Seguramente nadie como los hermanos Lana y Andy Wachowski han utilizado los valores contraculturales del capitalismo de consumo con tanto acierto y éxito para convertirlos en la materia prima con la que construir productos cinematográficos inscritos a su vez dentro de la lógica comercial del propio sistema.
En general, sus héroes protagonizan relatos iniciáticos en los que reaccionan contra una estructura de dominación y manipulación, relatos que se alimentan del imaginario contracultural de las teorías conspiratorias pero también de, y esto es más importante, de las nuevas y emergentes maneras de pensarnos y pensar nuestras sociedades, maneras que como el Zeitgeist revisan de manera crítica los hasta el momento sagrados e incuestionables pilares del capitalismo de consumo y su manifestación política: la democracia de consumo.
En este sentido, los Wachowski construyen un imaginario basado en el cuestionamiento de lo que parece evidente que seguramente los aproxime a un cine político que utiliza las propias estructuras de lo que de manera indirecta cuestiona para expresarse.
Por increíble que parezca su posición es imposible, pero cierta.
En "Jupiter Ascending" los Wachowski vuelven a transitar los caminos de siempre en la que puede ser, sin duda y junto a "Speed Racer" su película con menos pretensiones.
Porque "Jupiter Ascending" es una sopa opera, una suerte de Cenicienta espacial, en la que la chica encuentra a el chico en un contexto curioso y divertido.
¿Preparado?
El Universo es una enorme estructura que recuerda el capitalismo industrial de principios del siglo XX en el que grandes familias, al estilo de los Rotschild o los Rockefeller, se reparten su explotación y en el que, cuando el espacio ya no es un problema, el principal valor de uso y cambio reside en el tiempo.
La Tierra vive ajena a esta realidad sin saber que pertenece a la familia Abraxas, quién espera paciente el momento oportuno para cosechar toda la vida humana que hay en aquella para convertirla en el elemento más valioso del universo: en un elexir que rejuvenece los cuerpos y permite que las personas puedan vivir miles de años.
Dentro de esa Tierra vive Jupiter Jones, una inmigrante rusa sin papeles que vive limpiando casas. Jupiter ignora a su vez que en ella la combinatoria de la genética universal ha reproducido exactamente la estructura de la madre del clan Abraxas, lo que permitiría resucitarla, pero también matarla para dar rienda suelta a la ambición de sus milenarios hijos.
Y por supuesto estos optan por la opción B y gracias a ello, Jupiter conocerá a ese príncipe azul, un guerrero mitrad lobo, mitad hombre que cabalga sobre sus botas de anti-gravedad.
¿Tiene buena pinta?
Para mí, sí.
Los Wachowski construyen una historia de buenos y malos en la que la chica encontrará al chico, una estructura tan naif como pudiera serlo "Star Wars" envuelta en una suntuosa y brillante imaginería galáctica que realmente consigue mostrar un mundo diferente y nuevo, algo que por otro lado también caracteriza al cine de los Wachowski.
En "Jupiter Ascending", la Cenicienta encontrará a su príncipe y de paso se hablará de avaricia, de codicia, de ambición, de generosidad, de manipulación, de mentira, de amistad y amor, en la linea del mejor cine de siempre... En definitiva, puro cine de los Wachowski en su versión menos trascendental y en la que no deja de tener gracia que la dueña del planeta Tierra sea una inmigrante ilegal que limpia retretes y a la que no le importa compartir su posesión con el resto de habitantes del planeta.
Algunos en Alemania deberían tomar nota.
Contenidos todos que evocan el indeleble perfume de las ideas interesantes, ideas para un mundo mejor que siempre cargan las películas de los Wachowski con una estática muy especial.
Sin ser una obra maestra, cosa que tampoco creo que pretenda, "Jupiter Ascending· es un espectáculo entretenido con curiosas e interesantes resonancias de ideas que merece la pena tener en la cabeza... aunque su lugar natural es el corazón.
Entretenida.
En general, sus héroes protagonizan relatos iniciáticos en los que reaccionan contra una estructura de dominación y manipulación, relatos que se alimentan del imaginario contracultural de las teorías conspiratorias pero también de, y esto es más importante, de las nuevas y emergentes maneras de pensarnos y pensar nuestras sociedades, maneras que como el Zeitgeist revisan de manera crítica los hasta el momento sagrados e incuestionables pilares del capitalismo de consumo y su manifestación política: la democracia de consumo.
En este sentido, los Wachowski construyen un imaginario basado en el cuestionamiento de lo que parece evidente que seguramente los aproxime a un cine político que utiliza las propias estructuras de lo que de manera indirecta cuestiona para expresarse.
Por increíble que parezca su posición es imposible, pero cierta.
En "Jupiter Ascending" los Wachowski vuelven a transitar los caminos de siempre en la que puede ser, sin duda y junto a "Speed Racer" su película con menos pretensiones.
Porque "Jupiter Ascending" es una sopa opera, una suerte de Cenicienta espacial, en la que la chica encuentra a el chico en un contexto curioso y divertido.
¿Preparado?
El Universo es una enorme estructura que recuerda el capitalismo industrial de principios del siglo XX en el que grandes familias, al estilo de los Rotschild o los Rockefeller, se reparten su explotación y en el que, cuando el espacio ya no es un problema, el principal valor de uso y cambio reside en el tiempo.
La Tierra vive ajena a esta realidad sin saber que pertenece a la familia Abraxas, quién espera paciente el momento oportuno para cosechar toda la vida humana que hay en aquella para convertirla en el elemento más valioso del universo: en un elexir que rejuvenece los cuerpos y permite que las personas puedan vivir miles de años.
Dentro de esa Tierra vive Jupiter Jones, una inmigrante rusa sin papeles que vive limpiando casas. Jupiter ignora a su vez que en ella la combinatoria de la genética universal ha reproducido exactamente la estructura de la madre del clan Abraxas, lo que permitiría resucitarla, pero también matarla para dar rienda suelta a la ambición de sus milenarios hijos.
Y por supuesto estos optan por la opción B y gracias a ello, Jupiter conocerá a ese príncipe azul, un guerrero mitrad lobo, mitad hombre que cabalga sobre sus botas de anti-gravedad.
¿Tiene buena pinta?
Para mí, sí.
Los Wachowski construyen una historia de buenos y malos en la que la chica encontrará al chico, una estructura tan naif como pudiera serlo "Star Wars" envuelta en una suntuosa y brillante imaginería galáctica que realmente consigue mostrar un mundo diferente y nuevo, algo que por otro lado también caracteriza al cine de los Wachowski.
En "Jupiter Ascending", la Cenicienta encontrará a su príncipe y de paso se hablará de avaricia, de codicia, de ambición, de generosidad, de manipulación, de mentira, de amistad y amor, en la linea del mejor cine de siempre... En definitiva, puro cine de los Wachowski en su versión menos trascendental y en la que no deja de tener gracia que la dueña del planeta Tierra sea una inmigrante ilegal que limpia retretes y a la que no le importa compartir su posesión con el resto de habitantes del planeta.
Algunos en Alemania deberían tomar nota.
Contenidos todos que evocan el indeleble perfume de las ideas interesantes, ideas para un mundo mejor que siempre cargan las películas de los Wachowski con una estática muy especial.
Sin ser una obra maestra, cosa que tampoco creo que pretenda, "Jupiter Ascending· es un espectáculo entretenido con curiosas e interesantes resonancias de ideas que merece la pena tener en la cabeza... aunque su lugar natural es el corazón.
Entretenida.