domingo, diciembre 21, 2008
sábado, diciembre 20, 2008
(Ingmar Bergman)
LOS SOPRANO
lunes, diciembre 15, 2008
We don't own the night.
domingo, diciembre 14, 2008
sábado, diciembre 13, 2008
jueves, diciembre 11, 2008
CARNIVALE
miércoles, diciembre 10, 2008
De vez en cuando me gusta ver este gran clásico.
Protagonizada por Gary Cooper, Walter Brennan y la preciosa Teresa Wright, "El orgullo de los yanquis" nos cuenta la historia de Lou Gehrig, una leyenda del deporte norteamericano.
No conozco mucho de beisbol, el deporte (algunos lo llaman simplemente juego) que practicaba Gehrig pero, y por lo visto, es considerado como el mejor primera base de la historia (sea lo que sea eso) y que su record de más de dos mil partidos seguidos estuvo imbatido 56 años, hasta mucho tiempo después de su trágica y temprana muerte como consecuencia de una enfermedad degenerativa que lleva su nombre.
La película nos cuenta la vida de Gehrig, magnificamente interpretado por Cooper y lo hace desde una épica de las pequeñas cosas de la vida cotidiana que encuentro muy atractiva.
Es seguro que el tiempo ha pasado sobre la historia en algunos aspectos, especialmente en las relaciones familiares consideradas desde una óptica muy trasnochada: la madre celosa de la novia, la novia sonriendo de felciidad ante el matrimonio; pero se mantiene intacta en lo esencial que es el espectáculo del propio Gehrig viviendo a cada momento su vida con la más absoluta de las integridades.
De alguna forma, lo que nos emociona es ver a Cooper vistiendo la piel de ese ídolo del deporte y haciendo lo que en cada momento considera correcto incluso en el emocionante final donde lloramos precisamente porque Gehrig hace lo mismo que ha venido haciendo durante sus 136 minutos de vida.
Y esa es la épica que encierra "El orgullo de los yanquis".
El espectáculo de un hombre que enfrenta la muerte del mismo modo que ha venido enfrentando la vida.
No es fácil ser un héroe. No es fácil ser siempre uno mismo.
martes, diciembre 09, 2008
clavados en el alfiler de la propia mirada,
como mariposas muertas
que de cuando en cuando suceden,
nos saltan a la cara,
revoloteando espantadas
en el helado caldo del propio olvido,
al abrir el polvo de viejos armarios,
al agitar el ajado color de viejas sábanas.
Viejas fotografías perdidas,
errantes,
sin dueño,
melancolía de un tiempo desconocido,
abandonado,
como el lejano aullido de un perro
o una luz distante que se enciende y apaga.
THE DARJEELING LIMITED
Vaya por delante que creo entender los motivos de todos aquellos que no simpatizan con el cine de Wes Anderson.
Las historias que cuenta y el modo particular que tiene de narrarlas resultan demasiado poco convencionales.
Sus personajes se esfuerzan por existir, se afanan en superar pequeñas catastrofes que afectan sus vidas y lo hacen en historias que siempre tienen un punto de iniciáticas, de tránsito más o menos afortunado, de cambio de piel. Su estado preferido es la constante crisis, el cambio y la duda y lo viven en un sentimiento de estupor que intentan manejar con una calma que en realidad encierra un incontenible asombro ante lo que está sucediendo dentro y fuera de ellos. Por éso, muchas veces, de sus labios brotan frases inanes que bajo su apariencia superficial encierran la necesidad de expresar todo aquello que por el momento no tiene nombre.
El humor de Anderson está ahí, en el contraste entre lo que los personajes manifiestan y lo que uno intuye que puede existir dentro de ellos. Conversaciones lacónicas, continuo intercambio de frases en dialogos que parecen intrascendentes palabreos sobre el tiempo y que nacen siempre de la necesidad que los personajes de Anderson tienen de expresarse cueste lo que cueste, aunque no sepan o tengan nada que decir. Porque, y a su especial manera minimal, son beatniks que saben que la verdad está en el movimiento y por eso jamás se detienen. Siempre viajan, siempre buscan, siempre hablan.
La paradoja de lo emocional, el conflicto entre lo que se cree que es y lo que se empieza a ser, la dialéctica de esa transformación y la imposibilidad de una satisfactoria y completa comunicación como principal consecuencia del volátil estado de cambio, es el territorio simbólico donde suceden, aparentemente gélidas, las historias de Wes Anderson.
Pase lo que pase los personajes y las historias de Anderson siempre avanzan hacia finales abiertos... porque un nuevo cambio sin duda espera en el siguiente recodo del camino.
Y entiendo que Anderson pueda parecer difícil porque, de algún modo, esa angustiosa incomodidad que sienten sus personajes ante la incertidumbre con que la propia vida se les manifiesta siempre está ahí, patentemente incomprensible ante los ojos del espectador.
Para el caso, las peripecias que en la India viven estos entrañables y maravillosos hermanos en busca de la iluminación espiritual, de su perdida madre y de si mismos es deliciosamente paradigmática para mi mirada, que afortunada puede paladear el delicado y diferente modo que Anderson tiene para contarnos lo complicado que es encontrar un sentido a ésto que nos pasa todos los días (y que llamamos "vida").
Sus personajes nunca se rinden, jamás dejan de buscar el sentirse justificados y la cámara de Anderson siempre está ahi para contarnos ese esfuerzo con maneras casi cientificas.
Pero, y con todo, lo mejor que tienen los personajes de Anderson es que su sentido lo encuentran en la propia búsqueda porque, y a falta de algo mejor, el desconcierto y la confusión siempre se les antoja como un buen punto de partida para encontrar algo en común.
Siempre les queda ese París.
¡Maravillosa!
sábado, diciembre 06, 2008
Para mi gusto, una obra maestra... y también una película difícil, no apta para todos los públicos.
La película nos cuenta el complicado ascenso que el minero Daniel Plainview, magnificamente interpretado por Daniel Day Lewis, realiza desde las profundidades de una explotación minera en medio de alguna de las muchas ningunas partes que llenan el corazón de los Estados Unidos hasta una lujosa mansión en alguna de las muchas partes altas que llenan las ciudades de los Estados Unidos.
Con modos y formas que recuerdan a grandes clásicos del cine mudo, Paul Thomas Anderson se propone retratar las oscuras y retorcidas profundidades del corazón de uno de los muchos tycoones que surgiendo de la nada, y merced al propio esfuerzo, consiguieron hacerse un lugar en la ámérica de las oportunidades.
There will be blood nos cuenta el enorme esfuerzo que Plainview realiza por continuar adelante, por perseverar, en un viaje en el que sólo hay lugar para él, porque, de algún modo, y éste es uno de los planteamientos más interesantes y brillantes de la película, este enorme compromiso con el triunfo de la propia existencia, con el propio plan, tiene un importante componente de pacto con el diablo, con un diablo que no es otro que el propio deseo, que la propia ambición por prevalecer de la forma previamente definida.
Muy importante para el propósito de la película es el estupendo trabajo de Daniel Day Lewis que con gran brillantez construye un personaje brutal y básico. El Plainview de Day Lewis parece asemejarse al propio demonio en la expresión concentrada y constreñida de su rostro, en sus maneras firmes, radicales y brutales que a veces culminan en actos sobrecogedores de furia incontrolada, en su mirada taimada y afilada que parece clavarse como un pico sobre la superficie de todas las cosas en busca del precioso yacimiento en el que todo el munso y quienes le rodean son ya para él.
En constante lucha contra los otros y los elementos, Plainview es un personaje dificil y solitario, incomprensible y por lo tanto incomprendido, en el que sólo hay lugar para la tremenda y eterna soledad del misterio de sí mismo. Por ello, la película no puede terminar de otra forma y su polémico final no es otra cosa que la lógica consecuencia culminante de toda una vida sometida a los rigores del propio carácter.
Para Anderson, entiendo, la figura del tycoon Plainview se convierte en el terreno metonímico perfecto para formularnos con maneras casi heideggerianas el misterio del hombre que lleva hasta la última consecuencia la obligación casi genética de hacerse a sí mismo. En términos, del "ser y tiempo" heideggeriano de cuidarse de algo, de llavar a cabo un propósito convirtiéndolo en plan.
Plainview se atreve a ser con todas las consecuencias que ello implica y su destino, en el éxito, es la misma soledad que le acompañaba, en los comienzos, en las profundidades de la mina.
Hay mucho nihilismo en "There will be blood", un nihilismo que convierte a la película en una arriesgada propuesta a contracorriente.
El nihilismo ascético de los grandes espacios en los que la pequeña figura del hombre parece aplastada entre una enorme extensión de cielo y otra, no menos enorme, de tierra. Pero en "There will be blood" también hay lugar para lo que me parece principal consecuencia de ese nihilismo y que es la puesta en valor casi animal, primigenia y telúrica de lo que supone el esfuerzo por existir, por estar en un mundo que siempre termina por resultarnos, al modo del titulo de aquella estupenda novela del olvidado Ciro Alegria, demasiado ancho y demasiado ajeno.
Lo dicho... Obra maestra.
viernes, diciembre 05, 2008
Él padre Antonio y el monaguillo Andrés...
"Antonio cayo, ostia en mano y sin saber por qué
Andrés se murió a su lado sin conocer a Pelé;
y entre el grito y la sorpresa, agonizando otra vez
estaba el Cristo de palo pegado a la pared.
Y nunca se supo el criminal quién fue
del Padre Antonio y su monaguillo Andrés."
miércoles, diciembre 03, 2008
Uno puede coger una cámara y con el entusiasmo y la voluntad de unos cuantos amigos puede rodar un corto, un medio o, incluso, un largometraje pero si se desea estrenar en salas comerciales y actuar de forma ortodoxa poner en marcha un proyecto cinematográfico requiere reunir una cantidad importante de dinero.
Hay pisos más caros que una película, pero lo normal es que la películas sean más caras que un piso y uno no se compra un piso cada dos o tres años. Por éso, los creadores que se dedican al cine necesitan de la complicidad del público para continuar existiendo como creadores.
Escribo ésto en relación a las recientes declaraciones de Gracia Querejeta en contra del top manta... que por supuesto es el gran enemigo del cine español.
¿Alguién ha visto cine español en el top manta?
¿Verdad que no?
Es justo al revés.
El top manta hace mucho daño al cine americano, en teoría el principal rival del cine español (y por supuesto a la película española que tenga éxito, pero son tan pocas que poner al mismo nivel ambos planteamientos se me antoja una falsedad)... Como escribía, el principal damnificado es el cine americano, pero también es la constatación del fracaso de los creadores del cine español a la hora de producir obras y/o productos que interesen a su público.
Desde luego que el cine americano tiene bastante culpa de lo que pasa, pero, y dejando de lado argumentos economicistas de poder sobre el mercado, esa posición no se podría sostener sin la base real de que los norteamericanos saben hacerlpelículas, saben lo que el público quiere y tiene el músculo para meternoslo por los ojos. Y desde luego que el cine español es incapaz de competir por razones económicas objetivas de dimensión y capacidad, pero también por razones subjetivas basadas en la falta de talento de los creadores a la hora de transmitir su mundo en un envoltorio que interese a la gran mayoría.
Almodovar, Amenabar o Balagueró siempre terminan reuniendo el dinero... ¿Por qué será?
Mucho cine español se hace para el propio cine español, para la tribu que, en un mundo cada vez más global (no todo va a ser bueno en la globalización) pide la subvención y la protección. Y no digo que no deba haberla. Yo mismo subvencionaría la nueva película de Clint Eastwood o de Luis García Berlanga o de Theo Angelopoulos o de Bertrand Tavernier o de Eliseo Subiela, pero en ese tren no caben todos.
Se puede escribir un libro e incluso publicárlo. Se puede rodar un corto e incluso estrenarlo. Pero si uno quiere hacer un largo metraje en los estándares y claves técnicos y de calidad que la realidad del cine requiere tiene que aceptar que necesita a un público que le respalde. Y más si no sólo desea expresarse sino también vivir de ello.
Sin público, es difícil hacer películas.
El cine no es el lugar adecuado para la expresión del talento de un genio o ser humano raso que no habla para la gran mayoría, que decide expresar su mundo propio para todos. Podrá hacerlo una o dos veces, pero lo que el cine le va a poner muy dificil es tener una carrera, vivir como un funcionario de ello.
Es mejor escribir o hacer discos o hacer cortos o aprovechar las ventajas de las nuevas tecnologías para hacer propuestas de imágen en movimiento más asequibles y baratas (el dogma es un ejemplo)... Opciones mucho más practicables que echarle toda la culpa a un cine americano que, entre otras cosas y no se por cuánto tiempo, sabe cómo tener a la mayoría del público de su lado... Y cuando deje de tener ese poder, el cine como forma dominante de ocio habrá terminado. Y los creadores que hacen otro tipo de cine menos comercial tendrán muchos más problemas de los que ahora tienen para hacer transmitirnos la bendición (o maldición) de su mundo propio.
martes, diciembre 02, 2008
"Súbitamente comprendí que todas las cosas sólo
van y vienen
incluido cualquier sentimiento de tristeza: también
se irá:
triste hoy alegre mañana: sobrio hoy borracho mañana
¿por qué inquietarse
tanto?
Todos en el mundo tienen defectos lo mismo que yo.
¿Por qué deprimirse? Es sólo un sentimiento que
viene y va."
(Poema del 16 de septiembre de 1961, fragmento. Jack Kerouac)
APPALOOSA
sábado, noviembre 29, 2008
viernes, noviembre 28, 2008
Me ha gustado mucho ver "Seabiscuit".
Será una película que siempre querré volver a ver, que ingresa en el difuso olimpo de mis películas favoritas (cuyo número exacto de integrantes jamás podrá ser precisado) y lo hace, como en todos los clubes privados, de la mano de un miembro reconocido.
Hay bastantes paralelismos entre "Seabiscuit" y "The natural", que lleva residiendo en este olimpo desde hace más de veinte años... aunque sólo sea la maravillosa partitura de ese genial músico llamado Randy Newman.
Ambas son dos emocionantes historias de superación personal en las que la leyenda se forja ante nuestros ojos mostrando su verdadera condición de carne esforzada, que no se resigna ante lo que parece un escrito destino y persevera hasta lograr cambiar la historia reconduciéndola por una dirección en la que sólo el legendario héroe deseaba/pensaba/soñaba que podría ir... y éso es lo que precisamente le hace legendario. Acabar expresándose.
Seguramente "Seabiscuit" no es una obra maestra y probablemente está llena de defectos, pero estoy seguro que volveré a verla más adelante, en algún momento.
Me gustan este tipo de historias, las que me susurran al oído que es mentira, que en realidad todos tenemos la última palabra sobre nuestro destino y, aunque el fracaso personal de cada uno de nosotros nos espere con los brazos abiertos y la cena hecha al final del día, no hay que dejar de intentarlo.
Es una cuestión personal.
"Red Pollard: You know everyone thinks we got this broken down horse and fixed him. But we didn't. He fixed us. Every one of us. And I guess in a way, we fixed each other, too"
miércoles, noviembre 26, 2008
Literalmente tiene que ver con la obra de Lovecraft y otros autores como Arthur Machen o August Derleth. Ese horror lo suscitan seres primigenios que habitan en las oscuridades que la razón no ilumina y que viven, acechantes, a la espera del momento de aparecer con su incomprensible y aterradora lógica destructora:
"Para introducirse en el universo de horror cósmico e insanas revelaciones de los Mitos, se puede comenzar con cualquiera de las múltiples recopilaciones existentes, pues todas ellas contienen obras de gran calidad. Auqnue vale la pena destacar un relato corto al cual se le podría considerar como insignia de los Mitos, su título es "La Llamada de Cthulhu", el cual es uno de los favoritos de los seguidores de la obra de H. P. Lovecraft, por su gran calidad. En el mismo aparece el Gran Cthulhu, un primigenio que duerme un sueño de eones en la ciudad sumergida de R´lyeh, y que sólo despertará cuando los astros estén en posición. Este relato es una referencia obligada al estudiar los Mitos, pues en él se habla de uno de los primigenios más conocidos, Cthulhu, una criatura de descomunal tamaño y maldad absoluta según los cánones humanos."
Los seres que inspiran ese horror se mueven en el terreno de lo subliminal, en lo inconsciente:
"lejos de buscar la emoción fácil con la aparición del monstruo, fantasma, aparición o entidad, en los Mitos de Cthulhu se hace uso de la sugestión, insinuando la existencia de horrores sin nombre, de seres que no deberían existir según las leyes de la naturaleza que el hombre conoce. Criaturas que no deberían ser, pero son y existen, pues el universo no sigue las mismas leyes que rigen al hombre e incluso la Tierra que el ser humano cree conocer tan bien, esconde secretos innombrables y ajenos. El hecho de que una persona deba aceptar la existencia de aquello que no debería ser, que el universo es ajeno y hostil, que todo aquello que se acepta por bueno y normal es falso, derrumba las creencias del investigador de los Mitos, provocando que su mente se quiebre y se hunda en las profundas simas de la locura, pues de esto es lo que hace uso el horror cósmico. Evita la aparición para ensalzar la insinuación de aquello que no debería existir, dejando a la mente del lector la posibilidad de dar forma ese horror, explotando los arquetipos del horror en lo más profundo de nuestro cerebro."
Universo ajeno y hóstil, horrores sin nombre, secretos innombrables y ajenos... El horror cósmico apela constantemente a lo innombrable y lo que no tiene nombre es tal porque está más allá del lenguaje, de lo racional. Vive en lo inconsciente. Es la destructora y tanática animalidad palpitante que constantemente amenaza el frágil esfuerzo de la razón por construir un sentido, por arrojar luz en un mundo lleno de azares que necesitamos transformar en causas para poder hacerlo nuestro.. porque si no podemos controlarlo, se convierte en un atemorizante misterio que nos domina y que termina por aniquilarnos aplastándonos con su absurda mecánica ciega.
Y el horror cósmico es ese corazón de las tinieblas del que habla Conrad en su memorable libro.
En las profundidades de las selvas del Congo habita ese monstruo, el nuestro, siempre dispuesto a devorarnos, a desposeernos de cuanto tenemos de humano para degradarnos a la condición de un animal más, pura pulsión descontrolada sin criterio, orden y concierto... aspectos que tienen que ver con la razón que necesita controlar toda esa energía para canalizarla en la construcción de un orden social y personal, de una estabilidad que permita la duración y la generación de un espacio donde los otros puedan existir sin ser utilizados ni consumidos.
martes, noviembre 25, 2008
El viaje de Kurtz (que Marlow reproduce) es un viaje a los infiernos, un descenso por el río del olvido: «Remontar aquel río era como volver a los inicios de la creación cuando la vegetación estalló sobre la faz de la tierra. Una corriente vacía, un gran silencio, una selva impenetrable. El aire era caliente, denso, embriagador. No había ninguna alegría en el resplandor del sol. Aquel camino de agua corría desierto en la penumbra de las grandes extensiones. Uno llegaba a tener la sensación de estar embrujado, lejos de todas las cosas una vez conocidas. Penetramos más y más espesamente en el corazón de las tinieblas. A veces, por la noche, un redoble de tambores, detrás de la cortina vegetal, corría por el río. Tuve la sensación de haber puesto el pie en algún tenebroso círculo del infierno».
Marlow, uno de esos personajes de Conrad (como el arquetípico Lord Jim) que edifican su vida sobre la estricta dignidad y el deber y que forma parte de la raza de los hombres íntegros, consigue salir entero de este infierno, pero no sucede lo mismo con Kurtz. Pues la tiniebla no está solo en la selva hostil poblada de hipopótamos y cocodrilos. La fuente última de la oscuridad es otra, es «el mal escondido en las profundas tinieblas del corazón humano». Kurtz no ha sido capaz de mantener la fatigosa disciplina necesaria para conservar su conciencia moral, su entidad humana, y en su búsqueda de la luz ha llegado a un territorio en el que late sin cesar, como los tambores caníbales que baten en la selva, el verdadero corazón de las tinieblas, el oscuro corazón del hombre."
Más.
Bájate el libro.
Esto es una reseña, joder!
lunes, noviembre 24, 2008
Ha elegido con relativa oportunidad las historias, ha contado con grandes actores para protagonizarlas, pero a estas alturas de la historia me queda bastante claro que el prestigio que goza Scott como director está muy por encima de su talento real.
domingo, noviembre 23, 2008
jueves, noviembre 20, 2008
Y las preguntas tampoco es que fueran muy diferentes de otras tantas preguntas que antes, y mil veces, ya he escuchado.
Y lo peor de todo es que acertar no tiene ningún mérito... No es difícil. Basta con escuchar y recordar, verbos que en su práctica cada vez se conjugan menos.
Otro absurdo que vivimos con naturalidad suponiéndonos serios y cabales en nuestras vidas.
martes, noviembre 18, 2008
y cruje incesante la madera bajo su creciente peso
mientras bandadas de polvo se despiertan
con el eco sordo de sus pasos.
Un nuevo año se cumple
y las inútiles sombras se precipitan en vano
mientras se tuerce la hierática expresión
de todos los silencios aún por calladamente nacer.
lunes, noviembre 17, 2008
La isla es algo más que una isla.
Es una red con una oculta voluntad propia que se extiende en el espacio y en el tiempo para atrapar entre sus garras a los pasajeros del vuelo 815 de Oceanic Airlines.
La cuarta temporada de "Lost" termina con bastantes más interrogantes de los que resuelve... pero las certezas son lo menos importante. El constante estado de incertidumbre es la única certeza que de forma incesante alimenta el inevitable deseo de descubrir las respuestas, de saber de una vez por todas lo que realmente sucede.
Lo que más me gusta de "Lost" es que juega habilmente con la necesidad pulsional de certidumbre que el ser humano siente. En este sentido, la isla se convierte en la más perfecta némesis con su absoluta capacidad para generar misterio e incertidumbre.
Cualquier cosa puede pasar. Cualquier cosa puede ser.
El grado cero del enigma... Todo lo que sucede puede significar cualquier cosa.
Las preguntas se agolpan en la profundidad de sus cavernas y selvas a la espera de respuestas que quizá nunca lleguen.
En esta cuarta temporada el presente de la isla se convierte en pasado. Algunos han conseguido lo que más desean, escapar, pero en flash forward del futuro se nos muestra que quizá no haya sido tan buena idea, que no es tan fácil de escapar del largo brazo de la isla. Y ésta empieza a revelarse como una singularidad regida por unas leyes diferentes a las que gobiernan nuestra euclidiana realidad. El tiempo se dilata y se contrae, los cadaveres llegan a las playas antes de ser asesinados, el futuro puede ser imaginado y el pasado reconstruido.
Y para colmo Jeremy Bentham ha muerto cuando nadie lo esperaba... Quizá todos deban volver a la isla con su cadaver. Seguramente nunca se han marchado.
domingo, noviembre 16, 2008
GOMORRA
sábado, noviembre 15, 2008
Es una lástima.
"No te mueras sin decirme a dónde vas" podría haber sido la mejor película de Eliseo Subiela. Probablemente él imaginara lo mismo mientras escribía la historia de estas dos almas que van encontrándose en el tiempo el uno al otro, bajo distinta apariencia, en distinta situación, pero las buenas intenciones no han traspasado de forma conveniente el horizonte de sucesos que vuelven tangibles las ideas.
Por primera vez, Subiela abandona la estructura narrativa sencilla, el simple relato de una simple historia y la cambia por un complejo entramado en el que se entrecruzan diferentes líneas argumentales: el viejo del cine, el amigo inventor, la planta, el robot.. Y todas conviven en el espacio de la pantalla, con su propia carga emocional, abundando en intensidad y restando protagonismo narrativo y emocional a la historia de fantasmales encuentros y desencuentros entre Hipólito y Raquel.
Y para contarlo todo la película se vuelve demasiado larga... o por lo menos así se me termina apareciendo.
Las historias se detienen para continuar contando otras que también fueron detenidas para poder a su vez contra otras que en su momento también fueron interrumpidas y el resultado es deslabazado. Las emociones se acumulan, las palabras pierden anclaje. Todo resulta demasiado intenso, porque no hay lugar para transiciones nimias que permitan al espectador descansar entre descarga emocional y descarga emocional. Hay demasiadas cosas que decir de demasiadas historias. Falta espacio.
Y la película, que pese a todo tiene buenos momentos, termina por hacerse incómoda hasta culminar en uno de esos pretendidos finales grandes, construidos a base de la sucesiva acumulación de pequeños finales en los que la película parece atrancarse, no querer terminar, rematando interminablemente un lazo narrativo con otro lazo más.
Y es una pena... porque la pequeña historia de Hipólito y Raquel podría haber transcurrido hermosa y grande, sin disgresiones ni distracciones, en el tránsito entre dos frases: "Soñé con usted, pero no con su nombre" y "La próxima vez no te mueras sin decirme a dónde vas".
Seguramente las historias pequeñas en fondo y forma son el territorio donde Subiela y sus personajes dan lo mejor de sí mismos.
miércoles, noviembre 12, 2008
martes, noviembre 11, 2008
Un sólo capítulo y la cuarta temporada de Lost ya tiene toda mi atención.
¡Brillante!
Han conseguido dar una vuelta de tuerca más y presentar un escenario aún más sorprendente... Si en las primeras tres temporadas las tribulaciones de los protagonistas en la isla aparecían salpicadas de recuerdos del pasado de los personajes, ahora esos recuerdos han desaparecido. Han sido reemplazados por... momentos del futuro de forma que lo que sucede en la isla se ha convertido en un pasado cuyo desenlace en lo que afecta al presente que se nos muestra se nos aparece absolutamente impredecible.
Algunos han conseguido salir de la isla y otros, parece, se han quedado... Y hay algo que huele a podrido destruyendo a aquellos que han conseguido escapar... lo que más deseaban.
No se si conseguiré apartarme del ordenador...
lunes, noviembre 10, 2008
domingo, noviembre 09, 2008
El territorio narrativo donde suceden las historias de Subiela es el cuento, la fábula, .... un lugar bastante parecido a la realidad, pero en el que es bastante probable que lo diferente y lo extraordinario puedan tener un lugar.
Todo está relacionado.
El cuento es un lugar perfecto en el que sus personajes pueden existir impunes en la impostura de su discurso sin resultar demasiado comprometidos por una realidad demasiado pura y dura.
Hay un momento en "Hombre mirando al sudeste" en el que el doctor se niega a medicar al paciente que sice ser un extraterrestre aduciendo que ese deliro es lo único que ese personaje tiene. Lo que le mantiene vivo frente al desorden de un mudo al que ha decidido dar la espalda con todas las consecuencias.
En este sentido, "Hombre mirando al sudeste" resume los planteamientos narrativos de Subiela. Es una historia que narra cómo un individuo se refugia en la confortabilidad de una historia para poder seguir existiendo y esa realidad virtual se convierte en una realidad tan real como la que creen estar viviendo el resto de los personajes.
La propia convicción con la que Rantés existe en su mundo aparte se convierte en la principal fuente de credibilidad con la que éste cuenta para llenar de dudas a todos aquellos que atentamente le observan.
Rantés no está menos loco que, por ejemplo, el protagonista de "El lado oscuro del corazón". Ambos se mueven, sobreviven en los márgenes de la sociedad empeñados en un imposible discurso humanista acerca del amor y de las emociones como única forma de salvación del ser humano, de ellos mismos. Son voces en el desierto que denuncian y profetizan un sinsentido, que se erigen en mesías y abanderados de los humillados, de los ofendidos, de los débiles aplastados por ese desorden en que el ser humano se convierte en un extraño de sí mismo.
Si queremos, siempre podremos dudar sobre la verdadera identidad de Rantés, pero lo que no encierra ninguna duda es se trata de un ser especial con un discurso diferente, lleno de compasión, altruismo empatía y luz, tan especial y diferente como podría serlo un verdadero extraterrestre.
(Carlos Boyero)
Amen... Todos los niños buenos son unos arribistas... Siempre buscando el diez del profe, actuando para merecer la recompensa. Recibiendo la galletita nuestra de cada día por decir lo que hay que decir, por hacer lo que hay que hacer... para que todo siga igual
EL RESULTADO DEL AMOR
Porque, y aunque consigamos tener de todo, siempre nos perseguirá la humana maldición de jamás terminar de querer tener.
sábado, noviembre 08, 2008
La visita a la aldea de Angel apenas eran unas cuantas líneas en el guión de "The wild bunch". Fue Sam Peckinpah el responsable de transmitir a ese momento una honda intensidad de poética melancolía... Improvisando en el mismo set de rodaje.
Nada de de lo que se ve estaba escrito.
De hecho, "La golondrina" era una canción que Peckinpah escuchaba mucho entre pelea y pelea, reconciliación y reconciliación con Begoña, su mujer mejicana. Simplemente mandó a por el disco a un auxiliar y lo puso a sonar. Enseguida empezó a dar ordenes, a trabajar con los figurantes y con los actores principales.
El resultado es esta maravillosa secuencia inolvidable.
viernes, noviembre 07, 2008
La última película del cineasta francés Louis Malle es, en realidad, un viaje.
Del mismo modo que Alicia atraviesa el espejo, Malle se propone atravesar la cuarta pared que separa simbólicamente, en el teatro, a los actores de su público. En apenas un segundo, la cámara pasa de filmar el entorno del ensayo a convertirse en un habitante más del escenario en que la compañía de André Gregory ensaya/representa el "Tio Vania" del gran Anton Chejov.
El espacio teatral se descompone en planos cinematográficos que dinamizan la potente expresión que los actores llevan a cabo del texto de Chejov.
En este sentido, "Vania en la calle 42" es un rotundo éxito.
Invisible, la cámara parece grabar todo lo que sucede en el escenario, pero aún va más allá. No se detiene en el momento en que la obra cesa, se interrumpe por diferentes motivos.
El escenario es mucho más grande y abarca a los propios actores, a su director quién, actuando como tal, puntúa la obra y la gobierna en su desarrollo haciendo las introducciones correspondientes a los sucesivos actos.
"Vania en la calle 42" es un experimento narrativo complejo, interesante en su intento de filmar la delgada línea que separa la realidad de la representación. Es memorable a este respecto el hecho de que la obra empiece casi sin que nos demos cuenta. Una palabra termina, comienza otra y esta segunda ya forma parte de la obra. Hemos pasado de la realidad a la representación sin saberlo. La conversación entre los dos actores no se ha detenido. Ha continuado, adoptando repentinamente otro cariz, como si la obra surgiera naturalmente de la propia realidad, como si formara parte de los propios actores...
Fascinante y pasmoso.
jueves, noviembre 06, 2008
¿Es que no podemos aspirar a más o es que somos más animales de lo que nosotros mismos creemos?
- Enric González: Hoy
"Esta columna ya es vieja, de otra época. Se escribió antes del resultado electoral. Pero, para salir del paso, recordemos una obviedad: el periódico, en un día como hoy, y según funciona hoy el negocio, tiene la obligación de sacar conclusiones apresuradas y dibujar un futuro del que nadie sabe nada; el lector, en cambio, puede permitirse el lujo de leer y esperar, sin precipitarse. Un nuevo presidente es un melón por abrir."
- Martin Varsavsky: ¿Dónde está el futuro que nos prometieron?
"Recuerdo ser chico y quejarme del torno y que mi dentista me diga que cuando yo fuera grande el se iba a tener que buscar otro trabajo porque tendríamos una vacuna contra las caries. ¿A dónde está la vacuna contra las caries? ¿A dónde está la cura contra el catarro o el SIDA? ¿A dónde está ese futuro sin pobreza en el que los robots iban a hacer todo el trabajo de la gente y nosotros dedicarnos al arte y la cultura?
Lamentablemente, cuando hoy, a fines del 2008 miro a mi alrededor, veo a la humanidad viviendo una vida insostenible basada en tecnologías que ya tendrían que ser obsoletas. Creo que es hora que nos hagamos una enorme autocrítica y volvamos a invertir en ciencia, porque la lista de los problemas sin solucionar es cada día más grande. Si seguimos así no solo no tendremos futuro, sino que nos vamos a quedar sin presente."
El proceso de transformación continúa exitosamente.
Ayer no sentí especialmente nada cuando la Juve pasaba por encima del Madrid... Todavía no siento todo el placer que siente G, mi maestro y mentor, pero todo se andará.
Pude constatar, no obstante, una injusticia. Raul y Guti hicieron un partido desastroso.
El primero parecía una chaval jugando un partido con los mayores y persiguiendo el balón, y al mayor, en el patio de colegio.
El segundo dejó sólo a Diarra en la inmensa tarea de contener a los italiano dedicándose a intentar meter pases imposibles entre una defensa específicamente hecha para que ningún pase sucediera. No hizo ningún cambio de juego ni buscó las bandas. Fue uno de los principales artífices de que el sistema planteado por el astuto Ranieri funcionara. No buscó alternativas y encima le lanzó el pase del primer gol a Del Piero y además no le siguió cuando el italiano se marchó como una bala en busca de la portería de Casillas. Se limitó a seguirle con la mirada mientras Sneijder desde varios metros más adelante intentaba llegar para cerrar esa posición. Y además, cuando no podía dar el pase que los italianos cerraban gesticulaba responsabilizando a los compañeros. Y además se ganó una tarjeta amarilla por golpear el balón con la mano de mala manera... un segundo después de que el árbitro le perdonara una amarilla.
Y sin embargo, el locutor sólo tenía ojos para criticar a Drenthe... el chivo expiatorio de esta temporada. Es cierto. Le faltan luces. Es atropellado, pero lo intentó. Dentro de sus limitaciones no le perdió la cara al partido e incluso en muchos momentos llegó a fijar a dos italianos en su banda... cosa que otros no aprovecharon para bascular el juego hacia el lado contrario.
En fin... Hay algunos que tienen estrella, cada vez menos brillante.... y cuyo brillo otros exageran y subrayan y otros que ya llegaron estrellados... y que lo van a tener muy difícil... porque de alguien hay que hablar mal.
Ahora es cuando empieza todo.
O bien comenzará el largo y tortuoso camino de estar a la altura de todas las expectativas que ha creado, o bien empezará a tejer cuidadosamente la red en que nos despertaremos, como dice la canción de Serrat, chupando un palo sentados encima de una calabaza.
Lo confieso.
Desconfío de Obama y, a través de él, desconfío de la palabra precisa en el momento justo, como si la vida fuera una obra de ficción y el héroe llegara en el momento oportuno para salvarmos.
No debemos olvidar que la política sigue siendo la política.
Ojalá me equivoque.
martes, noviembre 04, 2008
SHOOT'EM UP
No soy muy partidario de las películas que banalizan algo tan serio como la violencia, pero tengo que reconocer que "Shoot'em up" es una película curiosa.
En ella confluyen lo peor de ese banalizador de algo de por si tan banal como el exploit llamado Quentin Tarantino con lo mejor del cartoon. Porque "Shoot'em up" no es otra cosa que unos dibujos animados protagonizados por actores de carne y hueso.
Durante toda la película Smith, interpretado con correcta estolidez por el siempre correcto y estólido Clive Owen no deja de ser perseguido por Hertz, el personaje que interpreta Paul Giamatti con su habitual saber hacer.
De alguna forma, ambos reproducen el esquema persecutorio mil y una veces sucedido entre el coyote y el correcaminos o bugs bunny y elmer... incluso Smith no deja de comer zanahorias durante toda la película... dando lugar, con la violencia como pretexto, a las situaciones más disparatadas de combate en las que Smith elimina pistoleros con la misma facilidad con que devora zanahorias. En este sentido, resulta fascinante y ejemplar, en cuanto al tono buscado por Michael Davis, director y guionista de la película, la secuencia del parto en medio de un tiroteo que Smith protagoniza sin apenas parpadear.
Este "core" narrativo sucede además en un mundo exploit y amoral, muy Tarantiniano de pistoleros sin escrúpulos que parecen embarcados en una competición de crueldades y frases brillantes... y con un recién nacido de por medio.
La combinación funciona a casi todos los niveles, aunque la película termina resultando reiterativa en su "tour de force" de situar a Mr Smith en situaciones cada vez más complicadas de las que, por supuesto, consigue salir casi sin despeinarse. Quince o veinte minutos menos en la sala de montaje no habrían venido mal a "Shoot'em up"... si bien la película se sigue con suficiente interés en su más difícil todavía salpicado de buenas gotas de humor negro... y de Mónica Bellucci... por supuesto.