NARCISO PETRIFICADO
jueves, abril 21, 2011
THE WAY BACK
Es curioso.
Aún siendo una excelente película, el aspecto que principalmente me estimula de "The way back" es el debate que se ha generado en torno a la veracidad de la historia en que se basa.
A finales de la década de los años treintas del siglo pasado, y en pleno stalinismo, una serie de presos de uno de los cientos de gulags que el régimen construyó en la inhóspita e inmensa Siberia consiguió escapar. Andando miles de kilómetros los fugados consiguieron llegar a la India superando imponentes obstáculos naturales (desiertos, bosques, frio, calor, hambre, sed...) y, por encima de todo, las limitaciones personales que siempre surgen ante semejante prueba.
Y me resulta curioso como síntoma que seamos capaces de cuestionar las raíces de la ficción cuando somos incapaces de poner en tela de juicio el sentido de la propia realidad en la que vivimos. Nos dicen que una realidad es real y lo asumimos. Nos dicen que una ficción se basa en una realidad y enseguida intentamos probarlo. Los cuestionamientos no tardan en aparecer.
Y es pura naturaleza humana el hecho incontrovertible de doblegarse ante el mas fuerte y ser duro con el débil.
Vivimos en un mundo triste en el que las ficciones se han convertido en débiles, cuando durante miles de años nos han acompañado otorgando sentido a nuestra existencia e incluso idealizándolo. Ahora es el crédito y el consumo el que nos justifica.
O mejor dicho, una ficción ha podido con todas, las ha arrinconado consiguiendo su propósito de convertirse en realidad.
Y éste es otro síntoma de lo mal que están las cosas: la ficción de seres humanos que se pretenden realistas, con los pies en el suelo de una realidad que no es tal, que es una nube de cuyos efectos deshumanizadores sólo la capacidad de construcción de sentido y de idealización que poseen las ficciones pueden protegernos... pero esta es otra historia.
"The way back", sea verdad o no, es en cualquier caso un fascinante relato que muestra el espectáculo del ser humano en lucha con los elementos y otro espectáculo más fascinante, el del esfuerzo que los personajes hacen casi sin quererlo por no caer en la animalidad.
En algún momento, la bondad que Slavomir Rawicz (Jim Sturgess) muestra es definida por sus compañeros como un acto de debilidad del que en algún momento podrán beneficiarse, pero sucederá lo contrario. Será la capacidad para la entrega y la idealización de las situaciones de Rawicz la que tirará del grupo de escapados en situaciones y momentos críticos.
Porque el ser humano no es sólo la capacidad para reconocer el rigor de las circunstancias y las cosas sino también la capacidad y el entusiasmo para verlas de otra forma e intentar cambiarlas.
Y eso se nos ha olvidado.
No siempre es bueno ser realista... pero el poder siempre nos quiere así, realistas, responsables y como consecuencia de ello formales.
Me ha gustado "The way back".
Es curioso.
Aún siendo una excelente película, el aspecto que principalmente me estimula de "The way back" es el debate que se ha generado en torno a la veracidad de la historia en que se basa.
A finales de la década de los años treintas del siglo pasado, y en pleno stalinismo, una serie de presos de uno de los cientos de gulags que el régimen construyó en la inhóspita e inmensa Siberia consiguió escapar. Andando miles de kilómetros los fugados consiguieron llegar a la India superando imponentes obstáculos naturales (desiertos, bosques, frio, calor, hambre, sed...) y, por encima de todo, las limitaciones personales que siempre surgen ante semejante prueba.
Y me resulta curioso como síntoma que seamos capaces de cuestionar las raíces de la ficción cuando somos incapaces de poner en tela de juicio el sentido de la propia realidad en la que vivimos. Nos dicen que una realidad es real y lo asumimos. Nos dicen que una ficción se basa en una realidad y enseguida intentamos probarlo. Los cuestionamientos no tardan en aparecer.
Y es pura naturaleza humana el hecho incontrovertible de doblegarse ante el mas fuerte y ser duro con el débil.
Vivimos en un mundo triste en el que las ficciones se han convertido en débiles, cuando durante miles de años nos han acompañado otorgando sentido a nuestra existencia e incluso idealizándolo. Ahora es el crédito y el consumo el que nos justifica.
O mejor dicho, una ficción ha podido con todas, las ha arrinconado consiguiendo su propósito de convertirse en realidad.
Y éste es otro síntoma de lo mal que están las cosas: la ficción de seres humanos que se pretenden realistas, con los pies en el suelo de una realidad que no es tal, que es una nube de cuyos efectos deshumanizadores sólo la capacidad de construcción de sentido y de idealización que poseen las ficciones pueden protegernos... pero esta es otra historia.
"The way back", sea verdad o no, es en cualquier caso un fascinante relato que muestra el espectáculo del ser humano en lucha con los elementos y otro espectáculo más fascinante, el del esfuerzo que los personajes hacen casi sin quererlo por no caer en la animalidad.
En algún momento, la bondad que Slavomir Rawicz (Jim Sturgess) muestra es definida por sus compañeros como un acto de debilidad del que en algún momento podrán beneficiarse, pero sucederá lo contrario. Será la capacidad para la entrega y la idealización de las situaciones de Rawicz la que tirará del grupo de escapados en situaciones y momentos críticos.
Porque el ser humano no es sólo la capacidad para reconocer el rigor de las circunstancias y las cosas sino también la capacidad y el entusiasmo para verlas de otra forma e intentar cambiarlas.
Y eso se nos ha olvidado.
No siempre es bueno ser realista... pero el poder siempre nos quiere así, realistas, responsables y como consecuencia de ello formales.
Me ha gustado "The way back".
1
"En El Capital, Marx ve el esfuerzo continuo por construir industrias más y más grandes como un rasgo característico del capitalismo: Como fanático de la valorización del valor, el capitalista constriñe implacablemente a la humanidad a producir por producir (...)Acumulación por la acumulación, producción por la producción misma... la producción a través del trabajo asalariado crea un proceso de acumulación compulsiva que ignora las necesidades humanas y los deseos individuales"
(La locura del mercado, Chris Harman)
Los mercados como manifestación esencial de nuestro mundo capitalista contemporáneo son también compulsivos, buscan la acumulación por la acumulación... La última crisis económica global es un buen ejemplo.
Son inhumanos e irracionales, esencialmente irresponsables con la sociedad a la que pertenecen.
Y el modo de insertar a los trabajadores en esa dinámica es domesticarlos mediante el crédito, la deuda y el deseo. Y lo peor de todo es que ha sido la propia izquierda "mainstream" la que ha puesto la última piedra de esa cárcel con su visión antropológica buenista del ser humano, despreciando la ética del sacrificio y el esfuerzo que fue el verdadero capital moral de la izquierda de los siglos precedentes. Y esta visión autocomplaciente y utópica privó al ser humano de sus armas más poderosas y aquel no tardó en ser contaminado por el hedonismo venenoso, derivando rápidamente hacia el deseo indiscriminado que ata al individuo a la máquina.
¿Por qué no merezco tener lo mismo (más bien sucedáneos)?
Con una respuesta positiva a esa pregunta empieza el camino de la esclavitud. Comienza todo.
Marx sigue vigente.
2
"El capitalismo se basa en un sistema de producción social que actualmente cuenta con una "plantilla" mundial de unos tres mil millones de personas. Sin embargo, la organización de la producción la llevan a cabo empresas separadas y rivales (algunas privadas, otras propiedad de estados nacionales) motivadas sólo por la necesidad de mantenerse a la cabeza de la competencia. El hecho de que todas las empresas exploten a sus asalariados significa que ninguna puede dormirse en los laureles. No importa cuánto éxito haya tenido una compañía en el pasado, siempre vive con el miedo de que una rival invierta sus beneficios en instalaciones y maquinaria nueva y más moderna. Por eso cada empresa debe estar continuamente preocupada por mantener sus beneficios más altos que las demás. Y eso significa que cada una intenta que sus trabajadores produzcan lo más posible por lo menos posible. Ningún capitalista se arriesga a estabilizarse, ya que eso significaría quedar detrás de sus competidores y, con el tiempo, quebrar.
Esto es lo que explica el dinamismo del capitalismo, la presión sobre cada capitalista por mantenerse por encima de los demás lleva a una renovación continua de las instalaciones y la maquinaria, y a una presión permanente sobre los trabajadores para crear los beneficios que hacen que la mejora sea posible. Pero esto es también lo que hace que el sistema sea inhumano.
En un mundo racional, la introducción de equipos que ahorran trabajo llevaría automáticamente a una mejora de los niveles de vida y una reducción de la jornada laboral. Pero eso no pasa bajo el capitalismo, donde cada empresa intenta reducir sus costes para mantenerse a flote, lo que significa mantener bajos los niveles de vida de los trabajadores.
La inhumanidad e irracionalidad de la toma de decisiones bajo el capitalismo son tan grandes que ni siquiera los jefes son libres para hacer lo que quieran. Pueden decidir explotar a sus trabajadores de una manera u otra, pero no pueden elegir no hacerlo, ni hacerlo en menor medida que otros capitalistas, a no ser que quieran quebrar. Ellos mismos están sujetos a un sistema que persigue su implacable objetivo sean cuales sean los sentimientos de los individuos. El capitalismo es una carrera de ratas. Cualquier empresario que no sea una rata, que intente tratar bien a sus trabajadores, poniendo sus necesidades por encima de la competitividad, no durará mucho tiempo."
(La locura del mercado, Chris Harman)
Es un Frankenstein que nos devora... y su mejor aliado es el animal que todos llevamos dentro y ese animal nunca está lo suficientemente seguro, nunca tiene suficiente alimento, nunca hace el suficiente calor en su cobijo durante el invierno.
El capitalismo es la manifestación cultural mas sofisticada de nuestra más pura animalidad, un sistema complejo movido por impulsos y en el que nuestra parte racional y moral sólo existe para justificarlos.
No es en absoluto un avance.
Es la peor parte del ser humano dominando a la mejor, el egoísmo imponiéndose al altruismo.
El capitalismo por encima de todo y en su origen es una enfermedad del alma que nos lleva al desastre de un mundo peor, a una paradoja de riqueza material y de miseria moral de la que todos somos cómplices.
3
La sociedad de consumo es el perfecto mecanismo de dominación.
La respuesta definitiva de la clase dominante a dos siglos de enfrentamiento.
Ahora pueden producir y acumular en paz... Y vaya si lo están haciendo, hasta niveles absurdos de riqueza que consisten en tener siete casas en lugar de cuatro o tres aviones en lugar de uno.
E inocentemente los humillados y ofendidos pensamos que van a tener suficiente, que nos van a dejar un pequeño lugar a cada uno de nosotros mientras nos drogamos entrando y saliendo de tiendas, supermercados y tiendas de ocio como si fueran fumaderos de opio, pero la verdad es que lo quieren todo. Es así de irracional el tema... si pudieran tener veinte casas las tendrían.
4
Como mínimo, y como dice Stephane Hèssel, deberíamos desconfiar, indignarnos.
"En El Capital, Marx ve el esfuerzo continuo por construir industrias más y más grandes como un rasgo característico del capitalismo: Como fanático de la valorización del valor, el capitalista constriñe implacablemente a la humanidad a producir por producir (...)Acumulación por la acumulación, producción por la producción misma... la producción a través del trabajo asalariado crea un proceso de acumulación compulsiva que ignora las necesidades humanas y los deseos individuales"
(La locura del mercado, Chris Harman)
Los mercados como manifestación esencial de nuestro mundo capitalista contemporáneo son también compulsivos, buscan la acumulación por la acumulación... La última crisis económica global es un buen ejemplo.
Son inhumanos e irracionales, esencialmente irresponsables con la sociedad a la que pertenecen.
Y el modo de insertar a los trabajadores en esa dinámica es domesticarlos mediante el crédito, la deuda y el deseo. Y lo peor de todo es que ha sido la propia izquierda "mainstream" la que ha puesto la última piedra de esa cárcel con su visión antropológica buenista del ser humano, despreciando la ética del sacrificio y el esfuerzo que fue el verdadero capital moral de la izquierda de los siglos precedentes. Y esta visión autocomplaciente y utópica privó al ser humano de sus armas más poderosas y aquel no tardó en ser contaminado por el hedonismo venenoso, derivando rápidamente hacia el deseo indiscriminado que ata al individuo a la máquina.
¿Por qué no merezco tener lo mismo (más bien sucedáneos)?
Con una respuesta positiva a esa pregunta empieza el camino de la esclavitud. Comienza todo.
Marx sigue vigente.
2
"El capitalismo se basa en un sistema de producción social que actualmente cuenta con una "plantilla" mundial de unos tres mil millones de personas. Sin embargo, la organización de la producción la llevan a cabo empresas separadas y rivales (algunas privadas, otras propiedad de estados nacionales) motivadas sólo por la necesidad de mantenerse a la cabeza de la competencia. El hecho de que todas las empresas exploten a sus asalariados significa que ninguna puede dormirse en los laureles. No importa cuánto éxito haya tenido una compañía en el pasado, siempre vive con el miedo de que una rival invierta sus beneficios en instalaciones y maquinaria nueva y más moderna. Por eso cada empresa debe estar continuamente preocupada por mantener sus beneficios más altos que las demás. Y eso significa que cada una intenta que sus trabajadores produzcan lo más posible por lo menos posible. Ningún capitalista se arriesga a estabilizarse, ya que eso significaría quedar detrás de sus competidores y, con el tiempo, quebrar.
Esto es lo que explica el dinamismo del capitalismo, la presión sobre cada capitalista por mantenerse por encima de los demás lleva a una renovación continua de las instalaciones y la maquinaria, y a una presión permanente sobre los trabajadores para crear los beneficios que hacen que la mejora sea posible. Pero esto es también lo que hace que el sistema sea inhumano.
En un mundo racional, la introducción de equipos que ahorran trabajo llevaría automáticamente a una mejora de los niveles de vida y una reducción de la jornada laboral. Pero eso no pasa bajo el capitalismo, donde cada empresa intenta reducir sus costes para mantenerse a flote, lo que significa mantener bajos los niveles de vida de los trabajadores.
La inhumanidad e irracionalidad de la toma de decisiones bajo el capitalismo son tan grandes que ni siquiera los jefes son libres para hacer lo que quieran. Pueden decidir explotar a sus trabajadores de una manera u otra, pero no pueden elegir no hacerlo, ni hacerlo en menor medida que otros capitalistas, a no ser que quieran quebrar. Ellos mismos están sujetos a un sistema que persigue su implacable objetivo sean cuales sean los sentimientos de los individuos. El capitalismo es una carrera de ratas. Cualquier empresario que no sea una rata, que intente tratar bien a sus trabajadores, poniendo sus necesidades por encima de la competitividad, no durará mucho tiempo."
(La locura del mercado, Chris Harman)
Es un Frankenstein que nos devora... y su mejor aliado es el animal que todos llevamos dentro y ese animal nunca está lo suficientemente seguro, nunca tiene suficiente alimento, nunca hace el suficiente calor en su cobijo durante el invierno.
El capitalismo es la manifestación cultural mas sofisticada de nuestra más pura animalidad, un sistema complejo movido por impulsos y en el que nuestra parte racional y moral sólo existe para justificarlos.
No es en absoluto un avance.
Es la peor parte del ser humano dominando a la mejor, el egoísmo imponiéndose al altruismo.
El capitalismo por encima de todo y en su origen es una enfermedad del alma que nos lleva al desastre de un mundo peor, a una paradoja de riqueza material y de miseria moral de la que todos somos cómplices.
3
La sociedad de consumo es el perfecto mecanismo de dominación.
La respuesta definitiva de la clase dominante a dos siglos de enfrentamiento.
Ahora pueden producir y acumular en paz... Y vaya si lo están haciendo, hasta niveles absurdos de riqueza que consisten en tener siete casas en lugar de cuatro o tres aviones en lugar de uno.
E inocentemente los humillados y ofendidos pensamos que van a tener suficiente, que nos van a dejar un pequeño lugar a cada uno de nosotros mientras nos drogamos entrando y saliendo de tiendas, supermercados y tiendas de ocio como si fueran fumaderos de opio, pero la verdad es que lo quieren todo. Es así de irracional el tema... si pudieran tener veinte casas las tendrían.
4
Como mínimo, y como dice Stephane Hèssel, deberíamos desconfiar, indignarnos.
miércoles, abril 20, 2011
martes, abril 19, 2011
"Otro elemento que favorece a la “gobernabilidad” es el consumismo. La cultura transmitida por los medios de comunicación no es una cultura solidaria sino una cultura que promueve el hedonismo individualista.
A nivel de las grandes masas se logró con éxito convertir lo superfluo en necesidad y al hacerlo y promover la compra a plazos se creó, como dice Tomás Moulián, un nuevo mecanismo de domesticación. El endeudamiento masivo no solo sirve para mantener o ampliar el mercado interno sino que opera también como un dispositivo de integración social.Es necesario asegurar el puesto de trabajo y hacer méritos que permitan lograr el ascenso profesional para lograr nuevas oportunidades de consumo: conseguir la casa propia, el automóvil, el más reciente equipo de audio, el último modelo de televisor.
El actual modelo a diferencia del modelo mercado-internista, no recurre a políticas populistas, recurre a someter al trabajador al cautiverio de sus deudas esclavo de la perpetua seducción de objetos que se ofrecen a sus ojos como realización de la verdadera vida. ¿Qué energía participativa, movilizadora, qué capacidad de riesgo puede tener un trabajador enfrentado tanto a la inestabilidad de su empleo como al cumplimiento religioso del pago de sus cuotas de crédito, cuyo incumplimiento lo transforma en un sub-hombre, alguien a quien le están negados los sueños futuros del confort?"
(Reconstruyendo la izquierda, Marta Harnecker)
A nivel de las grandes masas se logró con éxito convertir lo superfluo en necesidad y al hacerlo y promover la compra a plazos se creó, como dice Tomás Moulián, un nuevo mecanismo de domesticación. El endeudamiento masivo no solo sirve para mantener o ampliar el mercado interno sino que opera también como un dispositivo de integración social.Es necesario asegurar el puesto de trabajo y hacer méritos que permitan lograr el ascenso profesional para lograr nuevas oportunidades de consumo: conseguir la casa propia, el automóvil, el más reciente equipo de audio, el último modelo de televisor.
El actual modelo a diferencia del modelo mercado-internista, no recurre a políticas populistas, recurre a someter al trabajador al cautiverio de sus deudas esclavo de la perpetua seducción de objetos que se ofrecen a sus ojos como realización de la verdadera vida. ¿Qué energía participativa, movilizadora, qué capacidad de riesgo puede tener un trabajador enfrentado tanto a la inestabilidad de su empleo como al cumplimiento religioso del pago de sus cuotas de crédito, cuyo incumplimiento lo transforma en un sub-hombre, alguien a quien le están negados los sueños futuros del confort?"
(Reconstruyendo la izquierda, Marta Harnecker)
"El ideal clásico de la ciencia, el descubrimiento de un mundo inteligible pero sin memoria, sin historia, remite a la pesadilla anunciada por Kundera, Huxley y, sobre todo, Orwell: en «1984» la propia lengua está desgajada de su pasado, y por consiguiente también de su poder de invención de futuros, contribuye a hacer prisioneros a los hombres en un presente sin recurso ni alternativa. Esta pesadilla es la del poder, no ya la de la racionalidad científica. Esta no permite ya definir la supresión de la memoria, la eliminación de los relatos, la reducción de la imaginación como purificaciones, precio legítimo para la constitución de la sociedad en objeto de ciencia; por el contrario, ella lleva a caracterizarlas como mutilaciones destructoras de lo que se intenta comprender."
(Tiempo y eternidad, Ilya Prigogine)
El poder nos quiere única y exclusivamente centrados en el presente, sin ambiciones ni memoria.
(Tiempo y eternidad, Ilya Prigogine)
El poder nos quiere única y exclusivamente centrados en el presente, sin ambiciones ni memoria.
GOODBYE BAFANA
"Goodbye Bafana" narra la evolución personal de James Gregory, el carcelero del lider africano Nelson Mandela durante la mayor parte de los 30 años que estuvo preso en las cárceles sudafricanas. "Goodbye Bafana" es una película sobre la conciencia, sobre los ojos que miran y quieren ver una realidad injusta.
Poco a poco, Gregory (interpretado de manera correcta por el correcto "low profile" de Joseph Fiennes) va siendo consciente de lo injusto de una situación. Determinados sucesos puntuales marcan la evolución de Gregory hacia el cuestionamiento de una realidad desde dentro del sistema del Apartheid, toma de conciencia modesta que pondrá en cuestión su carrera hasta que la suerte y el propio desarrollo político de la situación sudafricana sacarán a Gregory del ostracismo devolviéndole al otro lado de la puerta que encierra a Mandela.
"Goodbye Bafana" tiene el defecto de ser quizá demasiado fría. La mirada de su director Bille August resulta demasiado distanciada, aspecto que perjudica a la película de manera ostensible porque esa frialdad se combina con la frialdad de su protagonista. En ciertos momentos de la película la mirada de Fiennes debería decir más, entre otras cosas porque es la única ventana que Bille August deja abierta para que el espectador se asome al verdadero contenido de la película, al emocional.
Claramente, y para mi gusto, esa doble frialdad lastra las posibilidades de la película.
Interesante, pero desaprovechada.
"Goodbye Bafana" narra la evolución personal de James Gregory, el carcelero del lider africano Nelson Mandela durante la mayor parte de los 30 años que estuvo preso en las cárceles sudafricanas. "Goodbye Bafana" es una película sobre la conciencia, sobre los ojos que miran y quieren ver una realidad injusta.
Poco a poco, Gregory (interpretado de manera correcta por el correcto "low profile" de Joseph Fiennes) va siendo consciente de lo injusto de una situación. Determinados sucesos puntuales marcan la evolución de Gregory hacia el cuestionamiento de una realidad desde dentro del sistema del Apartheid, toma de conciencia modesta que pondrá en cuestión su carrera hasta que la suerte y el propio desarrollo político de la situación sudafricana sacarán a Gregory del ostracismo devolviéndole al otro lado de la puerta que encierra a Mandela.
"Goodbye Bafana" tiene el defecto de ser quizá demasiado fría. La mirada de su director Bille August resulta demasiado distanciada, aspecto que perjudica a la película de manera ostensible porque esa frialdad se combina con la frialdad de su protagonista. En ciertos momentos de la película la mirada de Fiennes debería decir más, entre otras cosas porque es la única ventana que Bille August deja abierta para que el espectador se asome al verdadero contenido de la película, al emocional.
Claramente, y para mi gusto, esa doble frialdad lastra las posibilidades de la película.
Interesante, pero desaprovechada.
miércoles, abril 13, 2011
ARO TOLBUKHIN: EN LA MENTE DEL ASESINO
No es que el director mallorquín Agustín de Villaronga haga comedias precisamente. Su cine es oscuro y complejo, intenta profundizar en los aspectos sombríos del ser humano, en los sótanos y en los desvanes de nuestro yo racional, descorriendo cortinas y abriendo baúles en busca de los motivos que explican el sufrimiento y el dolor. Y en este sentido, la infancia y la adolescencia como territorios donde las cosas siempre suceden por primera vez -y las huellas que dejan esos primeros acontecimientos permanecen para siempre guardadas en esos lugares de olvido- son los lugares donde se resuelve lo esencial de su cine.
Con "Aro Tolbukhin", Villaronga conjura de nuevo a todos sus demonios preferidos y sus obsesiones. Valiéndose de un formato documental combinado con dramatizaciones, el mallorquín intenta comprender las razones que llevaron al hungaro Aro Tolbukhin a convertirse en un asesino en serie en la Guatemala de principios de la década de los ochentas del siglo pasado.
Y como no podía ser de otra forma, la explicación siempre se encuentra al principio de todo, cuando todo comienza, con una historia heterodoxa y extrema que sucede más allá de los límites definidos socialmente para los sentimientos y con la familia convertida en fábrica de tullidos como terreno de juego.
Como una vez dijo Hunter S. Thompson, sólo los que han estado más allá de la línea saben en qué consiste estar allí... pero jamás regresan y el protagonista de esta película es uno de esos personajes que fueron más allá y no pudieron regresar. Y Villaronga quiere mostrarnos sus razones, describirnos los tonos que componen el aroma corrupto destilado por esta flor del mal con aspecto de ser humano.
No se trata de si este personaje existió o no, que es un debate que acompaña a esta película desde su estreno. El interés de Villaronga es mostrar las causas del mal infringido: el insoportable dolor, la traicionera soledad que a veces lleva a las personas a convertirse en monstruos casi sin quererlo, poco a poco, a base de mucha ausencia de amor y de mucha presencia del sufrimiento.
En las raíces del mal, siempre hay un mal infringido.
Su planteamiento nunca será mayoritario.
Brillante.
No es que el director mallorquín Agustín de Villaronga haga comedias precisamente. Su cine es oscuro y complejo, intenta profundizar en los aspectos sombríos del ser humano, en los sótanos y en los desvanes de nuestro yo racional, descorriendo cortinas y abriendo baúles en busca de los motivos que explican el sufrimiento y el dolor. Y en este sentido, la infancia y la adolescencia como territorios donde las cosas siempre suceden por primera vez -y las huellas que dejan esos primeros acontecimientos permanecen para siempre guardadas en esos lugares de olvido- son los lugares donde se resuelve lo esencial de su cine.
Con "Aro Tolbukhin", Villaronga conjura de nuevo a todos sus demonios preferidos y sus obsesiones. Valiéndose de un formato documental combinado con dramatizaciones, el mallorquín intenta comprender las razones que llevaron al hungaro Aro Tolbukhin a convertirse en un asesino en serie en la Guatemala de principios de la década de los ochentas del siglo pasado.
Y como no podía ser de otra forma, la explicación siempre se encuentra al principio de todo, cuando todo comienza, con una historia heterodoxa y extrema que sucede más allá de los límites definidos socialmente para los sentimientos y con la familia convertida en fábrica de tullidos como terreno de juego.
Como una vez dijo Hunter S. Thompson, sólo los que han estado más allá de la línea saben en qué consiste estar allí... pero jamás regresan y el protagonista de esta película es uno de esos personajes que fueron más allá y no pudieron regresar. Y Villaronga quiere mostrarnos sus razones, describirnos los tonos que componen el aroma corrupto destilado por esta flor del mal con aspecto de ser humano.
No se trata de si este personaje existió o no, que es un debate que acompaña a esta película desde su estreno. El interés de Villaronga es mostrar las causas del mal infringido: el insoportable dolor, la traicionera soledad que a veces lleva a las personas a convertirse en monstruos casi sin quererlo, poco a poco, a base de mucha ausencia de amor y de mucha presencia del sufrimiento.
En las raíces del mal, siempre hay un mal infringido.
Su planteamiento nunca será mayoritario.
Brillante.
martes, abril 12, 2011
EN UN MUNDO MEJOR
La ganadora del Oscar y del Globo de Oro a la mejor película extranjera es una película más que estimable.
"En un mundo mejor" cuenta varias historias que se entrecruzan a lo largo de su duración. Esta la historia de un padre y de su hijo bajo el impacto de la muerte de la esposa y de la madre por un cáncer, también se nos narra la historia de una pareja de médicos en crisis, separados por la dedicación de él como cooperante en Africa y por último está la historia que une a estas dos historias, la que sucede en el colegio al que acuden Christian, el hijo sin madre e Iván, el hijo mayor del matrimonio de médicos.
Y lo más importante que presente "En un mundo mejor" es el modo casi documental en que todos y cada uno de estos personajes se enfrentan a su propia situación en un mundo complicado, lleno de estímulos negativos basados en la frustración y la violencia que lo hacen todo aún más complicado. A lo largo de su duración, "En un mundo mejor" nos muestra el esfuerzo individual por encontrar un sentido, una situación de equilibro por encima de las circunstancias que todos y cada uno de los personajes viven.
Y en este sentido, el personaje de Anton, el médico cooperante, resume en si mismo el esfuerzo de los personajes elevándolo a los laicos altares de la condición humana, porque Anton es el perfecto y medido retrato de un hombre bueno, esforzándose constantemente por hacer lo que considera correcto pese a los obstáculos que constantemente sus propias imperfecciones y las de un mundo -que en absoluto es mejor-, le plantean.
La clase de seres humanos a la que pertenece Anton son los que hacen que este mundo sea mejor y en su triunfo descansa la utópica posibilidad de que así sea.
Y si algo queda claro tras la visión de "En un mundo mejor" es la responsabilidad individual que cada uno tenemos en el día a día para que las cosas mejoren. El esfuerzo de Anton y del resto de personajes, contra si mismos y sus circunstancias, así lo demuestran.
"En un mundo mejor" es una crónica casi documental que nos muestra la escasa distancia que separa el encontrarse del perderse.
Lo importante no es la constatación de un entorno hostil y violento al que hay que enfrentarse, sino la posibilidad real de seres humanos como Anton, en su actitud descansa la posibilidad de un mundo mejor.
Brillante.
La ganadora del Oscar y del Globo de Oro a la mejor película extranjera es una película más que estimable.
"En un mundo mejor" cuenta varias historias que se entrecruzan a lo largo de su duración. Esta la historia de un padre y de su hijo bajo el impacto de la muerte de la esposa y de la madre por un cáncer, también se nos narra la historia de una pareja de médicos en crisis, separados por la dedicación de él como cooperante en Africa y por último está la historia que une a estas dos historias, la que sucede en el colegio al que acuden Christian, el hijo sin madre e Iván, el hijo mayor del matrimonio de médicos.
Y lo más importante que presente "En un mundo mejor" es el modo casi documental en que todos y cada uno de estos personajes se enfrentan a su propia situación en un mundo complicado, lleno de estímulos negativos basados en la frustración y la violencia que lo hacen todo aún más complicado. A lo largo de su duración, "En un mundo mejor" nos muestra el esfuerzo individual por encontrar un sentido, una situación de equilibro por encima de las circunstancias que todos y cada uno de los personajes viven.
Y en este sentido, el personaje de Anton, el médico cooperante, resume en si mismo el esfuerzo de los personajes elevándolo a los laicos altares de la condición humana, porque Anton es el perfecto y medido retrato de un hombre bueno, esforzándose constantemente por hacer lo que considera correcto pese a los obstáculos que constantemente sus propias imperfecciones y las de un mundo -que en absoluto es mejor-, le plantean.
La clase de seres humanos a la que pertenece Anton son los que hacen que este mundo sea mejor y en su triunfo descansa la utópica posibilidad de que así sea.
Y si algo queda claro tras la visión de "En un mundo mejor" es la responsabilidad individual que cada uno tenemos en el día a día para que las cosas mejoren. El esfuerzo de Anton y del resto de personajes, contra si mismos y sus circunstancias, así lo demuestran.
"En un mundo mejor" es una crónica casi documental que nos muestra la escasa distancia que separa el encontrarse del perderse.
Lo importante no es la constatación de un entorno hostil y violento al que hay que enfrentarse, sino la posibilidad real de seres humanos como Anton, en su actitud descansa la posibilidad de un mundo mejor.
Brillante.
domingo, abril 10, 2011
LA LEGIÓN DEL AGUILA
Entretenida película de aventuras con la Britania ocupada por Roma de fondo.
Marco Aquila regresa como comandante de un puesto avanzado, sobre su familia cae la vergüenza y el deshonor y su objetivo principal es lavar esa mancha. Veinte años antes, su padre estaba al mando de la Novena Legión que desapareció sin dejar rastro en tierras bárbaras, incluyendo el águila que representa el honor de Roma. Con ayuda de su esclavo Esca, Aquila emprenderá la aventura de recuperar ese águila y con ella el perdido honor de su familia.
Por encima de todo, "La legión del águila" es una película de aventuras de corte clásico, que sin pretensiones de ningún tipo resulta entretenida hasta su final, si bien éste resulta demasiado previsible y fácil, no estando a la altura de la historia que culmina y lastrando la impresión que deja la película.
Se agradece la ausencia de efectos especiales, descansando todo el peso de la misma en los personajes, en los sentimientos buenos o malos que aquellos albergan y las situaciones dramáticas a cuyos rigores sus respectivos intereses les exponen. Y lo mejor que se puede decir de "La legión del águila" es que se trata de una de esas historias que bien puede uno encontrarse en alguna película antigua en cinemascope y technicolor.
Entretenida.
Entretenida película de aventuras con la Britania ocupada por Roma de fondo.
Marco Aquila regresa como comandante de un puesto avanzado, sobre su familia cae la vergüenza y el deshonor y su objetivo principal es lavar esa mancha. Veinte años antes, su padre estaba al mando de la Novena Legión que desapareció sin dejar rastro en tierras bárbaras, incluyendo el águila que representa el honor de Roma. Con ayuda de su esclavo Esca, Aquila emprenderá la aventura de recuperar ese águila y con ella el perdido honor de su familia.
Por encima de todo, "La legión del águila" es una película de aventuras de corte clásico, que sin pretensiones de ningún tipo resulta entretenida hasta su final, si bien éste resulta demasiado previsible y fácil, no estando a la altura de la historia que culmina y lastrando la impresión que deja la película.
Se agradece la ausencia de efectos especiales, descansando todo el peso de la misma en los personajes, en los sentimientos buenos o malos que aquellos albergan y las situaciones dramáticas a cuyos rigores sus respectivos intereses les exponen. Y lo mejor que se puede decir de "La legión del águila" es que se trata de una de esas historias que bien puede uno encontrarse en alguna película antigua en cinemascope y technicolor.
Entretenida.
"Entonces, hace unos 10.000 años, en diferentes partes del mundo, el trabajo humano empezó a incluir el cultivo y la domesticación de animales. Pero la organización del trabajo aún no implicaba que un grupo social ganduleara inactivo mientras todos los demás trabajaban. Aún existía una cierta igualdad entre todos los hombres y mujeres, con una redistribución de la comida, el refugio y la ropa de acuerdo con las necesidades de la gente, una situación que se mantuvo en muchas partes del mundo hasta las conquistas coloniales del siglo XIX.
En esas sociedades no encontramos ningún rastro del "egoísmo", la "avaricia" y la "competitividad" de la "naturaleza humana" que damos por hecho bajo el capitalismo. Así, un observador del siglo XVIII de los cultivadores iroqueses explicó:
Si una cabaña de iroqueses hambrientos encuentra a otra con las provisiones no totalmente exhaustas, los últimos comparten con los recién llegados lo poco que les queda sin esperar a que se lo pidan, aunque así se estén exponiendo ellos mismos a los mismos riesgos de morir que aquellos a quienes ayudan.
Sobre otro grupo, los Montagnais, un jesuita escribió:
La ambición y la avaricia no existen en los grandes bosques (...) se contentan con el mero hecho de vivir, ninguno de ellos se ha vendido al diablo para conseguir riqueza.
Y un estudio clásico de los ganaderos Nuer de África del Este informaba que "En general podemos decir que nadie muere de hambre en un poblado Nuer a no ser que todos se estén muriendo de hambre"."
(La locura del mercado, Chris Harman)
En esas sociedades no encontramos ningún rastro del "egoísmo", la "avaricia" y la "competitividad" de la "naturaleza humana" que damos por hecho bajo el capitalismo. Así, un observador del siglo XVIII de los cultivadores iroqueses explicó:
Si una cabaña de iroqueses hambrientos encuentra a otra con las provisiones no totalmente exhaustas, los últimos comparten con los recién llegados lo poco que les queda sin esperar a que se lo pidan, aunque así se estén exponiendo ellos mismos a los mismos riesgos de morir que aquellos a quienes ayudan.
Sobre otro grupo, los Montagnais, un jesuita escribió:
La ambición y la avaricia no existen en los grandes bosques (...) se contentan con el mero hecho de vivir, ninguno de ellos se ha vendido al diablo para conseguir riqueza.
Y un estudio clásico de los ganaderos Nuer de África del Este informaba que "En general podemos decir que nadie muere de hambre en un poblado Nuer a no ser que todos se estén muriendo de hambre"."
(La locura del mercado, Chris Harman)
sábado, abril 09, 2011
THE LAST STATION
Todo un descubrimiento esta película de Michael Hoffman.
Centrada en los últimos meses de la vida del genial escritor ruso Leon Tolstoy, "The last station" utiliza este soporte histórico real para hacer un discurso hermoso sobre esa cosa extraña que llamamos amor, poniendo el tiempo de por medio.
Valentin un jóven admirador del escritor ruso es enviado como secretario personal a su casa de campo, allí conocerá de primera mano la conflictiva relación que existe en el anciano matrimonio Tolstoy. Al mismo tiempo se enamorará de la joven Masha.
Amor en la juventud y amor en la vejez, siempre complicados, porque nos toca aquello que casi nunca suele tocarse, pero siempre también abriéndose paso por encima de todas las circunstancias y por el simple hecho del misterioso poder vinculante entre seres humanos que encierra este inmarcesible y proteico sentimiento.
Extraordinaria.
jueves, abril 07, 2011
"Nos enfrentamos a un gran acertijo para el que ninguno de los grandes partidos políticos tiene respuesta. Se produce más riqueza que en cualquier otro momento de la historia. Hay invenciones que pueden incrementar la producción de todo tipo de cosas, incluyendo los alimentos básicos que les son negados a generaciones enteras. Los seres humanos pueden conquistar el espacio exterior y explorar los océanos. Pueden utilizar máquinas increíbles o mandar información de una parte del mundo a otra en una fracción de segundo. Sin embargo, conseguir llevar una vida decente cada vez es más difícil. La gente, en lugar de esperar vivir en condiciones más prósperas y cómodas, muchas veces vive con el miedo a que la situación empeore. La pobreza, en lugar de desaparecer, crece."
(La locura del mercado, Chris Harman)
(La locura del mercado, Chris Harman)
miércoles, abril 06, 2011
KILL BILL (Vol 2)
Muchos aspectos del cine de Tarantino me producen mucho rechazo. Ya he escrito más de una vez a este respecto, pero tengo que decir que hay otras cosas que me entusiasman locamente, especialmente su capacidad para producir diálogos maravillosos, inolvidables, inspirados.
Tampoco tengo duda de que esta segunda parte de esta historia épica en dos entregas de una madre que quiere romper con su pasado criminal, aunque eso implique amputarse una buena parte de su corazón, es objetivamente (si es que la objetividad es posible) una de las mejores películas de Quentin Tarantino.
Resulta curioso, pero en este "Kill Bill", en sus dos entregas, compone un compendio de los vicios y las virtudes de Quentin Tarantino como cineasta. Incluso, y para mi gusto, la primera entrega concentra todas las desventajas (descuido por la narración, apoteosis del cliché, acción enloquecida y sangrienta) mientras que la segunda concentra todas las virtudes destacando especialmente, como ya he escrito, el talento inigualable que Tarantino tiene para construir diálogos memorables... pero también la capacidad para construir artilugios narrativos, historias complejas y laberínticas que llevan de sorpresa en sorpresa al espectador con un continuo cambio de tonos y texturas narrativas.
Resumiendo, y como si fuese su mujer, me gusta el Tarantino ordenado y estructurado, el que no se deja fagocitar en exceso por sus referentes de cine exploit (que no me gustan nada), que no se vuelve loco y nos cuenta meros baños de sangre que suceden porque sí, como copiados a escala de su memoria. Y este segundo volumen de Kill Bill rebosa talento por todas partes... su talento.
Y tengo que decir que, para mi gusto, este volumen tiene un punto teatral, de juego astuto entre personajes que hace de la palabra el arma mejor y más definitiva.
Brillante.
lunes, abril 04, 2011
"Las ondas de probabilidad, resuelven en cierto sentido el absurdo de las partículas que son ondas, llevándolo a un contexto totalmente nuevo, pero al mismo tiempo nos conducen a otro par de conceptos opuestos tal vez más fundamental todavía: los de la existencia y la no existencia. Este par de opuestos también es trascendido por la realidad atómica. Nunca es posible decir que una partícula atómica existe en un lugar determinado, ni tampoco podernos decir que no exista. Al ser un patrón de probabilidad, la partícula tiene tendencias a existir en diversos lugares y así manifiesta una extraña especie de realidad física que oscila entre la existencia y la no-existencia. Por lo tanto, el estado de la partícula no puede ser descrito en términos de conceptos opuestos fijos. La partícula no está presente en un lugar definido, ni tampoco está ausente. No cambia su posición, ni permanece en reposo. Lo que cambia es el patrón de probabilidad y de este modo cambian sus tendencias a existir en ciertos lugares."
(El Tao de la física, Frijot Capra)
(El Tao de la física, Frijot Capra)
SUNSHINE CLEANING
El llamado "cine independiente norteamericano" explora (y explota) hasta la extenuación la "long tail" del sueño americano.
Personajes heterodoxos, cuando no directamente marginales, protagonizan historias sencillas, basadas en la palabra, en las que de algún modo intentan sobrevivir y sobrevivirse en los callejones y suburbios de la vida norteamericana.
No descubro nada nuevo si digo que ese cine independiente tiene cada vez menos ese carácter independiente que en un principio tenía. La industria lo ha fagocitado reproduciendo una estructura a la división existente en la gran época de los estudios entre las películas A y las B.
El cine independiente se ha convertido en una especie de serie B donde historias pequeñas y de bajo presupuesto, basadas en las emociones y en los diálogos principalmente compiten con las grandes producciones.
"Sunshine cleaning" es un nuevo ejemplo de este cine, si bien tengo que decir que no se encuentra entre los más aplicados.
Esta historia de dos hermanas procedentes de una familia funcional que intentan reconducir sus vidas pasando por encima del caos que tienen dentro del alma y fuera, alrededor de sus vidas, tiene un perfil bajo, casi monótono. Y uno tiene la impresión de que la historia tiene más posibilidades de las que muestra, de que sucede desaprovechada, como narrada por un funcionario de fomento insomne.
La historia carece de vida, un aspecto que debería ser una característica diferencial y esencial del cine independiente, pareciendo una pálida copia de otras películas similares y limitándose a recitar unas situaciones y diálogos que parecen conocidos de memoria.
El esfuerzo por salir adelante de los protagonistas debería dar para mucho más.
Tibia y distante.
El llamado "cine independiente norteamericano" explora (y explota) hasta la extenuación la "long tail" del sueño americano.
Personajes heterodoxos, cuando no directamente marginales, protagonizan historias sencillas, basadas en la palabra, en las que de algún modo intentan sobrevivir y sobrevivirse en los callejones y suburbios de la vida norteamericana.
No descubro nada nuevo si digo que ese cine independiente tiene cada vez menos ese carácter independiente que en un principio tenía. La industria lo ha fagocitado reproduciendo una estructura a la división existente en la gran época de los estudios entre las películas A y las B.
El cine independiente se ha convertido en una especie de serie B donde historias pequeñas y de bajo presupuesto, basadas en las emociones y en los diálogos principalmente compiten con las grandes producciones.
"Sunshine cleaning" es un nuevo ejemplo de este cine, si bien tengo que decir que no se encuentra entre los más aplicados.
Esta historia de dos hermanas procedentes de una familia funcional que intentan reconducir sus vidas pasando por encima del caos que tienen dentro del alma y fuera, alrededor de sus vidas, tiene un perfil bajo, casi monótono. Y uno tiene la impresión de que la historia tiene más posibilidades de las que muestra, de que sucede desaprovechada, como narrada por un funcionario de fomento insomne.
La historia carece de vida, un aspecto que debería ser una característica diferencial y esencial del cine independiente, pareciendo una pálida copia de otras películas similares y limitándose a recitar unas situaciones y diálogos que parecen conocidos de memoria.
El esfuerzo por salir adelante de los protagonistas debería dar para mucho más.
Tibia y distante.
Habla,
tiende un cálido y cristalino
puente de precisas palabras
que quiebre con medido acierto
esta distancia inmensa
sucediendo en el escaso espacio
que separa dos silencios.
Recuerda que existe el tiempo,
que nada es eterno,
que todo tiene su momento
y que los momentos pasan,
se evaporan de la copa,
vuelan casi sin quererlo.
tiende un cálido y cristalino
puente de precisas palabras
que quiebre con medido acierto
esta distancia inmensa
sucediendo en el escaso espacio
que separa dos silencios.
Recuerda que existe el tiempo,
que nada es eterno,
que todo tiene su momento
y que los momentos pasan,
se evaporan de la copa,
vuelan casi sin quererlo.
CLINT EASTWOOD
¿Es Clint Eastwood un autor?
No me cabe la menor duda.
Su cine plantea siempre un conflicto entre el bien y el mal y tanto uno como otro siempre son consecuencia de las decisiones que los individuos toman. Siempre existe una pulsión para hacer lo correcto o lo incorrecto que convierte a los individuos en buenos o malos. El oficial Ybarra en "Changeling" pudo obedecer las ordenes de su corrupto capitán y olvidarse de la confesión del chico, pero decide que lo correcto es comprobar si hay veinte cadáveres de niños en esa polvorienta granja.
En este sentido, las historias del Eastwood suceden en un entorno complejo, deteriorado, en el que es difícil mantenerse intacto: la época inmediatamente posterior a la guerra de secesión en "The outlaw Josie Welles" o la situación de marginalidad que afecta al barrio donde vive el protagonista de "Gran Torino". Este entorno, como la vida misma, pone a prueba a los personajes que protagonizan la historia. Les exige situarse a un lado o a otro de la línea que separa lo correcto de lo incorrecto dentro de sus propias conciencias. Y el conflicto exterior siempre es una consecuencia de la resolución de un conflicto interior a través de la toma de una decisión que a veces es tan simple como no hacer caso de las amenazas y quedarse, como sucede en "El jinete pálido".
Y este conflicto casi siempre es presenciado por un personaje como el que interpreta Morgan Freeman en "Million Dollar Baby", aunque Eastwood suele preferir que ese papel lo desempeñen niños, niños que ya pueden ser adultos como los hijos de la protagonista de "Los puentes de Madison" o pueden ser el chaval que sigue a Kevin Costner por las carreteras del Sur de los Estados Unidos en "Un mundo perfecto". La mirada de estos personajes proporciona un necesario elemento sublimador de las decisiones morales de los protagonistas, los hace trascender con la admiración y el respeto que proyectan al espectador.
Porque Eastwood reivindica la necesidad de individuos sólidos, con criterio y ética propia, capaz de decidir desde la moral y con su ejemplo enfrentarse a un mundo cruel, lleno de intereses materiales en el que los individuos se pierden.
En este sentido, "Intercambio" es reveladora. Una de las mejores cosas que tiene la película es la sucesión de personajes que aparecen en el camino que la protagonista toma en busca de la verdad de su hijo. Estos personajes aparecen y desaparecen. Son el dentista, la profesora, la prostituta encerrada en el psiquiátrico, el reverendo, el abogado... Todos ellos toman decisiones altruistas, en favor de la verdad y de la protagonista y en contra de un sistema policial ante el que otros, como el médico psiquiatra, se pliegan. Y resultan conmovedores la entereza y el valor con el que asumen su pequeño gran papel dentro de la historia. La pulsión hacia la verdad les puede y son consecuentes con ella sin tener en cuenta otra cosa, sin calcular o temer los posibles perjuicios.
La injusticia está ahí y su presencia es simplemente insoportable. Debe ser combatida.
Y en este sentido, el cine del viejo Eastwood nos habla directamente al corazón. Sus personajes nos emocionan por la inevitable franqueza moral con el que se enfrentan al conflicto dramático que despliega la historia.
Los personajes de Eastwood no pierden nunca la cara a una realidad injusta que intenta aplastarles. Tienen la grandeza moral de sobreponerse a esa realidad, de luchar contra ella para intentar cambiarla, una grandeza que sale de un puro interior que les impide ser de otra forma.
Son responsables. Tienen claro que la batalla por un mundo mejor siempre empieza en el interior de cada uno y se manifiesta en las decisiones que diariamente cada uno toma.
¿Es Clint Eastwood un autor?
No me cabe la menor duda.
Su cine plantea siempre un conflicto entre el bien y el mal y tanto uno como otro siempre son consecuencia de las decisiones que los individuos toman. Siempre existe una pulsión para hacer lo correcto o lo incorrecto que convierte a los individuos en buenos o malos. El oficial Ybarra en "Changeling" pudo obedecer las ordenes de su corrupto capitán y olvidarse de la confesión del chico, pero decide que lo correcto es comprobar si hay veinte cadáveres de niños en esa polvorienta granja.
En este sentido, las historias del Eastwood suceden en un entorno complejo, deteriorado, en el que es difícil mantenerse intacto: la época inmediatamente posterior a la guerra de secesión en "The outlaw Josie Welles" o la situación de marginalidad que afecta al barrio donde vive el protagonista de "Gran Torino". Este entorno, como la vida misma, pone a prueba a los personajes que protagonizan la historia. Les exige situarse a un lado o a otro de la línea que separa lo correcto de lo incorrecto dentro de sus propias conciencias. Y el conflicto exterior siempre es una consecuencia de la resolución de un conflicto interior a través de la toma de una decisión que a veces es tan simple como no hacer caso de las amenazas y quedarse, como sucede en "El jinete pálido".
Y este conflicto casi siempre es presenciado por un personaje como el que interpreta Morgan Freeman en "Million Dollar Baby", aunque Eastwood suele preferir que ese papel lo desempeñen niños, niños que ya pueden ser adultos como los hijos de la protagonista de "Los puentes de Madison" o pueden ser el chaval que sigue a Kevin Costner por las carreteras del Sur de los Estados Unidos en "Un mundo perfecto". La mirada de estos personajes proporciona un necesario elemento sublimador de las decisiones morales de los protagonistas, los hace trascender con la admiración y el respeto que proyectan al espectador.
Porque Eastwood reivindica la necesidad de individuos sólidos, con criterio y ética propia, capaz de decidir desde la moral y con su ejemplo enfrentarse a un mundo cruel, lleno de intereses materiales en el que los individuos se pierden.
En este sentido, "Intercambio" es reveladora. Una de las mejores cosas que tiene la película es la sucesión de personajes que aparecen en el camino que la protagonista toma en busca de la verdad de su hijo. Estos personajes aparecen y desaparecen. Son el dentista, la profesora, la prostituta encerrada en el psiquiátrico, el reverendo, el abogado... Todos ellos toman decisiones altruistas, en favor de la verdad y de la protagonista y en contra de un sistema policial ante el que otros, como el médico psiquiatra, se pliegan. Y resultan conmovedores la entereza y el valor con el que asumen su pequeño gran papel dentro de la historia. La pulsión hacia la verdad les puede y son consecuentes con ella sin tener en cuenta otra cosa, sin calcular o temer los posibles perjuicios.
La injusticia está ahí y su presencia es simplemente insoportable. Debe ser combatida.
Y en este sentido, el cine del viejo Eastwood nos habla directamente al corazón. Sus personajes nos emocionan por la inevitable franqueza moral con el que se enfrentan al conflicto dramático que despliega la historia.
Los personajes de Eastwood no pierden nunca la cara a una realidad injusta que intenta aplastarles. Tienen la grandeza moral de sobreponerse a esa realidad, de luchar contra ella para intentar cambiarla, una grandeza que sale de un puro interior que les impide ser de otra forma.
Son responsables. Tienen claro que la batalla por un mundo mejor siempre empieza en el interior de cada uno y se manifiesta en las decisiones que diariamente cada uno toma.
PELLE EL CONQUISTADOR
Dirigida por Bille August en 1987, "Pelle el conquistador" cuenta la historia de Lasse y Pelle, un padre y su hijo que emigran desde su natal Suecia a la vecina Dinamarca en busca de una vida mejor. Allí serán contratados en condiciones casi de esclavitud para trabajar en una explotación agraria.
Pelle y su padre serán el núcleo central en torno al que se desplegarán una serie de historias, de mayor o menor dramatismo, que los tendrán como protagonistas o testigos. En este sentido, hay una línea narrativa que es el paso del tiempo en la granja, la sucesión de las estaciones y en torno a este discurrir natural se irán sucediendo los personajes y situaciones para constituir un folletín de inspiración dickensiana en toda la extensión de la palabra.
En este sentido, sentimentalismo y acerada critica social se combinan en "Pelle el conquistador" para componer la crónica de la forja de una carácter, el de su niño protagonista. Todas esas historias que Pelle vive o ve como espectador contribuyen a componer un determinado punto de vista hacia el mundo y las cosas que harán inevitable su primera decisión, una decisión con la que la historia termina aunque esta claro que la verdadera historia de Pelle empieza en ese mismo momento.
Inolvidable.
Dirigida por Bille August en 1987, "Pelle el conquistador" cuenta la historia de Lasse y Pelle, un padre y su hijo que emigran desde su natal Suecia a la vecina Dinamarca en busca de una vida mejor. Allí serán contratados en condiciones casi de esclavitud para trabajar en una explotación agraria.
Pelle y su padre serán el núcleo central en torno al que se desplegarán una serie de historias, de mayor o menor dramatismo, que los tendrán como protagonistas o testigos. En este sentido, hay una línea narrativa que es el paso del tiempo en la granja, la sucesión de las estaciones y en torno a este discurrir natural se irán sucediendo los personajes y situaciones para constituir un folletín de inspiración dickensiana en toda la extensión de la palabra.
En este sentido, sentimentalismo y acerada critica social se combinan en "Pelle el conquistador" para componer la crónica de la forja de una carácter, el de su niño protagonista. Todas esas historias que Pelle vive o ve como espectador contribuyen a componer un determinado punto de vista hacia el mundo y las cosas que harán inevitable su primera decisión, una decisión con la que la historia termina aunque esta claro que la verdadera historia de Pelle empieza en ese mismo momento.
Inolvidable.
domingo, abril 03, 2011
""El país entero se vio atrapado en una burbuja. La banca experimentó un desarrollo repentino, algo que ahora vemos como algo estúpido e irresponsable. Pero la gente hizo algo parecido. Las reglas normales de las finanzas quedaron suspendidas y entramos en la era del todo vale: dos casas, tres casas por familia, un Range Rover, una moto de nieve. Los salarios subían, la riqueza parecía salir de la nada, las tarjetas de crédito echaban humo", explica Ásgeir Jonsson, ex economista jefe de Kaupthing. El también economista Magnus Skulasson asume que esa locura colectiva llevó a un país entero a parecer dominado por los valores de Wall Street, de la banca de inversión más especulativa. "Los islandeses hemos contribuido decisivamente a que pasara lo que pasó, por permitir que el Gobierno y la banca hicieran lo que hicieron, pero también participamos de esa combinación de codicia y estupidez. Los bancos merecen sentarse en el banquillo y nosotros nos merecemos una parte del castigo: pero solo una parte", afirma en el restaurante de un céntrico hotel."
(Islandia enjaula a sus banqueros, El Pais)
La responsabilidad es colectiva... La locura fue colectiva.
(Islandia enjaula a sus banqueros, El Pais)
La responsabilidad es colectiva... La locura fue colectiva.
sábado, abril 02, 2011
1
"La producción cultural refleja la etapa final del modo de vida capitalista, cuya misión esencial ha sido siempre la de incorporar cada vez mayor parte de la actividad humana al terreno del comercio. La progresión que conduce las prioridades económicas de los bienes manufacturados a la provisión de los servicios básicos, a la comercializa-ción de las relaciones humanas y finalmente a vender el acceso a las experiencias culturales es un testimonio de la determinación unilateral de la esfera comercial que acaba por convertir todas las relaciones en relaciones económicas..."
2
"La marcha capitalista, que comenzó con la mercantilización del espacio y de los materiales, terminará con la mercantilización del tiempo y la duración de la vida humana. La venta creciente de cultura en forma de actividad humana como pago por evento conduce rápidamente a un mundo en el cual los tipos pecuniarios de relación humana sustituyen a las relaciones sociales tradiciona-les. Imaginemos un mundo en el cual prácticamente toda actividad exterior a los límites estrictos de las relaciones familiares se convierte en una experiencia de pago, un mundo en el cual las obliga-ciones y expectativas de reciprocidad —mediadas por sentimientos de confianza, empatía y solida-ridad— se sustituyen por relaciones contractuales de pago en la forma de adscripciones, suscrip-ciones, tasas de admisión, cuotas y contratos..."
3
"Pensemos por un momento cuántas de nuestras interacciones cotidianas con otros seres humanos cercanos ya están unidas a relaciones estrictamente comerciales. De manera creciente compramos el tiempo de otros, su afecto y cuidado, su simpatía y atención. Compramos la diver-sión y la información culta, la elegancia y el aspecto, y en medio otras muchas cosas —incluso el mismo discurrir del tiempo ya es una forma de control y fichaje—. La vida resulta cada vez mas mercantilizada y desaparecen las diferencias entre comunicación, comunión y comercio..."
4
"Ahora la economía ha puesto sus miras en la última esfera de la actividad humana que restaba por mercantilizar: la cultura. Los rituales culturales, las actividades comunitarias, las reuniones socia-les, el arte, los deportes y los juegos, los movimientos sociales y la actividad cívica, todo resulta invadido por la esfera comercial. El gran tema para los años venideros es ver si la civilización pue-de sobrevivir a una amplia reducción de la esfera estatal y cultural en la cual el ámbito comercial queda como mediador exclusivo y primordial de la vida humana."
(La era del acceso, Jeremy Rifkin)
"La producción cultural refleja la etapa final del modo de vida capitalista, cuya misión esencial ha sido siempre la de incorporar cada vez mayor parte de la actividad humana al terreno del comercio. La progresión que conduce las prioridades económicas de los bienes manufacturados a la provisión de los servicios básicos, a la comercializa-ción de las relaciones humanas y finalmente a vender el acceso a las experiencias culturales es un testimonio de la determinación unilateral de la esfera comercial que acaba por convertir todas las relaciones en relaciones económicas..."
2
"La marcha capitalista, que comenzó con la mercantilización del espacio y de los materiales, terminará con la mercantilización del tiempo y la duración de la vida humana. La venta creciente de cultura en forma de actividad humana como pago por evento conduce rápidamente a un mundo en el cual los tipos pecuniarios de relación humana sustituyen a las relaciones sociales tradiciona-les. Imaginemos un mundo en el cual prácticamente toda actividad exterior a los límites estrictos de las relaciones familiares se convierte en una experiencia de pago, un mundo en el cual las obliga-ciones y expectativas de reciprocidad —mediadas por sentimientos de confianza, empatía y solida-ridad— se sustituyen por relaciones contractuales de pago en la forma de adscripciones, suscrip-ciones, tasas de admisión, cuotas y contratos..."
3
"Pensemos por un momento cuántas de nuestras interacciones cotidianas con otros seres humanos cercanos ya están unidas a relaciones estrictamente comerciales. De manera creciente compramos el tiempo de otros, su afecto y cuidado, su simpatía y atención. Compramos la diver-sión y la información culta, la elegancia y el aspecto, y en medio otras muchas cosas —incluso el mismo discurrir del tiempo ya es una forma de control y fichaje—. La vida resulta cada vez mas mercantilizada y desaparecen las diferencias entre comunicación, comunión y comercio..."
4
"Ahora la economía ha puesto sus miras en la última esfera de la actividad humana que restaba por mercantilizar: la cultura. Los rituales culturales, las actividades comunitarias, las reuniones socia-les, el arte, los deportes y los juegos, los movimientos sociales y la actividad cívica, todo resulta invadido por la esfera comercial. El gran tema para los años venideros es ver si la civilización pue-de sobrevivir a una amplia reducción de la esfera estatal y cultural en la cual el ámbito comercial queda como mediador exclusivo y primordial de la vida humana."
(La era del acceso, Jeremy Rifkin)
Palabras proféticas...
"Tres estadísticas nos dicen todo lo que hay que decir en el paso del final de la era industrial al inicio de la era de la información y desde las cuales se pueden plantear tres preguntas.
Actualmente hay mil millones de personas subempleadas o desempleadas en este planeta: ¡mil millones! Eso es lo mejor que pudo hacer la revolución industrial. Mi pregunta, dirigida a muchos de los economistas y políticos, es: si esto fue el mayor logro de la revolución industrial, basada en fuerza laboral masiva, ¿hay alguien que realmente crea que la era de la información será mejor que la anterior en la creación de puestos de trabajo, cuando nos movemos hacia la fuerza laboral de élite?
Una segunda estadística a la que quiero hacer referencia nos dice que el 75 % de los empleos de nuestra economía global son tareas sencillas y repetitivas; que se pueden sustituir con la tecnología existente. Ni siquiera hemos empezado esta revolución tecnológica, nos encontramos apenas en sus primeras etapas.
La tercera estadística es la más escalofriante y proviene de un dato señalado por el Financial Times: si combinamos la riqueza de las 356 personas más ricas del planeta, el día de hoy, ésta sería igual a la que tiene el 40 % de la humanidad, a saber, 2.500 millones de personas.
Estas estadísticas nos dicen dónde nos encontramos exactamente. Así que, si queremos evitar un mundo peligrosamente polarizado —que en realidad ya está aquí—, hay que preguntarse qué vamos a hacer con los millones de jóvenes que van a ser menos o para nada requeridos en una economía global automatizada. Es la primera pregunta.
La segunda pregunta sería, en cada país: ¿cómo podemos propiciar un debate acerca de cómo compartir mejor las vastas ganancias potenciales de la productividad de esta revolución tecnológica, de modo tal que beneficie no sólo a una élite sino que beneficie a todos en México?
Éstos son los problemas políticos más importantes que tienen que enfrentar todas las naciones. Y deben ser considerados prioritarios porque cuanto más sigamos negando esta realidad y nos sigamos escondiendo en nuestros antiguos supuestos, veremos más desesperación, angustia y frustración; y, si esperamos demasiado, en algunos años la rabia puede ser tan fuerte y el disenso tan amargo, que quizá nunca se pueda llegar a tener un debate racional y sobrio, ya que la política del odio extremo será demasiado fuerte.
Entonces debemos aprovechar este momento, al entrar en el siglo XXI y en la era de la información, para plantearnos estas dos preguntas. Creo que podría haber un renacimiento, que podríamos liberar a cientos de millones de personas del trabajo de mercado. Pero es necesario preguntarse cómo lograrlo."
(Tiempos -pos-modernos. Entrevista con Jeremy Rifkin)
"Tres estadísticas nos dicen todo lo que hay que decir en el paso del final de la era industrial al inicio de la era de la información y desde las cuales se pueden plantear tres preguntas.
Actualmente hay mil millones de personas subempleadas o desempleadas en este planeta: ¡mil millones! Eso es lo mejor que pudo hacer la revolución industrial. Mi pregunta, dirigida a muchos de los economistas y políticos, es: si esto fue el mayor logro de la revolución industrial, basada en fuerza laboral masiva, ¿hay alguien que realmente crea que la era de la información será mejor que la anterior en la creación de puestos de trabajo, cuando nos movemos hacia la fuerza laboral de élite?
Una segunda estadística a la que quiero hacer referencia nos dice que el 75 % de los empleos de nuestra economía global son tareas sencillas y repetitivas; que se pueden sustituir con la tecnología existente. Ni siquiera hemos empezado esta revolución tecnológica, nos encontramos apenas en sus primeras etapas.
La tercera estadística es la más escalofriante y proviene de un dato señalado por el Financial Times: si combinamos la riqueza de las 356 personas más ricas del planeta, el día de hoy, ésta sería igual a la que tiene el 40 % de la humanidad, a saber, 2.500 millones de personas.
Estas estadísticas nos dicen dónde nos encontramos exactamente. Así que, si queremos evitar un mundo peligrosamente polarizado —que en realidad ya está aquí—, hay que preguntarse qué vamos a hacer con los millones de jóvenes que van a ser menos o para nada requeridos en una economía global automatizada. Es la primera pregunta.
La segunda pregunta sería, en cada país: ¿cómo podemos propiciar un debate acerca de cómo compartir mejor las vastas ganancias potenciales de la productividad de esta revolución tecnológica, de modo tal que beneficie no sólo a una élite sino que beneficie a todos en México?
Éstos son los problemas políticos más importantes que tienen que enfrentar todas las naciones. Y deben ser considerados prioritarios porque cuanto más sigamos negando esta realidad y nos sigamos escondiendo en nuestros antiguos supuestos, veremos más desesperación, angustia y frustración; y, si esperamos demasiado, en algunos años la rabia puede ser tan fuerte y el disenso tan amargo, que quizá nunca se pueda llegar a tener un debate racional y sobrio, ya que la política del odio extremo será demasiado fuerte.
Entonces debemos aprovechar este momento, al entrar en el siglo XXI y en la era de la información, para plantearnos estas dos preguntas. Creo que podría haber un renacimiento, que podríamos liberar a cientos de millones de personas del trabajo de mercado. Pero es necesario preguntarse cómo lograrlo."
(Tiempos -pos-modernos. Entrevista con Jeremy Rifkin)
"¿Qué ha entendido del ser humano?
En los campos de concentración las personas reaccionaban de dos maneras: estaban los que luchaban por su vida, los que se protegían y lo querían todo para ellos; y estaban los que ayudaban a los demás.
¿Y?
Morían antes los egoístas que los altruistas. Y este es un mensaje para todos nosotros: hacer algo por los demás nos hace bien; sólo mirar por uno mismo nos hace caer, pero pensamos que es al contrario. Sé que lo que digo parece muy ético y moral, pero para mí fue una experiencia vital."
(Morían antes los egoístas que los altruistas, Stéphane Hessel)
Yo, yo, yo, yo...
Y mi dolor y mi pena
y mi alegría y mi rabia
y mi ambición y mis necesidades
y mis gustos y mis disgustos...
¿De dónde voy?
¿Dónde estoy?
¿Hacia dónde me dirijo?
Yo, yo, yo, yo
Mientras el vino aguarda,
sobre la mesa,
bajo la luz de la luna
y lo importante
siempre ha sido
los ojos que nos beben
cuando lo bebemos.
En los campos de concentración las personas reaccionaban de dos maneras: estaban los que luchaban por su vida, los que se protegían y lo querían todo para ellos; y estaban los que ayudaban a los demás.
¿Y?
Morían antes los egoístas que los altruistas. Y este es un mensaje para todos nosotros: hacer algo por los demás nos hace bien; sólo mirar por uno mismo nos hace caer, pero pensamos que es al contrario. Sé que lo que digo parece muy ético y moral, pero para mí fue una experiencia vital."
(Morían antes los egoístas que los altruistas, Stéphane Hessel)
Yo, yo, yo, yo...
Y mi dolor y mi pena
y mi alegría y mi rabia
y mi ambición y mis necesidades
y mis gustos y mis disgustos...
¿De dónde voy?
¿Dónde estoy?
¿Hacia dónde me dirijo?
Yo, yo, yo, yo
Mientras el vino aguarda,
sobre la mesa,
bajo la luz de la luna
y lo importante
siempre ha sido
los ojos que nos beben
cuando lo bebemos.
INVASIÓN A LA TIERRA
La creatividad siempre implica la capacidad de combinar cosas y conceptos ya existentes de manera diferente.
No me cabe la menor duda de que "Invasión a la tierra" nos propone la creativa combinación del cine bélico con el cine de ciencia ficción.
A lo largo de sus trepidantes dos horas de acción, la película nos muestra el combate de un pelotón de marines contra una invasión alienígena por las calles de una Los Angeles convertida en campo de batalla. Pero la ciencia ficción es el contexto, porque el corazón de la película está en el modo en que los soldados se enfrentan al combate, el efecto que produce en ellos la propia situación y las consecuencias que en sí misma acarrea.
De todo modo, "Invasión a la tierra" recupera el subgénero de las "Hazañas bélicas" en un contexto de acción trepidante, efectos especiales y ciencia ficción. El subgénero nació durante la II Guerra Mundial con clásicos como "They were expendables", "Objetivo Birmania", "Bataan", "A walk by the sun" o "The sands of Iwo Jima" y su razón de ser fue consecuencia del papel que ocupó el cine como vehículo de propaganda para mantener la moral en el frente interior.
En todas estas películas, el conflicto es un lugar catárquico. Los soldados se enfrentan a la guerra y a la muerte mostrándose primero como seres de carne y hueso para, y como consecuencia de la acción, transfigurarse posteriormente en héroes a los que admirar en la intima oscuridad de los cines y por los que hacer un esfuerzo a la luz del día en los campos y las fábricas.
Posteriormente, y tras el final de la guerra mundial, la industria no quiso perder el impulso de un género exitoso y conservó el cine bélico si bien las películas fueron teniendo un giro más psicológico y menos propagandístico, centrándose en mayor medida en el impacto que sobre los soldados tiene el conflicto. Un ejemplo es "Fuego en la nieve" de William A. Wellman.
Como consecuencia de todo ésto la industria cinematográfica fue creando un género, el bélico, cuyas narrativas y estilemas se han venido repitiendo hasta nuestros días. "Invasión a la tierra" recupera toda esta estructura narrativa y la traslada a un entorno de ciencia ficción.
Los soldados no deben luchar contra nazis sino contra una invasión alienígena, pero el planteamiento es el mismo. Hay un espacio inicial para la presentación de unos personajes, especialmente al veterano sargento Nantz (estupendamente interpretado por el habitualmente tibio Aaron Erckhardt) y posteriormente los lanza a un trepidante combate en el que las motivaciones y psicologías afloran puntuando dramáticamente situaciones que ya de por si lo son. Tampoco es que estemos hablando un tratamiento profundo y dramático de esas psicologías, pero desde luego los apuntes que se van dando de cada personaje permiten generar nodos emocionales durante la narración que hacen que ésta sea algo más que una simple película de efectos especiales.
En "Invasión a la tierra" hay un héroe como en toda película de hazañas bélicas que se precie, un héroe atormentado por su pasado que con sus actos se reivindica y da ejemplo, generando un grupo unido donde antes no lo había.
No es una película más de efectos especiales. Posiblemente es una de los mejores películas de acción que la industria del cine ha producido en los últimos tiempos y lo es porque tiene su pequeña alma, un alma en la que alguno de los espíritus del cine clásico ha encontrado una salida para reencarnarse.
Algo más que entretenida.
La creatividad siempre implica la capacidad de combinar cosas y conceptos ya existentes de manera diferente.
No me cabe la menor duda de que "Invasión a la tierra" nos propone la creativa combinación del cine bélico con el cine de ciencia ficción.
A lo largo de sus trepidantes dos horas de acción, la película nos muestra el combate de un pelotón de marines contra una invasión alienígena por las calles de una Los Angeles convertida en campo de batalla. Pero la ciencia ficción es el contexto, porque el corazón de la película está en el modo en que los soldados se enfrentan al combate, el efecto que produce en ellos la propia situación y las consecuencias que en sí misma acarrea.
De todo modo, "Invasión a la tierra" recupera el subgénero de las "Hazañas bélicas" en un contexto de acción trepidante, efectos especiales y ciencia ficción. El subgénero nació durante la II Guerra Mundial con clásicos como "They were expendables", "Objetivo Birmania", "Bataan", "A walk by the sun" o "The sands of Iwo Jima" y su razón de ser fue consecuencia del papel que ocupó el cine como vehículo de propaganda para mantener la moral en el frente interior.
En todas estas películas, el conflicto es un lugar catárquico. Los soldados se enfrentan a la guerra y a la muerte mostrándose primero como seres de carne y hueso para, y como consecuencia de la acción, transfigurarse posteriormente en héroes a los que admirar en la intima oscuridad de los cines y por los que hacer un esfuerzo a la luz del día en los campos y las fábricas.
Posteriormente, y tras el final de la guerra mundial, la industria no quiso perder el impulso de un género exitoso y conservó el cine bélico si bien las películas fueron teniendo un giro más psicológico y menos propagandístico, centrándose en mayor medida en el impacto que sobre los soldados tiene el conflicto. Un ejemplo es "Fuego en la nieve" de William A. Wellman.
Como consecuencia de todo ésto la industria cinematográfica fue creando un género, el bélico, cuyas narrativas y estilemas se han venido repitiendo hasta nuestros días. "Invasión a la tierra" recupera toda esta estructura narrativa y la traslada a un entorno de ciencia ficción.
Los soldados no deben luchar contra nazis sino contra una invasión alienígena, pero el planteamiento es el mismo. Hay un espacio inicial para la presentación de unos personajes, especialmente al veterano sargento Nantz (estupendamente interpretado por el habitualmente tibio Aaron Erckhardt) y posteriormente los lanza a un trepidante combate en el que las motivaciones y psicologías afloran puntuando dramáticamente situaciones que ya de por si lo son. Tampoco es que estemos hablando un tratamiento profundo y dramático de esas psicologías, pero desde luego los apuntes que se van dando de cada personaje permiten generar nodos emocionales durante la narración que hacen que ésta sea algo más que una simple película de efectos especiales.
En "Invasión a la tierra" hay un héroe como en toda película de hazañas bélicas que se precie, un héroe atormentado por su pasado que con sus actos se reivindica y da ejemplo, generando un grupo unido donde antes no lo había.
No es una película más de efectos especiales. Posiblemente es una de los mejores películas de acción que la industria del cine ha producido en los últimos tiempos y lo es porque tiene su pequeña alma, un alma en la que alguno de los espíritus del cine clásico ha encontrado una salida para reencarnarse.
Algo más que entretenida.
Se dibuja la mañana serena,
desenredándose la fragante melena
sobre las copas de los árboles,
las calles y las aceras,
los tejados y las azoteas
y el nuevo día huele a limpio
y parece sobrar el tiempo
que posado sobre cornisas y alféizares
despreocupadamente se despereza,
sin tener demasiada prisa por alzar el vuelo,
por transformar con el silencioso batir de sus alas
la remansada eternidad de este instante
en puro y cristalino recuerdo.
desenredándose la fragante melena
sobre las copas de los árboles,
las calles y las aceras,
los tejados y las azoteas
y el nuevo día huele a limpio
y parece sobrar el tiempo
que posado sobre cornisas y alféizares
despreocupadamente se despereza,
sin tener demasiada prisa por alzar el vuelo,
por transformar con el silencioso batir de sus alas
la remansada eternidad de este instante
en puro y cristalino recuerdo.
viernes, abril 01, 2011
POETRY
Hay muchas cosas interesantes en esta película coreana dirigida por Lee Chang Dong.
Por encima de todo, "Poetry" es la historia de una mujer enfrentada de pronto a una desgracia familiar, a las dificultades de su vida ordinaria en un mundo donde nadie parece preocuparse por nadie, pero también, y en paralelo, la película es la historia de su esfuerzo por encontrar la belleza en ese entorno inhóspito y desagradable en el que Yang Mija se encuentra. Ese esfuerzo se manifestará en su necesidad de escribir poesía, necesidad que le llevará a inscribirse en un taller donde intentará canalizar esa energía, ese ansia de vida que la lleva a ser diferente al resto de mujeres de su edad.
Poco a poco, con la manera parsimoniosa y delicada con que avanza la película, la emoción que Yang necesita irá creciendo merced al contacto con una realidad para cuyos habitantes lo importante no es la emoción o el sentimiento sino la satisfacción material, una realidad donde no parece haber lugar para la poesía que ella busca. En este sentido, resulta especialmente clave la escena en que se tasa en dinero la satisfacción de una madre por una hija muerta.
Por toda la película, Yang se mueve con su cuaderno de notas, buscando ese poema perdido, su primer poema, mientras la realidad, con sus demandas groseras, la espanta, la entristece. Se fija en las plantas, en los árboles, en los ríos, en las flores mientras que a la espalda de su entendimiento el poema que terminará escribiendo crece a sus espaldas como una enredadera hasta terminar abrazándola.
Está muy bien "Poetry".
Hay muchas cosas interesantes en esta película coreana dirigida por Lee Chang Dong.
Por encima de todo, "Poetry" es la historia de una mujer enfrentada de pronto a una desgracia familiar, a las dificultades de su vida ordinaria en un mundo donde nadie parece preocuparse por nadie, pero también, y en paralelo, la película es la historia de su esfuerzo por encontrar la belleza en ese entorno inhóspito y desagradable en el que Yang Mija se encuentra. Ese esfuerzo se manifestará en su necesidad de escribir poesía, necesidad que le llevará a inscribirse en un taller donde intentará canalizar esa energía, ese ansia de vida que la lleva a ser diferente al resto de mujeres de su edad.
Poco a poco, con la manera parsimoniosa y delicada con que avanza la película, la emoción que Yang necesita irá creciendo merced al contacto con una realidad para cuyos habitantes lo importante no es la emoción o el sentimiento sino la satisfacción material, una realidad donde no parece haber lugar para la poesía que ella busca. En este sentido, resulta especialmente clave la escena en que se tasa en dinero la satisfacción de una madre por una hija muerta.
Por toda la película, Yang se mueve con su cuaderno de notas, buscando ese poema perdido, su primer poema, mientras la realidad, con sus demandas groseras, la espanta, la entristece. Se fija en las plantas, en los árboles, en los ríos, en las flores mientras que a la espalda de su entendimiento el poema que terminará escribiendo crece a sus espaldas como una enredadera hasta terminar abrazándola.
Está muy bien "Poetry".
Arde en la distancia su sueño
y lo hace con el fulgor del sol,
imprimiendo una luminosa huella
en la oscuridad de su mirada,
una marca ígnea
que permanece indeleble
recordándole lo que es,
su descuidada levedad en el existir,
el siempre peligroso olvido del tiempo
y las mil y un maneras que tiene éste
de hacerse inevitablemente patente.
y lo hace con el fulgor del sol,
imprimiendo una luminosa huella
en la oscuridad de su mirada,
una marca ígnea
que permanece indeleble
recordándole lo que es,
su descuidada levedad en el existir,
el siempre peligroso olvido del tiempo
y las mil y un maneras que tiene éste
de hacerse inevitablemente patente.
jueves, marzo 31, 2011
miércoles, marzo 30, 2011
LOS MUNDOS DE CORALINE
Es una interesante y estimulante premisa la idea sobre la que se basa esta brillante película de animación: el mal se oculta tras la mejor versión del bien para conseguir sus propósitos. Y esto es lo que le sucede a Coraline, la protagonista de la historia.
La niña se muda con sus padres a una casa en medio de ninguna parte. Caroline no está contenta con esa situación: la casa es demasiado vieja, sus padres no la hacen demasiado caso ocupados en su trabajo.
Caroline se siente sola, explora la casa y descubre una pequeña puerta que cuando está dormida se abre a una realidad que es la mejor la versión de la vida que desearía. Ella es el centro, sus padres son cariñosos y perfectos. Si fuera por ella, Caroline se quedaría en ella, pero... esa realidad paralela es en realidad una trampa que una malvada bruja tiende a los niños para quedarse con sus almas y devorarlas.
Está muy bien "Los mundos de Coraline".
Merece la pena verla tanto si se tiene la mirada de un niño como la de un adulto.
EL DESENCANTADO
Fitzgerald, Dos Passos, Hemingway, Faulkner y Steinbeck... La llamada "Generación perdida" de escritores norteamericanos que a principios del siglo XX que vivieron el inicio de sus carreras literarias en el Paris de la década de los veintes, entre el final de la I Guerra Mundial y los inicios de la Gran Depresión.
Esta generación se debate entre la preocupación social y un nihilismo provocado por la visión de los desastres de la guerra en Europa, muchos de ellos participaron en ella de forma directa, que llevó a la mayoría de ellos a una actitud vital hedonista, extrema, que incluso llegó a acabar de forma prematura con la vida de alguno de ellos como es el caso de Scott Fitzgerald.
El protagonista de "El desencantado", Manley Halliday, es una especie de presentación hiperbólica de la actitud de toda esa generación hacia la vida y hacia su trabajo... y sobre todo es una presentación de las dramáticas consecuencias que acarrea ese estilo de vida enloquecido, que vive el presente enredados en la zarza punzante de sus propias pasiones y con la intensidad del que ha dejado de creer en la posibilidad de un futuro.
En la mayor parte de sus capítulos la novela transcurre a finales de la década de los treintas, en un Hollywood industrial al que los escritores han de recurrir para continuar viviendo de su pluma escribiendo por encargo historias que no sienten, pero también presenta una serie de excursos situados en la década anterior en los que se explican las causas vitales que conducen al Manley Halliday que vemos estrellarse contra sus propios demonios intentando escribir un guión que detesta.
Nada es gratis en la vida. Todas las decisiones que se toman tienen sus consecuencias. Y en este sentido "El desencantado" se revela como un preciso libro de contabilidad que explica las abrumadoras facturas que Halliday tiene que pagar.
"El desencantado" no sólo es una novela sobre Hollywood. La industria del cine es el paisaje donde sucede el naufragio de Halliday de una manera inevitable y, lo que resulta aún más conmovedor, necesaria.
Para Halliday la fiesta ha terminado, esa fiesta en que se convirtió Paris para toda esta generación que este personaje representa, y "El desencantado" no es otra cosa que la hermosa y melancólica crónica de una mañana de carnaval.
Imprescindible.
martes, marzo 29, 2011
TRON: LEGACY
Revisar una historia como "Tron" a la luz de las nuevas tecnologías digitales ha resultado ser suficiente razón para que el proyecto se pudiera en marcha.
No me voy a poner estupendo. Es una razón como otra cualquiera desde el punto de vista de las necesidades de una industria que necesita constantemente producir para perpetuarse.
Pero tengo que decir que me han interesado pocas cosas de "Tron", que en realidad, y si le quitas la brillante cáscara de efectos digitales, es una película que todos hemos visto millones de veces. Podríamos perfectamente levantarnos del sofá y hacer la cocina... al volver no tardaríamos en reconstruir lo sucedido.
Y además, y puestos a aceptar las premisas del producto, la presentación de una experiencia, de un ambiente, el resultado no termina de funcionar, especialmente el personaje de Clue al que se le ven los hilos y el cartón, mostrando con sus carencias el espectacular avance en animación digital de rostros que ha supuesto "Avatar".
Normal y corriente.
lunes, marzo 28, 2011
SUCKER PUNCH
Si no fuera por la piratería, con toda seguridad no vería películas como ésta, poligonera donde las haya, llamada "Sucker Punch".
Intuyo una historia de superación, de solidaridad, de altruismo, que quizá pudiera interesarme o quizá no, pero esa historia esta sepultada bajo quintales métricos de música estridente y de efectos digitales que parecen creados por un diseñador de interiores mariquita de Beverly Hills. Porque si hay algo que caracteriza a Sucker Punch es el "horror vacui". La música, los efectos especiales, los efectismos de cámara se acumulan los unos encima de los otros para producir una barrera sonora y visual que cae sobre el espectador con el efecto del plomo. Sepultando de paso la posibilidad de una historia y de unos personajes que, como digo, pudieran ser interesantes o no. Nunca lo sabremos. Porque el particular guateque que se monta Zach Snyder lo devora todo. Y las cosas, como casi siempre en este tipo de películas, suceden porque sí, entre mensajes fuerza marquetinianos que reemplazan a los diálogos y porque los protagonistas se lo merecen.
La historia, la esencia es reemplazada por la acumulación de secuencias, de cosas, de efectos, de palabras como en una de esas bacanales romanas que tan bien recreó Fellini en su "Satyricon"; bacanales en las que los platos se van sucediendo uno detrás de otro, sin dar tiempo material a los invitados a comerlos y convirtiendo el acto social de comer en otra cosa muy diferente, más enloquecida, más inquietante.
Me hago viejo... pero eso no es lo peor. Lo peor es que Clint Eastwood ya lo es.
Por cierto... "Incendies" todavía sigue en cartel.
domingo, marzo 27, 2011
INSIDE JOB
Definitivamente, la palabra es "aterrador".
"Inside job" es un magnífico documental que narra de forma eficaz y entretenida las aterradoras causas de la crisis económica mundial que todavía nos afecta.
En pocas palabras, la legislación bancaria norteamericana, desde la Gran Depresión de mediados del siglo pasado, impedía que los bancos comprometiesen los fondos de sus clientes en operaciones arriesgadas de inversión. Si uno quería dedicarse a la especulación tenía que crear otra cosa, sociedades de inversión en las que tenía que responder con su propio capital y bajo controles más estrictos.
Desde la década de los ochentas del siglo pasado los halcones neoliberales fueron generando un movimiento en favor de la desregulación financiera de los bancos. Como envalentonados tras la victoria sobre el viejo rival de la guerra fría, sobre su asténica, fatigada y huesuda propuesta de sociedad alternativa, el capitalismo se sintió lo suficientemente fuerte como para mostrar su verdadero rostro.
Y ese rostro no es otro que el de la avaricia oceánica y la absoluta falta de responsabilidad social en la búsqueda del beneficio propio. Un lobby de hombres de negocios de Wall Street y de prestigiosos profesores universitarios en nómina fueron generando una corriente de opinión que no tardó en llegar a la Casa Blanca bajo el siniestro rostro de Alan Greenspan.
No voy a entrar en muchos mas detalles, pero, en cualquier caso, recomiendo absolutamente la visión de este documental que considero puede resultar esclarecedora sobre la materia con la que está constituido ese elemento tan volátil y aéreo que llamamos realidad.
Y resulta aterrador ver el modo en que prestigiosos académicos, políticos y hombres de negocios son sorprendidos en la mentira buscando esconder su propia avaricia, sacada a la luz por hechos que ya resultan casi históricos.
Y resulta mucho más aterrador que al final todo sea un asunto de tener siete casas en lugar de tres y cuatro aviones en lugar de uno y sería hasta divertido este espectáculo de naturaleza humana a tope si no fuera por los millones de personas a las que este juego virtual de enrequecimiento, librado en los parquets, los despachos y las pantallas, ha dejado en la miseria.
Y es aun mucho más aterrador el hecho de que las mismas personas que generaron este desastre sigan al mando de la economía norteamericana.
Por no hablar del hecho más que aterrador de que los estados, a través de su necesaria virtud pública de cuadrar sus cuentas descuadradas en el esfuerzo de tapar ese agujero de miles de millones de dólares, terminen siendo las máximas victimas de algo que no es otra cosa que la suma de miles de vicios privados; un hecho que está comprometiendo los pilares del estado del bienestar y mostrando en su desnudez una sociedad desigual, que en absoluto es lo que parece.
¿Es posible que el capitalismo pueda hacer aun más desgraciadas a las personas que el socialismo?
Por increible que nos pueda parecernos, y aunque los carrillos nos rebosen de comida y las manos de objetos, no lo descartemos.
La respuesta está en el tiempo, en la siguiente crisis de avaricia sin límites.
Imprescindible.
"Se suponía que sería una noche inolvidable. Y lo fue. Pero de un modo muy distinto de como lo imaginaban sus promotores. Dos diputados laboristas habían llamado a transformar Trafalgar Square en la versión británica de la plaza Tahrir: un campamento improvisado para protestar contra el plan de ajuste del Gobierno de David Cameron y cuestionar de paso su legitimidad.
Pero la violencia de cientos de antisistema propició un escenario bien distinto: con vandalismo exacerbado, hogueras esporádicas y choques violentos en torno a la estación de Charing Cross."
(La batalla de Trafalgar, El Pais)
Y si hay gente antisistema, será porque hay un sistema. Y entonces me pregunto en qué consiste ese sistema que las fuerzas y cuerpos de seguridad protejen.
¿En qué consiste ese sistema?
¿Qué está haciendo con el mundo, con las cosas y, lo que es más importante, con nosotros?
¿Le miramos a la cara realmente o nos pierde el placer inconfesable de sentirnos inocentes?
Pero la violencia de cientos de antisistema propició un escenario bien distinto: con vandalismo exacerbado, hogueras esporádicas y choques violentos en torno a la estación de Charing Cross."
(La batalla de Trafalgar, El Pais)
Y si hay gente antisistema, será porque hay un sistema. Y entonces me pregunto en qué consiste ese sistema que las fuerzas y cuerpos de seguridad protejen.
¿En qué consiste ese sistema?
¿Qué está haciendo con el mundo, con las cosas y, lo que es más importante, con nosotros?
¿Le miramos a la cara realmente o nos pierde el placer inconfesable de sentirnos inocentes?
sábado, marzo 26, 2011
"A medida que estudiemos los diversos modelos de la física subatómica veremos que expresan repetidamente, aunque de diferentes maneras, la misma percepción: que los componentes de la materia y los fenómenos básicos que la envuelven están todos interconectados, interrelacionados y son interdependientes, que no pueden entenderse como entidades aisladas, sino sólo como partes integrantes del todo."
(El Tao de la física, Frijot Capra)
(El Tao de la física, Frijot Capra)
THE AMERICAN
No hace mucho y tras revisar "Retorno al pasado" de Jacques Tourneur ya hablé de la importancia que la tragedia tiene dentro del cine negro.
Nada es gratis. Todas las decisiones tienen consecuencias que más tarde o más temprano se presentan un día llamando a la puerta. Y las decisiones que uno toma son consecuencia inevitable del carácter, de lo que uno es.
Uno ya es, tiene criterio para decidir, pero también se va haciendo, va eligiendo nuevos caminos en las sucesivas encrucijadas que salen al paso y la suma total de decisiones van generando un conjunto de efectos, de consecuencias buenas y malas que nos siguen como la cola sigue a los cometas. Y ahí es donde interviene la tragedia, la inevitabilidad del destino que uno se ha ido forjando, que lleva a la espalda y que de cuando en cuando le alcanza sobre todo si ese uno duda, se detiene a pensar.
En "The american", Jack (un despistado George Clooney) es el asesino a sueldo que es y su circunstancia le acompaña pero también le persigue, porque Jack duda. Imagina un mundo mejor, distinto al que se ha forjado y quiere salirse de ese camino, hacer borrón y cuenta nueva, inventarse un destino nuevo.
Pero lo único que estará en su mano será tener el valor de intentarlo, porque esas consecuencias que su alma desarraigada arrastra como grilletes le buscarán, le encontrarán y llamarán a su puerta en uno de esos pueblo italianos que parecen hechos piedra a piedra por algún director artístico del viejo Hollywood.
Y además, "The american" me gusta porque destila el perfume de dos películas que amo.
Por un lado, tiene un desarrollo minimal que recuerda a la inolvidable "Le samourai" de Jean Pierre Melville y, por otro, en su final desesperado destila el igneo brillo de otra joya del cine llamada "La jungla de asfalto".
Dos flores del mal de la historia del cine.
Por todo ello, es imposible que "The american" no me guste pese a un George Clooney al que nunca le he visto especialmente dotado para el drama introspectivo, ni siquiera cuando John Malkovich le deja sin sus capsulas de Nestpresso... y sigo sin verle. Con un buen actor capaz de convertir en carne planteamientos tan metafísicos, la película hubiera ganado en interés, profundidad y seriedad.
Estupenda.
Comienzo un relato nuevo. Y comienza así:
"Es la misma oscuridad de siempre.
No está seguro... Ya ha perdido la costumbre de estarlo.
Duda.
No tiene claro que esa oscuridad que siente forme parte de su interior, sea un producto de su propia conciencia apagada en sl sueño o más bien se trate de algo exterior, de un espacio bruto, por precisar en el que se encuentra.
Es la misma duda de siempre.
El preámbulo.
La única que puede permitirse antes de que suavemente, como pies descalzos que se arrastran por una alfombra viniendo desde muy lejos, le llegue la voz.
Y sea la misma voz de siempre, una voz que le resulta vagamente familiar, una voz que no para de contar una cantidad inmensa de número cada vez. Sin resultar cansada ni presionada por alguna necesidad cuya naturaleza por supuesto se le escaparía de poder llegar siquiera a sentir la necesidad de pensarla.
Sin prisas, fuera del tiempo, como en un juego.
Y puede intuir su procedencia, puede ir hacia ella, puede levantarse de la cama y seguirla. Tiene la sensación de que no está demasiado lejos y de que por alguna razón que todavía se le escapa cuenta para él.
Le llama.
Le aguarda.
Y a él le bastaría con oler el sonido que le llega para seguirlo y encontrarla.
Y éso es lo que no puede evitar hacer porque de pronto comprende que no puede hacer otra cosa. Cuesta abajo su entendimiento se ha precipitado hacia el vacío de esa misma y única conclusión.
Y cae interminablemente.
Y por eso se levanta de la cama.
Y busca una salida tanteando con las manos en la dirección que la voz le marca pero la oscuridad que le envuelve se le muestra impenetrable, compacta.
Es entonces cuando quiere llorar.
Y las lágrimas le brotan por todas partes, como rocío, por la piel."
"Es la misma oscuridad de siempre.
No está seguro... Ya ha perdido la costumbre de estarlo.
Duda.
No tiene claro que esa oscuridad que siente forme parte de su interior, sea un producto de su propia conciencia apagada en sl sueño o más bien se trate de algo exterior, de un espacio bruto, por precisar en el que se encuentra.
Es la misma duda de siempre.
El preámbulo.
La única que puede permitirse antes de que suavemente, como pies descalzos que se arrastran por una alfombra viniendo desde muy lejos, le llegue la voz.
Y sea la misma voz de siempre, una voz que le resulta vagamente familiar, una voz que no para de contar una cantidad inmensa de número cada vez. Sin resultar cansada ni presionada por alguna necesidad cuya naturaleza por supuesto se le escaparía de poder llegar siquiera a sentir la necesidad de pensarla.
Sin prisas, fuera del tiempo, como en un juego.
Y puede intuir su procedencia, puede ir hacia ella, puede levantarse de la cama y seguirla. Tiene la sensación de que no está demasiado lejos y de que por alguna razón que todavía se le escapa cuenta para él.
Le llama.
Le aguarda.
Y a él le bastaría con oler el sonido que le llega para seguirlo y encontrarla.
Y éso es lo que no puede evitar hacer porque de pronto comprende que no puede hacer otra cosa. Cuesta abajo su entendimiento se ha precipitado hacia el vacío de esa misma y única conclusión.
Y cae interminablemente.
Y por eso se levanta de la cama.
Y busca una salida tanteando con las manos en la dirección que la voz le marca pero la oscuridad que le envuelve se le muestra impenetrable, compacta.
Es entonces cuando quiere llorar.
Y las lágrimas le brotan por todas partes, como rocío, por la piel."
viernes, marzo 25, 2011
"En sus viejos cuerpos acabados
viven las almas de los ancianos.
Cuán tristes son las pobres
y qué hastiadas de la vida miserable que arrastran.
Cómo tiemblan de perderla y cuánto la aman
las desamparadas y contradictorias
almas, que viven -comicotrágicas-
bajo la vieja piel gastada."
(Las almas de los viejos, Konstantino Kavafis)
viven las almas de los ancianos.
Cuán tristes son las pobres
y qué hastiadas de la vida miserable que arrastran.
Cómo tiemblan de perderla y cuánto la aman
las desamparadas y contradictorias
almas, que viven -comicotrágicas-
bajo la vieja piel gastada."
(Las almas de los viejos, Konstantino Kavafis)
EL FUERA DE LA LEY
El western siempre ha sido un género cinematográfico trascendente, depositario y transmisor de esencias.
La simple visión del jinete en la distancia, convertido en un punto diminuto y frágil, apenas visible entre la inmensidad del cielo y la inmensidad de la tierra, siempre me ha parecido el perfecto resumen metafórico de toda una visión entre existencialista y nihilista del lugar del ser humano entre lo existente.
Seguir el viaje de ese jinete errante entre el cielo y la tierra es parte esencial del género, un elemento que cristaliza de manera pura y genial en personajes como el Ethan Edwards de "Centauros del desierto" o el Bill Munny de "Sin perdón" del propio Eastwood.
Dentro de la filmografía de Eastwood este jinete solitario y descastado que, sin embargo y de forma paradójica, es portador de la justicia y agente para el establecimiento de un orden nuevo es una constante en su carrera como actor y director.
Este Josey Wales que por vengar la muerte de su familia se sitúa fuera de la ley es uno de esos jinetes palidos.
Por encima de todo, "The oulaw Josey Wales" es un viaje por el territorio de los Estados Unidos convertido en paisaje después de la batalla que fue su guerra civil, pero también es el proceso de generación de un grupo formado por personajes, en apariencia débiles (viejos, mujeres, enfermos...), pero que consiguen convertirse en fuertes y prevalecer merced a la presencia mágica y misteriosa de Wales, enredado en su propio laberinto de venganza, persecución y huida, pero capaz al mismo tiempo de acoger bajo su poderoso seno a un grupo variopinto de humillados y ofendidos y construir con ellos lo más parecido a la familia que la guerra le arrebató.
"The outlaw Josey Wales" es una de las grandes películas de la primera época de Eastwood como director.
Imprescindible
miércoles, marzo 23, 2011
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