sábado, febrero 25, 2012

CRIMEN FERPECTO

Ahora no estoy tan seguro.

Quizá lo que considero un defecto de casi todas las películas de Alex de la Iglesia en realidad sea una virtud.

Siempre me había parecido que en todas sus películas había un punto de no retorno en el que el narrador parecía perder el control de los caballos de la historia y estos comenzaban a galopar sin control sobre la pantalla. El relato se tornaba fragmentario, caleidoscópico y un muchos casos terminaba convirtiéndose en una especie de distorsionado dibujo animado de Tom y Jerry.

Y quizá en todos las narraciones de Alex de la Iglesia emerge como esencial el tema de la imposibilidad de un orden, convirtiendo todas las historias en una crónica de la inevitable necesidad con el que el caos y la destrucción suceden cuando por medio hay seres demasiado humanos.

En el cine de Alex de la Iglesia las historias devienen a meros lugares donde se escenifica el enfrentamiento destructor entre deseos imposibles.

Las superficies que se presentan estables poco a poco empiezan a resquebrajarse, metafóricamente las letras efe y pé se intercambian para trastocar la solemnidad del sentido que vehicula la propia palabra, abriendo paso a las huestes cenobitas del delirio.

Los personajes y las situaciones se descomponen, pierden el color y la forma que se derraman como goterones dentro de un cuadro empapado, ante la irresistible emergencia de todo lo que es incontrolable.

No había visto "Crimen ferpecto" y es, con diferencia, la película que más me gusta de Alex de la Iglesia.

"Crimer ferpecto" es una sainete costumbrista, puro gore berlanguiano hiperrealista con unas gotas del mejor Hitchcock, en el que Rafael (un estupendo Willy Toledo) expresa la quinta esencia de ese anti-héroe planificador que, creo, protagoniza el cine de Alex de la Iglesia.

Rafael será un casposo triunfador de bolsillo, el perfecto Joseph K de un absurdo proceso que desencadena su propia ambición y que sucede en un entorno hiperrealista que con cada segundo que avanza se convierte en cada vez más aterrador.

Brillante.

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