sábado, enero 02, 2016

La Confesión

Dirigida en 1970 por Costa Gavras, una de las máximas figuras del cine político europeo, "La Confesión" presenta una crónica terrible y exhaustiva de los peores horrores del estalinismo soviético.

La película se basa en un guión de Jorge Semprun que, a su vez, se basa en la biografía de Artur London, un dirigente comunista checo que en el año 1952 fue parte (y victima) del llamado proceso de Praga. Este proceso también se llama el proceso Slansky puesto que la máxima figura del proceso fue Rudolf Slansky, secretario general del partido comunista checo hasta que dejó de serlo.

Todos los juzgados formaban parte del comité central que comandaba Slansky y fueron acusados de partidarios del comunismo que preconizaba el dirigente yugoslavo Tito y fueron considerados traidores por las autoridades sovieticas que por aquel entonces rompieron relaciones con el mariscal yugoslavo.

La mayoría de los juzgados fueron condenados a muerte y solo unos pocos, entre los que se encontraba London, lograron sobrevivir por ocupar posiciones secundarias en el comité central caído en desgracia.

El proceso Slansky es sólo un jalón más dentro de las complejas relaciones que la Unión Soviética tuvo con su área de influencia europea, conseguida por conquista militar y mediante accesos al poder nada democráticos-

En los estados que habían surgido de los restos de la vieja Prusia y del aun mas viejo imperio austro-hungaro, el comunismo no se impuso de manera natural sino por necesidad. En la mayoría de ellos se hicieron elecciones democráticas que los partidos comunistas jamás ganaron de manera clara, pero con la ayuda de la URSS se las arreglaron para acabar en el poder.

Y dentro de ese area de influencia soviética, Yugoslavia, Checoslovaquia y Hungria eran sociedades complejas y cultas, puramente centroeuropeas que nunca se llevaron bien con el totalitarismo asiático que la Unión Soviética proponía y como escribo las relaciones siempre fueron difíciles (por decirlo con fineza) con ellas,

En cualquier caso, "La Confesión" nos propone un viaje a las profundidades de la locura totalitaria estalinista.

La mayor parte de la película se centra en el proceso de detención, aislamiento y tortura del protagonista al que da magníficamente vida un estupendo Ives Montand.

Y nos muestra la especial locura de estos juicios de los que el ex-seminarista Stalin era muy partidario y que consistía en una confesión pública de los errores y delitos cometidos, errores y delitos que por supuesto el acusado no había cometido pero que terminaba confesando merced a los procesos de lavado e cerebro y tortura.

Así, el espectador contempla con horror como, poco a poco, la resistencia de Gerard, el protagonista, va siendo quebrada hasta que este termina firmando todo los papeles que le llegan permitiendo a sus captores construir una realidad alternativa y política por servir a los intereses del partido.

Vuelvo a repetir que la interpretación de Montand es espectacular, llegando a perder quince kilos en el real y mostrando el proceso de consunción al que como individuo es sometido.

En este sentido, "La Confesión" resulta interesante también por mostrar precisamente la fragilidad del individuo y guarda una lección que aprender en esta época donde la reivindicación del individuo parece un incontestable asunto de fe.

No es bueno que el hombre esté solo y el hombre como individuo aislado siempre lo está.

En cualquier caso, "La Confesión" tiene ese toque especial que Costa Gavras tiene para contar las historias, un toque siempre muy cinematográfico y directamente relacionado con el "thriller", resultando siempre sus películas interesantes de ver no sólo por lo que narra sino por la manera en que este francés de origen griego las cuenta.

Y "La Confesión" se encuentra entre las mejores de su comprometida filmografía.

Imprescindible.

viernes, enero 01, 2016

Capitalismo Global. Jeffry A. Friedman

“Este énfasis en la justicia social reflejaba ciertamente las obsesiones personales de Soros, pero también la preocupación de que el capitalismo global no se podía sostener si las masas quedaban excluidas de los beneficios de la vida económica y política. ‘El sistema capitalista global  -decía Soros- ha dado lugar a un campo de juego muy desigual. La distancia entre ricos y pobres se está ampliando. Esto es peligroso, porque un sistema que no ofrece cierta esperanza y protección a los perdedores puede verse trastornado por actos de desesperación.’ Soros defendía enérgicamente las sociedades abiertas por razones de principio y pragmáticas, creyendo que el nuevo orden económico internacional precisaba un compromiso con la justicia social.”

martes, diciembre 29, 2015

Jesus de Montreal

Producida en 1989, "Jesus de Montreal" es la segunda película del canadiense Denys Arcand.

Tras la espectacular "El declive del imperio americano" (1985), Arcand prolonga en esta historia el cuestionamiento de los valores de toda una generación, la que era joven en la contracultural década de los sesentas del siglo pasado, y. lo que es más importante, de la sociedad que aquella finalmente ha producido: fundamentalmente material y nada espiritual, egoísta y nada altruista, táctica y nada estratégica.

Y como en la primera, Arcand empieza constituyendo un grupo de personajes, en este caso actores reclutados por Daniel para realizar una representación de la pasión de Cristo en los jardines de una iglesia de Montreal.

Poco a poco la historia va mostrándose de manera general como una nueva pasión de Cristo pues progresivamente Daniel se revelará como un nuevo Jesucristo enfrentado a las mentiras e hipocresías de una sociedad que cuestione su visión de la religión del mismo modo que la sociedad judía cuestionaba la visión rupturista del que se decía hijo de Dios.

Tengo que decir que por esta especificidad tan católica "Jesús de Montreal" no es una película que me interese demasiado, especialmente su primera hora prácticamente centrada a la construcción del grupo de actores y a la representación de esa pasión que muestra esa visión tan heterodoxa.

A partir de entonces es cuando aparece el conflicto, el cuestionamiento de Daniel y, a su vez, el cuestionamiento de este a aquellos que le censuran.

De todos modos, Arcand es un inteligente constructor de personajes, de diálogos, de posicionamiento y "Jesús de Montreal" ofrece a quien les escribe varias oportunidades para la reflexión, cosa que siempre agradece.

Y al final no deja de tener su gracia esta prolongación de ese declive del imperio americano centrada en la religión, en el corazón espiritual de este mundo que siempre se ha creído mucho mejor de lo que es.

Aceptable.




Dónde dejar al final del día
todas esas piezas que no encajan.
La razón del que pide,
del que llora,
del que le quitan
o simplemente no tiene,
o cae para siempre ante tu impotente mirada.
Donde guardar al final del día
sus voces,
sus rostros,
sus llantos,
sus rabias.
Donde guardarlos
cuando la oscuridad revienta
y en la impaciente espera
de algo parecido a la paz y la calma
uno hace lo que puede
tejiendo a duras penas un sentido
que componga un poco la cordura despeinada.
Donde dejarlas lo justo para dar tiempo al esquivo sueño
sin poder evitar sentir que por el momento la suerte nos es favorable,
que por ahora nos alcanza
porque, al menos, hoy el que quiere dormir
no ha sido uno de aquellos.

Mañana ese dios que no existe dirá,
tuya no será la última palabra.

domingo, diciembre 27, 2015

La historia de España sigue acabando mal

Escribe el poeta Gil de Biedma que la historia de España es la más triste de las historias de la historia porque acaba mal.

Y todavía no ha dejado de acabar mal a la luz de las corrientes de opinión pública que recientemente han suscitado la eliminación de las calles que llevan los nombres de generales golpistas por parte del ayuntamiento de Madrid.

Y acaba mal porque para algunos esos generales son golpistas cuyos nombres van a ser borrados (y me alegro) son golpistas mientras que para otros siguen siendo honrados y abnegados luchadores por la patria cuya memoria debe ser preservada

Las consecuencias de los acontecimientos históricos se extienden en el tiempo como ondas sobre la quieta superficie de un lago y la falta de vergüenza con la que algunos reivindican los actos y posiciones de quienes fueron totalitarios y golpistas no es más que un efecto colateral de la propia historia que nos sigue salpicando.

Es un demonio al que debemos enfrentar.

Es por esto y no por otra cosa que la historia de España acaba mal para el poeta.

La victoria del franquismo y la derrota de la República han hecho posible la introducción de una perversidad ponzoñosa dentro de la historia de nuestro país: los totalitarios tuvieron 40 años para construir... y, como suele suceder, porque la gente tiene que vivir y quiere mejorar su vida, aprovecharon su oportunidad.

Los fascistas construyeron un país, su país, con la ayuda de nuestro entorno más cercano.

Los fascistas tuvieron el suficiente tiempo para construir una prosperidad, para imbricarse positivamente en la historia de una nación.

Esto es un hecho incontrovertible que todos deberíamos asumir por más que pueda dolernos.

La derrota en el campo de batalla unida a las circunstancias favorables en el contexto de la política exterior permitieron que el fascismo haya construido y sumado dentro de la historia de España.

Por eso nuestra historia acaba mal y lo hace en una realidad que unos quieren obviar mientras otros reivindican.

La derrota de la República permitió al franquismo mientras mataba y fusilaba construir las bases de una estabilidad social, generó una clase media, permitió el industrialismo generando un polvo de franquismo sociológico del que proceden estos lodos que se manifiestan en algunas cartas y declaraciones.

La guinda fue la transición sin ruptura que dio aun mas legitimidad a esa construcción histórica y social del franquismo.

Todo esto ha sucedido y sus consecuencias llegan hasta el día de hoy.

Todo esto constituye una perversa peculiaridad dentro de los países de nuestro entorno puesto hasta las naciones surgidas de las repúblicas socialistas tuvieron un mayor o menor proceso de ruptura que les permitió distanciarse de su propia historia más reciente haciendo difíciles apoyos y declaraciones que en nuestro país suceden todos los días.

Por no hablar de Portugal y Grecia países que han gestionado mejor su pasado totalitario y fascista, incluyendo en nuestro vecino una revolución preconizada por un ejército de izquierdas.

Pero aquí no ha pasado nada.

Y eso es lo malo de que no se produjera la ruptura, que su ausencia de algún modo o de todos legitima.

El tirano murió en la cama y casi cuando quiso.

El primer presidente del gobierno de la España democrática fue máximo responsable del partido del movimiento franquista.

Podemos engañarnos si queremos.

Por eso sólo en España, y para vergüenza de nuestra historia, hay corrientes de opinión, respaldadas incluso desde la política, que respetan y agradecen a los fascistas su dedicación en la construcción de una paria que excluyó y mató a una buena parte del país.

Y cuando escribo esto no me refiero a la guerra sino a la sanguinaria represión posterior sobre la que los defensores de las excelencias de esos patriotas siempre pasan de puntillas.

Por no hablar de las decenas de miles de desaparecidos que aun llacen enterrados por nuestras carreteras que son auténticos cementerios erigidos a otra vergüenza: la de nuestro fracaso como proyecto de país moderno

Por eso nuestra historia termina mal.

A estas alturas no tenemos ni idea de quienes somos como nación.

Seguimos casi medio siglo después de la muerte del dictador con dos relatos: uno, el de los vencidos, que cuenta con el respaldo moral que dan la ética y la razón  y el otro, el de los vencidos, que cuenta con el respaldo práctico del tiempo, un tiempo que ya es más que los cuarenta años del tirano porque también son este tiempo de la constitución de 1978.

Y como todos sabemos el tiempo en derecho otorga precisamente derecho.

Y en realidad quienes piensan así (que todavía son unos cuantos) tampoco se han enfrentado a un cuestionamiento estructurado y ordenado, canalizados desde las instituciones, que por lo menos les haga sentir vergüenza de decir ciertas cosas.

Y lo peor es que ellos se saben y sienten con razones casi cien años después.

Esa va a ser la principal consecuencia de la derrota de la Republica en la guerra civil.

¿Duele?

Pues si.

Pero lo cierto es que nuestra historia, al menos en lo que al tema de la guerra civil atañe, acaba desgraciadamente mal.

Y eso no va a haber manera de remediarlo.

Ha sucedido ya.

La vida sigue y como nos descuidemos los muertos se confundirán con el olvido en las cunetas donde quedaron va ya para el siglo.

Si alguien tiene alguna duda de nuestro radical fracaso como nación que piense en esto... y llegados a esto un buen español siempre echará la culpa al resto porque él siempre está en lo correcto.

Transformar el mundo: Revoluciones burguesas y revolución social. Neil Davidson.

“En segundo lugar, Cliff aceptaba que la caracterización de la URSS como estado obrero degenerado fue válida hasta 1928, mientras quedaban algunos elementos cada vez más mediados del dominio de la clase obrera; pero, a partir de esa fecha el estado se había convertido en un arma contra la clase obrera y el campesinado al mismo tiempo que las relaciones de propiedad habían cambiado decisivamente por el programa de nacionalización plena. Lo que decía Cliff es que deberíamos preocuparnos, no por las relaciones de propiedad, no por la ilusión jurídica, sino por las relaciones de producción, que estaban ahora constituidas por trabajo asalariado y capital, y donde los gestores del estado habían asumido el papel de capitalista colectivo…. Rusia fue la excepción, el único país que experimentó por un tiempo una revolución socialista triunfante y la subsiguiente contrarrevolución burocrática.”

Citizen four

Por encima de todo "Citizen Four" es un documental en todo el sentido de la palabra.

Nos documenta la historia real de un hombre valiente y eticamente responsable, algo cada vez menos habitual en un mundo, el nuestro, en el que los comportamientos desviados se están convirtiendo en norma

Este hombre es Edward Snowden y su denuncia es ya bien conocida: el gobierno de los Estados Unidos, y por extensión, buena parte de sus gobiernos aliados crearon un monumental y global sistema de escucha de las comunicaciones privadas de sus ciudadanos.

Esa escucha ya no se produce como consecuencia de la sospecha de la consecución de un delito sino de manera general y preventiva.

Además, y lo que es más grave, la seguridad y el terrorismo se convierten en la perfecta excusa para utilizar ese sistema de escucha para otros motivos, entre ellos beneficiar a las empresas norteamericanas.

Frente a esta clara violación de los derechos de las personas se erige heroicamente la figura de un ciudadano responsable y comprometido de verdad con el futuro de la sociedad en que vive.

Enfrentado al conocimiento de este proceso de control porque forma parte de él como anaista de la CIA, Snowden tiene claro con quién está su lealtad. Prefiere convertirse en un espía y un traidor para aquellos que realmente traicionan a los suyos en lugar de un colaborador dentro de un proceso perverso de poder y control que anula los fundamentos esenciales de una democracia: la privacidad.

El documental revela de manera puntual y precisa todo el proceso de filtración de la información que Snowden realiza a un periodista independiente que circunstanciamente trabaja para The Guardian.

Y si algo queda claro de la visión de "Citizen Four"son las razones de Snowden y el tremendo coste personal que esta decisión le supone.

Todavía quedan héroes y no son precisamente los que obedecen a nuestros carceleros de este mundo feliz en que vivimos.

Edward Snowden es uno de ellos, un ciudadano en toda la extensión de la palabra y, lo que es más importante, un ejemplo a seguir.

Pero de lo que tampoco debe quedarnos ninguna duda es que ya estamos camino de esa dictadura perfecta de la que hablaba Aldous Huxley en su preclara "Un mundo feliz".

La apariencia de democracia, aunque las libertades son más completas y extensas cuando se trata de comprar y vender.

Una cárcel sin muros a la que una mezcla de deseo y miedo nos ata: el deseo de tener más mañana y el miedo a perder las cosas que ya tenemos.... Y de la cual ni se nos ocurriría soñar evadirnos.

Un sistema de esclavitud donde, gracias al sistema de consumo y entretenimiento, los esclavos amaremos nuestro confinamiento.

No se yo si al final nos saldrá a cuenta haber salido de las cavernas hace miles de años.

¡Planazo!

viernes, diciembre 25, 2015

House of cards

Los que seguíamos esta serie en sus dos primeras temporadas ya sabíamos que su protagonista, Francis Underwood, no era una buena persona pero en esta tercera temporada la verdad es que las cosas van demasiado lejos.

Y no tanto por lo que haga o deje deje de hacer, que también, sino por las personas que se ven afectadas por su ambición sin limites.

Porque tras un comienzo un tanto titubeante en el que confieso que me costó encadenar la visión de los capítulos, la serie entra aproximadamente en su mitad, específicamente con el primer capítulo que dirige RobinWright, en una vertiginosa rampa de lanzamiento que convierte en una más que recomendable adicción la visión de la tercera temporada de House of Cards.

La postulación de Underwood como candidato demócrata en contra de sus propios planteamientos unida a la contratación de un fascinante y enigmático escritor para la redacción de un libro que venda su programa de empleo son factores desencadenantes que llevan a la serie a una nueva dimensión.

Y no es una casualidad que ese capítulo dirigido por Robin Wright empiece con la renovación de los votos del matrimonio Underwood, porque a partir de ese momento todo va a ir dirigido al compromiso de algo que en anteriores temporadas era intocable: el sagrado vinculo de ambición y complicidad que mantenía unidos a los Underwood.

Proceso que queda en abierto para una más que inevitable y necesaria cuarta temporada con uno de los cliff hanger más potentes que recuerdo.... y no creas que se trata de explosiones, asesinatos  ni muertes.

Es todo más perverso y sutil.

Pura lucha por el control y el poder.

Ya está tardando la cuarta temporada y es una lastima que ese estupendo personaje del escritor que hace saltar todo por los aires no pueda escribirla.

Iimprescindible.


jueves, diciembre 24, 2015

Más reflexiones sobre el 20D... O la misma

Será interesante ver el modo en que los cuatro grandes partidos políticos en los que los españoles hemos depositado nuestra confianza se entienden.

Por un lado, el PP y el PSOE entienden a negociación como la han venido entendiendo desde los principios de esta democracia. Es decir, poniendose el bigotito franquista para entender la negociación como un procedimiento en el que el otro expone lo que quiere pero al final está en la obligación de plegarse completamente a mi deseo.

Negociar es obedecer a cambio de determinados puestos, lugares y posiciones.

Por otro, Ciudadanos y Podemos van a tener una gran presión de cara a la conformación de mayorías. A la primera negativa a ese ordeno y mando no tardaremos a escuchar llamadas a la responsabilidad y a la necesidad de configurar la estabilidad necesaria para poder gobernar.

En este sentido, los dos grandes partidos políticos siguen teniendo la sarten por el mango aunque los dos hayan caído.

Siguen siendo los más votados y en buena lid sobre ellos debe recaer la iniciativa de formar gobierno y no van a desaprovechar la ocasión para, pudiendo obtener el beneficio del poder, de paso puedan desactivar el marcado carácter reformista de los dos partidos emergentes, especialmente Podemos.

Así, y aunque no lo parezca, la posición de los dos partidos emergentes es mucho más difícil de lo que parece enfrentados a una posición claramente "win-win" de los dos partidos tradicionales.

La única opción que les queda, especialmente a Podemos (porque los otros están locos por pactar), es mantener la personalidad lo que debe traducirse en una agenda que se transparente de manera clara y evidente en las negociaciones porque no tengo la menor duda de que las presiones para alcanzar un acuerdo entre las izquierdas (aceptando pulpo como animal de compañía y PSOE como partido de izquierdas) van a ser muy grandes.

Y no se si los cuadros dirigentes de Podemos tienen tanta experiencia en la política práctica como para sobrevivir a un PSOE que estará prácticamente luchando entre la espada y la pared siendo un escenario más probable una propuesta de alianza para que gobierne Pedro Sanchez al ser el candidato de la lista más votada.

El riesgo será aparecer como irresponsable e intransigente, enfrentados a unas posibles nuevas elecciones con la consecuente paralización irresponsable del país y tal y esas cosas.

Además, jugará en contra de Podemos la mayor flexibilidad para el pacto por parte de Ciudadanos, especialmente con el PP, que puede hacer posible un discurso de facilitación de cuatro años más de gobierno de la derecha por una cerrazón utópica a un acuerdo

Y si en algo es bueno el PSOE es en poner en marcha el ventilador de la mierda,

No lo dudéis.

Va a requerir mucha astucia para Podemos sobrevivir a este proceso postelectoral de negociaciones en el que la verdad y la razón son sólo un par de variables más a considerar.

Bienvenidos a la política real.




Hay más oscuridad en esos ojos
que desde su inaccesible emboscadura
te miran salvajes e inciertos
que allá afuera,
en la más pura y profunda noche
de cuyo intrincado y selvático seno
como un afilado destello de sombra surgieron.
Y una vez más no lo sabes.
Quizá la sagrada desnudez de la vida
y toda su eterna promesa
severamente racionada
desde el principio de los tiempos
y según los inescrutables designios de la dirección
silenciosas se transparentan
en ese interrogante estar
capaz de transmutar dos trayectorias en un encuentro.
Y todo será como siempre: intentar saber,
perseguir a tientas
las huellas que descuidado
va dejando el propio deseo al avanzar.

Los origenes de la posmodernidad. Perry Anderson.

“De manera análoga, la posmodernidad -que estéticamente era poco más que una vuelta menor de la espiral descendiente de la modernidad, si bien de mucho mayor importancia ideológica- se había de entender como producto de la derrota política de la generación radical de finales de los años sesenta. Una vez frustradas sus esperanzas revolucionarias, esa hueste había encontrado compensación en un hedonismo cínico que halló salida abundante en el boom del sobreconsumo de los años ochenta. 

Los orígenes de la posmodernidad. Perry Anderson.

“En un ensayo sobre los orígenes del arte moderno de la belle époque europea, sugerí una vez que se entendía mejor como resultado de un campo de fuerzas triangulado por tres coordenadas: una economía y una sociedad que aún eran industriales sólo a medias y en las que el orden dominante seguía siendo en gran medida agrario o aristocrático; una tecnología de inventos espectaculares, cuyo impacto era todavía reciente o incipiente, y un horizonte político abierto, en el que muchos esperaban o temían algún tipo de levantamientos revolucionarios contra el orden dominante. En el espacio así delimitado podía desencadenarse una gran variedad de innovaciones artísticas: el simbolismo, el imaginismo, el expresionismo, el cubismo, el futurismo, el constructivismo; algunos explotaban la memoria clásica o los estilos patricios, otros se sentían atraídos por una poética de la nueva maquinaria, otros aún se entusiasmaban con visiones de la revuelta social, pero nadie vivía en paz con el mercado como principio organizador de una cultura moderna: en este sentido, eran prácticamente sin excepción antiburgueses.

La Primera Guerra Mundial, al destruir los antiguos regímenes de Rusia, Austria-Hungría y Alemania y debilitar a los terratenientes de otras partes, modificó esas condiciones pero no las abolió. Las clases altas europeas y su train de vie seguían más o menos como antes; las formas avanzadas de organización industrial y consumo de masas -el fordismo de Gramsci- permanecían restringidas en gran medida a los Estados Unidos; la revolución y la contrarrevolución se enfrentaban en batalla abierta desde el Vístula hasta el Ebro. En tales condiciones, continuaban surgiendo formas y movimientos de vanguardia de gran vigor: la Opojaz de Rusia, la Bauhaus en Alemania, el surrealismo en Francia. La censura vino con la Segunda Guerra Mundial, cuyo desenlace destruyó en la mayor parte del continente las viejas élites agrarias y su modo de vida, instaló en el Oeste unas democracias capitalistas estables y los bienes de consumo estandarizados, y destripó los ideales de la revolución en el Este. Una vez desaparecidas todas las fuerzas que lo habían estimulado históricamente, el élan del arte moderno se agotó. Había vivido de lo asincrónico, de lo que era pasado o futuro dentro del presente, y murió con la llegada de lo puramente contemporáneo: el monótono estado de estabilidad del orden atlántico de la posguerra. De ahí en adelante, todo arte que aún quería ser radical estaba destinado rutinariamente a la integración comercial o a la cooptación institucional.”

lunes, diciembre 21, 2015

20D: Algunas reflexiones

Intentando superar las ganas de exiliarme, escribo estas reflexiones sobre las recientes elecciones del 20D.

1
No está tan claro que el bipartidismo haya terminado.
La bestia siempre es más difícil de matar de lo que el héroe imagina y ahora es cuando las cosas se ponen realmente difíciles, cuando la bestia parece herida.

Los partidos del turnismo han caído pero no lo suficiente mientras que los partidos ascendentes tampoco han ascendido lo suficiente.
El problema es que tradicionalmente, el sistema bipartidista ha sido muy eficiente en devorar a los partidos bisagra de carácter nacional.
Al final, el pez grande siempre terminó devorando al chico (CDS, IU...), perdido bajo la alargada sombra de su socio mayoritario. Estos pequeños partidos estuvieron siempre privados de una necesaria capacidad para proyectar personalidad (y por lo tanto supervivencia) como consecuencia de no tener el suficiente peso político y electoral como para imponer una agenda.
Ahora, tanto Ciudadanos como Podemos tienen un mayor poder político, y poder electoral, pero serán presionados de igual manera por los dos grandes partidos para obtener compromisos y acuerdos de gobernabilidad.
Su obligación es mantener la personalidad... algo que estoy convencido sus votantes quieren y desean.
Ambos, especialmente Podemos, deben tener mucho cuidado de no mancharse en el juego de la pragmática política y su mayor preocupación debe ser intentar imponer una agenda que les permita mantener esa personalidad que les permita sobrevivir intactos, manteniendo esa diferencia esencial que las necesidades prácticas de gobernabilidad pueden comprometer.
En este terreno de juego, los nuevos partidos emergentes se van a jugar la vida, esa diferencia que en principio les ha llevado donde están.
Un apoyo a corto plazo puede significar la muerte a largo plazo.

En este sentido, yo no infravaloraría a los partidos del régimen que serán lo que queramos que son pero también son perfectos expertos en lo suyo: sobrevivir casi siempre de manera vil
Al régimen le interesa más nunca ser capaz de poder devorar a los partidos bisagra, o por lo menos ponerles en una situación difícil... y encima en este caso todo va a ser a cambio del bien más preciado: gobernar.
Yo no esperaría por tanto que PP y PSOE no fuesen el máximo de eficientes en intentar conseguir, por lo civil o por lo penal, un apoyo que no sólo les puede reportar beneficios a corto plazo sino también a medio y largo si consiguen hacer a sus nuevos socios cómplices de sus pecados.
Sólo un tonto esperaría otra cosa diferente y a veces la inexperiencia puede confundirse con la tontería

2
Por otro lado mi segunda reflexión está relacionada con la primera.
No tengo claro que el bipartidismo haya terminado.
No tengo claro que no estemos ante un cambio generacional que implique el mantenimiento del bipartidismo aunque con un cambio de jugadores.
PP y  PSOE pueden tender a morir como lo están haciendo sus votantes hablando de cosas que ya no atañen tanto a las nuevas generaciones y, lo que es peor, expresandolas en un lenguaje que ni llega ni traspasa a los españoles que no han conocido a Franco ni a la ETA asesina.
Esa falta de flexibilidad y renovación en PP y PSOE está permitiendo la aparición de dos nuevos jugadores que en realidad, y nos digan lo que nos digan, quizá solo aspiran a reemplazar a un jugador dentro del gran juego.
Y tengo claro que el modo en que se gestione la preocupación que da lugar a mi primera reflexión nos servirá de guía para dar respuesta a esta segunda.

Desgraciadamente no somos tan libres como queremos y buena prueba de ello es que el hecho de que todo cambie para seguir igual nos parezca lo más grande.
En este sentido no descartaría un cambio de jugadores dentro del juego del bipartidismo.


Estas elecciones tan tristes no me inspiran más ideas.
Veremos de qué materia están hechos Ciudadanos y Podemos... aunque la materia de Ciudadanos la tengo mucho más clara.... empieza por m...

domingo, diciembre 20, 2015

Star Wars: El despertar de la fuerza

En el negocio del espectáculo una de las cosas más difíciles es producir algo que esté a la altura de las expectativas.

Más mérito aún si en ese logro está de por medio una de las franquicias cinematográficas que más dinero han movido de toda la historia del cine.

No es en absoluto tarea fácil estar a la altura de lo que se espera cuando el éxito y los grandes presupuestos están de por medio, pero J.J, Abrams lo ha conseguido con esta nueva entrega de la saga galáctica que comenzara George Lucas allá por 1978, hace casi ya 40 años.

Como mínimo esta "El despertar de la fuerza" está muy por encima de la segunda trilogía que Lucas firmara entre 1999 y 2005, espectáculos sinfónicos que basaban su poder en la acumulación de personajes, situaciones y efectos especiales

Está claro que Abrams tuvo claro lo que no hacer... y también lo que hacer porque "El despertar de la fuerza" regresa a los orígenes.

No permite que la espectacularidad operística de la galaxia en acción sepulte la relación y la tensión entre los personajes.

Nada de gran política, de grandes intereses, del imperio, de la lucha entre el bien y el mal materializada de manera naif en el conflicto entre luz y oscuridad.

Abrams regresa a los orígenes para encontrar a unos personajes inmersos dentro de una mecánica que viene desde su pasado para configurar su presente y situarlos en en lugar preciso y en el momento adecuado para vivir la aventura de buscar y buscarse.

Lucas cometio el error de dar protagonismo al grandilocuente contexto de una galaxia que se debate entre republica e imperio.

Abrams prefiere cerrar el foco sobre unos personajes que existen dentro de esa lucha, sobre sus necesidades y problemáticas... y además se las arregla para contarlos muy bien, insertando diálogos y acción de manera perfecta.

Sin duda alguna, la presencia de un space cowboy como Lawrence Kasdan en el guión tiene que haber sido decisiva para dar a esta "El despertar de la fuerza" el auténtico toque del original que sin duda es su principal atractivo.

Aunque parezca contradictorio, la principal virtud de esta nueva entrega es la humildad a la hora de entenderse.

Muy, muy inteligente.

Y en este sentido, hasta estructuralmente la historia en que se basa "El despertar de la fuerza" corre sobre los raíles narrativos de "La Guerra de las galaxias".

Bastantes de las secuencias de esta recuerdan a secuencias de aquella en una especie de efecto guiño en el que se busca contar la misma historia de manera diferente pero para contarla igual.

Como si una historia estuviese dentro de la otra y se desplegase con la naturalidad de no parecer una copia, pero al mismo tiempo siéndolo.

No hay más que ver el cartel de la película.

La similitud convive armónicamente con al diferencia.

Muy, muy difícil.

Lawrence Kasdan es uno de los grandes guionistas de la historia del cine industrial y Abrams acaba de llegar, pero no le va a la zaga, como mínimo tiene el talento de rodearse de las personas adecuadas.

Absolutamente recomendable.

sábado, diciembre 19, 2015

La ciudad esta llena de oficinistas
que, perfectamente entrenados
en el fingimiento de la esperanza,
y creyendosela,
no quitan los ojos de la recién salida
nueva lista de números de la suerte
mientras a lo loco cruzan la calle sin mirar

En el corazón del mar

La desmitificación del mar es una de las principales consecuencias del proceso de modernización tecnológico e industrial que nos ha llevado a controlar, al menos, la superficie de nuestro planeta.

Antes, incluso hasta bien entrado el siglo XIX, cualquier cosa podía suceder en el mar, un territorio desconocido donde solo los más valientes se adentraban asumiendo siempre el riesgo de no regresar nunca.

De ahí que durante muchos siglos, el mar fuese el contexto adecuado para la imaginación de historias en el que la aventura, el horror, el misterio y lo sorprendente estuviesen presentes de una manera u otra.

Verne, Poe y, por supuesto, en la cumbre de todos ellos Herman Melville con su "Moby Dick".

"En el corazón del mar" sucede dentro de todo ese contexto aventurero y marino que hizo posible que Melville escribiese una historia que lo hiciese trascender hasta lo ontológico y metafísico.

Después de todo, "Moby Dick" escenifica precisamente el muy moderno drama del enfrentamiento del hombre con las poderosas e incontrolables fuerzas de la naturaleza, convirtiendo a la ballena blanca en un inalcanzable objeto del deseo que exige un precio de tragedia y sangre a quienes lo persiguen.

Como escribo, "En el corazón del mar" nos cuenta el encuentro de la tripulación del ballenero "Essex" con un enorme cachalote que, en medio del oceano Pacífico, les manda a pique y parece perseguirles durante su terrible vagar por el océano buscando quizá asegurarse de su muerte.

Lo que la película no cuenta es que ese cachalote tiene nombre.

Se llamó "Mocha Dick" y vivió en el Pacifico chileno a principios del siglo XIX.

Este cachalote era famoso entre los marinos de Nantuckett que organizaban expediciones para cazarlo.

Tardaron casi medio siglo en matarlo, llevándose por delante a bastantes marineros antes que una flota de balleneros se lo llevase también por delante.

Así pues en medio de esa ninguna parte que a principios del siglo XIX era el corazón del océano Pacífico, "Mocha Dick" se lleva el "Essex" por delante haciendo honor a su leyenda.

El director Ron Howard nos cuenta con talento primero el periplo del barco y posteriormente su dramático naufragio, si bien esta segunda parte no está a la altura de la primera resultando demasiado poco emocional para todas las mierdas que tienen que pasar los supervivientes del naufragio.

En este sentido, "En el corazón del mar" es una película desigual que alcanza su culmen dramático con el magnífico encuentro de la tripulación del "Essex" con "Mocha Dick" y que para desgracia del espectador decae justo cuando tendría que seguir yendo hacia arriba...

Porque... tela!

Hay material para hacer algo más poderoso, en lugar de un relato tímido y tibio que se limita a ilustrar y plastificar el horror del mar.

Imagino que la vocación de producto está detrás de esta decepcionante autolimitación de la historia.

En cualquier caso, merece la pena verla.

Como todos los productos que producen la factoria Howard-Grazer, "En el corazón del mar" ofrece corrección, entretenimiento y buenos momentos.

Por cierto, el cartel es fantástico.

Nos habla del misterio del mar y de los infinitos demonios que sus profundidades pueden albergar, "Mocha Dick" quizá sea el más flojo de todos ellos.

La limitada transparencia a veces delata su presencia.


Los orígenes de la posmodernidad. Perry Anderson

“Su reacción inicial fue insistir en que el capitalismo, aunque pudiera parecer que representaba una finalidad universal de la historia, en realidad estaba destruyendo cualquier finalidad posible, puesto que no encarnaba ningún valor más elevado que el de la mera seguridad fáctica. «El capital no tiene necesidad de legitimación alguna, no prescribe nada, en el sentido estricto de obligación, ni tiene ninguna regla normativa que decretar. Está presente en todas partes, pero como necesidad y no como finalidad.”

viernes, diciembre 18, 2015

The Assassin

Y llega Hou Hsiao Hsien para convertirse en el Sergio Leone del wuxia, genero de artes marciales que sucede en la época medieval china.

Porque si algo hay en "The Assassin" es pausa y esteticismo.

Las imágenes que con gusto y talento construye Hsien son sencillamente prodigiosas, desde el puro blanco y negro inicial hasta ese color vago y onirico entreverado con las gasas y visillos que caracteriza de manera brillante y novedosa casi todas las escenas de interior en los palacios.

Otra cosa es que "The Assassin" se entienda.

Y ahí no paso lista.

Cada uno decide donde poner su línea.

Pero en lo que a mi me atañe que es por supuesto mi caso tengo que decir que no termino de entender quién es cada personaje y a qué dedican el tiempo libre.

En este sentido, "The Assassin" es una de esas películas encantadas de sí mismas, en las que la forma predomina sobre el fondo, dedicado fundamentalmente a convertirse en la necesaria percha sobre la que vertebrar el virtuosismo a la hora de construir imágenes.

Y ahí, mi mirada obsesiva-compulsiva encuentra un molesto desequilibrio que me acompaña a lo largo de una película en la que, en algunos momentos, no se de qué diablos hablan algunos de los personajes... cuando los reconozco, especialmente los hombres.

En cualquier caso, visualmente atractiva lo es y un rato.

La nada magníficamente envuelta en seda. niebla y celofán.




Avatar

Al final, si te descuidas
acabas muriendo en tierra extraña,
lejos de ti,
enterrado bajo el peso de mil murallas;
confinado dentro de una forma
que a sólo a duras penas,
y tras mucho esfuerzo,
dices ser tú;
esperando que fieles,
como un espejo,
los otros te devuelvan el artificio
que envuelve con mayor o menor destreza
tu esencial dudar
convertido en el aéreo volar
de una incontrovertible certeza
que te hace ser visible,
estar presente,
contar.

domingo, diciembre 13, 2015

Tesis sobre la historia y otros fragmentos. Walter Benjamin

El gran error...

"Es la tradición de los oprimidos, en la cual la clase trabajadora se presenta como la última clase avasallada, como la clase vengadora, la clase liberadora. De esta conciencia se deshizo la socialdemocracia desde un principio. Le atribuyó a la clase trabajadora el papel de redentora de generaciones venideras. Con ello le cercenó el tendón de su fuerza. En esta escuela, la clase desaprendió lo mismo el odio que la capacidad de sacrificio. Ya que éstos se nutren más de la imagen verdadera de los antecesores sometidos que de la imagen ideal de los descendientes liberados. En los inicios de la Revolución Rusa estaba viva una conciencia de esto. Si la consigna “ni gloria para el vencedor ni piedad para el vencido” es tan conmovedora, lo es porque expresa antes una solidaridad con los hermanos muertos que con los hermanos por venir. "

Indecisos

Con motivo de estas próximas elecciones del 20 de Diciembre en las que, y en el mejor de los casos, va a cambiar todo para que todo siga igual y, en el peor, todo seguirá igual, los medios de comunicación han encontrado en el porcentaje de indecisos un punto de novedad con el que llenar los minutos de radio y televisión con un contenido diferencial, distinto a las mentiras y medias verdades que se lanzan los candidatos entre sí.

No obstante, y si bien es cierto que ese dato de indecisión existe en la encuesta del CIS también no es menos cierto que en la propia encuesta a los entrevistados se les pregunta a quién votarían si las elecciones se celebrasen mañana y sus respuestas van en una diferente dirección.

Solo el 19,1% contestan que no tienen decidido su voto.

Esta diferencia en los datos debería hacernos pensar, como mínimo, que existe toda una escala de grises dentro de la indecisión y que en ese porcentaje por encima del 40% no hay tanto margen para el cambio como se cree sino la mera formalidad de decidir pronunciarse o no ante la pregunta formulada.

En cualquier caso, no voy a seguir por este derrotero porque entre otras cosas, creo que en una sociedad que no fomenta el criterio entre sus miembros el peso de la demoscopia tal y como la conocemos irá decreciendo con el tiempo enfrentado a una masa que elige su opción con el sentido de la responsabilidad de quien elige los productos cuando pasa con el carrito por los lineales del supermercado.

Lo que me interesa es el gran peso que en los medios se está dando a este dato.

Y sin duda tiene que ver con la necesidad de generar un espectáculo que pone su centro en la escenificación de lo que al menos formalmente se nos dice que es esta democracia de mercado en la que vivimos.

Y parecería que con ese 41% de indecisos es el pueblo español el que todavía tiene en sus manos la palabra para decidir su destino.

En estas elecciones el objetivo es escenificar el protagonismo de la masa a la que se halagará acudiendo como un mantra a ese porcentaje de indecisos.

Habla pueblo habla... siempre que digas lo que se espera que debes decir. La auténtica base real de nuestras democracias.

Ahora sólo falta que tú vayas y te lo creas.

Se un buen chico. Se una buena chica.

Haz tu parte.

Asombro

Al final fue mucho más que un sueño.

Pura realidad tangible
trazando en el espacio de su asombro
la vertiginosa trayectoria
de una precisa cuchillada;
entrando y saliendo de su pecho
para no regresar jamás;
removiéndole sin miramientos
el polvoriento orden milenario
de su carne y sangre;
agotando la posibilidad de cualquier palabra;
conminándole al silencio;
revelandole la continuidad
de un impenetrable misterio;
dejándole fuera para siempre
de todo aquello que hasta ese mismo instante
con gran esfuerzo había venido siendo.

El cuento de los cuentos

Aparentemente "El cuento de los cuentos" parece no tener nada que ver con las últimas películas del napolitano Matteo Garone, la sobrevalorada "Gomorra" y la espectacular e ignorada "Reality", pero este análisis sería superficial a mi entender.

"El cuento de los cuentos" es la adaptación cinematográfica de algunos de los cuentos incluidos en el "Pentameron", recopilación de historias de tradición oral y carácter popular realizada en el siglo XVII por el napolitano Giambattista Basile.

Así pues Napoles está presente de manera general pero también ese gusto refinado que Garrone exhibe a la hora de contraponer los extremos, lo sublime y lo ridiculo, lo sucio y lo elevado , que Garrone muestra de manera desbordante en su fantástica "Reality".

Y si algo caracteriza a "El cuento de los cuentos" es ese constante contraste entre lo delicado y lo brutal, lo hermoso y lo terrible que confiere a la película de un cierto atractivo perverso que me gusta.

No obstante, "El cuento de los cuentos" es una de esas películas en las que la idea que la inspira no termina de ser puesta en práctica de una manera adecuada en modo y forma.

Porque algo falla en la película de Garrone pues termina resultando demasiado pesada y difícil de digerir, arruinando las expectativas que genera en su primera mitad convirtiéndose en poco más que una acumulación ordenada de acontecimientos y situaciones que uno acaba deseando que termine de una vez.

En general, el planteamiento no está a la altura del desenlace.

"El cuento de los cuentos" deja de sorprender y termina cansando.

Y no se yo si ayuda mucho a la película que las tres historias que no tienen nada que ver entre si se entremezclen

Un mal mix para cualquier obra de entretenimiento.

No obstante, esa constante pulsión que va de lo sublime a lo terrible está ahí, presente a lo largo de "El cuento de los cuentos".

Aspecto que nos recuerda que la vida no sólo orden deviniendo a caos, pura entropía, sino que buena parte de ese caos eternamente haciendose y deshaciendose tiene su fuente en el contraste entre los opuestos.

Que todo quedaba por vivir
No era para ellos ningún secreto.

Ante su interminable abrazo
se extendía la aspera aritmética
de los días y las noches
materializándose incansable
en el severo y puntual
crepitar de los relojes
Pero su esfuerzo por mostrarse cierta
Resultaba triste y vano.
Toda aquella inexorable lógica
les quedaba ya demasiado lejos,
perdida en un limbo de banalidades
sucesivamente reveladas y desechadas
a golpe de saberlas demasiado lejos
de lo que verdaderamente era cierto.

Después la puerta se cerró tras sus pasos
espesándose aun más ese incómodo silencio
que siempre destilan las cosas
cuando la oscuridad las alcanza
y son irremediablemente abandonadas
por los que aman a su fría suerte de espectros.


martes, diciembre 08, 2015

Capitalismo Global. Jeffry A. Frieden

“Muchos banqueros internacionales estadounidenses creían que el periodo de entreguerras había demostrado que la fragmentación política y económica de Europa era insostenible. Como dijo Dulles en 1941: el restablecimiento de alrededor de 25 estados soberanos totalmente independientes en Europa sería una insensatez política. Estados Unidos debía fomentar la reorganización política de la Europa continental como federación. Los líderes políticos y empresariales estadounidenses creían que unos Estados Unidos de Europa serían esenciales para la prosperidad y estabilidad del continente, así como para los intereses estadounidenses en Europa.
Era natural que el principal protagonista de un mercado común de Europa occidental estuviera bien relacionado con los círculos empresariales y políticos estadounidenses, y no por las razones que esgrimían algunos gaullistas, que veían a Monnet como un instrumento del imperialismo estadounidense. Él creía que el nuevo capitalismo industrial tendría como modelo al de Estados Unidos y que la fragmentación económica y política de Europa paralizaba su capacidad para aprovechar el nuevo consumo y producción en masa. El industrialismo de tipo estadounidense requería un mercado del tamaño del estadounidense, corporaciones tan grandes como las estadounidenses, mercados financieros tan diversificados como Wall Street…”

L'argent

Filmada en 1983, "L'argent" fue la última película del entonces octogenario Robert Bresson.

Para mi gusto es además una de las más ambiciosas pues lo que se propone contarnos es el proceso de destrucción de una persona como consecuencia del desierto espiritual social que le rodea. 

Pero Bresson va mucho más allá porque esa destrucción implica a su vez la destrucción de toda posibilidad de esperanza, aspecto que se materializará en el crimen final que corona de oscuridad la historia.

No es precisamente una película optimista "L'argent".

Todo lo contrario.

Estamos ante el testamento cinematográfico y espiritual de un hombre viejo que no está conforme con lo que ve, con la dirección que está tomando el mundo en el que vive y que muy pronto por inexorable ley de vida dejará.

"L'argent" se estructura en dos partes.

En una primera Bresson nos muestra a una serie de personas unidas en torno a unos billetes falsos, una especie de "ronde" de la abyección en la que todos intentan (y consiguen) engañar a todos y de la que, Yvon, el protagonista, es quien sale más directamente perjudicado.

Como todos Yvon recibe los billetes falsos e intenta deshacerse de ellos siendo atrapado intentando pagar la cuenta de un restaurante.

Como consecuencia de ello, el proceso de caída de Yvon empezará a producirse perdiendo su trabajo y aceptando participar como conductor en el robo de un banco, suceso que hará que termine en la cárcel.

Poco a poco, la película va centrándose en Yvon conforme este va convirtiéndose en un criminal desalmado al que sólo mueve la necesidad de dinero para seguir viviendo.

En este proceso de progresivo inmersión en las sombras hasta definitivamente acabar perdido, Yvon rechazará la ayuda de todos aquellos que desde la luz le tienden una mano y terminará convirtiéndose en el asesino que, a su vez, matará la esperanza para los otros en el horrendo crimen final.

El mal tiene su origen en la perdida del amor y de la esperanza y genera sus propias condiciones de permanencia en un mundo que parece echo a su medida porque su medida es el dinero.

"L'argent" es una obra maestra.

domingo, diciembre 06, 2015

La élite del poder. C. Wright Mills

“La inmoralidad mayor no puede reducirse a la esfera política ni achacarse tan solo a la existencia de hombres corrompidos en instituciones fundamentalmente sanas. La corrupción política es uno de los aspectos de una inmoralidad más general; el nivel de sensibilidad moral que prevalece ahora no procede sólo de la corrupción humana.' La inmoralidad mayor es un rasgo sistemático de la élite norteamericana; su aceptación general constituye la característica esencial de una sociedad de masas”.

Capitalismo global. Jeffry A. Frieden

“Los miembros del flamante bloque soviético y la propia Unión Soviética se recuperaron muy rápidamente de los daños de la guerra. En 1950 la producción industrial soviética era casi el doble que en 1945 y estaba muy por encima de los niveles de preguerra. Pese a los serios problemas agrícolas, el nivel de vida parecía haber recuperado la cota perdida durante la guerra y la reconstrucción. Lo mismo se podía decir de Europa Oriental, donde la producción industrial de todos y cada uno de los países superaba en 1949 los niveles de entreguerras.
La planificación centralizada ya no era una extraña peculiaridad soviética sino una alternativa a escala mundial al capitalismo de mercado… Ahora cientos de millones de habitantes de las colonias y naciones recientemente independizadas como la India podian examinar las diferencias entre el socialismo centralmente planificado y el capitalismo de mercado para ver cuál se adecuaba mejor a su situación.
Hasta entonces la división principal del mundo había sido la que existía entre países industrializados ricos y países agrarios pobres. Ahora había una segunda dimensión y dos vías posibles hacia el industrialismo avanzado: la capitalista y la comunista. La parte comunista del mundo constituía un nuevo polo económico. Por primera vez existía una opción diferente para la gente, partidos y países insatisfechos con las desigualdades e impredicibilidad del capitalismo.
El socialismo de estilo soviético parecía proporcionar un rápido crecimiento, igualitarismo y mejoras sociales… el ascenso y consolidación de un mundo socialista formado por los países dirigidos por partidos comunistas ofreció a millones de personas la esperanza de que había efectivamente una forma de evitar la inhumanidad de las fuerzas del mercado en el capitalismo y su tendencia a perjudicar los intereses de los pobres privados de poder.”

El puente de los espías

A estas alturas de la película ya nadie puede discutir a Steven Spielberg la maestría a la hora de contar una historia con imágenes.

No obstante, y si alguien albergara la menor de las dudas, aquí está "El puente de los espías" para acreditarlo de manera fehaciente.

Firmemente asentada sobre un magnífico guión escrito por los hermanos Coen, "El puente de los espías" es una magnífica película que tiene el espionaje y la guerra fría como fondo.

No obstante, sobre ese fondo destacan los personajes de los dos protagonistas: Rudolf Abel, el espía y James Donovan, su abogado. Magnifica y respectivamente interpretados por Mark Rylance y Tom Hanks, ambos personajes desbordan una entereza moral que Spielberg (y los Coen) están muy interesados en glosar.

En este sentido, "El puente de los espías" no está demasiado lejos de la anterior "Lincoln", centrada en glosar la personalidad del homónimo y esencial presidente de los Estados Unidos.

Todos estos personajes se miden por el valor que emplean para hacer lo que ellos consideran que hay que hacer.

Contratado para defender al espía Abel, Donovan se enfrentará a sus propios compatriotas al poner al servicio de su cliente todo los mecanismos del estado de derecho. Esto le convertirá en un personaje impopular aun cuando precisamente esté poniendo en valor la superior moralidad de los valores que dieron lugar a la democracia americana.

Pero, y al mismo tiempo, esta posición sombría le permitirá desempeñar un papel esencial en los bajos fondos de las relaciones entre las dos grandes potencias negociando un intercambio de rehenes.

"El puente de los espías" nos muestra a James Donovan encarnando lo mejor de las ideas de derechos y libertades sobre los que se asienta el sueño de nuestra modernidad occidental.

La historia conjuga un héroe, un espejo en el que todos deberíamos mirarnos, pero un héroe tranquilo cuya heroicidad se limita a llevar al extremo la teoría que ampara nuestro mundo de derechos y libertades.

En cierto momento, a Mahatma Ghandi se le preguntó por la civilización occidental y este, haciendo gala de un magnífico y sublimemente irónico understatment, contestó que sería una magnífica idea.

Pues Donovan encarna por enésima vez esa magnífica idea que casi siempre ha sido una mera coartada con la que embellecer la criminal acumulación de riqueza por el resto del mundo.

Héroes como Donovan son ese mentiroso cielo azul que nos protege de la verdadera oscuridad que en realidad somos.

El deber ser que casi nunca es, aunque alguna vez sea y casi siempre pueda serlo.

Occidente como tribu también tiene sus héroes y sus mitos, personajes que encarnan la teoría mientras la realidad y la práctica van por otro lado.

Y precisamente el atractivo que tiene Donovan es el de hacer coincidir teoría en práctica en su conducta cueste lo que cueste.

Conectando con esos personajes enteros y profundamente morales con los que el cine de fRANK Capra ponía rostro a la filosofía demócrata y bastante izquierdista del New Deal, Steven  Spielberg nos presenta en su "El puente de los espías" un nuevo caballero sin espada.

Frente al ejecutivo de Wall Street que resume el ideal conservador neoliberal, la progresía norteamericana presenta a sus héroes, a sus candidatos, a sus James Donovan.

Muy interesante.

sábado, diciembre 05, 2015

La élite del poder. C. Wright Mills

“La idea de una sociedad de masas sugiere la idea de una élite de poder. En contraste, la idea de público sugiere la tradición liberal de una sociedad sin élite de poder, o en cualquier caso de élites transitorias, sin importancia soberana. Pues si un público auténtico es soberano, no necesita dueño; pero las masas, en su pleno desarrollo, son únicamente soberanas en algún momento de adulación plebiscitaria a una minoría como celebridad autoritaria. La estructura política de un Estado democrático requiere público; y el hombre democrático, en su retórica, debe afirmar que dicho público es la sede misma de la soberanía.”

Código del Hampa

Ernest Hemingway escribió el relato corto "The Killers" en 1927.

Curiosamente la adaptación cinematográficamente de esta historia en la que dos asesinos se presentan en un pueblo de Illinois para matar a un boxeador de origen sueco ha dado lugar a dos grandes películas.

La primera de ellas dirigida en 1946 por Robert Siodmak y la segunda dirigida por Don Siegel en 1964.

Lo curioso es que mientras el relato se centra en la sorpresa que al verdadero protagonista del relato le produce la inexplicable pasividad del boxeador ante el destino que le definen sus dos asesinos las dos películas toman este hecho como punto de partida para reconstruir mediante una brillante estructura de flashbacks la investigación sobre las razones de semejante actitud.

En la película de Siodmak, "Forajidos", es un desconfiado investigador de seguros interpretado por Edmond O`Brian quién protagoniza esa investigación mientras que en la segunda, "Código del Hampa", es uno de los asesinos interpretado por Lee Marvin quien quiere saber.

Y es esta elección del personaje la que marca el espíritu de cada una de las películas.

La película de Siodmak toma un derrotero entre melancólico y fatalista, siempre romántico en el amplio sentido de la palabra, que configura una joya total del cine negro mientras que la de Siegel explora un camino mucho más violento y directo, más animal y básico por así decirlo.

"Código del Hampa" carece de la sutil pausa, del poder atmosférico de lo que no se dice que está presente de una manera magnética en "Forajidos", flotando pendiente y atrapado entre los grises de la magnifica fotografía en blanco y negro de Elwood Bredell.

"Código del Hampa" saca a la luz toda la primaria animalidad que anida en el relato y lo hace con un comienzo brutal en el que los dos asesinos irrumpen con cajas destempladas en la escuela donde su victima les espera.

Y nadie mejor para expresar esa brutalidad que un Lee Marvin en estado de gracia, capaz de dar vida con talento a un personaje repulsivo que sin embargo se convierte en el hilo conductor que va desvelando una trama que conduce hasta Sheila, paradigmática recreación de la mujer fatal hasta el exceso de conducir a la perdición a todos los hombres que se cruzan en el camino de su belleza convertida en un arma de dominación y conquista.

Si en "Forajidos" se nos muestra la cara poética, en "Código del Hampa" el espectador puede entrar en contacto con la cara descarnada y dura de esa misma historia.

Y la verdad es que no se con cual quedarme.

Excepcional.

domingo, noviembre 29, 2015

Salvajes

Tiene gracia que quienes presumimos de ocupar un lugar esencial dentro de la historia de la humanidad, casi en un sentido hegeliano de culminación de eso que el filósofo aleman llamaba espíritu, los herederos de la ilustración, la modernidad y la razón, en realidad la usemos tan poco y, a todos los efectos, nos comportemos como una de esas tribus o civilizaciones de salvajes que miramos siempre por encima del hombro.

En este sentido, el occidente neurótico al que pertenecemos recurre siempre a esa imagen ideal de sí mismo cuando la realidad le pone contra la pared.

Nosotros somos los civilizados y ellos, los que nos matan, son los bárbaros.

Y somos muy buenos buscando la paja en el ojo ajeno. Se nos da realmente bien utilizar la razón para sacar las vergüenzas a los otros buscando demostrarles y demostrarnos que ellos son los que están equivocados.

Pero no lo somos tanto para buscar la viga en el nuestro, para preguntarnos sobre ese odio que generamos en el mundo, para indagar sobre las consecuencias de nuestros actos siempre orientados al beneficio propio y a la destrucción del otro si este no quiere obediente ocupar el lugar que nosotros, desde la cima del mundo, les tenemos asignado.

No somos tontos.

No estamos demasiado interesados en mirar a la cara a nuestros demonios por si descubrimos el interesado imperialismo destructor con el que llevamos siglos relacionándonos con el resto del mundo. Por debajo del discurso, siempre más teórico que práctico, de la civilización, la libertad y la democracia, funciona otro discurso, el imperialista y descarnado del interés económico.

Tampoco estamos demasiado interesados si las armas con las que el terrorismo musulmán nos mata en nuestras casas han sido fabricadas a doscientos kilómetros de nuestras casas o si el dinero con el que las compran procede del mismo banco que nos financia la hipoteca.

Como los salvajes que creemos no ser, preferimos fijarnos en la superficie, en el rostro y la procedencia del asesino que nos mata.

Como los salvajes que creemos no ser, confundimos los efectos con las causas y nos arrodillamos ante el primer prestidigitador que nos habla al vientre y no al intelecto.

Se vive mejor dentro de ese relato de buenos y malos en el que por supuesto nosotros somos los buenos.

Se vive mejor pensando que, si alguien todas las mañanas se levanta odiándonos, no es porque nosotros hayamos hecho algo mal sino porque ellos culturalmente son malvados.

E, insisto, somos realmente buenos en eso, en no hacernos ciertas preguntas mientras nos refugiamos, como Narciso, en el reflejo de luces, derechos y libertades que nos devuelve el espejo.

Un reflejo que, curiosamente, y de ser cierto, nos obligaría a nosotros, precisamente a nosotros, los depositarios de la modernidad y la razón, a hacernos todas esas incómodas preguntas que a nuestra espalda claman al cielo.

Si somos quienes decimos que somos, estamos obligados, precisamente por nuestra tradición, a ir mucho más lejos.

Pero no lo hacemos.

No somos quienes creemos ser.

Y además somos muy buenos disimulando todo lo salvajes que somos.

Hemos convertido nuestra civilización en una coartada, en una máscara que disfraza y legitima a la bestia que llevamos dentro, una bestia que sobre la tecnología y el dinero, las armas y los bancos, ha hecho un sayo de la capa del resto del mundo.

Mejor, como los salvajes que no creemos ser, un relato de buenos y malos junto a la crepitante hoguera dela televisión.

Mejor borrar a todos aquellos malvados que atentan contra nuestra sagrada vida sin plantearnos por qué se levantan cada mañana deseando hacernos daño.

Es demasiado complejo.... y además es black friday.

Sense8

Dentro de la cabeza tenemos en realidad tres cerebros... Y eso aunque pensemos que alguno no tiene ninguno.

Esos tres cerebros son:

  • el reptiliano, que es el más antiguo y que sin pensar ni sentir controla el funcionamiento del cuerpo y el mantenimiento de sus necesidades básicas
  • el límbico que es el lugar donde sentimos y recordamos.. es interesante que el recuerdo esté gobernado en la misma zona donde se regulan los sentimientos. Por eso seguramente uno recuerda el pasado según le va la feria del presente (pero eso es otra historia)
  • el neocortex, que es el ultimo, el más nuevo y el que ocupa más espacio y volumen dentro de nuestra cabeza para producir cosas tan complejas como la conciencia y el pensamiento
Relacionado con la zona límbica existe un concepto por lo visto no demasiado científico y bastante filosófico que es la resonancia límbica.

Este concepto viene a explicar la intima conexión emocional que se produce entre las personas aunque estén separadas.

Sobre este concepto los hermanos Wachowski han construido la historia con la que hacen su aparición en el mundo de la televisión.

"Sense8" se llama la serie y cuenta la historia de 8 personas que viviendo en diferentes lugares del mundo se encuentran intimamente conectados por la resonancia límbica.

Lo que la serie nos contará es la manera en que esas personas se ayudan las unas a las otras a resolver los diferentes problemas que componen sus diferentes vidas.

Y lo primero que diré que la resonancia límbica es un concepto muy, por así decirlo, Wachowski. Enlaza directamente con ese universo cultural alternativo y new age que los hermanos pretenden vehicular a través de sus historias para intentar "despertarnos" de esta matrix en la que tan tranquilamente vivimos saltando de black friday en black friday.

Porque al final si el nuevo paradigma de civilización que debe construirse sobre las ruinas del paradigma industrial basado en la energía del petróleo es el paradigma de la sociedad en red basado en la inagotable energía del hidrógeno.... y aquí es cuando todo el mundo debería empezar a leer a Jeremy Rifkin (si es que no lo ha hecho ya) para descubrir que hay un futuro.... Retomo el hilo... Porque si al final el nuevo paradigma es el de la sociedad en red, el que proporciona internet como mecanismo, la resonancia límbica no es otra cosa que el internet emocional que conecta a las personas para construir desde lo fisiológico la utopía perdida de comunidad.

Es por esto que no me sorprende que los Wachowski fundamenten su aparición en televisión, y gracias a Netflix, con la resonancia límbica.

Otra cosa es que la serie no les haya quedado redonda del todo.

Y menos mal que los dos últimos capítulos son los mejores porque, y aunque Sense8 empieza bien, por en medio lo que se nos cuenta resulta desigual, incluso a veces aburrido.

Sorprende al principio la idea que los Wachowski nos quieren contar mediante acciones paralelas que suceden en diferentes lugares en el mundo donde poco a poco vamos conociendo a los 8 protagonistas y sus circunstancias, circunstancias que de pronto resultan vinculadas por el suicidio de una misteriosa mujer que todos creen soñar.

La sorpresa dura cuatro capítulos y luego la historia cae en una montaña rusa en que el interés pasa al desinterés y viceversa.

No todo lo que sucede tiene el mismo gancho sumiendo al espectador en una travesía del desierto que conduce a los dos últimos capítulos muy emocionantes (y no en el sentido de la acción).

En cualquier caso el balance es bueno y cuando menos "Sense8" ofrece a la mirada del espectador algo nuevo y eso se agradece,

Veremos si hay una segunda temporada.

La élite del poder.- C. Wright Mills

“En la sociedad de públicos democrática, se suponía que antes de tomar una medida de consecuencias públicas, se llevaría a cabo una discusión racional entre individuos, la cual determinaría la acción subsiguiente y que, entonces, la opinión pública resultante sería la voz infalible de la razón. Pero esto ha sido puesto en entredicho no sólo: 1) por la necesidad, ya confirmada, de expertos que resuelvan situaciones difíciles e intrincadas, sino también por: 2) el descubrimiento -que hizo Freud- de la irracionalidad del hombre de la calle, y del descubrimiento -por Marx- de la naturaleza socialmente condicionada de lo que en un tiempo se consideró como razón autónoma.”

sábado, noviembre 28, 2015

Bone Tomahawk

Es una película curiosa "Bone Tomahawk".

Sobre la clásica y sólida base que proporciona el western como género poco a poco va construyéndose una película de terror con alguna sorprendente y brutal extensión "gore".

La película cuenta la historia de una partida de ciudadanos de la pequeña ciudad de Bright Hope. Comandados por el sheriff Hunt el pequeño grupo se interna en territorio indio en busca de la mujer de uno de esos ciudadanos que ha sido secuestrada.

Pero lo que los hombres blancos descubrirán es que no andan tras la pista de una partida de indios cualquiera.

Y el principal atractivo de "Bone Tomahawk" es ese inesperado giro brutal que se construye sobre lo que viene siendo una áspera y dura historia de búsqueda en un territorio peligroso y salvaje, basada en una bien construida confrontación psicológica entre los diferentes personajes que componen la partida.

En "Bone Tomahawk", el peligro que el espectador ha presenciado de pronto se multiplica por mil cuando los perseguidores se topan con una tribu sin nombre entre los suyos que más parece la familia de "La matanza de Texas" que una tribu de indios al uso.

Porque una cosa es que el salvaje Oeste pueda matarte y otra muy diferente que pueda devorarte despiadadamente.

Exactamente de éso va "Bone Tomahawk".

Eneste sentido estamos ante una de esas modestas películas que pasarán de puntillas, casi desapercibidas por las pantallas para acto seguido convertirse en una de esas películas de culto que uno siempre gusta de ver las tardes de domingo.

Brillante.