martes, mayo 05, 2009

THE INTERNATIONAL

Un clavo saca otro clavo.

Un agente de la interpol (Clive Owen) y una agente de la oficina del fiscal de Nueva York (Naomi Watts) se enfrentan al inmenso poder omnímodo de un banco internacional cuyo alargado brazo alcanza los más apartados lugares de las alcantarillas mundiales.

"The international" es un thriller con todas las de la ley. Trama interesante, secuencias de acción bien resueltas, buenas interpretaciones, un cierto suspense, algún que otro giro inesperado, .... Una de esas películas que no decepciona y que siempre apetece ver.

Además, aporta una cierta originalidad que está llena de interés. En este tipo de historias siempre hay un héroe individual que se enfrenta a solas al poder de esa organización. La necesidad de hacer justicia le impulsa. Se convierte en un medio, un fin o las dos cosas. Pero en "The International" esa justicia ya no es posible por la acción única del héroe. Ahora, en el siglo XXI hacen falta aliados cuyos intereses puedan servirse de la misión en que se encuentra el protagonista. Ambos salen beneficiados, el aliado elimina a un competidor y el héroe hace la justicia que tanto ha buscado.

El mensaje de "The international" es cinico y nihilista.

Si alguna vez lo ha sido, ahora, menos que nunca, la justicia ya no es posible por si misma, sino como parte de un juego de intereses mayor en el que la moral es sólo una variable más a considerar... y no precisamente de las más relevantes, aunque para nuestro héroe sea la principal razón de su existir como personaje en una trama que sólo y siempre le ha necesitado únicamente como peón.

En ese aspecto, me recuerda a los policías de "The wire" constantemente enfrentados a una realidad infraestructural que rige la vida de la ciudad. Una realidad que nada tiene que ver con los discursos superestructurales basados en la moralidad y la justicia y que está basada en la costante fricción de los intereses, en el conflicto y la asociación en busca del mayor beneficio posible sin mirar hacia arriba (al mundo perfecto de las ideas), sin mirar hacia atrás (a los humillados y los ofendidos).

Los garantes de esa moralidad y esa justicia que, sin embargo, todas las mañanas hay que publicar para que la sociedad siga en marcha, de algún modo, como nuestro héroe al final de la película, siempre se sienten burlados.

Un clavo saca otro clavo.

Interesante.

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