martes, julio 08, 2008
domingo, julio 06, 2008
"Te estoy haciendo partícipe del secreto de los secretos. Los espejos son puertas a través de las que la muerte va y viene. Te diré más.. Si durante toda tu vida te miras en un espejo verás a la muerte trabajar del mismo modo que verías a unas abejas trabajar en una colmena de cristal"
(Heurtebise)
Para muestra el botón de la frase con que comienzo este post.
Rebosando inteligencia, sensibilidad, imaginación, el "Orfeo" de Cocteau es una absoluta obra maestra.
Especialmente fascinante es su visión de la muerte como un kafkiano ministerio en el que las órdenes llegan desde arriba y desde muy lejos, de un lugar que quizá siquiera exista o el imaginativo sentido visual con que Cocteau expresa lo fantástico: personajes que atraviesan espejos o que flotan en el aire o la visión del sueño como vigilia donde suceden cosas o el asombro que siente la muerte (magnificamente interpretada por María Casares) cuando se descubre esperando o sintiendo, aspectos esencialmente mortales... Por todo ésto y por todo lo demás, absolutamente recomendable.
El titulo de la película hace referencia a los sentimientos que su protagonista experimenta tras la accidental perdida de su mujer.
Estupendamente interpretada por Nanni Moretti, poco dado a trabajar en proyectos que no estén bajo su directa responsabilidad, "Caos calmo" es un drama sobre las consecuencias que esta desaparición tiene sobre la vida de un alto ejecutivo de una cadena privada de televisión italiana... lo cual no deja de tener su gracia si uno tiene en cuenta que Moretti es una de las pocas voces críticas contra Berlusconi que nos llegan a España desde el pais transalpino.
La película quizá se haga un poco larga, pero en general es un emocionante relato sobre los esfuerzos de un hombre por buscarse a sí mismo, sentado en el parque que hay en frente del colegio de su hija.
También es una película de personajes (y, por lo tanto, de actores) que tiene un punto de relato coral con todas esas trayectorias que se cruzan en ese parque alrededor de su protagonista quién, por una razón u otra, termina por convertirse en una suerte de referente para todos ellos.
Me ha gustado mucho la sinceridad y la sencillez con que "Caos calmo" habla del corazón del ser humano.
La materia volátil por excelencia.
La materia de la que están hechos todos nuestros sueños y fracasos.
(Por cierto, el único lunar que tiene la película es una escena de sexo injustificadamente larga ¡jajajajjajjaja! Hacía mucho tiempo que no veía sexo innecesario en el cine.)
sábado, julio 05, 2008
"Det. James 'Jimmy' McNulty: I got to ask you. If every time Snotboogie would grab the money and run away, why'd you even let him in the game?
Witness: What?
Det. James 'Jimmy' McNulty: If Snotboogie always stole the money, why'd you let him play?
Witness: You got to, this is America, man."
(Introducción. Primera Temporada. Primer capítulo. The wire)
En "In tratment" todos los pacientes tienen una primera ola de expresión en la que manifiestan un discurso sobre sí mismos que en absoluto es la verdad sobre ellos... "su" verdad.
Es maravilloso el trabajo de algunos actores, porque puedes ver que hay algo más en el final de su mirada.
El terapeuta también lo sabe, también lo ve.
Aguanta estólido ese primer embate en el que se intenta mantener el control de la situación y según pasa su mirada entrenada descubre las fracturas, las grietas de ese discurso racionalizador, pacificador y se agarra a ellas para empezar a romper y rasgar haciendo con precisión quirúrgica la pregunta perfecta.
Nadie escapa a su propia verdad si habla el tiempo suficiente, si es escuchado el tiempo necesario.
Termina saliendo sóla.
Como siguiendo las leyes inexorables de una desconocida física de las emociones.
miércoles, julio 02, 2008
Sólo llevo un par de capítulos, pero creo que estoy ante una serie maravillosa, intensa y terrible como todas esas emociones que nos hacen arrastrarnos por el sucio pavimento de nuestra tristeza.
"In treatment" es una joya.
Apenas un único escenario, la consulta de un pasicoanalista maravilosamente interpretado por Gabriel Byrne y la intensidad de las emociones vehiculadas por sus pacientes mediante palabras ardientes desmentidas por unas miradas apunto de reventar en lágrimas.
La propia verdad siempre un poco más allá de la última y más atrevida de las palabras pronunciadas.
Afrontarse, confrontarse en busca de un cierto acuerdo satisfactorio para las dos partes, la luminosa y la oscura.
Un paciente cada día, uno cada capítulo y cada capítulo una única sesión.... Ésto de Lunes a Jueves, porque los Viernes es el propio Byrne quién acude al psicoanalista para enfrentar los demonios que las consultas le despiertan.
Maravillosa... No tengo palabras.
The Wire, Deadwood, The Shield y ahora In tratment.
La televisión puede con el cine como fábrica de ficción para adultos. No descubro nada.
martes, julio 01, 2008
lunes, junio 30, 2008
NO OS OLVIDÉIS DE DIVERTIROS
Hay una pélícula de Clint Eastwood detrás de todo ésto, de toda esta alegría, de toda esta victoria.
En el pasillo de los vestuarios, instantes antes de que comenzara el decisivo partido de cuartos contra Italia, el viejo Luis le recuerda a sus jugadores que bajo ningún concepto olviden que deben divertirse.
Y eso fue lo que hicieron.
Recuerdo haber percibido esa diversión. Recuerdo también haberlo comentado con asombro... Esos chicos se estaban divirtiendo. Habían dejado de lado la presión lógica del momento y disfrutaban como si estuvieran jugando en el patio de un colegio.
Hugo Gatti fue un portero argentino legendario durante tres décadas del siglo pasado. Heterodoxo y estrafalario, continuó defendiendo el arco de Boca hasta bien entrada la década de los setentas del pasado siglo. Fue pionero en muchas cosas. Por ejemplo, en jugar fuera del marco. Pero, y sobre todo, es grande por su sentido y visión del fútbol.
Frente a todos aquellos que ponen el énfasis en otros aspectos del deporte rey, Gatti siempre mantiene que este deporte es por encima de todo un juego. Al final, dice, "cuando eramos pequeños no decíamos vamos a correr al fútbol. Decíamos vamos a jugar al fútbol".
Este es el mensaje.
Sencillo y directo... cualidad intrínseca a todas las verdades que nos tocan el pecho hiriéndonos con su magia para hacernos sangrar un poco de esa luz que todos llevamos dentro.
Las cosas se han complicado mucho, pero, y por mucho que se compliquen con intereses y dineros, el fútbol sigue siendo un juego en el que, como en todo juego, quienes lo juegan deben divertirse.
Y ésto fue lo que el viejo sabio de Hortaleza, desde su inaccesible distancia, les recordó a los jugadores de la selección española aquella maravillosa noche... No os olvidéis de divertiros... Simplemente.
Nada de recordar movimientos defensivos u ofensivos, de recordar marcajes y jugadas, cifras y letras....
Y ante la atenta mirada atravesada y escéptica del viejo profesor, sus chicos convirtieron aquel terreno de juego en la arrolladora locura de un patio de colegio hasta llegar a la final y ganarla.
Algo me dice que el viejo Clint podría hacer esta historia suya para conmovermos con la profunda intimidad de esa verdad valerosamente pronunciada por un profesor que conoce la importancia de todo lo que se ventila cuando se olvida que el deporte, por encima de todo, es un juego.
Luis Aragonés tiene razón.
Nunca dejemos de divertirnos.
Nos irá mejor... aún perdiendo.
¡CAMPEONES!
El juego de la selección española habla por sí mismo, por si solo, con la contundencia de una verdad eterna.
Y por contra algún gol más pudo haber subido al marcador por parte de España que gozó de ocasiones mucho más claras. Fácilmente pudo marcar dos goles más... Y eso que estamos hablando de una final del campeonato de Europa.
Porque el juego de España ha sido espectacular. Máxima golaeadora y mínima goleada. El más espectacular que recuerdo en una Eurocopa. Tocando y tocando hasta llegar a gol, hasta agotar al contrario.
domingo, junio 29, 2008
Termino la quinta temporada de esta joya de la ficción televisiva con la misma sensación de amargura y pesimismo.
La jungla sobrevive a los hombres que la viven.
Baltimore ya no es sólo una ciudad, también es una metáfora de una sociedad que vive de espaldas a su lado oscuro, un lado oscuro que hay que vigilar y controlar para que solamente no abandone sus previstos límites.
Nada más.
Cualquier otra acción siempre termina por resultar imposible.
En este sentido, es maravilloso el pacífico y tranquilo final de una cruce de calles de los barrios altos.
Plano fijo.
Paz y tranquilidad.
Niños y pájaros después de todo lo que hemos visto.
Inquietante, engañosa y perversa superficie que esconde un abismo negro.
sábado, junio 28, 2008
Alemania no tiene jugadores para tener posesión de balón. Lo más seguro es que lo tengamos durante la mayor parte del partido y el centro del campo alemán lo vea pasar ante sus ojos con desesperación.
La única oportunidad de los alemanes pasará por un contragolpe (con diagonales que liberan las bandas o sin ellas) o por una jugada a balón parado.... y aún así seguiremos teniendo el balón. Tendremos ocasiones para combinar y llegar hasta su área tocando donde sus centrales se las verán para pararnos... y si les superamos, cosa que pasará con una cierta frecuencia, nos encontraremos con un portero cuyos mejores años ya han pasado.
Todo dependerá de que convirtamos la mayor parte de las ocasiones que tengamos.
Todo dependerá de nuestra fuerza mental si no lo hacemos nosotros y son ellos quienes marcan primero.
Pero, si lo hacemos nosotros, será complicado que nos ganen... porque volveremos a marcarles seguro. En el cuerpo a cuerpo ganaremos como el bailarín Ray Sugar Leonard se imponía a sus rivales, moviendonos sobre el ring, amagando y desapareciendo... para aparecer donde más duele y cuando menos se nos espera.
Hemos eliminado a la campeona de Europa, a la campeona del mundo y al equipo que pasó por encima del equipo que mejor futbol (después de nosotros) ha hecho en el europeo...
Ha llegado nuestra hora.
Yo me lo creo.
En el pasado siglo, a principios de los ochenta y hasta su muerte, el cine occidental permitió con su dinero que el viejo maestro Kurosawa continuara haciendo cine.
Arruinado por el fracaso de la arriesgada "Dodesukaden" (1970) y con un intento de suicidio, casi conseguiudo, a sus espaldas, Kurosawa sólo había podido rodar desde entonces la maravillosa "Dersu Uzala" (1975) con el dinero soviético.
Fue entonces cuando el cine occidental volvió su cabeza hacia el maestro permitiéndole terminar su carrera con una esplendidez a la altura de su inigualable talento. Primero fue Kagemusha (1980), luego "Ran" (1985) y aunque su carrera aún dió para tres película más. Son estas dos a mi entender las obras maestras que Kurosawa ha legado a la historia del cine.
En ellas, Kurosawa dió rienda suelta a un desesperanzado pesimismo antropológico. Ambas son diferentes manifestaciones de una oscura profundidad que el maestro japonés quiso revelernos y tienen mucho en común.
En las dos hay un personaje que lucha por construir, por instaurar un orden. Ese personaje es un señor de la guerra que lucha por imponerse en el japón feudal. En "Kagemusha" ese señor muere fortuitamente de un disparo mientras escucha el mágico sonar de una flauta desde un castillo que sus tropas asedian. En "Ran" ese señor consiguió instaurar ese orden, pero se siente demasiado cansado como para seguir gobernándolo y decide echarse a un lado y permitir que sus hijos lo gobiernen.
El resultado en ambos casos será la destrucción de ese edificio, una destrucción que en "Kagemusha" la presencia de ese doble del señor sólo consigue demorar el tiempo que dura el engaño.
Kurosawa es existencialista en el sentido más crudo de la palabra. No hay esperanza y el infierno siempre lo somos todos los unos para con los otros.
La construcción de ese orden feudal produce en su propio proceso de nacimiento el germen de su propia destrucción generando odios, despechos e intrigas que, en el menor momento de debilidad, aprovecharán la ocasión para manifestarse con toda su capacidad destructiva. Como siempre termina por suceder, puesto que la destrucción siempre está ahí, esperando de la mano de aquel que de pronto, por azar o por necesidad, se convierte en el más fuerte.
El retrato que Kurosawa ofrece del animal humano es desesperanzado y melancólico, sorprendentemente ubicado en la línea anglosajona y hobbesiana en la que el hombre siempre es un lobo para el hombre.
Inquietante, porque constantemente nos esforzamos por no vernos así.
domingo, junio 22, 2008
LA HUELLA
No está nada mal esta revisión del clásico teatral y cinematográfico, escrito y guionizado por Anthony Schaffer y dirigido por Joseph Leo Mankiewictz en 1972.
No está nada mal y eso que, para mi gusto, no es una película que empiece bien. Lo hace demasiado centrada en un "rollo" de cámaras de seguridad y casa inteligente que sólo despista y que, en sí, no es que resulte demasiado atractivo. La mayor parte de las filmaciones de las cámaras de seguridad no resulta creible (por situación de las mismas y por las imágenes mostradas), así como la casa tampoco resulta ni atractiva ni creíble, pareciendo más un decorado "ad hoc"... una casa inhabitable y sólo creada con el propósito de que en ella suceda la historia que se nos cuenta.
No obstante, y si uno consigue superar el decepcionante asombro de la primera media hora, el prodigioso texto de Schaffer encarnado por dos brillantes actores acaba seducuendo la atención del espectador hasta monopolizarla en un fascinante duelo de voluntades y palabras cuyo final sólo puede ser trágico.
No se hasta qué punto el guionista de este remake, el dramaturgo Harold Pinter, ha conseguido que su talento sume pero tengo claro que "La huella" es una obra que bien podría haber escrito él. Después de todo el enfrentamiento entre clases que subyace en el drama de Schaffer es uno de los grandes temas en la obra de Pinter.
El orgullo aristocrático de Wyke no puede soportar que su mujer, su más preciada posesión, acabe en manos de Tindle, un peluquero arribista y actor de familia medio italiana. No se trata simplemente de vencer. Es mucho más complejo. Para Wyke es imprescindible hacerlo mostrando una superioridad total, la que él se presume, en un juego de brutal manipulación en que dos voluntades luchan por dominarse con la palabra como arma.
Vencer y humillar. Recordar quién es quién y el lugar que ocupa cada uno en la estructura social.
sábado, junio 21, 2008
Me gusta "Stardust".
El recalcitrante adolescente que aún me habita disfruta con las buenas historias de principes y princesas, de eternos odios y amores verdaderos y "Stardust" es sin duda alguna un buen ejemplo de esos relatos épicos que suceden en algunas de las otras tierras que se extienden al otro lado de los espejos.
Añadido atractivo que constituye parte esencial de la instransferible personalidad de esta historia es la acertada omnipresencia del humor en todos sus momentos. "Stardust" no sólo resulta divertida por lo emocionante de las aventuras que viven sus personajes sino por el sentido del humor que acertadamente destilan algunos de sus dialogos, personajes y situaciones.
Repitiendo estructura narrativa, de nuevo el orden del mágico reino que se extiende al otro lado del muro será restaurado merced a la participación de un heterodoxo, de un diferente con quién nadie cuenta y que, al mismo tiempo, necesitará transitar desde la adolescencia hasta la madurez para conseguir ese propósito... y, por supuesto, lo más importante, la chica (que en este caso es una estrella caída del cielo).
Está claro que son los ortodoxos, los obedientes, quienes inflexible e incansablemente administran un orden establecido hasta que éste se vuelve corrupto. Parece evidente también que son los heterodoxos, los diferentes, quienes encierran en su interior la energía y verdad suficiente como para producir la singularidad que de lugar a un orden nuevo. Y es en el tránsito hacia esa singularidad donde surge la aventura y el relato.
Los heterodoxos existen para prender una llama de cuyo arder los ortodoxos se apropiarán y cuidarán hasta que una ráfaga de viento la apague.
Esa es la dialéctica eterna de los cuentos de hadas y tierras medias.
La posibilidad de una singularidad, de un cambio, sólo existe en la diferencia, pero, y al mismo tiempo, la diferencia es rechazada al exterior de ese orden mientras éste existe por aquellos que lo administran precisamente porque temen que el poder de volatilidad de los diferentes pueda comprometer su existencia antes de tiempo, que suele ser casi demasiado tarde, cuando todo está a punto de perderse.
viernes, junio 20, 2008
Hacerse viejo es levantar la cabeza y descubrirse esperando.
jueves, junio 19, 2008
miércoles, junio 18, 2008
lunes, junio 16, 2008
Subirse sobre un encendido caballo alado de "noes" y "porqués"
y cabalgar contra los cañones del cómodo destino
que ya está cuidadosamente establecido para él.
Deconstruirse,
ponerse patas arriba y abajo,
ascender hasta el cielo y reventar
hurgando hasta el fondo del barril
con la secreta esperanza ciega
de encontrar algo diferente y nuevo en su inalcanzable fondo.
Seguramente, un satisfactorio pedazo de mismidad
domingo, junio 15, 2008
"Áyax Telemonio tirole un bote de lanza a Simoisio, hijo de Antemión, que se hallaba en la flor de la juventud. Su madre habíale parido a orillas del Simois, cuando con los padres bajó del Ida a ver las ovejas. Por eso le llamaron Simoisio. Más no pudo a los progenitores la crianza ni fue larga su vida porque sucumbió vencido por la lanza del magnánimo Ayax. "
(La Iliada, IV, 473-487)
En "La Iliada" todos son héroes, también los caídos. Con ellos no muere el momento desafortunado de un golpe mal medido sino toda una historia, la culminación de generaciones entregada en el campo de batalla por una causa que se cree justa.
El genio poético de Homero va más allá de las simples palabras, se mueve en el áereo terreno de la sugerencia.
Los individuos que miden sus filos en el desorden de la batalla no son meros contendientes, también -y sobre todo- son hijos, padres o maridos. Son la superficie de una historia más o menos larga que Homero quiere traer a la luz cuando su vida es sesgada, cobrada por el contrario (que también es hijo, padre o marido) en justo combate.
Siempre hay identidad y pertenencia, en la vida y en la muerte.
Y ello hace aún más conmovedora la pérdida, más absurda la guerra, porque nos hace saber que cuando un filo arranca de cuajo la vida que llenaba un cuerpo inmediatamente está desencadenando un vacío en algún lugar al otro lado del Egeo, arrancando abruptamente una figura de un paisaje que antes no podía pasar sin ella.
"Cayó el guerrero en el polvo como el terso álamo nacido en la orilla de una espaciosa laguna y coronado de ramas que corta el carrero con el hierro reluciente, para hacer las pinas de un hermoso carro, dejando que el tronco se seque en la ribera"
(La Iliada, IV, 473-487)
Y algunas miradas ciertas la buscarán, acudiendo a su cita convenida de siempre, y ya no volverán a encontrarla.
El omnipresente peso de la prolongada vigilia le carga el pecho con enormidad.
Y aunque ya nada sea como antes, no se resigna.
Ha decidido sentirse joven por encima de todo y del tiempo.
Especialmente se empeña en desafiar la creciente tiranía incesante de su cuerpo
Imagina que hay dos tipos de personas.
Por un lado están las que prefieren esperar a mañana y deciden parar.
Y él no es uno de ellos.
sábado, junio 14, 2008
La última película del más que veterano Sidney Lumet es uno de esos dramas intensos que siempre han sido parte de su reconocible marca.
Pulso, dureza, intensidad, .... Desde "Doce hombres sin piedad" hasta "La noche cae sobre Manhattan", pasando por joyas como "La colina", "Network" o la olvidada "El principe de la ciudad". El cine de Sidney Lumet es un ring donde las voluntades compiten y pugnan, cada una con su razón, por sobrevivir en un mundo que es una incesante y continua conflagración de intereses cuya suma jamás es cero.
Sus personajes, hombres y mujeres, son miradas masculinas que se encaran desafiantes ante un instisfactorio orden de las cosas, que buscan siempre el camino más recto "against all dodds" para conseguir sus objetivos.
"Before the devil knows you are dead" es un buen ejemplo de su mirada briosa, que bebe de la tradición tan anglosajona en la que el hombre siempre es un lobo para el hombre y en la que prima el esfuerzo por el desarrollo de la individualidad por encima de todas las cosas.
El cine de Lumet se sitúa en los límites de esa idea, los explora en busca del drama y la tensión, queriendo mostrar las contradicciones, los sinsentidos, la luz negra que brilla en el fondo de todos nosotros.
Las películas de Lumet tiene algo de la violenta crueldad de los documentales de fauna en acción. Quizá, su interés sea mostrar lo cerca que siempre está el animal que todos llevamos dentro de tomar el control... y sobre todo, las consecuencias de ese éxito... casi siempre el infierno.
En "Before the devil.." Lumet explora la intocable intitución familiar. Nos quiere mostrar, bajo ciertos esquemas narrativos propios del cine negro, lo terrible y brutal de su descomposición en un final tremendo e inesperado, apoteósis de la animalidad que quizá sea un terrible y desesperanzado culmen de una obra llena de escepticismo y dudas sobre las bondades de la naturaleza humana.
La mirada octogenaria de Lumet se nos muestra más extrema y desesperanzada que nunca, en un final en el que el padre camina como un zombi hacia una blanca luz que parece consumirle como seguramente harían las llamas del propio infierno.
"Before the devil knows you are dead" no está, para mi gusto, entre las mejores películas de Lumet, pero tampoco es desdeñable. Acusa algunos problemas de ritmo "por en medio", escenas y situaciones anodinas que quieren sumar en la historia pero que solamente restan y que apartan al espectador del "geist" transgresor de la historia.
Afortunadamente el tremendo final borra ese recuerdo haciendo que "Before the devil..." sea una historia que uno se lleva consigo cuando las luces se encienden. Aspecto que es de agradecer y que resulta poco frecuente en el cine de hoy en día.
martes, junio 10, 2008
"En las plazas de toros todo se inclina ante la voluntad del pueblo soberano; en su sangriento redondel el pueblo reina. El gobierno manda con mano de hierro, pero su autoridad termina en el umbral de la plaza, y allí empieza de verdad la libertad de la que tanto presumen los españoles. La libertad que existe dentro de la plaza es inversamente proporcional a la que existe fuera."
("A las cinco de la tarde. Una historia social del toreo". Adrian Shubert, cita de un texto de un viajero británico escrito a mediados del siglo XIX)
Y es que a veces, por pasarnos o por no llegar, nos empeñamos en vivir... más de lo necesario.
Del mismo modo que uno es dueño de su vida, debería serlo de su muerte, pero, normalmente, no solemos poseer ni la una ni la otra. Es complicado... y quizá se trate de otra historia, pero no solemos pertenecernos tanto, aunque se nos llene la boca de palabras como libertad y libre albedrío.
En cualquier caso, "Mar adentro" se me antoja la mejor película de Alejandro Amenabar, su minusvalorado director.
Sin duda alguna, el principal valor de la película como artefacto narrativo es haber convertido la historia de Ramón Sampedro, que tanto se presta para ser convertida en una lacrimógena película para televisión de esas que ponen en las sobremesas, en algo mucho más potente y trascendente.
Como solemos vivir de espaldas a la vida, también vivimos de espaldas a la muerte y el sólo planteamiento de la necesidad de morir como un derecho nos sorprende, nos pilla con el paso cambiado entre nuestro trabajo y el Carrefour.
Y también, como para todos los heterodoxos y Sampedro es uno de ellos, nuestro mundo de la media aritmética no tiene respuestas... porque tanto para vivir como para morir cada uno debe encontrar preguntas y respuestas que son, personales e intransferibles, de su absoluta propiedad, a diez mil kilómetros de distancia de la más atrevida página de Paulo Coelho.
Bien dirigida, bien escrita y bien interpretada... No sólo por Javier Bardem, que está espectacular, sino por todo el elenco de ilustres desconocidos, actores secundarios del cine español como el eminente Celso Bugallo... "Mar adentro" es una película emocionante y redonda que tiende suavemente su mano firme a todo aquel que quiera estrecharla.
sábado, junio 07, 2008
BAJO LAS ESTRELLAS
Tiene mucho de western esta hermosa película española.
El desarraigo del protagonista principal (espléndidamente interpretado por Alberto Sanjuan), su llegada a un lugar que en realidad es un regreso al pasado, la trompeta que es su medio de vida y que siempre le acompaña sustituyendo a la pistola, el imponente cielo nocturno y las estrellas enmarcando el deambular de los personajes,.... Con acierto, "Bajo las estrellas" bebe de los estilemas de un género que encierra claves profundas y universales y que, sin duda, ha hecho grande al cine como forma artística de expresión.
Como en aquellos grandes espacios del oeste, en los pequeños donde sucede esta sencilla historia, hay lugar suficiente como para perderse y permanecer perdido, pero también para que los perdidos se encuentren en el entremado de sus propios e intransferibles laberintos y decidan no estar sólos en esa oscuridad, bajo las estrellas, por el tiempo que dure.
El instante de lucidez, el cambio cualitativo, el sacrificio y la redención, ... pero también en"Bajo las estrellas" se habla de los que deciden seguir viviendo, pese a todo, y los que deciden morir, porque carecen de esa lucidez suficiente, porque sus lagrimas no les dejan ver esas estrellas.
No es sencillo el oficio de vivir.
Quizá su secreto sea seguir adelante siempre, como si nada hubiera sucedido... Quién sabe!
Emocionante y hermosa película.
viernes, junio 06, 2008
domingo, junio 01, 2008
sábado, mayo 31, 2008
viernes, mayo 30, 2008
Mucho se ha hablado del cine soviético como vehículo de expresión de un mundo y unas ideas, pero el cine norteamericano de la década de los treintas y de los cuarentas del pasado siglo jugó un papel similar para la gran potencia en ciernes de confirmar ese poder.
Parte importante de este esfuerzo, entre aleccionador y motivador, son todas las películas que Hollywood produjo durante la II Guerra Mundial como contribución al sostén del esfuerzo bélico. "Air Force" es una de ellas y sin duda se encuentra entre las mejores.
La historia que se nos cuenta es la de la tripulación del bombardero B-26, Mari Anne, el mismo nombre que la Libertad tiene para los franceses. Su vuelo hacia el interior del Pacífico es un viaje que llevará a sus tripulantes desde la tranquila paz de sus vidas hacia el interior de una guerra que caerá por sorpresa sobre cada uno de ellos, esperando una respuesta.
Uno tiene la impresión de que el vuelo que comienza en la noche del 7 de diciembre de 1941 y que les conduce a un amanecer de Pearl Harbour en llamas sólo terminará cuatro años después sobrevolando, atómico, el cielo del Japón.
Como en todas las películas de su tipo, "Air Force" pone el acento en los personajes y en sus respuestas emocionales a una tragedia que, en este caso, inesperadamente cae sobre sus desprevenidas espaldas. Cada uno de los miembros de la tripulación del bombardero encontrará en su interior la forma de dar su propia respuesta, pero también en el colectivo, como agente catalizador de ese encuentro con uno mismo.
El mensaje es el de la inflexible unidad de un potente grupo compuesto por individuos fuertes, porque cada uno de ellos tiene muy claro por qué están luchando y lo que se espera de ellos.
Simplemente, continúando hacia delante, cada uno de los tripulantes del Mary Anne se convierten en héroes ante los ojos del espectador.
No hay que hacer nada especial para convertirse en un héroe, sólo aguantar en pie tras la ametralladora intentando derribar al siguiente avión japonés. Heroicidad al alcance de todos. Necesaria e imprescindible para ganar una guerra.
Mención especial para el veterano Harry Carey y para un joven John Garfield que compone uno de sus personajes oscuros con su habitual maestría.
Magnífica película.
jueves, mayo 29, 2008
lunes, mayo 26, 2008
JEUX D'ENFANTS
Amo esta película... Que todo el mundo lo sepa.
domingo, mayo 25, 2008
1
Supongo que nadie pensaría en serio que España ganaría Eurovision... pero ni con el Chiki chiki ni con el mismísimo Mozart. La Europa de Eurovision es más que nunca la Europa de las tribus. Los balcánicos se votan entre sí, los nórdicos se votan entre sí, los ibéricos nos votamos entre nosotros, .... Da igual la canción, como si es una mierda, son de los nuestros y tienen todos nuestros votos
Considerando ésto, los países de la vieja Europa (Alemania, Italia -que no se presentó-, Francia, Reino Unido) sobreviven como pueden en una Eurovision de hermandades de sangre y alianzas... Un rollo político y casi medieval,que tiene su punto por parecerse a un juego de estrategia para PC y en el que Chikiliquatre tampoco ha quedado tan mal.
No obstante, he de decir que la canción no soportó la prueba del escenario. Resultó demasiado repetitiva y uno de sus -presuntos- atractivos principales, los pasos de baile absurdos, pasaron complemente desapercibidos en la distancia del escenario.
En si misma, y viéndola sobre un escenario, a la hora de la verdad, el Chiki chiki se reveló como lo que es, una broma inteligente destinada a sacar mucho dinero aprovechando las tiranosauricas debilidades de nuestra televisión y del propio festival. Una propuesta tan digna como el blanco y negro de las maricas de Azerbayan, el pomposo himno en favor de la paz de los georgianos o la hueca balada marina de los portugueses.
2
Me mojaré... Las canciones que me parecieron más festivaleras son:
- La alemana... Interpretada por las Supremas de Duisburgo, el Sur de Madrid desgasta más que el Sur de Duisburgo, que no pudieron hacerlo peor... por cierto:
- La sueca.... Interpretada por la auténtica hija del extraterrestre de Roswell... que encima parece haberse operado mogollón para asemejarse a nosotros, los humanos, resultando, para su desgracia, aún más parecida a ellos.
Desde la casa de Iker Jimenez, su padre seguro debió sentirse muy orgulloso.
Para mi gusto fueron las más chundachunda festivaleras de todas.
3
En cuanto a las frikadas... Azerbayan... No hay palabras, sólo uñas arañando la piel de mis muslos y sangre, mucha sangre.
ESO quedó entre las diez primeras... Sin comentarios.
Y también Georgia.. Que deben estar en guerra o algo así... Lo cual no me extraña... y además deben estar perdíendola.
4
Mención especial, para Francia... Que, perdida toda esperanza de hacer "algo" en el festival, nos dió lo mejor de si misma presentando una maravillosa flor de otro mundo.
Siguiendo los principios del Hagakure, no hay nada mejor que perder la esperanza para dar lo mejor de uno mismo.
Para mi gusto, la mejor canción de todas... pero puedo equivocarme. He sido votante de Izquierda Unida toda mi vida.
No obstante, hay una reflexión que me parece importante hacer. Tellier fue el Chikilicuatre francés. A mi entender, las diferencias son obvias y claras a favor del primero demostrando que por mucho poder adquisitivo que tengamos seguimos siendo un país de trazo grueso al que el ejército de Pancho Villa sigue sirviendo de perfecta metáfora descriptiva.
Un ejemplo: Nos equivocamos de bando, pero seguimos celebrando el 2 de mayo.
5
En cuanto al ganador, Rusia, nos ofreció otra buena muestra del sentido estético mafioso y moscovita... Mucho blanco nuclear que combina muy bien tanto con la sangre arterial como con la venosa (más oscura), un patinador marica desplazándose sobre el aceite que derramaba el cantante solista y un violinista hungaro tocando un stradivarius auténtico... Sólo faltaba el próximo fichaje del Chelsea dándole unas patadas a un balón de lentejuelas... Precioso.
6
Mención especial también para la exhibición de virtuosismo electoral que demostró Jose Luis Uribarri, pareciendo en algunos momentos un Conde Duque de Olivares o un Richelieu o un Wolsey, expertos en Europa, en sus intrigas y alianzas.
¡Que alguien me explique cómo diablos supo que los belgas le darían todos sus malditos puntos a los azerbayanos!
Y por si esto no fuera poco se definió como un "hombre de cabinas", como Jose Luis López Vazquez... Un comentario que seguramente el 60% de la audiencia no entendió.
7
Y ya para terminar... mi canción favorita de todas nuestras Eurovisiones...
Nunca llevaremos una canción mejor... volando de la mano de esos stetenteros cuellos camiseros al viento.
Esta tampoco está mal...
Si llego a viejo, cosa que dudo dado el -como ustedes comprenderán-ritmo de vida infernal, querría bailar eternamente esta canción en un hotel de La Manga del Mar Menor arriesgando la pelvis por mi nuevo amor de verano de 87 años.... Esta vez bastante más joven que yo.
LA AVENTURA DEL POSEIDÓN
El cine de catastrofes, seguramente inaugurado por esta película, es un inevitable hijo de su época.
La década de los setentas del siglo pasado fué una década de incertidumbre y crisis económica para un primer mundo que basaba su crecimiento en un producto, el petróleo, que estaba en su mayor parte controlado por declarados enemigos del estado de Israel, uno de los principales aliados de los Estados Unidos.
En su momento, el petróleo se convirtió en un arma política de presión económica contra Estados Unidos y su mundo que descubrió conceptos como paro, inflación o déficit a la gente de la calle que hasta entonces había vivido en el mejor de los mundos de la opulenta sociedad de la década de los sesentas.
En este sentido, el público norteamericano encontró en este género una suerte de verbalización visual para su angustia colectiva. No en vano, en dos películas padres de éste género como la que nos ocupa y "El coloso en llamas", la catastrofe se declara durante una fiesta (año nuevo e inauguración de un rascacielos que esconde muchos defectos y problemas) y sus protagonistas pasan de la más despreocupada alegría a tener que luchar por sus vidas en un entorno cruel que no está dispuesto a perdonarles el menor error.
Desde ese momento el género propone el desencadenamiento de una escalada de situaciones a cada cual más peligrosa que debe afrontar el grupo de personajes en su empeño casi biológico de escapar, escalada que se convierte en un body count que va mermando las filas de ese grupo en una especie de darwinismo narrativo y aleatorio en la que casi ninguno tiene la garantía de supervivencia conferida al héroe. Para muestra el destino del predicador maravillosamente interpretado por Gene Hackman obsesionado por sacar a su rebaño de las entrañas del Poseidón.
Merece la pena destacar el discurso teológico que este sacerdote pone en práctica como energía inspiradora en toda su escapada barco arriba: Dios no ayuda a quienes no se ayudan a sí mismos. Mensaje absolutamente calvinista y que sin duda debió encontrar algún tipo de eco en el inconsciente colectivo del público norteamericano, ya que en él se basa buena parte del edificio de su moral grupal:
"Reverend Frank Scott: So what resolution should we make for the new year? It's to let God know that you have the guts and the will to do it alone. Resolve to fight for yourselves, and for others, for those you love. And that part of God within you will be fighting with you all the way."
Por lo demás, por si misma y aunque haya pasado el tiempo por algunos de sus efectos especiales, "La aventura del Poseidón" es una gran película de acción contada en la clave de ritmo perfecta por su director , el británico Ronald Neame, responsable de las maravillosas "I could go on singing" y "Tunes of glory" a principio de la década de los sesentas del siglo pasado... Además de magníficamente interpretada por su elenco principal presidido por la eterna tensión entre dos grandes de la acción como Gene Hackman y Ernest Borgnine... Dos actores que siempre están bien.
Estas cualidades intrínsecas de "La aventura del Poseidón", que hacen de ella una gran película por sí misma, han hecho que sobreviva a su tiempo y a las razones extrínsecas que llevaron a su éxito para convertirse en un magnífico referente del cine de acción y quizá la mejor película dentro de su ya extinto género.
sábado, mayo 24, 2008
menos cierto, confuso,
disolviéndome en aire
cotidiano, burdo
jirón de mí, deshilachado
y roto por los puños.
Yo comprendo: he vivido
un año más, y eso es muy duro.
¡Mover el corazón todos los días
casi cien veces por minuto!
Para vivir un año es necesario
morirse muchas veces mucho."
(Cumpleaños, Ángel González)
Fui un chaval afortunado.
En su momento, vi "La Guerra de las galaxias" y "En busca del arca perdida" con la adolescente edad justa para creer la quimera de la aventura y vivirla como si fuera cierta... Entre los quince y los veinte años. Quizá por ello guardo un recuerdo imborrable de ambas... y eso que aún sigo siendo un adolescente de 42 años... pero esa es otra historia.
Lo cierto es que quisiera escribir otra cosa, pero no puedo. La última entrega de las aventuras de Indiana Jones me ha resultado decepcionante.
No diré que sea una mala película, porque resulta entretenida casi siempre y las escenas de acción están muy bien rodadas y son emocionantes, pero todo en ella resulta previsible como un viejo esqueleto recubierto con piel de diferente color... Al final, la forma es la misma. Los rasgos son los mismos. Absolutamente reconocibles en su eterno grado de repetición de fórmula segura de éxito.
No hay nada atrevido ni diferente en esta casi segura despedida para siempre del Dr. Jones. Tampoco hay magia ni misterio y uno tiene la impresión que Lucas y Spielberg no han querido arriesgar con una historia que podría haber derivado por caminos mucho más interesantes que la mera repetición de una fórmula de éxito por cuarta vez.
El aventurero Jones merecía que alguien con espíritu de aventura -y no comercial- pensara su última historia... que amenaza con derivar hacia una factoría tipo agente 007 protagonizada por un Shia Le Beuf que va a tener que currarselo mucho para ganarse mi cariño..
Después de más de quince años, quién les escribe esperaba algo más que un más de lo mismo cambiando marco incomparable por marco incomparable y villano por villano.
A mi entender falla el guión, por demasiado rutinario y por descuidar el corazón de los personajes secundarios que, a diferencia de las otras películas de la saga, se limitan a acompañar a Jones sin sobrepasar la categoría de comparsas.
Pero no me hagan mucho caso.
Son cosas mías.
viernes, mayo 23, 2008
(Tom Waits)
"¿Hay algún otro miembro del reino animal del que quieras hablar antes de que te dejemos con tus emús? ¿Termitas, cuervos?
-Cuervos, ¿te refieres a los adolescentes del mundo de los pájaros?
He oído algo de eso.
-Pues sí, son los adolescentes del mundo de los pájaros. Lo que ocurre es que a las nueve de la mañana ya tienen todo el trabajo hecho. Y todo el día por delante, se dedican a jugar. Juegan a rugby con una piedra, hacen carreras por las calles de la ciudad… También organizan concursos de matar insectos.
¿No tienen problemas con las autoridades de los pájaros?
-Seguro que de vez en cuando. Pero cuando tienen tiempo libre se sientan sobre un hormiguero y esperan hasta que las hormigas les cubran de arriba abajo. Se ve que no hay una explicación biológica para ello excepto que les proporciona placer hacerlo. Se les ponen los ojos en blanco y contonean con las hormigas corriendo por encima suyo.
¿Así que no hay ninguna autoridad en sus vidas que les mantenga en vereda?
-Parece ser que no. Dicen que es comprensible que hagan cosas así porque tienen mucho tiempo libre y el cerebro más grande de entre todos los pájaros en relación a su tamaño. Es casi como si fueran adictos a una droga; se pasan todo el tiempo, cada segundo que pueden, en el hormiguero después de haber hecho su trabajo por la mañana… Me miras como si no me creyeras."
(Extracto de una entrevista a Tom Waits)
lunes, mayo 19, 2008
La Fundación Telefónica expone actualmente una retrospectiva del trabajo de Horacio Coppola, centenario fotográfico argentino.
Coppola no es un fotógrafo de personas sino de espacios. Por las populosas avenidas de la capital argentina, su mirada detecta las líneas de fuga, los puntos de encuentro, las geometrías mudas que sólo parecen hablarle a él.
Coppola es un cazador de encuadres, de formas y geometrías que parecen descansar en un segundo plano componiendo el entramado plano que hace posible las caprichosas trayectorias de los individuos que lo habitan.
Y aún siendo interesante esta visión de delineante, que además encierra el valor testimonial de una época, lo que más me fascinó fue la continua proyección de unos mudos rollos de película que recogen los domingos en el parque de los argentinos.
¿Quién dice que no existen los fantasmas?
Esos rollos rebosan de ellos.
Polvo de hombres y mujeres paseando, volando cometas o simplemente disfrutando de la mañana sentados en un banco. Momentos perdidos que permanecen intactos, guardados al otro lado del espejo al que ahora, tres cuartos de siglo después, nos asomamos.
Inquietante la memoria conservada en imágenes en movimiento.