sábado, febrero 21, 2015

House of cards

Si "El Ala Oeste de la Casa Blanca" de Aaron Sorkin nos mostraba cómo la política debería ser, "House of Cards" opta por el sensacionalismo de mostrarnos la política tal y como imaginamos que es: un tortuoso y complejo territorio donde sólo el más fuerte se impone convertido en un lobo para el resto de los hombres.

Basada en una serie de la BBC de principio de la década de los noventas del siglo pasado, "House of Cards" nos cuenta el lento madurar del plan que Francis Underwood, el jefe de la mayoría demócrata en el Congreso de los Estados Unidos, lleva a cabo contra los suyos por negarle el puesto de Secretario de Estado.

Y Underwood además es Kevin Spacey y este lo hace suyo con su habitual ductilidad camaleónica sin estridencias, un talento que le permite cambiar de piel con sólo una mirada.

Él, su conspiración, son el protagonista absoluto de "House of Cards" convertida en la presentación por encima de todos los límites del absoluto despliegue de una ambición, la de Underwood.

Todo gira alrededor del protagonista quién en una manifestación de ese absoluto dominio se dirige al espectador y le interpela con comentarios que son las notas al pie de página del texto que se le narra, Como si en su insaciable afán de control, el propio Underwood tratase también de manipular al espectador ganandoselo para su causa bajando del escenario de cuando en cuando y situándose a la altura de quienes le contemplan.

Y sin duda lo mejor que tiene la serie es el progresivo descubrimiento que el espectador hace de encontrarse dentro del plan de Underwood, un plan ambicioso y retorcido cuyo final es la Sala Oval de la Casa Blanca, que todo va mucho más allá de una simple venganza por despecho y que, quizá, quién sabe, el propio despecho forme parte de ese infinito plan que tiene la forma física de Underwood.

En cualquier caso, "House of Cards" ofrece al espectador la posibilidad de subir a lo mas alto en compañía de Francis Underwood, un verdadero y autentico lobo para los hombres y mujeres que le rodean parafraseando la vieja frase de Hobbes.

Entretenida.

Shaun of the dead

A veces uno necesita la llegada del fin del mundo en forma de un apocalipsis zombie canibal para encontrarse a sí mismo y enderezar la desastrosa vida de loser que llevaba antes.

Unos necesitan más y otros necesitan menos, pero Shaun el protagonista de "Shaun of the dead" precisa de ese apocalipsis para reconducir su vida que, como suele pasar en esta clase de películas, sólo precisa de la clave romántica y sentimental para encontrar ese perdido sentido.

No sé que extraños poderes casi religiosos le otorgan algunos al amor romántico... pero esa es otra historia....

Con acierto combina "Shaun of the dead" la sangrienta aventura zombie con la comedia romántica para ofrecernos un producto entretenido que, cuando menos, resulta sorprendente dados los ingredientes que la historia combina con astuto talento iconoclasta.

Además, la historia maneja muy bien, desde una siniestramente anodina presentación de lo cotidiano, la progresiva irrupción del apocalipsis zombie en lo que es una terrible vida de ladrillo en muro en un suburbio de una gran ciudad, la pequeña y mediocre vida de un Shaun cuyo pequeño mundo se desmorona al mismo tiempo que irrumpen los zombies en la de todos como consecuencia de una extraña gripe.

Por otro lado, y pese a lo bizarro del contexto, la película exhibe un fino e inteligente humor marca de las islas que es especialmente utilizado con acierto para definir las relaciones entre los diferentes personajes y que confiere a la historia de una cierta inteligencia que contrasta con lo basto y animal de las extremas situaciones que se van presentando... Algo así como P.G. Woodehouse en una película de George A. Romero, una aparentamente imposible combinación que me entusiasma aunque sólo sea por lo extremo del contraste y lo mejor es que el resultado funciona.

En resumidas cuentas, "Shaun of the dead" es un entretenido acierto en el que lo extremo, fantasía y costumbrismo, humor fino y trazo grueso, comedia romántica y violencia gore se mezclan con sorprendente armonía,

Ni mucho más, pero tampoco ni mucho menos.

Todo un clásico ya, de lo suyo... sea lo que sea.

martes, febrero 17, 2015

Enrocamiento

Lo confieso.
Me fascina ese corazón en tinieblas del que estás dispuesto todavía a votar al PP o al PSOE y para quién nada de lo que ha sucedido en estos últimos años significa realmente nada comparado... comparado con qué... Imagino que ahí está la fascinación, en descifrar el misterio de ese qué.
Podría hacer alguna hipótesis al respecto de su naturaleza, pero me interesa más poner en valor la idea de que el conservadurismo también es transversal.
Por encima del eje izquierda-derecha hay un eje de cambio que encarna Podemos (pero muy pronto Ciudadanos se unirá), un eje renovador que es casi sociológico y generacional, por supuesto mucho más que algo meramente político.
Y frente a ese eje, están los conservadores, los que prefieren lo malo conocido a lo bueno por conocer, los que creen que no es para tanto o simplemente que piensan que todo lo que les contradice no es cierto.
Puro y fascinante enrocamiento. 

domingo, febrero 15, 2015

Muy interesante.

La confusión y el desconcierto como objetivo:


The Counsellor

Madre del amor hermoso!

Así, a bote pronto, creo que "The Counsellor" es la peor película de Ridley Scott.

Es difícil manejar en estos tiempos el término "pedante". Como el nivel es el que es, pero la autoestima sigue siendo grande cada vez más se emplea esa palabra para designar a aquellos que saben y no les importa demostrarlo.

Es triste pero es así.

Como opinar se ha vuelto más importante que tener la opinión, el pedante de hoy en día es ese que opina con el suficiente criterio como para que los que no lo tienen se tengan que callar, pero en otros tiempos no fue así. Un pedante era aquel que sobrerrepresentaba su saber, que exageraba su respuesta generando un espectáculo desproporcionado y narcisista que más que manifestar un saber estaba dedicado a expresar la distancia que separa al que sabe del que no.

Ahora, desgraciadamente, basta con saber para ser considerado pedante, pero esa es otra historia.

Resumiendo, podríamos considerar pedante al que es artificioso y excesivo en la expresión del saber y es en este sentido en el que encuentro a "The Counsellor" tan irritantemente pedante.

Sobre un guión escrito por un Cormac McCarfthy empeñado en demostrar que puede ser mejor que Quentin Tarantino precisamente en lo que Tarantino es imbatible, "The Counsellor" es una pesada sucesión de monólogos en el que algunas frases interesantes quedan sepultadas por una interminable verborrea más propias de dipsómanos tirados sobre la barra de un bar.

Pero lo peor de "The Counsellor" no es éso, lo peor es que bajo esa exagerada e inmisericorde verborrea... ya uno se imagina lo peor con el increíble y absurdo monólogo del joyero judío que interpreta Bruno Ganz.... lo peor es que bajo esa exagerada e imposible verborrea queda sepultado cualquier posibilidad de acción y de historia, convertida en una mera percha sobre la que cada personaje cuente su filosófico y sabio punto de vista sobre el estado de cosas.

Porque parece que la anécdota, el plumaje verbal que exhiben los diferentes personajes en general con dudoso éxito, es mucho más importante que la categoría y la categoría es una historia que podría tener su interés de no ser por todos esos pesados que se van sucediendo en una suerte de insoportable feria de las vanidades dedicada a saturar el aire de palabras.

El resultado es pesado hasta decir basta, un largo horror lleno de estrellas: Fassbender, Diaz, Cruz, Bardem, Pitt...

Insoportable por encima de cualquier expectativa.


Los cuentos de Hoffmann

Tres años después de "Las zapatillas rojas", Michael Powell y Emeric Pressburger decidieron abundar aún más en el tema de filmar otras manifestaciones artisticas.

Siempre inquietos decidieron ir más allá y pasaron del ballet inspirado en el cuento de Hans Christian Andersen a una opera, "Los cuentos de Hoffmann". Además, y si en "Las Zapatillas Rojas" todavía existía una cierta hilazón dramática en torno a la que sucedía el ballet, en "Los Cuentos de Hoffmann" nada hay que no sea la propia ópera.

No obstante, ambas comparten la misma tensión dramática: el conflicto entre los éxitos del amor y la gloria que proporciona el arte.

Así, y si en "Las zapatillas rojas" la bailarina Victoria Page debe elegir entre el amor romántico que le ofrece el compositor Julian Craster o la grandeza artistica de una carrera como primera figura del ballet que le presenta Boris Lermontov, en "Los Cuentos de Hoffmann" asistimos a la narración poetizada que el propio Hofmann hace de tres fracasos sentimentales en una caberna y ante un grupo de estudiantes mientras espera en vano la llegada de su nuevo amor.

Y si Page aún pudo tener la posibilidad de elección, Hoffmann sólo pudo limitarse a experimentar ese desamor para convertirlo en arte, en elemento esencial de su grandeza como poeta, gracias a la aparición de un personaje transversal, magnificamente encarnado por el bailarín y coreógrafo australiano Robert Helpmann; un personaje que como Lermontov parece estar especialm y misteriosamente interesado en arrebatarle las mujeres que ama.convertido en una suerte de musa negra dedicada a producir en Hoffmann la base emocional necesaria para que el arte sea posible en él.

En cualquier caso, y dicho ésto, "Los Cuentos de Hoffmann" brilla sobre todo como el rico y suntuoso espectáculo visual que es, un espacio para la magia donde Powell y Pressburger dan rienda suelta a toda su creatividad para contar una historia envolviendola en colores y escenografías fascinantes.

En este sentido, no tengo la menor duda de la influencia que Powell y Pressburger han ejercido sobre la segunda época dorada del musical norteamericano, encabezada por la Metro Goldwyn Mayer y el productor Arthur Freed; influencia que a su nivel más básico tiene que ver con la liberación de la cámara de cualquier prejuicio realista y la vuelta a un espacio teatral, de donde precisamente el musical americano quiere inicialmente escapar a finales de la década de los cuarentas y principios del siglo pasado con películas como "On the town", pero convertido en un espacio que cinematográficamente puede ser codificado y al que se puede regresar para contar historias como "The band wagon" o "Un Americano en Paris", películas donde conviven esa pulsión realista con momentos más teatrales, casi siempre fantásticas ensoñaciones.

Si algo muestran "Los Cuentos de Hoffmann" es en exceso esa virtud de Powell y Pressburger siempre a medio camino entre la experiencia estética y la creatividad del pionero cinematográfico.

Muy recomendable.




sábado, febrero 14, 2015

Madridgate

Se mire por donde se mire las explicaciones que la ejecutiva del PSOE ha dado para destituir a Tomás Gómez no son de recibo.

Sólo los que son aficionados al PSOE como lo podrían ser del Real Madrid o de Morante de la Puebla pueden respaldarlas.

Cualquier persona con dos dedos de frente debería contemplarlas como mínimo con una cierta distancia.

Y lo más gracioso es que algunas de esas razones como los malos resultados podrían ser aplicados a la propia ejecutiva y otros como la corrupción podrían ser aplicados a territorios como Andalucía, pero esto y con todo no es lo más relevante. Lo más importante es que sea como sea Tomas Gómez, él es la persona que han elegido los socialistas madrileños.

Esto no cuenta para Pedro Sánchez y su siniestra compañía que en cualquier caso y según las encuestas no van a obtener un mejor resultado que Tomás Gómez.

En esta loca obsesión por, como ellos dicen, ganar, el PSOE ha perdido toda su dignidad democrática. Otra cosa más que queda en un camino donde el Partido Popular, tras el desgaste de cuatro años en la peor crisis de la historia moderna de España, todavía está cerca de la mayoría absoluta.

Pero el PSOE sigue a lo suyo. Empeñándose en demostrar que puede ser una cosa y su contraria: monárquico pero republicano, con la gente de los palacios pero también con la gente de la calle y ahora también democrático pero también piramidal y autoritario.... porque lo peor es que te lo quieren explicar,

Cada día que pasa más cerca del PÀSOK...

John dies at the end

Diez años después de la mítica "Bubba Ho-Tep", Don Coscarelli regresó para idear y dirigir esta no menos mítica, al menos para mí, "John dies at the end".

Basada en una novela del mismo nombre, "John dies at the end" cuenta con mucha inteligencia y sentido del humor una historia muy, muy loca.

Existe una droga que tiene toda la pinta de la salsa de soja que otorga a quienes la toman el poder de trascender el tiempo. En una fiesta universitaria esta droga cae en manos de dos amigos, Dave y John, quienes poco a poco descubrirán que la droga es en realidad un arma que desde un mundo paralelo sus habitantes están utilizando para realizar una invasión interdimensional.

El destino de la tierra tal y como la conocemos dependerá de dos adolescentes inadaptados y bastante frikis que durante el metraje de la película superarán sus evidentes limitaciones de todo tipo para procesar el misterio que encierra lo que inocentemente han dado en llamar salsa de soja.

La película es un largo y complejo flashback que Dave cuenta a un periodista interpretado por Paul Giamatti, personaje que protagonizará al final de la película un nuevo e inesperado giro y final que culmina un crescendo muy loco de situaciones y giros narrativos que componen la historia de "John dies at the end".

Pero lo más interesante de la película es que dentro de un cuerpo de película gore adolescente late un corazón ilustrado, capaz de un humor inteligente y sutil que brilla por su presencia por entre los desmanes algunas veces bastante gores que deja a su paso la salsa de soja.

Sin ser portadora de ninguna pretensión, "John dies at the end" es una de esas películas que siempre recuerdas con cariño y que no te importaría volver a ver en cualquier momento.

Esta visto que su director, Don Coscarelli, está especializándose en producir películas de culto.

Francamente, no sé cómo puedes vivir sin haber visto todavía  "John dies at the end".


martes, febrero 10, 2015

Hacienda y el franquismo sociológico

Hoy, en el mes de Febrero de 2015, escucho a un periodista mediático decir que si la persona no ha hecho nada malo no tiene nada que temer.
Es curioso, pero esta expresión era muy propia del franquismo sociológico.

Si no has hecho nada malo no tienes nada que temer... ante un poder que de manera inmotivada ejerce su autoridad sobre sus súbditos.

El debate no está en si hay algo que temer o no.

No nos equivocamos.

El debate está en la situación de vigilancia que genera el mencionado argumento para justificarla.

El poder hace lo que quiere.

Hay que dejarle hacer.

Después de todo, si eres una persona decente no va a encontrarte nada, no debes preocuparte y por lo tanto deja al poder en paz.

Solo los facinerosos podrían molestarse ante un poder que les sigue e investiga.

Pedir razón y cuenta a ese poder ya es una prueba de culpabilidad.

La gente decente deja que el poder campe por sus respetos, que haga lo que quiera.

El tema no está en la manera inmotivada, siguiendo oscuros intereses inconfesables el poder elije a esta o a aquella persona, saltándose las reglas que ponen cerca al campo de su autoridad.

El tema está en que si te molesta es que algo tienes que ocultar.

Y estas cosas se dicen hoy, en la España de nuestros días, que sólo es democracia si no te pasas dela raya. Porque, si te pasas se convierte en otra cosa mucho más siniestra.

Hacienda te investiga, el ministro te señala, se discuten tus extractos bancarios en la hora televisiva de máxima audiencia y si te parece mal es que algo tienes que ocultar y con razón se te investiga.

Todo un retroceso de medio siglo que nos devuelve al último franquismo donde sólo si te pasas de esa raya encontrabas la bota de hierro de la dictadura.

Podemos darle muchas vueltas, adornarlo como queremos, pero hoy en día España es un país donde políticos de la oposición son señalados y perseguidos por las instituciones del estado.

Hacienda no investiga que el marido de Cospedal haya multiplicado por mil sus ingresos desde que su mujer está en el gobierno, no persigue las noticias que acusan al partido en gobierno de manejar dinero negro.

Se investiga a la oposición y sobre ella cae todo el peso del estado.

Hoy en día le llaman democracia a cualquier cosa.

lunes, febrero 09, 2015

El último viaje de Robert Rylands

No es una mala idea describir un personaje a través de los efectos que éste ha producido en su entorno más directo.

Al final, buena parte de "El último viaje de Robert Rylands" sucede en ausencia de Rylands. La directora, Gracia Querejeta, construye un entramado de relaciones en el que el fantasma de Rylands está siempre presente.

No obstante, y siempre para mi gusto, la película no termina de funcionar, sin primar lo que es verdaderamente importante y entreteniéndose demasiado en un contexto que sólo debiera existir para construir la sombra de Rylands.

Por ahí, la película pierde un poco más, especialmente con la relación amorosa entre el profesor español y la hija de Rylands, que en absoluto aporta nada bueno a la historia haciendo que esta se demore demasiado en lo anecdótico.

Aún así, poco a poco, el espectador asiste a la conjugación paciente del misterio de Rylands, todo un heterodoxo incapaz de ser clasificado dentro de unos convencionalismos sociales de los que la película abusa hasta producir una cierta extenuación de un espectador que desconcertado no sabe dar cuenta de la propósito de aquello que se le cuenta.

En este sentido lo esencial de la película sucede en la media hora final en la que la heterodoxía de Rylands hace posible dar una solución drástica al deseo de su otro hijo, enfermo de cáncer. De todo modo, el defecto inclasificable de Rylands se convierte en improvisada y rara virtud y en esta parte la película funciona con una belleza y poder admirables.

El problema es que a la luz de tan poderoso final, la mayor parte de la película se convierte en un estirado e innecesario ejercicio moroso de estilismo vacuo que sin duda manifiesta una cierta falta de foco a la hora de abordar un original literario que no he tenido el gusto de leer.

Porque al final lo que importa es el misterio de Rylands mostrándose una vez más ante un entorno que palidece ante su presencia arrolladora.

Contradictoria y un poco decepcionante.

domingo, febrero 08, 2015

Lo oscuro de la deuda griega

Por algo los griegos quieren la auditoría de su deuda y por algo otros se oponen.

Interesante artículo:

Berlín animó a Papandreu a inflar artificialmente su déficit para justificar el rescate. Historia de una manipulación trágica

"Probablemente el pánico financiero alemán , que recordemos era el país de Europa con los bancos más afectados por la estafa de de las subprime ( el origen de la crisis ) , y en gran parte Francia , hacía que en ese momento se considerara “interesante” salvaguardar sus intereses para que pasaran a ser deuda europea en su conjunto , como así ha ocurrido en Grecia , la deuda con su banca".

Jupiter Ascending

Seguramente nadie como los hermanos Lana y Andy Wachowski han utilizado los valores contraculturales del capitalismo de consumo con tanto acierto y éxito para convertirlos en la materia prima con la que construir productos cinematográficos inscritos a su vez dentro de la lógica comercial del propio sistema.

En general, sus héroes protagonizan relatos iniciáticos en los que reaccionan contra una estructura de dominación y manipulación, relatos que se alimentan del imaginario contracultural de las teorías conspiratorias pero también de, y esto es más importante, de las nuevas y emergentes maneras de pensarnos y pensar nuestras sociedades, maneras que como el Zeitgeist revisan de manera crítica los hasta el momento sagrados e incuestionables pilares del capitalismo de consumo y su manifestación política: la democracia de consumo.

En este sentido, los Wachowski construyen un imaginario basado en el cuestionamiento de lo que parece evidente que seguramente los aproxime a un cine político que utiliza las propias estructuras de lo que de manera indirecta cuestiona para expresarse.

Por increíble que parezca su posición es imposible, pero cierta.

En "Jupiter Ascending" los Wachowski vuelven a transitar los caminos de siempre en la que puede ser, sin duda y junto a "Speed Racer" su película con menos pretensiones.

Porque "Jupiter Ascending" es una sopa opera, una suerte de Cenicienta espacial, en la que la chica encuentra a el chico en un contexto curioso y divertido.

¿Preparado?

El Universo es una enorme estructura que recuerda el capitalismo industrial de principios del siglo XX en el que grandes familias, al estilo de los Rotschild o los Rockefeller, se reparten su explotación y en el que, cuando el espacio ya no es un problema, el principal valor de uso y cambio reside en el tiempo.

La Tierra vive ajena a esta realidad sin saber que pertenece a la familia Abraxas, quién espera paciente el momento oportuno para cosechar toda la vida humana que hay en aquella para convertirla en el elemento más valioso del universo: en un elexir que rejuvenece los cuerpos y permite que las personas puedan vivir miles de años.

Dentro de esa Tierra vive Jupiter Jones, una inmigrante rusa sin papeles que vive limpiando casas. Jupiter ignora a su vez que en ella la combinatoria de la genética universal ha reproducido exactamente la estructura de la madre del clan Abraxas, lo que permitiría resucitarla, pero también matarla para dar rienda suelta a la ambición de sus milenarios hijos.

Y por supuesto estos optan por la opción B y gracias a ello, Jupiter conocerá a ese príncipe azul, un guerrero mitrad lobo, mitad hombre que cabalga sobre sus botas de anti-gravedad.

¿Tiene buena pinta?

Para mí, sí.

Los Wachowski construyen una historia de buenos y malos en la que la chica encontrará al chico, una estructura tan naif como pudiera serlo "Star Wars" envuelta en una suntuosa y brillante imaginería galáctica que realmente consigue mostrar un mundo diferente y nuevo, algo que por otro lado también caracteriza al cine de los Wachowski.

En "Jupiter Ascending", la Cenicienta encontrará a su príncipe y de paso se hablará de avaricia, de codicia, de ambición, de generosidad, de manipulación, de mentira, de amistad y amor, en la linea del mejor cine de siempre... En definitiva, puro cine de los Wachowski en su versión menos trascendental y en la que no deja de tener gracia que la dueña del planeta Tierra sea una inmigrante ilegal que limpia retretes y a la que no le importa compartir su posesión con el resto de habitantes del planeta.

Algunos en Alemania deberían tomar nota.

Contenidos todos que evocan el indeleble perfume de las ideas interesantes, ideas para un mundo mejor que siempre cargan las películas de los Wachowski con una estática muy especial.

Sin ser una obra maestra, cosa que tampoco creo que pretenda, "Jupiter Ascending· es un espectáculo entretenido con curiosas e interesantes resonancias de ideas que merece la pena tener en la cabeza... aunque su lugar natural es el corazón.

Entretenida.

Proféticas palabras que describen la base totalitaria de las democracias de consumo:

“La horda, cuyo nombre reaparece sin duda en la organización de las juventudes hitlerianas, no es una caída en la antigua barbarie, sino el triunfo de la igualdad represiva, la evolución de la igualdad ante el derecho hasta la negación del derecho mediante la igualdad”

La negación del derecho a la igualdad precisamente a través de la constatación de facto de una igualdad que sin embargo excluye a los diferentes.

El consenso en únicas maneras de hacer las cosas, por ejemplo.

sábado, febrero 07, 2015

Tierra y Libertad

"Tierra y Libertad" me produce un sentimiento contradictorio.

Me gusta lo que se nos cuenta, pero en absoluto me gusta la manera en que Ken Loach lo cuenta.

Excesivamente dependiente de un par de secuencias poderosas, la conquista del pueblo por parte de la milicia del POUM y la rendición de esta misma a las fuerzas republicanas; "Tierra y Libertad" muestran las limitaciones para mi gusto de Ken Loach como cineasta.

Basada en las experiencias del escritor George Orwell en el frente aragonés de nustra guerra civil posteriormente reflejadas en su libro "Homenaje a Cataluña", "Tierra y Libertad" nos cuenta la pequeña guerra civil entre comunistas y libertarios y anarquistas que tuvo lugar en el bando republicano.

A través del personaje que la protagoniza, David Carr, "Tierra y Libertad" nos cuenta la experiencia de la guerra civil desde una perspectiva eminentemente de izquierda, algo que ha brillado por su ausencia en los proyectos sobre nuestra guerra llevados a las pantallas.

Y esto es lo que más me gusta.

El altruismo que conduce al alistamiento, el sentimiento comunitario y fraternal de todos los que luchan en el frente, el idealismo de esa reunión con los vecinos en el pueblo conquistado a los fascistas y los inevitables conflictos y contradicciones que llevaron a la depuración de todos aquellos que no siguieran la línea soviética.

Todas estas cosas están ahí, puestas en la pantalla para ser vistas por primera vez y para atisbar la posibilidad de la existencia de otras voces alejadas de lo que viene a ser la versión oficial de la historia de la Guerra Civil.

No obstante, lo están de modo desigual, a veces desordenado, no siempre explotado hasta el máximo de sus posibilidades especialmente todas las secuencias del frente donde todo resulta demasiado frío, demasiado protagonizado por los discursos que pronuncian los personajes, como si los discursos fuesen más importantes que los propios personajes y Loach no tuviese paciencia para que lo que se dice pudiese mostrarse con más verdad a través de las acciones.

Este es para mi el más grave defecto del cine de ,Loach: su carácter panfletario.

En el peor cine de Loach los discursos fagocitan a los personajes quedando reducidos estos a meros soportes necesarios de algo que hay que decir.

No hay paciencia para que la historia se desenvuelva, hable por sí misma sino que la historia evoluciona a golpe de palabra, a golpe de discurso

El espectador nunca descubre por sí mismo, es Loach quien le dice lo que debe pensar, lo que debe mirar,

Y todo termina por tener un punto forzado y artificial que resulta un tanto incómodo.

En este sentido, y fuera de España, y por razones obvias, no creo que "Tierra y Libertad" esté entre las mejores películas de Loach.

Lo poco frecuente del tema que toca, su carácter de ·rara avis", juega en su favor porque, y entre otras cosas,  no terminan de quedar demasiado claras las razones de Carr para abandonar el Partido Comunista ni tampoco la manera en que él y Blanca se enamoran. Casi nada. Como si lo más importante sucediera fuera de cámara.

Pese a sus evidentes imperfecciones, "Tierra y Libertad" tiene el encanto de lo único,.encanto que lleva al espectador a confundir la satisfacción que le produce escuchar voces que le son afines con la calidad de la historia que se las trae.

Aceptable.

¿PODREMOS?

El dedo en la llaga lo puso Jorge Verstrynge el jueves pasado.

Preguntado por si los cuadros de Podemos estarían capacitados para gobernar el país, él no tuvo la menor duda. Argumentó que la mayoría de ellos conocían el gobierno al más alto nivel, habían sido asesores de estados y organizaciones internacionales, pero, y tras hacer una dramática pausa valorativa, planteó que, si de aquello estaba completamente seguro, lo que no tenía tan claro era la capacidad de los cuadros de Podemos para gestionar el día a día de la lucha política.

Y después de conocer las últimas noticias del asunto Monedero, todas adversas mediaticamente para este, no puedo estar más de acuerdo con Verstrynge.

Y es un error de principiante presentarse ante los medios y no controlar los tiempos y los ritmos de tu discurso, es decir, que no salga de tu propia boca que estas negociando con Hacienda y que una de las opciones posibles es una declaración paralela con todas las preocupantes connotaciones que su realización implica.

Así, son los demás los que controlan tu propio relato publicando que al final has acabado haciendo una declaración paralela.. y no olvidemos que la mayoría de esos "demás" compiten contigo y cualquier cosa les vale con tal de conservar el chiringuito que con la ayuda de esos votantes que tan obscenamente consideran suyos manejan desde hace 30 años.

Y aún estaré mucho más preocupado si me informo del tema y descubro que la actuación de Monedero es mucho más impecable de lo que parece.

Este puede que sea el punto débil de Podemos: la gestión de los errores y de las crisis.

Y el error de Monedero no es un error insustancial teniendo en cuenta que la política de las democracias de consumo es una sangrienta arena circense cuya lógica es precisamente lo que parece la debilidad de Podemos.

Después de todo, lo emocional es un elemento esencial en el movimiento que encabeza Podemos y todos sabemos de la volatilidad de las emociones, de lo fácil que uno puede caer en la decepción o en la irritación al sentirse engañado.

En este momento, es importante traer a colación el hecho de que vivimos en una sociedad mediática en la que el peso de lo que llamamos verdad no es tan relevante, que la verdad pùede ser construida al gusto de quién puede pagarsela y que con toda seguridad no es suficiente saberse autentico y en lo cierto para que los demás te perciban como tal.

Afortunadamente se trata del primer error grave de Podemos, pero un error como este todos los meses podría tener efectos demoledores sobre la esperanza que funda el apoyo que la gente da a Podemos.

Al final, por muy buena que sea tu estrategia, la táctica, la manera en que la llevas a la práctica sobre el terreno, siempre termina siendo relevante. Si el ala izquierda de los macedonios no hubiese aguantado hasta el limite, Alejandro Magno no habría derrotado a Dario en Issos.

Podemos tendrá que aprender a dar la cara en el navajeo político, algo mucho mas serio que dar la réplica a Eduardo Inda todas las semanas en la televisión.

No se debe trasladar al interior de cada uno de tus futuros votantes la gestión de tus crisis.

Y hay que aplicarse en cuento que sistemáticamente se aplica a los demás.

Dos varas de medir ya sería casta.

Y estas cosas hay que cuidarlas porque se constituyen como debilidades en la mirada de tus rivales.

viernes, febrero 06, 2015

Contra Alemania

Históricamente Alemania nunca ha sido un buen compañero de viaje para aquellos países que eligieron unir su destino al destino del país centro-europeo.

No lo fue en los principales momentos del pasado siglo XX y tampoco lo es ahora cuando se empeña en negar a los demás aquello que otros le concedieron.

Y se lo concedieron para poder vivir después de haber desencadenado una guerra atroz que diezmó las poblaciones de esos mismos países que sólo diez años más tarde decidieron dar un respiro a los alemanes, siendo conscientes quizá de que estos no eran responsables de la inmensa deuda que su país contrajo con el resto de Europa.

Ahora, Alemania se ha vuelto exigente con aquellos que le deben.

Se empeña en una única vía y se empeña tambien en dar por buenas las terribles consecuencias sociales que está acarreando obligar a los griegos a seguir esa vía única.

Ese era el gran talento de Eichmann, el de la eficiencia por encima de todo, incluso sobre la vida de las personas, olvidando qué era lo que llevaba los trenes y preocuparse únicamente porque los trenes saliesen y llegasen a tiempo a los campos de concentración, por hacer las cosas bien cayese quien cayese.

La pura banalización del mal.

Porque al final, de tanto hablar, nos estamos olvidando que, por ejemplo, de tanto querer pagar la deuda la gente no tiene para medicinas y se muere.

Justo igual que Eichmann, la misma clase de olvido cruel.

Y también nos estamos olvidando de que quién propone alternativas no es un vendedor de aspiradoras sino el representante electo de la nación griega y que éste tiene sus razones, que son las razones de un pueblo, y que merece un respeto, como mínimo la escenificación del esfuerzo de buscar alternativas.
.
Entre ciudadanos, querer cobrar una deuda y presionar al deudor hasta el punto de que salte por la ventana es un delito.

Entre países parece que no es lo mismo.

Es por este empeño ciego en la austeridad por el que ahora, igual que antes aunque por diferentes razones, Alemania sigue siendo la mala compañía que fue durante buena parte del siglo XX.

Y no lo olvidemos nunca.

Cuando alguien insiste en pagar la deuda por encima de todo, algo malo le pasa a alguien en Grecia.

Que cada quién se responsabilice de lo que piensa.

Eso también es democracia.

jueves, febrero 05, 2015

Antes de Marx…

“En primer lugar Sismondi notó que la libre competencia no producía la armonía de intereses que proclamaba la teoría liberal, sino la concentración de la riqueza en manos de unos pocos. 

Según los liberales, un nuevo invento, por ejemplo, sólo significa beneficios extraordinarios para un empresario durante un periodo limitado de tiempo, porque pronto sería imitado por los demás. Sismondi , en cambio, considera que un nuevo invento suele conllevar la ruina de los demás competidores, la fortuna del empresario que lo usa por primera vez y, por lo tanto, la progresiva concentración del capital y el principio del monopolio. Éste es el comienzo del exceso de producción y el origen de las crisis económicas, que Sismondi empieza a considerar congénitas al capitalismo. 

El empresario no desea empobrecer a sus obreros, pero se encuentra inserto en un sistema de competencia abierta con los demás empresarios, en el que su supervivencia y prosperidad personales dependen de la eliminación de los otros competidores. 

El empobrecimiento de los obreros no se debe a la rapacidad del dueño sino que éste, como empresario, para poder competir, tiene que pagar los salarios mas reducidos posibles, de modo que el precio de sus productos sea más bajo y el margen de beneficios elevado. 

Este sistema es evidentemente inhumano, dice Sismondi. Las instituciones tienen que estar al servicio del hombre y no viceversa.

La economía política liberal es, ante todo, según Sismondi, una crematística o ciencia abstracta de la riqueza, que gira sólo en torno a los beneficios procedentes del intercambio de mercancías y no va orientada hacia la utilidad social.”

miércoles, febrero 04, 2015

Barometro CIS

Algunas reflexiones tras una lectura del Barometro del CIS:

1.
La distancia en voto directo de Podemos con respecto a PP y PSOE crece, escribo de memoria, con cada barómetro. Ahora le separan casi siete puntos del PSOE (6,9) y 6,4 del PP.
Lo interesante de eso es siendo un 22% el porcentaje de indecisos la suma de esas diferencias porcentuales ya superan el 50% lo que quiere decir que sólo para poder empatar a Podemos más del 50% de los que ahora se declaran indecisos deberían decantarse por uno de los dos partidos en lugar de abstenerse, votar en blanco o a otros partidos incluyendo a Podemos.
De esto también se deduce que cuanto mayor sea esa distancia más probabilidades tiene el voto directo de reflejar la realidad, haciendo irrelevante la intención de voto.

2
Por otro lado, y aunque las distancias son mas cortas, Podemos también domina en el voto + simpatía. Es decir, la expresión de la simpatía no tiene un efecto corrector lo suficientemente relevante como para poner a la par a socialistas y populares respecto a Podemos.
Este dato unido al crecimiento de la distancia en voto directo debería darnos un pista sobre el posible peso que los indecisos puedan tener para reducir las distancias de los partidos del régimen.
En este sentido es oro la expresión de la indecisión en voto directo cruzada por la simpatía.

3
Insisto en el tema de la sobrerepresentación uno de los grandes sesgos de la estadística. Así, todos los cocinados basados en históricos sirven para ayudar predecir resultados futuros basados en dinámicas de estabilidad.
No son igual de eficaces para averiguar el impacto y la influencia de fenómenos disruptivos como Podemos.
Considero que la mejor y bienintencionada de las recetas tenderá siempre a sobrerepresentar a PP y PSOE por lo que en los resultados de intención de voto Podemos con toda seguridad está infrarepresentado.

4
Además, y mientras Podemos crece de manera sostenida y todavía no se conoce su techo, los otros dos partidos se mantienen en subidas y bajadas en torno a sus peores resultados demoscópicos sin que se detecte todavía un despegue que los coloque en otra situación.
Tal y como comenta Carolina Bescansa, de mantenerse este crecimiento sostenido, la distancia de Podemos con respecto a sus competidores tenderá a crecer haciendo cada vez más irrelevante el peso secreto de los indecisos y obligando a PP y PSOE a tener que arrebatarle votantes directamente a otros partidos y al propio Podemos.

5.
Por otro lado, Podemos es el preferido entre los votantes sin ideología o que se definen de centro, es decir, ese centro por el que PP y PSOE se pelean por ganar.

6
Añado el giro hacia lo social  en las preocupaciones de los españoles.
Sólo un raquitico 1,1 de los entrevistados consideran el terrorismo como un problema esencial, siendo los tres primeros: el paro, la corrupción y los problemas económicos.
Posteriormente aparecen los politicos como problema seguidos de la sanidad y la educación,
La escenificación del Pacto Antiterrorista muestra lo poco que el PP y el PSOE están entendiendo la nueva situación y este viejunismo en absoluta garantiza que puedan pelear de verdad por esos votantes ya decididos con Podemos.
Ese pacto para empezar debiera haber sido contra el paro, la corrupción o a favor de la sanidad y la educación.
Así, la conexión con los votantes es imposible.
Fenómenos como este pacto no hacen que poner una vez más en obra el hecho de la política convertida en una actividad que tiene su propia lógica, una lógica paralela a las necesidades de la sociedad a la que se supone que sirven.

7
Y luego está Ciudadanos.
Si el PSOE cuenta con competidores que le están arañando los votantes inquietos y/o ilustrados, la formación de Albert Rivera puede quebrar el monolitismo de la derecha arrebatando al PP un punto o dos de esos votantes de calidad, porcentajes que pudieran ser decisivos pese a su pequeñez.

domingo, febrero 01, 2015

The Leftovers

No me sorprende que Damon Lindelof, creador y guionista de "Lost" junto con el cuántico J.J. Abrams, pusiese sus ojos en "The Leftovers" el libro de Tom Perrotta.para intentar mantenerse en la línea de éxito..

Del mismo modo que en "Lost" los personajes que protagonizan la historia que nos cuenta "The Leftovers" se ven sometidos a los rigores que provoca una situación excepcional.

En este caso, todo es mas heavy puesto que en "Lost" la serie se movía buscando dar razón del misterio de la isla, pero en "The Leftovers" Lindelof deja de lado cualquier intento de dar una explicación centrándose en el efecto que sobre los personajes y sus relaciones tiene el padecimiento que cada uno de ellos sufre de esa situación excepcional.

En "The Leftovers" queda totalmente fuera de foco la indagación en el misterio que ha producido la desaparición repentina y en apariencia azarosa del 2% de la humanidad.

Sólo queda el duelo, el modo diferente con que cada uno de los personajes lo procesa y la manera en que este duelo afecta a su visión del estado de las cosas que compone su vida..

Y sí, no es una comedia.

Nada hay más alejado en la comedia que "The leftovers" que en todo momento rezuma una intensidad oscura consecuencia del inevitable duelo con que debe ser procesado un increíble trauma que pone a prueba esa zona de confortabilidad que configura nuestra percepción más esencial de la realidad y según ella las personas no desaparecen en masa.

Como para volverse loco, ¿no?

Pues este justo es el contenido de "The leftovers": el modo en que la gente intenta no volverse loca o la manera en que se vuelve loca intentando mantenerse cuerda o simplemente, el modo en que algunos se dejan llevar por la locura.

Y parece que no, pero sí.

"The Leftovers" se las arregla para resultar interesante del mismo modo que se las arreglaba "Lost" llevando al extremo algo bastante extremo de por sí.

No obstante, el final no resulta demasiado prometedor. Nada de cliffhanger, Un final demasiado poco sexy, que no está a la altura de todo lo que ha sucedido, como si las ideas se hubieran agotado justo antes de llegar al momento más importante.

Y la verdad es que me ha dejado un poco frío un final que me parece claudicador ante el drama que durante diez capítulos ha desventrado literalmente a los personajes, una suerte de acojonado pasa atrás que abre la posibilidad a la esperanza.

¿Y quién quiere ver cómo las cosas les van bien a los personajes de "The Leftovers", el primer reality de ficción?

Y además está la música de Max Richter colaborando de manera puntual y eficiente a espesar con belleza el dramático absurdo que se nos muestra.

Interesante.










sábado, enero 31, 2015

“El individuo es anulado por completo frente a los poderes económicos. Al mismo tiempo, éstos elevan el dominio de la sociedad sobre la naturaleza a un nivel hasta ahora insospechado. Mientras el individuo desaparece frente al aparato al que sirve, éste le provee mejor que nunca. En una situación injusta la impotencia y la ductilidad de las masas crecen con los bienes que se les otorgan”