BLACK GRAPE
Reverend black grape...
"Oh come oh ye faithful
Oh joyful and triumphant
Gather around,
While I blow my own trumpet"
miércoles, noviembre 09, 2011
martes, noviembre 08, 2011
PÁJAROS DE PAPEL
Combinando una serie de lugares comunes del cine español (cómicos, guerra civil, franquismo y exilio) e inspirándose en el lacrimógeno espíritu del cine de Giuseppe Tornatore, "Pájaros de papel" es un melodrama de corte clásico bastante aceptable.
La historia que se nos cuenta es la del huérfano Miguel y la de sus dos padres adoptivos, Jorge (Imanol Arias) y Enrique (Lluis Homar), artistas de vodevil que luchan por sobrevivir en la España de la década de los cuarentas, recién terminada la guerra civil. Ambos tienen cualidades, activismo político y homosexualidad respectivamente, que les convierten en proscritos en una España en la que el músculo de los vencedores está bien afinado. Los dos acogerán a Miguel como una manera de diversificar su oferta profesional buscando mejores oportunidades en un momento en el que estas escasean..
"Pájaros de papel" no es nada del otro mundo y en muchas ocasiones resultan evidentes los costurones del frankenstein narrativo que el director y guionista, Emilio Aragón, construye con razonable acierto. Y lo hace buscando inscribir su historia dentro de la seguridad de las claves del género al que la historia apunta. Olvidando la política y centrándose en ciertas ocasiones emocionante un relato de superación, esfuerzo y salvación que entrará por los ojos del niño Miguel, convirtiéndose en ejemplo inspirador de su vida posterior.
Los fantasmas de clásicos como "Cómicos", "El viaje a ninguna parte" o "Cinema paradiso" se transparentan a lo largo de su transcurrir convirtiéndose en puntos de apoyo intertextuales sobre los que la historia, bastante convencional, se apoya y extrae la energía suficiente como para sobrevivir en los ojos del espectador.
Y supongo que la falta de pretensiones e imposturas, la naturalidad y la respetuosa evocación de esquemas y formas narrativas hace que uno no encuentre nada demasiado malo en la coincidencia.
Aceptable.
Combinando una serie de lugares comunes del cine español (cómicos, guerra civil, franquismo y exilio) e inspirándose en el lacrimógeno espíritu del cine de Giuseppe Tornatore, "Pájaros de papel" es un melodrama de corte clásico bastante aceptable.
La historia que se nos cuenta es la del huérfano Miguel y la de sus dos padres adoptivos, Jorge (Imanol Arias) y Enrique (Lluis Homar), artistas de vodevil que luchan por sobrevivir en la España de la década de los cuarentas, recién terminada la guerra civil. Ambos tienen cualidades, activismo político y homosexualidad respectivamente, que les convierten en proscritos en una España en la que el músculo de los vencedores está bien afinado. Los dos acogerán a Miguel como una manera de diversificar su oferta profesional buscando mejores oportunidades en un momento en el que estas escasean..
"Pájaros de papel" no es nada del otro mundo y en muchas ocasiones resultan evidentes los costurones del frankenstein narrativo que el director y guionista, Emilio Aragón, construye con razonable acierto. Y lo hace buscando inscribir su historia dentro de la seguridad de las claves del género al que la historia apunta. Olvidando la política y centrándose en ciertas ocasiones emocionante un relato de superación, esfuerzo y salvación que entrará por los ojos del niño Miguel, convirtiéndose en ejemplo inspirador de su vida posterior.
Los fantasmas de clásicos como "Cómicos", "El viaje a ninguna parte" o "Cinema paradiso" se transparentan a lo largo de su transcurrir convirtiéndose en puntos de apoyo intertextuales sobre los que la historia, bastante convencional, se apoya y extrae la energía suficiente como para sobrevivir en los ojos del espectador.
Y supongo que la falta de pretensiones e imposturas, la naturalidad y la respetuosa evocación de esquemas y formas narrativas hace que uno no encuentre nada demasiado malo en la coincidencia.
Aceptable.
Tenía razón Cela.
El que resiste vence.
Y Mariano Rajoy es otro buen ejemplo del grado de verdad de semejante aforismo. Porque si algo queda claro del debate sostenido anoche entre los dos aspirantes de la silla eléctrica de la Moncloa es que los dos, de una manera u otra, han coincidido en su pronóstico acerca del ganador. Y por fin, el señor Rajoy conseguirá el puesto para el que tanto y con tanto esfuerzo ha opositado.
He tenido que venir una de las peores crisis de la historia de España y ha tenido que pasar uno de los peores presidentes de la joven historia de la democracia española... tampoco hay tantos. Pero Rajoy ha aguantado hasta prácticamente quedar únicamente él, como única opción posible/viable, para este erial en crisis llamado España.
Sin dar la cara demasiado, ni siquiera lo justo, la victoria será su premio.
Y las cosas volverán a su cauce, al 10 de Marzo, cuando todo estaba preparado para que heredase la tierra que le había prometido José María Aznar
Lo que debió ser, por fin es.
Esperemos que no lo haya dado todo en este esfuerzo de 8 años por conseguir aquello que le fue arrebatado de las manos.
El que resiste vence.
Y Mariano Rajoy es otro buen ejemplo del grado de verdad de semejante aforismo. Porque si algo queda claro del debate sostenido anoche entre los dos aspirantes de la silla eléctrica de la Moncloa es que los dos, de una manera u otra, han coincidido en su pronóstico acerca del ganador. Y por fin, el señor Rajoy conseguirá el puesto para el que tanto y con tanto esfuerzo ha opositado.
He tenido que venir una de las peores crisis de la historia de España y ha tenido que pasar uno de los peores presidentes de la joven historia de la democracia española... tampoco hay tantos. Pero Rajoy ha aguantado hasta prácticamente quedar únicamente él, como única opción posible/viable, para este erial en crisis llamado España.
Sin dar la cara demasiado, ni siquiera lo justo, la victoria será su premio.
Y las cosas volverán a su cauce, al 10 de Marzo, cuando todo estaba preparado para que heredase la tierra que le había prometido José María Aznar
Lo que debió ser, por fin es.
Esperemos que no lo haya dado todo en este esfuerzo de 8 años por conseguir aquello que le fue arrebatado de las manos.
THRILLA IN MANILA
Uno de los mejores combates de todos los tiempos... en memoria del legendario Joe Frazier, feo y duro como pocos.
"Es conocida la historia de aquella noche del 1 de octubre de 1975, pues se ha contado en mil ocasiones. Era el tercer Ali-Frazier, auspiciado por el presidente Ferdinand Marcos y rodeado de un boato hoy inimaginable para un combate de boxeo. Lo narró Norman Mailer, lo fotografió en primera línea Frank Sinatra. A más de 40 insoportables grados, 14 asaltos estremecedores que resumió Ali con más prosa que poesía: "Fue lo más cerca de morir que he estado". Repasar las imágenes le dan la razón: el combate de Manila la última frontera del boxeo. Y tal vez, el límite del deporte."
(Leer más)
Uno de los mejores combates de todos los tiempos... en memoria del legendario Joe Frazier, feo y duro como pocos.
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lunes, noviembre 07, 2011
domingo, noviembre 06, 2011
THE PERFECT HOST
Tiene sus buenos momentos "The perfect host".
Tampoco muchos, porque conforme la película avanza la sensación de ya haber estado allí en algún otro momento, en alguna otra película se hace cada vez más intensa desnudando a "The perfect host" de cualquier otro calificativo más allá de "entretenida".
La película abunda, sin profundizar ni aportar nada distinto, en el estilo de un subgénero, el de los predadores predados que tan buenas historias han sugerido a directores como Roman Polanski y Joseph Losey.
El subgénero siempre presenta un sadomaqoquista duelo de personalidades en el que el aparentemente fuerte termina siendo devorado por el aparentemente débil que, poco a poco, ha ido bailando una siniestra danza de siete velos en el que ha ido desvistiéndose de sus ropajes de cordero para mostrar su verdadera cualidad de lobo. Y en este sentido, "The perfect host" es una buena muestra divulgadora de las cualidades y el estilema de este subgénero.
Además, y para empeorar las cosas, esta trama de primeros planos y grandes actores envueltos en una demoledora esgrima psicológica a muerte aparece envuelta en toda una sucesión de giros pirotécnicos, de vueltas y revueltas narrativas que en lugar de beneficiar al relato principal lo contaminan con una cierta e innecesaria abundancia de eventos asociados a tramas narrativas complementarias que reducen la pureza de la principal sustancia narrativa, diluyéndola en una adolescente sucesión de inverosímiles coincidencias encadenadas.
"The perfect host" exhibe con impudicia un innecesario exceso de carga narrativo que perjudica y despista con respecto de sus mejores cualidades. Y sus ganas de sorprender al espectador, por repetitivas, llegan a estragar convirtiendo tanto "twitch", tanto giro en una loca arritmia que en nada beneficia a la película.
Tan pronto como la historia abandona el siniestro ágape que mantienen torturador y torturado la película naufraga en un estúpido, irritante y manido acantilado de sustos narrativos en el que nada es lo que parece y cuyo resultado es la nada misma.
No obstante, y como he escrito al principio, la película tiene sus momentos, especialmente todos los que protagoniza David Hyde Pierce que compone con talento el inolvidable retrato de uno de esas personalidades que viven a diez mil kilómetros de la línea que separa la cordura de la locura.
Entretenida.
Tiene sus buenos momentos "The perfect host".
Tampoco muchos, porque conforme la película avanza la sensación de ya haber estado allí en algún otro momento, en alguna otra película se hace cada vez más intensa desnudando a "The perfect host" de cualquier otro calificativo más allá de "entretenida".
La película abunda, sin profundizar ni aportar nada distinto, en el estilo de un subgénero, el de los predadores predados que tan buenas historias han sugerido a directores como Roman Polanski y Joseph Losey.
El subgénero siempre presenta un sadomaqoquista duelo de personalidades en el que el aparentemente fuerte termina siendo devorado por el aparentemente débil que, poco a poco, ha ido bailando una siniestra danza de siete velos en el que ha ido desvistiéndose de sus ropajes de cordero para mostrar su verdadera cualidad de lobo. Y en este sentido, "The perfect host" es una buena muestra divulgadora de las cualidades y el estilema de este subgénero.
Además, y para empeorar las cosas, esta trama de primeros planos y grandes actores envueltos en una demoledora esgrima psicológica a muerte aparece envuelta en toda una sucesión de giros pirotécnicos, de vueltas y revueltas narrativas que en lugar de beneficiar al relato principal lo contaminan con una cierta e innecesaria abundancia de eventos asociados a tramas narrativas complementarias que reducen la pureza de la principal sustancia narrativa, diluyéndola en una adolescente sucesión de inverosímiles coincidencias encadenadas.
"The perfect host" exhibe con impudicia un innecesario exceso de carga narrativo que perjudica y despista con respecto de sus mejores cualidades. Y sus ganas de sorprender al espectador, por repetitivas, llegan a estragar convirtiendo tanto "twitch", tanto giro en una loca arritmia que en nada beneficia a la película.
Tan pronto como la historia abandona el siniestro ágape que mantienen torturador y torturado la película naufraga en un estúpido, irritante y manido acantilado de sustos narrativos en el que nada es lo que parece y cuyo resultado es la nada misma.
No obstante, y como he escrito al principio, la película tiene sus momentos, especialmente todos los que protagoniza David Hyde Pierce que compone con talento el inolvidable retrato de uno de esas personalidades que viven a diez mil kilómetros de la línea que separa la cordura de la locura.
Entretenida.
sábado, noviembre 05, 2011
LAS AVENTURAS DE TINTIN
Como casi siempre que el cine opta única y exclusivamente por lo tecnológico, el resultado es decepcionante.
Una vez que el espectador supera la sorpresa de verse dentro de un comic de Hergé, lo cual no deja de tener su mérito, y se queda a solas con la historia, en la oscuridad de la sala, descubre, tras el aburrimiento que empieza a sentir, que debajo del reto tecnológico superado no hay nada que lo sustente.
Y esto es lo que sucede con "Tintin", que no hay nada bajo la atractiva superficie de ver el mundo de Hergé animado en tres dimensiones.
Como casi siempre que el cine intenta hacer que la tecnología deje de ser un medio para convertirse en un fin en sí misma, se convierte en un espectáculo vacío, cuyo único atractivo consiste en la infinita repetición de un artificio hasta que la mirada se habitúa a la sorpresa y ésta desaparece. Y superado el efecto sorpresa, la película cae y se hace añicos, resultando morosa, aburrida, incluso rutinaria en ciertos momentos.
Me sobra este Tintin que consigue hacer aburrido al personaje de Hergé.
Como casi siempre que el cine opta única y exclusivamente por lo tecnológico, el resultado es decepcionante.
Una vez que el espectador supera la sorpresa de verse dentro de un comic de Hergé, lo cual no deja de tener su mérito, y se queda a solas con la historia, en la oscuridad de la sala, descubre, tras el aburrimiento que empieza a sentir, que debajo del reto tecnológico superado no hay nada que lo sustente.
Y esto es lo que sucede con "Tintin", que no hay nada bajo la atractiva superficie de ver el mundo de Hergé animado en tres dimensiones.
Como casi siempre que el cine intenta hacer que la tecnología deje de ser un medio para convertirse en un fin en sí misma, se convierte en un espectáculo vacío, cuyo único atractivo consiste en la infinita repetición de un artificio hasta que la mirada se habitúa a la sorpresa y ésta desaparece. Y superado el efecto sorpresa, la película cae y se hace añicos, resultando morosa, aburrida, incluso rutinaria en ciertos momentos.
Me sobra este Tintin que consigue hacer aburrido al personaje de Hergé.
viernes, noviembre 04, 2011
El CIS ha publicado su nuevo barómetro y en él le augura una tremenda derrota al PSOE, 195 escaños frente a 121.
Hasta aquí nada sorprendente.
Lo curioso es la valoración que merece a los mismos entrevistados tanto el Partido Popular como su líder. Tampoco es nada nuevo, pero no deja de resultar sorprendente:
- Pregunta 6, el 62,5% de los entrevistados consideran que el Partido Popular lo habría hecho igual o peor de haber estado en el gobierno,
- Pregunta 7, el 49% considera que la actuación de la oposición ha sido mala o muy mala mientras otro 33% considera que ha sido regular,
- Pregunta 17, Rajoy esta valorado en la misma medida que el candidato socialista, 4,43 por 4,54,
- Pregunta 19, al 71,7% de los entrevistados Mariano Rajoy le merece poca o ninguna confianza.
Unos números espectaculares para nuestro próximo líder que, como mínimo, no le definen como una personalidad de consenso y generadora de confianza.
Hasta aquí nada sorprendente.
Lo curioso es la valoración que merece a los mismos entrevistados tanto el Partido Popular como su líder. Tampoco es nada nuevo, pero no deja de resultar sorprendente:
- Pregunta 6, el 62,5% de los entrevistados consideran que el Partido Popular lo habría hecho igual o peor de haber estado en el gobierno,
- Pregunta 7, el 49% considera que la actuación de la oposición ha sido mala o muy mala mientras otro 33% considera que ha sido regular,
- Pregunta 17, Rajoy esta valorado en la misma medida que el candidato socialista, 4,43 por 4,54,
- Pregunta 19, al 71,7% de los entrevistados Mariano Rajoy le merece poca o ninguna confianza.
Unos números espectaculares para nuestro próximo líder que, como mínimo, no le definen como una personalidad de consenso y generadora de confianza.
miércoles, noviembre 02, 2011
martes, noviembre 01, 2011
CELUI QUI DOIT MOURIR
Basada en la novela "Cristo de nuevo crucificado" del escritor griego Nicos Kazantzakis, "Celui qui doit mourir" sucede en la Grecia ocupada por los turcos a principios del pasado siglo XX.
Un grupo de refugiados encabezados por el padre Fotis (Jean Servais) llegan a un pequeño pueblo que se prepara para celebrar una representación anual de la pasión. La llegada de los forasteros, su necesidad imperiosa de encontrar alimento y cobijo, alterará la paz de la comunidad.
Las fuerzas vivas de la localidad encabezadas por el padre Grigoris (Fernand Ledoux) se opondrán a dar cualquier clase de ayuda a los recién llegados por temor a ser arrastrados a la pobreza y a la desgracia que los forasteros parecen traer consigo. Y esta actitud práctica del sacerdote chocará con su discurso de amor y caridad cristianas... que parece no regir para los forasteros
Un pastor iletrado y misántropo llamado Manolis (Pierre Vaneck) que ha sido elegido para desempeñar a Jesucristo en el drama de la pasión por el propio padre Grigoris se convertirá poco a poco en un trasunto de la figura del propio Cristo enfrentándose a todo lo que significa la actitud del padre Grigoris representando en este drama rural un papel similar al del personaje que le ha tocado representar.
Dirigida por el represaliado por el macartismo Jules Dassin con dinero francés, "Celui qui doit mourir" es una película extraordinaria de un director olvidado y que nunca defrauda cuando se le descubre.
Enraizada en el cristianismo social y en la sensibilidad revolucionaria, "Celui qui doit mourir" es un drama intenso que pone el acento en la solidaridad y el altruismo como decisión de vida, que recuerda que el corazón de la religiosidad cristiana no late de manera muy distinta al modo en que late el corazón del pensamiento revolucionario.
En los polvorientos paisajes de la Grecia rural se convierten en incomparable escenario para representar un nuevo capítulo del drama que enfrenta a las fuerzas de la luz contra las de la oscuridad. Y digan lo que digan no cabe la menor duda de parte de quién está en realidad ese Jesucristo con el que tanto cuentan, del que tanto hablan todas esas sombras que habitan el lado oscuro...
De existir, Jesucristo y su padre celestial, claro. Pero esa es otra historia.
Extraordinaria.
Basada en la novela "Cristo de nuevo crucificado" del escritor griego Nicos Kazantzakis, "Celui qui doit mourir" sucede en la Grecia ocupada por los turcos a principios del pasado siglo XX.
Un grupo de refugiados encabezados por el padre Fotis (Jean Servais) llegan a un pequeño pueblo que se prepara para celebrar una representación anual de la pasión. La llegada de los forasteros, su necesidad imperiosa de encontrar alimento y cobijo, alterará la paz de la comunidad.
Las fuerzas vivas de la localidad encabezadas por el padre Grigoris (Fernand Ledoux) se opondrán a dar cualquier clase de ayuda a los recién llegados por temor a ser arrastrados a la pobreza y a la desgracia que los forasteros parecen traer consigo. Y esta actitud práctica del sacerdote chocará con su discurso de amor y caridad cristianas... que parece no regir para los forasteros
Un pastor iletrado y misántropo llamado Manolis (Pierre Vaneck) que ha sido elegido para desempeñar a Jesucristo en el drama de la pasión por el propio padre Grigoris se convertirá poco a poco en un trasunto de la figura del propio Cristo enfrentándose a todo lo que significa la actitud del padre Grigoris representando en este drama rural un papel similar al del personaje que le ha tocado representar.
Dirigida por el represaliado por el macartismo Jules Dassin con dinero francés, "Celui qui doit mourir" es una película extraordinaria de un director olvidado y que nunca defrauda cuando se le descubre.
Enraizada en el cristianismo social y en la sensibilidad revolucionaria, "Celui qui doit mourir" es un drama intenso que pone el acento en la solidaridad y el altruismo como decisión de vida, que recuerda que el corazón de la religiosidad cristiana no late de manera muy distinta al modo en que late el corazón del pensamiento revolucionario.
En los polvorientos paisajes de la Grecia rural se convierten en incomparable escenario para representar un nuevo capítulo del drama que enfrenta a las fuerzas de la luz contra las de la oscuridad. Y digan lo que digan no cabe la menor duda de parte de quién está en realidad ese Jesucristo con el que tanto cuentan, del que tanto hablan todas esas sombras que habitan el lado oscuro...
De existir, Jesucristo y su padre celestial, claro. Pero esa es otra historia.
Extraordinaria.
lunes, octubre 31, 2011
"Y nos enseña una lección al resto de nosotros: el sufrimiento al que se enfrentan tantos de nuestros ciudadanos es innecesario. Si esta es una época de increíble dolor y de una sociedad mucho más dura, ha sido por elección. No tenía, ni tiene, por qué ser de esta manera."
(Islandia, el camino que no tomamos. Paul Krugman)
(Islandia, el camino que no tomamos. Paul Krugman)
domingo, octubre 30, 2011
TOKYO SONATA
Kiyoshi Kurosawa es uno de los nombres de referencia de esa renovación de la presencia del cine japonés en el panorama global a través de géneros como el thriller y el terror.
En su hasta el momento última película, "Tokyo sonata", Kurosawa se aparta, al menos de forma aparente, de ese territorio conocido para presentarnos el drama de la descomposición de una familia japonesa como consecuencia de la situación de desempleo al que el cabeza de familia se ve abocado.
Y digo que se aparta al menos de forma aparente porque "Tokyo sonata" sucede en la hora bruja en que se aparecen todos los monstruos y fantasmas.
Las películas nos describe la grieta que se abre en la normalidad de una familia cualquiera y por la que asoman sus alargados tentáculos y sus afiladas fauces los diablos de la irracionalidad, una irracionalidad que acabará apoderándose de todos y cada uno de los miembros de la familia quienes, a su manera, deberán afrontar un trance de descomposición de esa superficie de creencias, ideas y valores sobre la que se asentaba la tranquilidad de su normal vida cotidiana.
Y esto es el principal punto de "Tokyo sonata" la descripción de otro terror, el de la propensión al desorden y el caos que amenaza constantemente "eso" que llamamos normalidad.
Una serie de pequeños eventos distorsionantes y la manera por la que, en su repetición por iteración, multiplican su peso terminando por convertirse en desequilibrantes.
Pura física de la no linealidad trasladada desde las pizarras y los circuitos de los ordenadores de cálculo a lo psicológico y a lo social:
"Las ecuaciones no lineales son como una versión matemática de la frontera entre dos mundos. Quienes se aventuran por un paisaje matemático aparentemente normal de pronto se pueden hallar en una realidad alternativa. En una ecuación no lineal, un pequeño cambio en una variable puede surtir un efecto desproporcionado y aun catastrófico en otras variables. Las correlaciones entre los elementos de un sistema en evolución permanecen relativamente constantes para una amplia gama de valores, pero en un punto crítico se dividen y la ecuación que describe el sistema se lanza hacia una nueva conducta."
(Espejo y reflejo, John Briggs, F. David Peat)
"Tokyo sonata" es una película que tarda en arrancar, pero sólo aparentemente. Porque en lo que parece ser la precisa descripción de una aburrida normalidad, Kurosawa realiza un fenomenal trabajo de narración, acumulando detalles distorsionantes que en su sucesión incremental a lo largo del metraje de la película van trasladando la historia del orden al desorden. Al mismo tiempo que la narración incrementa la velocidad de su distorsión en el sentido de situaciones y eventos que se van sucediendo, que se van acumulando hasta que los personajes no pueden más y terminan siendo arrastrados por esa dinámica de caos.
Y ese horroroso y bestial caos siempre es generador de un orden nuevo, insospechado para quienes lo sobreviven, con banda sonora de Debussy.
Muy, muy brillante.
Kiyoshi Kurosawa es uno de los nombres de referencia de esa renovación de la presencia del cine japonés en el panorama global a través de géneros como el thriller y el terror.
En su hasta el momento última película, "Tokyo sonata", Kurosawa se aparta, al menos de forma aparente, de ese territorio conocido para presentarnos el drama de la descomposición de una familia japonesa como consecuencia de la situación de desempleo al que el cabeza de familia se ve abocado.
Y digo que se aparta al menos de forma aparente porque "Tokyo sonata" sucede en la hora bruja en que se aparecen todos los monstruos y fantasmas.
Las películas nos describe la grieta que se abre en la normalidad de una familia cualquiera y por la que asoman sus alargados tentáculos y sus afiladas fauces los diablos de la irracionalidad, una irracionalidad que acabará apoderándose de todos y cada uno de los miembros de la familia quienes, a su manera, deberán afrontar un trance de descomposición de esa superficie de creencias, ideas y valores sobre la que se asentaba la tranquilidad de su normal vida cotidiana.
Y esto es el principal punto de "Tokyo sonata" la descripción de otro terror, el de la propensión al desorden y el caos que amenaza constantemente "eso" que llamamos normalidad.
Una serie de pequeños eventos distorsionantes y la manera por la que, en su repetición por iteración, multiplican su peso terminando por convertirse en desequilibrantes.
Pura física de la no linealidad trasladada desde las pizarras y los circuitos de los ordenadores de cálculo a lo psicológico y a lo social:
"Las ecuaciones no lineales son como una versión matemática de la frontera entre dos mundos. Quienes se aventuran por un paisaje matemático aparentemente normal de pronto se pueden hallar en una realidad alternativa. En una ecuación no lineal, un pequeño cambio en una variable puede surtir un efecto desproporcionado y aun catastrófico en otras variables. Las correlaciones entre los elementos de un sistema en evolución permanecen relativamente constantes para una amplia gama de valores, pero en un punto crítico se dividen y la ecuación que describe el sistema se lanza hacia una nueva conducta."
(Espejo y reflejo, John Briggs, F. David Peat)
"Tokyo sonata" es una película que tarda en arrancar, pero sólo aparentemente. Porque en lo que parece ser la precisa descripción de una aburrida normalidad, Kurosawa realiza un fenomenal trabajo de narración, acumulando detalles distorsionantes que en su sucesión incremental a lo largo del metraje de la película van trasladando la historia del orden al desorden. Al mismo tiempo que la narración incrementa la velocidad de su distorsión en el sentido de situaciones y eventos que se van sucediendo, que se van acumulando hasta que los personajes no pueden más y terminan siendo arrastrados por esa dinámica de caos.
Y ese horroroso y bestial caos siempre es generador de un orden nuevo, insospechado para quienes lo sobreviven, con banda sonora de Debussy.
Muy, muy brillante.
sábado, octubre 29, 2011
"El nuevo jefe del estado empleó los títulos de «Generalísimo» y de «Caudillo», quizá por afinidad con el usado por los líderes fascistas italiano y alemán. También solía hablar de un estado totalitario, aunque es dificil saber qué entendía por tal: no la supeditación general de la sociedad al estado, como en el régimen nazi o el soviético, sino más bien la intervención decisoria del estado en la regulación de los conflictos socioeconómicos. Esto le llevaba a simpatizar con el fascismo y con el nazismo, el cual aún no había mostrado sus peores facetas y se presentaba también como un régimen superador tanto del peligro comunista como de la democracia liberal."
(Los mitos de la guerra civil, Pío Moa)
Moa en estado puro... No le parece suficiente con que Franco, el hombre fuerte de los rebeldes, hablase de un estado totalitario y no de una democracia. También sorprende la ausencia de calificativos negativos tan frecuentes en otros pasajes de su obra para el sustantivo totalitario.
El totalitarismo de derechas no parece suscitar la misma irritación moral en Moa que los totalitarismos de izquierdas para los que es pródigo en calificaciones negativas, carnaza para unos lectores que encuentran lo que desean leer.
Franco habla de totalitarismo como el que habla del tiempo... silencio (canta un grillo)... y además hay atenuantes que vienen enseguida:
- Primero dice que es difícil saber lo que Franco entendía por totalitario y luego, tras los dos puntos, hace una afirmación de certeza olvidando esa duda, una certeza que por supuesto es una cualidad positiva y atenuante: intervención estatal en la economía... y sin decir en qué documento se basa para hacer semejante información.
Resumiendo: para Moa Franco no era fascista sino keynesiano
- Después declara que Franco es simpatizante del fascismo y nazismo, pero con otro atenuante, el de no conocer todavía su verdadero rostro. Aspecto que no es tan criticable por si mismo como por el hecho de que los otros no tengan ese mismo beneficio de la duda. Por supuesto no cabe la menor duda de lo contrario, de que Largo Caballero conocía el verdadero rostro de su utopía.
(Los mitos de la guerra civil, Pío Moa)
Moa en estado puro... No le parece suficiente con que Franco, el hombre fuerte de los rebeldes, hablase de un estado totalitario y no de una democracia. También sorprende la ausencia de calificativos negativos tan frecuentes en otros pasajes de su obra para el sustantivo totalitario.
El totalitarismo de derechas no parece suscitar la misma irritación moral en Moa que los totalitarismos de izquierdas para los que es pródigo en calificaciones negativas, carnaza para unos lectores que encuentran lo que desean leer.
Franco habla de totalitarismo como el que habla del tiempo... silencio (canta un grillo)... y además hay atenuantes que vienen enseguida:
- Primero dice que es difícil saber lo que Franco entendía por totalitario y luego, tras los dos puntos, hace una afirmación de certeza olvidando esa duda, una certeza que por supuesto es una cualidad positiva y atenuante: intervención estatal en la economía... y sin decir en qué documento se basa para hacer semejante información.
Resumiendo: para Moa Franco no era fascista sino keynesiano
- Después declara que Franco es simpatizante del fascismo y nazismo, pero con otro atenuante, el de no conocer todavía su verdadero rostro. Aspecto que no es tan criticable por si mismo como por el hecho de que los otros no tengan ese mismo beneficio de la duda. Por supuesto no cabe la menor duda de lo contrario, de que Largo Caballero conocía el verdadero rostro de su utopía.
"Winter's bone" es una de esas películas que uno podría recomendar a todos los que creen que productos como "Capitán América" o "Green Lantern" son cine.
Hay muchas cosas buenas en "Winter's bone", pero sin duda la más importante de todas es su totalidad, su carácter de obra cinematográfica en la que se nos muestra un mundo y una manera de vivirlo.
La historia aúna el drama social con la crónica negra.
La cámara sigue a Ree (estupenda Jennifer Lawrence), una adolescente "white trash", que se encarga de la dura tarea de sacar adelante una familia disfuncional en el paisaje casi tercermundista de las colinas del estado de Missouri.
En un mundo de pobreza y marginación cuya aparición no es frecuente en el cine Jennifer tendrá que luchar por salvar lo poco que les queda puesto en riesgo por su desaparecido y delincuente padre como parte de una fianza.
Esa búsqueda pondrá a Ree en contacto con una descarnada realidad de cuentas pendientes entre clanes rivales de delincuentes, una realidad de la que forma parte por el mero hecho de existir y que se convertirá en una infranqueable y helada barrera de silencio, mucho más fría que lo más helado del frío invierno en que sucede la historia...
El verdadero hueso del invierno.
"Winter's bone" es un drama desnudo, directo, de pocas palabras y en su atmósfera encierra la memoria de esas películas de Jean Pierre Melville pobladas de seres humanos convertidos en endurecidas máquinas de vivir una vida exigente, dura, complicada, máquinas de continuar adelante que sin pestañear se enfrentan a un destino complicado que casi siempre encierra el fraguado de una amalgama densa de deudas, errores, fracasos y obligaciones.
Puro cine negro en lo más profundo de la américa profunda.
Extraordinaria.
viernes, octubre 28, 2011
jueves, octubre 27, 2011
La frase del día:
"Ataques a infraestructuras críticas mediante máquinas zombis"
Parte del programa de unas jornadas sobre ciberamenazas y ciberdefensa, pero en realidad es el titulo de algún libro póstumo, no escrito, de poemas revolucionariamente beatniks de Allen Ginsberg.
"Ataques a infraestructuras críticas mediante máquinas zombis"
Parte del programa de unas jornadas sobre ciberamenazas y ciberdefensa, pero en realidad es el titulo de algún libro póstumo, no escrito, de poemas revolucionariamente beatniks de Allen Ginsberg.
miércoles, octubre 26, 2011
"Mejoraría el Atleti si contase con ese olvidado recurso, el coraje y el compromiso, pero mucho es pedir a un equipo de recién llegados con un capitán tibio como la crema de verduras; quizás les vendría bien el visionado ininterrumpido durante veinticuatro horas de los cinco últimos minutos del Gales - Australia, con los galeses empeñados en marcar un ensayo inútil para el marcador pero obligado por el orgullo, ensayo por cierto no celebrado por considerarse parte del deber y no algo de lo que alardear."
(Pubs, televisiones, rombos. El rojo y el blanco)
(Pubs, televisiones, rombos. El rojo y el blanco)
"La idea de que la realidad debe ser comprendida como un proceso es antigua, remontándose por lo menos a Heráclito, quien dijo que todo fluye. En tiempos más modernos, Whitehead fue el primero en darle a esta noción un desarrollo sistemático y amplio. En este capítulo discutiré la cuestión de la relación entre la realidad y el conocimiento desde tal punto de vista. No obstante, aunque mi punto de partida explícito sea parecido al de Whitehead, surgirán algunas implicaciones que van a ser significativamente diferentes de las que aparecen en su obra.
Considero que la esencia de la idea de proceso está en el juicio: No sólo está todo cambiando, sino que todo es flujo. Es decir, lo que existe es el proceso mismo de llegar a ser, mientras que todos los objetos, acontecimientos, entidades, condiciones, estructuras, etcétera, son formas que pueden abstraerse de este proceso.
La mejor imagen del proceso es tal vez la de una corriente que fluye, cuya sustancia nunca es la misma. En esta corriente se pueden ver modelos siempre cambiantes de remolinos, rizos, ondas, salpicaduras, etcétera, que no tienen existencia independiente como tales. Más bien son abstracciones del movimiento fluyente, que surgen y se desvanecen en el proceso total del flujo. Una existencia transitoria como la que pueden poseer estas formas abstractas presupone solamente una relativa independencia o autonomía de comportamiento, antes que una existencia absolutamente independiente como sustancias esenciales. (En el capítulo primero planteamos esta idea con mayor amplitud.)
Naturalmente, la física moderna declara que las corrientes reales (por ejemplo, las de agua) están compuestas de átomos que, a su vez, están compuestos de «partículas elementales», como electrones, protones, neutrones, etcétera. Durante mucho tiempo se pensó que estas últimas eran «la sustancia final o esencial» de toda la realidad, y que todos los movimientos fluyentes, como los de las corrientes, podían reducirse a formas abstraídas de los movimientos en el espacio de conjuntos de partículas interactuantes. Sin embargo, se ha descubierto que incluso las «partículas elementales» pueden ser creadas, aniquiladas y transformadas, y esto indica que ni siquiera éstas pueden ser las sustancias finales, sino que son más bien formas relativamente constantes, abstraídas de algún nivel de movimiento más profundo.
Podríamos suponer que este nivel de movimiento más profundo pudiera ser divisible en partículas todavía más finas, que tal vez resultaran ser las sustancias finales de toda la realidad. Sin embargo, la idea de que todo es flujo, que estamos investigando ahora, niega este supuesto. Más bien presupone que cualquier acontecimiento, objeto, entidad, etcétera, que pueda describirse, es la abstracción de una totalidad desconocida e indefinible de movimiento fluyente.
Esto significa que no importa cuánto pueda progresar nuestro conocimiento de las leyes de la física, porque el contenido de estas leyes seguirá refiriéndose a tales abstracciones, que sólo tienen una relativa independencia, tanto en su existencia como en su comportamiento. Así, esto no nos llevará a suponer que todas las propiedades de los conjuntos de objetos, acontecimientos, etcétera, se puedan explicar según cierto conjunto cognoscible de sustancias finales. En cada etapa pueden surgir nuevas propiedades de tales conjuntos, cuyo ámbito último debe considerarse como la desconocida totalidad del flujo universal."
(La totalidad y el orden implicado, David Bohm)
(La totalidad y el orden implicado, David Bohm)
martes, octubre 25, 2011
"Por otra parte, si consideramos nuestras teorías como «descripciones directas de la realidad tal como es», entonces trataremos inevitablemente esas diferencias y distinciones como divisiones, lo que supondrá la existencia separada de los diferentes términos elementales que aparezcan en la teoría. Esto nos conduce a la ilusión de que el mundo está realmente constituido de fragmentos separados y, como ya se ha indicado, esto nos hará actuar de tal manera que, de hecho, produciremos la verdadera fragmentación presupuesta en nuestra actitud hacia la teoría.
Es importante que subrayemos este punto. Por ejemplo, alguien puede decir: «La fragmentación en ciudades, religiones, sistemas políticos, conflictos en forma de guerras, violencia general, fratricidio, etcétera, es la realidad. La totalidad es solamente un ideal, por el que tal vez deberíamos esforzarnos». Pero esto no es lo que se está diciendo aquí. Más bien debería decirse que es la totalidad lo que es real, y que la fragmentación es la respuesta de esta totalidad a la acción del hombre, guiado por una percepción ilusoria y deformado por un pensamiento fragmentario. En otras palabras, es precisamente porque la realidad es un todo por lo que el hombre, con su modo fragmentario de acercarse a ella, encontrará inevitablemente la correspondiente respuesta fragmentaria. Por ello, lo que necesita el hombre es tener en cuenta su costumbre de pensar fragmentariamente, ser consciente de esta costumbre y, así, terminar con ella. La aproximación del hombre a la realidad debe, pues, ser total, y así su respuesta será también total.
Sin embargo, para que esto suceda es decisivo que el hombre esté advertido de la actividad de su pensamiento corno tal, es decir, como una forma de observación, una manera de mirar más bien que como «una copia exacta de la realidad tal como es»."
(La totalidad y el orden implicado, David Bohm)
Es importante que subrayemos este punto. Por ejemplo, alguien puede decir: «La fragmentación en ciudades, religiones, sistemas políticos, conflictos en forma de guerras, violencia general, fratricidio, etcétera, es la realidad. La totalidad es solamente un ideal, por el que tal vez deberíamos esforzarnos». Pero esto no es lo que se está diciendo aquí. Más bien debería decirse que es la totalidad lo que es real, y que la fragmentación es la respuesta de esta totalidad a la acción del hombre, guiado por una percepción ilusoria y deformado por un pensamiento fragmentario. En otras palabras, es precisamente porque la realidad es un todo por lo que el hombre, con su modo fragmentario de acercarse a ella, encontrará inevitablemente la correspondiente respuesta fragmentaria. Por ello, lo que necesita el hombre es tener en cuenta su costumbre de pensar fragmentariamente, ser consciente de esta costumbre y, así, terminar con ella. La aproximación del hombre a la realidad debe, pues, ser total, y así su respuesta será también total.
Sin embargo, para que esto suceda es decisivo que el hombre esté advertido de la actividad de su pensamiento corno tal, es decir, como una forma de observación, una manera de mirar más bien que como «una copia exacta de la realidad tal como es»."
(La totalidad y el orden implicado, David Bohm)
Me gusta Mr. Loney y no se exactamente por qué.
Por algunas cosas que se dicen, por algunas cosas que se ven, por el modo en que se cuentan otras... Me detendría a pensarlo un poco más si realmente me pareciese importante, pero no lo es.
"Mr Lonely" tiene un punto enigmático y onírico, casi buñuelesco, que ejerce su fuerza, como un irresistible vórtice de atracción, sobre mi mirada. Hay una melancólica reflexión sobre la identidad y su búsqueda en un mundo complejo dentro de esta historia de una persona, interpretada por Diego Luna, que prefiere ser otra, pero también hay otra historia que reflexiona sobre lo absurdo del mundo en el paralelo y sorprendente relato de las monjas voladoras.
Juntas seguramente pretenden conseguir algo, pero, la verdad, no creo que ninguna de ellas esté del todo conseguida desde el punto de vista de producir un discurso cerrado y con sentido.
Quizá, el propósito sea demasiado ambicioso para Harmony Korine, el director, pero no importa mucho. Lo cierto es que he disfrutado el viaje sintiendo la misma sensación que sentía ante "La vía láctea" o "El angel exterminador". La fascinación y la vaga intuición de que tras esas imágenes magnéticas se esconde algo, un significado que no comprendo pero que, y al mismo tiempo, siento como existente, desplazándose ingrávido por entre los visillos del sentido, dejando su olor, el sonido fugaz de sus pasos descalzos, el leve vuelo de su tacto... No se.
Raro, muy raro.
Como si escuchase respuestas a preguntas que todavía no me he planteado.
Como si una imagen valiese no sólo más que mil palabras que pueden ser pronunciadas sino también más que decenas de palabras desconocidos, imposibles de pronunciar.
Fascinante.
lunes, octubre 24, 2011
"Aunque las ecuaciones no lineales ilustran elegantemente este caos y brindan a los científicos una profunda visión del modo en que se producen estos complejos acontecimientos, no permiten a los investigadores predecir con exactitud dónde y cuándo se producirá el próximo terremoto. Como luego veremos, ello ocurre porque en el mundo no lineal —que incluye la mayor parte de nuestro mundo real— la predicción exacta es práctica y teóricamente imposible. La no linealidad ha despedazado el sueño reduccionista."
(Espejo y reflejo, David F. Peat y John Briggs)
(Espejo y reflejo, David F. Peat y John Briggs)
"Sólo los seres humanos han llegado a un punto donde ya no saben por qué existen. No emplean el cerebro y han olvidado el conocimiento secreto del cuerpo, de los sentidos y de los sueños. No utilizan el conocimiento que el espíritu ha puesto en cada uno de ellos; ni siquiera son conscientes de ello y por eso avanzan a trompicones por el camino de la nada: una carretera pavimentada que ellos mismos nivelan y alisan para
llegar más deprisa al gran agujero vacío que encontrarán al final, esperando para tragárselos. Es una autopista rápida y cómoda, pero yo sé adónde conduce. Lo he visto. He estado allí en mi visión y tiemblo al pensarlo."
CIERVO COJO, chamán lakota
llegar más deprisa al gran agujero vacío que encontrarán al final, esperando para tragárselos. Es una autopista rápida y cómoda, pero yo sé adónde conduce. Lo he visto. He estado allí en mi visión y tiemblo al pensarlo."
CIERVO COJO, chamán lakota
DESENTERRAR EL SOL
El colectivo de teatro social "Los últimos" inauguraba refugio en las mil y una calles del madrileño barrio de Usera y presentaba también un nuevo espectáculo, "Desenterrar el sol", con la prostitución en el punto de mira.
Me gustó mucho su apuesta por la voz y la danza para expresar tensiones que tienen que ver con algo tan físico como el propio cuerpo que es lo que se compra y vende en esta clase de transacciones.. Con la danza el cuerpo llega a lugares que la voz no alcanza y expresa directamente mensajes más directos y totales, menos racionales y más emocionales.
Una buena idea desarrollada con acierto.
Por otro lado, también encontré muy interesante el énfasis que el espectáculo pone en el endeudamiento como causa principal de la situación de explotación que viven esas mujeres convirtiendo la prostitución en una especie de metáfora de los modos y maneras mediante los que el sistema se apodera de las personas y las convierte en piezas funcionales de su maquinaria.
La ballena blanca de las deudas es la que nunca puede ser satisfecha del todo.
Buen espectáculo que demuestra que los medios no son tan importantes cuando hay ideas y verdad de por medio.
El colectivo de teatro social "Los últimos" inauguraba refugio en las mil y una calles del madrileño barrio de Usera y presentaba también un nuevo espectáculo, "Desenterrar el sol", con la prostitución en el punto de mira.
Me gustó mucho su apuesta por la voz y la danza para expresar tensiones que tienen que ver con algo tan físico como el propio cuerpo que es lo que se compra y vende en esta clase de transacciones.. Con la danza el cuerpo llega a lugares que la voz no alcanza y expresa directamente mensajes más directos y totales, menos racionales y más emocionales.
Una buena idea desarrollada con acierto.
Por otro lado, también encontré muy interesante el énfasis que el espectáculo pone en el endeudamiento como causa principal de la situación de explotación que viven esas mujeres convirtiendo la prostitución en una especie de metáfora de los modos y maneras mediante los que el sistema se apodera de las personas y las convierte en piezas funcionales de su maquinaria.
La ballena blanca de las deudas es la que nunca puede ser satisfecha del todo.
Buen espectáculo que demuestra que los medios no son tan importantes cuando hay ideas y verdad de por medio.
domingo, octubre 23, 2011
THE CONSPIRATOR
La última película de Robert Redford como director es un drama histórico de corte clásico.
"The Conspirator" cuenta la infructuosa defensa que Frederick Aitken, abogado y fundador de "The Washington Post", llevó a cabo de su defendida, Mary Surratt en el juicio que encausaba a los conspiradores del asesinato de Lincoln.
Mary Surratt, interpretada con talento por una espléndida Robin Wright, regentaba la pensión donde se reunieron los conspiradores, entre los que se encontraba su propio hijo, John. Una vez consumado el magnicidio, Surratt fue detenida, juzgada, declarada culpable y condenada a muerte por ahorcamiento convirtiéndose en la primera mujer ejecutada en los Estados Unidos.
La película cuenta los esfuerzos de Aitken por proteger a su detenido de lo que parece ser más un linchamiento que un acto de justicia.
Recién terminada la Guerra Civil, el juicio por el asesinato de Lincoln se convierte en un medio por el que la razón de Estado decide formularse expresando mediante un castigo ejemplar su firme voluntad de imponerse a todos aquellos confederados que aún no acepta la derrota.
Incriminada por pruebas circunstanciales, Surratt es presentada por Redford como una víctima de la razón de estado. No obstante, y para el director norteamericano que acredita toda una vida de lucha por los derechos civiles que le ha convertido en un demócrata prototípico, la principal víctima es el estado de derecho, la separación de poderes y, finalmente, la propia constitución que los reconoce y ampara.
Y aquí es donde reside el principal interés de una película contada con corrección y oficio, en el discurso crítico que se vierte sobre el discurso ideológico que fundamenta el sentido de las democracias modernas.
Es fácil ser demócrata cuando todo el mundo está de acuerdo, cuando el debate se produce dentro de los límites del campo de juego que todos jugamos, pero qué sucede cuando ese discurso de planteamientos globales y universales es puesto a prueba por la particularidad molesta de la verdadera diferencia, por los heterodoxos que conspiran contra ella como interfaz ideológica de una realidad política y administrativa.
Ese es el momento en que esos ideales deben ser puestos en práctica, en que ese derecho a juicio justo que se pretende universal suceda realmente y la civilización se imponga al mundo bestial del linchamiento en el que las voluntades luchan y se imponen unas sobre otras amparadas en su mayor o menor fuerza, impulsadas por sus propios intereses y necesidades.
Y en este sentido, se lee entre líneas a lo largo de "The conspirator" la puesta por obra de una verdad, la de la existencia de ese oscuro mundo de intereses oculto tras el cielo azul de un relato que establece un orden y una seguridad para tranquilidad de sus administrados, un orden y una seguridad que de nada valen cuando al otro lado de la balanza pesan los intereses creados de los que verdaderamente pueden perseguirlos y respaldarlos.
El verdadero poder se hace visible por un instante, convertido en razón de estado o en impunidad legal, agrandando la figura de auténticos héroes civiles como Frederick Aitken cuya principal heroicidad consiste en llevar hasta el extremo la mitología democrática de la igualdad y seguridad jurídica, hasta un extremo donde se abre ese abismo negro donde reinan los que verdaderamente pueden.
Por unos momentos brilla aterradora la oscuridad, pero enseguida, y del mismo modo en que se cierra una herida, vuelve la tranquila visión de ese cielo azul que nos cobija.
Y bajo su luz dulce brillan como atractivos espejismos de palacios dorados las cadenas que cada día nos atrapan.
Interesante.
La última película de Robert Redford como director es un drama histórico de corte clásico.
"The Conspirator" cuenta la infructuosa defensa que Frederick Aitken, abogado y fundador de "The Washington Post", llevó a cabo de su defendida, Mary Surratt en el juicio que encausaba a los conspiradores del asesinato de Lincoln.
Mary Surratt, interpretada con talento por una espléndida Robin Wright, regentaba la pensión donde se reunieron los conspiradores, entre los que se encontraba su propio hijo, John. Una vez consumado el magnicidio, Surratt fue detenida, juzgada, declarada culpable y condenada a muerte por ahorcamiento convirtiéndose en la primera mujer ejecutada en los Estados Unidos.
La película cuenta los esfuerzos de Aitken por proteger a su detenido de lo que parece ser más un linchamiento que un acto de justicia.
Recién terminada la Guerra Civil, el juicio por el asesinato de Lincoln se convierte en un medio por el que la razón de Estado decide formularse expresando mediante un castigo ejemplar su firme voluntad de imponerse a todos aquellos confederados que aún no acepta la derrota.
Y aquí es donde reside el principal interés de una película contada con corrección y oficio, en el discurso crítico que se vierte sobre el discurso ideológico que fundamenta el sentido de las democracias modernas.
Es fácil ser demócrata cuando todo el mundo está de acuerdo, cuando el debate se produce dentro de los límites del campo de juego que todos jugamos, pero qué sucede cuando ese discurso de planteamientos globales y universales es puesto a prueba por la particularidad molesta de la verdadera diferencia, por los heterodoxos que conspiran contra ella como interfaz ideológica de una realidad política y administrativa.
Ese es el momento en que esos ideales deben ser puestos en práctica, en que ese derecho a juicio justo que se pretende universal suceda realmente y la civilización se imponga al mundo bestial del linchamiento en el que las voluntades luchan y se imponen unas sobre otras amparadas en su mayor o menor fuerza, impulsadas por sus propios intereses y necesidades.
Y en este sentido, se lee entre líneas a lo largo de "The conspirator" la puesta por obra de una verdad, la de la existencia de ese oscuro mundo de intereses oculto tras el cielo azul de un relato que establece un orden y una seguridad para tranquilidad de sus administrados, un orden y una seguridad que de nada valen cuando al otro lado de la balanza pesan los intereses creados de los que verdaderamente pueden perseguirlos y respaldarlos.
El verdadero poder se hace visible por un instante, convertido en razón de estado o en impunidad legal, agrandando la figura de auténticos héroes civiles como Frederick Aitken cuya principal heroicidad consiste en llevar hasta el extremo la mitología democrática de la igualdad y seguridad jurídica, hasta un extremo donde se abre ese abismo negro donde reinan los que verdaderamente pueden.
Por unos momentos brilla aterradora la oscuridad, pero enseguida, y del mismo modo en que se cierra una herida, vuelve la tranquila visión de ese cielo azul que nos cobija.
Y bajo su luz dulce brillan como atractivos espejismos de palacios dorados las cadenas que cada día nos atrapan.
Interesante.
sábado, octubre 22, 2011
EL TURISTA ACCIDENTAL
Gustave Flaubert escribió en una de las cartas que envió a su amante Louise Colet que Madame Bovary era él.
Sintiendo la contradicción entre su vida oficial y la oculta que vivía con su amante, el sentir del genial escritor francés no podía albergar un sentimiento distinto de esa contradicción eterna entre lo arriesgado y lo prudente, la comodidad del hogar y la arriesgada persecución del taimado horizonte.
Y en este sentido, y con independencia de los aspectos estrictamente femeninos que acentúan el drama del personaje, todos somos en algún momento de nuestras vidas Madame Bovary.
En algún momento el mundo se nos vuelve áspero haciéndonos notar un "pequeño" inconveniente: lo que nos gusta y lo que necesitamos, a veces, superpuestos, no coinciden.
Esta dialéctica dramática que aparece en el romanticismo, cuando el sentimiento toma carta de naturaleza frente al cálculo racional en las relaciones sociales y personales ha perdurado hasta nuestros días manifestándose en las modalidades artísticas de expresión correspondientes a cada momento histórico.
Y por lo que respecta al cine, "El turista accidental" es una buena muestra de la enésima repetición de ese relato mítico que funda el yo romántico sobre el que se asienta buena parte de nuestra cultura.
Macon Leary se gana la vida escribiendo guías para ayudar a todos aquellos que prefiriendo el calor del hogar han de vérselas con el taimado horizonte. Guías de viaje para aquellos que no quieren viajar y desde el momento de la partida ya están pensando en volver... Y puede hacerlo porque es precisamente experto en no ir a ninguna parte.
Lo adocenado de su expresión y, por extensión, de su estar en general, magníficamente encarnados en el rostro de William Hurt, son expresión metonímica de su propia vida, circunstancia agravada por el drama de la muerte de su hijo pequeño, que ha tenido el devastador efecto de convertir ese aburrimiento vital en tristeza y depresión.
Pero, y hasta el momento, no hay drama.
Sólo el aburrido mecanismo de una vida basada en la meticulosa repetición de lo familiar, que se circunscribe al quimérico contenido de una maleta sentimental que Leary porta desde que se levanta hasta que se acuesta, una maleta tan medida como la que lleva a todos y cada uno de sus viajes.
El drama aparecerá cuando en la vida de Leary se cruce Muriel (Geena Davis) y encontrará su razón de existir en los sentimientos que poco a poco, como brotes verdes zapateriles, el protagonista irá descubriendo no sin cierta sorpresa.
Será Muriel quién provoque la tensión con su demanda de un amor que, por muchas razones, resulta imposible ya que, en apariencia, el espectador puede ver que hay un millón de circunstancias que les separan. Y este aspecto es uno de los principales puentes fuertes de la película. La acertada descripción de dos entornos de vida, de dos modos de ser absolutamente contrapuestos que sin embargo, y por esas cosas que tiene la vida, coinciden en un momento determinado del espacio y el tiempo. En este sentido destaca especialmente el ambiente aséptico y administrativo, casi eduardiano de los "tranquilos" hermanos de Leary.
Y Leary también será Bovary teniendo que tomar una decisión entre lo que en cada momento cree necesitar y lo que en cada momento cree querer.
¿Qué decidirá?
Brillante.
Gustave Flaubert escribió en una de las cartas que envió a su amante Louise Colet que Madame Bovary era él.
Sintiendo la contradicción entre su vida oficial y la oculta que vivía con su amante, el sentir del genial escritor francés no podía albergar un sentimiento distinto de esa contradicción eterna entre lo arriesgado y lo prudente, la comodidad del hogar y la arriesgada persecución del taimado horizonte.
Y en este sentido, y con independencia de los aspectos estrictamente femeninos que acentúan el drama del personaje, todos somos en algún momento de nuestras vidas Madame Bovary.
En algún momento el mundo se nos vuelve áspero haciéndonos notar un "pequeño" inconveniente: lo que nos gusta y lo que necesitamos, a veces, superpuestos, no coinciden.
Esta dialéctica dramática que aparece en el romanticismo, cuando el sentimiento toma carta de naturaleza frente al cálculo racional en las relaciones sociales y personales ha perdurado hasta nuestros días manifestándose en las modalidades artísticas de expresión correspondientes a cada momento histórico.
Y por lo que respecta al cine, "El turista accidental" es una buena muestra de la enésima repetición de ese relato mítico que funda el yo romántico sobre el que se asienta buena parte de nuestra cultura.
Macon Leary se gana la vida escribiendo guías para ayudar a todos aquellos que prefiriendo el calor del hogar han de vérselas con el taimado horizonte. Guías de viaje para aquellos que no quieren viajar y desde el momento de la partida ya están pensando en volver... Y puede hacerlo porque es precisamente experto en no ir a ninguna parte.
Lo adocenado de su expresión y, por extensión, de su estar en general, magníficamente encarnados en el rostro de William Hurt, son expresión metonímica de su propia vida, circunstancia agravada por el drama de la muerte de su hijo pequeño, que ha tenido el devastador efecto de convertir ese aburrimiento vital en tristeza y depresión.
Pero, y hasta el momento, no hay drama.
Sólo el aburrido mecanismo de una vida basada en la meticulosa repetición de lo familiar, que se circunscribe al quimérico contenido de una maleta sentimental que Leary porta desde que se levanta hasta que se acuesta, una maleta tan medida como la que lleva a todos y cada uno de sus viajes.
El drama aparecerá cuando en la vida de Leary se cruce Muriel (Geena Davis) y encontrará su razón de existir en los sentimientos que poco a poco, como brotes verdes zapateriles, el protagonista irá descubriendo no sin cierta sorpresa.
Será Muriel quién provoque la tensión con su demanda de un amor que, por muchas razones, resulta imposible ya que, en apariencia, el espectador puede ver que hay un millón de circunstancias que les separan. Y este aspecto es uno de los principales puentes fuertes de la película. La acertada descripción de dos entornos de vida, de dos modos de ser absolutamente contrapuestos que sin embargo, y por esas cosas que tiene la vida, coinciden en un momento determinado del espacio y el tiempo. En este sentido destaca especialmente el ambiente aséptico y administrativo, casi eduardiano de los "tranquilos" hermanos de Leary.
Y Leary también será Bovary teniendo que tomar una decisión entre lo que en cada momento cree necesitar y lo que en cada momento cree querer.
¿Qué decidirá?
Brillante.
viernes, octubre 21, 2011
lunes, octubre 17, 2011
FOUR LIONS
Está claro que Chris Morris, el autor de esta locura kamikaze, no comparte la definición de humor de Woody Allen.
Mientras que para el director neoyorquino, convertido ya en una factoría cinematográfica que no hace otra cosa que replicar con mayor o menor talento la propia marca, el humor es el sencillo resultado de la suma de una tragedia y el paso del tiempo, para Chris Morris no es necesario que pase el tiempo... Es suficiente con la tragedia por que "Four lions" es una increíble, por divertida, sátira vitriólica sobre el terrorismo islámico suicida.
Nos cuenta la historia de cuatro musulmanes británicos dispuestos a hacer lo posible y lo imposible por inmolarse en una guerra santa cuyo principal enemigo es la propia estupidez e incompetencia de los protagonistas.
Las situaciones en su mayor parte hilarantes consiguen que la historia se sitúe equidistante entre el humor negro y el absurdo, presentando un retrato fascinante de unos "hooligans" del islamismo.
Un salvaje grupo de tarados que en un momento desgraciado de su vida decidieron ser islamistas en lugar de hacerse supporters del Manchester United y cuya inmensa estupidez les llevará finalmente a convertirse en esa amenaza que durante toda la historia de una manera infructuosamente divertida se han propuesto ser.
Brillante.
Está claro que Chris Morris, el autor de esta locura kamikaze, no comparte la definición de humor de Woody Allen.
Mientras que para el director neoyorquino, convertido ya en una factoría cinematográfica que no hace otra cosa que replicar con mayor o menor talento la propia marca, el humor es el sencillo resultado de la suma de una tragedia y el paso del tiempo, para Chris Morris no es necesario que pase el tiempo... Es suficiente con la tragedia por que "Four lions" es una increíble, por divertida, sátira vitriólica sobre el terrorismo islámico suicida.
Nos cuenta la historia de cuatro musulmanes británicos dispuestos a hacer lo posible y lo imposible por inmolarse en una guerra santa cuyo principal enemigo es la propia estupidez e incompetencia de los protagonistas.
Las situaciones en su mayor parte hilarantes consiguen que la historia se sitúe equidistante entre el humor negro y el absurdo, presentando un retrato fascinante de unos "hooligans" del islamismo.
Un salvaje grupo de tarados que en un momento desgraciado de su vida decidieron ser islamistas en lugar de hacerse supporters del Manchester United y cuya inmensa estupidez les llevará finalmente a convertirse en esa amenaza que durante toda la historia de una manera infructuosamente divertida se han propuesto ser.
Brillante.
domingo, octubre 16, 2011
LA NOCHE DEL URO
Ni siquiera llega a la condición de obra incompleta.
“La noche del Uro” es poco más que una carpeta llena de
notas, recortes, cartas, bocetos y ocho capítulos que se corresponden con la
infancia de Grieben, el protagonista. Una carpeta en la que Dalton Trumbo fue
acumulando mimbres de lo que siempre pretendió fuera la más ambiciosa de sus
obras.
Hurgando en la carpeta se descubren cartas que tienen párrafos
donde el autor presiente la importancia del texto cuyas sombras se le escapan
de entre las manos, mientras continúa con el día a día de su existencia como
escritor de guiones para el cine.
Casi dos décadas hasta su muerte acaecida en 1976 estuvo
Trumbo viviendo la imposible persecución de ese texto.
Como escritor de películas Trumbo gozó de un reconocido
prestigio en su tiempo hasta la llegada del macartismo. Entonces Trumbo fue
represaliado e incluso llegó a pasar un
año en la cárcel. Su carrera se vió afectada tuviéndo que firmar guiones con
seudónimo y necesitando de ayuda de amigos de verdad como Otto Preminger que
decidieron contar con su talento sin tener en cuenta las posibles
consecuencias.
Esta circunstancia dramática le redujo a niveles casi de
supervivencia, lo que perjudicó su continuidad como escritor para tareas que no
fueran más allá de la necesidad de escribir para vivir. Aspecto que confiesa a amigos editores en
alguna de esas cartas que se caen de la carpeta y que, Trumbo también reconoce,
afectó a la escritura de “La noche del
Uro”.
¡Áspero mundo!
No obstante, "La noche del Uro" también fue un proyecto que exigió de él, como víctima que fue, un gran esfuerzo. Trumbo también verbaliza en sus cartas y notas las constantes dudas que le generaba el texto al exigirle ver las cosas desde la mirada sin remordimientos del verdugo.
En cualquier caso, "La noche del Uro" fue un proyecto obsesivo que llenó los tiempos muertos entre película y película y, posteriormente entre enfermedad y enfermedad, convertido en un inmenso e interminable crucigrama, al que Trumbo dedicaba el poco tiempo libre del que fue disponiendo en una especie de relación de amor-odio que el escritor sentía hacia el texto, su personaje y la necesidad que sentía de contar la historia de una manera que se le antojaba imprescindible para comprender y comprendernos. Prueba de ello es el hecho curioso de que el Grieben, el protagonista, padezca y muera de la misma enfermedad que terminó acabando con la vida de Trumbo, como si las identidades de autor y protagonista terminarán confundidas a fuerza de pensarse juntas en el tiempo.
¡Áspero mundo!
No obstante, "La noche del Uro" también fue un proyecto que exigió de él, como víctima que fue, un gran esfuerzo. Trumbo también verbaliza en sus cartas y notas las constantes dudas que le generaba el texto al exigirle ver las cosas desde la mirada sin remordimientos del verdugo.
En cualquier caso, "La noche del Uro" fue un proyecto obsesivo que llenó los tiempos muertos entre película y película y, posteriormente entre enfermedad y enfermedad, convertido en un inmenso e interminable crucigrama, al que Trumbo dedicaba el poco tiempo libre del que fue disponiendo en una especie de relación de amor-odio que el escritor sentía hacia el texto, su personaje y la necesidad que sentía de contar la historia de una manera que se le antojaba imprescindible para comprender y comprendernos. Prueba de ello es el hecho curioso de que el Grieben, el protagonista, padezca y muera de la misma enfermedad que terminó acabando con la vida de Trumbo, como si las identidades de autor y protagonista terminarán confundidas a fuerza de pensarse juntas en el tiempo.
“La noche del Uro” es una obra ambiciosa cuyo tema se
desplaza sobre el peligroso filo de la navaja moral.
Cuenta la historia de un monstruo cuyo nombre es Grieben,
asesino de judíos y carcelero en Auschwitz, buscando presentarle precisamente
no como un loco o una bestia sino como un ser humano que, desde el mal, tiene
también sus razones.
En alguna de las cartas, Trumbo muestra su incomodidad con
el hecho de considerar como locos y bestias a esos asesinos, renunciando a
asomarse al oscuro abismo de esa naturaleza humana que es capaz de lo mejor
pero también de lo peor. Para Trumbo negarles la humanidad es lo fácil, lo difícil
es aceptar el lado oscuro de nuestra naturaleza que necesariamente implica la
existencia en todos y cada uno de nosotros la posibilidad de convertirnos en un monstruo para otros.
Lo difícil como escribió Jung es aceptar nuestra sombra.
Lo difícil como escribió Jung es aceptar nuestra sombra.
Y es una lástima que Trumbo no consiguiera terminar una
historia que aborda un asunto tan complicado como esencial, una historia cuya
lectura quizá hubiera aportado más información para ayudarnos a todos a
entender el convulso y violento siglo XX de las utopías, cuya última etapa, la
del neoconservadurismo, estamos viviendo.
En cualquier caso, y desde una lectura fragmentaria, merece
la pena enfrentarse a “La Noche del Uro”.
Un texto duro, sin concesiones, en el que brilla la luz negra de Grieben,
abandonado a sus deseos, pensamientos y emociones con la heterodoxa naturalidad de un
salvaje. Un texto difícil de olvidar una vez se ha probado su veneno y en el
que se puede intuir el confuso sonar de los perdidos pasos de una gran obra.
sábado, octubre 15, 2011
EL ILUSIONISTA
Tiene bastante de culminación y cierre dentro de la obra de Tati esta historia alegremente triste que el francés Sylvain Chomet ha llevado a la pantalla.
A veces hay proyectos, ideas, que acompañan a sus creadores durante toda su vida, protagonizando los momentos entre proyecto y proyecto, apareciéndose dentro de los mismos proyectos, como uno de esos amores malditos e imposibles de los que hablan las novelas, sin poder encontrar el momento y la oportunidad para realizarse.
Nacido como artista en el ya desaparecido "music hall" y habiendo asistido a su desaparición durante la segunda mitad del siglo pasado, a su reemplazo por modos de entretenimiento más acordes con las necesidades e intereses de los tiempos, "El ilusionista" fue un proyecto que acompañó a Tati durante bastantes años de los últimos de su vida.
El protagonista es un mago, un artista del music hall que busca donde actuar en una forma de entretenimiento que agoniza. Ese continuo vagar cada vez más extremo le conducirá a un perdido pueblo de Escocia donde conocerá a una niña que creerá a pies juntillas la magia que el mago representa, convirtiéndose en su mejor y más fiel espectadora cuando precisamente son los espectadores lo que escasea.
Entre ellos se establecerá una hermosa relación paterno filial basada en la necesidad que ambos tienen de la magia.
Jacques Tati creó y encarnó a Monsieur Hulot, un personaje estirado y curioso que a lo largo de toda la filmografía del creador y cómico francés se desplaza por la pantalla en constante conflicto con el nuevo mundo moderno y tecnológico de la postguerra mundial.
Seguramente, el enfrentamiento que el protagonista de "Mon oncle" tiene con la moderna y avant garde casa de sus hijos resuma un poco ese eterno conflicto de Hulot con las cosas que parecen pasar de elementos constitutivos del entorno a verdaderos protagonistas, como así sucede en la dialéctica de la sociedad de consumo y el propio Tati presenta también en la absurdamente taylorista organización de la fábrica de coches en "Trafic"
En "El Ilusionista" esas cosas parecen vencer al dibujo que miméticamente representa al milímetro al propio Tati en un prodigio de encarnación o, mejor dicho, "endibujación".
Porque no es que pase el tiempo y el mago y su número hayan envejecido, sino que además se han vuelto obsoletos.
No es que los tiempos les hayan superado... mucho peor, es que ya no los necesitan.
Y en este sentido "El ilusionista" se convierte en un melancólico relato triste sobre la aceptación de un destino que llega impuesto desde fuera, un destino que es aceptado con el protagonista con la misma naturalidad y profesionalidad con que es aplaudido o abucheado por su público.
Seguramente porque ese "no servir" que la obsolescencia implica no supone un "no valer" o un "no ser" para el personaje quién, a diferencia de otros que terminan perdidos en la primaveral Edimburgo donde sucede casi toda la película, parece tener siempre un lugar al que volver, ese lugar sin límites que es el seguir más adelante en el camino.
Extraordinaria.
Tiene bastante de culminación y cierre dentro de la obra de Tati esta historia alegremente triste que el francés Sylvain Chomet ha llevado a la pantalla.
A veces hay proyectos, ideas, que acompañan a sus creadores durante toda su vida, protagonizando los momentos entre proyecto y proyecto, apareciéndose dentro de los mismos proyectos, como uno de esos amores malditos e imposibles de los que hablan las novelas, sin poder encontrar el momento y la oportunidad para realizarse.
Nacido como artista en el ya desaparecido "music hall" y habiendo asistido a su desaparición durante la segunda mitad del siglo pasado, a su reemplazo por modos de entretenimiento más acordes con las necesidades e intereses de los tiempos, "El ilusionista" fue un proyecto que acompañó a Tati durante bastantes años de los últimos de su vida.
El protagonista es un mago, un artista del music hall que busca donde actuar en una forma de entretenimiento que agoniza. Ese continuo vagar cada vez más extremo le conducirá a un perdido pueblo de Escocia donde conocerá a una niña que creerá a pies juntillas la magia que el mago representa, convirtiéndose en su mejor y más fiel espectadora cuando precisamente son los espectadores lo que escasea.
Entre ellos se establecerá una hermosa relación paterno filial basada en la necesidad que ambos tienen de la magia.
Jacques Tati creó y encarnó a Monsieur Hulot, un personaje estirado y curioso que a lo largo de toda la filmografía del creador y cómico francés se desplaza por la pantalla en constante conflicto con el nuevo mundo moderno y tecnológico de la postguerra mundial.
Seguramente, el enfrentamiento que el protagonista de "Mon oncle" tiene con la moderna y avant garde casa de sus hijos resuma un poco ese eterno conflicto de Hulot con las cosas que parecen pasar de elementos constitutivos del entorno a verdaderos protagonistas, como así sucede en la dialéctica de la sociedad de consumo y el propio Tati presenta también en la absurdamente taylorista organización de la fábrica de coches en "Trafic"
En "El Ilusionista" esas cosas parecen vencer al dibujo que miméticamente representa al milímetro al propio Tati en un prodigio de encarnación o, mejor dicho, "endibujación".
Porque no es que pase el tiempo y el mago y su número hayan envejecido, sino que además se han vuelto obsoletos.
No es que los tiempos les hayan superado... mucho peor, es que ya no los necesitan.
Y en este sentido "El ilusionista" se convierte en un melancólico relato triste sobre la aceptación de un destino que llega impuesto desde fuera, un destino que es aceptado con el protagonista con la misma naturalidad y profesionalidad con que es aplaudido o abucheado por su público.
Seguramente porque ese "no servir" que la obsolescencia implica no supone un "no valer" o un "no ser" para el personaje quién, a diferencia de otros que terminan perdidos en la primaveral Edimburgo donde sucede casi toda la película, parece tener siempre un lugar al que volver, ese lugar sin límites que es el seguir más adelante en el camino.
Extraordinaria.
viernes, octubre 14, 2011
"En una de sus muchas conferencias dirigidas a empresarios iraquíes, Michael Fleischer explicó que los negocios protegidos nunca llegan a ser competitivos. Parecía olvidar la ironía de que Halliburton, Bechtel, Parsons, KPMG, RTI, Blackwater y el resto de empresas estadounidenses que estaban en Irak para aprovecharse de la reconstrucción formaban parte de un enorme chanchullo proteccionista y que el gobierno de los Estados Unidos había creado sus mercados con una guerra, había impedido toda posibilidad de participación a sus competidores para pagarles después por hacer el trabajo al tiempo que les garantizaba los beneficios. Y todo a costa del contribuyente. La cruzada de la Escuela de Chicago había alcanzado la cima. Fue una forma de privatización más sencilla y reducida al mínimo: ni siquiera fue muy necesario transferir activos muy grandes, solo dejaron que las empresas se atiborrasen con las arcas del Estado. Ni inversiones ni responsabilidad: sólo beneficios astronómicos."
(La doctrina del shock, Naomi Klein)
(La doctrina del shock, Naomi Klein)
jueves, octubre 13, 2011
miércoles, octubre 12, 2011
lunes, octubre 10, 2011
TEMPLARIO
Las enemistades entre conquistadores normandos y conquistados sajones en Inglaterra que tanto juego han dado a la literatura romántica con personajes como "Ivanhoe" o "Robin Hood" culminan con la Carta Magna.
En un momento de debilidad y derrota, el rey Juan Sin Tierra se ve obligado a aceptar esta carta como demanda de los nobles y comerciantes sajones que durante lustros había sido explotados con desconsideradas decisiones del monarca absoluto.
En la Carta Magna el rey por la gracia de Dios se ve sometido y controlado por la voluntad de los hombres, comprometiéndose por escrito y en documento legal a no realizar más comportamientos abusivos, no pudiendo imponer ningún impuesto sin el consentimiento de quienes deben sufragarlo ni tampoco enviar a ningún hombre libre a ninguna cárcel sin seguir los procedimientos habituales de justicia.
La Carta Magna es un antecedente de sistemas políticos más modernos y no es el único. Hay unos cuantos a lo largo de la Baja Edad Media, prueba de que las cosas nunca pasan porque sí, sino tras un largo proceso en el que las contradicciones del viejo mundo son resueltas con soluciones que ofrecen un retrato fragmentario de un futuro todavía lejano.
Marx tenía razón en eso... pero esa es otra historia.
"Templario" sucede en plena venganza del rey Juan Sin Tierra (magníficamente interpretado por Paul Giamatti), en su intento por restaurar el respeto perdido a la monarquía absoluta con esa Carta Magna.
Un grupo de valientes se encerrarán en el castillo de Rochester, que controla el acceso a la capital, Londres, desde las costas del sureste de Ingaterra e intentarán ganar tiempo en tanto la nobleza inglesa, sorprendida por el gesto del rey, se despereza y prepara una respuesta.
Por encima de todo, "Templario" es una película de acción que ofrece un retrato horroroso y sangriento de un enfrentamiento medieval.
La brutalidad y la casquería "gore" del combate cuerpo a cuerpo protagonizan gran parte de la película presentando un retrato de los lances medievales que está en las antípodas de atildados héroes en leotardos como "Robin Hood" o "Ivanhoe".
No hay otra cosa que violencia animal en "Templario", que resulta entretenida pese a una estructura dramática bastante convencional que sale adelante por el talento de actores como el mencionado Giamatti o Brian Cox, James Purefoy o Derek Jacobi, que consiguen que la película no se venga abajo entre combate y combate.
Los de la matanza de Texas eran unos blandos.
Entretenida.
Las enemistades entre conquistadores normandos y conquistados sajones en Inglaterra que tanto juego han dado a la literatura romántica con personajes como "Ivanhoe" o "Robin Hood" culminan con la Carta Magna.
En un momento de debilidad y derrota, el rey Juan Sin Tierra se ve obligado a aceptar esta carta como demanda de los nobles y comerciantes sajones que durante lustros había sido explotados con desconsideradas decisiones del monarca absoluto.
En la Carta Magna el rey por la gracia de Dios se ve sometido y controlado por la voluntad de los hombres, comprometiéndose por escrito y en documento legal a no realizar más comportamientos abusivos, no pudiendo imponer ningún impuesto sin el consentimiento de quienes deben sufragarlo ni tampoco enviar a ningún hombre libre a ninguna cárcel sin seguir los procedimientos habituales de justicia.
La Carta Magna es un antecedente de sistemas políticos más modernos y no es el único. Hay unos cuantos a lo largo de la Baja Edad Media, prueba de que las cosas nunca pasan porque sí, sino tras un largo proceso en el que las contradicciones del viejo mundo son resueltas con soluciones que ofrecen un retrato fragmentario de un futuro todavía lejano.
Marx tenía razón en eso... pero esa es otra historia.
"Templario" sucede en plena venganza del rey Juan Sin Tierra (magníficamente interpretado por Paul Giamatti), en su intento por restaurar el respeto perdido a la monarquía absoluta con esa Carta Magna.
Un grupo de valientes se encerrarán en el castillo de Rochester, que controla el acceso a la capital, Londres, desde las costas del sureste de Ingaterra e intentarán ganar tiempo en tanto la nobleza inglesa, sorprendida por el gesto del rey, se despereza y prepara una respuesta.
Por encima de todo, "Templario" es una película de acción que ofrece un retrato horroroso y sangriento de un enfrentamiento medieval.
La brutalidad y la casquería "gore" del combate cuerpo a cuerpo protagonizan gran parte de la película presentando un retrato de los lances medievales que está en las antípodas de atildados héroes en leotardos como "Robin Hood" o "Ivanhoe".
No hay otra cosa que violencia animal en "Templario", que resulta entretenida pese a una estructura dramática bastante convencional que sale adelante por el talento de actores como el mencionado Giamatti o Brian Cox, James Purefoy o Derek Jacobi, que consiguen que la película no se venga abajo entre combate y combate.
Los de la matanza de Texas eran unos blandos.
Entretenida.
"The change is possible. So, what do we consider today possible? Just follow the media. On the one hand in technology and sexuality everything seems to be possible. You can travel to the moon. You can become immortal by biogenetics. You can have sex with animals or whatever. But look at the fields of society and economy. There almost everything is considered impossible. You want to raise taxes a little bit for the rich, they tell you it’s impossible, we lose competitivitiy. You want more money for healthcare: they tell you impossible, this means a totalitarian state. There is something wrong in the world where you are promised to be immortal but cannot spend a little bit more for health care..."
(Fragmento del discurso de Slavoj Zizek, Liberty Plaza)
(Fragmento del discurso de Slavoj Zizek, Liberty Plaza)
domingo, octubre 09, 2011
PARIS, JE T'AIME
18 directores fueron invitados a imaginar, escribir y rodar 18 historias sobre el amor y las relaciones entre las personas con la ciudad de París como fondo.
El resultado es "Paris, je t'aime", una película extraordinaria llena de momentos difíciles de olvidar.
No recuerdo qué escritor decía que escribir un cuento era mucho más difícil que escribir una novela. Creo que la cosa está entre Bioy Casares y Borges, pero no estoy seguro.
De lo que sí estoy seguro es que la relación que mantienen el cuento y la novela es la misma que mantienen el corto y el largometraje. En ambos casos, no es fácil saber expresar el todo mencionando una pequeña parte, en un pequeño instante de tiempo... "Paris, Je t'aime" ensambla 18 cortos en un alarde difícil de igualar de talento.
Algunos como los dirigidos por Gurinder Chadha, Walter Salles, Nobuhiro Suwa o Sylvain Chomet son directamente obras maestras que demuestran que había verdad en aquella frase del poeta César Vallejo para el que nada había más profundo que la propia piel... o en gestos tan aparentemente inanes y cotidianos como una nana a un recién nacido o invitar a alguien a pasear.
Obra maestra.
18 directores fueron invitados a imaginar, escribir y rodar 18 historias sobre el amor y las relaciones entre las personas con la ciudad de París como fondo.
El resultado es "Paris, je t'aime", una película extraordinaria llena de momentos difíciles de olvidar.
No recuerdo qué escritor decía que escribir un cuento era mucho más difícil que escribir una novela. Creo que la cosa está entre Bioy Casares y Borges, pero no estoy seguro.
De lo que sí estoy seguro es que la relación que mantienen el cuento y la novela es la misma que mantienen el corto y el largometraje. En ambos casos, no es fácil saber expresar el todo mencionando una pequeña parte, en un pequeño instante de tiempo... "Paris, Je t'aime" ensambla 18 cortos en un alarde difícil de igualar de talento.
Algunos como los dirigidos por Gurinder Chadha, Walter Salles, Nobuhiro Suwa o Sylvain Chomet son directamente obras maestras que demuestran que había verdad en aquella frase del poeta César Vallejo para el que nada había más profundo que la propia piel... o en gestos tan aparentemente inanes y cotidianos como una nana a un recién nacido o invitar a alguien a pasear.
Obra maestra.
jueves, octubre 06, 2011
"El problema central de la teoría de la globalización es que se enfrenta al estudio de epifenómenos, como la expansión exterior de las corporaciones nacionales hacia
muchas regiones, sin tener en cuenta sus lazos con los centros estratégicos de estas corporaciones. Las corporaciones multinacionales compran y venden globalmente pero
sus decisiones estratégicas sobre tecnología e inversión son controladas desde sus cuarteles generales en el estado imperial. Por su forma son multinacionales, pero su
esencia es nacional. Esta máxima es especialmente clarificadora cuando analizamos los lazos estrechos entre los centros de las corporaciones multinacionales y sus
directores principales en el estado imperial."
(Escritos, James Petras)
BIENVENIDOS AL SUR
Decía Freud que mediante el humor se podía decir hasta la verdad.
Para el clínico y pensador austriaco, aunque por estos bailes de la geoestrategia europea nacido en territorio de la actual República Checa, el humor era una de las formas de que lo inexpresable disponía para ser expresado... y también para expresarse.
El humor es un vehículo constructivo para expresar la diferencia, aquello que distancia al ser dicho porque seguramente jamás debe ser pronunciado.
Y realmente jamás nos reímos de nada que no nos afecta o importa. Porque la risa siempre aparece en esos espacios de fricción entre las diferencias en que nuestro estar se ve comprometido por el punto de vista propio o ajeno, buscando engrasar y hacer funcionar las dinámicas de convivencia.
"Bienvenidos al sur" hace humor con esas diferencias poniendo en foco los estereotipos que separan a los estirados y sofisticados italianos del norte de los desmañados y básicos italianos del sur y lo hace con gracia, sobre un relato bastante tópico y previsible de enamoramiento hacia aquello que en un principio se odia. El estereotipo se sublima destacándose únicamente sus aspectos positivos rimando esta presentación con un pastoril discurso de arcadia en contacto con unas esencias que hasta el momento resultaban desapercibidas.
Nada nuevo bajo el sol, pero y como ese conocido (casi nunca amigo) que es entretenido pero no demasiado interesante, "Bienvenidos al sur" termina cayéndonos bien.
Resultando, al final y después de todo, entretenida.
Decía Freud que mediante el humor se podía decir hasta la verdad.
Para el clínico y pensador austriaco, aunque por estos bailes de la geoestrategia europea nacido en territorio de la actual República Checa, el humor era una de las formas de que lo inexpresable disponía para ser expresado... y también para expresarse.
El humor es un vehículo constructivo para expresar la diferencia, aquello que distancia al ser dicho porque seguramente jamás debe ser pronunciado.
Y realmente jamás nos reímos de nada que no nos afecta o importa. Porque la risa siempre aparece en esos espacios de fricción entre las diferencias en que nuestro estar se ve comprometido por el punto de vista propio o ajeno, buscando engrasar y hacer funcionar las dinámicas de convivencia.
"Bienvenidos al sur" hace humor con esas diferencias poniendo en foco los estereotipos que separan a los estirados y sofisticados italianos del norte de los desmañados y básicos italianos del sur y lo hace con gracia, sobre un relato bastante tópico y previsible de enamoramiento hacia aquello que en un principio se odia. El estereotipo se sublima destacándose únicamente sus aspectos positivos rimando esta presentación con un pastoril discurso de arcadia en contacto con unas esencias que hasta el momento resultaban desapercibidas.
Nada nuevo bajo el sol, pero y como ese conocido (casi nunca amigo) que es entretenido pero no demasiado interesante, "Bienvenidos al sur" termina cayéndonos bien.
Resultando, al final y después de todo, entretenida.
miércoles, octubre 05, 2011
NO HABRÁ PAZ PARA LOS MALVADOS
No tengo la menor duda de que José Coronado, poco a poco, película a película, ha acabado convirtiéndose en el actor cinematográfico por excelencia del panorama actual del cine español.
Sin él, sin su presencia oscura y magnética, no sería posible que esta "No habrá paz para los malvados" llegue tan alto como llega.
Del mismo modo que vacas sagradas de la escena cinematográfica como Russell Crowe, Coronado hace suyo con inteligencia y talento a Santos Trinidad, el descarriado protagonista de este "thriller", seguramente demasiado complejo, probablemente desequilibrado en su estructura. Una estructura en la que dos líneas narrativas, la investigación que del lado de la luz hace la jueza Chacón y la busqueda que en la oscuridad Trinidad realiza del testigo de uno más de sus fatales errores, se cruzan y entrecruzan casi siempre con habilidad, acumulando sobre el espectador la responsabilidad de llevar la cuenta.
"No habrá paz para los malvados" nos cuenta el largo viaje hacia lo más profundo de la noche de Santos Trinidad, un personaje descrito como oscuro, perdido en el propio laberinto y que ha llegado a convertir a la realidad en el escenario de su propio drama personal.
Me gustan esos personajes y me gustan las historias que suelen habitar, desesperados relatos contra el reloj en los que la redención suele ser el objetivo a conseguir, un objetivo por el que es necesario pagar un precio demasiado elevado, un precio que siempre se paga con gusto con tal de hacer que callen los chirridos que desesperadamente ladran dentro del alma de los protagonistas.
En este sentido, Urbizu cumple con los cánones del género, si bien no le habría hecho ningún mal a la película que las intriga no fuese tan complicada y que tuviese durante su desarrollo algún momento de acción que permitiese descargar parte de la energía acumulada en el crescendo en tensión que desde lo narrativo la investigación aporta a la trama.
"No habrá paz para los malvados" no es una película redonda... aunque José Coronado consigue el mágico efecto de que lo parezca mientras su talentosa presencia aparece en pantalla.
No tengo la menor duda de que José Coronado, poco a poco, película a película, ha acabado convirtiéndose en el actor cinematográfico por excelencia del panorama actual del cine español.
Sin él, sin su presencia oscura y magnética, no sería posible que esta "No habrá paz para los malvados" llegue tan alto como llega.
Del mismo modo que vacas sagradas de la escena cinematográfica como Russell Crowe, Coronado hace suyo con inteligencia y talento a Santos Trinidad, el descarriado protagonista de este "thriller", seguramente demasiado complejo, probablemente desequilibrado en su estructura. Una estructura en la que dos líneas narrativas, la investigación que del lado de la luz hace la jueza Chacón y la busqueda que en la oscuridad Trinidad realiza del testigo de uno más de sus fatales errores, se cruzan y entrecruzan casi siempre con habilidad, acumulando sobre el espectador la responsabilidad de llevar la cuenta.
"No habrá paz para los malvados" nos cuenta el largo viaje hacia lo más profundo de la noche de Santos Trinidad, un personaje descrito como oscuro, perdido en el propio laberinto y que ha llegado a convertir a la realidad en el escenario de su propio drama personal.
Me gustan esos personajes y me gustan las historias que suelen habitar, desesperados relatos contra el reloj en los que la redención suele ser el objetivo a conseguir, un objetivo por el que es necesario pagar un precio demasiado elevado, un precio que siempre se paga con gusto con tal de hacer que callen los chirridos que desesperadamente ladran dentro del alma de los protagonistas.
En este sentido, Urbizu cumple con los cánones del género, si bien no le habría hecho ningún mal a la película que las intriga no fuese tan complicada y que tuviese durante su desarrollo algún momento de acción que permitiese descargar parte de la energía acumulada en el crescendo en tensión que desde lo narrativo la investigación aporta a la trama.
"No habrá paz para los malvados" no es una película redonda... aunque José Coronado consigue el mágico efecto de que lo parezca mientras su talentosa presencia aparece en pantalla.
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