FULGOR
Arde el sol
transmutando el parsimonioso azul
en blanco fulgor que cae a plomo,
como un telón que todo lo aplasta,
confundiendo la tierra con el cielo
en una espamódica masa
de salados esfuerzos sedientos.
jueves, abril 07, 2011
miércoles, abril 06, 2011
KILL BILL (Vol 2)
Muchos aspectos del cine de Tarantino me producen mucho rechazo. Ya he escrito más de una vez a este respecto, pero tengo que decir que hay otras cosas que me entusiasman locamente, especialmente su capacidad para producir diálogos maravillosos, inolvidables, inspirados.
Tampoco tengo duda de que esta segunda parte de esta historia épica en dos entregas de una madre que quiere romper con su pasado criminal, aunque eso implique amputarse una buena parte de su corazón, es objetivamente (si es que la objetividad es posible) una de las mejores películas de Quentin Tarantino.
Resulta curioso, pero en este "Kill Bill", en sus dos entregas, compone un compendio de los vicios y las virtudes de Quentin Tarantino como cineasta. Incluso, y para mi gusto, la primera entrega concentra todas las desventajas (descuido por la narración, apoteosis del cliché, acción enloquecida y sangrienta) mientras que la segunda concentra todas las virtudes destacando especialmente, como ya he escrito, el talento inigualable que Tarantino tiene para construir diálogos memorables... pero también la capacidad para construir artilugios narrativos, historias complejas y laberínticas que llevan de sorpresa en sorpresa al espectador con un continuo cambio de tonos y texturas narrativas.
Resumiendo, y como si fuese su mujer, me gusta el Tarantino ordenado y estructurado, el que no se deja fagocitar en exceso por sus referentes de cine exploit (que no me gustan nada), que no se vuelve loco y nos cuenta meros baños de sangre que suceden porque sí, como copiados a escala de su memoria. Y este segundo volumen de Kill Bill rebosa talento por todas partes... su talento.
Y tengo que decir que, para mi gusto, este volumen tiene un punto teatral, de juego astuto entre personajes que hace de la palabra el arma mejor y más definitiva.
Brillante.
lunes, abril 04, 2011
"Las ondas de probabilidad, resuelven en cierto sentido el absurdo de las partículas que son ondas, llevándolo a un contexto totalmente nuevo, pero al mismo tiempo nos conducen a otro par de conceptos opuestos tal vez más fundamental todavía: los de la existencia y la no existencia. Este par de opuestos también es trascendido por la realidad atómica. Nunca es posible decir que una partícula atómica existe en un lugar determinado, ni tampoco podernos decir que no exista. Al ser un patrón de probabilidad, la partícula tiene tendencias a existir en diversos lugares y así manifiesta una extraña especie de realidad física que oscila entre la existencia y la no-existencia. Por lo tanto, el estado de la partícula no puede ser descrito en términos de conceptos opuestos fijos. La partícula no está presente en un lugar definido, ni tampoco está ausente. No cambia su posición, ni permanece en reposo. Lo que cambia es el patrón de probabilidad y de este modo cambian sus tendencias a existir en ciertos lugares."
(El Tao de la física, Frijot Capra)
(El Tao de la física, Frijot Capra)
SUNSHINE CLEANING
El llamado "cine independiente norteamericano" explora (y explota) hasta la extenuación la "long tail" del sueño americano.
Personajes heterodoxos, cuando no directamente marginales, protagonizan historias sencillas, basadas en la palabra, en las que de algún modo intentan sobrevivir y sobrevivirse en los callejones y suburbios de la vida norteamericana.
No descubro nada nuevo si digo que ese cine independiente tiene cada vez menos ese carácter independiente que en un principio tenía. La industria lo ha fagocitado reproduciendo una estructura a la división existente en la gran época de los estudios entre las películas A y las B.
El cine independiente se ha convertido en una especie de serie B donde historias pequeñas y de bajo presupuesto, basadas en las emociones y en los diálogos principalmente compiten con las grandes producciones.
"Sunshine cleaning" es un nuevo ejemplo de este cine, si bien tengo que decir que no se encuentra entre los más aplicados.
Esta historia de dos hermanas procedentes de una familia funcional que intentan reconducir sus vidas pasando por encima del caos que tienen dentro del alma y fuera, alrededor de sus vidas, tiene un perfil bajo, casi monótono. Y uno tiene la impresión de que la historia tiene más posibilidades de las que muestra, de que sucede desaprovechada, como narrada por un funcionario de fomento insomne.
La historia carece de vida, un aspecto que debería ser una característica diferencial y esencial del cine independiente, pareciendo una pálida copia de otras películas similares y limitándose a recitar unas situaciones y diálogos que parecen conocidos de memoria.
El esfuerzo por salir adelante de los protagonistas debería dar para mucho más.
Tibia y distante.
El llamado "cine independiente norteamericano" explora (y explota) hasta la extenuación la "long tail" del sueño americano.
Personajes heterodoxos, cuando no directamente marginales, protagonizan historias sencillas, basadas en la palabra, en las que de algún modo intentan sobrevivir y sobrevivirse en los callejones y suburbios de la vida norteamericana.
No descubro nada nuevo si digo que ese cine independiente tiene cada vez menos ese carácter independiente que en un principio tenía. La industria lo ha fagocitado reproduciendo una estructura a la división existente en la gran época de los estudios entre las películas A y las B.
El cine independiente se ha convertido en una especie de serie B donde historias pequeñas y de bajo presupuesto, basadas en las emociones y en los diálogos principalmente compiten con las grandes producciones.
"Sunshine cleaning" es un nuevo ejemplo de este cine, si bien tengo que decir que no se encuentra entre los más aplicados.
Esta historia de dos hermanas procedentes de una familia funcional que intentan reconducir sus vidas pasando por encima del caos que tienen dentro del alma y fuera, alrededor de sus vidas, tiene un perfil bajo, casi monótono. Y uno tiene la impresión de que la historia tiene más posibilidades de las que muestra, de que sucede desaprovechada, como narrada por un funcionario de fomento insomne.
La historia carece de vida, un aspecto que debería ser una característica diferencial y esencial del cine independiente, pareciendo una pálida copia de otras películas similares y limitándose a recitar unas situaciones y diálogos que parecen conocidos de memoria.
El esfuerzo por salir adelante de los protagonistas debería dar para mucho más.
Tibia y distante.
Habla,
tiende un cálido y cristalino
puente de precisas palabras
que quiebre con medido acierto
esta distancia inmensa
sucediendo en el escaso espacio
que separa dos silencios.
Recuerda que existe el tiempo,
que nada es eterno,
que todo tiene su momento
y que los momentos pasan,
se evaporan de la copa,
vuelan casi sin quererlo.
tiende un cálido y cristalino
puente de precisas palabras
que quiebre con medido acierto
esta distancia inmensa
sucediendo en el escaso espacio
que separa dos silencios.
Recuerda que existe el tiempo,
que nada es eterno,
que todo tiene su momento
y que los momentos pasan,
se evaporan de la copa,
vuelan casi sin quererlo.
CLINT EASTWOOD
¿Es Clint Eastwood un autor?
No me cabe la menor duda.
Su cine plantea siempre un conflicto entre el bien y el mal y tanto uno como otro siempre son consecuencia de las decisiones que los individuos toman. Siempre existe una pulsión para hacer lo correcto o lo incorrecto que convierte a los individuos en buenos o malos. El oficial Ybarra en "Changeling" pudo obedecer las ordenes de su corrupto capitán y olvidarse de la confesión del chico, pero decide que lo correcto es comprobar si hay veinte cadáveres de niños en esa polvorienta granja.
En este sentido, las historias del Eastwood suceden en un entorno complejo, deteriorado, en el que es difícil mantenerse intacto: la época inmediatamente posterior a la guerra de secesión en "The outlaw Josie Welles" o la situación de marginalidad que afecta al barrio donde vive el protagonista de "Gran Torino". Este entorno, como la vida misma, pone a prueba a los personajes que protagonizan la historia. Les exige situarse a un lado o a otro de la línea que separa lo correcto de lo incorrecto dentro de sus propias conciencias. Y el conflicto exterior siempre es una consecuencia de la resolución de un conflicto interior a través de la toma de una decisión que a veces es tan simple como no hacer caso de las amenazas y quedarse, como sucede en "El jinete pálido".
Y este conflicto casi siempre es presenciado por un personaje como el que interpreta Morgan Freeman en "Million Dollar Baby", aunque Eastwood suele preferir que ese papel lo desempeñen niños, niños que ya pueden ser adultos como los hijos de la protagonista de "Los puentes de Madison" o pueden ser el chaval que sigue a Kevin Costner por las carreteras del Sur de los Estados Unidos en "Un mundo perfecto". La mirada de estos personajes proporciona un necesario elemento sublimador de las decisiones morales de los protagonistas, los hace trascender con la admiración y el respeto que proyectan al espectador.
Porque Eastwood reivindica la necesidad de individuos sólidos, con criterio y ética propia, capaz de decidir desde la moral y con su ejemplo enfrentarse a un mundo cruel, lleno de intereses materiales en el que los individuos se pierden.
En este sentido, "Intercambio" es reveladora. Una de las mejores cosas que tiene la película es la sucesión de personajes que aparecen en el camino que la protagonista toma en busca de la verdad de su hijo. Estos personajes aparecen y desaparecen. Son el dentista, la profesora, la prostituta encerrada en el psiquiátrico, el reverendo, el abogado... Todos ellos toman decisiones altruistas, en favor de la verdad y de la protagonista y en contra de un sistema policial ante el que otros, como el médico psiquiatra, se pliegan. Y resultan conmovedores la entereza y el valor con el que asumen su pequeño gran papel dentro de la historia. La pulsión hacia la verdad les puede y son consecuentes con ella sin tener en cuenta otra cosa, sin calcular o temer los posibles perjuicios.
La injusticia está ahí y su presencia es simplemente insoportable. Debe ser combatida.
Y en este sentido, el cine del viejo Eastwood nos habla directamente al corazón. Sus personajes nos emocionan por la inevitable franqueza moral con el que se enfrentan al conflicto dramático que despliega la historia.
Los personajes de Eastwood no pierden nunca la cara a una realidad injusta que intenta aplastarles. Tienen la grandeza moral de sobreponerse a esa realidad, de luchar contra ella para intentar cambiarla, una grandeza que sale de un puro interior que les impide ser de otra forma.
Son responsables. Tienen claro que la batalla por un mundo mejor siempre empieza en el interior de cada uno y se manifiesta en las decisiones que diariamente cada uno toma.
¿Es Clint Eastwood un autor?
No me cabe la menor duda.
Su cine plantea siempre un conflicto entre el bien y el mal y tanto uno como otro siempre son consecuencia de las decisiones que los individuos toman. Siempre existe una pulsión para hacer lo correcto o lo incorrecto que convierte a los individuos en buenos o malos. El oficial Ybarra en "Changeling" pudo obedecer las ordenes de su corrupto capitán y olvidarse de la confesión del chico, pero decide que lo correcto es comprobar si hay veinte cadáveres de niños en esa polvorienta granja.
En este sentido, las historias del Eastwood suceden en un entorno complejo, deteriorado, en el que es difícil mantenerse intacto: la época inmediatamente posterior a la guerra de secesión en "The outlaw Josie Welles" o la situación de marginalidad que afecta al barrio donde vive el protagonista de "Gran Torino". Este entorno, como la vida misma, pone a prueba a los personajes que protagonizan la historia. Les exige situarse a un lado o a otro de la línea que separa lo correcto de lo incorrecto dentro de sus propias conciencias. Y el conflicto exterior siempre es una consecuencia de la resolución de un conflicto interior a través de la toma de una decisión que a veces es tan simple como no hacer caso de las amenazas y quedarse, como sucede en "El jinete pálido".
Y este conflicto casi siempre es presenciado por un personaje como el que interpreta Morgan Freeman en "Million Dollar Baby", aunque Eastwood suele preferir que ese papel lo desempeñen niños, niños que ya pueden ser adultos como los hijos de la protagonista de "Los puentes de Madison" o pueden ser el chaval que sigue a Kevin Costner por las carreteras del Sur de los Estados Unidos en "Un mundo perfecto". La mirada de estos personajes proporciona un necesario elemento sublimador de las decisiones morales de los protagonistas, los hace trascender con la admiración y el respeto que proyectan al espectador.
Porque Eastwood reivindica la necesidad de individuos sólidos, con criterio y ética propia, capaz de decidir desde la moral y con su ejemplo enfrentarse a un mundo cruel, lleno de intereses materiales en el que los individuos se pierden.
En este sentido, "Intercambio" es reveladora. Una de las mejores cosas que tiene la película es la sucesión de personajes que aparecen en el camino que la protagonista toma en busca de la verdad de su hijo. Estos personajes aparecen y desaparecen. Son el dentista, la profesora, la prostituta encerrada en el psiquiátrico, el reverendo, el abogado... Todos ellos toman decisiones altruistas, en favor de la verdad y de la protagonista y en contra de un sistema policial ante el que otros, como el médico psiquiatra, se pliegan. Y resultan conmovedores la entereza y el valor con el que asumen su pequeño gran papel dentro de la historia. La pulsión hacia la verdad les puede y son consecuentes con ella sin tener en cuenta otra cosa, sin calcular o temer los posibles perjuicios.
La injusticia está ahí y su presencia es simplemente insoportable. Debe ser combatida.
Y en este sentido, el cine del viejo Eastwood nos habla directamente al corazón. Sus personajes nos emocionan por la inevitable franqueza moral con el que se enfrentan al conflicto dramático que despliega la historia.
Los personajes de Eastwood no pierden nunca la cara a una realidad injusta que intenta aplastarles. Tienen la grandeza moral de sobreponerse a esa realidad, de luchar contra ella para intentar cambiarla, una grandeza que sale de un puro interior que les impide ser de otra forma.
Son responsables. Tienen claro que la batalla por un mundo mejor siempre empieza en el interior de cada uno y se manifiesta en las decisiones que diariamente cada uno toma.
PELLE EL CONQUISTADOR
Dirigida por Bille August en 1987, "Pelle el conquistador" cuenta la historia de Lasse y Pelle, un padre y su hijo que emigran desde su natal Suecia a la vecina Dinamarca en busca de una vida mejor. Allí serán contratados en condiciones casi de esclavitud para trabajar en una explotación agraria.
Pelle y su padre serán el núcleo central en torno al que se desplegarán una serie de historias, de mayor o menor dramatismo, que los tendrán como protagonistas o testigos. En este sentido, hay una línea narrativa que es el paso del tiempo en la granja, la sucesión de las estaciones y en torno a este discurrir natural se irán sucediendo los personajes y situaciones para constituir un folletín de inspiración dickensiana en toda la extensión de la palabra.
En este sentido, sentimentalismo y acerada critica social se combinan en "Pelle el conquistador" para componer la crónica de la forja de una carácter, el de su niño protagonista. Todas esas historias que Pelle vive o ve como espectador contribuyen a componer un determinado punto de vista hacia el mundo y las cosas que harán inevitable su primera decisión, una decisión con la que la historia termina aunque esta claro que la verdadera historia de Pelle empieza en ese mismo momento.
Inolvidable.
Dirigida por Bille August en 1987, "Pelle el conquistador" cuenta la historia de Lasse y Pelle, un padre y su hijo que emigran desde su natal Suecia a la vecina Dinamarca en busca de una vida mejor. Allí serán contratados en condiciones casi de esclavitud para trabajar en una explotación agraria.
Pelle y su padre serán el núcleo central en torno al que se desplegarán una serie de historias, de mayor o menor dramatismo, que los tendrán como protagonistas o testigos. En este sentido, hay una línea narrativa que es el paso del tiempo en la granja, la sucesión de las estaciones y en torno a este discurrir natural se irán sucediendo los personajes y situaciones para constituir un folletín de inspiración dickensiana en toda la extensión de la palabra.
En este sentido, sentimentalismo y acerada critica social se combinan en "Pelle el conquistador" para componer la crónica de la forja de una carácter, el de su niño protagonista. Todas esas historias que Pelle vive o ve como espectador contribuyen a componer un determinado punto de vista hacia el mundo y las cosas que harán inevitable su primera decisión, una decisión con la que la historia termina aunque esta claro que la verdadera historia de Pelle empieza en ese mismo momento.
Inolvidable.
domingo, abril 03, 2011
""El país entero se vio atrapado en una burbuja. La banca experimentó un desarrollo repentino, algo que ahora vemos como algo estúpido e irresponsable. Pero la gente hizo algo parecido. Las reglas normales de las finanzas quedaron suspendidas y entramos en la era del todo vale: dos casas, tres casas por familia, un Range Rover, una moto de nieve. Los salarios subían, la riqueza parecía salir de la nada, las tarjetas de crédito echaban humo", explica Ásgeir Jonsson, ex economista jefe de Kaupthing. El también economista Magnus Skulasson asume que esa locura colectiva llevó a un país entero a parecer dominado por los valores de Wall Street, de la banca de inversión más especulativa. "Los islandeses hemos contribuido decisivamente a que pasara lo que pasó, por permitir que el Gobierno y la banca hicieran lo que hicieron, pero también participamos de esa combinación de codicia y estupidez. Los bancos merecen sentarse en el banquillo y nosotros nos merecemos una parte del castigo: pero solo una parte", afirma en el restaurante de un céntrico hotel."
(Islandia enjaula a sus banqueros, El Pais)
La responsabilidad es colectiva... La locura fue colectiva.
(Islandia enjaula a sus banqueros, El Pais)
La responsabilidad es colectiva... La locura fue colectiva.
sábado, abril 02, 2011
1
"La producción cultural refleja la etapa final del modo de vida capitalista, cuya misión esencial ha sido siempre la de incorporar cada vez mayor parte de la actividad humana al terreno del comercio. La progresión que conduce las prioridades económicas de los bienes manufacturados a la provisión de los servicios básicos, a la comercializa-ción de las relaciones humanas y finalmente a vender el acceso a las experiencias culturales es un testimonio de la determinación unilateral de la esfera comercial que acaba por convertir todas las relaciones en relaciones económicas..."
2
"La marcha capitalista, que comenzó con la mercantilización del espacio y de los materiales, terminará con la mercantilización del tiempo y la duración de la vida humana. La venta creciente de cultura en forma de actividad humana como pago por evento conduce rápidamente a un mundo en el cual los tipos pecuniarios de relación humana sustituyen a las relaciones sociales tradiciona-les. Imaginemos un mundo en el cual prácticamente toda actividad exterior a los límites estrictos de las relaciones familiares se convierte en una experiencia de pago, un mundo en el cual las obliga-ciones y expectativas de reciprocidad —mediadas por sentimientos de confianza, empatía y solida-ridad— se sustituyen por relaciones contractuales de pago en la forma de adscripciones, suscrip-ciones, tasas de admisión, cuotas y contratos..."
3
"Pensemos por un momento cuántas de nuestras interacciones cotidianas con otros seres humanos cercanos ya están unidas a relaciones estrictamente comerciales. De manera creciente compramos el tiempo de otros, su afecto y cuidado, su simpatía y atención. Compramos la diver-sión y la información culta, la elegancia y el aspecto, y en medio otras muchas cosas —incluso el mismo discurrir del tiempo ya es una forma de control y fichaje—. La vida resulta cada vez mas mercantilizada y desaparecen las diferencias entre comunicación, comunión y comercio..."
4
"Ahora la economía ha puesto sus miras en la última esfera de la actividad humana que restaba por mercantilizar: la cultura. Los rituales culturales, las actividades comunitarias, las reuniones socia-les, el arte, los deportes y los juegos, los movimientos sociales y la actividad cívica, todo resulta invadido por la esfera comercial. El gran tema para los años venideros es ver si la civilización pue-de sobrevivir a una amplia reducción de la esfera estatal y cultural en la cual el ámbito comercial queda como mediador exclusivo y primordial de la vida humana."
(La era del acceso, Jeremy Rifkin)
"La producción cultural refleja la etapa final del modo de vida capitalista, cuya misión esencial ha sido siempre la de incorporar cada vez mayor parte de la actividad humana al terreno del comercio. La progresión que conduce las prioridades económicas de los bienes manufacturados a la provisión de los servicios básicos, a la comercializa-ción de las relaciones humanas y finalmente a vender el acceso a las experiencias culturales es un testimonio de la determinación unilateral de la esfera comercial que acaba por convertir todas las relaciones en relaciones económicas..."
2
"La marcha capitalista, que comenzó con la mercantilización del espacio y de los materiales, terminará con la mercantilización del tiempo y la duración de la vida humana. La venta creciente de cultura en forma de actividad humana como pago por evento conduce rápidamente a un mundo en el cual los tipos pecuniarios de relación humana sustituyen a las relaciones sociales tradiciona-les. Imaginemos un mundo en el cual prácticamente toda actividad exterior a los límites estrictos de las relaciones familiares se convierte en una experiencia de pago, un mundo en el cual las obliga-ciones y expectativas de reciprocidad —mediadas por sentimientos de confianza, empatía y solida-ridad— se sustituyen por relaciones contractuales de pago en la forma de adscripciones, suscrip-ciones, tasas de admisión, cuotas y contratos..."
3
"Pensemos por un momento cuántas de nuestras interacciones cotidianas con otros seres humanos cercanos ya están unidas a relaciones estrictamente comerciales. De manera creciente compramos el tiempo de otros, su afecto y cuidado, su simpatía y atención. Compramos la diver-sión y la información culta, la elegancia y el aspecto, y en medio otras muchas cosas —incluso el mismo discurrir del tiempo ya es una forma de control y fichaje—. La vida resulta cada vez mas mercantilizada y desaparecen las diferencias entre comunicación, comunión y comercio..."
4
"Ahora la economía ha puesto sus miras en la última esfera de la actividad humana que restaba por mercantilizar: la cultura. Los rituales culturales, las actividades comunitarias, las reuniones socia-les, el arte, los deportes y los juegos, los movimientos sociales y la actividad cívica, todo resulta invadido por la esfera comercial. El gran tema para los años venideros es ver si la civilización pue-de sobrevivir a una amplia reducción de la esfera estatal y cultural en la cual el ámbito comercial queda como mediador exclusivo y primordial de la vida humana."
(La era del acceso, Jeremy Rifkin)
Palabras proféticas...
"Tres estadísticas nos dicen todo lo que hay que decir en el paso del final de la era industrial al inicio de la era de la información y desde las cuales se pueden plantear tres preguntas.
Actualmente hay mil millones de personas subempleadas o desempleadas en este planeta: ¡mil millones! Eso es lo mejor que pudo hacer la revolución industrial. Mi pregunta, dirigida a muchos de los economistas y políticos, es: si esto fue el mayor logro de la revolución industrial, basada en fuerza laboral masiva, ¿hay alguien que realmente crea que la era de la información será mejor que la anterior en la creación de puestos de trabajo, cuando nos movemos hacia la fuerza laboral de élite?
Una segunda estadística a la que quiero hacer referencia nos dice que el 75 % de los empleos de nuestra economía global son tareas sencillas y repetitivas; que se pueden sustituir con la tecnología existente. Ni siquiera hemos empezado esta revolución tecnológica, nos encontramos apenas en sus primeras etapas.
La tercera estadística es la más escalofriante y proviene de un dato señalado por el Financial Times: si combinamos la riqueza de las 356 personas más ricas del planeta, el día de hoy, ésta sería igual a la que tiene el 40 % de la humanidad, a saber, 2.500 millones de personas.
Estas estadísticas nos dicen dónde nos encontramos exactamente. Así que, si queremos evitar un mundo peligrosamente polarizado —que en realidad ya está aquí—, hay que preguntarse qué vamos a hacer con los millones de jóvenes que van a ser menos o para nada requeridos en una economía global automatizada. Es la primera pregunta.
La segunda pregunta sería, en cada país: ¿cómo podemos propiciar un debate acerca de cómo compartir mejor las vastas ganancias potenciales de la productividad de esta revolución tecnológica, de modo tal que beneficie no sólo a una élite sino que beneficie a todos en México?
Éstos son los problemas políticos más importantes que tienen que enfrentar todas las naciones. Y deben ser considerados prioritarios porque cuanto más sigamos negando esta realidad y nos sigamos escondiendo en nuestros antiguos supuestos, veremos más desesperación, angustia y frustración; y, si esperamos demasiado, en algunos años la rabia puede ser tan fuerte y el disenso tan amargo, que quizá nunca se pueda llegar a tener un debate racional y sobrio, ya que la política del odio extremo será demasiado fuerte.
Entonces debemos aprovechar este momento, al entrar en el siglo XXI y en la era de la información, para plantearnos estas dos preguntas. Creo que podría haber un renacimiento, que podríamos liberar a cientos de millones de personas del trabajo de mercado. Pero es necesario preguntarse cómo lograrlo."
(Tiempos -pos-modernos. Entrevista con Jeremy Rifkin)
"Tres estadísticas nos dicen todo lo que hay que decir en el paso del final de la era industrial al inicio de la era de la información y desde las cuales se pueden plantear tres preguntas.
Actualmente hay mil millones de personas subempleadas o desempleadas en este planeta: ¡mil millones! Eso es lo mejor que pudo hacer la revolución industrial. Mi pregunta, dirigida a muchos de los economistas y políticos, es: si esto fue el mayor logro de la revolución industrial, basada en fuerza laboral masiva, ¿hay alguien que realmente crea que la era de la información será mejor que la anterior en la creación de puestos de trabajo, cuando nos movemos hacia la fuerza laboral de élite?
Una segunda estadística a la que quiero hacer referencia nos dice que el 75 % de los empleos de nuestra economía global son tareas sencillas y repetitivas; que se pueden sustituir con la tecnología existente. Ni siquiera hemos empezado esta revolución tecnológica, nos encontramos apenas en sus primeras etapas.
La tercera estadística es la más escalofriante y proviene de un dato señalado por el Financial Times: si combinamos la riqueza de las 356 personas más ricas del planeta, el día de hoy, ésta sería igual a la que tiene el 40 % de la humanidad, a saber, 2.500 millones de personas.
Estas estadísticas nos dicen dónde nos encontramos exactamente. Así que, si queremos evitar un mundo peligrosamente polarizado —que en realidad ya está aquí—, hay que preguntarse qué vamos a hacer con los millones de jóvenes que van a ser menos o para nada requeridos en una economía global automatizada. Es la primera pregunta.
La segunda pregunta sería, en cada país: ¿cómo podemos propiciar un debate acerca de cómo compartir mejor las vastas ganancias potenciales de la productividad de esta revolución tecnológica, de modo tal que beneficie no sólo a una élite sino que beneficie a todos en México?
Éstos son los problemas políticos más importantes que tienen que enfrentar todas las naciones. Y deben ser considerados prioritarios porque cuanto más sigamos negando esta realidad y nos sigamos escondiendo en nuestros antiguos supuestos, veremos más desesperación, angustia y frustración; y, si esperamos demasiado, en algunos años la rabia puede ser tan fuerte y el disenso tan amargo, que quizá nunca se pueda llegar a tener un debate racional y sobrio, ya que la política del odio extremo será demasiado fuerte.
Entonces debemos aprovechar este momento, al entrar en el siglo XXI y en la era de la información, para plantearnos estas dos preguntas. Creo que podría haber un renacimiento, que podríamos liberar a cientos de millones de personas del trabajo de mercado. Pero es necesario preguntarse cómo lograrlo."
(Tiempos -pos-modernos. Entrevista con Jeremy Rifkin)
"¿Qué ha entendido del ser humano?
En los campos de concentración las personas reaccionaban de dos maneras: estaban los que luchaban por su vida, los que se protegían y lo querían todo para ellos; y estaban los que ayudaban a los demás.
¿Y?
Morían antes los egoístas que los altruistas. Y este es un mensaje para todos nosotros: hacer algo por los demás nos hace bien; sólo mirar por uno mismo nos hace caer, pero pensamos que es al contrario. Sé que lo que digo parece muy ético y moral, pero para mí fue una experiencia vital."
(Morían antes los egoístas que los altruistas, Stéphane Hessel)
Yo, yo, yo, yo...
Y mi dolor y mi pena
y mi alegría y mi rabia
y mi ambición y mis necesidades
y mis gustos y mis disgustos...
¿De dónde voy?
¿Dónde estoy?
¿Hacia dónde me dirijo?
Yo, yo, yo, yo
Mientras el vino aguarda,
sobre la mesa,
bajo la luz de la luna
y lo importante
siempre ha sido
los ojos que nos beben
cuando lo bebemos.
En los campos de concentración las personas reaccionaban de dos maneras: estaban los que luchaban por su vida, los que se protegían y lo querían todo para ellos; y estaban los que ayudaban a los demás.
¿Y?
Morían antes los egoístas que los altruistas. Y este es un mensaje para todos nosotros: hacer algo por los demás nos hace bien; sólo mirar por uno mismo nos hace caer, pero pensamos que es al contrario. Sé que lo que digo parece muy ético y moral, pero para mí fue una experiencia vital."
(Morían antes los egoístas que los altruistas, Stéphane Hessel)
Yo, yo, yo, yo...
Y mi dolor y mi pena
y mi alegría y mi rabia
y mi ambición y mis necesidades
y mis gustos y mis disgustos...
¿De dónde voy?
¿Dónde estoy?
¿Hacia dónde me dirijo?
Yo, yo, yo, yo
Mientras el vino aguarda,
sobre la mesa,
bajo la luz de la luna
y lo importante
siempre ha sido
los ojos que nos beben
cuando lo bebemos.
INVASIÓN A LA TIERRA
La creatividad siempre implica la capacidad de combinar cosas y conceptos ya existentes de manera diferente.
No me cabe la menor duda de que "Invasión a la tierra" nos propone la creativa combinación del cine bélico con el cine de ciencia ficción.
A lo largo de sus trepidantes dos horas de acción, la película nos muestra el combate de un pelotón de marines contra una invasión alienígena por las calles de una Los Angeles convertida en campo de batalla. Pero la ciencia ficción es el contexto, porque el corazón de la película está en el modo en que los soldados se enfrentan al combate, el efecto que produce en ellos la propia situación y las consecuencias que en sí misma acarrea.
De todo modo, "Invasión a la tierra" recupera el subgénero de las "Hazañas bélicas" en un contexto de acción trepidante, efectos especiales y ciencia ficción. El subgénero nació durante la II Guerra Mundial con clásicos como "They were expendables", "Objetivo Birmania", "Bataan", "A walk by the sun" o "The sands of Iwo Jima" y su razón de ser fue consecuencia del papel que ocupó el cine como vehículo de propaganda para mantener la moral en el frente interior.
En todas estas películas, el conflicto es un lugar catárquico. Los soldados se enfrentan a la guerra y a la muerte mostrándose primero como seres de carne y hueso para, y como consecuencia de la acción, transfigurarse posteriormente en héroes a los que admirar en la intima oscuridad de los cines y por los que hacer un esfuerzo a la luz del día en los campos y las fábricas.
Posteriormente, y tras el final de la guerra mundial, la industria no quiso perder el impulso de un género exitoso y conservó el cine bélico si bien las películas fueron teniendo un giro más psicológico y menos propagandístico, centrándose en mayor medida en el impacto que sobre los soldados tiene el conflicto. Un ejemplo es "Fuego en la nieve" de William A. Wellman.
Como consecuencia de todo ésto la industria cinematográfica fue creando un género, el bélico, cuyas narrativas y estilemas se han venido repitiendo hasta nuestros días. "Invasión a la tierra" recupera toda esta estructura narrativa y la traslada a un entorno de ciencia ficción.
Los soldados no deben luchar contra nazis sino contra una invasión alienígena, pero el planteamiento es el mismo. Hay un espacio inicial para la presentación de unos personajes, especialmente al veterano sargento Nantz (estupendamente interpretado por el habitualmente tibio Aaron Erckhardt) y posteriormente los lanza a un trepidante combate en el que las motivaciones y psicologías afloran puntuando dramáticamente situaciones que ya de por si lo son. Tampoco es que estemos hablando un tratamiento profundo y dramático de esas psicologías, pero desde luego los apuntes que se van dando de cada personaje permiten generar nodos emocionales durante la narración que hacen que ésta sea algo más que una simple película de efectos especiales.
En "Invasión a la tierra" hay un héroe como en toda película de hazañas bélicas que se precie, un héroe atormentado por su pasado que con sus actos se reivindica y da ejemplo, generando un grupo unido donde antes no lo había.
No es una película más de efectos especiales. Posiblemente es una de los mejores películas de acción que la industria del cine ha producido en los últimos tiempos y lo es porque tiene su pequeña alma, un alma en la que alguno de los espíritus del cine clásico ha encontrado una salida para reencarnarse.
Algo más que entretenida.
La creatividad siempre implica la capacidad de combinar cosas y conceptos ya existentes de manera diferente.
No me cabe la menor duda de que "Invasión a la tierra" nos propone la creativa combinación del cine bélico con el cine de ciencia ficción.
A lo largo de sus trepidantes dos horas de acción, la película nos muestra el combate de un pelotón de marines contra una invasión alienígena por las calles de una Los Angeles convertida en campo de batalla. Pero la ciencia ficción es el contexto, porque el corazón de la película está en el modo en que los soldados se enfrentan al combate, el efecto que produce en ellos la propia situación y las consecuencias que en sí misma acarrea.
De todo modo, "Invasión a la tierra" recupera el subgénero de las "Hazañas bélicas" en un contexto de acción trepidante, efectos especiales y ciencia ficción. El subgénero nació durante la II Guerra Mundial con clásicos como "They were expendables", "Objetivo Birmania", "Bataan", "A walk by the sun" o "The sands of Iwo Jima" y su razón de ser fue consecuencia del papel que ocupó el cine como vehículo de propaganda para mantener la moral en el frente interior.
En todas estas películas, el conflicto es un lugar catárquico. Los soldados se enfrentan a la guerra y a la muerte mostrándose primero como seres de carne y hueso para, y como consecuencia de la acción, transfigurarse posteriormente en héroes a los que admirar en la intima oscuridad de los cines y por los que hacer un esfuerzo a la luz del día en los campos y las fábricas.
Posteriormente, y tras el final de la guerra mundial, la industria no quiso perder el impulso de un género exitoso y conservó el cine bélico si bien las películas fueron teniendo un giro más psicológico y menos propagandístico, centrándose en mayor medida en el impacto que sobre los soldados tiene el conflicto. Un ejemplo es "Fuego en la nieve" de William A. Wellman.
Como consecuencia de todo ésto la industria cinematográfica fue creando un género, el bélico, cuyas narrativas y estilemas se han venido repitiendo hasta nuestros días. "Invasión a la tierra" recupera toda esta estructura narrativa y la traslada a un entorno de ciencia ficción.
Los soldados no deben luchar contra nazis sino contra una invasión alienígena, pero el planteamiento es el mismo. Hay un espacio inicial para la presentación de unos personajes, especialmente al veterano sargento Nantz (estupendamente interpretado por el habitualmente tibio Aaron Erckhardt) y posteriormente los lanza a un trepidante combate en el que las motivaciones y psicologías afloran puntuando dramáticamente situaciones que ya de por si lo son. Tampoco es que estemos hablando un tratamiento profundo y dramático de esas psicologías, pero desde luego los apuntes que se van dando de cada personaje permiten generar nodos emocionales durante la narración que hacen que ésta sea algo más que una simple película de efectos especiales.
En "Invasión a la tierra" hay un héroe como en toda película de hazañas bélicas que se precie, un héroe atormentado por su pasado que con sus actos se reivindica y da ejemplo, generando un grupo unido donde antes no lo había.
No es una película más de efectos especiales. Posiblemente es una de los mejores películas de acción que la industria del cine ha producido en los últimos tiempos y lo es porque tiene su pequeña alma, un alma en la que alguno de los espíritus del cine clásico ha encontrado una salida para reencarnarse.
Algo más que entretenida.
Se dibuja la mañana serena,
desenredándose la fragante melena
sobre las copas de los árboles,
las calles y las aceras,
los tejados y las azoteas
y el nuevo día huele a limpio
y parece sobrar el tiempo
que posado sobre cornisas y alféizares
despreocupadamente se despereza,
sin tener demasiada prisa por alzar el vuelo,
por transformar con el silencioso batir de sus alas
la remansada eternidad de este instante
en puro y cristalino recuerdo.
desenredándose la fragante melena
sobre las copas de los árboles,
las calles y las aceras,
los tejados y las azoteas
y el nuevo día huele a limpio
y parece sobrar el tiempo
que posado sobre cornisas y alféizares
despreocupadamente se despereza,
sin tener demasiada prisa por alzar el vuelo,
por transformar con el silencioso batir de sus alas
la remansada eternidad de este instante
en puro y cristalino recuerdo.
viernes, abril 01, 2011
POETRY
Hay muchas cosas interesantes en esta película coreana dirigida por Lee Chang Dong.
Por encima de todo, "Poetry" es la historia de una mujer enfrentada de pronto a una desgracia familiar, a las dificultades de su vida ordinaria en un mundo donde nadie parece preocuparse por nadie, pero también, y en paralelo, la película es la historia de su esfuerzo por encontrar la belleza en ese entorno inhóspito y desagradable en el que Yang Mija se encuentra. Ese esfuerzo se manifestará en su necesidad de escribir poesía, necesidad que le llevará a inscribirse en un taller donde intentará canalizar esa energía, ese ansia de vida que la lleva a ser diferente al resto de mujeres de su edad.
Poco a poco, con la manera parsimoniosa y delicada con que avanza la película, la emoción que Yang necesita irá creciendo merced al contacto con una realidad para cuyos habitantes lo importante no es la emoción o el sentimiento sino la satisfacción material, una realidad donde no parece haber lugar para la poesía que ella busca. En este sentido, resulta especialmente clave la escena en que se tasa en dinero la satisfacción de una madre por una hija muerta.
Por toda la película, Yang se mueve con su cuaderno de notas, buscando ese poema perdido, su primer poema, mientras la realidad, con sus demandas groseras, la espanta, la entristece. Se fija en las plantas, en los árboles, en los ríos, en las flores mientras que a la espalda de su entendimiento el poema que terminará escribiendo crece a sus espaldas como una enredadera hasta terminar abrazándola.
Está muy bien "Poetry".
Hay muchas cosas interesantes en esta película coreana dirigida por Lee Chang Dong.
Por encima de todo, "Poetry" es la historia de una mujer enfrentada de pronto a una desgracia familiar, a las dificultades de su vida ordinaria en un mundo donde nadie parece preocuparse por nadie, pero también, y en paralelo, la película es la historia de su esfuerzo por encontrar la belleza en ese entorno inhóspito y desagradable en el que Yang Mija se encuentra. Ese esfuerzo se manifestará en su necesidad de escribir poesía, necesidad que le llevará a inscribirse en un taller donde intentará canalizar esa energía, ese ansia de vida que la lleva a ser diferente al resto de mujeres de su edad.
Poco a poco, con la manera parsimoniosa y delicada con que avanza la película, la emoción que Yang necesita irá creciendo merced al contacto con una realidad para cuyos habitantes lo importante no es la emoción o el sentimiento sino la satisfacción material, una realidad donde no parece haber lugar para la poesía que ella busca. En este sentido, resulta especialmente clave la escena en que se tasa en dinero la satisfacción de una madre por una hija muerta.
Por toda la película, Yang se mueve con su cuaderno de notas, buscando ese poema perdido, su primer poema, mientras la realidad, con sus demandas groseras, la espanta, la entristece. Se fija en las plantas, en los árboles, en los ríos, en las flores mientras que a la espalda de su entendimiento el poema que terminará escribiendo crece a sus espaldas como una enredadera hasta terminar abrazándola.
Está muy bien "Poetry".
Arde en la distancia su sueño
y lo hace con el fulgor del sol,
imprimiendo una luminosa huella
en la oscuridad de su mirada,
una marca ígnea
que permanece indeleble
recordándole lo que es,
su descuidada levedad en el existir,
el siempre peligroso olvido del tiempo
y las mil y un maneras que tiene éste
de hacerse inevitablemente patente.
y lo hace con el fulgor del sol,
imprimiendo una luminosa huella
en la oscuridad de su mirada,
una marca ígnea
que permanece indeleble
recordándole lo que es,
su descuidada levedad en el existir,
el siempre peligroso olvido del tiempo
y las mil y un maneras que tiene éste
de hacerse inevitablemente patente.
jueves, marzo 31, 2011
miércoles, marzo 30, 2011
LOS MUNDOS DE CORALINE
Es una interesante y estimulante premisa la idea sobre la que se basa esta brillante película de animación: el mal se oculta tras la mejor versión del bien para conseguir sus propósitos. Y esto es lo que le sucede a Coraline, la protagonista de la historia.
La niña se muda con sus padres a una casa en medio de ninguna parte. Caroline no está contenta con esa situación: la casa es demasiado vieja, sus padres no la hacen demasiado caso ocupados en su trabajo.
Caroline se siente sola, explora la casa y descubre una pequeña puerta que cuando está dormida se abre a una realidad que es la mejor la versión de la vida que desearía. Ella es el centro, sus padres son cariñosos y perfectos. Si fuera por ella, Caroline se quedaría en ella, pero... esa realidad paralela es en realidad una trampa que una malvada bruja tiende a los niños para quedarse con sus almas y devorarlas.
Está muy bien "Los mundos de Coraline".
Merece la pena verla tanto si se tiene la mirada de un niño como la de un adulto.
EL DESENCANTADO
Fitzgerald, Dos Passos, Hemingway, Faulkner y Steinbeck... La llamada "Generación perdida" de escritores norteamericanos que a principios del siglo XX que vivieron el inicio de sus carreras literarias en el Paris de la década de los veintes, entre el final de la I Guerra Mundial y los inicios de la Gran Depresión.
Esta generación se debate entre la preocupación social y un nihilismo provocado por la visión de los desastres de la guerra en Europa, muchos de ellos participaron en ella de forma directa, que llevó a la mayoría de ellos a una actitud vital hedonista, extrema, que incluso llegó a acabar de forma prematura con la vida de alguno de ellos como es el caso de Scott Fitzgerald.
El protagonista de "El desencantado", Manley Halliday, es una especie de presentación hiperbólica de la actitud de toda esa generación hacia la vida y hacia su trabajo... y sobre todo es una presentación de las dramáticas consecuencias que acarrea ese estilo de vida enloquecido, que vive el presente enredados en la zarza punzante de sus propias pasiones y con la intensidad del que ha dejado de creer en la posibilidad de un futuro.
En la mayor parte de sus capítulos la novela transcurre a finales de la década de los treintas, en un Hollywood industrial al que los escritores han de recurrir para continuar viviendo de su pluma escribiendo por encargo historias que no sienten, pero también presenta una serie de excursos situados en la década anterior en los que se explican las causas vitales que conducen al Manley Halliday que vemos estrellarse contra sus propios demonios intentando escribir un guión que detesta.
Nada es gratis en la vida. Todas las decisiones que se toman tienen sus consecuencias. Y en este sentido "El desencantado" se revela como un preciso libro de contabilidad que explica las abrumadoras facturas que Halliday tiene que pagar.
"El desencantado" no sólo es una novela sobre Hollywood. La industria del cine es el paisaje donde sucede el naufragio de Halliday de una manera inevitable y, lo que resulta aún más conmovedor, necesaria.
Para Halliday la fiesta ha terminado, esa fiesta en que se convirtió Paris para toda esta generación que este personaje representa, y "El desencantado" no es otra cosa que la hermosa y melancólica crónica de una mañana de carnaval.
Imprescindible.
martes, marzo 29, 2011
TRON: LEGACY
Revisar una historia como "Tron" a la luz de las nuevas tecnologías digitales ha resultado ser suficiente razón para que el proyecto se pudiera en marcha.
No me voy a poner estupendo. Es una razón como otra cualquiera desde el punto de vista de las necesidades de una industria que necesita constantemente producir para perpetuarse.
Pero tengo que decir que me han interesado pocas cosas de "Tron", que en realidad, y si le quitas la brillante cáscara de efectos digitales, es una película que todos hemos visto millones de veces. Podríamos perfectamente levantarnos del sofá y hacer la cocina... al volver no tardaríamos en reconstruir lo sucedido.
Y además, y puestos a aceptar las premisas del producto, la presentación de una experiencia, de un ambiente, el resultado no termina de funcionar, especialmente el personaje de Clue al que se le ven los hilos y el cartón, mostrando con sus carencias el espectacular avance en animación digital de rostros que ha supuesto "Avatar".
Normal y corriente.
lunes, marzo 28, 2011
SUCKER PUNCH
Si no fuera por la piratería, con toda seguridad no vería películas como ésta, poligonera donde las haya, llamada "Sucker Punch".
Intuyo una historia de superación, de solidaridad, de altruismo, que quizá pudiera interesarme o quizá no, pero esa historia esta sepultada bajo quintales métricos de música estridente y de efectos digitales que parecen creados por un diseñador de interiores mariquita de Beverly Hills. Porque si hay algo que caracteriza a Sucker Punch es el "horror vacui". La música, los efectos especiales, los efectismos de cámara se acumulan los unos encima de los otros para producir una barrera sonora y visual que cae sobre el espectador con el efecto del plomo. Sepultando de paso la posibilidad de una historia y de unos personajes que, como digo, pudieran ser interesantes o no. Nunca lo sabremos. Porque el particular guateque que se monta Zach Snyder lo devora todo. Y las cosas, como casi siempre en este tipo de películas, suceden porque sí, entre mensajes fuerza marquetinianos que reemplazan a los diálogos y porque los protagonistas se lo merecen.
La historia, la esencia es reemplazada por la acumulación de secuencias, de cosas, de efectos, de palabras como en una de esas bacanales romanas que tan bien recreó Fellini en su "Satyricon"; bacanales en las que los platos se van sucediendo uno detrás de otro, sin dar tiempo material a los invitados a comerlos y convirtiendo el acto social de comer en otra cosa muy diferente, más enloquecida, más inquietante.
Me hago viejo... pero eso no es lo peor. Lo peor es que Clint Eastwood ya lo es.
Por cierto... "Incendies" todavía sigue en cartel.
domingo, marzo 27, 2011
INSIDE JOB
Definitivamente, la palabra es "aterrador".
"Inside job" es un magnífico documental que narra de forma eficaz y entretenida las aterradoras causas de la crisis económica mundial que todavía nos afecta.
En pocas palabras, la legislación bancaria norteamericana, desde la Gran Depresión de mediados del siglo pasado, impedía que los bancos comprometiesen los fondos de sus clientes en operaciones arriesgadas de inversión. Si uno quería dedicarse a la especulación tenía que crear otra cosa, sociedades de inversión en las que tenía que responder con su propio capital y bajo controles más estrictos.
Desde la década de los ochentas del siglo pasado los halcones neoliberales fueron generando un movimiento en favor de la desregulación financiera de los bancos. Como envalentonados tras la victoria sobre el viejo rival de la guerra fría, sobre su asténica, fatigada y huesuda propuesta de sociedad alternativa, el capitalismo se sintió lo suficientemente fuerte como para mostrar su verdadero rostro.
Y ese rostro no es otro que el de la avaricia oceánica y la absoluta falta de responsabilidad social en la búsqueda del beneficio propio. Un lobby de hombres de negocios de Wall Street y de prestigiosos profesores universitarios en nómina fueron generando una corriente de opinión que no tardó en llegar a la Casa Blanca bajo el siniestro rostro de Alan Greenspan.
No voy a entrar en muchos mas detalles, pero, en cualquier caso, recomiendo absolutamente la visión de este documental que considero puede resultar esclarecedora sobre la materia con la que está constituido ese elemento tan volátil y aéreo que llamamos realidad.
Y resulta aterrador ver el modo en que prestigiosos académicos, políticos y hombres de negocios son sorprendidos en la mentira buscando esconder su propia avaricia, sacada a la luz por hechos que ya resultan casi históricos.
Y resulta mucho más aterrador que al final todo sea un asunto de tener siete casas en lugar de tres y cuatro aviones en lugar de uno y sería hasta divertido este espectáculo de naturaleza humana a tope si no fuera por los millones de personas a las que este juego virtual de enrequecimiento, librado en los parquets, los despachos y las pantallas, ha dejado en la miseria.
Y es aun mucho más aterrador el hecho de que las mismas personas que generaron este desastre sigan al mando de la economía norteamericana.
Por no hablar del hecho más que aterrador de que los estados, a través de su necesaria virtud pública de cuadrar sus cuentas descuadradas en el esfuerzo de tapar ese agujero de miles de millones de dólares, terminen siendo las máximas victimas de algo que no es otra cosa que la suma de miles de vicios privados; un hecho que está comprometiendo los pilares del estado del bienestar y mostrando en su desnudez una sociedad desigual, que en absoluto es lo que parece.
¿Es posible que el capitalismo pueda hacer aun más desgraciadas a las personas que el socialismo?
Por increible que nos pueda parecernos, y aunque los carrillos nos rebosen de comida y las manos de objetos, no lo descartemos.
La respuesta está en el tiempo, en la siguiente crisis de avaricia sin límites.
Imprescindible.
"Se suponía que sería una noche inolvidable. Y lo fue. Pero de un modo muy distinto de como lo imaginaban sus promotores. Dos diputados laboristas habían llamado a transformar Trafalgar Square en la versión británica de la plaza Tahrir: un campamento improvisado para protestar contra el plan de ajuste del Gobierno de David Cameron y cuestionar de paso su legitimidad.
Pero la violencia de cientos de antisistema propició un escenario bien distinto: con vandalismo exacerbado, hogueras esporádicas y choques violentos en torno a la estación de Charing Cross."
(La batalla de Trafalgar, El Pais)
Y si hay gente antisistema, será porque hay un sistema. Y entonces me pregunto en qué consiste ese sistema que las fuerzas y cuerpos de seguridad protejen.
¿En qué consiste ese sistema?
¿Qué está haciendo con el mundo, con las cosas y, lo que es más importante, con nosotros?
¿Le miramos a la cara realmente o nos pierde el placer inconfesable de sentirnos inocentes?
Pero la violencia de cientos de antisistema propició un escenario bien distinto: con vandalismo exacerbado, hogueras esporádicas y choques violentos en torno a la estación de Charing Cross."
(La batalla de Trafalgar, El Pais)
Y si hay gente antisistema, será porque hay un sistema. Y entonces me pregunto en qué consiste ese sistema que las fuerzas y cuerpos de seguridad protejen.
¿En qué consiste ese sistema?
¿Qué está haciendo con el mundo, con las cosas y, lo que es más importante, con nosotros?
¿Le miramos a la cara realmente o nos pierde el placer inconfesable de sentirnos inocentes?
sábado, marzo 26, 2011
"A medida que estudiemos los diversos modelos de la física subatómica veremos que expresan repetidamente, aunque de diferentes maneras, la misma percepción: que los componentes de la materia y los fenómenos básicos que la envuelven están todos interconectados, interrelacionados y son interdependientes, que no pueden entenderse como entidades aisladas, sino sólo como partes integrantes del todo."
(El Tao de la física, Frijot Capra)
(El Tao de la física, Frijot Capra)
THE AMERICAN
No hace mucho y tras revisar "Retorno al pasado" de Jacques Tourneur ya hablé de la importancia que la tragedia tiene dentro del cine negro.
Nada es gratis. Todas las decisiones tienen consecuencias que más tarde o más temprano se presentan un día llamando a la puerta. Y las decisiones que uno toma son consecuencia inevitable del carácter, de lo que uno es.
Uno ya es, tiene criterio para decidir, pero también se va haciendo, va eligiendo nuevos caminos en las sucesivas encrucijadas que salen al paso y la suma total de decisiones van generando un conjunto de efectos, de consecuencias buenas y malas que nos siguen como la cola sigue a los cometas. Y ahí es donde interviene la tragedia, la inevitabilidad del destino que uno se ha ido forjando, que lleva a la espalda y que de cuando en cuando le alcanza sobre todo si ese uno duda, se detiene a pensar.
En "The american", Jack (un despistado George Clooney) es el asesino a sueldo que es y su circunstancia le acompaña pero también le persigue, porque Jack duda. Imagina un mundo mejor, distinto al que se ha forjado y quiere salirse de ese camino, hacer borrón y cuenta nueva, inventarse un destino nuevo.
Pero lo único que estará en su mano será tener el valor de intentarlo, porque esas consecuencias que su alma desarraigada arrastra como grilletes le buscarán, le encontrarán y llamarán a su puerta en uno de esos pueblo italianos que parecen hechos piedra a piedra por algún director artístico del viejo Hollywood.
Y además, "The american" me gusta porque destila el perfume de dos películas que amo.
Por un lado, tiene un desarrollo minimal que recuerda a la inolvidable "Le samourai" de Jean Pierre Melville y, por otro, en su final desesperado destila el igneo brillo de otra joya del cine llamada "La jungla de asfalto".
Dos flores del mal de la historia del cine.
Por todo ello, es imposible que "The american" no me guste pese a un George Clooney al que nunca le he visto especialmente dotado para el drama introspectivo, ni siquiera cuando John Malkovich le deja sin sus capsulas de Nestpresso... y sigo sin verle. Con un buen actor capaz de convertir en carne planteamientos tan metafísicos, la película hubiera ganado en interés, profundidad y seriedad.
Estupenda.
Comienzo un relato nuevo. Y comienza así:
"Es la misma oscuridad de siempre.
No está seguro... Ya ha perdido la costumbre de estarlo.
Duda.
No tiene claro que esa oscuridad que siente forme parte de su interior, sea un producto de su propia conciencia apagada en sl sueño o más bien se trate de algo exterior, de un espacio bruto, por precisar en el que se encuentra.
Es la misma duda de siempre.
El preámbulo.
La única que puede permitirse antes de que suavemente, como pies descalzos que se arrastran por una alfombra viniendo desde muy lejos, le llegue la voz.
Y sea la misma voz de siempre, una voz que le resulta vagamente familiar, una voz que no para de contar una cantidad inmensa de número cada vez. Sin resultar cansada ni presionada por alguna necesidad cuya naturaleza por supuesto se le escaparía de poder llegar siquiera a sentir la necesidad de pensarla.
Sin prisas, fuera del tiempo, como en un juego.
Y puede intuir su procedencia, puede ir hacia ella, puede levantarse de la cama y seguirla. Tiene la sensación de que no está demasiado lejos y de que por alguna razón que todavía se le escapa cuenta para él.
Le llama.
Le aguarda.
Y a él le bastaría con oler el sonido que le llega para seguirlo y encontrarla.
Y éso es lo que no puede evitar hacer porque de pronto comprende que no puede hacer otra cosa. Cuesta abajo su entendimiento se ha precipitado hacia el vacío de esa misma y única conclusión.
Y cae interminablemente.
Y por eso se levanta de la cama.
Y busca una salida tanteando con las manos en la dirección que la voz le marca pero la oscuridad que le envuelve se le muestra impenetrable, compacta.
Es entonces cuando quiere llorar.
Y las lágrimas le brotan por todas partes, como rocío, por la piel."
"Es la misma oscuridad de siempre.
No está seguro... Ya ha perdido la costumbre de estarlo.
Duda.
No tiene claro que esa oscuridad que siente forme parte de su interior, sea un producto de su propia conciencia apagada en sl sueño o más bien se trate de algo exterior, de un espacio bruto, por precisar en el que se encuentra.
Es la misma duda de siempre.
El preámbulo.
La única que puede permitirse antes de que suavemente, como pies descalzos que se arrastran por una alfombra viniendo desde muy lejos, le llegue la voz.
Y sea la misma voz de siempre, una voz que le resulta vagamente familiar, una voz que no para de contar una cantidad inmensa de número cada vez. Sin resultar cansada ni presionada por alguna necesidad cuya naturaleza por supuesto se le escaparía de poder llegar siquiera a sentir la necesidad de pensarla.
Sin prisas, fuera del tiempo, como en un juego.
Y puede intuir su procedencia, puede ir hacia ella, puede levantarse de la cama y seguirla. Tiene la sensación de que no está demasiado lejos y de que por alguna razón que todavía se le escapa cuenta para él.
Le llama.
Le aguarda.
Y a él le bastaría con oler el sonido que le llega para seguirlo y encontrarla.
Y éso es lo que no puede evitar hacer porque de pronto comprende que no puede hacer otra cosa. Cuesta abajo su entendimiento se ha precipitado hacia el vacío de esa misma y única conclusión.
Y cae interminablemente.
Y por eso se levanta de la cama.
Y busca una salida tanteando con las manos en la dirección que la voz le marca pero la oscuridad que le envuelve se le muestra impenetrable, compacta.
Es entonces cuando quiere llorar.
Y las lágrimas le brotan por todas partes, como rocío, por la piel."
viernes, marzo 25, 2011
"En sus viejos cuerpos acabados
viven las almas de los ancianos.
Cuán tristes son las pobres
y qué hastiadas de la vida miserable que arrastran.
Cómo tiemblan de perderla y cuánto la aman
las desamparadas y contradictorias
almas, que viven -comicotrágicas-
bajo la vieja piel gastada."
(Las almas de los viejos, Konstantino Kavafis)
viven las almas de los ancianos.
Cuán tristes son las pobres
y qué hastiadas de la vida miserable que arrastran.
Cómo tiemblan de perderla y cuánto la aman
las desamparadas y contradictorias
almas, que viven -comicotrágicas-
bajo la vieja piel gastada."
(Las almas de los viejos, Konstantino Kavafis)
EL FUERA DE LA LEY
El western siempre ha sido un género cinematográfico trascendente, depositario y transmisor de esencias.
La simple visión del jinete en la distancia, convertido en un punto diminuto y frágil, apenas visible entre la inmensidad del cielo y la inmensidad de la tierra, siempre me ha parecido el perfecto resumen metafórico de toda una visión entre existencialista y nihilista del lugar del ser humano entre lo existente.
Seguir el viaje de ese jinete errante entre el cielo y la tierra es parte esencial del género, un elemento que cristaliza de manera pura y genial en personajes como el Ethan Edwards de "Centauros del desierto" o el Bill Munny de "Sin perdón" del propio Eastwood.
Dentro de la filmografía de Eastwood este jinete solitario y descastado que, sin embargo y de forma paradójica, es portador de la justicia y agente para el establecimiento de un orden nuevo es una constante en su carrera como actor y director.
Este Josey Wales que por vengar la muerte de su familia se sitúa fuera de la ley es uno de esos jinetes palidos.
Por encima de todo, "The oulaw Josey Wales" es un viaje por el territorio de los Estados Unidos convertido en paisaje después de la batalla que fue su guerra civil, pero también es el proceso de generación de un grupo formado por personajes, en apariencia débiles (viejos, mujeres, enfermos...), pero que consiguen convertirse en fuertes y prevalecer merced a la presencia mágica y misteriosa de Wales, enredado en su propio laberinto de venganza, persecución y huida, pero capaz al mismo tiempo de acoger bajo su poderoso seno a un grupo variopinto de humillados y ofendidos y construir con ellos lo más parecido a la familia que la guerra le arrebató.
"The outlaw Josey Wales" es una de las grandes películas de la primera época de Eastwood como director.
Imprescindible
miércoles, marzo 23, 2011
EL RITO
Que conste que soy de esa minoría que cree que los mejores momentos de "El Exorcista" son todas las secuencias iniciales, antes de que el demonio efectivamente posea a la niña; momentos llenos de misterio en los que el director, a través de la mirada del padre Karras, consigue transmitirnos una sensación entre tensa y morbosa al presentarnos una realidad que de pronto se muestra como un territorio donde el mal es posible, porque tiene terreno donde crecer.
Y lo mejor que puede decirse de "El rito" es que en sus planteamientos iniciales y en buena parte de su desarrollo consigue transmitir esa misma sensación entre misteriosa y oscura que de pronto se muestra como habitando las cosas; un indefinido sentimiento inquietante que termina diluyéndose como un azucarillo cuando el mal toma forma en el enfrentamiento definitivo del esforzado sacerdote con el avieso y retorcido principe maligno.
En este sentido, "El rito" es una película que va perdiendo fuerza conforme avanza y en cuyo desarrollo se ve lastrada por la tibia presencia un protagonista que no consigue transmitir demasiadas cosas al espectador, que se diluye en una nada inexpresiva ante la magia con piloto automático de un Anthony Hopkins tan mórbido y magnético como siempre.
En cualquier caso, daba para mucho más el personaje de Hopkins, su relación casi diaria con ese mal en el que nadie cree y la película desaprovecha esa línea narrativa optando por un curso más convencional sobre las clásicas dudas de fe. Cosa que no se entiende muy bien, porque Hopkins es la estrella de la película y hubiera estado bien aprovechar las capacidades sobradas del actor galés para mostrarnos su resquebrajamiento y posterior posesión en un ejercicio casi de terror psicológico. No obstante, la película prefiere centrarse en un anodino protagonista teniendo las clásicas dudas de fe de siempre.
En fin... Aceptable.
¿NO A LA GUERRA?
Pues claro que nadie quiere una guerra, pero se nos olvidan un par de conceptos muy obvios:
1.- La guerra es un acto social y ésto quiere decir que requiere por lo menos de dos individuos o grupos para que se produzca. De lo que se deduce que aunque uno diga no a la guerra, el otro la puede declarar perfectamente y con toda tranquilidad.
Puedes salir a su encuentro e intentar convencerle de algo también obvio, de las bondades intrinsecas de una vida en paz, como hizo el papa Leon I El Magno cuando salió al paso de las huestes de Atila, el rey de los Hunos, y le convenció para que se retirase, pero estadísticamente estas cosas no suelen pasar (por eso recordamos este episodio mágico de la historia)... Como digo, puedes salir a su encuentro e intentar convencerle, pero una negociación, y no digamos la toma de una resolución conjunta, también son actos sociales y dependen para su efectiva ocurrencia la concurrencia de por lo menos dos personas o colectivos. Y puede darse el caso de que el otro no esté por la labor, de que esté a la guerra pese a todo. Las razones pueden ser múltiples y van desde una mala defensa de una postura intrinsecamente buena hasta que el otro crea en la guerra del mismo modo que el otro cree en la paz. En cualquier caso, no podemos ocupar simbólicamente el pensar ni emocionalmente el sentir del otro. Puede tener sus razones. Puede querer la guerra... ¿Y entonces qué? ¿No a la guerra también?
2.- El segundo y más importante punto es que uno, si las circunstancias le obligan, debería estar dispuesto a defender lo que cree y a los suyos hasta las últimas consecuencias, que pueden implicar cualquier clase de enfrentamiento desde una pelea de callejón hasta una conflagración mundial. También forma parte de la vida, de la naturaleza humana y el que no quiera darse por enterado tiene los libros de historia para trabar conocimiento con nuestra alargada sombra de especie.
Hay algunas ideas y algunas personas por las que deberíamos estar dispuestos a ponerlo todo sobre el tapete, llegando hasta las últimas consecuencias si fuera preciso.
Resumiendo y a mi entender, estar de forma sistemática en contra de la guerra sólo puede obedece a cuatro razones:
- O bien no se cree en nada o no se quiere lo suficientemente a nadie
- O bien no se es lo suficientemente valiente como para afrontar la posibilidad extrema de defensa de lo que se quiere.
- O bien no se tiene la suficiente estima por lo que se piensa o siente que se prefiere ceder antes de llegar al enfrentamiento
- O bien se es lo suficientemente soberbio como para pensar que todo el mundo puede ser convencido, como para no contemplar la posibilidad del desacuerdo.
Como el amor, la guerra es cosa de dos. Y no se es peor persona por reconocer la posibilidad siempre latente del conflicto ni se es un monstruo por aceptar ese conflicto cuando, y pese a todos los esfuerzos razonables por evitarlo, éste sucede. A veces, uno tiene que plantarse y defender hasta las últimas consecuencias aquello en lo que cree y aquellos a los que quiere.
Todo lo demás es debilidad y neurosis.
Estoy en contra de un genérico "No a la guerra", porque entre otras cosas quién no hubiera ido a la guerra contra la Alemania de Hitler.
Estoy a favor de estar en contra de esta o aquella guerra, guerras concretas, que son injustas, pero negarnos la posibilidad de la guerra como concepto total es un acto neurótico consistente en no aceptar nuestra sombra, nuestro lado oscuro como especie.
Habla solo Jeckyll.
Hyde calla, pero cuando se le llama, porque no se puede evitar que aparezca, siempre se muestra para hacer su trabajo sucio y posteriormente desaparecer entre las sombras para, cuando llega la luz, volver a ser negado mientras se disfruta impunemente de los efectos de su inconfesable trabajo.
La hipocresía social y colectiva convertida en enfermedad mental.
martes, marzo 22, 2011
¿Por qué Libia sí y Birmania no?
Porque es el país más fácil (la tecnología militar brilla en las superficies casi planas del desierto), el más accesible (está al otro lado del Meditarráneo), el más débil de todos (es una república tribal inhabilitada para comprar las armas que realmente cuentan) y cuyo lider es el que tiene la imagen más aquilatada de villano contra el que nuestros líderes pueden erigirse en más o menos hábiles estrategias de comunicación como superhéroes de la libertad.
lunes, marzo 21, 2011
domingo, marzo 20, 2011
"Probablemente el primer tramo del siglo XXI será visto algún día como un periodo de particular ceguera, arrogancia y fatuidad. Hace poco hablé, ya digo, de las ínfulas de quienes se permiten suprimir de los textos de Mark Twain las palabras que hoy consideran “inconvenientes”, o de las consejerías andaluzas que deciden eliminar la legendaria frase de la madre de Boabdil (“No llores como mujer, etc”) porque menoscaba, según ellas, a todo el sexo femenino. Pero la plaga de engreimiento -es engreimiento y soberbia enmendarles la plana a los muertos, tachar lo que otros escribieron, modificar y falsear los hechos para adecuarlos a nuestro gusto- va mucho más lejos, y alcanza cotas ilusas para mí casi inconcebibles."
(Estaré con el mundo hasta que éste muera, Javier Marias)
Amén!
(Estaré con el mundo hasta que éste muera, Javier Marias)
Amén!
2010
"Me encontraba en una explanada de unos treinta metros de profundidad. En alguna ocasión había sido lisa, demasiado lisa para ser natural, pero los impactos de los meteoritos habían mordido y cribado su superficie a través de incontables eones. Y había sido nivelada para poder sostener una estructura translúcida, burdamente piramidal, de dos veces la altura de un hombre, encajada en la roca como una gigantesca gema facetada"
Desde el momento de su publicación, este relato ha formado parte de varios libros de relatos de su autor, uno de los grandes de la ciencia ficción, Arthur C. Clarke y en una de sus publicaciones atrajo la atención de Stanley Kubrick. De él nace una de sus películas más famosas, "2001: una odisea en el espacio", y para mi gusto no una de las mejores.
En 1948, Arthur C. Clarke publicó un relato corto, de apenas 5 páginas, llamado "El centinela". En él, y en primera persona, un científico reflexiona sobre el sentido del artefacto que la humanidad ha encontrado en la Luna, un artefacto que según parece pertenece a una raza extraterrestre que lo ha dejado allí hace millones de años.
Desde el momento de su publicación, este relato ha formado parte de varios libros de relatos de su autor, uno de los grandes de la ciencia ficción, Arthur C. Clarke y en una de sus publicaciones atrajo la atención de Stanley Kubrick. De él nace una de sus películas más famosas, "2001: una odisea en el espacio", y para mi gusto no una de las mejores.
Posteriormente, Arthur C. Clarke noveló el guió y publicó un libro del mismo titulo en 1968, el año de estreno de la película. Y quizá fuera esta doble aparición un primer ejemplo rupestre de la actual cultura del ocio multicanal... pero esa es otra historia.
Posteriormente, en 1982, Clarke publicó una continuación: "2010: Odisea 2", que tuvo aún dos secuelas más durante la década de los años ochentas. Este libro atrajo la atención del hoy olvidado director Peter Hyams, un tipo con gran talento para contar historias y el resultado es esta "2010: The year we make contact"
Y tengo que decir que "2010" es una de esas películas que sólo le gustan a uno, que forman parte del patrimonio emocional de las personas. Puedo entender que no guste, pero a mi me gusta... Lo sigue haciendo todavía.
La película carece de la metafísica, a veces vacua y grandilocuente, de "2001", pero mantiene el sentimiento de misterio de su predecesora.
El viaje hacia Júpiter que hacen los astronautas de la nave "Leonov" en busca del secreto que, como una telaraña mantiene atrapada a la nave "Discovery" es un viaje hacia lo desconocido, hacia el monolito que de nuevo les aguarda oscuro, callado y perfecto, convertido en perfecta metáfora de todo aquello que como especie el ser humano aún desconoce.
La película quizá se ha quedado antigua porque el contexto de guerra fría en que se desenvuelve tiene un cierto peso dentro de la historia, pero mantiene intacto todo su misterio planteando al mismo tiempo un interesante discurso de responsabilidad del ser humano hacia las herramientas que produce, que le hacen más listo y más poderoso, encarnadas en el superordenador Hal 9000. Súbitamente revelado como víctima y como depositario de una pureza casi infantil que le convierte en una máquina demasiado perfecta incluso para ser humana.
"¿Soñaré?", pregunta Hal.
Yo a veces también me lo pregunto.
sábado, marzo 19, 2011
RETORNO AL PASADO
Tragedia y cine negro están relacionados de modo directo e íntimo.
En la tragedia, los personajes que la protagonizan y siempre padecen se ven abocados hacia un desenlace inevitable y casi siempre fatal, que otros han llamado de forma muy poética la fuerza del destino.
Los hombres viven de acuerdo con su criterio e instinto, actúan y toman decisiones que siempre generan consecuencias que más tarde o más temprano regresan convertidas en cuentas que deben ser pagadas. Como bien se dice en "True Grit", la última película de los Hermanos Cohen, nada es gratis en esta vida (salvo la Gracia de Dios).
Y eso que llamamos fatalidad no es otra cosa que el regreso de las cuentas pendientes, un regreso que el protagonista del cine negro acepta sin pestañear porque de algún modo comprende que mientras se está vivo pasado, presente y futuro existen formando una estructura irrompible de sentido que configura la propia vida, la propia identidad.
En "Retorno al pasado", Jeff Bailey (magníficamente interpretado por un pétreo Robert Mitchum) tampoco puede escapar a la alargada sombre de sus cuentas pendientes. Estas le encontrarán regentando una gasolinera bajo otro nombre y en medio de ninguna parte y le devolverán a un pasado en el que Catie Moffet (Jane Greer), uno de los personajes de mujer fatal por excelencia de toda la historia del cine negro, es la abeja reina de una colmena de intereses creados, muerte, dinero y perdición.
Bailey regresará de mala gana y descubrirá, como escribe Ruben Blades, que las cuentas del alma siempre son las más duras de pagar.
Obra maestra.
viernes, marzo 18, 2011
LOS HERMANOS KARAMAZOV
Para mi gusto el ruso Fiódor Dostoyevski es uno de los más grandes escritores que ha dado la literatura desde que el mono se creyó hombre. Su capacidad para llegar más lejos y más hondo en las profundidades del alma humana es reconocida por todos.
Los personajes de Dostoyevski son en realidad campos de batalla donde sentimientos e impulsos antagónicos se manifiestan: racionalidad vs. irracionalidad, fe vs. ciencia... Y a mi entender esta visión conflictiva, explosiva del ser humano se acerca bastante a la realidad. No en vano el filósofo Nieztsche consideraba que el escritor ruso era el único psicólogo del que se podía aprender algo.
Y esta profunda carga psicológica confiere a sus obras de una densidad brutal, una densidad que siempre ha hecho difícil la adaptación al cine de los textos del autor ruso. No obstante, la adaptación de "Los hermanos karamazov" que Richard Brooks llevó a cabo en 1958 es un buen ejemplo de que es posible convertir en imágenes buena parte del contenido filosófico del autor ruso generando una historia que tiene vida propia, una vida cuya energía procede de la palpitante potencia de su referente literario.
"Los hermanos Karamazov" es la historia de un parricidio, pero, y sobre todo, es la historia de una familia destrozada y del modo en que los cuatro hermanos procesan su difícil, cuando no imposible, relación con el padre. Y la película pone énfasis especial en Dimitri (Yul Brinner), el hermano que aparentemente se encuentra más perdido de los cuatro y que encontrará en el a primera vista imposible amor por Grushenka una tabla de salvación que le conducirá a la redención.
Corriendo hacia, lo que el mismo define, como el callejón sin salida de Grushenka Dimitri convivirá con su propio desastre y de ese conflicto surgirá un hombre nuevo dispuesto a afrontar las consecuencias de sus propios actos sin perder nunca más la cara.
Todo un clásico.
jueves, marzo 17, 2011
FUKUSHIMA
We few, we happy few, we band of brothers;
For he to-day that sheds his blood with me
Shall be my brother"
"Pero, ¿por qué arriesgan su vida? Probablemente su educación para sacrificarse por los demás sea una de las razones, como apunta un experto nuclear estadounidense que señala que en trabajos de este tipo "se desarrolla un sentido para la lealtad y el compañerismo cuando se entrena durante años junto con otros"."
(La batalla de los 'héroes de Fukushima')
(La batalla de los 'héroes de Fukushima')
Es curioso.
En 1959, un doctor en filosofía que había sido combatiente en la II Guerra Mundial, J. Glenn Gray publicó "Guerreros: Reflexiones del hombre en la batalla".
Este libro, prologado por Hannah Arendt, era la consecuencia de años de reflexión, lectura y relectura de los diarios que el propio Gray había escrito durante la guerra. Demasiado religioso en algunos momentos para mi gusto, pero siempre espiritual y verdadero, "Guerreros" interesa por lo que muestra de la naturaleza humana en situaciones extremas y por los efectos que la guerra tiene sobre aquella.
Y leer este texto sobre la tragedia de Fukushima me recuerda a este libro porque en un momento determinado Gray reflexiona sobre la valentía, sobre la razón que lleva a los soldados a permanecer en su puesto, aun cuando quedarse signifique su propia muerte y, sin generalizar, Gray afirma que en muchos casos es la solidaridad con el compañero lo que le lleva a permanecer. El saber que la posición que se ocupa de algún modo se ocupa en conjunto con otros y sentir que el éxito es un premio colectivo que depende de cada esfuerzo propio les lleva a permanecer.
Nadie quiere dejar de hacer su parte y espera de los otros que hagan lo mismo en un acto de confianza y entrega absoluto cuya intensidad sólo aquellos que han combatido conocen, pero que Gray compara con el amor.
La lealtad y el compañerismo de Fukushima entronca directamente con este sentimiento colectivo de grupo y es esa realidad de grupo la que hace que se hagan las cosas o dejen de hacerse. No hay patria ni bandera, solo compañeros hundidos hasta el barro en la misma mierda. Y en circunstancias tan extremas nadie permite al otro que haga la parte que en justicia les corresponde.
Nadie dimite de su responsabilidad última.
Todos se quedan porque la posibilidad de la muerte une tanto a los seres humanos como la posibilidad del amor. Y en Fukushima hay mucha muerte ahora mismo.
"From this day to the ending of the world,
But we in it shall be remember'd;We few, we happy few, we band of brothers;
For he to-day that sheds his blood with me
Shall be my brother"
(Henry V, William Shakespeare)
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