sábado, enero 03, 2015

Blue Jasmine

Me sorprende que nadie haya detectado la multitud de similitudes que la Jasmine que protagoniza esta película de Woody Allen tiene con la Blance Du Bois que protagoniza la gran obra teatral "Un tranvía llamado deseo" de Tennessee Williams.

Recordemos que Blanche llega a Nueva Orleans para visitar a su hermana menor como Jasmine llega a San Francisco.

Como Blanche, Jasmine es una mujer arruinada que ha perdido a su esposo por un suicidio y que claramente procede de una clase más alta. Al igual que a Jasmine el entorno tosco y bajo en que vive su hermana encarnado en su marido Stanley Kowalski le produce a Blanche un gran rechazo.

Pero los parecidos no terminan aquí.

Blanche tiene una historia romántica en la que proyecta desde la mentira un mundo de la clase alta que ha perdido y que se va al traste cuando su pretendiente conoce la verdad.

Blanche se comporta presuntuosamente. No parece comprender que ya no está en el mundo que ha perdido y envenena la relación de su hermana Stella con su marido Stanley.

Blanche es insegura y alcohólica.

Blanche tiene un colapso mental ante el desmoronamiento de su ilusoria construcción aspiracional y acaba loca.

Todas estas cosas están en "Blue Jasmine" que, por otra parte, y obviando las evidentes intertextualidades, es para mi gusto es una de las mejores películas de este último y decadente Woody Allen.

Lo cual tampoco es mucho.

En cualquier caso, su mérito en "Blue Iguana" es saber escoger el tema, conseguir disfrazarlo sin estropearlo y lograr contar "Un tranvía llamado deseo" a través de "Blue Jasmine" para beneficiarse de la fuerza arrasadora de su conflictuado y desde el principio fracasado protagonista principal, contando para ello por supuesto con la imprescindible ayuda de una gran actriz como Cate Blanchet.

Nada que objetar

Cada vez estoy más convencido que la necesidad de hacer películas está en Allen por encima de la real necesidad de contar, cosa que es fatal para alguien cuyo éxito tiene que ver con su condición de autor, pero también le reconozco una enorme capacidad para construir, con mayor o menor fortuna, artefactos narrativos de manera premeditada y consciente, del mismo modo en que los grandes estudios de Hollywood construyen Transformers 5, pero que contradictoriamente intentan reproducir una ya la perdida condición de autor de su responsble desde hace ya diez años desde su mera condición de copias.

Las películas de Allen, con alguna honrosa excepción como "Match Point" son puros productos que hacen del cine de Allen una marca comercial.

Allen no es más un autor, es una empresa que vende cada años su producto.

¿Para cuando una revisión de Annie Hall o, mucho mejor, una nueva versión calcada plano a plano?

Comparada con "Magic in the moonlight", y también sin comparar, "Blue Jasmine" es una de las mejores películas del último y zombie Allen que parece no saber que como autor lleva bastantes años muerto.





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