No ha servido de mucho que la Rectora de la Universidad de Málaga tomase la palabra para decir que el contrato que Iñigo Errejón tiene con su universidad es regular, que hay 600 como el suyo y que, curiosamente, nadie se ha interesado por ningún otro.
Y tiene gracia que un país que vive de espaldas a la sociedad del conocimiento, aunque diga que su futuro pasa por allí, utilice las peculiaridades del mundo de la investigación para construir un caso que no existe y que sólo tendrá el recorrido que le permitan quienes no tengan la suficiente autoestima por su opinión como para informarse porque, y después de todo, hacer honor al derecho a opinar implica asumir el deber de informarse.
Convertir una específica necesidad de un concreto entorno de investigación en un acto de favoritismo demuestra lo lejos que estamos de la civilización en este país y lo difícil que lo tienen aquellos que se propongan sacarle del basurero en que se encuentra.
Las cosas son mucho más sencillas.. si se tiene buena voluntad.
Un ejemplo...
Al final hay pocas personas que sean expertas en matrimonios matrilineales en el Sudeste Asiático y el que necesita al experto probablemente lo conozca de algún congreso, se hayan leído e incluso se conozcan lo suficiente como para llamarse amigos.
El mundo de la investigación es así.
No es una oposición a funcionario del estado en el que los requisitos son lo suficientemente amplios como para podamos hablar de que son universales.
En este tipo de contratos se buscan cerebros y los cerebros siempre van asociados a una persona en concreto.
Y en bastantes casos es la única vía que tiene la universidad española de impedir la fuga de cerebros.
El saber es meritocrático y esa es una frontera que los partidos del régimen del 78 no han podido colonizar del todo.
Y mientras la convocatoria de la plaza esté justificada y Errejón produzca saber no puede haber nada que objetar.
En cualquier caso, estaremos pendientes a los pequeños deslices administrativos... Quizá, Errejón trabajo 37,5 horas una de esas semanas de 40. Ya veo el titular de El Mundo, periódico que con Podemos ve peligrar su modelo de periodismo de investigación basado en la filtración.
Pero lo peor es que, acostumbrados a políticos que no tienen oficio ni beneficio, hombres de partido cuyo máximo talento es elegir el momento de ponerse de frente o de perfil, no estamos preparados para personas que salen a la arena política siendo portadores de una vida personal y un prestigio profesional.
Acostumbrados a tipos como Pedro Sanchez estamos más preparados para creer que Errejón no sea tan bueno como para que su saber sea requerido por una Universidad Española de la manera en que las universidades españolas intentar retener y producir saber.
No estamos dispuestos a creer que un político puede ser lo que, en realidad, debería ser.
Todo muy loco..
Y tiene gracia que un país que vive de espaldas a la sociedad del conocimiento, aunque diga que su futuro pasa por allí, utilice las peculiaridades del mundo de la investigación para construir un caso que no existe y que sólo tendrá el recorrido que le permitan quienes no tengan la suficiente autoestima por su opinión como para informarse porque, y después de todo, hacer honor al derecho a opinar implica asumir el deber de informarse.
Convertir una específica necesidad de un concreto entorno de investigación en un acto de favoritismo demuestra lo lejos que estamos de la civilización en este país y lo difícil que lo tienen aquellos que se propongan sacarle del basurero en que se encuentra.
Las cosas son mucho más sencillas.. si se tiene buena voluntad.
Un ejemplo...
Al final hay pocas personas que sean expertas en matrimonios matrilineales en el Sudeste Asiático y el que necesita al experto probablemente lo conozca de algún congreso, se hayan leído e incluso se conozcan lo suficiente como para llamarse amigos.
El mundo de la investigación es así.
No es una oposición a funcionario del estado en el que los requisitos son lo suficientemente amplios como para podamos hablar de que son universales.
En este tipo de contratos se buscan cerebros y los cerebros siempre van asociados a una persona en concreto.
Y en bastantes casos es la única vía que tiene la universidad española de impedir la fuga de cerebros.
El saber es meritocrático y esa es una frontera que los partidos del régimen del 78 no han podido colonizar del todo.
Y mientras la convocatoria de la plaza esté justificada y Errejón produzca saber no puede haber nada que objetar.
En cualquier caso, estaremos pendientes a los pequeños deslices administrativos... Quizá, Errejón trabajo 37,5 horas una de esas semanas de 40. Ya veo el titular de El Mundo, periódico que con Podemos ve peligrar su modelo de periodismo de investigación basado en la filtración.
Pero lo peor es que, acostumbrados a políticos que no tienen oficio ni beneficio, hombres de partido cuyo máximo talento es elegir el momento de ponerse de frente o de perfil, no estamos preparados para personas que salen a la arena política siendo portadores de una vida personal y un prestigio profesional.
Acostumbrados a tipos como Pedro Sanchez estamos más preparados para creer que Errejón no sea tan bueno como para que su saber sea requerido por una Universidad Española de la manera en que las universidades españolas intentar retener y producir saber.
No estamos dispuestos a creer que un político puede ser lo que, en realidad, debería ser.
Todo muy loco..