miércoles, diciembre 31, 2008

CUARTETO DE NOS

Natural....















CUARTETO DE NOS

No quiero ser normal...




"Si en una isla abandonado 
quedo con tres retardados 
y si entre ellos un líder votan 
yo no le voy a dar pelota.."



















FRINGE

Las expectativas son una variante menos poética de las esperanzas y como ellas tienen un lado oscuro. Son como el papel. Todo lo aguantan. Sobre su blanca superficie nuestro deseo puede proyectarse libre e omnipotente dibujando interminables arabescos cuyo sentido quizá apenas intuya. Por éso, casi siempre, tener demasiadas esperanzas sobre algo o alguién es el peor favor que le podemos hacer a ese algo o a ese alguién. Colocamos su finita y limitada condición junto a la infinita e ilimitada capacidad de esperar que tiene nuestro deseo... y la comparación casi siempre es odiosa.

Todo este rollo para decir que decepción es el sentimiento que despierta en mi la visión de los primeros capítulos de la nueva serie surgida de la factoría de misterios de J.J. Abrams.

No es que estén mal, no, pero quién les escribe esperaba algo más, algo diferente y no una especie de revisitación de Expediente X.... Hasta la banda sonora en ciertos momentos recuerda a la histórica serie de Chris Carter.

Del mismo modo que para Mulder y Scully, para los protagonistas de Fringe, la verdad está ahí fuera, oculta tras los alargados tentáculos de una misteriosa multinacional que conspira (en lugares mejores iluminados y sin tabaco, eso sí) contra el mundo conocido vaya usted a saber con qué intenciones, una conspiración que como si se tratase de síntomas psicoanalíticos se manifiesta una serie de casos extraños que deben ser investigados.

Es cierto que Fringe pone el énfasis en la ciencia, en esa zona fronteriza entre ciencia y fantasía de la que surgen las hipótesis más descabelladas. No hay, por el momento, intrigas paranornales. Sólo fenómenos inexplicables que sus intelectualmente superdotados protagonistas descifran con sorprendente facilidad.... (ya era hora que el colectivo de superdotados protagonizaramos una serie mass media ¡jajajajaj!)

En fin, y aunque por ahora se deja ver, Fringe no ha ingresado en mi panteón de series ilustres. Allí están, "The Wire", "Los Soprano", "Roma", "Deadwood", "Band of brothers" y quizá "Carnivale", dependiendo de cómo se resuelva la segunda y última temporada que no tardaré en ver. 

Demasiada dinamita para tan poco pollo.
DEACON BLUE

Your swaying arms...




A veces tienes que alejarte.
No puedes salvar a quién no quiere salvarse y además tus planteamientos no son los únicos que existen en el mundo, puedes estar equivocado y ser tú alma perdida la que necesita ser salvada. 

Es verdad. 
Hay tantos caminos como caminantes.
Todo es muy complicado, pero también no es menos verdad que la única certeza con que cuentas es que las cosas no puden dejar de ser lo que son, que es tu mirada y no otra quién las mira y que ya no puedes soportar imaginar sus pies descalzos caminando una vez más al borde del abismo... Entonces es cuando tienes que alejarte con la esperanza de olvidar pronto, con el deseo de llegar cuanto antes a otra parte donde poder estar en paz.
Lo mejor que puedes hacer es desear que otro esté allí para recoger esos pedazos... y que lo haga con el cariño con que tú la harías de haber sabido esperar.
No desearías otra cosa mejor para tí.

End of the year.
End of the road.

lunes, diciembre 29, 2008

THE SPIRIT

No termina de convencerme este Spirit de Frank Miller.

Sin llegar a ser por completo aburrida la película carece del atractivo suficiente como para terminar de interesar al espectador con su incesante manierismo visual.

Como en todas las primeras películas de superhéroes de comic, "The spirit" nos muestra los orígenes del héroe al mismo tiempo que nos presenta un enfrentamiento con el villano de turno. En este sentido, todo es previsible y convencional... si bien alguna secuencia como la de la silla de dentista se sale de lo ordinario y consigue entretener durante unos instantes la mirada del espectador.

El balance es equilibrado, pero frio.

La película sucede con su viscosa estética visual, pasa por delante de la mirada del espectador sin conseguir arrastrarla. Ante obras mayores como "Changeling" o "Australia", "The spirit" palidece con su corrección de producto nacido por la necesidad de perpetuarse de una industria que necesita constantemente ofrecer a su público nuevos productos.

Nada más hay en ella.

domingo, diciembre 28, 2008

En el horizonte se dibuja la explosión lenta del amanecer...
Con paciencia,
se busca en el espejo esa mirada 
que se busca la mirada en el espejo.
Necesita con urgencia alguna confirmación,
saber que ése que se está mirando 
realmente es ése que se quiere mirar
Lentamente,
con la cadencia de un irrimisiblemente condenado a la vida,
se viste el humo de la pasada noche
y desaparece
sin apenas dar tiempo a dejarse recordar.
THE PRESIDENTS OF THE USA

Video killed the radio star...





THE BLIND BOYS OF ALABAMA

Presence of the lord...





viernes, diciembre 26, 2008

EL SIRVIENTE

Dirigida en 1964 por el norteamericano Joseph Losey, quién por macartianas razones terminó realizando sus principales obras en Europa, "El sirviente" es una inquietante película sobre el vampirismo, la dominación y la destrucción del más débil por el más fuerte.

Tony (James Fox), un privilegiado vástago de la mejor sociedad británica, decide instalarse en Londres con vistas a realizar el mejor de sus futuros. Como parte de esa instalación contratará a Barrett (Dirk Bogarde), un sirviente con las mejores referencias, con la finalidad de que se encargue de gestionarle la vida... y éso será lo que sucederá. Sólo que no de la forma en que Tony lo tiene planeado, porque, y desde el primer momento, Barrett empezará a tejer una tela de araña a su alrededor en la que Tony no tardará en sentirse atrapado sin saberlo.

"El sirviente" es una de las mejores películas de la filmografía de Joseph Losey, lo cual es decir bastante, y es una de esas historias de terror que en absoluto parecen serlo... pero que, siempre y a su manera, terminan resultando terroríficas. 

La narración transcurre con anodina placidez victoriana, pero, poco a poco, en los gestos, actitudes y miradas de Barrett, uno intuye que el monstruo está ahí: calculando y actuando, tejiendo y tejiendo los delgados hilos que definitivamente unidos harán irrompible su plan.

En este sentido, es memorable la primera escena de la secuencia de la entrevista. En contrapicado, Barrett arriba, al fondo del plano y abajo, en primero, un Tony descuidadamente dormido. 

La presa a merced del predador. 

En la fria y despiadad mirada de Barrett (un memorable Bogarde), uno intuye que nada bueno puede pasar a Tony. 

El sirviente ha descubierto una nueva presa y, para desgracia de la presa, su rol, una vez asignado, consiste única y exclusivamente en ser devorado.

jueves, diciembre 25, 2008

AUSTRALIA

Aunque parezca mentira, y en mi opinión, hay ciertos paralelismos entre el cine de Baz Luhrmann y el cine de Clint Eastwood. 

Ambos son cineastas de inspiración clásica. Esta cualidad es más evidente en Eastwood que en Luhrmann, pero el cineasta australiano, a su manera lírica, emocionante y sublimada también lo es. Aunque sólo sea porque siempre parte de estilemas y códigos propios de diferentes géneros cinematográficos para construir con ellos espectáculos cuya única aspiración es cojer al espectador por las solapas de lo emocional.

Ya lo hizo en "Moulin Rouge" con las claves del musical y ahora, con "Australia" vuelve a hacerlo. En este caso, recuperando los ritmos y medidas de las superproducciones colosales que Hollywood realizó en conemascope en los años cincuentas y sesentas del siglo pasado. En "Australia" hay trazas de inolvidables películas como "Gigante" o "La conquista del Oeste" interpretadas a la luz de su particular mirada.

El resultado es espectacular e inmejorable.

Las casi tres horas de duración pasan rápido, se siguen con ojos húmedos y mirada emocionada, porque "Australia", como casi todas las obras de Luhrmann (que no son muchas), es una película que está hecha para ser sentida desde el principio hasta el final.

Si el maestro Eastwood brilla por su precisa contención clásica de calígrafo, Luhrmann es puro jazz, intensidad y movimiento. Pero, y en cualquier caso, ambos hacen cine de verdad. Porque "Australia" es cine en estado puro, un cinemascope de emociones cuyo corazón el espectador se lleva a casa envuelto en un fragante pañuelo rojo.

miércoles, diciembre 24, 2008

"La vida es la farsa que todos debemos representar"
(Un temporada en el infierno, Arthur Rimbaud)

DEREK AND THE DOMINOS

Layla reprise...



No soy nada creyente, pero para mi, escuchar Layla (esta parte de la canción), es como estar en el cielo.
Imagino que ese lugar, en cuya existencia no creo, no debería ser muy diferente a estar rodeado de las miradas de aquellos que más te quieren, sólo las miradas, nada más, mientras desde alguna parte, por todas y alrededor, suena esta bendita canción.
No pienso que pudiera haber nada mejor. 
Miradas... Las personas, para mi, son sus ojos.
Y Layla derramándose como un eterno guiño de complicidad.

¿Podría haber algo mejor?
Bueno... Quizás si... Miradas, Layla y el peligroso aroma etílico de un buen dry martini sonando en la second line.

¿Podrá uno tomarse un buen dry martini en el cielo?
Seguro que si.
Por qué coño le llaman cielo si no.

NEKO CASE

Star witness...





Presenciar el milagro de una estrella sucediendo, imparable,
sobre nuestro cielo.
Es especial.
No es nada común.
Casi nunca sucede y cuando lo hace,
lo más probable es que nos lo perdamos,
aunque sólo sea por estadística
son muchas más las veces que miramos al suelo.

martes, diciembre 23, 2008

TOM WAITS

What's he building... 





Tenemos derecho a saber qué diablos está construyendo.
Su misterio le hace sospechoso.
Nada sabemos.
Las hipótesis tenemos que sacarlas del más profundo fondo de nuestros ojos.
Las presunciones son un perfecto retrato del monstruo que somos.

lunes, diciembre 22, 2008

CHANGELING

La última película del maestro Eastwood es una historia sorprendente por lo dura y oscura que se muestra al espectador.
En "Changeling" se nos cuenta sin paños calientes una historia brutal de corrupción y muerte que incomoda al espectador y le sume en el desasosiego que siempre produce la contemplación del ser humano en todo el herrumbroso esplendor de sus miserias.

La película es dura, desasosegadora, inclemente, poderosa, emocionante. No da respiro al espectador.

Eastwood quiere dejar claro que siempre hay un espacio para la decisión personal en la eterna lucha entre la integridad y la corrupción.

En este sentido, el detective Ibarra se me antoja como un personaje clave. De él surje la decisión de investigar el horror que se le relata en lugar de obrar como el resto del departamento de policía. En él, de su integro gesto, nace la esperanza de Christine Collins. Y su acción es episódica. Apenas un gesto, una decisión que hace de él un hombre admirable y convierte a los demás en parte de un corrupto mecanismo perfectamente encarnado por los empleados del psiquiátrico, tan correctos y celosos en el mantenimiento del ciego mecanismo burocrático que mantiene la injusticia.

Todas las películas de Eastwood tienen corazón, por éso es un maestro, y el terrible corazón de Changeling me fascina con el afilado encanto que a veces tienen las verdades sobre uno mismo y las cosas del mundo que le rodea.

No dejo de pensarlo.

Hay un algo testamentario en las últimas películas de Eastwood, de definición de un modo de ver y hacer las cosas que encarnaban los soldados que pelearon y murieron en Iwo Jima o la propia Christine Collins o el detective Ibarra. La reivindicación de una sabiduría de los ancianos que Eatwood nos quiere transmitir a punto ya de desaparecer cabalgando hacia las eternas e inalcanzables montañas.

Una reivindicación del individuo como dueño de una propia moral y por lo tanto de su propia esperanza. Soberano de sí mismo, de su realidad y de sus sueños. Garante de la libertad y la felicidad de los otros. 

Lo mejor de las generaciones que intentaron el milagro de consagrar la Primera.

Ladrillos que no encajan en el muro.


domingo, diciembre 21, 2008

Y todo este mar que permanecerá cuando él ya no esté 
se mantiene indiferente a su mirada
disparada hacia el perdido horizonte,
colgada como una telaraña de las estrellas.
JOE EGAN

Back on the road...



















NINA SIMONE

Here comes the sun...



EL HUEVO DE LA SERPIENTE

Muchos consideran "El huevo de la serpiente" como una rareza dentro de la obra de Ingmar Bergman.

Producida por Dino de Laurentiis y, exceptuando a Liv Ullman, con actores no habituales en la cámara actoral del genio sueco, la película fue rodada en 1977 y la década de los setentas resultó ser una época extraña en la filomografía del director sueco. Obras para la televisión, óperas y producciones cinematográficas constituyeron una propuesta bastante alejada de lo que hasta entonces había sido la tónica... Como si se tratase de una transición entre la época metafísica y experimental de los sesentas y la gran obra magna que fue "Fanny y Alexander" en 1982... y que abriría una tercera fase más ensimismada y autobiográfica.

"El huevo de la serpiente" es uno de los grandes hitos de esta época de transición.

A través de los ojos de su protagonista, Abe Rosenberg, Ingmar Bergman nos presenta un retrato terrible y agónico de la alemania de la década de los años veintes del pasado siglo. El espectáculo de la pobreza, el hambre y la depresión son el principal punto de anclaje. La historia es una mera anécdota usada para proporcionar a Rosenberg la posibilidad de moverse por un Berlin oscuro y podrido. El huevo de la serpiente por cuyas calles puede verse el germen del nazismo preparándose para nacer.

Lo que se ve es sobrecogedor, pero lo que se intuye tras la cáscara es aún más terrible.

A lo largo de su filmografía, y especialmente en la década de los sesentas con obras como Los comulgantes, Bergman ha desarrollado y formulado su famosa angustia metafísica. El silencio de dios y el decepcionado deseo de un ser humano que desea escucharle, que desea que deje de ser un sueño y se manifieste y exista. La decepción,pérdida de esperanza y vacío que produce ese silencio... Y hay bastante de todas esas inquietudes en "El huevo de la serpiente".

El plano en blanco y negro que se repite al principio y al final de la película... Alemanes de Weimar cansados y desesperanzados, alimentándose de ratas e intercambiando billetes al peso, viviendo en ese silencio que Bergman filma a cámara lenta, un lugar donde parece evidente que ese dios, sobre el que el director sueco tanto se pregunta, ni se le espera ni está. Rostros demacrados que se convierten en esa misma pregunta que interroga sobre dios y su silencio, un silencio que otros, más ciertos, no tardarán en llenar convirtiéndose en una calculada respuesta.

No es sólo inevitable el silencio, también son inevitables sus consecuencias.

sábado, diciembre 20, 2008













"I throw a spear into the darkness. That is intuition. Then I must send an army into the darkness to find the spear. That is intellect"
(Ingmar Bergman)

Me encanta la metáfora... Arrojar una lanza hacia la oscuridad y luego mandar un ejército a recuperarla... Intuición e intelecto.
Bergman era un genio.... en general y no sólo del cine.
Aprende rápidamente,
memoriza todos los detalles.
Por eso apenas habla.
Es consciente de que este momento
no debe olvidarlo nunca.










LOS SOPRANO

No voy a descubrir la serie. 

Es ya un clásico del la ficción televisiva.

Pero uno de los aspectos que me resultan más atractivos de Los Soprano es el modo en que su protagonista, Tony Soprano, afronta los problemas y reveses que le van saliendo al paso cada día y en todas las facetas de su vida.

Su expresión siempre es el humo de un fuego de violencia que arde dentro de su pecho... y en éso, su intérprete, James Gandolfini, está esplendido... porque su reacción no siempre libera de sus collares a los shakesperianos perros de la guerra.

Depende de las circunstancias y, principalmente, de la persona que es fuente de su enfado. No es lo mismo que su hija se emborrache y la lie parda que un chantajeado no cumpla con sus compromisos. Ante todos los problemas, Tony Soprano reacciona emocionalmente de la misma forma, pero la respuesta física, si la hay, no siempre sucede.

Hay una moral, la propia, que le lleva en ciertos casos y situaciones a la contención... Especialmente con todos los problemas que tienen que ver con el hogar y es fascinante comprobar cómo el macho alfa dispuesto y capaz de todo en el Bada Bing se encuentra impotente y con las manos atadas en asuntos que tienen que ver con la familia... un lugar dónde los balazos en la cabeza no sirven.

Y hay un punto de ternura por parte del espectador en la constatación de que, al menos, y en lo que los asuntos familiares se refiere, Tony Soprano es uno de los nuestros.

lunes, diciembre 15, 2008

WE OWN THE NIGHT

Me gusta el cine de James Gray.

No es que tenga muchas películas pero todas ellas atesoran una inmensa intensidad dramática que Gray con maestría sabe calibrar al milímetro para administrarla en los modos y medidas justos a lo largo de la duración de la historia. Y todo ello enmarcado en los espacios y tiempos del cine negro, escenario perfecto para el desarrollo de los dramas casi shakesperianos que Gray nos cuenta.

Dramas shakesperianos o cuentos terribles que nos hablan de una imposibilidad, la de mantener intacta una arcadia familiar continuamente asediada tanto por sus propias contradicciones internas como por los ataques externos a los que se ve sometida.
La utopía del nucleo familiar siempre se revela como tal, como un imposible asediado por los rigores de un relato que se mueve sin contemplaciones por la cuesta abajo de la descomposición y el deterioro. Una suerte de via ascética a través de cuyos rigores el héroe (Mark Wahlberg en The Yards y Joaquin Phenix en We own the night) termina por encontrar un sentido, una propia moral que le acerca a una especie de paz interior que más se asemeja a una tregua dentro de la eterna guerra entre lo que está bien y lo que está mal.

Quizá sea la noche quién, en mayor o menor medida, nos posee a todos y cada uno de nosotros.

We don't own the night.

Extraordinaria película.

domingo, diciembre 14, 2008

SOYLENT GREEN

Seguro que podría hacerse un psicoanálisis social y global tomando como punto de partida la literatura de ciencia ficción. Considerarla como sintoma, como acto fallido y trabajar sobre ella para buscar en el inconsciente colectivo las raíces de ese miedo que nos lleva a imaginar unos mundos futuros que en su inmensa mayoría no son nada agradables.
El futuro que se nos relata en Soylent Green (que en castellano se tradujo por Cuando el destino nos alcance) es un ejemplo paradigmático de esas sociedades distópicas que, desde este presente nuestro, somos capaces de imaginarnos.
Escasez, superpoblación, cambio climático... El mundo de Soylent Green se mantiene sobre el abismo apenas sujeto por unos cuantos hilos que constantemente amenazan con romperse. Nada funciona mientras la sociedad intenta proyectarse en el tiempo, sobreviviendo, mientras el propio tiempo la va descomponiendo cada vez más.
No se si Soylent Green es ciencia ficción o terror.
La secuencia en que la gente es recogida de las calles literalmente a paladas o el momento en que el cadáver del prohombre asesinado, que desencadena toda la intriga de la película, es enviado a una planta de reciclado de residuos me ponen la carne de gallina por lo que implica de deshumanización y animalización del ser humano... situación a la que se llega desde el opuesto de una sociedad tecnológica que lo ha devorado todo y que ahora sólo le queda la opción de devorarse a si misma.
Por no hablar de un mundo futuro en el que impera la estética setentera del siglo pasado... Los muebles de plástico de colores chillones, las formas redondeadas y la moda tipo Mao, los espacios minimales de apariencia moderna pero de definitiva inspiración burguesa... Eso también es aterrador como lo es el personaje que interpreta el memorable Edward G. Robinson, en su última interpretación. El viejo que aún guarda en su memoria el recuerdo de otro mundo, ese que ya está muerto donde uno podía comprar un tomate y beber agua del grifo.
En fin, Soylent Green es un clásico de la ciencia ficción cinematográfica aunque, en algunos momentos y "por en medio", la película tenga ciertos problemas de ritmo y Charlton Heston no termine de estar cómodo en un personaje ligeramente corrupto, cínico y descreído.

sábado, diciembre 13, 2008

SIOUXSIE AND THE BANSHEES

Dear Prudence...




THE DIVINE COMEDY

Perfect lovesong




jueves, diciembre 11, 2008














CARNIVALE

No se... Hay algo en el aire que respiro en todos y cada uno de los capítulos de Carnivale que me recuerda a una vieja canción de Tom Waits, una de esas baladas desencajadas y rotas que tan bien borda el rijoso bardo de la costa oeste.
En la américa profunda, en los años de la depresión, unos feriantes recorren las polvorientas tierras arruinadas de un país que se encuentra en la encrucijada de su perdición, el perfecto lugar para un simbólico conflicto entre el bien y el mal... porque, y según cuenta el maravilloso Samson (prodigiosamente encarnado por el enano Michael J. Anderson), en el primer plano del primer capítulo de la serie, en todas las generaciones siempre nace una encarnación del bien y una encarnación del mal para terminar enfrentandose. Un perdido joven lleno de rabia y un sacerdote de pasado oscuro se convierten en los polos sobre los que se desarrolla la enésima versión de esa profecía.. y en medio unos personajes fascinantes que se expresan en un territorio minimal, desprovisto, ancho y polvoriento, un territorio que es metáfora de unos corazones sometidos a los rigores del más puro invierno.
Por supuesto, hay más cosas.
Situaciones oniricas, apariciones fantasmales, mujeres barbudas, misteriosos gerentes que susurran escondidos entre las sombras, melodrama, crimen, muerte, sexo, ciegos que lo ven todo, amores platónicos, mentira, pasados inconfesables que siempre terminan por aflorar, tormentas de arena, osos devoradores de hombres, ciudades malditas, la sonrisa de algún niño perdido, milagros, tullidos con el corazón de oro, maldiciones y locura...
Está muy bien Carnivale.

miércoles, diciembre 10, 2008

TOM WAITS

Picture on a frame....



EL ORGULLO DE LOS YANQUIS

De vez en cuando me gusta ver este gran clásico.

Protagonizada por Gary Cooper, Walter Brennan y la preciosa Teresa Wright, "El orgullo de los yanquis" nos cuenta la historia de Lou Gehrig, una leyenda del deporte norteamericano.

No conozco mucho de beisbol, el deporte (algunos lo llaman simplemente juego) que practicaba Gehrig pero, y por lo visto, es considerado como el mejor primera base de la historia (sea lo que sea eso) y que su record de más de dos mil partidos seguidos estuvo imbatido 56 años, hasta mucho tiempo después de su trágica y temprana muerte como consecuencia de una enfermedad degenerativa que lleva su nombre.

La película nos cuenta la vida de Gehrig, magnificamente interpretado por Cooper y lo hace desde una épica de las pequeñas cosas de la vida cotidiana que encuentro muy atractiva.

Es seguro que el tiempo ha pasado sobre la historia en algunos aspectos, especialmente en las relaciones familiares consideradas desde una óptica muy trasnochada: la madre celosa de la novia, la novia sonriendo de felciidad ante el matrimonio; pero se mantiene intacta en lo esencial que es el espectáculo del propio Gehrig viviendo a cada momento su vida con la más absoluta de las integridades.

De alguna forma, lo que nos emociona es ver a Cooper vistiendo la piel de ese ídolo del deporte y haciendo lo que en cada momento considera correcto incluso en el emocionante final donde lloramos precisamente porque Gehrig hace lo mismo que ha venido haciendo durante sus 136 minutos de vida.

Y esa es la épica que encierra "El orgullo de los yanquis".

El espectáculo de un hombre que enfrenta la muerte del mismo modo que ha venido enfrentando la vida.

No es fácil ser un héroe. No es fácil ser siempre uno mismo.

martes, diciembre 09, 2008

Instantes de un tiempo pasado
clavados en el alfiler de la propia mirada,
como mariposas muertas
que de cuando en cuando suceden,
nos saltan a la cara,
revoloteando espantadas
en el helado caldo del propio olvido,
al abrir el polvo de viejos armarios,
al agitar el ajado color de viejas sábanas.

Viejas fotografías perdidas,
errantes,
sin dueño,
melancolía de un tiempo desconocido,
abandonado,
como el lejano aullido de un perro
o una luz distante que se enciende y apaga.
JOE DASSIN

Les champs elysèes...























THE DARJEELING LIMITED


Vaya por delante que creo entender los motivos de todos aquellos que no simpatizan con el cine de Wes Anderson.

Las historias que cuenta y el modo particular que tiene de narrarlas resultan demasiado poco convencionales.

Sus personajes se esfuerzan por existir, se afanan en superar pequeñas catastrofes que afectan sus vidas y lo hacen en historias que siempre tienen un punto de iniciáticas, de tránsito más o menos afortunado, de cambio de piel. Su estado preferido es la constante crisis, el cambio y la duda y lo viven en un sentimiento de estupor que intentan manejar con una calma que en realidad encierra un incontenible asombro ante lo que está sucediendo dentro y fuera de ellos. Por éso, muchas veces, de sus labios brotan frases inanes que bajo su apariencia superficial encierran la necesidad de expresar todo aquello que por el momento no tiene nombre.

El humor de Anderson está ahí, en el contraste entre lo que los personajes manifiestan y lo que uno intuye que puede existir dentro de ellos. Conversaciones lacónicas, continuo intercambio de frases en dialogos que parecen intrascendentes palabreos sobre el tiempo y que nacen siempre de la necesidad que los personajes de Anderson tienen de expresarse cueste lo que cueste, aunque no sepan o tengan nada que decir. Porque, y a su especial manera minimal, son beatniks que saben que la verdad está en el movimiento y por eso jamás se detienen. Siempre viajan, siempre buscan, siempre hablan.

La paradoja de lo emocional, el conflicto entre lo que se cree que es y lo que se empieza a ser, la dialéctica de esa transformación y la imposibilidad de una satisfactoria y completa comunicación como principal consecuencia del volátil estado de cambio, es el territorio simbólico donde suceden, aparentemente gélidas, las historias de Wes Anderson.

Pase lo que pase los personajes y las historias de Anderson siempre avanzan hacia finales abiertos... porque un nuevo cambio sin duda espera en el siguiente recodo del camino.

Y entiendo que Anderson pueda parecer difícil porque, de algún modo, esa angustiosa incomodidad que sienten sus personajes ante la incertidumbre con que la propia vida se les manifiesta siempre está ahí, patentemente incomprensible ante los ojos del espectador.

Para el caso, las peripecias que en la India viven estos entrañables y maravillosos hermanos en busca de la iluminación espiritual, de su perdida madre y de si mismos es deliciosamente paradigmática para mi mirada, que afortunada puede paladear el delicado y diferente modo que Anderson tiene para contarnos lo complicado que es encontrar un sentido a ésto que nos pasa todos los días (y que llamamos "vida").

Sus personajes nunca se rinden, jamás dejan de buscar el sentirse justificados y la cámara de Anderson siempre está ahi para contarnos ese esfuerzo con maneras casi cientificas.

Pero, y con todo, lo mejor que tienen los personajes de Anderson es que su sentido lo encuentran en la propia búsqueda porque, y a falta de algo mejor, el desconcierto y la confusión siempre se les antoja como un buen punto de partida para encontrar algo en común.

Siempre les queda ese París.

¡Maravillosa!



sábado, diciembre 06, 2008

INOLVIDABLE

There will be blood...

TAJ MAHAL





THERE WILL BE BLOOD


Para mi gusto, una obra maestra... y también una película difícil, no apta para todos los públicos.

La película nos cuenta el complicado ascenso que el minero Daniel Plainview, magnificamente interpretado por Daniel Day Lewis, realiza desde las profundidades de una explotación minera en medio de alguna de las muchas ningunas partes que llenan el corazón de los Estados Unidos hasta una lujosa mansión en alguna de las muchas partes altas que llenan las ciudades de los Estados Unidos.

Con modos y formas que recuerdan a grandes clásicos del cine mudo, Paul Thomas Anderson se propone retratar las oscuras y retorcidas profundidades del corazón de uno de los muchos tycoones que surgiendo de la nada, y merced al propio esfuerzo, consiguieron hacerse un lugar en la ámérica de las oportunidades.

There will be blood nos cuenta el enorme esfuerzo que Plainview realiza por continuar adelante, por perseverar, en un viaje en el que sólo hay lugar para él, porque, de algún modo, y éste es uno de los planteamientos más interesantes y brillantes de la película, este enorme compromiso con el triunfo de la propia existencia, con el propio plan, tiene un importante componente de pacto con el diablo, con un diablo que no es otro que el propio deseo, que la propia ambición por prevalecer de la forma previamente definida.

Muy importante para el propósito de la película es el estupendo trabajo de Daniel Day Lewis que con gran brillantez construye un personaje brutal y básico. El Plainview de Day Lewis parece asemejarse al propio demonio en la expresión concentrada y constreñida de su rostro, en sus maneras firmes, radicales y brutales que a veces culminan en actos sobrecogedores de furia incontrolada, en su mirada taimada y afilada que parece clavarse como un pico sobre la superficie de todas las cosas en busca del precioso yacimiento en el que todo el munso y quienes le rodean son ya para él.

En constante lucha contra los otros y los elementos, Plainview es un personaje dificil y solitario, incomprensible y por lo tanto incomprendido, en el que sólo hay lugar para la tremenda y eterna soledad del misterio de sí mismo. Por ello, la película no puede terminar de otra forma y su polémico final no es otra cosa que la lógica consecuencia culminante de toda una vida sometida a los rigores del propio carácter.

Para Anderson, entiendo, la figura del tycoon Plainview se convierte en el terreno metonímico perfecto para formularnos con maneras casi heideggerianas el misterio del hombre que lleva hasta la última consecuencia la obligación casi genética de hacerse a sí mismo. En términos, del "ser y tiempo" heideggeriano de cuidarse de algo, de llavar a cabo un propósito convirtiéndolo en plan.

Plainview se atreve a ser con todas las consecuencias que ello implica y su destino, en el éxito, es la misma soledad que le acompañaba, en los comienzos, en las profundidades de la mina.

Hay mucho nihilismo en "There will be blood", un nihilismo que convierte a la película en una arriesgada propuesta a contracorriente.

El nihilismo ascético de los grandes espacios en los que la pequeña figura del hombre parece aplastada entre una enorme extensión de cielo y otra, no menos enorme, de tierra. Pero en "There will be blood" también hay lugar para lo que me parece principal consecuencia de ese nihilismo y que es la puesta en valor casi animal, primigenia y telúrica de lo que supone el esfuerzo por existir, por estar en un mundo que siempre termina por resultarnos, al modo del titulo de aquella estupenda novela del olvidado Ciro Alegria, demasiado ancho y demasiado ajeno.

Lo dicho... Obra maestra.

viernes, diciembre 05, 2008

RUBÉN BLADES

Él padre Antonio y el monaguillo Andrés...



"Antonio cayo, ostia en mano y sin saber por qué
Andrés se murió a su lado sin conocer a Pelé;
y entre el grito y la sorpresa, agonizando otra vez
estaba el Cristo de palo pegado a la pared.
Y nunca se supo el criminal quién fue
del Padre Antonio y su monaguillo Andrés."

miércoles, diciembre 03, 2008

Si se siguen las reglas del juego tal y como están definidas, el cine es una cara forma de expresión.

Uno puede coger una cámara y con el entusiasmo y la voluntad de unos cuantos amigos puede rodar un corto, un medio o, incluso, un largometraje pero si se desea estrenar en salas comerciales y actuar de forma ortodoxa poner en marcha un proyecto cinematográfico requiere reunir una cantidad importante de dinero.

Hay pisos más caros que una película, pero lo normal es que la películas sean más caras que un piso y uno no se compra un piso cada dos o tres años. Por éso, los creadores que se dedican al cine necesitan de la complicidad del público para continuar existiendo como creadores.

Escribo ésto en relación a las recientes declaraciones de Gracia Querejeta en contra del top manta... que por supuesto es el gran enemigo del cine español.

¿Alguién ha visto cine español en el top manta?

¿Verdad que no?

Es justo al revés.

El top manta hace mucho daño al cine americano, en teoría el principal rival del cine español (y por supuesto a la película española que tenga éxito, pero son tan pocas que poner al mismo nivel ambos planteamientos se me antoja una falsedad)... Como escribía, el principal damnificado es el cine americano, pero también es la constatación del fracaso de los creadores del cine español a la hora de producir obras y/o productos que interesen a su público.

Desde luego que el cine americano tiene bastante culpa de lo que pasa, pero, y dejando de lado argumentos economicistas de poder sobre el mercado, esa posición no se podría sostener sin la base real de que los norteamericanos saben hacerlpelículas, saben lo que el público quiere y tiene el músculo para meternoslo por los ojos. Y desde luego que el cine español es incapaz de competir por razones económicas objetivas de dimensión y capacidad, pero también por razones subjetivas basadas en la falta de talento de los creadores a la hora de transmitir su mundo en un envoltorio que interese a la gran mayoría.

Almodovar, Amenabar o Balagueró siempre terminan reuniendo el dinero... ¿Por qué será?

Mucho cine español se hace para el propio cine español, para la tribu que, en un mundo cada vez más global (no todo va a ser bueno en la globalización) pide la subvención y la protección. Y no digo que no deba haberla. Yo mismo subvencionaría la nueva película de Clint Eastwood o de Luis García Berlanga o de Theo Angelopoulos o de Bertrand Tavernier o de Eliseo Subiela, pero en ese tren no caben todos.

Se puede escribir un libro e incluso publicárlo. Se puede rodar un corto e incluso estrenarlo. Pero si uno quiere hacer un largo metraje en los estándares y claves técnicos y de calidad que la realidad del cine requiere tiene que aceptar que necesita a un público que le respalde. Y más si no sólo desea expresarse sino también vivir de ello.

Sin público, es difícil hacer películas.

El cine no es el lugar adecuado para la expresión del talento de un genio o ser humano raso que no habla para la gran mayoría, que decide expresar su mundo propio para todos. Podrá hacerlo una o dos veces, pero lo que el cine le va a poner muy dificil es tener una carrera, vivir como un funcionario de ello.

Es mejor escribir o hacer discos o hacer cortos o aprovechar las ventajas de las nuevas tecnologías para hacer propuestas de imágen en movimiento más asequibles y baratas (el dogma es un ejemplo)... Opciones mucho más practicables que echarle toda la culpa a un cine americano que, entre otras cosas y no se por cuánto tiempo, sabe cómo tener a la mayoría del público de su lado... Y cuando deje de tener ese poder, el cine como forma dominante de ocio habrá terminado. Y los creadores que hacen otro tipo de cine menos comercial tendrán muchos más problemas de los que ahora tienen para hacer transmitirnos la bendición (o maldición) de su mundo propio.

martes, diciembre 02, 2008

VIENTO Y HOJAS

IDAS Y VENIDAS





"Súbitamente comprendí que todas las cosas sólo
van y vienen
incluido cualquier sentimiento de tristeza: también
se irá:
triste hoy alegre mañana: sobrio hoy borracho mañana
¿por qué inquietarse
tanto?
Todos en el mundo tienen defectos lo mismo que yo.
¿Por qué deprimirse? Es sólo un sentimiento que
viene y va."
(Poema del 16 de septiembre de 1961, fragmento. Jack Kerouac)
El braceo del ahogado.












APPALOOSA

Reconozco que no le he cogido el punto a este western atípico.

No se muy bien qué pensar de Appaloosa. Me ha cogido con el pie cambiado y me gusta... La verdad, porque no es fácil desconcertar mi mirada forjada en cientos de películas.

Tras mucho pensar, he decidido tomar por su lado bueno la confusión que me produce. No pensaré que Appaloosa es una historia errática, que se queda a medio camino de muchos lugares, en una extraña ninguna parte que no acierto muy bien a describir.

Y el lado bueno de Appaloosa es su carácter heterodoxo, de rareza que usa los estilemas y la iconografía del western para transmitir una historia sobre la previsión y el azar, sobre la imposibilidad de los planes y la previsibilidad de los imponderables que convierten a la vida en un complicado territorio donde todo es posible, lo malo y lo bueno.

Appaloosa nos habla de éso, pero no estoy del todo convencido que el modo sea el correcto. Porque la historia se me antoja deslabazada, diletante... No se. No termina de llegar hasta el espectador, hasta mi para seducirme con su propuesta distinta.

La película sucede en la distancia, como pagada de sí misma en la ostentación de su diferencia, orgullosa pero sin llegar a implicarme... y se lo pone a sí misma muy difícil porque si su fondo es extraño y heterodoxo, su forma carece de la emoción precisa como para compensar la dificultad de ese planteamiento extraño con una aproximación emocional basada en una épica de rostros, espacios y diálogos que, por otro lado, son la base de la trascendencia de todo western que se precie.

Algo no termina de funcionar para mí en Appaloosa.

sábado, noviembre 29, 2008

INOLVIDABLE

The natural...

viernes, noviembre 28, 2008

SEABISCUIT




Me ha gustado mucho ver "Seabiscuit".

Será una película que siempre querré volver a ver, que ingresa en el difuso olimpo de mis películas favoritas (cuyo número exacto de integrantes jamás podrá ser precisado) y lo hace, como en todos los clubes privados, de la mano de un miembro reconocido.

Hay bastantes paralelismos entre "Seabiscuit" y "The natural", que lleva residiendo en este olimpo desde hace más de veinte años... aunque sólo sea la maravillosa partitura de ese genial músico llamado Randy Newman.

Ambas son dos emocionantes historias de superación personal en las que la leyenda se forja ante nuestros ojos mostrando su verdadera condición de carne esforzada, que no se resigna ante lo que parece un escrito destino y persevera hasta lograr cambiar la historia reconduciéndola por una dirección en la que sólo el legendario héroe deseaba/pensaba/soñaba que podría ir... y éso es lo que precisamente le hace legendario. Acabar expresándose.

Seguramente "Seabiscuit" no es una obra maestra y probablemente está llena de defectos, pero estoy seguro que volveré a verla más adelante, en algún momento.

Me gustan este tipo de historias, las que me susurran al oído que es mentira, que en realidad todos tenemos la última palabra sobre nuestro destino y, aunque el fracaso personal de cada uno de nosotros nos espere con los brazos abiertos y la cena hecha al final del día, no hay que dejar de intentarlo.

Es una cuestión personal.




"Red Pollard: You know everyone thinks we got this broken down horse and fixed him. But we didn't. He fixed us. Every one of us. And I guess in a way, we fixed each other, too"

miércoles, noviembre 26, 2008

Propósitos para un viejo año... Construir cuidadosamente un mapa de todo lo que separa y convertirlo en ley
Me gusta el concepto de horror cósmico.

Literalmente tiene que ver con la obra de Lovecraft y otros autores como Arthur Machen o August Derleth. Ese horror lo suscitan seres primigenios que habitan en las oscuridades que la razón no ilumina y que viven, acechantes, a la espera del momento de aparecer con su incomprensible y aterradora lógica destructora:

"Para introducirse en el universo de horror cósmico e insanas revelaciones de los Mitos, se puede comenzar con cualquiera de las múltiples recopilaciones existentes, pues todas ellas contienen obras de gran calidad. Auqnue vale la pena destacar un relato corto al cual se le podría considerar como insignia de los Mitos, su título es "La Llamada de Cthulhu", el cual es uno de los favoritos de los seguidores de la obra de H. P. Lovecraft, por su gran calidad. En el mismo aparece el Gran Cthulhu, un primigenio que duerme un sueño de eones en la ciudad sumergida de R´lyeh, y que sólo despertará cuando los astros estén en posición. Este relato es una referencia obligada al estudiar los Mitos, pues en él se habla de uno de los primigenios más conocidos, Cthulhu, una criatura de descomunal tamaño y maldad absoluta según los cánones humanos."

Los seres que inspiran ese horror se mueven en el terreno de lo subliminal, en lo inconsciente:

"lejos de buscar la emoción fácil con la aparición del monstruo, fantasma, aparición o entidad, en los Mitos de Cthulhu se hace uso de la sugestión, insinuando la existencia de horrores sin nombre, de seres que no deberían existir según las leyes de la naturaleza que el hombre conoce. Criaturas que no deberían ser, pero son y existen, pues el universo no sigue las mismas leyes que rigen al hombre e incluso la Tierra que el ser humano cree conocer tan bien, esconde secretos innombrables y ajenos. El hecho de que una persona deba aceptar la existencia de aquello que no debería ser, que el universo es ajeno y hostil, que todo aquello que se acepta por bueno y normal es falso, derrumba las creencias del investigador de los Mitos, provocando que su mente se quiebre y se hunda en las profundas simas de la locura, pues de esto es lo que hace uso el horror cósmico. Evita la aparición para ensalzar la insinuación de aquello que no debería existir, dejando a la mente del lector la posibilidad de dar forma ese horror, explotando los arquetipos del horror en lo más profundo de nuestro cerebro."

Universo ajeno y hóstil, horrores sin nombre, secretos innombrables y ajenos... El horror cósmico apela constantemente a lo innombrable y lo que no tiene nombre es tal porque está más allá del lenguaje, de lo racional. Vive en lo inconsciente. Es la destructora y tanática animalidad palpitante que constantemente amenaza el frágil esfuerzo de la razón por construir un sentido, por arrojar luz en un mundo lleno de azares que necesitamos transformar en causas para poder hacerlo nuestro.. porque si no podemos controlarlo, se convierte en un atemorizante misterio que nos domina y que termina por aniquilarnos aplastándonos con su absurda mecánica ciega.

Y el horror cósmico es ese corazón de las tinieblas del que habla Conrad en su memorable libro.

En las profundidades de las selvas del Congo habita ese monstruo, el nuestro, siempre dispuesto a devorarnos, a desposeernos de cuanto tenemos de humano para degradarnos a la condición de un animal más, pura pulsión descontrolada sin criterio, orden y concierto... aspectos que tienen que ver con la razón que necesita controlar toda esa energía para canalizarla en la construcción de un orden social y personal, de una estabilidad que permita la duración y la generación de un espacio donde los otros puedan existir sin ser utilizados ni consumidos.
CARNIVALE

Esta es la nueva serie que empiezo a ver... de la HBO por supuesto.



Tiene buena pinta.

martes, noviembre 25, 2008

"La novela puede leerse (lo es en parte) como alegato contra la colonización del Congo, pero su reflexión moral va más allá de una situación histórica concreta. Kurtz llega a África iluminado de ideales de progreso. Redacta una guía para orientar el recto diseño del comercio y la tarea civilizadora: «Cada estación de la compañía debería ser como un faro en medio del camino, que iluminara la senda hacia cosas mejores». Sin embargo la luz sucumbe ante las tinieblas: el hombre «civilizado» oculta bajo una frágil superficie bestiales instintos que salen a flote en contacto con ese mundo fuera del tiempo, sumergido en la penumbra de la floresta primitiva.

El viaje de Kurtz (que Marlow reproduce) es un viaje a los infiernos, un descenso por el río del olvido: «Remontar aquel río era como volver a los inicios de la creación cuando la vegetación estalló sobre la faz de la tierra. Una corriente vacía, un gran silencio, una selva impenetrable. El aire era caliente, denso, embriagador. No había ninguna alegría en el resplandor del sol. Aquel camino de agua corría desierto en la penumbra de las grandes extensiones. Uno llegaba a tener la sensación de estar embrujado, lejos de todas las cosas una vez conocidas. Penetramos más y más espesamente en el corazón de las tinieblas. A veces, por la noche, un redoble de tambores, detrás de la cortina vegetal, corría por el río. Tuve la sensación de haber puesto el pie en algún tenebroso círculo del infierno».

Marlow, uno de esos personajes de Conrad (como el arquetípico Lord Jim) que edifican su vida sobre la estricta dignidad y el deber y que forma parte de la raza de los hombres íntegros, consigue salir entero de este infierno, pero no sucede lo mismo con Kurtz. Pues la tiniebla no está solo en la selva hostil poblada de hipopótamos y cocodrilos. La fuente última de la oscuridad es otra, es «el mal escondido en las profundas tinieblas del corazón humano». Kurtz no ha sido capaz de mantener la fatigosa disciplina necesaria para conservar su conciencia moral, su entidad humana, y en su búsqueda de la luz ha llegado a un territorio en el que late sin cesar, como los tambores caníbales que baten en la selva, el verdadero corazón de las tinieblas, el oscuro corazón del hombre."
Más.

Bájate el libro.

Esto es una reseña, joder!

lunes, noviembre 24, 2008

BODY OF LIES

Definitivamente la vida ha sido muy generosa con Ridley Scott.


Sin duda se lo ha currado.
Ha elegido con relativa oportunidad las historias, ha contado con grandes actores para protagonizarlas, pero a estas alturas de la historia me queda bastante claro que el prestigio que goza Scott como director está muy por encima de su talento real.

Lejos quedan los años dorados de "Los duelistas" o "Alien" o "Blade runner". Los ejercicios de estilo sobre la sólida superficie que siempre proporcionan las buenas historias... un rollo un poco parecido al Kubrick de la década de los setentas en adelante, pero sin contar, Ridley, con la solidez que los trabajos realizados en la década anterior proporcionaban al director americano.

El talento de Scott no va más allá de la capacidad para poner en imágenes las historias y que conste que no digo narrar, porque la mayor parte de sus últimas películas comparten, a mi entender, un claro problema de ritmo.

Scott ilustra, pero no narra.
Siempre corre el riesgo de resultar aburrido en algún momento y casi siempre lo consigue. Un ejemplo más es Body of lies, una intriga con la guerra que libran los servicios de inteligencia contra los islamistas como fondo y protagonizada por las estrellas Leonardo di Caprio (tan aplicado como siempre, el Raul de los actores) y Russell Crowe (muy cómodo interpretando a un gordo oficial de inteligencia, sobrado sin disimular su respetable barriga).

La película se sigue con atención. El artefacto entretiene con su afinada mecánica, pero algo falla. La historia no termina de interesar entre tantas idas y venidas, tantos dimes y diretes. Resulta fría, distante y la perezosa curiosidad por saber en qué terminará todo hace el resto. Nos mantiene pegados a la silla, aunque no vayamos a sentir demasiado el posible destino de Leonardo.

No hay narrador. Sólo un organizador de secuencias, un ensamblador de imágenes perfectas que no se anclan en ninguna emoción que motive al espectador.

Otro ejemplo más de cine sin alma, tan vacío como una hermosa mirada que no nos ve.

domingo, noviembre 23, 2008

QUANTUM OF SOLACE

Definitivamente el nuevo Bond que, con la estolidez de un personaje de spaghetti western, Daniel Craig encarna apuesta por la fisicidad.

La piedra lanzada, seguramente a contracorriente y a destiempo, en la película "Al servicio secreto de su majestad" en el año 1969 alcanza la superficie del agua, ahora, en el 2008.

Fueron demasiados cambios. Sean Connery abandonó el personaje, pero la saga debía continuar. Bond ya era una marca y en la nueva entrega se decidió dar un giro que mostrase al agente secreto más vulnerable y más humano, presentandole enamorado y herido por la pérdida de un ser querido... Demasiada novedad para un producto industrial en un negocio donde los cambios son peligrosos.

Pero, y como siempre, el tiempo pone todas las cosas en su sitio revelando "Al servicio secreto de su majestad" como una de las mejores películas de Bond sin Sean Connery (porque Bond siempre será Connery).

Y sin lugar a dudas hay algo de ese Bond traspasado en su armadura, que tan voluntariosamente interpretara Lazenby, en el 007 que ahora encarna Daniel Craig.

En esta última entrega, "Quantum of solace" Bond persigue el rastro de quienes llevaron a la muerte a la mujer que más cerca estuvo de su endurecido corazón de asesino. Porque hay algo personal en la forma concienzuda en que Bond se toma la tarea de atrapar a su nueva némesis. M lo sospecha y Mathis, lo más cercano que Bond ha tenido a un amigo, parece saberlo desde su sabiduría de viejo zorro.

La fisicidad de las emociones que turbiamente parecen dibujarse sobre la rocosa superficie del rostro del liquidador se combina con la fisicidad con que las escenas de acción se resuelven. Brillantes, espectaculares y siempre bien resueltas las secuencias de persecuciones y peleas ganan protagonismo en favor de otro tipo de escenas que eran marca de la casa en otras épocas. Brillan practicamente por su ausencia las escenas de flirteo, la posibilidad de la alta comedia que el rostro de Connery y la apostura de Moore permitían.

Craig no está para nadie, no está para nada más que no sea el cumplimiento de la misión.

La faceta cínica y vividora que Connery posibilitaba y Moore convirtió en esencial se convierte en accesoria y episódica.

El Bond de Craig es más un soldado que un caballero... cosa que, en mi opinión, probablemente se ajustaría a la realidad de ser Bond un personaje real.

Y no está mal. Se trata de una perspectiva diferente sobre un mismo personaje que lo enriquece, acercándolo a los rudos héroes de acción hollywoodense y alejándolo de la refinada Europa.

Del mismo modo que el personaje, la marca Bond lleva más de 50 años sobreviviendo en el mundo del cine, un mundo tan peligroso y cambiante como el del espionaje y películas tan entretenidas y bien acabadas como "Quantum of solace" sin duda contribuyen a que está supervivencia se prolongue en el tiempo probablemente una generación más.

jueves, noviembre 20, 2008

Otro efecto colateral de la burbuja de la vivienda estallará a medio-largo plazo. Tiene que ver con la mala calidad de los materiales con los que muchas de esas viviendas, compradas a precio de oro, se han construído.
No se qué sentido tienen las entrevistas a los políticos en la televisión. Bueno... Quizá podría llegar a imaginármelo de no estar tan cansado. Lo único cierto es que, mientras que la pizpireta presentadora le formulaba la pregunta, imaginaba lo que Leire Pajín podría contestar y en un 80% de las veces he acertado.
Y las preguntas tampoco es que fueran muy diferentes de otras tantas preguntas que antes, y mil veces, ya he escuchado.
Y lo peor de todo es que acertar no tiene ningún mérito... No es difícil. Basta con escuchar y recordar, verbos que en su práctica cada vez se conjugan menos.

Otro absurdo que vivimos con naturalidad suponiéndonos serios y cabales en nuestras vidas.

martes, noviembre 18, 2008

Un nuevo año se acerca,
y cruje incesante la madera bajo su creciente peso
mientras bandadas de polvo se despiertan
con el eco sordo de sus pasos.

Un nuevo año se cumple
y las inútiles sombras se precipitan en vano
mientras se tuerce la hierática expresión
de todos los silencios aún por calladamente nacer.
"En la noche helada cicatrizan todos los charcos"
(Greguerías, Ramón Gómez de la Serna)

lunes, noviembre 17, 2008

LOST



La isla es algo más que una isla.

Es una red con una oculta voluntad propia que se extiende en el espacio y en el tiempo para atrapar entre sus garras a los pasajeros del vuelo 815 de Oceanic Airlines.

La cuarta temporada de "Lost" termina con bastantes más interrogantes de los que resuelve... pero las certezas son lo menos importante. El constante estado de incertidumbre es la única certeza que de forma incesante alimenta el inevitable deseo de descubrir las respuestas, de saber de una vez por todas lo que realmente sucede.

Lo que más me gusta de "Lost" es que juega habilmente con la necesidad pulsional de certidumbre que el ser humano siente. En este sentido, la isla se convierte en la más perfecta némesis con su absoluta capacidad para generar misterio e incertidumbre.

Cualquier cosa puede pasar. Cualquier cosa puede ser.

El grado cero del enigma... Todo lo que sucede puede significar cualquier cosa.

Las preguntas se agolpan en la profundidad de sus cavernas y selvas a la espera de respuestas que quizá nunca lleguen.

En esta cuarta temporada el presente de la isla se convierte en pasado. Algunos han conseguido lo que más desean, escapar, pero en flash forward del futuro se nos muestra que quizá no haya sido tan buena idea, que no es tan fácil de escapar del largo brazo de la isla. Y ésta empieza a revelarse como una singularidad regida por unas leyes diferentes a las que gobiernan nuestra euclidiana realidad. El tiempo se dilata y se contrae, los cadaveres llegan a las playas antes de ser asesinados, el futuro puede ser imaginado y el pasado reconstruido.

Y para colmo Jeremy Bentham ha muerto cuando nadie lo esperaba... Quizá todos deban volver a la isla con su cadaver. Seguramente nunca se han marchado.


domingo, noviembre 16, 2008
















GOMORRA

No me lo explico

¿Cómo diablos puede ser aburrida y carecer de interés una película sobre la Camorra napolitana?

Antes de entrar a ver la película comentaba que "Gomorra" tenía toda la pinta de ser una película que siempre resulta interesante por su temática, que es imposible que director y guionista "la caguen"... Pues bien, "Gomorra" es exactamente eso... una cagada, una asombrosa manifestación de incapacidad para narrar una historia con interés.

Lo peor que se puede decir de "Gomorra" es que hay más verdad en la mentira de "Los Soprano" que en la verdad que se nos pretende contar en esta película que resulta un despropósito de principio a fin.

Todo resulta desaprovechado, superficial, anecdótico. No hay emoción ni tensión... Nada.

La única explicación para los premios que ha recibido esta película es la confusión desinteresada entre la película como obra y la realidad que narra... o la ya más sinteresada confusión comercial del marketing. Porque, y por si misma, la película no tiene ningún valor... ni siquiera como testimonio... Y si lo tiene es que ya empezamos a conformarnos con cualquier cosa, por ínfima que sea, porque honestamente creo que "Gomorra" no vale nada.

Hubiera preferido un documental de Michael Moore.

sábado, noviembre 15, 2008

NO TE MUERAS SIN DECIRME A DÓNDE VAS


Es una lástima.

"No te mueras sin decirme a dónde vas" podría haber sido la mejor película de Eliseo Subiela. Probablemente él imaginara lo mismo mientras escribía la historia de estas dos almas que van encontrándose en el tiempo el uno al otro, bajo distinta apariencia, en distinta situación, pero las buenas intenciones no han traspasado de forma conveniente el horizonte de sucesos que vuelven tangibles las ideas.

Por primera vez, Subiela abandona la estructura narrativa sencilla, el simple relato de una simple historia y la cambia por un complejo entramado en el que se entrecruzan diferentes líneas argumentales: el viejo del cine, el amigo inventor, la planta, el robot.. Y todas conviven en el espacio de la pantalla, con su propia carga emocional, abundando en intensidad y restando protagonismo narrativo y emocional a la historia de fantasmales encuentros y desencuentros entre Hipólito y Raquel.

Y para contarlo todo la película se vuelve demasiado larga... o por lo menos así se me termina apareciendo.

Las historias se detienen para continuar contando otras que también fueron detenidas para poder a su vez contra otras que en su momento también fueron interrumpidas y el resultado es deslabazado. Las emociones se acumulan, las palabras pierden anclaje. Todo resulta demasiado intenso, porque no hay lugar para transiciones nimias que permitan al espectador descansar entre descarga emocional y descarga emocional. Hay demasiadas cosas que decir de demasiadas historias. Falta espacio.

Y la película, que pese a todo tiene buenos momentos, termina por hacerse incómoda hasta culminar en uno de esos pretendidos finales grandes, construidos a base de la sucesiva acumulación de pequeños finales en los que la película parece atrancarse, no querer terminar, rematando interminablemente un lazo narrativo con otro lazo más.

Y es una pena... porque la pequeña historia de Hipólito y Raquel podría haber transcurrido hermosa y grande, sin disgresiones ni distracciones, en el tránsito entre dos frases: "Soñé con usted, pero no con su nombre" y "La próxima vez no te mueras sin decirme a dónde vas".

Seguramente las historias pequeñas en fondo y forma son el territorio donde Subiela y sus personajes dan lo mejor de sí mismos.