSOE es terrible... y merecido.