sábado, julio 11, 2009
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domingo, julio 05, 2009
sábado, julio 04, 2009
viernes, julio 03, 2009
jueves, julio 02, 2009
miércoles, julio 01, 2009
martes, junio 30, 2009
lunes, junio 29, 2009
domingo, junio 28, 2009
viernes, junio 26, 2009
jueves, junio 25, 2009
miércoles, junio 24, 2009
martes, junio 23, 2009
lunes, junio 22, 2009
(Tom Waits)
No cualquier llegada,
ni cualquier bienvenida valen.
El océano es inmenso,
se mueve perezoso como un enorme gato
de mirada reflectante y azul.
A su lado,
el tiempo que nos hace y deshace,
como un incesante oleaje,
parece infinitamente más pequeño
bajo el férreo imperio de la luz del sol
y de sus espejismos,
que nacen del horizonte
como límpidos e irresistibles cantos de sirena
domingo, junio 21, 2009
sábado, junio 20, 2009
viernes, junio 19, 2009
jueves, junio 18, 2009
miércoles, junio 17, 2009
martes, junio 16, 2009
lunes, junio 15, 2009
domingo, junio 14, 2009
viernes, junio 12, 2009
No me ha interesado mucho, quizá nada, esta producción italiana que nos cuenta la peripecia de un solterón que vive con su madre y cuya casa se convierte en una improvisada residencia de ancianos en pleno ferragosto.
Sucedió un momento en el que su pretendida amabilidad terminó cansandose y acabé preguntándome si debería pintar el techo de mi habitación. Supongo que tendría que haberme interesado más esta modesta producción que habla de las pequeñas cosas y que tiene a una serie de ancianitos no profesionales como protagonistas... pero no. No me interesó nada.
Me aburrieron los caprichos de los ancianos y los apuros del pobre hombre que los sufre.
Seguramente, los riesgos de contarnos una realidad tal y cual son no saber hacerlo y/o contarnos una realidad insoportablemente aburrida. Y tengo la impresión de que, en el caso de "Vacaciones en Ferragosto", Gianni de Gregorio, director y protagonista sabe plasmar una historia en imágenes, pero creo que lo que es insoportablemente aburrido es esa realidad que pretende contarnos.
"Vacaciones en Ferragosto" se asemeja a una de esas insoportables películas iraníes donde se nos describe con pelos y señales una realidad dotada de un mayor o menor interés. Se confía en el poder de la realidad misma para que ésta haga todo el trabajo. El narrador y lo narrado desaparecen, se difuminan convirtiendo el cine en un efimero episodio de "Callejeros". La imagen se convierte en protagonista pero siempre se trata de una imágen cualquiera. Y ese es el error, porque en realidad la cámara no puede seguir a cualquiera.. para eso ya está ese electrodóméstico llamado televisión.
Además, en todo este cine italiano en el que Mateo Garrone está implicado echo en falta la intensidad de los primeros planos. La cámara se mantiene demasiado lejos de los personajes, en la doble falsedad de un documental (que siempre implica un punto de vista a la hora de encuadrar la realidad) sobre una historia que tampoco es completamente real. Y la historia en ningún momento termina de llegar.
Y al final uno se encuentra viendo a unos abuelitos carentes del mayor interés comiendo pasta y, en lugar de sentir algo más en ese momento, simplemente se pregunta si realmente esa cena estará rica... Pura televisión.
Menos mal que, en una decisión inteligente, la película es corta.
Apenas dura 75 minutos.
jueves, junio 11, 2009
"Las leyes y principios de Chuck Norris
Ley de la conservación de la Energía: La energía ni se crea ni se destruye, excepto si se encuentra con Chuck Norris.
Ley de la Conservación de la Materia: La materia ni se crea ni se destruye, solamente se transforma excepto si se encuentra con Chuck Norris.
Ley de la Gravedad: Todo cuerpo atrae a los demás cuerpos con una fuerza proporcional al interés que tenga Chuck Norris en que así sea.
Principio de Dispersión: Cuantas más cosas muertas haya, mayor será la proximidad de Chuck Norris.
Ley de la Esperanza de vida: Todo organismo que se encuentre al otro extremo del puño de Chuck Norris habrá llegado automáticamente al final de su vida.
Ley de la Termodinámica: Cuanto más se haga calentar a Chuck Norris, más lejos llegarán los cadáveres.
Principio de Incertidumbre: No puede predecirse cuándo ni de qué modo te matará Chuck Norris.
Ley de la Relatividad: Todo lo relativo a Chuck Norris es correcto.
Primera ley de acción y reacción: Toda acción causa una reacción igual pero opuesta, salvo que esa acción sea contra Chuck. En ese caso causa patadas giratorias.
Segunda ley de acción y reacción: Toda fuerza causa una fuerza igual en sentido contrario, a menos que esta fuerza sea una patada giratoria de Chuck Norris, dado que no existe ninguna fuerza que pueda alcanzar su magnitud.
Teorema de Pitágoras: El cuadrado de la hipotenusa de un triángulo rectángulo es siempre igual al grosor de un pelo de la barba de Chuck Norris.
Teorema de Thales: Cuando dos rectas secantes son cortadas por una serie de patadas giratorias de Chuck Norris, los segmentos determinados en una de las patadas son proporcionales a los segmentos correspondientes de una patada voladora.
Ley de Coulomb: La fuerza con la que te golpea Chuck Norris tiende al infinito, pero es directamente proporcional a qué tanta carga te tenga Chuck e inversamente proporcional a la nada.
Ley de Arquímedes: Todo cuerpo sumergido en un fluido experimenta un empuje vertical y hacia arriba directamente proporcional al volúmen de este. Todo fluido en el que se ha sumergido Chuck Norris experimenta su exterminación.
Ley de Murphy: Toda tostada siempre cae por el lado de la mantequilla, excepto la de Chuck Norris, que no se atreve a caer.
Ley de Gravitación de Kepler: La masa de la cabeza de un ser humano al cubo partida por el radio de la patada giratoria de Chuck Norris al cuadrado es constante. Siempre lo mata.
Teoría relativista: Al recibir una patada giratoria de Chuck Norris, el cuerpo objetivo adquiere una velocidad superior a la de la luz. Al volver a la órbita terrestre, el sujeto conservará su juventud. A pesar de los numerosos experimentos, esta teoría no es demostrable, puesto que en ningún caso el sujeto ha vuelto a la Tierra, ni ha seguido con vida.
La Navaja de Ockam: La solución a un complejo problema no es sino una sencilla patada giratoria de Chuck Norris.
Teoría de las cuerdas de Chuck: La materia está formada por diminutas cuerdas de energía, dichas cuerdas están formadas de Chuck Norris.
Teoría de la microfísica: La microfísica está en caos, excepto cuando se encuentra con Chuck Norris."
miércoles, junio 10, 2009
martes, junio 09, 2009
Confieso que me ha decepcionado un poco la conclusión con la que George Steiner cierra el libro. También, y siendo autocrítico, debía haberla esperado dados los planteamientos ideológicos y personales de Steiner. Pero, y desde luego, la afirmación de que el arte sólo es posible con Dios me sobra bastante.
En cualquier caso, la lectura de este libro en cuyas páginas el erudito Steiner vierte toda su inmensa sabiduría buscando una explicación para las mecánicas y los sentidos que generan todo proceso de creación, ha sido como la puesta por obra de Itaca, el poema más conocido de Kavafis. Ha importado más el viaje, el camino, que la Itaca a la que Steiner termina llegando. Tanta erudición y tanto talento, para llegar a esa conclusión para mi gusto tan decepcionante.
A lo largo del libro, Steiner expone un interesante planteamiento diferenciador entre creación e invención. Reserva la segunda al ámbito de lo instrumental, al evento creativo consistente en la diferente combinatoria de lo ya existente: se añaden o se quitan elementos, se combinan en orden diferente. Pura teoría de la creatividad reservada al ámbito material de lo científico y lo técnico.
En cuanto a la primera, la creación pertenece al territorio de lo estrictamente humano, a la razón final que confiere y otorga sentido a las cosas. En este sentido, y para Steiner, la creación es una actividad de carácter superior a la invención porque conecta al hombre con la verdad de si mismo, con sus necesidades y planteamientos como ser humano en el mundo y se convierte en fuente de sentido para ese esfuerzo instrumental basado en la invención.
Además, y mientras lo instrumental se mueve dentro de la progresión y la acumulación ya que una invencion perfecciona y mejora a la otra, lo final es fundamentalmente ciclico. Para Steiner el arte y sus temas se mueven dentro de un mismo ciclo de repetición de los mismos miedos y ansiedades y comunicaciones. Asi, y reconocido por el propio Shakespeare por ejemplo, el autor se reconoce como inspirado por las preocupaciones de otros autores que a su vez se sintieron llamados por los temas de otros autores que les precedieron.
La creación no innova, repite y su caracter innovador descansa en el aspecto que coloca en primer lugar frente a otros, en la perspectiva que el autor adopta, una perspectiva basada en su propio sentido de lo que es esencial o no.
En todo ésto, el libro de Steiner resulta un perfecto estimulador del intelecto. Incluso, la interpretación de Marcel Duchamp como cruce de caminos entre creación e invención, convirtiendo en arte los objetos más materiales y la combinatoria de los mismos (ruedas de bicicleta atornilladas sobre taburetes, por ejemplo) como una especie de broma cínica sobre la pérdida del sentido finalista en una sociedad cada vez más volcada hacia lo instrumental tal y como detectaron los pensadores de la Escuela de Frankfurt.
Hasta ahí, todo perfecto.
Lástima que Steiner, un tipo tan listo, necesite de Dios, el perfecto primo de zumosol, para explicar la necesidad de separar lo instrumental de lo final reivindicando en lo último una autenticidad diferencial y esencial que hace imposible esa mezcolanza, que como mínimo genera un vacío y una ausencia de sentido estructurador en lo instrumental finalista. Y por extensión que el arte más auténtico solo tenga su sentido en Dios como si no pudieran existir otros absolutos en los que creer... la Beatriz de Dante, por ejemplo.
Es lo peor que tienen las religiones monoteístas. Desde el punto de vista moral, no conciben que pueda existir vida fuera de ellas. Para los que están en su interior, la libertad de opción es una falsedad porque siempre se trata de elegir entre la verdad y la mentira... y nadie en su sano juicio elegiría una mentira. Para apartarse de ellas, es necesario dejar de creer. Volverse loco. No hay punto medio. Son intolerantes por naturaleza. Confunden su parte con el todo, cosa que es respetable como experiencia personal de sentido. Pero lo que no es tan respetable es extender ese ámbito personal de sentido al espacio neutro de convivencia desaprovando, como minimo, la existencia de otros puntos de vista sobre las cosas, otras morales que tienen el mismo derecho a existir.