miércoles, mayo 13, 2009

HISTORIAS

En alguna parte del libro de George Steiner que estoy leyendo con verdadero placer (aunque sin tocarme) hay un entrecomillado del propio Shakespeare en el que el geniar artista describe su arte como, si mal no recuerdo, "vestir palabras viejas en nuevo modo es todo mi arte".
Y lo más gracioso es que es verdad. La práctica totalidad de la obra Shakesperiana recrea viejos cuentos y leyendas medievales, sucedidos históricos, que formaban parte del acerbo popular.
Soy de la opinión de que siempre nos contamos los unos a los otros las mismas historias. Lo diferencial es la combinatoria de las diferentes piezas y, sobre todo, el punto de vista, la mirada de aquel que la cuenta. No soy un experto en Shakespeare, no fumo en pipa ni llevo chaquetas de tweed debajo de mi camisa sudada, pero, si algo tengo claro es que lo diferencial es el modo en que el maestro de Strafford upon Avon nos cuenta las historias.
La interpretación que el talento de un creador hace de las mismas preguntas, el modo en que responde las mismas respuestas sobre la vida y el sentido que esa extraña fiera jeroglífica con un ego enorme llamado ser humano se da a sí mismo y lo que le rodea es lo diferencial.
Lo importante es el camino, la narración.
El final de las historias siempre es secundario.
Ya lo sabemos.
Todos acabamos muertos.
Lo importante es el modo en que uno narra su propia historia, el modo en que la cuenta cada minuto de su existencia.
Y no hay nada que más me guste en el mundo que una historia bien contada.

2 comentarios:

  1. Anónimo10:30 a. m.

    Mateo Bandello tiene mucho que opinar de las acciones de Shakespeare... ¿Menos mal que no exitía la SGAE?

    ResponderEliminar
  2. Me pongo sobre la pista de Mateo Bandello, estimado anónimo. Llegaré al fondo de este asunto...

    ResponderEliminar