sábado, abril 17, 2010
viernes, abril 16, 2010
"Salió más tarde Reyes y desplegó ese juego tan suyo de patio de colegio que tanto gusta en la grada. Reyes coge el balón, mira al suelo y corre y corre regateando rivales hasta que cae de culo y pide falta abriendo los brazos, reivindicando así los postulados básicos del fútbol infantil: los buenos son los que más regatean, cuanto mejor jugador más adelante se juega, hacer tareas defensivas es de mediocres, mejor cinco regates que un pase, la solidaridad, la disciplina y la generosidad son cosas de fútbol de mayores."
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"El Sayyid Nosair, que nunca pisó Palestina, el rabino Kahane, que la quería toda para los judíos (rechazaba el “Estado democrático” de Israel) y el joven Kahane, que piensa como su abuelo, forman parte del terrible elenco shakespeariano. Gente dispuesta a exprimir la tragedia hasta la última gota de sangre."
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De esos, Enric, de los shakesperianos, tenemos por aquí unos cuantos dispuestos a confundirlo todo hasta confundirse con un cierto recuerdo de tiempos pasados... Por lo visto vienen los fascistas, con sus camisas azules y sus atildados bigotes afilados o, lo que es peor, ya están aquí y son cualquiera que se atreva a dudar, a tener un punto de vista diferente y a estar dispuesto a ejercerlo en los tribunales...
No hay término medio. Nuestros inocentes siempre son inocentes. Los culpables siempre están en el otro lado. Y además, recubriéndolo todo, una eterna aspiración a la irresoluble tragedia que siempre nace de la ignorante ignorancia tozuda que siempre se empeña en ver lo que desea.
No hay otros puntos de vista. Sólo inconfesables conspiraciones directamente dirigidas desde lo más profundo del Mordor que existe en nuestra conciencia colectiva de nación de pueblo.
Such is the way of our little world behind the big damn fuckin' sun.
Lamentable... todo o casi todo.
miércoles, abril 14, 2010
FUGA DE CEREBROS
Personalmente, entiendo que es un desperdicio mandarle a Jerusalén para que escriba sobre la carne y la sangre del eterno desencuentro entre israelíes y palestinos teniendo como tenemos los españoles el nuestro... casi 40 años después, intentando desesperadamente que todo sea como si nada hubiera sucedido.
Seguro que con su talento nos ayudará a entender un poco más ese territorio y los seres humanos que lo habitan.
Pero es una lástima que no esté aquí, engrosando las filas de esa tercera españa que lo flipa con las otras dos, principalmente y sin entrar en detalles con su obsesión por seguir existiendo. Probablemente nos ayudaría a comprendernos... aunque quizá sea precisamente éso lo que no interese.
El ruido y la furia en este mundo que parece menos bárbaro de lo que en realidad es ganan como casi siempre.
Fronteras movedizas es la primera entrada de su blog y para muestra un botón:
Las desvencijadas glorias del nuevo día
te saludan desde el olvidado sueño de su herrumbre.
Por un momento olvidas las negras alas
de los qués, los cuándos y los cómos.
Te detienes bajo la dudosa luz del sol.
Su calor es tibio... pero la incertidumbre
de su volátil abrazo te basta.
Apenas unos segundos...
tu escuálido porvenir te aguarda.
sábado, abril 10, 2010
La ciudad está llena de oficinistas
desvestidos de la habitual piel suya de cada día,
desnudos y entregados a la afilada luz del sol,
con todos los sentidos abiertos de par en par
al rocío de la más perfecta de las mañanas,
despertándose de las opacidades,
buscándose las transparencias,
esperándose impacientes
y sin terminar nunca de llegar
como personajes de una obra teatral de vanguardia,
deseando tener algo más que un reloj
gobernando el inmóvil balcón de sus almas,
suspirando por un poco de brisa
que haga del horizonte algo más que una línea recta,
un cuerno de la abundancia
de cuya profundo e inexplicable seno
incesantes, las posibilidades manan.
En un mundo perfecto, el actual líder de nuestro principal partido de la oposición estaría acabado... Pero en una sociedad carente de estándares y de memoria, esa capacidad para el olvido -directamente relacionada con una absoluta incapacidad de definir qué es lo importante y dónde está el límite- es un factor que no debe pasarse por alto.
Y la guinda no es que Bárcenas, el hombre que iba y venía por todo el espacio y el tiempo de nuestra política con maletines llenos de billetes de 500 euros, decida ahora pagar su propia defensa, declinando la proporcionada por el partido durante todo este tiempo, sino el párrafo final del comunicado donde así lo pone de manifiesto, agradeciendo la confianza depositada en él " a lo largo de estos años"... Y todos estamos seguros de que si la justicia no le hubiera atrapado en su presuntidad, le estaría agradecido aún más.
Y es curioso como una intrascendente fórmula de cortesía con la que se cierran un millón de comunicados puede, en realidad, encerrar tanto significado... Con lo que ha debido costar obligar a Bárcenas a firmar ese comunicado, pactar el contenido seguro que, desde un punto de vista de la relatividad de los esfuerzos comparados, se antojaba una estupidez innecesaria. Pero, por ahí, Bárcenas, desde su personal concepción de las cosas, sigue mostrando sus fauces a quién cree que despreocupadamente puede acariciarle el lomo.
En un mundo perfecto, el actual líder de nuestro principal partido de la oposición estaría acabado, pero, en el real, tengo claro que otras más esenciales están absolutamente terminadas... o por empezar.
GALACTICA
El comienzo de esta segunda temporada de "Galáctica" está haciendo que me pregunte por qué diablos me gustó la primera.
El desplazamiento del foco narrativo desde el misterioso plan que tienen los inquietantes cylones hasta las centrípetas intrigas que suceden en el seno de la flota de humanos supervivientes se me antoja un espantoso error... No se si estratégico, pero sobre todo táctico porque el despliegue argumental resulta tremendamente manido y vulgar: amores en conserva, una lady macbeth de plástico, conspiraciones transpiradas, escuálidos y lánguidos coroneles Kurtz, profetas de galleta china...
No se yo... pero quizá no pasaba nada si los cylones consiguiesen exterminarles. Eso salía ganando toda la galaxia y sobre todo nosotros, los terrestres. Porque si definitivamente encuentran el camino de regreso a la Tierra, la madre de todas las colonias, ya vamos aquí lo suficientemente servidos de chorripántica falta de imaginación.
Y en cuanto al plan de los cylones, me temo lo peor... seguramente una especie de marina d'or de ingeniería social.
Pero no hay que desesperar... Puede que todo forme parte del plan...
miércoles, abril 07, 2010
SOUL KITCHEN
La vida es bella cuando te la cuenta alguien que así lo cree y "Soul Kitchen" es una de esas películas producidas desde el entusiasmo general hacia "eso" que llamamos vivir.
La película gira en torno a Zinos, propietario de un restaurante llamado "Soul Kitchen" y de todas las personas que cuyos destinos giran a su alrededor, especialmente su novia Nadine cuyo proyecto vital parece estar a miles de kilómetros del restaurante donde Zinos pone todo su esfuerzo.
"Soul Kitchen" es una especie de vertiginosa montaña rusa que nos muestra la divertida caída de Zinos en los abismos del fracaso siempre acompañado de un molesto dolor de espalda que, como su vida, va complicándose y agravándose más y más. Pero la película no se detiene en el desastre sino que, a partir de ese momento, compone una nueva realidad alternativa, distinta, cuyos mimbres el espectador ha visto aparecer en distintos momentos del desplome de Zinos y a los que el protagonista se agarrará para remontar el vuelo recomponiendo una nueva realidad en la que hay pervivencias, transformaciones y ausencias con respecto al anterior paisaje... que Zinos no parece echar mucho en falta.
Y este es el principal atractivo de "Soul Kitchen", la puesta en obra del hecho evidente de que la vida siempre continúa y que siempre nos suministra los materiales con los que seguir... si es que estamos dispuestos a verlos.
Y todo contado de una manera brillante, dinámica, desenfadada incluso en los momentos más dramáticos haciendo de "Soul Kitchen" una de esas historias llenas de optimismo y "buen rollo", que el espectador recuerda siempre con cariño.
Buena.
domingo, abril 04, 2010
THE YAKUZA
Ya he puesto por escrito más de una vez mi admiración por esta película de Sidney Pollack.
Seguramente en otras ocasiones no he puesto suficiente énfasis en una cualidad de la película que, por extensión, es una cualidad siempre presente en el buen cine.
Por paradójico que parezca ya que el cine se basa en la incontastable evidencia de la imagen, una de las principales cualidades del buen cine es precisamente transmitir al espectador la duda sobre esa evidencia que está viendo. Lo que se sugiere, lo que no se cuenta de forma evidente son aspectos que enriquecen las imágenes aportandolas un valor extra de significado que el espectador sólo puede intuir.
Y al final la ligazón que mantiene atados a los tres personajes principales, Harry Kilmer (Robert Mitchum), Eiko (Keiko Ishi) y Tanaka Ken (Ken Takakura), es un acontecimiento de su pasado que el espectador, poco a poco, va reconstruyendo a base de miradas, palabras a medio decir e intuiciones en un suspense emocional pocas veces repetido en otra película que el que les escribe recuerde.
Por encima de la trama de ajuste de cuentas que es la superficie sobre la que se desarrolla la historia subyace el candente magma de una historia que mantiene irremediablemente unidos a los tres personajes en una red de acciones y omisiones terriblemente complicadas por el abismo cultural que separa el occidente del Japón y que les convierte en emocionantes esclavos del propio pasado.
Un abismo que en un imposible gesto de agradecimiento y perdón, y al comprender el verdadero sentido de esa melancólica trama que les une y atrapa, Kilmer intentará suturar como si de una abierta herida se tratara realizando un gesto lleno de simbolismo que implicará la entrega de una parte de sí mismo a cambio de la libertad de los tres.
Siempre maravillosa.
Paralelismos entre la crítica que la Escuela de Frankfurt hace a la sociedad moderna occidental a través del binomio razón instrumental-razón final y la crítica que desde la perspectiva hinduísta René Guenon hace en su libro "Estudios sobre el hinduismo" a la misma sociedad occidental:
"En aquellas de nuestras obras a las cuales hemos hecho alusión anteriormente, hemos expuesto que la contemplación es superior a la acción, como lo inmutable es superior al cambio. No siendo la acción más que una modificación transitoria y momentánea del ser, no podría tener en ella misma su principio y su razón suficiente; si no se enlaza con un principio que está más allá de su dominio contingente, no es más que una pura ilusión; y ese principio del cual saca toda la realidad de la que es susceptible, y su existencia y su posibilidad misma, no puede encontrarse sino en la contemplación o, si se prefiere, en el conocimiento."
(Estudios sobre el hinduismo, René Guenón)
Toda acción necesita un sentido al que referirse y en el que circunscribirse.
2
"Ello es precisamente lo que ignoran los occidentales modernos que, del conocimiento, no consideran más que un conocimiento racional y discursivo, luego indirecto e imperfecto, lo que se podría denominar un conocimiento por reflejo, y que, cada vez más, no aprecian incluso este conocimiento inferior sino en la medida en que puede servir directamente a fines prácticos; comprometidos en la acción hasta el punto de negar todo lo que la sobrepasa, no perciben que esta acción misma degenera así, por falta de principio, en una agitación tan vana como estéril."
(Estudios sobre el hinduismo, René Guenón)
Es el olvido de las finalidades en favor de lo instrumental.
3
"...el dominio de la acción es el mundo exterior; pero este poder no es nada sin un principio interior, puramente espiritual"
(Estudios sobre el hinduismo, René Guenón)
Lo instrumental precisa de una finalidad para tener sentido, de lo contrario se convierte en una pura mecánica técnica de consecución de objetivos que se perpetúa a sí misma en un aparente final de la historia en que sólo cuenta lo cuantitativo.
4
"No es menos cierto que hay ahí un peligro que, a pesar de todo, tiene el riesgo de agravarse, al menos transitoriamente; el "peligro occidental" no es una palabra vana, y el Occidente, que es él mismo su primera víctima, parece querer arrastrar a la humanidad entera en la ruina de la cual está amenazado por sus propias faltas. Este peligro es el de la acción desordenada, por estar privada de su principio; tal acción no es en sí misma sino una pura nada, y no puede conducir más que a una catástrofe. "(Estudios sobre el hinduismo, René Guenón)
El imposible de la constante aplicación de tácticas sin que exista una auténtica estrategia de presencia en el mundo que no vaya más allá del progreso material de la sociedad.
Y esa es la gran trampa que impide un pensamiento alternativo a la sociedad en que vivimos. El mundo de la sociedad industrial es un mundo hecho a la medida del animal que todos llevamos dentro. Todo está encaminado a que la bestia esté tranquila, confortable, bien alimentada, caliente, dando rienda suelta a su inagotable deseo y cualquier planteamiento cuestionador supone la sombra de una amenaza contra ese bienestar de las cosas producidas en mayor cantidad que en ninguna época de la historia humano, un bienestar por el que los seres humanos estamos sacrificando todo aquello que no es estrictamente animal dentro de nosotros.
El resultado es una sociedad cada vez más mecánica y animalizada, una acomodada sociedad del placer en el que conceptos tan básicos como el sacrificio y el esfuerzo empiezan a tener mala prensa.
Una sociedad bajo cuya apariencia sucede la misma jungla de siempre, una jungla de imágenes y símbolos donde existen invisibles y estructurales relaciones de poder bajo las que los humillados y ofendidos son los mismos humillados y ofendidos de siempre, ciudadanos respetables con los mismos derechos hasta que las cosas se complican y la cadena siempre termina rompiéndose por el mismo lado, el suyo.
Desde el punto de vista de lo material: prestamos e hipotecas, casas y coches, tarjetas de crédito e intereses, bolsas llenas de cosas...
Desde el punto de lo final, pura ilusión de deseo interminable e infinito, constante insatisfacción con lo que se tiene y eterna intención de querer más... más rápido, más grande, más alto.
Y esa materialidad anestesia la mirada desgastando sus filos.
Sólo la espiritualidad, las ética laica o religiosa de las finalidades, puede poner límites, circunscribir el deseo dentro de una voluntad, dentro de un sentido y un plan, pero el sistema capitalista de consumo nos quiere desprovistos de finalidades, indefensos como demanda ante su incesante oferta que sin ningún sentido ni propósito que el continuar acumulando se auto perpetúa.
Y en este sentido no hay nada más importante que el sacrificio y el esfuerzo, porque la ética de las finalidades implica una ascética, una depuradora lucha que pone límites al deseo fijando en cada momento lo que de verdad somos y, como consecuencia de ello, lo que de verdad queremos... Y no al revés, cuando desordenada y proteicamente somos lo que queremos.
Magnífico artículo de antropología hispánica actual (una vez más) a cargo de Javier Marías... El país que perdió el humor...
"Es sorprendente, así pues, que en esta época mucho más afortunada y menos sombría esté proliferando un tipo de español solemne, envarado, ceñudo, poseído de su rectitud, que no sólo no tolera una chanza ni una exageración, sino que parece incapaz de detectarlas."
(Leer más)
"Es sorprendente, así pues, que en esta época mucho más afortunada y menos sombría esté proliferando un tipo de español solemne, envarado, ceñudo, poseído de su rectitud, que no sólo no tolera una chanza ni una exageración, sino que parece incapaz de detectarlas."
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LOS VIKINGOS
No había visto en pantalla grande esta película dirigida en 1955 por el hábil artesano Richard Fleischer, pero durante estas vacaciones he tenido ocasión de hacerlo en el ciclo que la Filmoteca del Circulo de Bellas Artes le dedica.
Rodada en Cinemascope y magnificamente fotografiada por el maestro Jack Cardiff, "Los Vikingos" es un relato de aventuras en toda la extensión de la palabra. Hay un héroe, Eric (Tony Curtis) convertido en esclavo y borrado del mundo y de su derecho a heredar la corona del reino de Northumbria y serán los vikingos, aquellos que la han esclavizado quienes le ayudarán a recuperar su destino y con él a la mujer que ama.
Por encima de todo, los vikingos es una película atmosférica, en el que el paisaje es protagonista principal... Los inmensos fiordos de paredes cortadas a pico deben resultar espectaculares vistos en el Cinemascope original... Y dentro de ese paisaje lo que se nos muestra es a esos vikingos cuyo nombre da título a la película como los principales y auténticos protagonistas de la historia. Su modo de ser, su modo de hacer, su manera de juzgar las cosas...
Desde la ficción, la película busca un cierto componente documental. Mostrar al ojo curioso del espectador el estilo de vida de ese terrible pueblo del Norte y para ello utiliza como eje vertebrador la historia de Eric y su enfrentamiento con el impulsivo y brutal Einar (Kirk Douglas).
La historia reúne los elementos básicos para funcionar. Se mueve dentro del cliché, pero lo hace una forma adecuada: Hay un héroe que tiene un destino y en el camino que le lleva a él van apareciendo una serie de coadyuvantes y oponentes que crean la tensión precisa para que los esfuerzos del protagonista tengan la mínima emoción y el mínimo interés como para que la mirada del espectador se sostenga sobre la pantalla.
No olvidemos que se trata de cine de aventuras mainstream, similar a cualquier buena película que hoy pudieran hacer Michael Mann, Steven Spielberg o Michael Bay y, aunque el paso del tiempo tiende a convertir cualquier objeto en una magdalena proustiana, no hay que perder la perspectiva... "Los Vikingos" no deja de ser un producto industrial de entretenimiento (el de nuestros padres y abuelos), mucho más cercano al producto de calidad que al clásico del cine concebido como arte.
Y como tal también tiene sus limitaciones que principalmente tienen que ver con la falta de profundidad en la carne de muchos personajes, que se limitan a reposar sobre su carácter arquetípico esperando que el público ponga lo que falta y, si quiere, se implique en sus emociones más o menos intensas, así como con un desarrollo mecánico, ajustado y funcional del relato. Ambas cosas impiden que, con las shakesperianas posibilidades de sus mimbres, la película trascienda y emocione más de lo imprescindible. Siendo precisamente estas carencias las que colocan a "Los vikingos" un paso por detrás de verdaderos clásicos de aventuras como "El Mundo en sus manos" de Raoul Walsh o "Tierra de faraones" de Howard Hawks.
Medalla de Plata.
sábado, abril 03, 2010
THE WEST WING
"Y la razón por la que el hombre es un animal político (zôon politikón) en mayor grado que cualquier abeja o cualquier animal gragario es evidente. La naturaleza, en efecto, según decimos, no hace nada sin un fin determinado; y el hombre es el único entre los animales que posee el don del lenguaje. La simple voz, es verdad, puede indicar pena y placer y, por tanto, la poseen también los demás animales -ya que su naturaleza se ha desarrollado hasta el punto de tener sensacones de lo que es penoso o agradable y de poder significar esto los unos a los otros-; pero el lenguaje tiene el fin de indicar lo provechoso y lo nocivo y, por consiguiente, también lo justo y lo injusto, ya que es particular propiedad del hombre, que lo distingue de los demás animales, el ser el único que tiene la percepción del bien y del mal, de lo justo y lo injusto y de las demás cualidades morales, y es la comunidad y participación en estas cosas lo que hace una familia y una ciudad-estado."
(Política, Aristóteles)
Termino de ver la séptima y última temporada de "The west wing" y si hay algo que tengo claro es que se trata de una obra monumental, una de las mejores series de la mejor época que este género ha vivido en la historia de la ficción en televisión.
Y no sólo por el interés y emoción de las historias, por la profundidad y atractivo de los personajes, por la calidad de la puesta en escena, sino también por la idea que representa. Porque el principal atractivo del "Ala Oeste" es habernos mostrado durante siete temporadas la maravilla de la política, de la gestión de la cosa pública, cuando es llevada a cabo por aquellos que en verdad son los mejores de nosotros. Y en este sentido, los personajes resultan demasiado perfectos, demasiado buenos y el exceso, como apunté en algún post anterior, me produce un cierto rechazo. Pero tengo que reconocer que ese rechazo debe quedar subsumido bajo el peso de un bien mayor, el sentido moral del DEBER SER.
No hay sistema que funcione sin personas de calidad que los hagan funcionar. Individuos que de forma natural actúen como el inagotable libro de la teoría exige que hagan, incluso una vez se ha cometido el error.
Las sociedades no sólo necesitan palabras, sino también y fundamentalmente ejemplos, acciones que encarnen esas palabras y las conviertan en la verdad que ya eran antes, aunque sólo de forma potencial.
Ninguna palabra es real hasta el momento que, de una forma u otra, se convierte en hechos que la respaldan. Y en este momento siempre recuerdo la frase que pronunciaba el viejo Jean Marais en la pelicula de Bernardo Bertolucci "Belleza robada"... "No existe el amor, sólo actos de amor". No existen palabras con valor si no hay acciones que las respaldan ni tampoco acciones que merezcan la pena si el sentido de unas palabras pronunciadas no las respalda.
Todo lo demás es ruido y furia, el animal humano tomando posesión de nuestro actuar en el mundo.
Como escribe Aristóteles:
(Política, Aristóteles)
La verbalización de lo que es justo o bien no conlleva otra cosa que su realización. Y la política no es otra cosa que la gestión de lo social desde esa perspectiva de lo que se considera bueno y correcto.
Nada más importante ni más sagrado... al menos en su teoría que luego la realidad llega siempre con sus apremiantes imperfecciones que jamás nos hacen estar a la altura.
Pero los ejemplos deben existir en su inalcanzable condición apolínea y "The west wing" no hace otra cosa que mostrarnos personajes empeñados en la realización de lo que cada uno de ellos considera correcto, idealizando,en un mundo donde cada vez se toman con distanciamiento cínico más cosas, uno de los aspectos más esenciales para su gestión.
Y la política por encima de un puesto de trabajo es una vocación y un servicio. Concebirla como un trabajo más y pensar que el político es uno más entre nosotros es otro síntoma a añadir al cuadro clínico de nuestra decadencia como sociedad.
viernes, abril 02, 2010
DIOS Y LA NUEVA FÍSICA
"Según este original argumento, el Cosmos entero surge de la nada, en completo acuerdo con las leyes de la física cuántica, y crea sobre la marcha toda la materia y la energía necesarias para construir el Universo que vemos en la actualidad. Explica, por tanto, la creación de todas las cosas físicas, incluyendo el espacio y el tiempo. En lugar de postular una singularidad desconocida para poner en marcha al Universo (ver capítulo 2), el modelo del espaciotiempo cuántico intenta explicar todas las cosas dentro del contexto de las leyes de la física. Se trata de una hipótesis impresionante. Estamos acostumbrados a la idea de "dar para recibir", pero la idea de obtener algo a cambio de nada (o a partir de nada) nos resulta extraña. Sin embargo, el mundo cuántico produce rutinariamente algo a cambio de nada. La teoría nos dice que gracias a la gravedad cuántica podríamos obtener todas las cosas a cambio de nada. Hablando sobre el tema, el físico Alan Guth señaló: «Se dice a menudo que "en el fondo nadie regala nada". El Universo, sin embargo, es un regalo genuino.»"
Ya he escrito en alguna ocasión las sorprendentes coincidencias, en el sentido con que Jung convertía a las casualidades en afinidades electivas, que suceden entre la física y la religión.
Un ejemplo de la existencia de estas afinidades electivas es "Dios y la nueva física" escrito por el físico australiano Paul Davies.
El objetivo de Davies es ambicioso... Pasar revista al panorama de la física actual buscando el lugar que la idea de Dios puede ocupar en la nueva imagen del mundo que se deduce del trabajo de aquella.
Interesante propósito, entre otras cosas, por invertir la dirección de la relación entre ciencia y religión. Ya no se trata de cómo encaja la ciencia en un mundo definido por la religión sino cuál puede ser lugar de la religión en un mundo definido por la ciencia.
Interesante propósito, entre otras cosas, por no pagar a la religión con la misma moneda con la que ésta ha venido pagando el trabajo de los científicos.
El libro se estructura en 17 capítulos cada uno de ellos centrados en aspectos claves de la investigación científica: le génesis del universo, el origen de la vida, la estructura fundamental de la materia, los agujeros negros, el fin del universo... Y todos ellos desde la perspectiva de encontrar un lugar en todo el aparataje de hipótesis y teorías que ha venido generando la física para una explicación holística y finalista como la religiosa.
Tengo que decir que todos los capítulos han tenido para miel mismo nivel de interés, si bien el atractivo del libro de forma general es incuestionable... aunque sólo sea, si uno no busca a Dios y prefiere que Dios le busque a él (como es mi caso), por la atractiva composición del paisaje de la Física actual, incluyendo nuevas tendencias y desafíos.
En cuanto a Dios y su presunta capacidad creadora, el libro arroja pasmosos planteamientos que podrían llegar a explicar incluso ideas tan aparentemente poco cientíticas como la creación de algo desde la nada (que nunca es tal si uno hace caso a la física cuántica):
(pp, 186)
"Pero ¿qué podemos decir de las leyes? Deben estar "ahí' al comienzo para que el Universo pueda surgir. La física cuántica debe existir (en algún sentido) a fin de que una transición cuántica pueda generar el Cosmos. Muchos científicos creen que preguntarse por qué las leyes de la física son las que son no tiene ningún sentido, o al menos no es una pregunta que pueda responderse en términos científicos. Otros han razonado "antrópicamente", sosteniendo que las leyes deben ser tales que admitan observadores. Sin embargo, existe otra posibilidad más remota. Quizá las leyes (o la superley definitiva) emergerán de un único principio físico lógicamente posible"
Y en este aspecto, las cosas tal y como las conocemos no necesitan en su origen de una voluntad creadora que con su palabra haga que todo sea lo que es.
Otra cosa muy diferente de la acción que supone la concreción en acto de lo que es sólo potencia, es la definición de esa propia potencialidad.
Porque la gran pregunta que queda pendiente de la lectura del libro de Paul Davies es porqué el universo se rige por estas leyes y no otras:
Sin afirmarlo taxativamente Davies deja abierta la posibilidad de una posible organización de las leyes que rigen nuestro mundo tras la cual se esconda una inteligencia creadora. No se cierra en banda a la posibilidad de intentar intuir la naturaleza y extensión de todo el bosque en lugar de internarse en él identificando la naturaleza de cada árbol.
Y esas explicaciones holísticas, son afirmaciones que poco difieren en su naturaleza de lo que un creyente pueda firmar de la naturaleza de un mundo que, como decía el escritor, es ancho y ajeno.
jueves, abril 01, 2010
INDIGÈNES
Cómo empezar...
Uno de los grandes inconvenientes de enterrar a Marx (como también se ha enterrado el pensar de personajes tan lúcidos como Nieztsche o Freud) bajo la duda de la mayor o menor adecuación de su pensamiento a los nuevos tiempos de este ahora totalitario y consumista mundo es olvidar el gesto esencial que supone su obra por encima de los detalles y rigores de su pensamiento.
Con mayor o menor acierto en el despliegue de la obra de cada uno de ellos, la principal moraleja que nos legaron estos pensadores es la necesidad de cuestionar la realidad en la que vivimos en sus aspectos más esenciales y estructurales.
La realidad siempre es una realidad para algo. Nunca existe porque sí.
Y hoy nadie cuestiona la realidad en la que vivimos. Desde un punto de vista del pensamiento, el fin de la historia es real. La crítica se ha convertido en un mero reformismo progresistas que, desde lo tecnocrático, busca pulir detalles, sin atacar causas esenciales.
No hay un cuestionamiento global del mundo en que vivimos... Y esta conclusión puede que aparentemente no tenga mucho que ver con una película que narra las injustamente olvidadas peripecias de los soldados magrebíes que lucharon en el ejército francés durante la II Guerra Mundial, pero sí lo tiene.
Al mostrar la injusticia del no reconocimiento del sacrificio que esos hombres hicieron por la que era entonces su madre patria, "Indigènes" está mostrando de forma clara la existencia de una realidad compleja cuyo intrincado entramado incluye estructuras de dominación que se manifiestan única y exclusivamente como modos de injusticia y explotación.
Sospechar de la realidad es la principal responsabilidad de la crítica política y social... sospechar de la palabra patria y de aquellos que la pronuncian antes de mandar a los soldados magrebíes a luchar por una bandera y un estilo de vida que no les respeta (pero que les necesita), pero también sospechar, ahora, de la palabra democracia y de aquellos que la pronuncian con demasiada frecuencia.
Si hay algo que Marx nos enseña es que en todas las épocas ha habido dominadores y dominados, que en todas las épocas los dominadores configuran las estructuras sociales y políticas sobre la base de su poder real para sacar ventaja del resto, que se convierte en simples piezas de la maquinaria.
Y las enmiendas no sólo atañen a concretas y determinadas partes.
La sociedad de consumo en que vivimos es la más perfecta estructura de dominación que vieron los siglos y lo es porque traslada la dominación al interior del propio individuo y lo es porque todos nos pasamos los unos a los otros el papel del víctima y el papel de verdugo y lo es porque, aunque casi siempre perdamos, siempre existe la posibilidad de ganar.
El campo de batalla se traslada de lo sociológico a lo psicológico. Al animal que todos llevamos dentro se le brinda la posibilidad se sentirse seguro, tranquilo y a salvo... y esa posibilidad siempre está ahí, aunque no se cumpla pendiente de la ficción de que el esfuerzo sincero y verdadero siempre será premiado... como el esfuerzo de los soldados magrebíes que, al final, terminan siendo utilizados por una estructura de dominación que utiliza las más hermosas palabras para halagar su deseo: la lejana e inaccesible Francia os necesita a vosotros pequeños agricultores del interior de Argelia. Y lo cierto es que, cuando las cosas se ponen complicadas, siempre hay clases. Al final, siempre hay un abajo y en ese abajo están los mismos de siempre, los humillados y los ofendidos cuyos zapatos siempre están manchados de barro... Pero esa es otra historia...
Volviendo a la película, "Indigènes" es un estupendo relato que cumple la función de salvar del olvido la contribución que aquellos humillados y ofendidos hicieron para el restablecimiento de un sistema que, en contrapartida, jamás ha querido reconocerles el esfuerzo de carne y sangre que sobre los campos de batalla de Africa y Europa hicieron.
Narrada desde la diferentes perspectiva de cuatro soldados de origen magrebí, "Indigènes" es el relato sobrio y ajustado de un drama que, de forma irónica, sucede en el mismo corazón de una epopeya, la de la lucha de las democracias contra el fascismo. Y, en este sentido, queriendo o sin quererlo, resulta pasmosamente reveladora.
Como si de una parábola bíblica se tratara, fascismo y comunismo absorbieron sucesivamente (y no sin razón) todos los pecados del siglo XX, permitiendo la erección de una imagen límpida y pura de las democracias occidentales capitalistas que ha hecho imposible toda crítica estructural sobre un determinado estilo de vida. Con la caída del muro de Berlín, Occidente desesperadamente ha corrido en busca de un antagonista y lo ha encontrado en las extensiones extremas del Islam. Necesitamos constantemente evocar a los comunistas y a los fascistas, especialmente a estos últimos, y probablemente lo hacemos porque contra ellos vivíamos mucho mejor, sin tener que asomarnos al espejo de nuestras propias contradicciones por estar constantemente ocupados en defender tanto en la teoría como en la práctica las bondades de nuestro estilo de vida frente a aquellos que acechan entre las sombras.
Y, en este sentido, resulta reveladora por paradójica la historia de estos soldados magrebíes a los que la Francia responsable de uno de los grandes hitos generadores del modo de vida occidental ignora en la larga cena de las recompensas y los elogios.
Extraordinaria.
miércoles, marzo 31, 2010
Me gusta leer a Montaigne.
Después de terminado uno de esos estériles debates televisivos en los que los participantes se limitan a calificar el propio planteamiento y descalificar el de los otros, recuerdo el largo capítulo que en sus Ensayos dedica a la educación. En un momento del mismo, el francés apela a la calidad de las personas para el buen funcionamiento de una sociedad y de un sistema político.
Sin personas de calidad ningún sistema es posible y esa calidad pasa principalmente por una buena educación, entre otras cosas proporcionando a quienes la tienen el buen sentido de no anteponer el interés propio a cualquier precio. Saber dónde está el límite de aquello que uno defiende, conocer el límite razonable del propio interés y entender aquello del otro que debe ser asumido buscando encontrar puntos de acuerdo, lugares incuestionables a cuya solidez regresar de las magmáticas arenas movedizas de la lucha retórica en el ágora público.
Ya sucedió algo parecido en la antigua Grecia, cuando imperaba la escuela de los sofistas que en su decadencia terminó en una especie de esgrima retórica destinada a encontrar el argumento victorioso para defender la propia postura a cualquier precio.
Y al final, el esfuerzo de ponerlo todo en cuestión buscando el triunfo en el debate por la consecución del triunfo mismo afectó a la credibilidad de los discursos de unos y de otros.
Porque no había un lugar al que regresar y reconocer como incuestionable y cierto, un lugar que legitimara con su existencia la calidad de los concurrentes en el debate.
Los extremos se unían y daba lo mismo que algo fuera cierto o incierto. Sólo se trataba de vencer, pero tras ese triunfo no había nada más que una legitimación procedente de la mayor o menor habilidad para derrotar al adversario, una legitimación metodológica que nada tenía que ver con el valor de verdad del argumento de cara para su aplicación al mundo.
Irresponsablemente se había vencido y con lo único con que se contaba, una vez terminado el fragor de la lucha, era un argumento que solo servía para vencer y que, al salir del agora, quedaba calcinado como un vampiro bajo la arrasadora luz práctica de las cosas.
Algo parecido sucede ahora.
No hay nada incuestionable en el perfecto opuesto a la habermasiana acción comunicativa en que se ha convertido la vida pública.
En la arena pública y en su metonimia de los medios de comunicación los que concurren lo hacen única y exclusivamente para sacar adelante su planteamiento.
Y en lo que respecta a su valor de verdad, las opiniones se anulan unas a otras porque la puesta en escena contribuye a proyectar la sombra de la sospecha de que en el fondo no hay ninguna verdad.
Sólo técnicas, mecánicas, artes empleadas en mayor o menor medida para acreditar y desacreditar.
Se confunden los términos y la discrepancia se convierte en fin, cuando debiera siempre ser un medio para llegar a alguna clase de acuerdo.
Después de terminado uno de esos estériles debates televisivos en los que los participantes se limitan a calificar el propio planteamiento y descalificar el de los otros, recuerdo el largo capítulo que en sus Ensayos dedica a la educación. En un momento del mismo, el francés apela a la calidad de las personas para el buen funcionamiento de una sociedad y de un sistema político.
Sin personas de calidad ningún sistema es posible y esa calidad pasa principalmente por una buena educación, entre otras cosas proporcionando a quienes la tienen el buen sentido de no anteponer el interés propio a cualquier precio. Saber dónde está el límite de aquello que uno defiende, conocer el límite razonable del propio interés y entender aquello del otro que debe ser asumido buscando encontrar puntos de acuerdo, lugares incuestionables a cuya solidez regresar de las magmáticas arenas movedizas de la lucha retórica en el ágora público.
Ya sucedió algo parecido en la antigua Grecia, cuando imperaba la escuela de los sofistas que en su decadencia terminó en una especie de esgrima retórica destinada a encontrar el argumento victorioso para defender la propia postura a cualquier precio.
Y al final, el esfuerzo de ponerlo todo en cuestión buscando el triunfo en el debate por la consecución del triunfo mismo afectó a la credibilidad de los discursos de unos y de otros.
Porque no había un lugar al que regresar y reconocer como incuestionable y cierto, un lugar que legitimara con su existencia la calidad de los concurrentes en el debate.
Los extremos se unían y daba lo mismo que algo fuera cierto o incierto. Sólo se trataba de vencer, pero tras ese triunfo no había nada más que una legitimación procedente de la mayor o menor habilidad para derrotar al adversario, una legitimación metodológica que nada tenía que ver con el valor de verdad del argumento de cara para su aplicación al mundo.
Irresponsablemente se había vencido y con lo único con que se contaba, una vez terminado el fragor de la lucha, era un argumento que solo servía para vencer y que, al salir del agora, quedaba calcinado como un vampiro bajo la arrasadora luz práctica de las cosas.
Algo parecido sucede ahora.
No hay nada incuestionable en el perfecto opuesto a la habermasiana acción comunicativa en que se ha convertido la vida pública.
En la arena pública y en su metonimia de los medios de comunicación los que concurren lo hacen única y exclusivamente para sacar adelante su planteamiento.
Y en lo que respecta a su valor de verdad, las opiniones se anulan unas a otras porque la puesta en escena contribuye a proyectar la sombra de la sospecha de que en el fondo no hay ninguna verdad.
Sólo técnicas, mecánicas, artes empleadas en mayor o menor medida para acreditar y desacreditar.
Se confunden los términos y la discrepancia se convierte en fin, cuando debiera siempre ser un medio para llegar a alguna clase de acuerdo.
Incluso durante la II Guerra Mundial las potencias del eje y los aliados mantuvieron canales más o menos regulares de comunicación a través de países neutrales como Suiza, Portugal o Suecia. Me viene a la memoria la participación de Nordling, el consul del país nórdico, en los sucesos que precedieron a la liberación de París.
No se trata de negociar, sino de contar con la certeza de la existencia de lugares que permitan hablar, que permitan transmitir al otro incluso la existencia de planteamientos firmes e inflexibles.
Forma parte del conflicto civilizado que el enemigo no tenga la sensación de sentirse acosado, de evitar generar en él la desesperación de sentirse entre la espada y la pared, sentimiento que puede llevar a planteamientos mucho más extremos que incrementen el precio del éxito mucho más de lo imaginado.
Con la independencia de la bondad o maldad ética de la causa, predicar la aniquilación total del otro es un error propio de bárbaros... No es una postura ni civilizada ni inteligente porque la desesperación suscitada en el otro puede conducir a planteamientos de terminales situaciones extremas que pueden implicar un triunfo que suponga un inesperado coste mayor... aunque, como el vencedor siempre escribe la historia, terminarán engrosando la ya interminable columna del debe del derrotado.
Y todo porque mucho más importante que las victimas sucedidas, y siendo muy importante su pérdida, todavía lo es mucho más el asunto de las victimas que aún no han sucedido y pueden evitarse. Cualquier otro planteamiento implica que las propias directrices están gobernadas por la oscuridad y la destrucción.
Teniendo siempre los límites claros, sin traicionar a la propia causa, los canales de comunicación, si son posibles, siempre son necesarios. Incluso para que sólo estén ahí y jamás sean utilizados.
Confundir negociación con comunicación es un planteamiento muy poco civilizado.
No me gusta que se practique esta confusión con el problema vasco.
No hay luz ni oscuridad sin los pequeños instantes de grisura que preceden a los atardeceres y amaneceres.
No se trata de negociar, sino de contar con la certeza de la existencia de lugares que permitan hablar, que permitan transmitir al otro incluso la existencia de planteamientos firmes e inflexibles.
Forma parte del conflicto civilizado que el enemigo no tenga la sensación de sentirse acosado, de evitar generar en él la desesperación de sentirse entre la espada y la pared, sentimiento que puede llevar a planteamientos mucho más extremos que incrementen el precio del éxito mucho más de lo imaginado.
Con la independencia de la bondad o maldad ética de la causa, predicar la aniquilación total del otro es un error propio de bárbaros... No es una postura ni civilizada ni inteligente porque la desesperación suscitada en el otro puede conducir a planteamientos de terminales situaciones extremas que pueden implicar un triunfo que suponga un inesperado coste mayor... aunque, como el vencedor siempre escribe la historia, terminarán engrosando la ya interminable columna del debe del derrotado.
Y todo porque mucho más importante que las victimas sucedidas, y siendo muy importante su pérdida, todavía lo es mucho más el asunto de las victimas que aún no han sucedido y pueden evitarse. Cualquier otro planteamiento implica que las propias directrices están gobernadas por la oscuridad y la destrucción.
Teniendo siempre los límites claros, sin traicionar a la propia causa, los canales de comunicación, si son posibles, siempre son necesarios. Incluso para que sólo estén ahí y jamás sean utilizados.
Confundir negociación con comunicación es un planteamiento muy poco civilizado.
No me gusta que se practique esta confusión con el problema vasco.
No hay luz ni oscuridad sin los pequeños instantes de grisura que preceden a los atardeceres y amaneceres.
domingo, marzo 28, 2010
"El cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado de la Santa Sede y número dos del Vaticano, ha dicho esta semana que un "anticristianismo radical y demencial se está difundiendo por Europa de una forma rastrera". El grito desesperado ante las informaciones de los escándalos de pederastia que la Iglesia ha ocultado en el pasado (Alemania, Austria, Estados Unidos) revela la angustia de la Curia ante la crisis de credibilidad generada por la plaga de la pederastia."
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Con respecto al tema de la pederastia, creo que la iglesia católica se equivoca defendiéndose como una institución cualquiera, de este mundo.
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Con respecto al tema de la pederastia, creo que la iglesia católica se equivoca defendiéndose como una institución cualquiera, de este mundo.
Opinando sobre la realidad de los hechos, hablando de complots, relativizando sus incidentes de pederastia dentro de la totalidad, recurriendo a la retórica y a la aprobación de los propios para salvaguardar su posición sólo empeorará las cosas. Como Zapatero defendiéndose de Rajoy o Rajoy defendiéndose de Zapatero... Y en ésto como en otras tantas situacioness muestra cuál es el verdadero lugar y condición de su reino.
Una institución que en teoría obtiene su autoridad de un determinado posicionamiento moral no debe rebajar su nivel de comunicación descendiendo a la arena donde se reparten los navajazos a discreción. Y en este sentido su posicionamiento público supone un reto para su personal de comunicación y mas si se tiene en cuenta que hay hechos que a estas alturas resultan incontrovertibles:
1. - Han habido abusos que son delito en el código penal
2.- Esos abusos se han resuelto de forma interna sin tener en cuenta nada más que el punto de vista canónico y no el de la sociedad civil del que sacerdotes abusadores y niños abusados forman parte.
3.- Esos abusos se han resuelto teniendo en mayor consideración al sacerdote abusador que al niño abusado.
No voy a entrar en más detalles. Ya es suficiente con ésto.
Y por supuesto que la iglesia tiene enemigos, pero lo que no debe hacer es proporcionar verdades a sus enemigos para que estos las utilicen en su contra. Los enemigos hacen lo que hacen los enemigos... atacar, intentar destruir... pero lo que uno jamás debe hacer es proporcionarles material para que estos hagan su parte a favor de viento.
Y si una institución define su participación en la vida pública desde la defensa moral de un estilo de vida, si aspira a decirle a los demás cómo debe ser vivida la vida, está más obligada que ninguna otra a que su imagen pública sea impecable. Nadie les ha obligado a ser portadores de esa verdad y tampoco nada nos obliga a creerles como los verdaderos portadores de esa verdad si el ejemplo público que se da no está a la altura del río de palabras pronunciadas.
Mucho menos si es evidente que se aplican a si mismos una diferente vara de medir... Y está claro, por las propias acciones de la iglesia, que las vidas de las mujeres que se ven obligadas a abortar o las vidas de los africanos que no se ponen un condón merecen menos cuidado que las de sus propios funcionarios sacerdotales, cuidados y protegidos en su delito.
Y ante esta evidencia, como siempre, la iglesia sólo opone palabras y más palabras.
"El Pontífice, que ha presidido en la plaza de San Pedro el rito que abre la Semana Santa, ha manifestado que el hombre puede elegir seguir a Jesús hundirse en la ciénaga de la mentira y de la indecencia. "Jesús nos conduce hacia lo que es grande, puro. Nos lleva hacia el aire salubre de las alturas, hacia la valentía que no nos deja amedrentarnos de las murmuraciones de las opiniones dominantes, hacia la paciencia que soporta y sostiene al otro", ha afirmado, con voz fuerte, ante varias decenas de miles de fieles que han asistido al acto en El Vaticano."
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THE GHOST WRITER
La muerte en extrañas circunstancias del escritor encargado de escribir las memorias de Lang, un ex primer ministro británico, deja una vacante que un nuevo escritor debe ocupar. Este retomara el trabajo de su predecesor hasta el mismo peligroso lugar lleno de comprometedores secretos donde quedó.
Las atmósferas opresivas y amenazantes son un elemento recurrente dentro del cine de Polanski. En casi todas sus películas, sus protagonistas son portadores de una mirada inocente que es introducida en lugares y situaciones que parecen esconder mil y una amenazas...
La mansión de "cu-de- sac", el castillo de "El Baile de los vampiros" o el edificio de "El inquilino"... Los lugares son como enormes telas de araña que atrapan al inocente protagonista en una perversa dinámica de consunción de la inocencia, dinámica
que siempre es consecuencia de un trágico e inevitable proceso de descubrimiento de la verdad alimentado por la propia forma de ser de los personajes. La curiosidad, la sospecha, la duda siempre terminan conduciéndoles a finales dramáticos.
Para Polanski siempre hay algo amenazante en la aparente inocencia de una realidad cuya apariencia es una estructura tramposa que esconde, no puede evitar esconder completamente, el peligroso secreto de una infraestructura kafkiana que, como las plantas carnívoras, esconde su verdadera condición devoradora bajo una apariencia anodina y sospechosa de cotidianidad.
En este sentido no es extraño que la parte esencial de la historia se desarrolle en la moderna mansión que en un invernal Cape Cod tiene el político Lang. Allí es donde, con su polanskiana inocencia de cordero que será degollado, el escritor toma contacto con esa tela de araña que poco a poco irá atrapándole en un juego de verdades y mentiras con la alta política internacional como fondo.
Para Polanski, la verdad no libera, sólo destruye.
De algún modo, su obra presenta la alienada debilidad del individuo frente a una estructura mayor, omnipotente y omnisciente que le utiliza y sobrepasa. Y seguramente su formación humana y profesional en la Polonia comunista de la década de los 50 del siglo pasado ha debido contribuir en gran medida a la formación de esa percepción intrínsecamente perversa de la relación que los individuos tienen con la realidad que les rodea, una realidad que esconde su verdadera trama y que, como la hidra, destruye a todos aquellos que osan enfrentarla frente a frente.
Y en este sentido, resulta extraño que Polanski nunca hubiera filmado un genero que parece hecho tan a su medida como el "thriller" político hasta este "Ghost writer" que, finalmente y una vez superados los problemas del director con la justicia que complicaron el desarrollo del proyecto, se estrena en los cines de nuestro país.
Seguramente porque las reglas no escritas del género obligan al espectador a la sospecha y Polanski se siente más cómodo en entornos dramáticos menos definidos, más susceptibles a una orfandad en la mirada del espectador que potencia los efectos desasosegadores de la propuesta del director polaco.
En cualquier caso, el mundo de Polanski está muy por encima del argumento que le proporciona la novela de Thomas Harris en que se basa la película. Falta grosor, carne, entidad que engorde esa salsa compleja que es el principal ingrediente de los platos que Polanski gusta servir a su público sobre la pantalla blanca.
Y la película se resiente por ahí, en la insustancialidad de una anécdota que en muchos momentos se ve incapaz de soportar el tremendo peso de la opresiva atmósfera que el director polaco pretende crear en torno a Lang y su secreto.
Aceptable.
THE HIDDEN BLADE
Tras "The twilight samurai", esta segunda entrega de la trilogía sobre samurais del director Yoji Yamada se mueve en dos niveles narrativos. Por un lado la historia de amor entre el samurai Katagari y la sirviente Kie, un amor que la rígida sociedad feudal hace imposible y por otro la presentación de la decadencia de esa misma sociedad.
"The hidden blace" sucede en el final de los más de doscientos años de shogunato Tokugawa... la capital del Japón todavía es Edo, pero, y por muchas cosas que suceden a lo largo de la historia, las sombras de la inevitable y revolucionaria época Meiji que está por llegar se proyectan por todas partes.
Principalmente, por la forma en que el modo de vida feudal entra y sale de las vidas de los personajes abocándoles siempre a situaciones y decisiones que resultan injustas porque van en contra de su voluntad.
La modernidad parece surgir por todas partes, con la naturalidad con que surge el imposible amor entre los dos protagonistas y, contra esa naturalidad, el viejo sistema se defiende... la obligatoriedad de separarse de Kie que, desde arriba, será impuesta. Katagiri será obediente y disciplinado, aceptará la realidad que la educación y el decoro les exigen, pero, y al mismo tiempo, comprobará que sus superiores no tienen ese mismo sentido del orden y usarán con corrupción las ventajas que les proporciona la rígida sociedad estamental para obtener beneficios que van más allá de los aceptable.
Hay una constante sensación de decadencia y corrupción alrededor de Katagiri en todo lo que no tiene que ver con su relación con Kie... Los viejos samurais lamentan el uso de las armas de fuego, sus superiores utilizan el poder en beneficio propio obligándole a respetar unas normas que ellos mismos no respetan.
Hasta cierto punto "The twilight samurai" y "The hidden blade" se parecen. En ambas hay un protagonista que con estoicismo padece el conflicto entre su deseo y la rigidez de la sociedad estamental en la que vive, un conflicto que tiene que ver con el amor romántico que siente por una mujer, un amor que contraviene los usos, las costumbres y las normas de etiqueta y que le conduce a un exilio interior del que sólo saldrá en el momento conveniente para hacer justicia a aquellos corruptos que desde su posición de poder se aprovechan de los débiles de acuerdo con un moderno sentido de lo que es justo o no lo es.
La resolución de esa situación se convierte en catarsis que permite al protagonista liberarse y reconducir su vida por los caminos de la heterodoxia social.
Situado en el umbral entre dos mundos, el samurai se convertirá en héroe por sacrificar su posición en ese mundo para seguir los dictados de su entendimiento y de su corazón, unos dictados que inevitablemente le conducen al enfrentamiento con una sociedad que por los rigores mismos de su decadencia ha devenido en injusta.
En ambas historias, los dos protagonistas son testigos de una línea argumental sobre cuyo protagonista, la mujer de un amigo, cae a plomo toda esa injusticia obligándoles a ellos, silenciosos e impotentes espectadores durante la práctica totalidad de su desarrollo, a tomar una postura drástica y definitiva; un gesto que busca equilibrar esa balanza que parece que para siempre va a estar desequilibrada. En el caso de Katagiri, utilizar el arte de combate del filo oculto, del que toma titulo la película contra un alto cargo administrativo de su clan.
Interesante y emocionante.
sábado, marzo 27, 2010
"Sorprende, por una parte, la facilidad con la que, en el caso de la interrupción voluntaria del embarazo, la jerarquía eclesiástica establece la relación directa entre pecado y delito exigiendo las consiguientes sanciones penales para las mujeres y sus colaboradores, y, por otra, la dificultad a la hora de hacer lo mismo con los abusos sexuales cometidos por personas consagradas a Dios..."
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viernes, marzo 26, 2010
PEDOFILIA Y SANTIDAD
El tema de la pederastia es sólo un ejemplo más...
El progresivo proceso de laicización ha venido modificando la posición de la iglesia dentro del juego social. Poco a poco la iglesia ha dejado de ser incuestionable árbitro del orden establecido para adoptar el degradado papel de participante cuyo punto de vista es uno más a la hora de organizar el funcionamiento de nuestras sociedades.
Una de las consecuencias colaterales de esa degradación es que la iglesia ya no es mirada desde abajo sino de igual a igual por los otros participantes en el constante y diario bullir social. Los planteamientos de la iglesia ya no sobrepasan la frontera que separa a aquellos que por motivos éticos y morales deciden someterse a su mandato de los que tienen otro modo distinto de ver las cosas. Y en este sentido la iglesia (y los suyos) deben acostumbrarse al imposible (por lo visto) de ser interpelados y cuestionados en planteamientos que, por definición, sus integrantes no cuestionan.
Hay otros puntos de vista sobre las materias en torno a las que la iglesia tiene un criterio y, en este sentido, el ejercicio de tolerancia hacia aquellos que no ven las cosas de la misma manera es una actividad que se me antoja más que recomendable.
En temas como el aborto y el uso del preservativo, la iglesia católica debería empezar a entender que existe un espacio de convivencia más allá de del espacio generado por sus creencias, más allá de su comunidad; un espacio donde su parecer sólo es un parecer más y en el que no sólo necesita vencer sino también convencer a aquellos que no ven las cosas del mismo modo.
Lo mismo sucede con el asunto de la pederastia.
Una vez que se ha perdido esa incuestionable posición de factotum del poder social y se ha descendido a la arena, junto a los demás mortales, las vergüenzas resultan siempre más evidentes y más complicadas de ocultar... y el asunto de la pederastia es una completa vergüenza.
A la sociedad en general no le interesa tanto la intensidad con la que los católicos son fieles a sus creencias sino en el modo en que ese grupo se relaciona y encaja con el resto... desde una perspectiva católica será problema de los otros enfrentarse a la posibilidad de la condenación eterna. Y, por lo que veo, en la actitud de la iglesia hay un punto de rey destronado que no está acostumbrado a ser interpelado y cuestionado cuando alguna de sus vergüenzas es puesta al descubierto.
No es que exista un complot global contra la iglesia católica, es que buena parte de la sociedad global pide cuentas a una institución acostumbrada a hacer lo propio desde la alta columna de su moralidad no conformándose tanto con las explicaciones dadas hasta el momento como con la gestión interna del asunto.
La dureza con la que se juzga a las mujeres que abortan contrasta como mínimo con la levedad con la que se despacha a los sacerdotes culpables incluyendo la conveniente separación entre pecado y persona, una separación que sería de gran ayuda para afrontar temas como el uso del preservativo o el ya mencionado del aborto... pero parece que ni las excomulgadas mujeres ni los excomulgados africanos pueden gozar de ese privilegio.
Los tiempos han cambiado... y antes de preocuparse por que la totalidad de una sociedad respete la mayor cantidad posible de sus propios valores, la iglesia debería preocuparse de que los suyos tuvieran la libertad suficiente como para poder vivir plenamente su sentido de la moral.
Los tiempos han cambiado... y ahora más que nunca la iglesia católica está obligada, antes los miles de ojos que la contemplan, a predicar la santidad, que los suyos no le discuten, con el ejemplo.
Su mensaje es uno más de los que concurren y pedir que los demás cedan ante la arrolladora evidencia de su simple presencia es no entender de qué va el mundo o reconocer de forma tácita una incapacidad de ser verdadero y real ejemplo.
jueves, marzo 25, 2010
GREEN ZONE: DISTRITO PROTEGIDO
Hollywood ha encontrado un filón en la conexión entre el director Paul Greengrass y el actor Matt Damon para continuar produciendo entretenimiento y dinero desde las claves del cine acción... El estilo adrenalítico con cámara al hombro del que Greengrass es un claro maestro encuentra su contrapunto estético en la impenetrable expresión estólida de Matt Damon, el héroe al que esa cámara nerviosa busca enfocar en el marasmo de la más intensa acción.
Con "Green Zone" el binomio de oro intenta prolongar el éxito obtenido con las tres películas de la saga Bourne y, como inventar siempre es arriesgado cuando se tiene la constatación de lo que el público ha querido, "Green Zone" repite el esquema básico sobre el que se articulaban las tres películas protagonizadas por Jason Bourne... El héroe, interpretado por Damon, se ve inmerso en una situación en la que un personaje gubernamental poderoso utiliza los inagotables mecanismos del poder para perseguirle buscando evitar ser dañado por lo que Bourne puede hacer o saber con respecto de él y su trabajo
En este caso, Bourne se llama Miller, un alferez del ejército norteamericano que, una vez terminada la segunda guerra Irak, está encargado de encontrar las famosas armas de destrucción masiva... pero las armas no aparecen. La casualidad durante el desempeño de su infructuoso trabajo le pondrá en relación con una trama oculta de intereses que es propietaria de la clave que resuelve el misterio de esas esquivas armas de destrucción masiva. Y como no puede ser de otra forma, el villano hará lo imposible por evitar que Miller consiga que la verdad se sepa... incluso poniendo al propio ejército estadounidense en su contra.
"Green Zone" es una entretenida película cuya acción impactante sucede sobre una bien traída trama, la de las armas de destrucción masiva. Su propuesta funciona sumergiendo al espectador en una muy creíble Bagdad digital donde Miller intenta desentrañar el ovillo del misterio que dará sentido o se lo quitará a su trabajo como militar dentro de la guerra de Irak.
Las virtudes de la película enmascaran algún que otro defecto como la poco creíble actitud del personaje de Miller que más parece un contestario periodista de investigación que un militar obsesivamente entrenado en la más ciega de las obediencias o el muy conveniente y apresurado final que permite integrar "a capón" la juguetona propuesta-ficción de la trama con la realidad histórica de la nación iraquí.
Entretenida.
miércoles, marzo 24, 2010
Se pregunta dónde estará el final del invisible hilo que incansablemente enhebra la tristeza insondable de su mirada.
Con aplicación se esfuerza en perseguir la huella que, invisible, prende el estancado aire con vibrante llama de encarnada ala.
Inadvertido persigue el final de la alargada sombra proyectada y sus esfuerzos sólo conducen a inexplicables puntos de fuga que definen un impenetrable secreto con sus fantasmales perspectivas de naturaleza ignorada.
Y la irrefutable aritmética de los hechos habla:
sabe diferente la común copa de vino,
el mismo azul despierta distintos vuelos
cada boca escoge sus propias palabras...
No hay respuestas.
Sólo la irremediable distancia de la propia sangre resonando fuerte y clara.
"Prevalecía la tradición inveterada de que, al fundarse el Capitolio por uno de los reyes romanos, el dios Término (que presidía a los linderos, y se representaba al estilo de aquel tiempo con una gran piedra) fue, de todas las deidades inferiores, la única que se negó a ceder su sitio al mismo Júpiter. Infirióse favorablemente de su pertinacia, interpretada por los agoreros que era un presagio positivo de que jamás vendrían a cejar los confines del poderío romano."
(Edward Gibbon, Historia de la decadencia y ruina del imperio romano)
(Edward Gibbon, Historia de la decadencia y ruina del imperio romano)
Preguntas a pie de página...
"Desde aquel 6 de febrero de 2009 en que Garzón pisó el avispero, el juez se ha convertido en la diana perfecta de los presuntos delincuentes, que desde el primer día intentaron sacarle a codazos de la investigación y que ahora intentan inhabilitarle como magistrado..."
¿Importa algo que existan motivos reales para inhabilitarle?
¿Importa algo que existan motivos reales para inhabilitarle?
¿Es relevante que el comportamiento de Garzón le haya colocado en una situación de debilidad de la que, y amparándose en la propia ley, los criminales y conspiradores pueden sacar ventaja y provecho?
"Pero los corruptos también conocen que, antes de las escuchas ordenadas en la cárcel que ahora serán anuladas, el trabajo de investigación de Garzón, de la Fiscalía Anticorrupción y de la policía, además de la confesión de diversos participantes en la trama, acumula cientos de pruebas de la existencia de una grosera corrupción que logró sacar de la Hacienda pública decenas de millones de euros para lucrar a los cabecillas de la trama y engordar las cuentas corrientes de al menos una decena de dirigentes del PP, entre ellos, según la investigación, el tesorero nacional del partido."
¿Y si es así de quién es la culpa?
¿La instrucción de una causa debe hacerse al margen del derecho? ¿No forma parte del trabajo de un juez instruir las causas de acuerdo al derecho?
"Pero los corruptos también conocen que, antes de las escuchas ordenadas en la cárcel que ahora serán anuladas, el trabajo de investigación de Garzón, de la Fiscalía Anticorrupción y de la policía, además de la confesión de diversos participantes en la trama, acumula cientos de pruebas de la existencia de una grosera corrupción que logró sacar de la Hacienda pública decenas de millones de euros para lucrar a los cabecillas de la trama y engordar las cuentas corrientes de al menos una decena de dirigentes del PP, entre ellos, según la investigación, el tesorero nacional del partido."
¿Y si es así de quién es la culpa?
¿La instrucción de una causa debe hacerse al margen del derecho? ¿No forma parte del trabajo de un juez instruir las causas de acuerdo al derecho?
"Desde entonces hasta hoy, los supuestos corruptos y otros interesados que aprovecharon la coyuntura han logrado convertir al juez Garzón en imputado pues tiene abiertos tres procesos en el Tribunal Supremo que pueden acabar con su carrera, la que más reconocimiento internacional ha cosechado de toda la judicatura española."
¿Es esta la primera causa de Garzón que resulta invalidada por no ajustarse a derecho?
¿Son estos los primeros "presuntos" que escapan de recibir su castigo por defectos de forma?
¿Son estos los primeros "presuntos" que escapan de recibir su castigo por defectos de forma?
¿Dónde está el periodismo de investigación?
¿No lo habrá asesinado el periodismo de comunicación que está monolíticamente seguro tanto de que los imputados son verdaderamente culpables como de que el modo de proceder de Garzón fue adecuado y conforme a derecho?
¿Por qué nunca se equivocan los nuestros?
lunes, marzo 22, 2010
Así defiende Carlos Jiménez Villarejo al juez Garzón...
"P. ¿Es delictivo participar en unos cursos subvencionados por un banco y que luego se archive una causa contra directivos de ese banco?
R. Llevamos 25 años en que las asociaciones de jueces y fiscales, conservadoras y progresistas, han celebrado congresos comiendo en la mano de los bancos y cajas de ahorros, que han aportado cantidades importantes, han pagado gastos de alojamiento y seguramente algo más. ¿Por qué no se preguntan los jueces y fiscales cómo encaja esto en el ejercicio libre e independiente de su función si cualquiera de ellos ha tenido algún asunto con las entidades que les han subvencionado tan generosamente?"
R. Llevamos 25 años en que las asociaciones de jueces y fiscales, conservadoras y progresistas, han celebrado congresos comiendo en la mano de los bancos y cajas de ahorros, que han aportado cantidades importantes, han pagado gastos de alojamiento y seguramente algo más. ¿Por qué no se preguntan los jueces y fiscales cómo encaja esto en el ejercicio libre e independiente de su función si cualquiera de ellos ha tenido algún asunto con las entidades que les han subvencionado tan generosamente?"
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Inquietante... Villarejo no hace una valoración sobre la bondad o maldad del hecho sino que hace algo peor, da a entender que las relaciones entre jueces y banqueros son frecuentes y con un tremendo "seguramente algo más" extiende a toda la carrera la bondad o maldad de la acción por la que otros acusan a Garzón... Los demás, como mínimo lo mismo... y seguramente algo más.... Lo de siempre en el debate público de este país.
No importa tanto que la conducta sea sancionable o no.
Lo más relevante es dejar claro que, sin aportar pruebas, la conducta de Garzón es frecuente dentro de la carrera judicial, que el juez Garzón no está sólo en ésto y no lo está en todos los sentidos.
Y, claro, acusar unicamente a Garzón implica la existencia de una persecución y un complot, porque aquí, cuando uno de los míos está en peligro, o nos juzgamos todos o no se debe juzgar a nadie, porque todos son igual de culpables y si se acusa a uno sólo es porque algo extraño (y condenable) sucede.
Interesante sentido de la justicia... Las faltas y delitos de los otros eximen siempre los errores que cometen los míos.
Ninguna voz puede levantarse por encima de las otras porque todas tienen algo que ocultar.
domingo, marzo 21, 2010
ALEXANDER NEVSKY
Eisenstein nunca fue un personaje cómodo para el estalinismo.
Formaba parte del variado y discrepante ámbito ideológico que, poco a poco, Stalin, fue aplastando hasta imponer el monolítico culto a sus decisiones y a su personalidad. Y en este sentido, Eisenstein era un intelectual independiente que en más de una ocasión entró en conflicto con ese creciente monolitismo que, por ejemplo, le obligó a reescribir la historia eliminando al Trotsky ya caído en desgracia de todos los planos de su "Octubre".
Tras dar lo mejor de sí mismo por la revolución en aquello que mejor sabía hacer, rodar películas y montarlas, Eisenstein tomó la decisión de salir de la Unión Soviética para estudiar la tecnología del cine sonoro. Seguramente era la mejor excusa para abandonar una Rusia que se estaba volviendo peligrosa.
Esa curiosidad terminó llevándole a Hollywood donde intentó algún proyecto cinematográfico que el antecesor del Comité de Actividades Anti-americanas terminó echando por tierra por considerarle demasiado vinculado al activismo comunista.
Sospechoso para los americanos, Eisenstein tuvo que volver a su país donde también resultaba sospechoso tanto por su pasado discrepante como por su viaje a los Estados Unidos. Y como consecuencia de ello todos sus proyectos fueron censurados hasta que la administración estalinista le ofreció rodar "Alexander Nevsky" bajo la tutela política de Dimitry Vasiliev que figura en los créditos junto a Eisenstein como director.
"Alexander Nevsky" es una epopeya patriótica que rescata de la historia medieval la victoria que los rusos tuvieron contra los germánicos caballeros teutones. Rodada en 1938, momento de máxima agresividad política del nazismo por toda Europa Central incluyendo la ocupación de los Sudetes, la historia de este príncipe ruso era perfecta para que, a propósito de ella, el estalinismo desarrollara un discurso patriótico de agrupamiento ante el enemigo alemán.
Y en este sentido "Alexander Nevsky" es un trabajo de encargo, una maniquea historia de buenos y malos en la que Eisenstein pone todo su talento al servicio de la propagando estalinista. El resultado es una película épica que, cuando consigue liberarse de las inevitables rigideces discursivas de la propaganda soviética, resulta interesante por si misma, por cómo cuenta lo que quiere contar brillando el talento de Eisenstein para la composición de imágenes llenas de significado, que hablan por sí solas, sin necesitar el sonido para transmitir un sentido que siempre está ahí, sonando de forma silenciosa en las miradas del público.
El resultado curiosamente no es nada emocional. Es tan frío y preciso como la idea que seguramente pensó por primera vez la posibilidad de esta película.
Los personajes no son individuos, sino arquetipos que desde su carácter apolíneo de modelos de perfección (o imperfección en el caso de los caballeros teutones) vehiculan actitudes y posicionamientos claramente ideológicos. Meras figuras cuya presencia suma de cara a la concreción de un determinado paisaje. Como un icono que presenta de forma estilizada el concreto mensaje... El esfuerzo y los sacrificios de los patriotas son adecuada y justamente recompensados con la aplastante derrota del invasor.
Puro cine político... del bueno.
Interesante.
sábado, marzo 20, 2010
Y en tu definitiva ausencia
edificarán cientos de secretos
en el solar dejado por tu nombre.
Mas ya nada importará,
lo que se hable de ti y de tu tiempo,
a la dudosa luz cambiante
que proyecta el fuego de la memoria
cuando es suavemente aventado
con el espíritu de otras voces,
en los cambiados espacios de otros tiempos.
Habrá terminado todo lo que directamente te atañe
y tu recuerdo será materia informe
que engrosa la endeble solidez del estar
de aquellos que aún permanecen.
Y ni siquiera podrás lamentarlo,
definitivamente disuelto en tu propio olvido,
dependiendo para ser minimamente cierto
del esforzado recuerdo de otros
que precisan de la alargada frescura de tu sombra
para sentirse menos inciertos
bajo el implacable rigor de los días
sucediendo uno tras otro,
en la misma implacable manera
que tu desvanecido mirar
alguna vez sintió igual de apremiante
en el ensimismado mecanismo inaccesible
de su hermético silencio.
VAMPYR
Rodada en 1932, "Vampyr" es una rareza.
A caballo entre el cine mudo y el cine sonoro, fue rodada muda... y eso se nota porque apenas son necesarias los diálogos que se añadieron posteriormente.
Nos cuenta la historia de Allan Gray, un joven interesado por el ocultismo en cuyo camino aparece el pequeño pueblo de Courtempierre. Allí, tendrá el encuentro con lo desconocido que busca. Tras una serie de experiencia extrañas, casi oníricas, encontrará un castillo donde un padre con sus dos hijas son víctimas de una malvada bruja vampiro.
Rodada en Paris, "Vampyr" es una película donde la potencia de las imágenes que se muestran es tan importante como la historia lineal que se nos narra y en este sentido, en su apariencia, entronca con películas-obras de arte como "La sangre de un poeta" de Cocteau o "La edad de oro" de Luis Buñuel, aunque la intención de Dreyer seguramente era más "mainstream" el resultado resulta hermoso, en algunos momentos (el reflejo con vida propia sobre el río o las sombras sobre la pradera), y casi siempre inquietante (la sombra asesina o el sueño que tiene Allan y en la que ve las cosas desde un ataúd).
Hay un determinado momento en que la historia deja de importar y las imágenes cobran vida e interés propio, sucediendo libres al margen del relato que queda en un segundo e inconsciente segundo plano que soporta lo que se ve de manera transparente. Y en este sentido "Vampyr" exhibe un tremendo poder de fascinación que se basta por sí solo para interesar gracias al talento de Dreyer para mostrar lo extraordinario con los escasos medios con los que contó.
Interesante.
viernes, marzo 19, 2010
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