viernes, septiembre 09, 2011

UN HOMBRE SOLTERO

Está muy bien "Un hombre soltero"... Y podría estar mejor si su director Tom Ford no se abandonase en algunos momentos de la película a un esteticismo visual que, en mi opinión, en absoluto le va a esta emocionante historia intimista de pérdida y duelo.

Porque "Un hombre soltero" es una road movie emocional que sucede toda dentro del alma de un George Falconer, su protagonista, que no sería posible sin el talento de Colin Firth para encarnar en su rostro todas las peripecias de ese viaje.

Basada en un texto del escritor británico Christopher Isherwood, "Un hombre soltero" narra el modo en que su protagonista, un profesor de universidad en plena cincuentena, encaja la repentina desaparición de Jim, su pareja, en un accidente de coche.

El espejo en el que George todas las mañanas se refleja se resquebraja convirtiéndole en una sombra hecha añicos.

En su sorprendente primer trabajo como director, y sin poder evitar ese glamour esteticista que le debe venir en la sangre, el diseñador Tom Ford se dedica a documentar cuidadosamente todos y cada uno de esos pedazos y para ello cuenta con la valiosa herramienta del rostro y la presencia de Colin Firth.

Convertido por puro peso específico en el principal punto de anclaje de la historia con el espectador, Firth ofrece un sofisticado festival de registros interpretativos que convierten en real la sensación de dolorosa intimidad de alguien que súbitamente y con violencia se ve obligado a vivir una vida desprovista de sentido... hasta su sorprendente, y seguramente inevitable, final.

Brillante.