LUCK
David Milch, Michael Mann, Dustin Hoffman... Grandes nombres congregados ante "Luck", buque insignia de la ficción televisiva de la HBO para el pasado año 2011.
La historia comienza con la salida de la cárcel de Ace Bernstein (Dustin Hoffman), un hombre de negocios con un pie en los bajos y otro en los altos fondos cuya pasión son los caballos y las carreras de caballos. Tras tres años de la cárcel Bernstein regresa con la idea de un nuevo negocio en la cabeza y la voluntad firme de vengarse de quienes le mandaron a la cárcel durante tres años. Con un poco de suerte podrá conseguir ambas cosas a la vez.
Esta es la línea argumental principal que se combina con otras que reflejan distintas maneras de ver la vida en el hipódromo que Bernstein quiere controlar: los jugadores, los propietarios, los jockeys, los entrenadores.
Y todas las historias metafóricamente reunidas cada una de ellas en torno a un caballo en cuya generosa naturalidad animal parece descansar la complejidad del destino de una serie de humanos cuyo destino parece descansar en el resultado de su esfuerzo sobre la pista.
Junto al jockey y montado a su grupa cabalgan los planes, deseos y esperanzas de los personajes que protagonizan este interesante trabajo de ficción televisiva.
No obstante, el principal problema que tiene "Luck" es el excesivo alargamiento de la historia. La serie tarda demasiado en arrancar y no puedo quitarme de la cabeza que la historia habría funcionado mejor en una película de larga duración, dirigida por el propio Mann, o como miniserie de no más allá de cuatro capítulos de duración.
Porque el problema de "Luck" es llegar a los tres últimos capítulos tras un comienzo no demasiado electrizante, tranquilo, que no prepara en absoluto para unos capítulos intermedios en los que las líneas argumentales se despliegan con demasiada pereza.
Hay personajes que para el peso que tienen y el interés que despiertan resultan demasiado poco interesantes y claramente la historia se hubiera beneficiado de una mayor concreción a la hora de contar lo que realmente importa, en lugar de abusar de lo coral queriendo contarlo todo, aspirando a reproducir la realidad de un mundo, cuando la historia que tiene entre manos se basta por si sola para contar ese mundo y otros tantos.
No obstante, y si se consigue superar algún importante momento de caída de tensión narrativa, "Luck" es una historia que no decepciona y que interesa, aunque la falta de foco a la hora de entender qué es lo importante y lo que no conduzca a la serie a momentos de riesgo en que su continuidad no depende de sí misma sino de la paciencia del espectador.
Aun así, y pese a sus imperfecciones, merece la pena ver "Luck".
En "Luck" los caballos terminan siendo en perfectas metáforas que pueden llevar a quienes los montan mucho más allá del eterno circuito cerrado del hipódromo.
David Milch, Michael Mann, Dustin Hoffman... Grandes nombres congregados ante "Luck", buque insignia de la ficción televisiva de la HBO para el pasado año 2011.
La historia comienza con la salida de la cárcel de Ace Bernstein (Dustin Hoffman), un hombre de negocios con un pie en los bajos y otro en los altos fondos cuya pasión son los caballos y las carreras de caballos. Tras tres años de la cárcel Bernstein regresa con la idea de un nuevo negocio en la cabeza y la voluntad firme de vengarse de quienes le mandaron a la cárcel durante tres años. Con un poco de suerte podrá conseguir ambas cosas a la vez.
Esta es la línea argumental principal que se combina con otras que reflejan distintas maneras de ver la vida en el hipódromo que Bernstein quiere controlar: los jugadores, los propietarios, los jockeys, los entrenadores.
Y todas las historias metafóricamente reunidas cada una de ellas en torno a un caballo en cuya generosa naturalidad animal parece descansar la complejidad del destino de una serie de humanos cuyo destino parece descansar en el resultado de su esfuerzo sobre la pista.
Junto al jockey y montado a su grupa cabalgan los planes, deseos y esperanzas de los personajes que protagonizan este interesante trabajo de ficción televisiva.
No obstante, el principal problema que tiene "Luck" es el excesivo alargamiento de la historia. La serie tarda demasiado en arrancar y no puedo quitarme de la cabeza que la historia habría funcionado mejor en una película de larga duración, dirigida por el propio Mann, o como miniserie de no más allá de cuatro capítulos de duración.
Porque el problema de "Luck" es llegar a los tres últimos capítulos tras un comienzo no demasiado electrizante, tranquilo, que no prepara en absoluto para unos capítulos intermedios en los que las líneas argumentales se despliegan con demasiada pereza.
Hay personajes que para el peso que tienen y el interés que despiertan resultan demasiado poco interesantes y claramente la historia se hubiera beneficiado de una mayor concreción a la hora de contar lo que realmente importa, en lugar de abusar de lo coral queriendo contarlo todo, aspirando a reproducir la realidad de un mundo, cuando la historia que tiene entre manos se basta por si sola para contar ese mundo y otros tantos.
No obstante, y si se consigue superar algún importante momento de caída de tensión narrativa, "Luck" es una historia que no decepciona y que interesa, aunque la falta de foco a la hora de entender qué es lo importante y lo que no conduzca a la serie a momentos de riesgo en que su continuidad no depende de sí misma sino de la paciencia del espectador.
Aun así, y pese a sus imperfecciones, merece la pena ver "Luck".
En "Luck" los caballos terminan siendo en perfectas metáforas que pueden llevar a quienes los montan mucho más allá del eterno circuito cerrado del hipódromo.