viernes, noviembre 14, 2014

Extremadura

Y digo yo que tanta culpa tendrán el Partido Socialista como Izquierda Unida a la hora de no llegar a un acuerdo para construir una mayoría alternativa a la del Partido Popular en Extremadura.
Pero curiosamente brillan por su ausencia las responsabilidades para el PSOE.
La culpa parece ser única y exclusivamente para Izquierda Unida que rechazó una al parecer irrechazable oferta del PSOE y cuya obligación, por lo visto, era pactar con los socialistas por el mero hecho de ser izquierdas.
Toda la responsabilidad para el pequeño, para el más débil.
Está claro que en este país cuando dos personas o colectivos no se ponen de acuerdo la responsabilidad es siempre de una parte, no de las dos.
El sistema bipartidista de alternancia que tenemos exige a los terceros que se plieguen mecánicamente a uno de los dos socios mayoritarios.
Nada de programa como decía Anguita.
La oportunidad de acceso al poder a algunos les parece suficiente bagaje para convertir en irrenunciable su oferta dentro de una negociación.
Un planteamiento corrupto donde los haya por cierto.
Al ser el tercero en discordia durante muchos años, Izquierda Unida ha pagado los platos rotos de esta variante de corrupción mostrada durante muchos años a plena luz del día.
Somos compadres.
No hay que poner más sobre la mesa.

jueves, noviembre 13, 2014

Interstellar

Otto Rank, uno de los primeros discípulos de Sigmund Freud, puso patas arriba los dogmas del psicoanálisis cuando en 1924 -creo recordar- publicó un libro titulado "El trauma del nacimiento". En él, Rank desposeía al psicoanalítico Complejo de Edipo del primer lugar en el ranking de acontecimientos traumáticos en la vida del individuo.

El hecho de nacer era mucho más importante: un acontecimiento traumático que podía equiparse a una experiencia cercana a la muerte y en el que el bebé tenía que desplazarse desde la placenta hasta el utero materno en un agónico pugnar en el que incluso debe cambiar físicamente de posición.

No todo el mundo comparte las teorías de Rank, el propio Freud las rechazó como el padre severo que fue con sus discípulos provocando otro de los grandes cismas del psicoanálisis, pero tampoco nos cabe la menor duda del carácter extremo que tiene ese momento tanto para la madre como para el hijo.

En el nacimiento hay un despliegue desesperado de épica agónica en el que la vida lucha por existir y hay mucho de esa épica agónica en la nueva película de Christopher Nolan, "Interstellar", porque si algo nos transmite esta difícil e imperfecta historia es el esfuerzo que realiza la humanidad en abandonar el seno de su madre tierra.

Es con esta emoción con la que me quedo, con ese salto al vacío que realizan los personajes que la protagonizan convertidos en desesperadas lanzas que una humanidad contra las cuerdas, y al borde de la extinción arroja hacia la oscuridad inhóspita del espacio exterior.

La desesperación ante la incertidumbre, el pavor en el salto al vacío que supone la expedición de la nave "Endurance" es realmente sobrecogedor, tanto como el de los solitarios predecesores enviados a explorar posibles planetas que habitar y convertidos en la pura metáfora de un acto híbrido entre la apuesta y la fe ciega.

Desde luego que hay cosas que no me funcionan en "Interstellar" especialmente el tema de esos misteriosos "ellos" habitando un mundo imposible de imaginar, más allá de las tres dimensiones y que por definición es inefable y que por lo tanto no es tan fácil de contar. Después de todo, los relatos siempre son lineales, tienen un principio y un fin y es difícil contar dentro de esa estructura algo que lo rebasa desde la pura simultaneidad.

Y digo que no me funciona, pero también añado que no me estorba.

La descripción de ese trauma de nacimiento, de esos primeros pasos fuera del planeta tierra me llenan completamente de una extraña mística en el que lo pequeño y vulnerable de la naturaleza humana expuesta a los rigores de fuerzas mucho más poderosas se da la mano con la grandeza de la voluntad de querer, del esfuerzo por la supervivencia contra todo y pese a todo.

Al final la vida que vivimos, nos vive. Nos exige continuar y se las arregla para perdurar gracias a nuestro esfuerzo, nuestra voluntad de seguir viviendo hasta el último instante.

En este sentido, "Interstellar" transmite un mensaje contrario al que parece que transmite con sus toneladas de inmisericorde drama espeso y gris como el polvo que sepulta la granja de Cooper y la vuelve yerma.

Nos habla de cosas bellas que hay en nosotros, sentimientos altruistas que nos llevan más allá de las estrellas que cualquier noche podemos alcanzar a ver brillar.

Nada que merezca la pena se consigue desde el individualismo y el egoísmo que, curiosamente, son valores que cuentan mucho hoy en día.

Excepcional.


domingo, noviembre 09, 2014

9N

Lo más terrible para el nacionalismo español, en este día que los catalanes han elegido para expresarse como pueden, es su incapacidad para desplegar un discurso positivo sobre la necesidad de formar parte de España.

En este tema, el régimen del 78 hace gala de sus orígenes y se ha comportado como un franquista chusquero amagando siempre con echar mano a la pistola.

La ley ha sido un argumento esgrimido con el mismo estilo con que se esgrimen  conceptos como la gracia de dios.

Y en este sentido me produce una melancólica envidia el modo en que los británicos han gestionado el asunto escocés. Apelando a lo emocional en positivo. Hablando de las ventajas de formar parte de un Reino Unido.

Igualito que aquí donde muchos han interpretado el papel de padre severo y con bigotón, apelando a planteamientos que como la ley nunca son un fin en sí mismos porque, cuando interesa, las leyes se cambian. 

Pero, y con todo, lo peor no es que el nacionalismo espanol no se reconozca siendo y como consecuencia de ello haya generado una innecesaria distancia que es un grave error a medio-largo plazo porque ha demostrado no tener empatía con un pueblo que considera parte de España.

Lo peor es la total incapacidad de los españoles para hablar en positivo sobre qué es formar parte de España. En lugar de eso nos hemos limitado a jugar un chungo papel de padre severo que obliga a todos a permanecer sentados en la mesa apelando a su autoridad.

El Caudillo se comportaría igual aunque, y para ser justos, estaría dispuesto a llegar mucho más lejos. Pero, y en el fondo, esa incuestionabilidad casi religiosa sigue ahí, tan inexplicable como el amor verdadero o como la fe en dios.

Y es una lástima que las pervivencias franquistas que el régimen del 78 se trajo consigo sean más reales e indiscutibles que todos los aspectos que debieran hacer de nosotros un estado social y democrático de derecho, un estado que debiera haber hecho todo lo posible para que los catalanes pudieran expresarse en lugar de hacer todo lo posible, luciendo ese bigotito relamido del dictador, para que no se expresen.

Una pena.

Y lo peor es que es un grave error porque se ha escenificado una incomprensión, primero, y luego una dominación escondiendo un planteamiento meramente político y una voluntad bajo el alargado brazo de la ley.

Y la ley nunca es un fin en sí misma, es sólo un instrumento.

miércoles, noviembre 05, 2014

Intención directa de voto

No es una tontería encabezar la intención directa de voto.

El partido que encabeza la intención directa de voto tiene altas probabilidades de ganar las elecciones. No tiene por qué ganarlas, pero sus probabilidades son importantes.

La intención directa de voto mide el recuerdo espontáneo, es decir, recoge las respuestas de aquellos que saben decir a quién votarán si mañana se celebrasen las elecciones. No obstante, los porcentajes de indecisos y de personas que no contestan son altos y se intenta con la estimación de voto recuperar a ese importante grupo de encuestados a la causa de la elección.

Esto se suele hacer cruzando los datos de intención de voto con el recuerdo de voto de las últimas elecciones o con la simpatía expresada por un partido u otro. Me he dedicado casi diez años al mundo de las encuestas y puedo decir que en general las medidas de corrección de esa intención de voto tienen que ver con el pasado.

Es por esto que las estimaciones de voto son muy buenas para predecir el más de lo mismo y no tanto para detectar las presencias disruptivas como puede ser la de Podemos, para la que no hay históricos a los que recurrir.

Esto es lo que se llama el sobreajuste que es un error de sesgo estadístico que tiene que ver con dar más importancia a lo que ha sucedido que a lo que puede suceder. Es decir, en el ajuste se aplican formulas que recogen un estatus quo que se prolonga desde el pasado y este ajuste basado en el pasado, por ejemplo el recuerdo de voto de las últimas elecciones, dificulta percibir las nuevas tendencias al sobrerepresentar las pautas que se han repetido en el pasado.

Me gustaría saber que criterio están siguiendo para ponderar la intención directa de voto, pero estoy seguro que hay sobreajuste por lo que en la estimación de voto salen más beneficiados el PP y el PSOE que Podemos.

No obstante, el crecimiento exponencial desde la nada en la intención directa de voto unido al primer lugar que ocupa en intención directa de voto deberían, como mínimo, poner entre comillas ese tercer lugar que la estimación de voto augura a Podemos.

Es difícil para los propios sociólogos encontrar un criterio para entender un movimiento transversal como Podemos, entendimiento que permita encontrar un criterio de ponderación de la intención directa de voto.

Seguro que se ha optado por la rutina del recuerdo de voto en las últimas elecciones generales o en las últimas elecciones del tipo que sean y este criterio favorece más a los partidos de la casta que a un player nuevo como Podemos.

Así que no despreciemos el primer puesto de Podemos en intención directa de voto.

En mi experiencia como sociólogo el partido más votado en intención directa de voto ha solido ganar o perder por muy poco. El valor que aporta l estimación de voto es el grado de la victoria, permite afinar el número de escaños, pero, y como digo, es raro que el partido más votado en intención directa de vota no sea el más votado en la estimación.

sábado, noviembre 01, 2014

Las excusas y la sonrisa de Pedro Sanchez

Podrás tener una excusa para cada día, pero no una excusa para la suma de todos esos días.

Exactamente ésto es lo que pienso mientras veo un debate en Internet sobre el Ebola y, dentro de él, los patéticos esfuerzos del representante del PSOE para situarse al frente de la manifestación ciudadana en contra de la privatización de la sanidad.

Al final puedes arreglártelas para sobrevivir en el día tras día, pero las trayectorias están ahí, pesando siempre más que los concretos hechos y en ese sentido disfruto viendo como el resto de tertulianos, procedentes en su mayoría de organizaciones profesionales, zurran la badana del atildado y circunspecto representante de ese partido que no ha hecho otra cosa que opositar al puesto de capataz de la plantación en que el neoliberalismo quiere convertir a nuestras sociedades.

Y está muy bien que cuando ganen las elecciones quieran derogar la ley o leyes que respaldan el proceso privatizador en Madrid, pero los profesionales le recuerdan que esa ley existe entre otras cosas por la colaboración del propio PSOE as nivel nacional con su aprobación sucesiva de leyes que favorecían la irrupción de la sanidad privada; proceso que empieza en 1991 con la aprobación del Informe Abril Martorell.

Y entonces el encorbatado calla y calla porque no puede tener una excusa para la suma de todos esos días, sólo tiene excusas para cada día.

Y esto me lleva a una reflexión más general que tiene que ver con el enfoque que el nuevo PSOE del sonriente y juvenil Pedro Sanchez está dando a sus primeros movimientos de comunicación pública; una reflexión dentro de la encuesta que ya le sitúa dos puntos por debajo de Podemos y que tiene que ver con su imposibilidad de comprender la necesidad como mínimo de una imposible excusa para la suma de todos esos días que los profesionales de la sanidad le echan en cara en su concreto sector.

Seguramente, el problema del PSOE con sus electores en fuga no es un tema de medidas sino de credibilidad.

Seguramente ese votante en fuga SABE que una vez que consigan el poder no podrán fiarse de ellos.

Y contra eso el PSOE parece no tener nada más que la energía y la sonrisa que aporta el plastificado carisma de Pedro Sanchez, una copia ni siquiera perfecta de un joven político renovador de la oposición que no es la primera vez que vemos por estos lares.

Es evidente que el sistema político dimanado de la constitución de 1978 está agotado. Entre la espada y la pared, sus principales actores alternantes, PP y PSOE, sólo saben recurrir a mas de lo mismo porque... ¿a que no hay huevos sonriente Pedro para proponer derogar el articulo de la constitución que pone el equilibrio presupuestario sobre los intereses de los ciudadanos?

Sólo cosas pequeñas, tácticas, lo suficiente para poder sacar la patita y decir que son diferentes, mientras nuestra sociedad lleva el rumbo que lleva.

Confiando arteramente en que la desinformación, por fuera, y sentimientos como la negación, dentro de las personas, hagan el resto del trabajo que les permita convertirse en ese poli bueno al que agarrarse cuando llega el pavor de tener que enfrentar al poli malo.

Dentro de esa dinámica de dominación, el sonriente Pedro Sánchez quisiera ser el perfecto poli bueno para los desesperados votantes con sensibilidad de izquierdas.

¿Lo conseguirá?

Lo cierto es que hasta el momento lo han venido consiguiendo.

Y lo cierto es también que la izquierda mainstream solo puede permitirse lo táctico para precisamente no dejar de ese lugar mainstream y poder, como Felipe Gonzalez, tumbarse a tomar el sol en el yate del millonario magnate al que aconsejan.

Para lo estratégico, para la suma de todos esos días que culminan en este día de hoy, no tienen respuesta.

Es imposible que la tengan.

Solo buenas palabras, alguna que otra buena acción y sonrisas, muchas sonrisas.

domingo, octubre 26, 2014

México

Está claro.
México es una democracia porque se pueden hacer negocios con él.
El que hayan desaparecido cuarenta estudiantes, se encuentre una zanja con veintiocho cuerpos calcinados y se descarte que sean los estudiantes, no importa.
No hay impugnaciones a la totalidad contra México.
Otros, como el venezolano Maduro, no cuentan con tanta benevolencia.
Sus muertos y sus encarcelaciones se cuentan al milímetro.
Incluso no hace falta que se produzcan hechos para que existan las puntuales y sesudas impugnaciones a la totalidad... no sin razón en algunos casos.
La democracia de México es de mayor calidad que la Venezolana pase lo que pase, muera quien muera, desaparezca quien desaparezca, se vote a quién se vote o se vote como se vote, mientras algunos puedan hacer negocios allí lo seguirá siendo.
Los defectos se minimizan, se esconden.
No se habla de ellos ni se construyen planteamientos generales que enlacen, por ejemplo, política y narcotráfico.
Todas estas cosas en realidad no cuentan.
Los discursos de derechos y libertades en medios son tácticos, armas que se usan para defender otros intereses más inconfesables.


The immigrant

Si alguien tiene alguna duda de que James Gray es uno de los directores más importantes del cine norteamericano en su vertiente más alejada de lo industrial, la visión del último plano de esta "The Immigrant" debiera disipar todas sus dudas.

El cine de Gray es un cine adulto, energético, basado en la complejidad de las relaciones humanas y que suele usar a la familia, esa fábrica de tullidos, como punto de partida para contar sus historias.

"The immigrant" es la primera película de época de Gray.

Sin abandonar esa Nueva York donde suceden sus películas, Gray sitúa su historia a principios del pasado siglo XX.

A la isla de Ellis llegan dos hermanas polacas inmigrantes. Ewa y Magda. Sin saberlo se convertirán en victimas de Bruno, un chulo que busca chicas nuevas para su espectáculo picantón que es una tapadera para ejercer la prostitución.

Con el reclamo de ganar dinero para salvar a su hermana Magda, retenida en el hospicio de Ellis por ser tuberculoso, Bruno (Joaquin Phoenix) abusará de la inocente y tímida Ewa (Marion Cotillard) quién sólo está guiada por el sentimiento altruista de recuperar a su hermana.

La pureza de Ewa ejercerá una tremenda fascinación en Bruno, quién perdido en el mezquino día a día que le presenta la cruel y casi animal supervivencia en las calles de Nueva York intentará lidiar con las emociones que despierta en su dormido corazón.

Todo se complicará con la aparición de Emil (Jeremy Renner), un primo de Bruno.

La presencia de Ewa será un elemento decisivo a la hora de resolver la compleja relación de competencia y enfrentamiento que ambos mantienen.

Emil parece haber resuelto mejor esa necesidad de sobrevivir a ese entorno duro y mezquino en el que ambos han vivido siempre, aspecto que Bruno detesta por encima de todo.

"The immigrant" es una película compleja y rica en la que dentro de un abyecto paisaje dickensiano de lucha casi animal por la supervivencia, Gray nos muestra el efecto destructor que la belleza tiene entre aquellos que, debido a sus difíciles condiciones materiales de existencia, no pueden permitirsela.

Para Bruno y Emil, Ewa será ese trofeo que ambos se disputarán sin darse cuenta de que al mismo tiempo les está destruyendo.

En este sentido, el personaje de Bruno, interpretado por Joaquin Phoenix con su talento para expresar la volatilidad emocional de los extremos, es un personaje maravilloso con la perplejidad que le producen las emociones que Ewa le despierta como un veneno.

Pero, y por encima de Bruno, está el personaje de Ewa que Marion Cotillard se viste como un guante. Intacto y poderoso en su afán altruista de recuperar a su hermana contra un mundo duro y difícil que parece estar en su contra, Ewa se sobrepondrá a mil y un reveses asediada por el egoísta deseo de Bruno y Emil que se la disputarán como una prenda mientras, cada uno a su manera, intentan aprovecharse de su desvalimiento.

Al final, "The Immigrant" pone ante los ojos del espectador ese misterio que el viejo Stephan Hessel descubrió durante su estancia en los campos de concentración nazis: los más fuertes, los que sobreviven son aquellos que se las arreglan para no perder la esperanza.

Es bueno reconocer la realidad en la que uno se encuentra, pero no es tan bueno dejarse dominar por ella.

No basta la realidad, cuando es adversa.

Magnífica.


sábado, octubre 25, 2014

Perdida

Es complicado que un producto industrial incluya en si mismo la excepcionalidad que trae siempre consigo la obra personal, excepcionalidad como consecuencia de la transmisión de un punto de vista reflexivo y personal que aporte la necesaria dimensión de trascendencia que permite precisamente que la obra trascienda la mera condición de producto serial e intercambiable.

No obstante, "Perdida" incluye elementos interesantes en el entramado que soporta la historia que se nos muestra.

En este sentido, y como he leído por ahí, es bastante hitchcockiana. El orondo maestro combinaba casi siempre con tremendo acierto el fondo con la forma. No sólo tenía el don de saber contar historias, cocinar los aspectos formales que construyen la narración, sino también sabía de dónde sacarlas. Hitchcock sabía construirlas sobre la base de fuentes energéticas poderosas relacionadas con los aspectos más sombríos de la naturaleza humana que cargaban de valor y fascinación la superficie de sus personajes y las tramas en que se desenvolvían.

Más que ningún otro Hitchcock fue capaz de utilizar eso que Jung llamaba "sombra" y que no es otra cosa que todo lo que dejamos a un lado y no reconocemos como nuestro en el afán de ser reconocidos y aceptados por lo demás.

Lo inconfesable y oscuro de la naturaleza humana son los motores que dotan de la necesaria energía a sus películas, energía que traspasa la pantalla y prende en el espectador que se convierte en una suerte de "voyeur" que espía por el ojo de la cerradura la posibilidad de ver lo que de otro modo no podría ser visto... incluso sin darse cuenta del por qué de su fascinación con lo que está viendo.

En este sentido, no es que Perdida nos muestre la compleja relación autodestructiva que se da en el seno de una institución social como el matrimonio o que nos muestre los mecanismos de construcción de la verdad en que se basan los medios de comunicación de nuestros días.

Todo eso es superficial.

Hay algo más importante.

Lo que Perdida nos muestra es el inevitable conflicto que se produce en la humana combinación de dos ejes, uno conceptual y otro más táctico o metodológico siempre al servicio de la persecución y alcance de lo que en cada momento consideramos que es el objeto de nuestro deseo. El primero tiene que ver la relación entre objetividad-subjetividad y el segundo con la relación entre verdad y mentira.

Demandamos que lo que nuestra subjetividad vea sea realmente un hecho incontrovertible, una verdad objetiva y para conseguirlo la mentira se convierte si es preciso en un arma táctica tan conveniente como la propia verdad.

Esto es lo que se hace, nunca lo que se dice.

Y por esto Perdida es tan hitchcockiana.

En este sentido, Amy la protagonista se convierte en un modelo aspiracional y extremo de individuo empoderado en la dirección egoísta e individualista de la persecución de su deseo.

En realidad, todos hemos sido Amy, persiguiendo algo que se nos escapa o castigando a algo que se niega al inmenso privilegio de ser deseado por nosotros, ese yo omnipotente protagonista de ese sentido, centro desde el que emana esa perspectiva a la luz de la que el mundo cobra sentido y razón.

El destino de todos los demás, personalizados en su marido Nick, es aceptar el destino ya escrito o ser destruido por el arrasador poder de la fanática verdad que quien le desea lleva consigo.

Y la película trabaja el placer inconfesable de ver cómo sufre aquello que se niega a plegarse a la voluntad de un deseo en su variante enloquecida y extrema. Y también el aún más inconfesable placer relacionado con el uso de cualquier medio para la consecución de ese fin.

Así, "Perdida" no es otra cosa que la prodigiosa escenificación metonímica de una manera de ser, la de ahora, la de nuestros días, como no podía ser de otra forma encarnada en un comportamiento criminal... porque, en realidad, con su falta de empatía hacia el otro y su necesidad de ser de otra forma a la prevista, lo es.

El crimen no está en los medios de comunicación social sino dentro de un sujeto que desea indiscriminadamente y que busca la autoritaria subordinación del mundo, de su realidad, a la proyección de su deseo.

La construcción de la imagen pública y el papel que juegan los medios de comunicación es sólo una manifestación de esa manera concreta de ser, especificación extrema de una ideología y de un sistema económico.

Brillante.


jueves, octubre 23, 2014

Nota

Hay muchos políticos honrados... yo no lo creo. Están todos callados y si se callan no serán tan honrados. Simplemente, permiten que pillen otros

sábado, octubre 18, 2014

Podemos y la discrepancia

Es curioso que en una democracia la discrepancia dentro de un partido político sea noticia... y una noticia perversa, buscando connotar debilidad desde la no presencia de una unanimidad monolítica a la que nuestros partidos políticos mainstream nos tienen acostumbrados.

Términos tan totalitarios como líder y unanimidad nos resultan familiares e inocuos porque nuestra política, desde el régimen del 78 y desde antes también, ha venido entendiéndose así.

Nuestros gobernantes sin excepción son líderes preclaros que se presentan a las elecciones con el respaldo unánime de los suyos y que cuando gobiernan lo hacen inflexiblemente, sin reconocer el menor error.

Son caudillos a quienes la razón asiste siempre.

Negociar implica la aceptación de la totalidad de sus argumentos y dialogar es siempre un mero trámite.

¡Dónde va a parar!

Esa seguridad contra todo es mucho mejor que la escenificación consciente de la realidad de una discrepancia que Podemos hace en su congreso.

La línea de Pablo Iglesias buscando construir una organización piramidal para lanzarse al asalto de los muros del poder y la de la Pablo Echenique buscando prolongar el carácter asambleario y colegiado en el modo en que Podemos debe organizarse para conseguir el poder.

Las dos posiciones son razonables.

Más coherente la de Echenique con el carácter de Podemos, pero más realista la de Iglesias que tiene toda la teoría y práctica de la Política de su lado.

Personalmente me inclino por la más contradictoria, por la de Iglesias, pensando en que la forma de organizarse no es relevante si las personas que viven las organizaciones son honestas y de buena voluntad.

Lo contrario es cierto,

Ningún manera de organizarse puede combatir la corrupción porque los corruptos siempre encuentran un lugar, un resquicio para delinquir. Nada puede oponerse a la continua y constante presión a forzar la ley si las personas que están sujetos a su imperio no la respetan.

Ninguna reforma legislativa puede acabar con la corrupción si las personas que habrán de obedecer esa ley no son honestas.

Esperemos que Hobbes no estuviera en lo cierto y una organización piramidal puede limitarse a cumplir sus objetivos, el mandato de la asamblea, como un ejército de ciudadanos mandado por su estratega.

En cualquier caso, lo peor es que si el complejo político-mediatico no puede procesar esa discrepancia de manera natural, mucho menos va a poder procesar lo que va a pasar despues, cuando una de las opciones triunfe sobre la otra en una reunión entre personas normales, no unidas por el interés de medrar como organización dentro de un régimen corrupto y clientelar sino por el afán ciudadano de hacer lo mejor por su país.

Es terrible que haya gente incapaz de creer este argumento.

Nos da idea de la situación tan desesperada que a nivel de conciencia y libertades nos encontramos. En pocas palabras, creyendo volar cuando en realidad caemos.

Si nadie con decencia pueda impedirlo, la sonrisa de Pedro Sanchez espera ansiosa su turno.

miércoles, octubre 15, 2014

Oblivion

Hay una variante del gran producto industrial cinematográfico en la que brilla la puesta en escena, el diseño de producción, con la finalidad de mostrarnos un mundo.

No tiene por qué haber acción. Lo relevante es lo que se ve y el modo en que se nos muestra.

"Oblivion" es un buen ejemplo de este tipo de productos.

El mundo futuro en el que viven la pareja protagonista resulta fascinante y arrebatador, especialmente en la presentación de su vertiente tecnológica: espacios, utensilios, herramientas y máquinas son bellos y diferentes.

La primera parte de "Oblivion" en la que asistimos a la presentación de una situación, la que viven Jack y Beech desempeñando un trabajo de vigilancia de unas enormes plantas procesadoras de agua marina, en medio de una tierra deshabitada y agonizante resulta fascinante.

Otra cosa es cuando la historia cambia y sobre la presentación de esa situación la trama experimenta un giro no demasiado imprevisible de ciento ochenta grados con el que las cosas dejan de ser lo que parecen.

A partir de ahí, "Oblivion" se convierte en un fácil espectáculo de acción cuyo desencadenante es un proceso de redención por el que pasa Jack como consecuencia de descubrir la verdadera realidad de una vida que él sentía clara e incuestionable.

Elemento esencial de esa evolución y de ese descubrimiento será la llegada desde el espacio de una misteriosa mujer que hasta el momento sólo se le había aparecido en sueños.

Sin duda, la historia de amor que une a Jack con la misteriosa mujer se basta con su planteamiento más allá de la vida y el tiempo para que "Oblivion" no caiga demasiado bajo por su prosaica y previsible resolución en comparación con su poderoso y suntuoso comienzo.

El resultado final es una película entretenida, un producto por encima de la media en el que la estrella Tom Cruise encuentra un buen vehículo para seguir dando guerra.


martes, octubre 14, 2014

Polanyi

“Nuestro humillante servilismo hacia lo "material", que toda cultura humana ha intentado mitigar, deliberadamente se hizo más severo. Esta es la raíz de aquella "enfermedad de la sociedad adquisitiva" contra la que Tawney nos ha puesto en guardia. Y el genio de Robert Owen dio lo mejor de sí cuando, hace un siglo, describió el móvil del beneficio como "un principio absolutamente desfavorable para la felicidad del individuo y de la colectividad".”

Referendum

Los españoles, en general, no nos damos cuenta de este tipo de cosas, pero la no celebración del referendum es un importante error estratégico a medio-largo plazo.

La combinación de falta de generosidad para dejar que una minoría dentro del estado español haga las cosas a su manera unida al miedo a un posible "no", disfrazado todo en un planteamiento instrumental basado en el respeto a la ley -una ley que cuando interesa se cambia-  nos aboca a una peligrosa posibilidad.

¿Qué pasaría si en unas elecciones autonómicas los partidos del bloque soberanista barrieran a los partidos del bloque unionista?

Un referendum consultivo y no vinculante como el que se pretendía habría mantenido el asunto dentro de los términos en que los nacionalismos políticos se han mantenido a lo largo de estos cuarenta años de democracia. Sólo habría sido una variante extrema de ese juego político de la diferencia en que los partidos nacionalistas han basado su posicionamiento político frente a su electorado.

Sin duda, un referendum como el que España se ha negado a permitir celebrar quizá en algún momento y desde el futuro sea visto como un mal menor comparado con realidades mucho más polarizadas que quizá puedan usar vías constitucionales para conseguir sus objetivos.

Quizá no se ha tenido en cuenta la posibilidad cada vez más probable de derrumbamiento del sistema bipartidista y la aparición de un panorama más fragmentado que. unido a un mayor exito electoral de los partidos catalanistas en su territorio, generen muy pronto escenarios que muchos ni siquiera ahora se atreven a imaginar.

Quizá comportamientos consistentes de una parte del pueblo español, comportamientos consistentes con respecto a una presunta media, sean la constatación de una diferencia que la mayoría, si es democrática, no debe obviar.

Y seguramente habría que tener más visión y tener estas cosas en cuenta porque al final ningún cuerpo político permite secesiones así como así.

Por definición, la secesión va en contra de la opinión mayoritaria, pero, a su vez, es una opinión mayoritaria dentro del cuerpo político que se escinde.

En definitiva, una voluntad política nace dentro de otra, oponiéndose a ella y con la oposición de ésta..

Y es un error abordar estos temas desde la ley sin tener en cuenta las enseñanzas de la historia porque las secesiones siempre empiezan así: con la escenificación de la falta de comprensión del todo a las demandas de la parte, cosa que reafirma a la parte en su necesidad de separarse de un todo que no la ampara ni comprende en lo más esencial... .

El tiempo que todo lo pone en su sitio nos hará ver que España no ha gestionado este tema con inteligencia sino como lo haría un franquista sociológico rancio y chusquero, poniendo la unidad de España por encima de todo incluyendo en ese todo una generosa visión de futuro que reconozca verdaderamente el carácter plurinacional de este país. Porque da la sensación de que el sistema constitucional nacido de la constitución de 1978 sólo reconoce esa realidad para su propio beneficio.y debería ser capaz de gestionar de una manera más abierta y democrática los momentos en que esa diferencia quiere ser más diferente y da la espalda al centro.

Una vez más nuestros políticos no han dado la talla.

Al tiempo.


lunes, octubre 13, 2014

Reality

Pocas películas como "Reality" describen el efecto adocenante y destructor que la televisión ejerce sobre su público.

El efecto arrollador que sobre Luciano, el pescadero napolitano que protagoniza la historia, tiene un reality show que nos cuenta "Reality" es el efecto arrollador de la propia televisión como puerta abierta que es también un acceso rápido a un mundo mejor, alejado del esfuerzo diario que suponen su pescadería y los trapicheos con su mujer por las calles napolitanas.

Como un virus se instala en la mente de Luciano todo el imaginario aspiracional que la televisión trae consigo, la magia transformadora de las imágenes que, como el mundo de maravillas de Alicia, espera a un otro lado del espejo hacia el que hay que cruzar.

Y esa necesidad de cruzar, encarnada en una llamada telefónica que le de entrada en el concurso, terminará devorando el sentido de la realidad de Luciano quién, alucinado y enloquecido, hará lo imposible para aprobar un examen cuyas preguntas ignora creyéndose constantemente vigilado y examinado por un ominipotente y omnipresente poder de poderes.

Nada es lo suficientemente importante como para oponerse al deseo de Luciano de realizar su sueño, un ambicioso sueño máximo cuyo obetivo es ocupar un lugar de preferencia en la fábrica que produce todos los sueños, transformandores y transfigurándose en alguien famoso.

Y en ese esfuerzo, el delirio se apoderará de Luciano hasta llevarle a una irrealidad en la que nada existe que no sea su deseo.

En este sentido, Luciano se convierte en el perfecto habitante de la sociedad consumista, una exagerada sublimación al servicio del propio deseo, perdido para siempre en un irreal juego de espejos en el que lo real se convierte en apenas un olvido, ni siquiera un recuerdo.

"Reality" es un brillante ejercicio de cine conceptual que el hábil Garrone esconde bajo un envoltorio casi neorrealista en el que la mayoría de los actores son amateurs, empezando por Aniello Arena, un convicto al que Garrone ha sacado de una cárcel italiana para interpretar con solvencia a Luciano, y en el que la vida napolitana se muestra de manera casi documental en el complejo esplendor de su horror casi tercermundista.

Pero lo importante en "Reality" es el mostrar el poder de la televisión como creadora de sentido disolviendo un algo complejo que podría ser la realidad misma.

Interesante y brillante.

sábado, octubre 11, 2014

Polanyi

“La economía de mercado es el único caso en que todos los ingresos provienen de las ventas y las mercancías se obtienen exclusivamente mediante la compra. En Inglaterra surgió un mercado libre de trabajo sólo apenas hace un siglo. La célebre reforma de la Ley de Pobres (1834) abolió las disposiciones sumarias que los gobiernos patriarcales habían establecido en favor de los pobres. Los hospicios para los pobres fueron transformados de refugios para los indigentes en lugares de infamia y de tortura psicológica, peores incluso que el hambre y la miseria. A los pobres sólo les quedaba una alternativa: la indigencia o el trabajo. Así fue como se creó un mercado nacional competitivo para la mano de obra”.

Polanyi

Y bien subordinados que estaban los mercados en el pasado, porque ellos en una inmensa sabiduría que ya no tenemos, sabían que la ganancia como único interpretante de lo social era un atajo para la animalidad:

“Tomemos la antigua ciudad estado, el imperio despótico, el feudalismo, la vida urbana del siglo trece, el régimen mercantil del siglo catorce o el sistema reglamentista del siglo dieciocho: constataremos invariablemente que el sistema económico se funde con el social. Los incentivos provienen de causas diversas: la costumbre y la tradición, los deberes públicos y los compromisos privados, los preceptos religiosos y la obediencia política, las obligaciones jurídicas y los reglamentos administrativos establecidos por el príncipe, por la autoridad municipal o por la corporación de oficios. El rango y el estatus, la coacción de la ley y la amenaza del castigo, el elogio público y la reputación privada sí hacen que el individuo contribuya a la producción. El temor a la privación o el amor al beneficio no necesariamente están ausentes. Los mercados aparecen en todo tipo de sociedad humana y la figura del mercader es familiar a muchas civilizaciones. Pero los mercados aislados no se sueldan en un sistema económico. La idea de universalizar el móvil de la ganancia jamás pasó por la cabeza de nuestros antepasados. Antes del segundo cuarto del siglo diecinueve, los mercados jamás fueron más que un elemento subordinado de la sociedad”.

La armada Brancaleone

Seguramente por sus evidentes componentes de seriedad y solemnidad el drama siempre ha sido considerado como el lugar propicio donde ventilar las grandes preguntas que nos hacemos los humanos.

Por contra la comedia nunca pareció el formato más adecuado. En todo caso, personajes de comedia como el bufón del teatro clásico español y shakesperiano aportaban al intento de responder a esas preguntas un necesario contrapunto humorístico que evitaba que el espectador olvidase que había pagado para ser entretenido y no importunado.

La necesidad del bufón fue meramente funcional, de compensación del mecanismo narrativo evitando hacerlo denso e inaccesible a según qué públicos, aspecto que le confirió un elemento de identificación con el público que buscaba relativizar a aquellos que sobre el escenario se dedicaban a joder la marrana haciéndose preguntas demasiado incómodas.

En este sentido, y desde la antigua Grecia, la comedia tuvo un carácter mucho más popular, asociado a temas mucho más cotidianos o, como máximo, dedicándose a relativizar y/o ridiculizar a aquellos que se dedicaban a cuestionar un mundo y unas reglas que además eran impuestas y debían ser seguidas por las clases populares.

Los grandes debates, los que definían las reglas del juego, pertenecían a las clases altas y cultas, a las que esa solemnidad del drama proporcionaba además otro atributo asociado a su poder que por definición era algo muy serio. Todos aquellos que se oponían a sus dictados lo comprobaban.

En este sentido el humor queda relegado de manera general a un papel secundario y subalterno, asociado a la expresión de las masas incipientes, con la máxima aspiración de convertirse en la nota de color en el seno tumultuoso del gran drama..

La politizada italia de la postguerra mundial, silencioso bastión de lucha entre el bloque capitalista y comunista que se resolvió con un régimen corrupto de apariencia democrática a mediados del pasado siglo XX, generó, junto a un cine directamente político tanto de raíz comunista como democristiana, otro cine político basado en el humor que se llamó "comedia a la italiana".

Lejos de presuntos intelectualismos, la comedia a la italiana expresaba en maneras y lenguajes que el pueblo entendía un discurso crítico sobre la realidad, tan crítico que incluso cuestionaba la propia sociología y antropología de lo italiano con titulos tan divertidos y a la vez tan terribles como "Il Sorpasso" de Dino Risi o "La Gran guerra" de Mario Monicelli.

Monicelli es uno de los grandes directores de cine italiano y uno de los padres de esa comedia a la italiana con titulos como "Rufufu", "I compagni" o la propia "La Grande Guerra".

"La Armada Brancaleone" es otro de sus grandes titulos, además de ser también uno de los más exitosos en taquilla.

En "La Armada Brancaleone" prima más la comedia que la critica social, aunque en los títulos de la comedia a la italiana es difícil estar seguro de ello y cuenta la historia de un noble hidalgo de tercera cuarta fila cuyo nombre da titulo a la película y que interpreta Vittorio Gassmann y su viaje por la Italia del medievo en busca de un reino que no le pertenece y a cuyo titular va a suplantar.

En este viaje se rodeará de un ejército de freaks, vagabundos y harapientos que compondrán esa mínima armada con la que Brabcaleone se enfrentará a los mil y un peligros de la corta y dura vida medieval.

Como si se tratase de una historia escrita en la época, la película se compone de una serie de episodios que describen diferentes encuentros con elementos y/o situaciones típicas del medievo: torneos, leprosos, justas, monjes mendicantes; encuentros que configuran un viaje mas general hacia ese reino espúreo en el que Brancaleone se mostrará como un caballero nada típico, en absoluto en esa línea aristocrática y apolínea en la que suelen ser mostrados esta clase de personajes sino en una línea más popular y contradictoria, siempre con un conflicto entre su código de honor y sus instintos,

Brancaleone no es un líder apolíneo, de una sola pieza. Intenta estar a la altura del comportamiento de la posición que se le supone y no siempre lo consigue, aunque, al final, se las arregle recurriendo a ese espíritu pícaro que es parte de lo italiano para llevar a buen puerto a su armada.

Y encima Brabcaleone es Gassmann.

Excepcional



Polanyi

Esto es válido también para el incentivo de la ganancia individual. Nos apoyaremos en otras citas:
"El rasgo característico de las economías primitivas es la ausencia de cualquier deseo de obtener beneficios en la producción y en el intercambio"
[Thurnwald, Economics in Primitive Communities].
"La ganancia, que en las comunidades más civilizadas constituye a menudo el estímulo para el trabajo, jamás es un estímulo para el trabajo en las condiciones indígenas originales"
[Malinowski, Los argonautas del Pacífico Occidental].
Si los llamados móviles económicos fuesen connaturales al hombre, deberíamos considerar totalmente innaturales a todas las sociedad primitivas".

Piketty

“The key point is that there is no historical example of a country at the world technological frontier whose growth in per capita output exceeded 1.5 percent over a lengthy period of time. If we look at the last few de cades, we find even lower growth rates in the wealthiest countries: between 1990 and 2012, per capita output grew at a rate of 1.6 percent in Western Europe, 1.4 percent in North America, and 0.7 percent in Japan.21 It is important to bear this reality in mind as I proceed, because many people think that growth ought to be at least 3 or 4 percent per year. As noted, both history and logic show this to be illusory”.

jueves, octubre 09, 2014

Culpables por naturaleza

No olvides que además será culpa tuya... Condiciones de trabajo lamentables, falta de medios y recursos... Y aún así, y porque no te queda más remedio, acepta las reglas del juego que te proponen. Pero no olvides que además todo será culpa tuya. Ellos te esperan al final del camino dispuestos a traicionarte. Ya no es que puedas ser responsable de tu desgracia, de tu pobreza, de tu desahucio, también serás responsable de todo lo que salga mal.

Camina a la pata coja sobre un alambre sujetando una vajilla de seis servicios y no olvides que jamás deberás caerte.

La culpa tiene un dueño.

Ese es su plan perfecto.

Pase lo que pase, suceda lo que suceda.

miércoles, octubre 08, 2014

Excalibur

Alguien, en alguna parte de allá arriba no hace bien su trabajo, una enfermera se contagia y muere un perro.
Alguien, en otra parte de ese allá arriba, miente para ganar unas elecciones, hace lo que quiere cuando gobierna y alguien es desahuciado de su casa.

La muerte de Excalibur es algo más que la muerte de un perro.
Es el recuerdo de nuestra propia muerte, de nuestra propia fragilidad, porque si algo connota esa inflexible eficacia en el cumplimiento del sacrificio del animal es el desprecio de lo grande por lo pequeño, por todos nosotros los que cada día alimentamos a la gran maquina del perpetuo movimiento hacia delante que es nuestro mundo.
¿A quién o qué habrá sacrificar la semana que viene?
¿Qué buenas y estupendas razones lo justificarán?
En este aspecto, los grande nunca falla.
Los culpabilidades se encuentran y se depuran.
Porque nunca faltan culpables ni buenas razones para escarmentarlos.
Y no es casualidad que nada haya salido mal en la muerte de Excalibur.
Funciona lo que realmente tiene que funcionar.
Todas las mañanas al despertarnos nuevas variantes de las mismas mentiras de siempre nos esperan sonrientes.

Hoy te ha tocado a tí, Excalibur, pero quién ocupara mañana o la semana que viene tu lugar.
Siempre habrá buenas razones para que paguen los de siempre, un real o figurado cadalso preparado para ellos y un obediente público dispuesto a creer que toda esa mascarada es cierta buscando ganar un día de orden más..


“No existe ninguna prueba del egoísmo primitivo, ni de la apócrifa propensión al trueque, al intercambio o al comercio, ni tampoco de la tendencia a abastecerse a sí mismo. También quedó desacreditada la leyenda de la psicología comunista del salvaje, de su presunta indiferencia a sus intereses personales. (En esencia, el hombre ha sido idéntico en todas las épocas. Si se consideran sus instituciones no aisladamente sino en su interrelación, se constata que el hombre se comportaba en una forma completamente comprensible para nosotros). Lo que parecía "comunismo" era el hecho de que el sistema productivo o económico estaba organizado en tal forma que ningún individuo quedaba expuesto a la amenaza de la indigencia. Cada quien tenía asegurado su lugar alrededor de la lumbre y su cuota de recursos comunes, cualquiera que hubiese sido su contribución a la caza, al pastoreo, al cultivo de la tierra o a la horticultura.
Veamos algunos ejemplos: en el sistema kraal del Kaffir, "la privación es imposible; quien necesita ayuda la recibe en forma automática" [Mair, L. P. An African People in the Twentieth Century]. Ningún kwakiutl "ha corrido jamás el riesgo de padecer hambre" [Loeb, E. M. The Distribution and Function of Money in Early Society]. "En las sociedades que viven al margen de la subsistencia no existe el hambre" [Herskovits, J. M. The Economic Life of Primitive Peoples].
En efecto, el individuo no corre el riesgo de padecer hambre, excepto cuando la comunidad en su conjunto se encuentra en esa situación. Esta ausencia de miseria individual en la sociedad primitiva en cierto sentido la hace más humana y, al mismo tiempo, menos "económica" que la del siglo diecinueve”.
“Al extenderse como una mancha de aceite, la economía de mercado destruía el tejido tradicional de la sociedad rural, la comunidad de los pueblos, la familia, las viejas formas de propiedad agrícola, las costumbres y los criterios sobre los que se sustentaba la vida en un entorno cultural. La protección dispensada por Speenhamland no había hecho más que empeorar las cosas. Hacia 1830, la catástrofe social en la que se veían sumidas las clases populares era tan total como la que sufren en la actualidad algunas tribus africanas. Una sola y única persona, el eminente sociólogo negro, Charles S. Johnson invirtió la analogía entre el envilecimiento racial y la degradación de clase, aplicándolo a esta ultima: ≪En Inglaterra, en donde la Revolución industrial iba muy por delante del resto de Europa, el caos social que siguió a la reorganización draconiana de la economía transformo a los niños depauperados en esa carne de cañón que más tarde iban a ser los esclavos africanos... Las racionalizaciones que entonces sirvieron para legitimar la trata de niños eran casi idénticas a las que se utilizaron para justificar la trata de esclavos≫ (≪Race Relations and Social Change≫, en E.Thompson, Race, Relations and the Race Problem, 1939, p. 274)”.

martes, octubre 07, 2014

El cuchillo en el agua

Aunque su filmografía contiene películas importantes, me sigue pareciendo que "El cuchillo en el agua" es la mejor película de Roman Polanski.

Se trata de su primer largometraje, rodado en su Polonia natal en 1962, y en él está presente el motor del que se alimentarán casi todas sus películas.

Se ha escrito mucho sobre el carácter perverso del cine de Polanski y es cierto. No obstante, se le ha dado más peso al sexo del necesario y en un sentido demasiado evidente, referido estrictamente a la genitalidad, pero el sexo para Polanski va más allá de esa pura y simple fisicidad.

El sexo sólo es una variante del complejo de entramado de relaciones de poder y sumisión que se establecen entre los personajes que protagonizan sus películas.

En general, y salvo escepciones, las películas de Polanski tienen un carácter teatral. En ellas, con independencia del texto, se presenta esa red que ata a los personajes los unos con los otros, cuando hay un sólo personaje que lucha contra sí mismo como es el caso de "Repulsión" o "El Quimérico inquilino".

En "El cuchillo en el agua" está presente ese mecanismo de una manera cristalina y pura.

Una pareja recoge a un estudiante en la carretera y termina invitando a este a pasar el día en su barco. Durante ese día se establecerá un sofisticado juego de control y dominación entre los dos hombres cuyo metafórico centro será el cuchillo que el estudiante lleva consigo.

En un crescendo progresivo la situación se irá enturbiando hasta alcanzar niveles de violencia soterrada que convierten a "El cuchillo en el agua" en un sorprendente thriller en el que una poco complaciente antropología humana se convierte en el principal protagonista.

En "El cuchillo en el agua" lo que no se dice es tan importante o más que lo que se dice..

Así, el estudiante se convertirá en improvisado felpudo donde el hombre podrá sacudirse sus frustraciones en un proceso sistemático de dominación en el que el cuchillo que porta el estudiante se convertirá en el necesario trofeo. Pero el estudiante también sentirá la necesidad de desafiar ese poder que le ha admitido en ese barco para poder presentarse como tal.

Y todo ante la atenta mirada de la mujer convertida en espectadora y objeto de deseo de un espectáculo de cortejo en el que el hombre adulto y el joven exhiben lo mejor de sí mismos como dos machos en mitad de la sabana.

Desde "El cuchillo en el agua" casi todas las películas de Polanski remiten en mayor o menor medida ese perverso juego de dominación, pero en ninguna de manera tan perfecta y natural, sin tener que recurrir a contextos extremos basados en la violencia y el sexo como en su primera película.

Excepcional.

domingo, octubre 05, 2014

Jersey Boys

Vaya por delante que "Jersey Boys" reúne dos características que por separado me producen rechazo dentro de un cine: por un lado se trata de un musical y por otro es un biopic.

Del mismo modo no soporto sentir que alguien come nachos cerca de mí en un cine (para cuando un cochinillo con toda su guarnición), no me entusiasman demasiado los musicales y detesto bastante los biopics por lo que "Jersey Boys" reunía todas las papeletas para que jamás fuese a verla, pero el tratarse de la última entrega del maestro Eastwood tras tres años fuera de los estrenos cinematográficos ha bastado para que haga de tripas corazón y me meta en la sala oscura.

A estas alturas de la película todo el mundo conoce la relación directa que Eastwood ha tenido con la música a lo largo de su vida y tiene más sentido que quisiera rodar un musical que una película de terror.

El musical en cuestión es "Jersey Boys", un éxito en broadway y ganador de algún que otro premio Tony que cuenta la historia del grupo de música pop Frankie Valli y los Four Seasons, un grupo original del barrio de Tony Soprano y que durante toda su carrera mantuvo una relación llamemosla sociológica con los capos del barrio.

La historia no es que me interese demasiado pero Eastwood se las arregla para conferir emocionalidad e intimismo a momentos que juraría haber visto antes, talento que es una de las principales habilidades del maestro, a una historia que, para mi gusto y como digo, no es demasiado especial ni diferencial.

Construida para poner en valor el repertorio del grupo, la historia no es más que un soporte para revisar la música de un grupo que tiene unas cuantas canciones interesantes.

En este sentido, se puede (y se hace) hacer una comedia musical de cualquier trayectoria musical puesto que las personas nacen, se enamoran, se separan, se meten en líos, se reconcilian, etc y en este sentido Jersey Boys es un buen ejemplo.

Lo mejor que puede decirse de la película es que el maestro ya tiene su musical y en él, además de la buena música del grupo, hay alguna escena bastante bien escrita como la primera que protagoniza el mafioso interpretado por Christopher Walken en la barbería (entre amigos un poco de sangre no debería ser un problema o así) o la que tienen Vally y la que será su mujer en una pizzería.

Es una lastima que la historia se desvincule demasiado pronto de uno de sus elementos más difererenciales: la vida en Jersey; aspecto que proporcionaba a la película un plus de interés que termina perdiendo en un demasiado anodino proceso de ascenso al estrellato, con algún evidente problema de ritmo, antes de volver a remontar con todo el tomate de la disolución del grupo, momento en que, por unos instantes, la historia se vuelve más película de Eastwood que nunca cuando Valli acepta por lealtad asumir la millonaria deuda de uno de los miembros del grupo ante la incomprensión de todos.

Aquí Valli se muestra como uno de esos hombres de otra época tan protagonistas en estos últimos diez años de su cine, hombres que asumen las consecuencias negativas de su destino como consecuencia del seguimiento de un código de honor y de unos valores que les han hecho ser lo que son.

La reivindicación de las viejas generaciones, de su comportamiento entero, ante la incomprensión de las nuevas, más relajadas en su relación con la vida también está presente en "Jersey Boys".

En este sentido nada diferencia al agrio veterano que protagonizaba su "Grand Torino" de este Frankie Valli con voz de falsete. los dos hacen lo correcto sin pensar en las consecuencias.

Así, "Jersey Boys" no es tan extraña al cine de Eastwood como en un principio podría parecer. En la mejor línea de su Dirty Harry, Eastwood nunca da puntadas sin hilo.

En cualquier caso, y dejando algunos problemas de ritmo ya mencionados entre Jersey y el éxito, "Jersey Boys" es una película de Eastwood en todos los sentidos de la palabra: compacta, seria, emotiva y jamás vana o superficial.

No está en la lista de sus clásicos, pero ya quisieran muchos facturar sus películas como las factura Eastwood.

Aceptable.






sábado, octubre 04, 2014

Monica de Oriol

Tiene su punto que Monica de Oriol, esa señora que simbólicamente hace que la boca y el culo se confundan, sea la Presidenta del Circulo de Empresarios.

Su compañía Seguriber se dedica a prestar servicios basados en el uso extensivo de la fuerza de trabajo. Ahora mismo, y sin ir más lejos, en la web de su empresa, hay una oferta de vigilante jurado en Palma de Mallorca.

Sólo una. No vayamos a emocionarnos todos con la vida.

Y, como digo, tiene su punto que la empresa de la presidenta de nuestros empresarios no pertenezca a las nuevas tecnologías o a la biogenética sino al sector de los seguratas, empresas que están sacando gran ventaja de esta nueva legislación laboral que está consiguiendo que tener trabajo no sea suficiente para ganarse la vida.

En este sentido, la dueña de Seguriber no puede decir cosas diferentes de las que dice.

La estupenda Monique con su look tan Telva moderno nos dice la verdad.

El mundo de Seguriber es así y el mundo laboral por extensión quiere llegar a ser así

Bárbaro, duro y cruel... sobre todo para sus trabajadores.

Por eso, Monica es su presidenta, porque ella está donde todos los demás quisieran estar.

Por eso, y teniendo en cuenta ésta realidad, yo la dejaría hablar, querría que no se callase nunca porque sus palabras nos dan la exacta medida del mundo insensato pero tan encantado de haberse conocido que estamos construyendo.

Un mundo en el que los canallas ya ni se molestan en disimular que lo son.

Un mundo en el que la medida de todas las cosas es lo instrumental y, como encarnación máxima de ese valor, el dinero.

Bienvenidos al fin del mundo

Lo reconozco.

"Bienvenidos al fin del mundo" es una tontería, pero me gusta.

Reconozco que tiene gracia que el final de la civilización tal y como lo conocemos, abocando a los humanos supervivientes a una dura vida en un apocaliptico mundo madmaxiano, tenga su origen en la ocurrencia de un loser descerebrado, perdido para siempre en la juventud perdida en los ochentas del siglo pasado.

Y esa ocurrencia no es otra cosa que reunir a su vieja pandilla de amigos del instituto para, en un perdido y triste pueblo del campo inglés, terminar algo inacabado por ellos en su momento: una runta por los doce pubs del pueblo, ruta que termina para cerrar el circulo en un pub llamado "El fin del mundo".

Esta es la idea que Gary King, interpretado por el siempre estupendo Simon Pegg, lleva hasta las últimas consecuencias en todos los sentidos de la palabra "últimas".

Lo que King y sus amigos descubrirán en Newton Heaven, lugar donde se encuentra esa milla dorada de doce pubs, será algo que excederá a sus limitadas y progresivamente alcoholizadas expectativas, algo misterioso y siniestro que no es que amenace el destino de la humanidad sino que muy al contrario la tutela.

Como digo, lo reconozco.

Desde "Shaun of the dead" soy muy fan total de los proyectos que en las Islas Británicas lleva a cabo Simon Pegg con la ayuda de su colega Nick Frost.

Sobre un mecanismo tradicional de la parodia, la mezcla de géneros y la profundización en las virtudes y defectos de los planteamientos narrativos de cada uno de ellos, Pegg construye historias que siempre se basan en muy buenas ideas, llenas de gracia e ironía que siempre consigue aprovechar en un correspondiente despliegue narrativo en el que la fina ironía y el humor más grueso y directo conviven en una cierta y a veces increíble armonía.

Memorable especialmente es esa escena en la que el enloquecido y borracho King sella el destino final de la tierra con una torpe y estereotípico discurso tabernario sobre el ser humano y su derecho a la libertad.

Pegg y Frost nunca me decepcionan.

"Bienvenidos al fin del mundo" está en la línea.

Divertida y recomendable.

viernes, octubre 03, 2014

La isla mínima

Hay lugares donde las cosas terminan, lugares fronterizos entre la nada y el algo que se convierten en improvisada costa donde van a amanecer los interminables restos de mil y un naufragios.

Estos lugares son de geografía mínima y esencial, espacios donde lo superfluo desaparece y sólo queda el contorno de lo esencial dibujándose desde su condición de algo sobre la nada inmensa que le sirve de escenario.

La elocuencia silenciosa de lo no dicho, de lo que no se dice nunca, no puede hacer otra cosa que resaltar como un heideggeriano dasein en ese espacio infinito entre la tierra y el cielo donde la silueta del hombre, lo único que queda cuando todo lo demás acaba, se dibuja expresiva, convertida en abandonada metáfora del deseo convertido en las historia que ha llevado a ese ser hasta allí, al naufragio convertido en una de las bellas artes.

Imagino que en todo ésto, y cosas similares, estaban en la cabeza de Alberto Rodríguez cuando decidió llamar "La Isla Minima" a su historia.

En tal escenario extremo, mínimo por tan cercano a la nada Rodríguez quiere poner en valor el perfil de la transición española a través de unos personajes y una historia que como no podía ser de otra manera resaltan en toda su complejidad contra un paisaje árido, desprovisto, el de las marismas del Guadalquivir que tan bien pintara Carmen Lafón, en el que la tierra empieza a confundirse con la nada vacía del mar.

Y el resultado es espectacular.

"La Isla Minima" es un thriller denso y profundo, sobre cuya superficie flota la desaparición de unas niñas investigada por dos policías a principios de la década de los ochentas del siglo pasado; pero una superficie que como ese cielo protector del que hablara Bowles oculta toda una profunda complejidad.

La complejidad de una desigual sociedad agraria casi decimonónica que somete a la mayoría de sus miembros a una explotación de la que precisamente las jóvenes asesinadas intentan escapar, pero también complejidad cruel porque sobre esa desesperada necesidad un asesino psicópata ha construido su tela de araña mortal.

Y sobre esta realidad sobrevolando la alargada sombra de la transición, espacio también fronterizo en el que conviven los dos policías protagonistas, magníficamente interpretados por Raúl Arévalo y Joaquín Gutierrez, uno a cada lado del puente que esa transición pretende salvar y en los dos la vida uniéndoles en el enfrentamiento a la injusticia y el horror.

Magnífica.



jueves, octubre 02, 2014

Los politicos honestos juegan un papel esencial en los sistemas corruptos: con sus silenciosas presencias anónimas hacen posibles los discursos que niegan lo sistémico y las generalizaciones.
Mientras haya un político honesto los demás siempre podrán negar que son un sistema.

miércoles, octubre 01, 2014

“El afán de lucro no es algo «natural» al hombre. ≪Uno de los rasgos característicos de la economía primitiva es la ausencia del menor deseo de sacar beneficio, ya sea de la producción, ya sea del intercambio≫ (Thurnwald, Economics in Primitive Com-munities, 1932, p. XIII. ≪Otra noción que conviene desacreditar, de una vez por todas, es la del hombre económico primitivo que se encuentra en algunos manuales de economía política≫ (Malinowski, Ar-gonauts of the Western Pacific, 1930, p. 60)”
“Hay algo que tienen en común esta mentalidad y estas situaciones: son los sentimientos de los seres que se saben oprimidos por los imperios blancos desde hace siglos. Este mundo nuestro de la gran moratoria, de la libertad frente al temor y la miseria, no tiene nada que ver con ellos; no confían en él ni un ápice, porque sus fundamentos se hunden en los huesos de los pueblos de color. Consideran que nuestro parloteo sobre los derechos humanos e suna hipocresía descarada; lo que se les hizo a los judíos, afirman, responden a los modos usuales de dominación de los blancos en los cuatro continentes”.

lunes, septiembre 29, 2014

Referendum

¿Cómo se abordan las peculiaridades en una democracia?

Recordemos que en las últimas elecciones generales del 2011, el porcentaje de votantes a partidos en favor del referendum fueron más o menos los mismos que los votos de los partidos en contra de ese derecho a decidir. Y no hablemos de los resultados de las últimas elecciones autonómicas.

De esta distribución de voto debería deducirse que la distribución de ese deseo a decidir en Cataluña es diferente de manera consistente a la distribución de ese deseo en el resto de España.

En una sociedad abierta, la mayoría debería tener en cuenta el deseo de esa consistente peculiaridad local y, como mínimo, permitir su expresión.

La calidad de la democracia está también en el modo en que ésta tiene en cuenta la voluntad de las minorías a las que un tema atañe de manera más clara y directa que el resto de la colectividad y que expresan con consistencia una diferencia.

No se trata de un capricho sino de la voluntad de una buena parte de los más directamente afectados.

Por eso, tendría todo el sentido que el Congreso Español, atendiendo a lo peculiar de la especificidad del deseo de los catalanes, permitiera ese referendum y ayudase a llevarlo a cabo.

No se trata de que las minorías se impongan a las mayorías sino permitir que las minorías se expresen y, lo que es más importante, que demuestren que son tal.

Por eso, no es un tema de respeto a la ley.

Hay una clara voluntad de expresar una idea contraria escondiéndose bajo la máscara del respeto a la ley, porque cuando hay acuerdo las leyes no son un problema. Se cambian.

Y si bien es cierto que una de las formas en que se expresa la democracia es el respeto a la ley, no es menos cierto que reducirlo todo al inflexible respeto a la ley implica un importante tic autoritario porque, y como digo, cuando conviene y hay acuerdo, las ayer inflexibles e inamovibles leyes, hoy se cambian.

Una vez más el debate político es hipócrita.

Las voluntades se esconden tras las formalidades y los temas se confunden y mezclan equiparando el derecho a expresarse con la definitiva expresión.

Subyaciendo además el definitivo tic autoritario que reduce el derecho a expresión directa a unas elecciones cada cuatro años, elecciones precedidas de quince días de campaña electoral en los que se promete cualquier cosa a cualquier precio, campañas basadas en un programa que pocas veces se cumple y contra esas mentiras e incumplimientos el ciudadano se encuentra indefenso una vez que firma el cheque en blanco de su voto.

Durante esos cuatro años el ciudadano no puede expresar su acuerdo o desacuerdo en puntuales temas críticos cuya decisión queda en manos de sus representantes.

Y todo esto estaría bien si, al depender esos cuatro años, de esos quince días de campaña electoral, los partidos quedasen legalmente obligados a cumplir lo hablado o prometido, pero ni eso.

Por ahora quieren tenerlo todo.

Por ahora lo tienen.

Y por lo visto ni los matices ni las peculiaridades son relevantes en una democracia.

domingo, septiembre 28, 2014

La Casa de Bambú

Dirigida en 1955 por el norteamericano Samuel Fuller, "La Casa de Bambú" es una de las películas mas sobresalientes de su filmografía.

Remake de una película de segunda fila titulada "La calle sin nombre" de 1948, "La Casa de Bambú" muestra todas las virtudes de Fuller como nerrador: la simplicidad pulp de un argumento de sección de sucesos convenientemente envuelto en un atractivo envoltorio de violencia y sexo.

La violencia es omnipresente en el cine de Fuller: una violencia que no sólo se manifiesta en su manera habitual, a través de la acción, sino también en la actitud de los personajes y el modo en que se relacionan entre si, siempre desde el cinismo, la manipulación y la desconfianza, convertidos en animales que luchan por la supervivencia en el cruel día a día de la jungla de asfalto.

Y el sexo también.... En el cine de Fuller y en consonancia con su planteamiento sensacionalista y pulp, siempre hay mujeres que existen en un mundo de hombres convertidas en objeto del deseo...

Pero, y en cualquier caso, lo más atractivo de "La Casa de Bambú" es el mundo que muestra en poderosas imágenes filmadas en Cinemascope y ese mundo no es otro que el Japón ocupado por los Estados Unidos a principios de la década de los 50's.

En la línea de muchos titulos contemporáneos del cine negro rodados completamente en exteriores, como "La Ciudad Desnuda" de Jules Dassin "La Casa de Bambú" traslada ese modelo realista desde la ciudad de Nueva York al desconocido Japón para la mayoría del público norteamericano y mundial.

Asi, Fuller rueda las calles del Japón con el mismo pulso con que Dassin fotografiará la ciudad de Nueva York en la antes mencionada "La Ciudad Desnuda" o Paris en "Rififi". Calles y callejones, paisajes cotidianos donde la gente tiende la ropa o hace la compra, espacios urbanos comunes donde se desarrollan historias de vida normales y corrientes, ajenas al oropel aspiracional del cine clásico.

En este sentido, "La Casa de Bambú", ambientada en el mercado negro que se desarrolla alrededor de la ocupación norteamericana, ofrece un complementario interés casi documental y seguramente pocas películas, incluidas las propias japonesas, han pulsado ese existir cotidiano del Japón urbano de la década de los cincuentas.

En ese escenario sucede una pequeña historia de rateros protagonizada por una violenta banda de criminales norteamericanos que buscan hacer dinero al criminal modo americano en las calles japonesas. Sus andanzas se cruzaran con los pasos perdidos de un vagabundo llamado Eddy Spanier (Robert Stack) que ha llegado a Japón siguiendo la llamada de un amigo, miembro de la banda.

Una vez en Japón, Spanier se encontrará sin amigo y con lo puesto viéndose obligado a sobrevivir haciendo lo que mejor sabe y llamando la atención de Sandy Dawson (Robert Ryan), el jefe de la banda.

El resultado es una película de acción entretenida en todo momento y que reúne todos los grandes elementos del cine negro a partir de la relación de fascinación mutua que establecerán Dawson y Spanier.

Ninguno será lo que parece ser: Ni Dawson tan duro ni Spanier tan vagabundo.

El cine de Fuller siempre es entretenido.


sábado, septiembre 27, 2014

El corredor del laberinto

Hay estructuras narrativas muy eficaces, que siempre funcionan.

Una de ellas es enfrentar una historia compleja, de diversas implicaciones, desde la perspectiva finalista y micro de un sujeto individual que padece las consecuencias de aquello todavía no descubierto, no narrado.

Hitchcock utilizó esta estructura en muchas de sus películas.

Sus protagonistas siempre irrumpen o son victimas de situaciones que les superan, que les atrapan y que aquellos deben desentrañar para escapar.

Como el Roger Thorndike de "North by Northwest", sus protagonistas experimentan la fuerza ciega y en apariencia imparable de una situación que encierra la complejidad de una narración; una situación que, de un minuto a otro, les convierte en sorprendidas victimas en trance de ser aplastadas y cuyo misterio por narrar deben resolver para escapar.

Así, el escapar, la acción que el héroe despliega, se convierte en la pura narración, una narración en la que se ignora lo que está delante, que siempre es una amenaza, y cuya principal atractivo es ese proceso de descubrimiento en sí.

"El corredor del laberinto" reproduce esta fórmula de una manera bastante acertada, por lo menos, en sus comienzos donde el espectador tiene la misma información que el protagonista enfrentado a una realidad en la que de pronto se encuentra inmerso de manera fortuita y que desconoce.

Y la película funciona porque funciona ese mecanismo de descubrimiento, de desenmascaramiento de esa realidad sobrevenida, que le rodea incomprensible y amenazadora.

No funciona tanto conforme la película avanza y las preguntas que la propia historia plantea han de ser respondidas.

De siempre es sabido que, si bien es difícil hacer un planteamiento interesante, mucho más complicado es dar con un desenace que esté a la altura de la fascinación que las preguntas sin respuesta han produdico mientras han sobrevolado como presencias fantasmales la narración.

En este sentido, la resolución que además se plantea en diferido a lo Cospedal termina pinchando el globo decantándose por una de las opciones más prosaicas de entre las que quién les escribe había barajado y sospechado mientras los protagonistas buscaban la salida al laberinto que da titulo a la película.

En cualquier caso, ésto último no deja de ser una opinión, debiendo predominar una valoración positiva basada en una historia de acción que mantiene el suspense de manera convincente, con esa credibilidad basada en la verosimilitud, en el efecto de verdad, que siempre es mano de santo en la narración cinematográfica.

"El corredor del laberinto" funciona como producto, pero también, y lo que es más importante, como película franquicia que inicie una saga de películas que sin duda no se harán esperar.

Entretenida.

viernes, septiembre 26, 2014

“Pero lo que enmudeció en las primeras décadas tras 1945, sofocada por el miedo apocalíptico de la bomba, fue la voz de la crítica elemental de la civilización. Los que elogiaban el milagro económico con sus montañas de mantequilla y sus despieces masivos no percibieron ni política ni emocionalmente que el bienestar de las llamadas naciones avanzadas sólo era posible gracias a una ingente aceleración de la obtención de recursos y mediante la expansión de un imperio energético y de materias primas global. Esta libertad frente al temor y la miseria se compró mediante la apropiación de los recursos de los vecinos más débiles y del futuro de nuestros hijos y nietos”.
“El socialismo es ante todo la tendencia inherente a una civilización industrial para transcender el mercado autorregulador subordinandolo conscientemente a una sociedad democrática. El socialismo es la solución que surge directamente entre los trabajadores, quienes no entienden por qué no ha de estar la producción directamente regulada, ni por qué los mercados no han de ser un elemento útil, pero secundario, en una sociedad libre. Desde el punto de vista de la comunidad en su conjunto, el socialismo es simplemente una forma de continuar el esfuerzo para hacer de la sociedad un sistema de relaciones realmente humanas entre las personas que, en Europa occidental, ha estado siempre asociado a la tradición cristiana”.