viernes, mayo 15, 2015

Los vengadores: la era de Ultron

La primera sensación que me produce "Los Vengadores: La era de Ultron" es la de superpoblación. Parece que no hay suficiente película para tantos actores protagonizando diferentes líneas narrativas, algunas de las cuales efectivamente parecen rebosar los límites de la película reclamando otra nueva y futura.

No obstante, Joss Whedon, con su identitaria fórmula que combina el sentido del humor casi irónico con la acción más espectacular se las arregla para no perder el control del caballo y ese mérito no hay que negarselo.

Con menos he visto cosas mucho más liosas e ininteligibles,

Y está claro que como "blockbuster" "Los Vengadores: La Era de Ultron" presenta una pasión por la acumulación y yuxtaposición, que en algunos momentos resulta masiva. No es una mala elección sustituir la imposible profundidad para el producto industrial por la acumulación superficial de rostros, palabras, intereses, propósitos, acciones... sobre todo si se sabe como es el caso de Joss Whedon de meter tanta cosa dentro de una maleta que podría no resultar lo suficientemente grande.

En cualquier caso, el espectador está demasiado ocupado en recibir el enésimo estímulo que la aparece por una esquina del plano, lo que le priva de la necesidad de concentrarse y valorar el anterior.

Así, "Los Vengadores: La Era de Ultron" se convierte en una suerte de supermercado, de película contenedor que aspira a trascender el concepto de historia, aspirando evolucionar de fin, de historia misma, a medio, a vehículo de historias, alguna de las cuales pueda atraer la atracción del espectador.

Así, el espectador de las nuevas generaciones cuya experiencia de los contenidos está mediada por el modo en que se vehiculan en internet encuentra lo que quiere: partes, constantes cambios, pequeños bloques que se combinan para producir un tablero de momentos que se suceden intercalados como una navegación por youtube.

La extensa superficie como opción a la profundidad.

La horizontalidad del juego de la repetición y la diferencia a cambio de la intensidad de la concentración dedicada a algo en concreto.

Desde el punto de vista industrial, el cine sigue siendo un producto sofisticado que ahora intenta sobrevivir comunicándose con otras formas de ocio para integrarse en una estructura omnicanal, pero también en sí mismo buscando adaptarse a la sensibilidad del espectador de los nuevos tiempos.

Y nada de esto tendría sentido si "Los Vengadores: La Era de Ultron" no consiguiese lo que se le viene exigiendo al cine industrial desde el principio de los tiempos: resultar entretenida con esa falta de pretensión del cine industrial que permita que la atención del espectador quede libre para querer pagar otras dos horas de entetenimiento.

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